La pobre Sara no había tenido mucha suerte en su corta vida… Todos sus abuelos murieron antes de que ella naciera y sus padres murieron en un accidente automovilístico cuando ella tenía sólo 4 años... Su tío y su esposa la acogieron... Luego, su tío murió en un accidente de avión cuando ella tenía 6 años... La tía Jenny era su única familia.
Jenny vendió la mayor parte de su tierra de cultivo a un vecino, pero se quedó con la tierra más cercana a la granja y comenzó un negocio de vegetales orgánicos... Era mucho trabajo, por lo que Sara pasaba mucho tiempo sola una vez que llegaba a casa de la escuela.
En el pueblo había una pequeña fábrica de ropa, pero el negocio iba muy mal y sus dueños, el viejo Sr. y Sra. Peterson, tuvieron que despedir a la docena de personas que trabajaban para ellos.
Cómo todavía les quedaron algunos clientes, le preguntaron a Sara si le gustaría ir a trabajar para ellos los sábados y ella aceptó el trabajo con gusto... Comenzó barriendo y empacando pedidos, pero después de unos meses, los Peterson comenzaron a enseñarle cómo usar las máquinas y hacer ropa.
Jenny siempre estaba ocupada en la granja y después de cenar solía acostarse bastante temprano… Sara tenía un ordenador en su habitación y normalmente se quedaba hasta tarde navegando por la web en busca de nuevas ideas de moda… Ya se había hecho algunos conjuntos con los restos de telas de la fábrica.
Una noche en la que estaba buscando ropa muy moderna, se encontró con un artículo sobre ropa punk… Habían algunas fotos de chicas fuertemente tatuadas y perforadas.
Sara quedó intrigada por el aspecto general de estas mujeres y comenzó a buscarlas por internet y coleccionarlas… Cuanto más tiempo pasaba mirando fotos de ellas, más sabía que quería ser como ellas.
Pero hacerse un tatuaje estaba totalmente fuera de poderlo hacer, y mucho menos perforaciones como los lóbulos de las orejas que tenían la mayoría de las chicas.
Sara recordó haberle preguntado a su tía Jenny sobre perforarse las orejas hace unos años y Jenny no quiso.
‘Puede que no me salga con la mía con perforarme los lóbulos de las orejas o cualquier otra perforación facial, pero ¿qué pasa si me lo hago en otras partes de mi cuerpo que nadie puede ver?’, pensó.
Comenzó a investigar sobre cómo se hacen perforaciones caseras ya que había decidido perforarse sus pezones.
Encontró una aguja grande en el trabajo y cogió un poco de alcohol y vendas del botiquín de primeros auxilios.
Ahora todo lo que necesitaba eran algunas joyas... Encontró una tienda por internet que vendía camisetas de bandas de rock y todo tipo de ropa gótica, incluyendo joyería para perforaciones.
Astutamente compró una camiseta de Nirvana y unas joyas… De esta forma, si el paquete llegaba cuando Jenny estaba presente, ella tenía la camiseta como historia de tapadera.
Al día siguiente llegó el paquete... Jenny todavía estaba en los campos, por lo que ni siquiera se necesitaba el plan de cobertura… Abrió la caja y miró las joyas.
Se iba a hacer las perforaciones… Se mojó mucho pensando en eso.
Fue a la cocina a buscar hielo y el botiquín de primeros auxilios… Una vez de vuelta en su habitación, cerró la puerta detrás de ella y miró el reloj.
Tenía casi una hora y media antes de que Jenny llegara a casa, así que rápidamente preparó todo.
Usó el alcohol para limpiar todo y el hielo para endurecer sus pezones, aunque ya estaban bastante duros por la emoción.
Puso un corcho en un lado de su pezón izquierdo y colocó la aguja en el otro extremo… Respiró hondo, cerró los ojos y empujó la aguja directamente... Dolía mucho, pero una vez que se miró el pecho con una aguja atravesándolo, sintió tal oleada de placer que la mayor parte del dolor desapareció rápidamente.
Se las arregló para pasar la barra a través del agujero que había hecho la aguja... Había comenzado a sangrar un poco, por lo que no tenía más que realizar una pequeña cura y todo estaba listo.
Ahora tenía que hacer el pezón derecho... Fue un poco más difícil ya que ahora sabía cuánto le dolería, pero lo hizo de todos modos.
En solo 10 minutos terminó y se sintió genial… Era como si se hubiera transformado de una niña pequeña a una mujer muy sexy.
Cuando estaba volviendo a guardar el botiquín de primeros auxilios en el armario, Jenny entró en la casa.
- ¿Estás bien, cariño?, le preguntó.
- “No, no me siento muy bien… Creo que tomaré una aspirina y me acostaré temprano”, le mintió.
- “Bueno, cariño, espero que te sientas mejor mañana.”
Sara entró en su habitación y empezó a masturbarse… Sus pezones le dolían mucho al tocarlos, pero su coño hizo un verdadero milagro... Se corrió rápidamente ya que la calentura sexual se había estado acumulando en su cuerpo durante todo el día… Se quedó dormida muy pronto después de eso.
Se despertó bastante temprano a la mañana siguiente, ya que se había revolcado mientras dormía sobre sus pezones doloridos… Se quitó las tiritas y las limpió con un poco de alcohol… Dolía un poco, pero sabía que tenía que hacerlo para evitar una infección.
Después de aproximadamente 2 semanas, sus pezones ya no le dolían y se masturbaba tan a menudo como podía, principalmente jugando con sus pezones.
Unos meses después de que se perforara los pezones, la novedad había desaparecido... Algunas de las mujeres que había visto por internet tenían pezones con doble perforación y algunas incluso tenían joyas de gran calibre a través de los pezones.
Aparentemente, habían comenzado con el mismo tipo de perforación que tenía Sara, pero luego las habían estirado aumentando lentamente el tamaño de las joyas que usaban.
Sara quería estirar sus piercings en los pezones, pero ¿de dónde iba a sacar las joyas más grandes?... Hacer un pedido por internet era un riesgo demasiado grande… ¿Qué pasaría si su tía Jenny interceptaba su paquete?
Ella recordó que a su tío le gustaba el bricolaje y tenía un taller en uno de los graneros... Nadie había estado en ese taller desde que su tío había muerto… Se las arregló para abrir la puerta y comenzó a buscar algo que pudiera usar como joyería… Todo estaba cubierto de polvo… Encontró muchos frascos llenos de clavos de todo tipo de tamaños… Algunos de ellos eran sólo un poco más gruesos que las barras que tenía en sus pezones.
Estaban un poco oxidados, pero Sara logró recuperar el brillo con un poco de papel de lija que había encontrado... Se quitó una de las barras de su pezón y trató de empujar el clavo a través del agujero. Estaba muy apretado y estiraba su pezón, pero cuando usó un poco de saliva como lubricante, la punta finalmente atravesó el pezón.
Repitió el proceso en su otro pezón y volvió a ponerse la ropa.
En el camino de regreso a la casa, se hizo evidente que las puntas de las puntas de los clavos estaban un poco afiladas y se clavarían en su ropa.
Sara solucionó esto, momentáneamente, poniendo un pequeño trozo de corcho en la punta de cada clavo. Su escote era grande y nada más llegar a casa se cambió a un top con un escote menos revelador.
Ahora, cada momento que podía, jugaba con sus pezones, moviendo los clavos de un lado a otro, estirando los agujeros en el proceso.
Después de una semana, volvió al granero y encontró unos clavos más grandes… Tres meses después ya había estirado los agujeros de sus pezones a 4 mm.
Tuvo que ser creativa y usar una lijadora eléctrica para recortar las puntas largas de los clavos y así poder esconder los clavos en su sostén.
Cuando casi se acercaban las vacaciones de verano, los Peterson le pidieron ayuda en la fábrica de ropa durante la semana que se irían a ver a sus nietos… Le propusieron un horario de trabajo desde el viernes hasta el lunes por la mañana.
A Sara no le importaba, siempre y cuando pudiera ganar algo de dinero extra... También significaba que tenía la mayor parte de la semana libre y, por tanto, más tiempo para masturbarse.
Ella había comenzado a usar un pepino como consolador… El clima fue bueno para la cosecha y cada semana los pepinos crecieron más y más.
Sara usó parte de sus ganancias para tener una conexión a Internet más rápida, afirmando que lo necesitaba para el trabajo escolar… Pero en realidad era para poder mirar videos porno mientras se masturbaba.
La mayoría de las chicas, en los videos que le gustaban, tenían un clítoris perforado y algunas incluso tenían algunos anillos en sus labios vaginales.
Sara empezó a fantasear con hacerse un piercing ahí abajo, sobre todo porque se había quedado sin material adecuado para estirar más los agujeros de sus pezones.
Cuando llegó al trabajo el viernes siguiente, los Peterson le dijeron que habían conseguido un gran pedido… Tan grande que habían comprado algunas herramientas nuevas… Una de ellas era una pistola de ojales para cordones de zapatos accionada por aire a presión.
Los abrigos que tenían que hacer estaban diseñados para ponerles una fila de estos ojales a lo largo de las mangas y que eran, en este caso, puramente decorativo.
Según la cantidad de presión que se diera, se controlaba la profundidad del ojal… Sara rápidamente se acostumbró a la nueva máquina y pasó el resto del día perforando ojales en chaquetas.
Cuando llegó a casa, cenó rápidamente y luego se excusó, alegando que estaba cansada... Por supuesto que no se fue a la cama, sino que encendió su ordenador para ver porno nuevamente.
Le gustó encontrar una nueva chica en este sitio web… La chica tenía muchos tatuajes y piercings, pero lo más le llamó la atención fueron los piercings en los labios vaginales... No eran barras, ni anillos, sino agujeros reales con joyas que se parecían mucho a los ojales que había estado poniendo en la tela todo el día.
Tan pronto como los vio, Sara comenzó a masturbarse con furia y se corrió como nunca antes lo había hecho... Sabía que tenía que hacérselos.
Al día siguiente en el trabajo fue difícil concentrarse… Por suerte, tenía que hacer otra tarea hoy, pero no dejaba de mirar la máquina de ojales… Necesitaba encontrar una forma de estar a solas con esa máquina.
Durante el almuerzo, les preguntó a los Peterson si podía usar la cortadora para hacerse un vestido cuando terminase de trabajar.
- "Por supuesto querida… De hecho, creo que ya es hora de que te demos una llave para que puedas usar el taller cuando quieras."
El lunes Sara lo tenía todo completamente preparado... En su bolso puso: tiritas, alcohol y una crema anestésica que había comprado en el supermercado/farmacia… Se suponía que la crema tenía un efecto anestésico en la piel magullada… Ya se lo había aplicado en los labios vaginales antes de ir a trabajar y estuvo segura que funcionaría.
Su coño se sentía muy mojado con sólo pensar en lo que iba hacer.
A las 11 h. en punto fue al baño y se puso un poco más de crema anestésica en los labios vaginales... Deseaba ya que los Peterson se fueran… Finalmente lo hicieron poco después de la 13 h.
Sara observó cómo su coche se alejaba y luego cerró la puerta con llave… Rápidamente se desnudó y sacó todo lo necesario... Cogió los ojales de acero inoxidable que necesitaba ponerse y configuró la máquina para que dejara 2 cm entre ojal y ojal.
Luego usó un bolígrafo para marcar los cuatro puntos espaciados uniformemente en cada uno de los labios de su coño.
Se sentó en el suelo con las piernas abiertas y se metió un pequeño trozo de madera en la boca… De esa forma tenía algo que morder, en caso de que el dolor se volviera demasiado intenso.
La máquina estaba cargada con las dos piezas -delante y detrás- que pronto cortarían su carne y pondrían un ojal… Esto fue todo… no hay vuelta atrás.
Sara alineó la herramienta con la primera marca, respiró hondo y apretó el gatillo.
Un dolor agudo recorrió su cuerpo… Dolía muchísimo... Pero el resultado final se veía tan sexy que pronto se olvidó del dolor.
‘Es mejor terminar el resto rápido antes de que me acobarde’, penso.
En dos minutos y sufriendo mucho, Sara tenía 8 ojales de acero inoxidable en su coño… Cuatro en cada labio vaginal.
Limpió todo con el alcohol que había traído… Sorprendentemente, apenas había sangre.
Se puso el vestido, esta vez sin bragas, y se dirigió a casa... Una bolsa de hielo ayudó a adormecer el dolor y debería prevenir cualquier hinchazón.
Los días siguientes le dolía mucho cuando se movía, así que permaneció en cama la mayor parte del tiempo... Le dijo a su tía Jenny que tenía gripe.
Jenny estaba tan ocupada con sus verduras que no se dio cuenta de lo que realmente estaba pasando con su sobrina.
Todo el tiempo que Sara pasaba en la cama, también lo pasaba en conectada a internet.
Durante su investigación sobre los ojales, se encontró con otro método para hacerlos... para ello se utilizaba un trozo de tubería de metal de pequeño calibre… Ella lo quería para ponérselos en los pezones.
Sara recordó que había visto algunas tuberías de metal de pequeño calibre en el taller de su difunto tío.
Una vez que se sintió un poco mejor, fue al granero y encontró las tuberías e incluso algunas brocas que le ayudarían a que los extremos de los bordes tuviesen la forma adecuada.
Rápidamente cortó un pequeño trozo de tubo y metió la broca… Lo sujetó en un torno de banco y lo fue cerrando lentamente hasta que los bordes del tubo se doblaron en sus puntas de forma perfecta.
Sara experimentó con diferentes longitudes de tubo, con el fin de averiguar el tamaño correcto para terminar con un ojal ajustado en sus pezones.
Cogió el primer trocito de tubo y lo lubricó… Entró en el agujero de su pezón derecho con cierta dificultad consiguiendo un ojal de 5 mm.
Mientras ella acababa de comenzar a colocar otro trocito de tubo en el pezón izquierdo, sucedió algo inesperado.
La puerta se abrió y su tía Jenny entró en el taller.
- “¡Dios mío Sara, qué estás haciendo!”, le dijo.
Sara se asustó… Su tía la había pillado colocándose un tubito en el pezón izquierdo.
Trató de ocultar lo que estaba haciendo, pero ya era demasiado tarde, pero luego decidió terminar lo que había comenzado y terminó de colocarse el tubito en su pezón izquierdo a la espera de lo que su tía Jenny le dijera… Se temía lo peor.
Sorprendentemente, tía Jenny parecía estar intrigada por los pezones de Sara.
- "Lo siento tía, no sé qué me poseyó para hacer esto."
- "Está bien, querida… Te veo bonita con eso que te has puesto"
Sara estaba boquiabierta… Jenny no estaba enojada.
De repente, Jenny se quitó la blusa y el sostén para enseñarle que también tenía sus pezones perforados.
- "Me pregunto si podrías abrirme los míos como los tuyos."
Sara decidió que era hora de mostrar su coño decorado a su tía y se desnudó por completo.
- "Oh, querida, parece que nos vamos a divertirnos mucho las dos juntas… hace tiempo que tengo ganas de tí", dijo tía Jenny mientras movía su boca hacia el pezón izquierdo de Sara.
Un día después de que tía Jenny pillase a su sobrina Sara con sus piercings, pasaron el resto de la noche teniendo sexo increíble y agotador… A partir de ahora todo cambiaría en la casa.
Por la mañana, Sara todavía estaba medio dormida, pero notaba que algo dentro de su coño estaba vibrando… Primero, la vibración fue muy lenta, pero poco a poco se hizo más y más intensa.
También sintió que su tía Jenny le estaba chupando su pezón izquierdo… Abrió los ojos y miró directamente a los de su tía.
Jenny sonrió, pero siguió chupando y mordisqueando su pezón durante un rato, pero antes le dijo:
- "Buenos días cariño… ¿Estás disfrutando?"
Cuando se cansó de chupar, Jenny se enderezó y Sara notó algo cerca de su clítoris… Se puso de pie y se miró en el espejo de cuerpo entero… Tenía un cordón de zapato enhebrado a través de sus ocho piercings de sus labios vaginales, que estaban atados en un lazo en la parte superior… Y un cordel rojo salía por detrás de los dos piercings más bajos.
- “Soy muy viciosa y no pude resistirme a jugar contigo mientras aún dormías… Te metí un huevo vibrador en tu coño”, le dijo su tía Jenny.
Jenny cogió otro huevo vibrador en la mano, lo activó y lo puso contra el clítoris de su sobrina Sara mientras estaba de pie frente al espejo mirando lo que le hacía... Sara se corrió casi de inmediato.
Una vez que el orgasmo de Sara se acabó, desató el cordel que apretaba los labios vaginales de su coño y le sacó el huevo.
- “Tía, no puedo creer que tengas estos juguetes… Hasta ayer ni siquiera pensaba en ti como una persona sexual y viciosa... Pero aquí estás conmigo, con pezones perforados y vibradores”, le dijo Sara a su tía.
Jenny se rió y le respondió:
- “Lloré por tu tío durante los dos primeros años, pero después necesitaba tener sexo y correrme… Comencé a comprarme juguetes sexuales para disfrutar en la intimidad... Primero fue un vibrador, luego un consolador y más tarde estos huevos… Luego compré consoladores muy grandes y otras cosas más fuertes para conseguir más placer y enviciarme mucho.”
Sara no podía creer lo abiertamente que estaba hablando de sexo con su tía, y sintió una sensación de libertad como nunca antes lo había sentido... Le preguntó:
- “¿Cómo te has puesto anillos en los pezones, tía Jenny?... Recuerdo que cuando te pregunté acerca de perforarme las orejas, estabas en contra.”
- "Entonces tú tenías sólo 8 o 9 años cuando me preguntaste eso… Nunca dije que podrías perforártelas más adelante... Cuando compré uno de mis juguetes sexuales, venía con un DVD porno gratis… Una de las chicas que aparecía tenía los pezones perforados… Lo encontré muy excitante y quise hacérmelos yo… Así que compré algunas joyas por internet y usé una aguja grande del botiquín de primeros auxilios para perforarme los pezones”, le explicó su tía Jenny.
- “Igual hice yo, tía… ¿Cómo conseguiste que los agujeros de tus pezones fueran más grandes?... Dudo que hayas hecho eso de una sola vez.”
- “No, fuí abriéndomelos poco a poco… A razón de 1 mm más grande cada mes y ayer finalmente pude colocarme estos aros tan grandes.”
- “Me gustó lo que dije ayer, tía… Me gustan como los tienes y quiero ponerme aros gruesos también”
- “¿Hiciste lo mismo con tu coño?”, le preguntó su tía.
- “No, usé una máquina perforadora de ojales del taller de los Peterson para hacérmelos... De hecho, la máquina me cortó pequeños pedazos de carne… Fue muy doloroso.”
- “¿Hiciste eso en el trabajo?... ¿Cómo te las arreglaste para hacer eso sin que se dieran cuenta, Sara?”
- “Lo hice un día antes de las vacaciones de verano… Ellos se van a estar con sus nietos una semana... Me dieron una llave para que pudiera ir a trabajar… Ahora que lo pienso, hoy es jueves, ¿no?... Regresarán mañana, así que si realmente quieres que te perfore el coño, será mejor que lo hagamos hoy.”
Sara revisó su secreta caja de piercings y encontró el tubo de crema anestésica… Luego se vistieron y se fueron al taller de Peterson.
Jenny tuvo que desnudarse y sentarse en el suelo con las piernas abiertas… Sara obligó a su tía a poner las piernas abrazando las patas de la mesa, de modo que si le dolía mucho no pudiera cerrarlas.
Los labios vaginales de tía Jenny eran un poco más grandes y más largos que los de Sara, por lo que decidieron poner siete anillos en cada uno de sus labios vaginales… En total serían 14 perforaciones.
- “Tía, voy a ponerte crema anestésica en tus labios vaginales, porque calmará un poco el dolor que voy hacerte.”
Sara sostuvo la máquina cerca del primero de los puntos marcados y miró a Jenny a los ojos… Ella tenía una regla en la boca para morder y soportar el dolor que le iba hacer su aobrina.
Jenny asintió y Sara contó regresivamente de 3 a 0.
- “Aaaaggh”, grito Jenny cuando la máquina perforó el primer agujero en su carne de los labios vaginales.
- “¿Duele, verdad?”, preguntó Sara.
- “Haz el resto rápido, antes de que cambie de opinión”, le pidió llorando su tía Jenny.
- “Aaaaggh… Aaaaggh… Aaaaggh… Aaaaggh”, estuvo gritando Jenny durante todo el proceso de perforar los catorce agujeros en sus labios vaginales.
Una vez terminado, Sara limpió el taller de la sangre de Jenny y regresaron a casa.
Jenny tomó algunos analgésicos y una pastilla para dormir y se fue a la cama… Se quedó en ella durante varios días para que cicatrizaran las heridas de los labios vaginales.
Mientras se estaba recuperando, Sara cuidaba la granja… Ella le dijo a los Peterson que su tía Jenny estaba con lumbalgia y que ella tenía que quedarse un tiempo para ayudar en la granja.
Mientras su tía Jenny se recuperaba, Sara jugó consigo misma durante estos días para aliviarse de lo caliente que estaba.
Mientras estaba en los campos, Sara notó lo grandes que se habían vuelto las berenjenas… Se había follado antes con pequeños pepinos, pero nunca con una berenjena.
Ahora las berenjenas tenían sólo 2/3 del tamaño final, pero ya parecían ser grandes para que Sara se pudiera follar con ellas.
No obstante, se llevó unos cuantas a casa y empezó a follarse con ellas… La más pequeña de ellas entró sorprendentemente fácil en su coño y se sintió muy bien estar tan llena… Lo hacía de pie delante de su tía para excitarse más.
A petición de su tía Jenny, Sara pronto comenzó a follarse con la berenjena más grande… Primero lo hizo despacio, pero animada por su tía no tardó en follarse rápido y metérsela profundamente.
Después de su tercer orgasmo, se recostó al lado de su tía para recuperar fuerzas pero con la berenjena enterrada en su coño.
Su tía Jenny decidió que Sara fuera a trabajar al campo con la berenjena metida en su coño pero tenía dificultad de mantenerla dentro… Su tía Jenny le dijo que trajese el cordel que utilizó para que el huevo vibrador no se le saliera y se lo pasó a través de sus piercings… Cuando terminó, estiró el cordel y sus labios se cerraron sobre la berenjena, que quedó totalmente escondida dentro de su coño... Jenny hizo un lazo en los extremos de la cinta y cuando Sara caminó se sintió muy caliente y con la orden de que no se lo quitase.
Por la noche Sara fue a la cocina y preparó la cena para ella y Jenny… La llevó a la habitación donde reposaba su tía Jenny.
- "¡Despierta cariño, la cena está servida!", le dijo
Jenny abrió los ojos y vio a Sara desnuda con un plato lleno de comida y con la cinta y el lazo todavía en su coño.
- “Esto es servicio de habitación… Sé que sólo es comida rápida, pero es todo lo que se hacer.”
- “No te preocupes, Sara, me siento mucho mejor… Mañana repararé yo la comida.”
- “¡Oh, me olvidé por completo de la ensalada!” y comenzó a desatar la cinta.
Jenny sonrió al ver que todavía llevaba la berenjena metida en el coño tal y como se lo había ordenado que lo hiciera.
- "Sé que todavía está cruda, pero tal vez quieras lamerla y saborearme… La he tenido metido en el coño desde esta mañana tal y como me lo ordenaste.”
La mayor parte de la comida permaneció intacta mientras las dos pasaban casi toda de la noche explorando sus cuerpos con manos y lengua y follándose con la berenjena.
Al día siguiente los dos salieron a trabajar en la finca... Era un día caluroso y muy pronto estuvieron cubiertas de sudor… La casa estaba lejos y los graneros también... Alrededor de los campos habían densos bosques.
- “Sara, hace mucho calor y podemos ponernos desnudas porque nadie nos va a ver”, le dijo su tía Jenny mientras le sonreía y comenzaba a desnudarse… Sara también se desnudó y siguieron trabajando en los campos durante aproximadamente media hora.
- “Será mejor que nos pongamos protector solar antes de convertirnos en gambas rojas”, le dijo su tía Jenny.
Comenzaron a frotarse la crema por todo el cuerpo y terminaron besándose y tocándose hasta correrse.
- "Ahora, después de desfogarnos, será mejor que trabajemos un poco más, querida", dijo tía Jenny.
Cuando pararon para comer, Jenny le preguntó a Sara sobre la berenjena que tuvo metida en el coño el día anterior.
- "Tuviste una berenjena metida en tu coño durante la mayor parte del día… ¿Te gusto?", le preguntó su tía Jenny.
- "Sí, fue una gran sensación muy excitante ir caminando. Y trabajar con algo tan grande metido dentro de mi coño.”
- “¿Alguna vez has tenido metida en tu coño una cosa tan grande?
- “No, pero me gustó mucho… ¿Y tú, tía?... Supongo que sí”
- “Sí… me he metido una berenjena todavía más grande que la tuya dentro de mi coño unas cuantas veces... Tengo un consolador que tiene mayor anchura que la berenjena que te metiste en tu coño ayer, con lo cual mi coño está tan abierto que puedes meterme la mano dentro cuando te apetezca hacerlo.
Jenny caminó hacia el campo lleno de berenjenas y cogió una grande… Luego se quitó los cordones de las botas de trabajo y le dijo a Sara:
- "Elige una berenjena, que sea un poco más grande que la que tenías ayer metida en tu coño para abrírtelo más."
Sara buscó algo que pudiera caber en su coño, mientras Jenny ya había comenzado a follarse con su berenjena.
Los ruidos que Jenny comenzó a hacer, hicieron fluir los jugos de Sara y rápidamente cogió una berenjena de buen tamaño… Si no hubiera estado tan cachonda, podría haber elegido una más pequeña, pero quería tener algo grande dentro de su coño, para no defraudar a su tía.
Los coños ambas tardaron un tiempo en dilatarse lo suficiente como para meterse toda la berenjena… Una vez que estuvieron casi completamente dentro, comenzaron a follarse la una a la otra, mientras se besaban y palpaban con la otra mano.
Lo hicieron de pie, con las berenjenas enterradas en sus coños hasta que se corrieron al menos tres veces… Se sentían realmente llenas y al principio caminaban un poco raras, pero sus cuerpos pronto se adaptaron a sus invasores… Cuando volvieron al trabajo con las berenjenas metidas dentro de sus coños, Sara dijo:
- “Esta noche, ¿puedes enseñarme a cocinar algo con estas berenjenas, tía?"
- “Claro, cariño, no sé qué receta usaremos, pero seguro que quedarán marinadas muy bien con los jugos que les estamos dando"
Y así siguieron mientras ambas estuvieron juntas, que fue durante bastante tiempo… Jenny emputeció mucho a su sobrina Sara que se hizo cada vez más y más viciosa.
Jenny vendió la mayor parte de su tierra de cultivo a un vecino, pero se quedó con la tierra más cercana a la granja y comenzó un negocio de vegetales orgánicos... Era mucho trabajo, por lo que Sara pasaba mucho tiempo sola una vez que llegaba a casa de la escuela.
En el pueblo había una pequeña fábrica de ropa, pero el negocio iba muy mal y sus dueños, el viejo Sr. y Sra. Peterson, tuvieron que despedir a la docena de personas que trabajaban para ellos.
Cómo todavía les quedaron algunos clientes, le preguntaron a Sara si le gustaría ir a trabajar para ellos los sábados y ella aceptó el trabajo con gusto... Comenzó barriendo y empacando pedidos, pero después de unos meses, los Peterson comenzaron a enseñarle cómo usar las máquinas y hacer ropa.
Jenny siempre estaba ocupada en la granja y después de cenar solía acostarse bastante temprano… Sara tenía un ordenador en su habitación y normalmente se quedaba hasta tarde navegando por la web en busca de nuevas ideas de moda… Ya se había hecho algunos conjuntos con los restos de telas de la fábrica.
Una noche en la que estaba buscando ropa muy moderna, se encontró con un artículo sobre ropa punk… Habían algunas fotos de chicas fuertemente tatuadas y perforadas.
Sara quedó intrigada por el aspecto general de estas mujeres y comenzó a buscarlas por internet y coleccionarlas… Cuanto más tiempo pasaba mirando fotos de ellas, más sabía que quería ser como ellas.
Pero hacerse un tatuaje estaba totalmente fuera de poderlo hacer, y mucho menos perforaciones como los lóbulos de las orejas que tenían la mayoría de las chicas.
Sara recordó haberle preguntado a su tía Jenny sobre perforarse las orejas hace unos años y Jenny no quiso.
‘Puede que no me salga con la mía con perforarme los lóbulos de las orejas o cualquier otra perforación facial, pero ¿qué pasa si me lo hago en otras partes de mi cuerpo que nadie puede ver?’, pensó.
Comenzó a investigar sobre cómo se hacen perforaciones caseras ya que había decidido perforarse sus pezones.
Encontró una aguja grande en el trabajo y cogió un poco de alcohol y vendas del botiquín de primeros auxilios.
Ahora todo lo que necesitaba eran algunas joyas... Encontró una tienda por internet que vendía camisetas de bandas de rock y todo tipo de ropa gótica, incluyendo joyería para perforaciones.
Astutamente compró una camiseta de Nirvana y unas joyas… De esta forma, si el paquete llegaba cuando Jenny estaba presente, ella tenía la camiseta como historia de tapadera.
Al día siguiente llegó el paquete... Jenny todavía estaba en los campos, por lo que ni siquiera se necesitaba el plan de cobertura… Abrió la caja y miró las joyas.
Se iba a hacer las perforaciones… Se mojó mucho pensando en eso.
Fue a la cocina a buscar hielo y el botiquín de primeros auxilios… Una vez de vuelta en su habitación, cerró la puerta detrás de ella y miró el reloj.
Tenía casi una hora y media antes de que Jenny llegara a casa, así que rápidamente preparó todo.
Usó el alcohol para limpiar todo y el hielo para endurecer sus pezones, aunque ya estaban bastante duros por la emoción.
Puso un corcho en un lado de su pezón izquierdo y colocó la aguja en el otro extremo… Respiró hondo, cerró los ojos y empujó la aguja directamente... Dolía mucho, pero una vez que se miró el pecho con una aguja atravesándolo, sintió tal oleada de placer que la mayor parte del dolor desapareció rápidamente.
Se las arregló para pasar la barra a través del agujero que había hecho la aguja... Había comenzado a sangrar un poco, por lo que no tenía más que realizar una pequeña cura y todo estaba listo.
Ahora tenía que hacer el pezón derecho... Fue un poco más difícil ya que ahora sabía cuánto le dolería, pero lo hizo de todos modos.
En solo 10 minutos terminó y se sintió genial… Era como si se hubiera transformado de una niña pequeña a una mujer muy sexy.
Cuando estaba volviendo a guardar el botiquín de primeros auxilios en el armario, Jenny entró en la casa.
- ¿Estás bien, cariño?, le preguntó.
- “No, no me siento muy bien… Creo que tomaré una aspirina y me acostaré temprano”, le mintió.
- “Bueno, cariño, espero que te sientas mejor mañana.”
Sara entró en su habitación y empezó a masturbarse… Sus pezones le dolían mucho al tocarlos, pero su coño hizo un verdadero milagro... Se corrió rápidamente ya que la calentura sexual se había estado acumulando en su cuerpo durante todo el día… Se quedó dormida muy pronto después de eso.
Se despertó bastante temprano a la mañana siguiente, ya que se había revolcado mientras dormía sobre sus pezones doloridos… Se quitó las tiritas y las limpió con un poco de alcohol… Dolía un poco, pero sabía que tenía que hacerlo para evitar una infección.
Después de aproximadamente 2 semanas, sus pezones ya no le dolían y se masturbaba tan a menudo como podía, principalmente jugando con sus pezones.
Unos meses después de que se perforara los pezones, la novedad había desaparecido... Algunas de las mujeres que había visto por internet tenían pezones con doble perforación y algunas incluso tenían joyas de gran calibre a través de los pezones.
Aparentemente, habían comenzado con el mismo tipo de perforación que tenía Sara, pero luego las habían estirado aumentando lentamente el tamaño de las joyas que usaban.
Sara quería estirar sus piercings en los pezones, pero ¿de dónde iba a sacar las joyas más grandes?... Hacer un pedido por internet era un riesgo demasiado grande… ¿Qué pasaría si su tía Jenny interceptaba su paquete?
Ella recordó que a su tío le gustaba el bricolaje y tenía un taller en uno de los graneros... Nadie había estado en ese taller desde que su tío había muerto… Se las arregló para abrir la puerta y comenzó a buscar algo que pudiera usar como joyería… Todo estaba cubierto de polvo… Encontró muchos frascos llenos de clavos de todo tipo de tamaños… Algunos de ellos eran sólo un poco más gruesos que las barras que tenía en sus pezones.
Estaban un poco oxidados, pero Sara logró recuperar el brillo con un poco de papel de lija que había encontrado... Se quitó una de las barras de su pezón y trató de empujar el clavo a través del agujero. Estaba muy apretado y estiraba su pezón, pero cuando usó un poco de saliva como lubricante, la punta finalmente atravesó el pezón.
Repitió el proceso en su otro pezón y volvió a ponerse la ropa.
En el camino de regreso a la casa, se hizo evidente que las puntas de las puntas de los clavos estaban un poco afiladas y se clavarían en su ropa.
Sara solucionó esto, momentáneamente, poniendo un pequeño trozo de corcho en la punta de cada clavo. Su escote era grande y nada más llegar a casa se cambió a un top con un escote menos revelador.
Ahora, cada momento que podía, jugaba con sus pezones, moviendo los clavos de un lado a otro, estirando los agujeros en el proceso.
Después de una semana, volvió al granero y encontró unos clavos más grandes… Tres meses después ya había estirado los agujeros de sus pezones a 4 mm.
Tuvo que ser creativa y usar una lijadora eléctrica para recortar las puntas largas de los clavos y así poder esconder los clavos en su sostén.
Cuando casi se acercaban las vacaciones de verano, los Peterson le pidieron ayuda en la fábrica de ropa durante la semana que se irían a ver a sus nietos… Le propusieron un horario de trabajo desde el viernes hasta el lunes por la mañana.
A Sara no le importaba, siempre y cuando pudiera ganar algo de dinero extra... También significaba que tenía la mayor parte de la semana libre y, por tanto, más tiempo para masturbarse.
Ella había comenzado a usar un pepino como consolador… El clima fue bueno para la cosecha y cada semana los pepinos crecieron más y más.
Sara usó parte de sus ganancias para tener una conexión a Internet más rápida, afirmando que lo necesitaba para el trabajo escolar… Pero en realidad era para poder mirar videos porno mientras se masturbaba.
La mayoría de las chicas, en los videos que le gustaban, tenían un clítoris perforado y algunas incluso tenían algunos anillos en sus labios vaginales.
Sara empezó a fantasear con hacerse un piercing ahí abajo, sobre todo porque se había quedado sin material adecuado para estirar más los agujeros de sus pezones.
Cuando llegó al trabajo el viernes siguiente, los Peterson le dijeron que habían conseguido un gran pedido… Tan grande que habían comprado algunas herramientas nuevas… Una de ellas era una pistola de ojales para cordones de zapatos accionada por aire a presión.
Los abrigos que tenían que hacer estaban diseñados para ponerles una fila de estos ojales a lo largo de las mangas y que eran, en este caso, puramente decorativo.
Según la cantidad de presión que se diera, se controlaba la profundidad del ojal… Sara rápidamente se acostumbró a la nueva máquina y pasó el resto del día perforando ojales en chaquetas.
Cuando llegó a casa, cenó rápidamente y luego se excusó, alegando que estaba cansada... Por supuesto que no se fue a la cama, sino que encendió su ordenador para ver porno nuevamente.
Le gustó encontrar una nueva chica en este sitio web… La chica tenía muchos tatuajes y piercings, pero lo más le llamó la atención fueron los piercings en los labios vaginales... No eran barras, ni anillos, sino agujeros reales con joyas que se parecían mucho a los ojales que había estado poniendo en la tela todo el día.
Tan pronto como los vio, Sara comenzó a masturbarse con furia y se corrió como nunca antes lo había hecho... Sabía que tenía que hacérselos.
Al día siguiente en el trabajo fue difícil concentrarse… Por suerte, tenía que hacer otra tarea hoy, pero no dejaba de mirar la máquina de ojales… Necesitaba encontrar una forma de estar a solas con esa máquina.
Durante el almuerzo, les preguntó a los Peterson si podía usar la cortadora para hacerse un vestido cuando terminase de trabajar.
- "Por supuesto querida… De hecho, creo que ya es hora de que te demos una llave para que puedas usar el taller cuando quieras."
El lunes Sara lo tenía todo completamente preparado... En su bolso puso: tiritas, alcohol y una crema anestésica que había comprado en el supermercado/farmacia… Se suponía que la crema tenía un efecto anestésico en la piel magullada… Ya se lo había aplicado en los labios vaginales antes de ir a trabajar y estuvo segura que funcionaría.
Su coño se sentía muy mojado con sólo pensar en lo que iba hacer.
A las 11 h. en punto fue al baño y se puso un poco más de crema anestésica en los labios vaginales... Deseaba ya que los Peterson se fueran… Finalmente lo hicieron poco después de la 13 h.
Sara observó cómo su coche se alejaba y luego cerró la puerta con llave… Rápidamente se desnudó y sacó todo lo necesario... Cogió los ojales de acero inoxidable que necesitaba ponerse y configuró la máquina para que dejara 2 cm entre ojal y ojal.
Luego usó un bolígrafo para marcar los cuatro puntos espaciados uniformemente en cada uno de los labios de su coño.
Se sentó en el suelo con las piernas abiertas y se metió un pequeño trozo de madera en la boca… De esa forma tenía algo que morder, en caso de que el dolor se volviera demasiado intenso.
La máquina estaba cargada con las dos piezas -delante y detrás- que pronto cortarían su carne y pondrían un ojal… Esto fue todo… no hay vuelta atrás.
Sara alineó la herramienta con la primera marca, respiró hondo y apretó el gatillo.
Un dolor agudo recorrió su cuerpo… Dolía muchísimo... Pero el resultado final se veía tan sexy que pronto se olvidó del dolor.
‘Es mejor terminar el resto rápido antes de que me acobarde’, penso.
En dos minutos y sufriendo mucho, Sara tenía 8 ojales de acero inoxidable en su coño… Cuatro en cada labio vaginal.
Limpió todo con el alcohol que había traído… Sorprendentemente, apenas había sangre.
Se puso el vestido, esta vez sin bragas, y se dirigió a casa... Una bolsa de hielo ayudó a adormecer el dolor y debería prevenir cualquier hinchazón.
Los días siguientes le dolía mucho cuando se movía, así que permaneció en cama la mayor parte del tiempo... Le dijo a su tía Jenny que tenía gripe.
Jenny estaba tan ocupada con sus verduras que no se dio cuenta de lo que realmente estaba pasando con su sobrina.
Todo el tiempo que Sara pasaba en la cama, también lo pasaba en conectada a internet.
Durante su investigación sobre los ojales, se encontró con otro método para hacerlos... para ello se utilizaba un trozo de tubería de metal de pequeño calibre… Ella lo quería para ponérselos en los pezones.
Sara recordó que había visto algunas tuberías de metal de pequeño calibre en el taller de su difunto tío.
Una vez que se sintió un poco mejor, fue al granero y encontró las tuberías e incluso algunas brocas que le ayudarían a que los extremos de los bordes tuviesen la forma adecuada.
Rápidamente cortó un pequeño trozo de tubo y metió la broca… Lo sujetó en un torno de banco y lo fue cerrando lentamente hasta que los bordes del tubo se doblaron en sus puntas de forma perfecta.
Sara experimentó con diferentes longitudes de tubo, con el fin de averiguar el tamaño correcto para terminar con un ojal ajustado en sus pezones.
Cogió el primer trocito de tubo y lo lubricó… Entró en el agujero de su pezón derecho con cierta dificultad consiguiendo un ojal de 5 mm.
Mientras ella acababa de comenzar a colocar otro trocito de tubo en el pezón izquierdo, sucedió algo inesperado.
La puerta se abrió y su tía Jenny entró en el taller.
- “¡Dios mío Sara, qué estás haciendo!”, le dijo.
Sara se asustó… Su tía la había pillado colocándose un tubito en el pezón izquierdo.
Trató de ocultar lo que estaba haciendo, pero ya era demasiado tarde, pero luego decidió terminar lo que había comenzado y terminó de colocarse el tubito en su pezón izquierdo a la espera de lo que su tía Jenny le dijera… Se temía lo peor.
Sorprendentemente, tía Jenny parecía estar intrigada por los pezones de Sara.
- "Lo siento tía, no sé qué me poseyó para hacer esto."
- "Está bien, querida… Te veo bonita con eso que te has puesto"
Sara estaba boquiabierta… Jenny no estaba enojada.
De repente, Jenny se quitó la blusa y el sostén para enseñarle que también tenía sus pezones perforados.
- "Me pregunto si podrías abrirme los míos como los tuyos."
Sara decidió que era hora de mostrar su coño decorado a su tía y se desnudó por completo.
- "Oh, querida, parece que nos vamos a divertirnos mucho las dos juntas… hace tiempo que tengo ganas de tí", dijo tía Jenny mientras movía su boca hacia el pezón izquierdo de Sara.
Un día después de que tía Jenny pillase a su sobrina Sara con sus piercings, pasaron el resto de la noche teniendo sexo increíble y agotador… A partir de ahora todo cambiaría en la casa.
Por la mañana, Sara todavía estaba medio dormida, pero notaba que algo dentro de su coño estaba vibrando… Primero, la vibración fue muy lenta, pero poco a poco se hizo más y más intensa.
También sintió que su tía Jenny le estaba chupando su pezón izquierdo… Abrió los ojos y miró directamente a los de su tía.
Jenny sonrió, pero siguió chupando y mordisqueando su pezón durante un rato, pero antes le dijo:
- "Buenos días cariño… ¿Estás disfrutando?"
Cuando se cansó de chupar, Jenny se enderezó y Sara notó algo cerca de su clítoris… Se puso de pie y se miró en el espejo de cuerpo entero… Tenía un cordón de zapato enhebrado a través de sus ocho piercings de sus labios vaginales, que estaban atados en un lazo en la parte superior… Y un cordel rojo salía por detrás de los dos piercings más bajos.
- “Soy muy viciosa y no pude resistirme a jugar contigo mientras aún dormías… Te metí un huevo vibrador en tu coño”, le dijo su tía Jenny.
Jenny cogió otro huevo vibrador en la mano, lo activó y lo puso contra el clítoris de su sobrina Sara mientras estaba de pie frente al espejo mirando lo que le hacía... Sara se corrió casi de inmediato.
Una vez que el orgasmo de Sara se acabó, desató el cordel que apretaba los labios vaginales de su coño y le sacó el huevo.
- “Tía, no puedo creer que tengas estos juguetes… Hasta ayer ni siquiera pensaba en ti como una persona sexual y viciosa... Pero aquí estás conmigo, con pezones perforados y vibradores”, le dijo Sara a su tía.
Jenny se rió y le respondió:
- “Lloré por tu tío durante los dos primeros años, pero después necesitaba tener sexo y correrme… Comencé a comprarme juguetes sexuales para disfrutar en la intimidad... Primero fue un vibrador, luego un consolador y más tarde estos huevos… Luego compré consoladores muy grandes y otras cosas más fuertes para conseguir más placer y enviciarme mucho.”
Sara no podía creer lo abiertamente que estaba hablando de sexo con su tía, y sintió una sensación de libertad como nunca antes lo había sentido... Le preguntó:
- “¿Cómo te has puesto anillos en los pezones, tía Jenny?... Recuerdo que cuando te pregunté acerca de perforarme las orejas, estabas en contra.”
- "Entonces tú tenías sólo 8 o 9 años cuando me preguntaste eso… Nunca dije que podrías perforártelas más adelante... Cuando compré uno de mis juguetes sexuales, venía con un DVD porno gratis… Una de las chicas que aparecía tenía los pezones perforados… Lo encontré muy excitante y quise hacérmelos yo… Así que compré algunas joyas por internet y usé una aguja grande del botiquín de primeros auxilios para perforarme los pezones”, le explicó su tía Jenny.
- “Igual hice yo, tía… ¿Cómo conseguiste que los agujeros de tus pezones fueran más grandes?... Dudo que hayas hecho eso de una sola vez.”
- “No, fuí abriéndomelos poco a poco… A razón de 1 mm más grande cada mes y ayer finalmente pude colocarme estos aros tan grandes.”
- “Me gustó lo que dije ayer, tía… Me gustan como los tienes y quiero ponerme aros gruesos también”
- “¿Hiciste lo mismo con tu coño?”, le preguntó su tía.
- “No, usé una máquina perforadora de ojales del taller de los Peterson para hacérmelos... De hecho, la máquina me cortó pequeños pedazos de carne… Fue muy doloroso.”
- “¿Hiciste eso en el trabajo?... ¿Cómo te las arreglaste para hacer eso sin que se dieran cuenta, Sara?”
- “Lo hice un día antes de las vacaciones de verano… Ellos se van a estar con sus nietos una semana... Me dieron una llave para que pudiera ir a trabajar… Ahora que lo pienso, hoy es jueves, ¿no?... Regresarán mañana, así que si realmente quieres que te perfore el coño, será mejor que lo hagamos hoy.”
Sara revisó su secreta caja de piercings y encontró el tubo de crema anestésica… Luego se vistieron y se fueron al taller de Peterson.
Jenny tuvo que desnudarse y sentarse en el suelo con las piernas abiertas… Sara obligó a su tía a poner las piernas abrazando las patas de la mesa, de modo que si le dolía mucho no pudiera cerrarlas.
Los labios vaginales de tía Jenny eran un poco más grandes y más largos que los de Sara, por lo que decidieron poner siete anillos en cada uno de sus labios vaginales… En total serían 14 perforaciones.
- “Tía, voy a ponerte crema anestésica en tus labios vaginales, porque calmará un poco el dolor que voy hacerte.”
Sara sostuvo la máquina cerca del primero de los puntos marcados y miró a Jenny a los ojos… Ella tenía una regla en la boca para morder y soportar el dolor que le iba hacer su aobrina.
Jenny asintió y Sara contó regresivamente de 3 a 0.
- “Aaaaggh”, grito Jenny cuando la máquina perforó el primer agujero en su carne de los labios vaginales.
- “¿Duele, verdad?”, preguntó Sara.
- “Haz el resto rápido, antes de que cambie de opinión”, le pidió llorando su tía Jenny.
- “Aaaaggh… Aaaaggh… Aaaaggh… Aaaaggh”, estuvo gritando Jenny durante todo el proceso de perforar los catorce agujeros en sus labios vaginales.
Una vez terminado, Sara limpió el taller de la sangre de Jenny y regresaron a casa.
Jenny tomó algunos analgésicos y una pastilla para dormir y se fue a la cama… Se quedó en ella durante varios días para que cicatrizaran las heridas de los labios vaginales.
Mientras se estaba recuperando, Sara cuidaba la granja… Ella le dijo a los Peterson que su tía Jenny estaba con lumbalgia y que ella tenía que quedarse un tiempo para ayudar en la granja.
Mientras su tía Jenny se recuperaba, Sara jugó consigo misma durante estos días para aliviarse de lo caliente que estaba.
Mientras estaba en los campos, Sara notó lo grandes que se habían vuelto las berenjenas… Se había follado antes con pequeños pepinos, pero nunca con una berenjena.
Ahora las berenjenas tenían sólo 2/3 del tamaño final, pero ya parecían ser grandes para que Sara se pudiera follar con ellas.
No obstante, se llevó unos cuantas a casa y empezó a follarse con ellas… La más pequeña de ellas entró sorprendentemente fácil en su coño y se sintió muy bien estar tan llena… Lo hacía de pie delante de su tía para excitarse más.
A petición de su tía Jenny, Sara pronto comenzó a follarse con la berenjena más grande… Primero lo hizo despacio, pero animada por su tía no tardó en follarse rápido y metérsela profundamente.
Después de su tercer orgasmo, se recostó al lado de su tía para recuperar fuerzas pero con la berenjena enterrada en su coño.
Su tía Jenny decidió que Sara fuera a trabajar al campo con la berenjena metida en su coño pero tenía dificultad de mantenerla dentro… Su tía Jenny le dijo que trajese el cordel que utilizó para que el huevo vibrador no se le saliera y se lo pasó a través de sus piercings… Cuando terminó, estiró el cordel y sus labios se cerraron sobre la berenjena, que quedó totalmente escondida dentro de su coño... Jenny hizo un lazo en los extremos de la cinta y cuando Sara caminó se sintió muy caliente y con la orden de que no se lo quitase.
Por la noche Sara fue a la cocina y preparó la cena para ella y Jenny… La llevó a la habitación donde reposaba su tía Jenny.
- "¡Despierta cariño, la cena está servida!", le dijo
Jenny abrió los ojos y vio a Sara desnuda con un plato lleno de comida y con la cinta y el lazo todavía en su coño.
- “Esto es servicio de habitación… Sé que sólo es comida rápida, pero es todo lo que se hacer.”
- “No te preocupes, Sara, me siento mucho mejor… Mañana repararé yo la comida.”
- “¡Oh, me olvidé por completo de la ensalada!” y comenzó a desatar la cinta.
Jenny sonrió al ver que todavía llevaba la berenjena metida en el coño tal y como se lo había ordenado que lo hiciera.
- "Sé que todavía está cruda, pero tal vez quieras lamerla y saborearme… La he tenido metido en el coño desde esta mañana tal y como me lo ordenaste.”
La mayor parte de la comida permaneció intacta mientras las dos pasaban casi toda de la noche explorando sus cuerpos con manos y lengua y follándose con la berenjena.
Al día siguiente los dos salieron a trabajar en la finca... Era un día caluroso y muy pronto estuvieron cubiertas de sudor… La casa estaba lejos y los graneros también... Alrededor de los campos habían densos bosques.
- “Sara, hace mucho calor y podemos ponernos desnudas porque nadie nos va a ver”, le dijo su tía Jenny mientras le sonreía y comenzaba a desnudarse… Sara también se desnudó y siguieron trabajando en los campos durante aproximadamente media hora.
- “Será mejor que nos pongamos protector solar antes de convertirnos en gambas rojas”, le dijo su tía Jenny.
Comenzaron a frotarse la crema por todo el cuerpo y terminaron besándose y tocándose hasta correrse.
- "Ahora, después de desfogarnos, será mejor que trabajemos un poco más, querida", dijo tía Jenny.
Cuando pararon para comer, Jenny le preguntó a Sara sobre la berenjena que tuvo metida en el coño el día anterior.
- "Tuviste una berenjena metida en tu coño durante la mayor parte del día… ¿Te gusto?", le preguntó su tía Jenny.
- "Sí, fue una gran sensación muy excitante ir caminando. Y trabajar con algo tan grande metido dentro de mi coño.”
- “¿Alguna vez has tenido metida en tu coño una cosa tan grande?
- “No, pero me gustó mucho… ¿Y tú, tía?... Supongo que sí”
- “Sí… me he metido una berenjena todavía más grande que la tuya dentro de mi coño unas cuantas veces... Tengo un consolador que tiene mayor anchura que la berenjena que te metiste en tu coño ayer, con lo cual mi coño está tan abierto que puedes meterme la mano dentro cuando te apetezca hacerlo.
Jenny caminó hacia el campo lleno de berenjenas y cogió una grande… Luego se quitó los cordones de las botas de trabajo y le dijo a Sara:
- "Elige una berenjena, que sea un poco más grande que la que tenías ayer metida en tu coño para abrírtelo más."
Sara buscó algo que pudiera caber en su coño, mientras Jenny ya había comenzado a follarse con su berenjena.
Los ruidos que Jenny comenzó a hacer, hicieron fluir los jugos de Sara y rápidamente cogió una berenjena de buen tamaño… Si no hubiera estado tan cachonda, podría haber elegido una más pequeña, pero quería tener algo grande dentro de su coño, para no defraudar a su tía.
Los coños ambas tardaron un tiempo en dilatarse lo suficiente como para meterse toda la berenjena… Una vez que estuvieron casi completamente dentro, comenzaron a follarse la una a la otra, mientras se besaban y palpaban con la otra mano.
Lo hicieron de pie, con las berenjenas enterradas en sus coños hasta que se corrieron al menos tres veces… Se sentían realmente llenas y al principio caminaban un poco raras, pero sus cuerpos pronto se adaptaron a sus invasores… Cuando volvieron al trabajo con las berenjenas metidas dentro de sus coños, Sara dijo:
- “Esta noche, ¿puedes enseñarme a cocinar algo con estas berenjenas, tía?"
- “Claro, cariño, no sé qué receta usaremos, pero seguro que quedarán marinadas muy bien con los jugos que les estamos dando"
Y así siguieron mientras ambas estuvieron juntas, que fue durante bastante tiempo… Jenny emputeció mucho a su sobrina Sara que se hizo cada vez más y más viciosa.