Hola mi Amor!!!!. Antes que nada, me voy a presentar. Me llamo JuanMa, soy Guatemalteco y nacionalizado Español (mi madre es de la provincia de Murcia), mi padre era guatemalteco pero falleció en 1,996. Tengo 42 años y cumplo 43 el 24 de diciembre. Tengo ojos verdes (tengo la cualidad, de que a veces me cambian según mi estado de animo o la luz), mido 1.76 metros y por ahora rondo los 81 kilos. Mi madre tiene un piso en Los Alcázares del Mar Menor y la última vez que fui, fue en el año 92.
Te cuento que el dÃ*a de ayer, buscando material para ponerme a tono, me topé con tu relato, me gusto mucho y encontré coincidencias. Por ejemplo, me fascina el sexo oral, ya que pienso que es lo más importante, para poner el ambiente como debe ser. Me gusta que mi compañera, se siente en mis piernas mirando hacia mÃ*, y se quite el jersey o top, razón por lo cual, me gustan las tetas grandes. Y si descubro que no tiene sujetador, GUAUUUUUUU, fabuloso. Si tuviera sujetador, me gustan de encaje, media copa, trasparentes y lo más importante: con broche adelante. Ahora, te voy a contar una de las experiencias que nunca se me van a olvidar. Sucedió en un pequeño chalet, ubicado en un centro recreativo, perteneciente a la compañÃ*a de luz, en la cual trabaje durante 13 años. Era fin de semana, me quedé solo con la que fue el gran amor de mi vida (digo fue, porque la dejé después de haber venido de pasar 15 dÃ*as en Los Alcázares), ya que sus hermanos se regresaron a la capital por compromisos. Después de haber nadado en la piscina, nos pusimos a ver televisión, terminó la pelÃ*cula, y me dijo: mi amor, me voy a bañar. Se levantó de la silla y mientras iba caminando a la habitación, se desabrocho la calzoneta del cuello (era de una pieza) y se la bajó a la cintura. Me ofreció una vista deliciosa, ya que me fascina ver las espaldas desnudas de las mujeres. Al salir de la habitación, le pude ver su gran lecherÃ*a en toda su expresión (las tiene grandes), y se fue al baño. Me dije: que hago aquÃ* sentado. Me levanté y me dirigÃ* al baño. Toqué antes de entrar (cortesÃ*a ante todo), sÃ*, me dijo; me voy a bañar. Ha bueno, contestó. En el espacio de la regadera, sin mentirte, cabrÃ*an como 25 personas, asÃ* que estábamos bastante cómodos. De inmediato me miró la verga, en sus 22 cm. Me acerqué y desde atrás le enjaboné la lecherÃ*a (otra cosa que me gusta), le restregué la verga en las nalgas, y como respuesta, me la enjabonó, despacio para no correrme en su mano. Para salir de baño, solamente se puso una playera (camiseta en España) de color celeste muy liviana, y nada más. Comprenderás, de mirarla caminar asÃ* hacia la cocina, me puse todavÃ*a más ganoso. La recosté boca arriba sobre la mesa del comedor, le apoyé los pies en el borde de la mesa, me senté en la silla y le abrÃ* las piernas. Durante 3 minutos, le di una súper mamada a su musaraña, con bastante pelo y todavÃ*a mojada del baño. Paso seguido, me dio una pequeña mamada de verga, nos fuimos al bar, me senté en una silla que tiene rueda para apoyar los pies, le dije que se sentara en mi verga, para lo cual se subió como subiéndose a un caballo, dándome la espalda. En el instante que se ensartó lentamente en mi verga, dijo: ¡que rico!, Apoyó sus manos en el bar, le quité la playera y me apoyé en sus grandes tetas. Fue un subibaja, bastante rico, (además, yo sabÃ*a que me podÃ*a correr sin miedos de embarazos, pues a ella, se le pone como piedra la lecherÃ*a, cuando puede hacer el amor sin quedar embarazada), hasta que llegamos juntos al clÃ*max. Después, nos bañamos nuevamente y cenamos de una vez. A las pocas horas, repetimos el acontecimiento en la habitación, esta vez después de comerle la musaraña (el coño), empezamos la sesión yo bocaarriba y ella sentada en mi verga, apoyada en la cabecera de la cama y dándome acceso a su lecherÃ*a (te cuento que me gusta que me la restrieguen en toda la cara) hasta que llegamos al punto. Bueno, esa noche, si le salió caro el consumo
Te cuento que el dÃ*a de ayer, buscando material para ponerme a tono, me topé con tu relato, me gusto mucho y encontré coincidencias. Por ejemplo, me fascina el sexo oral, ya que pienso que es lo más importante, para poner el ambiente como debe ser. Me gusta que mi compañera, se siente en mis piernas mirando hacia mÃ*, y se quite el jersey o top, razón por lo cual, me gustan las tetas grandes. Y si descubro que no tiene sujetador, GUAUUUUUUU, fabuloso. Si tuviera sujetador, me gustan de encaje, media copa, trasparentes y lo más importante: con broche adelante. Ahora, te voy a contar una de las experiencias que nunca se me van a olvidar. Sucedió en un pequeño chalet, ubicado en un centro recreativo, perteneciente a la compañÃ*a de luz, en la cual trabaje durante 13 años. Era fin de semana, me quedé solo con la que fue el gran amor de mi vida (digo fue, porque la dejé después de haber venido de pasar 15 dÃ*as en Los Alcázares), ya que sus hermanos se regresaron a la capital por compromisos. Después de haber nadado en la piscina, nos pusimos a ver televisión, terminó la pelÃ*cula, y me dijo: mi amor, me voy a bañar. Se levantó de la silla y mientras iba caminando a la habitación, se desabrocho la calzoneta del cuello (era de una pieza) y se la bajó a la cintura. Me ofreció una vista deliciosa, ya que me fascina ver las espaldas desnudas de las mujeres. Al salir de la habitación, le pude ver su gran lecherÃ*a en toda su expresión (las tiene grandes), y se fue al baño. Me dije: que hago aquÃ* sentado. Me levanté y me dirigÃ* al baño. Toqué antes de entrar (cortesÃ*a ante todo), sÃ*, me dijo; me voy a bañar. Ha bueno, contestó. En el espacio de la regadera, sin mentirte, cabrÃ*an como 25 personas, asÃ* que estábamos bastante cómodos. De inmediato me miró la verga, en sus 22 cm. Me acerqué y desde atrás le enjaboné la lecherÃ*a (otra cosa que me gusta), le restregué la verga en las nalgas, y como respuesta, me la enjabonó, despacio para no correrme en su mano. Para salir de baño, solamente se puso una playera (camiseta en España) de color celeste muy liviana, y nada más. Comprenderás, de mirarla caminar asÃ* hacia la cocina, me puse todavÃ*a más ganoso. La recosté boca arriba sobre la mesa del comedor, le apoyé los pies en el borde de la mesa, me senté en la silla y le abrÃ* las piernas. Durante 3 minutos, le di una súper mamada a su musaraña, con bastante pelo y todavÃ*a mojada del baño. Paso seguido, me dio una pequeña mamada de verga, nos fuimos al bar, me senté en una silla que tiene rueda para apoyar los pies, le dije que se sentara en mi verga, para lo cual se subió como subiéndose a un caballo, dándome la espalda. En el instante que se ensartó lentamente en mi verga, dijo: ¡que rico!, Apoyó sus manos en el bar, le quité la playera y me apoyé en sus grandes tetas. Fue un subibaja, bastante rico, (además, yo sabÃ*a que me podÃ*a correr sin miedos de embarazos, pues a ella, se le pone como piedra la lecherÃ*a, cuando puede hacer el amor sin quedar embarazada), hasta que llegamos juntos al clÃ*max. Después, nos bañamos nuevamente y cenamos de una vez. A las pocas horas, repetimos el acontecimiento en la habitación, esta vez después de comerle la musaraña (el coño), empezamos la sesión yo bocaarriba y ella sentada en mi verga, apoyada en la cabecera de la cama y dándome acceso a su lecherÃ*a (te cuento que me gusta que me la restrieguen en toda la cara) hasta que llegamos al punto. Bueno, esa noche, si le salió caro el consumo