Samantha y su Hijo Brian – Capítulo 001
Samantha es una mujer hermosa, de pelo rubio. Grandes nalgas, un lindo busto. separada desde hace años, las diferencias que tuvo con su esposo fueron de tal magnitud que no pudo sostener su matrimonio. tiene un hijo, Brian. Recién abandonó la adolescencia y está a punto de ir a estudiar a la Universidad.
Samantha trabaja en una empresa muy importante, muy eficiente en su trabajo, sus compañeros varones la admiran por su dedicación, muy eficiente con su trabajo. A la vez admiran su belleza, sus hermosas nalgas, sus compañeras la envidian, aún, así llevan una amistad aceptable con ella.
Mike tiene su escritorio frente a una mampara que separa el de Samantha, mañosamente había quitado la parte inferior de la mampara, para ver las piernas de su compañera. Sabiéndose protegida de las vistas la señora descuida su postura abre sus piernas para su comodidad. Mike colocaba su celular, grabando videos de las lindas piernas y de la parte más íntima de su compañera, conocía el color de su ropa interior que usaba a diario, eso lo mantenía excitado gran parte de su día.
El único hombre que había tenido hasta entonces fue su exmarido, y no se distinguió por tener una verga apreciablemente grande. Liliana se casó muy joven, había cumplido 18 años, a esa edad ya se le notaba un cuerpo formado. Sus compañeros de universidad la miraban con deseo, inteligente y con un carácter de líder, terminó su educación primaria en cuatro años, la secundaria en dos, la preparatoria en otros dos, a los 15 años ingresaba a la universidad.
Su madre una señora autoritaria, guapa, con un buen gusto por la ropa y el buen vestir, transmitió a Samantha esa manera, usaba faldas cortas, blusas escotadas, o pantalones pegados, leggins, ropa interior muy linda.
Mike solo tenía en mente poseer a su compañera de trabajo, la mujer le gustaba, la deseaba, y sabía que en un momento la tendría en sus brazos, se dirigió al motel que el conocía cuando estuvo a la entrada Liliana le dijo.
Samantha, estaba deseosa, exultante, su boca pegada a la de su compañero una de sus manos sobre su cuello, la otra buscó en la entrepierna, sintió la dureza del miembro viril de su compañero,
En la habitación de Brian, un ruido interrumpió su sueño, se encontraba en plena adolescencia, sus hormonas estaban al máximo, la mayor parte del tiempo la pasaba en casa, en su computadora, haciendo tarea, ayudando a su madre en el arreglo de la casa. Samantha se sentía en casa vistiendo solo ropa interior, o con shorts pequeños, recortados de jeans, siempre lo hizo, Brian se acostumbró a verla de esa manera, solo que ahora, a su edad, por momentos olvidaba que era su madre, mirando su cuerpo como el de una mujer.
Samantha dobló las piernas, tomó una almohada se la colocó bajo las caderas, abierta completamente de piernas para ofrecer al hombre su intimidad, su sexo. Su vulva. Mike, lamió su clítoris, bajó a sus labios mayores, introdujo su lengua durante un buen rato, sacando suspiros, gemidos, palabras animando al hombre a seguir con su caricia; la posición de Samantha le permitió a Mike bajar más su cabeza lamiendo su rafe, abrió utilizando sus manos las hermosas nalgas de la señora. Lamio, y metió su lengua en su pequeño agujero.
Samantha es una mujer hermosa, de pelo rubio. Grandes nalgas, un lindo busto. separada desde hace años, las diferencias que tuvo con su esposo fueron de tal magnitud que no pudo sostener su matrimonio. tiene un hijo, Brian. Recién abandonó la adolescencia y está a punto de ir a estudiar a la Universidad.
Samantha trabaja en una empresa muy importante, muy eficiente en su trabajo, sus compañeros varones la admiran por su dedicación, muy eficiente con su trabajo. A la vez admiran su belleza, sus hermosas nalgas, sus compañeras la envidian, aún, así llevan una amistad aceptable con ella.
- Samantha, buena tarda, este… me agradaría invitarte una copa al terminar nuestras labores. ¿Aceptas?
Mike tiene su escritorio frente a una mampara que separa el de Samantha, mañosamente había quitado la parte inferior de la mampara, para ver las piernas de su compañera. Sabiéndose protegida de las vistas la señora descuida su postura abre sus piernas para su comodidad. Mike colocaba su celular, grabando videos de las lindas piernas y de la parte más íntima de su compañera, conocía el color de su ropa interior que usaba a diario, eso lo mantenía excitado gran parte de su día.
- Mike ¿No tendrás problemas en casa? No me gustaría causarte una desavenencia con tu señora.
- Para nada, no tengo hora de llegar a casa, mi esposa me espera una hora razonable, después se acuesta. Además, solo será una copa, platicaremos, después cada quien a su casa.
- Bueno, me parece bien, ¿tienes algún lugar de tu preferencia?
- Gracias Sam por aceptar una copa. Espero te sientas bien.
- Gracias a ti por invitarme, hace tiempo no tenía un respiro en mi vida.
- Vamos a otro lado, aquí pueden vernos. -dijo Samantha-
El único hombre que había tenido hasta entonces fue su exmarido, y no se distinguió por tener una verga apreciablemente grande. Liliana se casó muy joven, había cumplido 18 años, a esa edad ya se le notaba un cuerpo formado. Sus compañeros de universidad la miraban con deseo, inteligente y con un carácter de líder, terminó su educación primaria en cuatro años, la secundaria en dos, la preparatoria en otros dos, a los 15 años ingresaba a la universidad.
Su madre una señora autoritaria, guapa, con un buen gusto por la ropa y el buen vestir, transmitió a Samantha esa manera, usaba faldas cortas, blusas escotadas, o pantalones pegados, leggins, ropa interior muy linda.
Mike solo tenía en mente poseer a su compañera de trabajo, la mujer le gustaba, la deseaba, y sabía que en un momento la tendría en sus brazos, se dirigió al motel que el conocía cuando estuvo a la entrada Liliana le dijo.
- No Mike, ahí no, no me sentiría a gusto.
- Pero… ¿A dónde vamos?
- No lo sé. ¿Qué hora es?
- Las once de la noche. Faltan diez minutos.
- Vamos a mi casa, mi hijo a esta hora ya está dormido. Entramos con cuidado para no despertarlo.
Samantha, estaba deseosa, exultante, su boca pegada a la de su compañero una de sus manos sobre su cuello, la otra buscó en la entrepierna, sintió la dureza del miembro viril de su compañero,
- Vamos a mi recámara estaremos en intimidad, mi hijo debe dormir.
- Estás hermosa, Siempre te he admirado, me gustas mucho. Soy agraciado, no te ofendas en la oficina eres el deseo de los compañeros también de Ruth. (la chica tenía fama de ser lesbiana) Todos te miran, te desean, solo yo me atreví a invitarte.
- Si, me doy cuenta, siento la mirada de mis compañeros también sé que Ruth de su preferencia.
- Es bisexual, corrigió, le gustan hombres y mujeres.
- ¡Oh! ¿Esto es lo que me vas a dar? Está muy grande y gordo.
- ¿Te parece? Creo que es normal.
- Si, así, lame, chupa, me tienes ardiendo, estoy caliente, deseosa.
- Sigue cabrón sigue, dame tu lengua, quiero correrme, méteme la lengua, toda, métemela toda.
En la habitación de Brian, un ruido interrumpió su sueño, se encontraba en plena adolescencia, sus hormonas estaban al máximo, la mayor parte del tiempo la pasaba en casa, en su computadora, haciendo tarea, ayudando a su madre en el arreglo de la casa. Samantha se sentía en casa vistiendo solo ropa interior, o con shorts pequeños, recortados de jeans, siempre lo hizo, Brian se acostumbró a verla de esa manera, solo que ahora, a su edad, por momentos olvidaba que era su madre, mirando su cuerpo como el de una mujer.
Samantha dobló las piernas, tomó una almohada se la colocó bajo las caderas, abierta completamente de piernas para ofrecer al hombre su intimidad, su sexo. Su vulva. Mike, lamió su clítoris, bajó a sus labios mayores, introdujo su lengua durante un buen rato, sacando suspiros, gemidos, palabras animando al hombre a seguir con su caricia; la posición de Samantha le permitió a Mike bajar más su cabeza lamiendo su rafe, abrió utilizando sus manos las hermosas nalgas de la señora. Lamio, y metió su lengua en su pequeño agujero.
- Me estas llevando al mismísimo cielo, sigue. Estoy por correrme.
- Vas a disfrutar como nunca.
- ¡Oh, Qué rico! ¡Oh, que rico! Ahora cógeme, méteme la verga.
- No, por ahí no, por favor.
- Tranquila, es parte del juego, solo si lo deseas, si me lo pides te cojo por el recto.
- ¡Oh si, dámela! ¡Toda, dámela!
- Muévete Mike, dame duro.
- Abre tus piernas, me tienes atrapado.
- Dame fuerte, métela toda, cógeme, penétrame.
- Estoy por venirme, no creo tardar mucho. ¡Oh que rico! ¡Oh que sabroso! hacía tanto que no disfrutaba esto.
- Yo estoy igual no aguantaré tanto, mamita linda, date dura, clávate en mi verga, gózala, es toda tuya.
- Oh, me corro, me estoy viniendo muy sabroso.
- También yo, que sabrosa pucha tienes, que rico es coger contigo.
- Saca tu mano de mi trasero por favor, no, ahí no.
- Gracias Mike, ahora debes irte, es tarde, mi hijo puede despertar.