Samantha y su Hijo Brian – Capítulos 001 al 003

heranlu

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Samantha y su Hijo Brian – Capítulo 001


Samantha es una mujer hermosa, de pelo rubio. Grandes nalgas, un lindo busto. separada desde hace años, las diferencias que tuvo con su esposo fueron de tal magnitud que no pudo sostener su matrimonio. tiene un hijo, Brian. Recién abandonó la adolescencia y está a punto de ir a estudiar a la Universidad.

Samantha trabaja en una empresa muy importante, muy eficiente en su trabajo, sus compañeros varones la admiran por su dedicación, muy eficiente con su trabajo. A la vez admiran su belleza, sus hermosas nalgas, sus compañeras la envidian, aún, así llevan una amistad aceptable con ella.

  • Samantha, buena tarda, este… me agradaría invitarte una copa al terminar nuestras labores. ¿Aceptas?
Mike es un hombre joven de 35 años, casado, padre de familia de dos nenas muy lindas, un hombre por el cual suspiran muchas mujeres, alto, moreno, ojos verdes, manos grandes y fuertes. Últimamente ha tenido muchas atenciones con Samantha, ella conoce su situación, en alguna ocasión tuvo la oportunidad de saludar a la Mary, esposa de su compañero, también muy bella.

Mike tiene su escritorio frente a una mampara que separa el de Samantha, mañosamente había quitado la parte inferior de la mampara, para ver las piernas de su compañera. Sabiéndose protegida de las vistas la señora descuida su postura abre sus piernas para su comodidad. Mike colocaba su celular, grabando videos de las lindas piernas y de la parte más íntima de su compañera, conocía el color de su ropa interior que usaba a diario, eso lo mantenía excitado gran parte de su día.

  • Mike ¿No tendrás problemas en casa? No me gustaría causarte una desavenencia con tu señora.
  • Para nada, no tengo hora de llegar a casa, mi esposa me espera una hora razonable, después se acuesta. Además, solo será una copa, platicaremos, después cada quien a su casa.
  • Bueno, me parece bien, ¿tienes algún lugar de tu preferencia?
A las cinco en punto Samantha guardó su trabajo, entró al baño, arregló su maquillaje y se dispuso a salir y se dirigió al estacionamiento. Mike la vio llegar, bajó del auto, abrió la portezuela para que su compañera ocupara su lugar. El hombre no desaprovechó el momento para ver el par de hermosas piernas. Ella cuidó de sentarse con las piernas cerradas, sin embargo, su corta falda azul se abrió lo que permitió a Mike ver la entrepierna de Liliana, se dio cuenta que se había cambiado la tanga azul por una amarilla trasparente. Ninguno de los dos amigos se dio cuenta que unos ojos indiscretos los habían visto.

  • Gracias Sam por aceptar una copa. Espero te sientas bien.
  • Gracias a ti por invitarme, hace tiempo no tenía un respiro en mi vida.
La velada estuvo muy agradable, no fue una copa. Después de la primera vinieron las demás, Samantha estaba exultante, reía, se sentía a gusto con su compañero, el hombre más codiciado de la oficina. Se sentía excitada, con los ligeros tocamientos de Mike sobre sus piernas, la cercanía del macho igualmente excitado su pantalón lo denotaba, en un arranque se acercó a ella y le dio un beso en la boca, Samantha lo aceptó, pasó su lengua sobre los labios señal de aceptación del beso de su acompañante. Entonces se besaron abrieron sus bocas, jugaron con sus lenguas, las manos del tipo se posaron sobre las piernas de Liliana, instintivamente las abrió, la caricia no se hizo esperar, una de sus manos hurgó entre ellas, y palpó, tocó acarició de una manera por demás sabrosa.

  • Vamos a otro lado, aquí pueden vernos. -dijo Samantha-
Mike pago la cuenta, salieron del lugar, una vez fuera del establecimiento la abrazó, se besaron frenéticamente, ambos excitados, deseando a su amante casual, Mike bajó ambas manos hasta tocar sus hermosas nalgas, Grandes, paradas, algo que siempre admiró. Liliana llevó la mano a la entrepierna del hombre, toco su miembro viril. ¡Oh está grande! -Pensó- ¡Muy grande!

El único hombre que había tenido hasta entonces fue su exmarido, y no se distinguió por tener una verga apreciablemente grande. Liliana se casó muy joven, había cumplido 18 años, a esa edad ya se le notaba un cuerpo formado. Sus compañeros de universidad la miraban con deseo, inteligente y con un carácter de líder, terminó su educación primaria en cuatro años, la secundaria en dos, la preparatoria en otros dos, a los 15 años ingresaba a la universidad.

Su madre una señora autoritaria, guapa, con un buen gusto por la ropa y el buen vestir, transmitió a Samantha esa manera, usaba faldas cortas, blusas escotadas, o pantalones pegados, leggins, ropa interior muy linda.

Mike solo tenía en mente poseer a su compañera de trabajo, la mujer le gustaba, la deseaba, y sabía que en un momento la tendría en sus brazos, se dirigió al motel que el conocía cuando estuvo a la entrada Liliana le dijo.

  • No Mike, ahí no, no me sentiría a gusto.
  • Pero… ¿A dónde vamos?
  • No lo sé. ¿Qué hora es?
  • Las once de la noche. Faltan diez minutos.
  • Vamos a mi casa, mi hijo a esta hora ya está dormido. Entramos con cuidado para no despertarlo.
Samantha le indicó la dirección y allá se dirigió. Tardaron algo más de 20 minutos en llegar al lugar, las luces de la casa estaban apagadas señal que Brian estaba descansando. Liliana abrió la puerta de su casa, Mike la abrazó besó en la boca, obligó a que la abriera para explorar dentro de ella, sus lenguas se unieron. Las manos originalmente en el cuello bajaron por su espalda lentamente hasta alcanzar sus hermosas nalgas, no solo eso, levantó su pequeña falda y acarició sus nalgas desnudas, veladas solo con una fina tanga.

Samantha, estaba deseosa, exultante, su boca pegada a la de su compañero una de sus manos sobre su cuello, la otra buscó en la entrepierna, sintió la dureza del miembro viril de su compañero,

  • Vamos a mi recámara estaremos en intimidad, mi hijo debe dormir.
Caminaron por el pasillo, antes de llegar a su cuarto abrió la puerta de su hijo, lo vio acostado, totalmente desnudo, era la manera como acostumbraba a dormir. Ya en su habitación cerró la puerta. Parados frente a frente sin decir una palabra se abrazaron, unieron sus bocas en un beso profundo e interminable, Samantha recibió la lengua de su amante, se separaron por un momento, las ávidas manos del hombre deshicieron los botones de la blusa de ella, la prenda cayó sus pechos surgieron preciosos, contenidos solo por un hermoso brasier de encaje, el hombre metió su cara entre ellos, olió el perfume que emanaban, lamió entre la conjunción de ambos senos, pasó la mano por la espalda y deshizo el broche, Sam, se deshizo de su bra, sus tetas aparecieron hermosas a los ojos de Mike, fijó su vista sobre ellas, admirándolas, sus manos las acariciaron.

  • Estás hermosa, Siempre te he admirado, me gustas mucho. Soy agraciado, no te ofendas en la oficina eres el deseo de los compañeros también de Ruth. (la chica tenía fama de ser lesbiana) Todos te miran, te desean, solo yo me atreví a invitarte.
  • Si, me doy cuenta, siento la mirada de mis compañeros también sé que Ruth de su preferencia.
  • Es bisexual, corrigió, le gustan hombres y mujeres.
Mike se apartó un poco para despojarse de su ropa, quedó solo en trusa, abrazó a su amante en un beso profundo, acariciando sus nalgas bajo la minifalda de la mujer. Una mano de Sam se posó sobre una nalga del hombre, la otra sobre su paquete, sobre la tela de su trusa, lo sintió turgente duro, inhiesto, turgente, bien parado.

  • ¡Oh! ¿Esto es lo que me vas a dar? Está muy grande y gordo.
  • ¿Te parece? Creo que es normal.
Sam deseaba ser conducida, siempre se había comportado de esa manera ante un hombre, se dejó llevar hasta la cama, el tipo la tendió sobre ella, aún conservaba su pequeña falda, la levantó hasta su cintura, su tanga delineaba los gruesos labios de su sexo, Mike se arrodilló abrió sus piernas, metió su cara entre ellas y lamió, si, lamió sobre la delicada tela de su tanga.

  • Si, así, lame, chupa, me tienes ardiendo, estoy caliente, deseosa.
Mike lamió durante un momento, despojo a Sam de su pequeña y húmeda tanga y siguió dando placer a su amante, abriendo sus labios para introducir su lengua lo más profundo posible, lamía su clítoris, una y otra vez, Samantha se sentía en la gloria, colocó las piernas sobre la cama para poder bajar su boca hasta su perineo y el ano.

  • Sigue cabrón sigue, dame tu lengua, quiero correrme, méteme la lengua, toda, métemela toda.
Mike no hablaba, estaba concentrado en su rica mamada, Sam disfrutaba, jadeaba, gruñía, hacía tanto tiempo que no disfrutaba de un hombre y ahora lo tenía ahí a su disposición para hacerla gozar.

En la habitación de Brian, un ruido interrumpió su sueño, se encontraba en plena adolescencia, sus hormonas estaban al máximo, la mayor parte del tiempo la pasaba en casa, en su computadora, haciendo tarea, ayudando a su madre en el arreglo de la casa. Samantha se sentía en casa vistiendo solo ropa interior, o con shorts pequeños, recortados de jeans, siempre lo hizo, Brian se acostumbró a verla de esa manera, solo que ahora, a su edad, por momentos olvidaba que era su madre, mirando su cuerpo como el de una mujer.

Samantha dobló las piernas, tomó una almohada se la colocó bajo las caderas, abierta completamente de piernas para ofrecer al hombre su intimidad, su sexo. Su vulva. Mike, lamió su clítoris, bajó a sus labios mayores, introdujo su lengua durante un buen rato, sacando suspiros, gemidos, palabras animando al hombre a seguir con su caricia; la posición de Samantha le permitió a Mike bajar más su cabeza lamiendo su rafe, abrió utilizando sus manos las hermosas nalgas de la señora. Lamio, y metió su lengua en su pequeño agujero.

  • Me estas llevando al mismísimo cielo, sigue. Estoy por correrme.
Mike detuvo un momento la caricia para decirle.

  • Vas a disfrutar como nunca.
Se volvió a pegar a su vulva, lamió. Sam no aguantó más su cuerpo se estremeció, después se puso rígida, comenzó a temblar, estaba experimentando un orgasmo muy fuerte-

  • ¡Oh, Qué rico! ¡Oh, que rico! Ahora cógeme, méteme la verga.
El hombre sabía que podía sacarle más orgasmos, antes de continuar jaló su falda para que Samantha quedara completamente desnuda. En la posición que estaba se metió entre sus piernas, le pasó la verga por su vulva, presiono su clítoris, rotando el glande sobre él, luego lo fue bajando, con sus manos abrió las nalgas y le puso la verga a la entrada de su agujerito, hizo un poco de presión sobre él.

  • No, por ahí no, por favor.
  • Tranquila, es parte del juego, solo si lo deseas, si me lo pides te cojo por el recto.
Estuvo jugando un rato, hasta que dirigió su falo a la entrada de la vagina, Sam estaba húmeda, caliente, deseosa de sentirla, El hombre se la restregó en la entrada, poniendo atención en el clítoris. Hizo presión y poco a poco fue introduciendo su miembro, en el hambriento conducto de Sam. La gorda y larga verga abrió, penetró lentamente la vagina que no había sentido algo así desde hacía mucho tiempo.

  • ¡Oh si, dámela! ¡Toda, dámela!
Samantha sintió como era invadida por ese gran falo. Acostada, con las piernas abiertas y el hombre entre ellas. Lo abrazó con sus piernas para permitir una penetración completa y así fue su cerviz fue traspasada por el inhiesto falo. Comenzó a moverse muy lentamente para disfrutar, necesitaba también la cooperación de su compañero.

  • Muévete Mike, dame duro.
  • Abre tus piernas, me tienes atrapado.
Sam abrió sus piernas para permitir el libre movimiento de su hombre ocasional, Mike comenzó con un movimiento lento, haciéndolo de tal modo que friccionaba el clítoris, Mike es un consumado amador, no cabía duda, poco a poco fue moviéndose con mayor rapidez, la mujer deliraba, verdaderamente estaba disfrutando de una sabrosa cogida, pasaron unos cuantos minutos, Sam estaba a punto de lograr su segundo orgasmo. Estaba desatada, tanto tiempo sin hombre, tanto tiempo sin sentir una boca en su pucha, tanto tiempo sin sentir una verga dentro de ella.

  • Dame fuerte, métela toda, cógeme, penétrame.
Brian se despejo de su sueño, seguía escuchando ruido, decidió averiguar lo que sucedía en el cuarto de su madre, se puso un short, caminó muy despacio la distancia que separaba hasta la puerta de la habitación, giró la perilla, y abrió la puerta con mucho cuidado lo suficiente para ver lo que sucedía. Ahí sobre la cama, la mujer estaba montada sobre un hombre dándose sentones, ella misma se estaba penetrando sobre la gran verga del tipo, Samantha estaba montada, de frente a la cara de Mike, dando la espalda a la entrada de su recamara y en ese preciso momento Brian miró a su madre, se dio cuenta de lo que sucedía con su progenitora.

  • Estoy por venirme, no creo tardar mucho. ¡Oh que rico! ¡Oh que sabroso! hacía tanto que no disfrutaba esto.
  • Yo estoy igual no aguantaré tanto, mamita linda, date dura, clávate en mi verga, gózala, es toda tuya.
Brian estaba desconcertado, a la vez que no perdía detalle de lo que hacían los dos amantes, Fijó su vista en las nalgas de su madre, hermosas, -pensó- a la vez sentía rabia. Pero a la vez estaba excitado, caliente, la vista que tenía al frente lo había calentado al máximo. En ese punto su madre estaba totalmente clavada en la estaca de Mike, se tendió sobre él abriendo su boca para recibir la lengua del varón, se fundieron en un beso largo y profundo, en esa posición Brian miró las grandes nalgas de su madre, y como estaba clavada con el falo de ese desconocido para él, también miró como el tipo le abría las nalgas, y como estaba fruncido su anito.

  • Oh, me corro, me estoy viniendo muy sabroso.
  • También yo, que sabrosa pucha tienes, que rico es coger contigo.
Los amantes continuaron moviéndose, en un intento de sacar más placer, la verga del tipo traspasaba la cerviz, y por fin deposito en ella su semen, llegó el momento en que detuvieron su movimiento, juntando sus bocas en una lucha de lenguas, las manos del hombre acariciaban su cuello, su espalda, llegando hasta las nalgas, sus dedos hurgaron su pequeño agujerito, con dos dedos que previamente había lubricado con la saliva de Samantha.

  • Saca tu mano de mi trasero por favor, no, ahí no.
Ambos se tiraron sobre la cama, estaban exhaustos, se abrazaron se besaron, no pronunciaron ninguna palabra.

  • Gracias Mike, ahora debes irte, es tarde, mi hijo puede despertar.
El hombre se vistió apresuradamente, cayó en cuenta que llevaba mucho tiempo sin llegar a casa. Brian escuchó a su madre, y se retiró a su cuarto, sumamente excitado, necesitaba hacer algo para bajar esa calentura.
 

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Samantha y su Hijo Brian – Capítulo 002

A media noche Brian dormía en su cuarto, había sido un día difícil para él, era época de exámenes, hoy había tenido uno de los más difíciles. Algo lo hizo despertar, si, ruidos, se levantó, hacía calor, dormía solo con una trusa, salió de su cuarto, si, los ruidos venían del cuarto de su madre, ¿Qué le sucederá? -pensó- Abrió la puerta con mucho cuidado tratando de no hacer ruido, lo que miró lo dejó atónito, si, su madre estaba teniendo sexo otra vez con un tipo.

  • Si, dame más, no pares. Si, oh que sabroso. Estoy por correrme. No pares por favor.
Debo hacer algo para parar esto, no puede seguir haciéndolo en casa, Maldición madre, ¿Con quién estás ahora?

Vio al tipo acostado sobre la cama boca arriba, y a su madre montada sobre él dándose ella misma con fuerza. La verga del hombre entraba y salía, por un momento quedaba clavada, sintiendo toda la estaca del tipo tocando su cerviz, luego se salía dejando solo el glande para dejarse caer penetrándose completamente.

  • ¡Oh que rico! ¡Oh, que sabroso!
  • Eres una divinidad querida.
  • No me digas querida, somos amantes ocasionales, nunca seré nada más Alberto.
Brian desde su escondite estaba excitado de ver a su madre en brazos del hombre que se la estaba cogiendo, sacó su pene de ya bien erecto, y comenzó a masturbarse. Pensó, No puede ser que me haya calentado mirando como tiene ese tipo a mi madre, No puede ser. No sé que me sucede, se me ha parado la verga. Mientras tanto los dos amantes seguían disfrutando.

  • Así Dame duro, no pares, estoy por correrme. ¡Oh, si que rico! Dame más.
  • También me voy a venir, falta poco.
El hombre estaba entre sus piernas, dando duro, tratando de correrse y hacer venir a Samantha.

  • Ya, me viene, no pares, cógeme, méteme la verga.
  • Estoy igual
En ese momento se produjo un estremecimiento en ambos amantes, el hombre introducía su verga hasta el fondo, la mujer se aferraba a él con sus manos lanzando un grito.

  • Me corro cabrón, me corro. Que rico.
La verga del hombre comenzó a bajar poco a poco, hasta salirse de la vagina de Samantha. Se tiraron sobre la cama, cansados, habían estado cogiendo durante más de cuarenta minutos.

  • ¿Escuchaste ese ruido? ¿Cerraste la puerta como te dije?
Por la mañana, Brian bajó a la cocina, sentía hambre, desayunaría para ir a su escuela, ahí en la cocina se encontraba su madre, como siempre, vistiendo ropa interior, un conjunto de bragas y brasier coordinados, mostrando su hermoso cuerpo.

  • Tu desayuno está listo, y servido.
  • Si mamá, gracias, debo apurarme para ir al colegio. Deberías de hacer esas cosas.
  • ¿A que te refieres cariño? ¿Cuáles cosas? ¿Puedes explicarte?
  • Sabes bien a que me refiero. Anoche lo vi todo, dejaste la puerta abierta. ¿Ese hombre es tu novio? Creo que no, porque es el segundo que te conozco. No es la primera vez que escucho que tienes sexo en tu cuarto.
  • Este, No sé que decirte, él no es mi novio, es un amigo. Sabes soy una mujer joven, tengo mis necesidades, tu padre no vive conmigo. Lo siento cariño, es algo que no debiste haber visto. De verdad lo siento.
  • ¿Y que hay con ese tipo gordo que he visto? Jhon, o como se llame.
  • Son amigos nada más.
  • ¿Ahora dejas que tus amigos te cojan cada vez que tienes ganas y que ellos quieran?
  • ¿Por qué me hablas así hijo? Cometí un error, pero no debes hablarme de esa manera, soy tu madre.
  • Te hablo así porque te amo, precisamente por eso, porque eres mi madre.
Durante el desayuno no se habló más del tema, al terminar cada uno se fue a su recámara para arreglarse y salir a sus actividades. Brian llegó cansado de la escuela, se calentó algo que su madre había dejado en el refrigerador. Al terminar de comer se fue a su cuarto para hacer un trabajo de la escuela, eran las ocho de la noche cuando terminó cansado, buscó un sitio porno en su laptop. Se le ocurrió abrir la cuenta de correo de su madre Tenía curiosidad por conocer quien la contactaba, que le enviaban. Conocía su clave, no sería problema para él.

Estuvo buscando y no, no aparecía nada, solo cuestiones de trabajo, aparecían algunas fotos de ella con compañeros en el trabajo. Y si, dos de los que aparecían con ella en las fotos eran hombres con los que la había sorprendido cogiendo. Estaba por cerrar la aplicación. Y pensó.

¿Qué hago hurgando en las cosas de mi madre?

Solo le faltaba el click para cerrar cuando apareció un mensaje. No, no lo vería, era demasiado, pero… Lo abrió, era tanta su curiosidad que no aguantó.

Mira preciosa puta. Te mando fotos en un archivo adjunto, que me hicieron llegar, míralas a partir de mañana debes hacer todo cuanto te ordene. Abre el archivo, preciosa y disfruta de la pija que te estás comiendo. Te recuerdo las reglas de mi compañía, nada de romances entre mis empleados.

Y si, abrió el archivo adjunto, miró cada una de las fotos de su madre, en las posiciones mas eróticas, aparecía hincada frente al tipo, con más de media pija metida en su boca, siguió a la siguiente, aparecía boca abajo, el tipo estaba tras de ella penetrándola, en la siguiente boca arriba y el tipo entre sus piernas, mamando su pucha. Así cada una hasta que las miró todas.

Vaya con mi madre, con ese tipo nunca la había visto, se ve que disfruta mucho del sexo.

El día para Samantha fue muy difícil, eran las once de la noche, cuando regresó a casa.

  • Cariño estoy en casa, Buena noche hijo, regresé, estoy cansada.
Darío estaba excitado después de ver las fotos que había mirado sobre su madre, por una parte estaba preocupado por el mensaje del hombre que le mencionaba. Una y otra vez venían a su mente. Te recuerdo las reglas de mi compañía, nada de romances entre mis empleados.

Se preguntaba, ¿Qué iba a pasar? ¿Cómo le llegaron esas fotos al hombre?

Brian estaba preocupado, a la vez sumamente excitado. Apagó la laptop de su madre justo a tiempo, antes que su madre abriera la puerta. Se dirigió a su cuarto se acostó sobre la cama intentando dormir.

Dios mío, está durmiendo. le prometí que llegaría temprano, otra promesa sin cumplir y mira la hora que es. Debí haber escuchado lo que me dijo. Espero haya comido.

Samantha entró al cuarto de su hijo, ahora estaba dormido, se sentó sobre la cama. Y pensó.

Realmente es el único que me ama. Hay, eres una estúpida Sam. Solo pienso en ti misma y en mi incontrolable deseo de coger. Me olvido de mi hijo. Por encima de su trusa salía su pene erecto.

Qué cosa, mi hijo se ha vuelto hombre, está excitado. Ya se ha vuelto un hombre. No tengo porqué sorprenderme, No debo pensar mal. Es solo su pene. ¿Estarás sonando?

Samanta acercó su mano al pene de su hijo. ¡Caramba, es tan grande! ¿Qué estoy pensando? Debo salir antes de cometer una tontería. Samantha se retiró a su cuarto, antes de dormir se metió bajo la regadera, sintió que el agua le parecía deliciosa. Secó su cuerpo y se tendió sobre su cama. He estado con varios hombres, y ahora me siento excitada al ver la verga de mi propio hijo. ¿Qué te sucede Sam? Pensando en la visión con Brian, se tocó, acarició su clítoris. ¡Perdóname hijo! No puedo contenerme. Tu madre es una zorra sin control. ¡Ah, Brian, cógeme y termina esta pesadilla que me carcome! Al final tuvo un tremendo orgasmo y se quedó dormida.

Al día siguiente Samantha se despertó pensando en lo sucedido la noche anterior. Bajó como siempre vestida solo con un conjunto de ropa interior muy sugestivo.

  • Hola mami, buen día, es temprano. ¿Cómo dormiste?
  • Bien hijo, un poco agitada, aunque si descansé.
  • ¿Excitada? ¿Caliente?
  • ¿Porqué me hablas así? Soy tu madre, merezco tu respeto. No tienes porqué saber mi estado de excitación, o mis deseos.
  • Madre, te he visto varias veces con hombres que han estado en tu cama, compartiendo caricias, y algo más que eso.
  • Eres un imprudente, no te permito que me llames de esa manera.
  • Madre, anoche te escuché llegar, fingí que dormía, yo si estaba excitado, tu sabes así somos los jóvenes con deseos incontenidos que no podemos evitar. Te sentaste en mi cama, vi como ibas a acariciarme la verga.
  • Mira, no soporto más tu impertinencia y lo grosero que eres con tu madre.
Brian se quedó sentado, terminando de tomar su desayuno. Pensando si había sido muy grosero con su madre. Al terminar se retiró a la sala, encendió la televisión para ver un programa que le interesaba, era sábado estaría en casa, quizá mas tarde saldría a caminar por el parque cercano.

Estuvo un rato cambiando canales, buscando algo que le agradara.

  • Tengo chocolate caliente, ¿Quieres algo? ¿Qué miras?
  • Un programa aburrido, sin interés.
  • Ya he visto ese programa, me resulta cansado.
Samantha estaba frente a su hijo, vestida como acostumbraba en casa, solo con ropa interior, la mirada de su hijo se centró en sus lindas nalgas, en sus largas piernas. ocupó un lugar al lado de Brian.

  • Oh hijo, si supieras lo mucho que deseo un abrazo tuyo -Pensó-
  • Madre, no lo soñé, te vi mirando mi pene desnudo, me di cuenta como se acercaba tu mano a él, al final te arrepentiste y saliste de mi cuarto.
  • No soporto tus palabras, voy por algo de leche y unas galletas, luego me voy a dormir.
  • Madre, escúchame, te he estado mirando, se lo linda que eres, lo dispuesta que siempre estás para el sexo, quizá no te has dado cuenta, pero te miro, te deseo como mujer. Soy tu hijo, si lo haces con otros porque no lo haces conmigo.
  • ¿Por qué me dices eso cariño?
  • Te amo, te deseo, miro tu cuerpo, tu ropa interior me fascina, me gusta como te miras.
  • Siempre he vestido de esa manera estando en casa, desde que eras niño, no sé porque ahora me sales con esas cosas.
  • Lo siento mamá, tenía que decirlo, te tengo confianza, tu cuerpo hace que mi amigo se ponga duro. Además recuerdo todas esas noches que te he visto cogiendo con esos tipos, ya no lo soporto mas mamá, no lo soporto, solo lo hacen por tenerte, no lo hacen por amor. Para eso estoy yo, yo si te amo.
  • Me disgusta la forma como se está llevando a cabo esta conversación cariño, no me agrada que me hables de esa manera.
  • Úsame mamá, tengo la preocupación que la has estado pasando mal con esos tipos que has traído a casa. Te repito yo te amo. ¡Permíteme ayudarte!
  • Brian es suficiente, soy tu madre, lo que propones es incesto, eso no puede ser.
  • Pronto me iré a la universidad y te quedarás sola, entonces lamentarás no haberme hecho caso.
  • Basta Brian. Soy tu madre.
Samantha se retira a su cuarto, ¿En que he fallado? no puede ser, es mi hijo, debe estar confundido, aunque todo lo que dijo es cierto. Me he fijado en su entrepierna, he caído en la idea de usar ropa interior cada vez más pequeña. ¿Qué hago? No puedo mentir mas, es obvio que lo he hecho adrede. Mi apetito sexual está fuera de control. Brian solo intenta ayudarme.

Se tendió sobre la cama, se acarició su parte íntima, Brian ha llegado tan lejos como para ofrecerse. Mi hijo me ama tanto que está dispuesto a hacer lo que sea. Debería aceptar-

¿Pero que estás pensando Samantha? ¿En serio lo deseas? ¡Por favor, que excitada estoy! ¡Caramba Brian, te amo!

Antes de ir a dormir decide ver si su hijo sigue viendo la televisión o si se quedó dormido.

  • ¿Tesoro? Te pregunto ¿tu oferta sigue en pie?
  • Mamá.
Entre Brian y la televisión Samantha se paró dando frente a su hijo, vestía una minúscula tanga por delante solo cubría sus labios, por detrás un hilo se escondía entre sus nalgas, medias caladas, un liguero y sobre sus tetas un brasier que solo cubría sus pezones, mostraba unos senos hermosos, duros, fijos en su lugar.

  • Pero… Pero que hermosa te ves madre. Claro que sí, siempre que tu lo quieras, no sabes cuantas veces he pensado en esto. Pensé que estabas enojada. ¿Cambiaste de parecer?
  • Algo, Me di cuenta de que lo que dijiste era verdad, He estado mirándote a diario, Y… En el fondo también te amo.
Brian abrazó a su madre, tomándola por la cintura metiendo su cara entre el par de hermosas tetas.

  • De verdad madre, mucho tiempo que espero con ansias este momento.
  • Lo se cariño, yo también.
  • ¿Puedo tocarte? Tienes un cuerpo tan hermoso mamá, toda tu eres divina.
  • Claro tesoro, puedes tocar mi cuerpo cuanto quieras, donde desees.
De una manera muy delicada, Brian bajó una de las copas de su brasier, puso su boca en uno de sus pezones y comenzó a mamarlo. Samantha bajó su pantalón corto y tomó la verga de su hijo entre sus manos. Samantha se encontraba muy excitada, había mojado el pequeño parche de su tanga. Temblaba de deseo en lo brazos de su hijo.

  • Vamos a mi habitación.
  • No madre, No, aquí está bien. Hagámoslo aquí.
Brian tomó de la mano a su madre, se sentó abrió sus piernas, Samantha se hincó frente a tomó su verga ya bien erecta, la miró durante un momento, luego dirigió su vista a la cara de Brian, éste abrió la boca para decir.

  • Anda madre, tómalo en tu boca, hazme una buena mamada como sabes hacerlo.
Samantha lamió el glande, poco a poco fue introduciendo la verga de su hijo en la boca,

  • ¿Te gusta esto querido?
  • Me encanta, lo haces muy bien, dale duro mételo todo en tu boca.
  • Espera cariño aún no termino.
Con su mano daba masaje a su pene, una y otra vez, luego agachó mas para lamer uno de sus testículos, luego el otro.

  • Por favor mamá, si sigues así no voy a aguantar mucho.
  • ¡Caramba madre, creo que voy a venirme!
  • Wow, Cálmate cariño, no quiero que te corras todavía.
  • Hagámoslo madre.
Samantha se despojó de su brasier, hizo a un lado su tanga para permitir la introducción de la verga de su hijo.

  • Mira, mira lo húmeda que estoy, sólo con haberla chupado. ¿Estás listo para estp, tesoro?
  • “Gulp” Oh, wow, claro que si, estoy listo para recibirte madre.
Lentamente fue sentándose sobre el falo de su nene, lentamente hasta quedar totalmente ensartada.

  • ¡Oh, eres tan grande, me llenas tesoro, te siento grande, fuerte, ¡Oh, cariño estás dentro de mí!
  • ¡Mamá, estas tan estrecha! Oh, despacio
  • ¿Me sientes bien Brian? Oh, esto es increíble, que sabroso lo siento dentro de mi, me voy a volver loca. Iré mas rápido tesoro, esto se siente muy sabroso.
  • Espera madre, ¡No aguanto más!
  • Espera un poco más, sólo un poco más.
  • Me voy a venir madre.
  • ¡No, todavía no te corras, no!
Estuvo entrando y saliendo, casi afuera, dejando el glande dentro de ella permanecía un momento para dejarse caer de una solo vez. Y volvía a darse ella misma una y otra vez.

  • Estoy por correrme, por favor aguanta un poco. ¡Oh que rico! ¡Oh que sabroso! Me corro, me vengo bien rico
En ese momento Brien explotó dentro de ella, fuertes borbotones de semen entraron en su madre.

  • Un poco más mi niño, me viene otro. Solo un poco mas y alcanzó nuevamente el cielo, mi segundo clímax.
  • Lo siento mamá. Te he deseado tanto tiempo que… ¡Tratemos de nuevo!
  • Oh cariño, no creo que puedas.
  • Sólo dame un par de minutos, y…
  • Querido, en serio, Está bien.
  • Sólo quédate aquí, a mi lado mamá ¡No puedo hacerlo otra vez!
  • Escucha… Me dejé llevar y aceleré las cosas, mejorará, te lo prometo.
  • Pero, tú no estás satisfecha. No es justo.
  • Ya tuve lo que quería y es gracias a ti. ¡Te tengo a ti, y eso es más que suficiente!
  • Pero mamá.
  • De lo único que me arrepiento, es no haberlo hecho antes. Me siento tan aliviada. Se me ha quitado un peso de encima. Así que no te preocupes tesoro, tenemos tiempo. Podemos seguir explorar mucho más.
  • Quiero quedare aquí contigo, no quiero ir a la universidad.
  • Hablas con la pasión cariño, límpiate tu verga. Descansa tengo una idea para mañana. Te amo, bebé a nadie más en el mundo.
  • Yo también mamá, te quiero mucho, y te deseo como a nadie.
Samantha se agachó para tomar su brasier, se lo colocó con la mayor gracia posible. Los ojos de Brien lo miraban con deseo, con lujuria. Por fin había realizado su sueño.

  • Siempre he estado celoso madre, de que otros hombres pudieran tocar tu cuerpo, besar tu boca, acariciar tus nalgas, ahora que me has permitido tenerte, besar tu boca acariciar tus nalgas ya no lo estaré nunca. Soy de ideas muy amplias madre.
  • Hay hijo, que cosas dices. Tú sabes más que nadie lo fogosa que soy. Necesito sexo, solo una cosa, seguirás durmiendo en tu cuarto, somos madre e hijo, no lo olvides.
  • A propósito, madre, quiero confesarte algo. Siento mucha pena, vi un archivo que llegó a tu laptop. Varias fotos tuyas cogiendo con el último hombre que trajiste a casa, me siento muy apenado.
  • Me di cuenta de ello, supe que habías entrado a mi laptop, por un momento me enojé, pero me dio gusto que me vieras con ese hombre.
  • Estoy preocupado, ese tipo te amenazó.
  • No te preocupes cariño, se manejar la situación. Ya verás que todo se arregla. Tu y yo seremos felices, nadie se interpondrá en nuestro camino.
Cada uno se dirigió a su respectiva recámara, ya tendrían oportunidad de disfrutarse mutuamente.

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heranlu

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Samantha y su Hijo Brian – Capítulo 003


Después de la experiencia con su hijo, Samantha se metió a bañarse, el agua tibia de la regadera cayó sobre su hermoso cuerpo, pasó el jabón por sus tetas, por sus nalgas, lavó muy bien su pubis. Luego secó su cuerpo se vistió con un negligeé rojo y se tendió sobre su cama con una gran sonrisa de satisfacción. Antes de dormir pensó en las palabras de su hijo.

  • Siempre he estado celoso madre, de que otros hombres pudieran tocar tu cuerpo, besar tu boca, acariciar tus nalgas, ahora que me has permitido tenerte, besar tu boca acariciar tus nalgas ya no lo estaré nunca. Soy de ideas muy amplias madre.
Qué quería decir con esas palabras… “Soy de ideas muy amplias! Alejó de su mente eso cerró los ojos y concilio el sueño. Por primera vez en mucho tiempo durmió sin preocupación. A la mañana siguiente se despertó se vistió con una minúscula tanga y su delantal, no sé tomó la molestia de ponerse brasier, bajó a hacer el desayuno. Un momento después aparecía Brian vistiendo solo su trusa.

  • Buenos días tesoro. ¿Cómo dormiste? ¿Listo para un nuevo día?
  • Oh, mami… Ayer fue el día más feliz de mi vida.
  • Y lo fue también para mí. ¿Es por eso que estás listo para la acción?
Brian se acercó por detrás de su madre, se había bajado la parte delantera de su trusa, la verga erecta salía por la parte superior. La abrazó y puso su erección entre las nalgas de su madre.

  • ¡Si! Estoy listo, mirándote como estás, con esa tanga y sin brasier ¿Cómo puedo resistirme?
  • Tontito, déjame acabar de hacer el desayuno. Mi cabeza estuvo pensando sobre lo que me dijiste ayer.
  • De tantas palabras que nos dijimos no recuerdo cual. ¿A qué te refieres?
  • Palabras más palabras menos, me dijiste que no eras celoso, que eras de mente amplia. ¿A que te referías?
  • Madre, tu y yo llegamos a lo que ansiábamos, eres una mujer muy temperamental, muy caliente, pides hombre, tu rostro me lo dice. Te lo digo nuevamente, soy de mente amplia, ahora que nos amamos, no me cierro a que tu sigas disfrutando con quien desees.
  • No hijo, ¿Cómo piensas eso? No podría ser así.
  • Madre, te aseguro que nunca te reprocharé nada, si deseas a alguien más que a mí, adelante.
Samantha no contestó, sabía que Brian tenía razón, pero no iba a aceptar con sus palabras lo que su hijo le proponía.

  • De acuerdo madre, no hablaremos de eso ahora. El tiempo lo dirá. Además, existe la amenaza de tu jefe, no sé cómo lo resolverás.
  • No te preocupes hijo, siéntate a desayunar.
  • De acuerdo tenemos que hablar sobre ese asunto en otra ocasión.
Samantha puso sobre la mesa el plato con su desayuno recién elaborado, Brian lo retiró y lo puso sobre otro mueble.

  • Querido, ¿Por qué haces eso?
  • Trato de tener mi desayuno, siéntate ahí mamá.
  • Brian, amor, tengo que ir a trabajar.
Samantha, sentada sobre la mesa, abierta de piernas, mostrando su diminuta tanga a la vista de su hijo,

  • Una madre no cocina vestida con esa ropa, mama. A menos…
  • A menos que, que… ¿Tesoro?
  • A menos que desees sexo antes de desayunar… Pero mira nada más, que vista tan hermosa, que sabrosa pucha se dibuja bajo tu tanga.
Brian estiró su tanga, dejando al descubierto la parte más íntima de su madre.

  • Pero mira nada más, que vista más hermosa,
  • ¡Deja de mirar! ¡Es fea!
  • Para mi luce preciosa, es lo más hermoso que he visto nunca.
Acercó su boca a su parte, lamió entre los pliegues de su vulva, chupó su clítoris, sacó suspiros de su madre.

  • ¡AHHHH! ¡Oh tesoro, si, que rico!
  • Pero que mojada estás mami,
Chupó, mamó, lamió sin descanso, mientras sus manos acariciaban sus piernas, Sam levantó sus piernas colocando sus lindas zapatillas rojas sobre la mesa, permitiendo que Brian, acariciara sus nalgas. Recibió en su boca los jugos de su madre, lamio sus ingles, primero una después la otra, para volver a chupar su codiciado tesoro. La caricia se prolongó durante varios minutos.

  • Voy a correrme tesoro, me voy a venir.
Brian se separó un momento para decir a su madre.

  • Córrete, vente en mi boca, disfruta mi amor,
Sam se puso tensa, Brian afianzado de las piernas, Sam agarrándose de su cabeza, obligando a que no se separara, hasta que lanzó un quejido fuerte-

  • ¡Oh que rico! ¡Oh que sabroso! Si, así dame lengua, ¡Oh, wow eso se sintió tan bien!
  • Apenas estamos comenzando, madre. Es momento del plato fuerte.
Brian metió la mano bajo sus caderas, sacó las bragas de su madre, ahora estaba solo con su delantal, acarició por un momento los labios de su pubis, se atrevió a meter la mano entre las nalgas y acariciar su pequeño orificio. Luego apuntó su verga bien erecta a la entrada.

  • Los labios de tu sexo tiemblan, estas deseando verga madre.
  • Métemela, méteme la verga, tesoro, lo estoy deseando.
Brian jaló a su madre, para dejar sus nalgas en la orilla de la mesa, apuntó su falo a la entrada de su vagina, luego la dirigió al pequeño ano y empujó un poco.

  • No Brian, No, por ahí no.
  • Tranquila madre, eso lo dejamos para otra ocasión. ¡oh, tu vagina aún tiembla.
    • Tranquilo. Méteme la verga, tesoro. Deseo sentirte dentro de mí, quiero que me cojas.
Brian hizo un esfuerzo, venció la resistencia natural logrando meter su glande, lo restregó un momento, lo sacaba y volvía a insistir.

  • Ya cabrón, estoy esperando que me la metas, no tardes. Ya por favor.
Brian jugó un momento de esa manera, sacó su verga y la restregó contra su clítoris, lo hizo durante un largo rato, Sam estaba desesperada, deseaba ser penetrada y la estaba haciendo esperar. Luego de un momento, su hijo dirigió su falo a la entrada, hizo presión y la fue metiendo poco a poco, lentamente, disfrutando cada milímetro de tan apretada vagina, hasta que llegó al fondo.

  • ¡Oh que rico! ¡Oh que sabroso se siente! Dame más, muévete, llévame al cielo.
  • Claro Sam, claro que te llevaré al cielo, yo me iré junto contigo.
Los movimientos de Brien se hicieron mucho más intensos, estaba deseoso de hacerla venir una vez más. Dejaba su verga hasta el fondo y buscó su boca para depositar en ella su lengua en un beso largo, lleno de pasión, de un deseo incontenible.

  • ¿No te has corrido mi rey?
  • No Samantha, aún no me he venido, aguanto mucho para tu satisfacción, tu, eres primero.
La bajó de la mesa, la colocó frente a ella poniéndose tras de ella, admiró sus linda nalgas, las acarició, las abrió y metió su boca en su lindo culito, lamió alrededor de él, luego metió su lengua.

  • Noooo, que haces, eso no, donde aprendiste eso.
  • Tranquila madre, relájate y disfruta.
  • Ahí también se siente muy sabroso.
Se separo luego de un rato de estar insistiendo en su lindo agujero, se colocó tras de ella, apuntó su verga en el mismo lugar tratando de entrar en él.

  • No por ahí no, ¡Por favor, No!
  • ¿No te lo han hecho por el culito?
  • Nunca cariño, jamás, ni en mis momentos más cachondos. Para otra ocasión. Te lo prometo.
  • Bueno, para la próxima ocasión.
  • Si, prometido.
Brian enfiló su falo por el lugar correcto, se apoyo de sus caderas, puso su glande en la entrada y de una sola estocada se la dejó ir hasta el fondo.

  • La tienes hasta adentro Sam. ¡Que rico aprietas!
  • La siento cariño, me tocaste la cerviz. Ahora muévete. Termina, vente en mi.
Comenzó un movimiento lento, una y otra vez entraba hasta el fondo. Estaba a punto, aumentó sus movimientos, una y otra vez.

  • Me voy a venir madre, me voy a venir.
  • Córrete, quiero sentirte.
Los movimientos de entrada y salida eran más y mas intensos, varios minutos después se la dejo ir hasta el fondo, se afianzó de sus caderas. Su cuerpo se tensó, su pene palpitaba dentro expulsando su semilla. Comenzó un movimiento lento, disfrutando su eyaculación. Hasta que lentamente salió de la vagina de Samantha, después de haber cumplido su deseo.

  • Cariño te corriste, me dejaste los mecos hasta la mera matriz.
  • ¡Oh madre, lo siento! ¿Es peligroso para ti?
  • No precioso, para nada, estoy protegido para cualquier riesgo de embarazo. Me dejaste temblando, me sacaste tres orgasmos.
Samantha se incorporó se abrazó a su hijo, abrieron sus bocas para juntarse en un beso largo, las manos de Brian acariciaron su cuello, bajando lentamente por su espalda, hasta llegar a las nalgas de su madre, las abrió, metió su dedo entre ellas, tocó su deseado agujero, e introdujo su dedo

  • Insistes cariño, estás obsesionado con mi puño de ligas.
  • Si madre, Pronto me lo brindaras.
  • Cariño, es tardísimo, debo arreglarme para salir a mi trabajo.
  • Si Mami, también tengo que ir a la escuela.
Se separaron, cada uno se dirigió a su cuarto a preparar su salida.

  • Buen día compañeros.
Saludó a dos o tres personas que ya trabajaban, se sentía radiante, vestía con una falda color beige arriba de la rodilla y una blusa banca, se dedicó a su trabajo, del cual era muy eficiente, sus cinco años de antigüedad le habían dado una buena posición en la compañía, el día paso lentamente, estaba eufórica, llegaría temprano a casa, su hijo la esperaban.

En su oficina el dueño de la compañía un hombre de alto, de buena apariencia, tomó el teléfono para ordenar a su secretaria que llevara a Samantha, necesitaba aclarar el asunto de las fotos que le habían hecho llegar hacía dos días.

Samantha atendió el teléfono para contestar la llamada de Genny, la secretaria del patrón.

  • ¿Si? Dime Genny,
  • Ordena el Señor Smith que te presentes en su oficina.
Samantha se arregló su vestido, y se preparó para lo peor, había llegado el momento de las aclaraciones, con respecto a las fotografías que le habían llegado, de las cuales su hijo había visto. Se dirigió a la oficina de su Jefe, con el temor normal, ¿Qué sucedería? Abrió la puerta del despacho, y

  • ¿Quería verme Señor Smith?
  • Adelante Samantha, entra y cierra la puerta, por favor. Toma asiento. Es algo difícil para ti el asunto a tratar.
  • Si, dígame Señor.
Sabía el asunto por lo que le había hecho llamar, sus piernas temblaban, sudaba profusamente. Se temía lo peor.

  • Vamos al grano, ¿De acuerdo? ¿Desde cuando trabajas para nosotros?
  • Hace cinco años, casi seis.
  • Por lo tanto eres una persona que se ha sabido ganar la confianza en tu trabajo?
  • Tu sabes que la compañía tiene reglas muy estrictas respecto al comportamiento entre empleados.
  • Si señor, lo sé…
  • Tengo información muy grave respecto a tu comportamiento. Has incumplido las reglas.
  • No señor, jamás faltaría a las reglas.
  • Entonces que son estas fotografías.
El hombre le tiró frente a ella las fotografías que Samantha ya había visto en su computadora. Samantha sabía de lo que se trataba. Ni siquiera las miró.

  • ¿Qué? ¡No! Y-Yo, Yo no.. Eso no es…
  • Para mi es claro Samantha. ¿Puedo llamarte Sam?
  • No, señor es… Lo que pasa es que… Si señor llámeme como quiera.
  • La vida personal de mis empleados es de poca importancia para mí. Pero que te hayas revolcado con otro empleado sobrepasa los límites.
  • Señor solo fue una noche, solo fue, no lo sé, no puedo explicarlo.
  • ¿Quieres decir que andas cogiendo con otro empleado Sam?
  • Lo que quiero decir es…
  • Vamos Sam. No digas estupideces El mundo de los negocios es solo eso, negocios, no puedo tomar esto a la ligera.
  • Por favor Señor Smith, no volverá a suceder. Fue un error, lo reconozco, Tengo un hijo, solo cuento con mi sueldo para mantener mi casa. No puedo perder mi empleo. Haré lo que sea para enmendarme.
El hombre miraba a Samantha con ojos de deseo, La deseaba desde la primera vez que la vio en su compañía, no había tenido oportunidad de intimar con ella. Ahora aprovecharía esa oportunidad.

  • Desnúdate, Quítate la ropa.
  • ¿Qué?
  • Lo que oíste, estoy probando lo que dijiste. Si no aceptas ahí está la puerta, ve a tu escritorio, toma tus pertenencias y no quiero verte más. Si aceptas, solo quiero que me des el mismo tratamiento que has dado a otros empleados.
Samantha se quedó parada, pensando en la decisión que tomaría. Un momento después estaba parada frente a su jefe, totalmente desnuda, salvo la pantaleta. El tipo se había despojado de su pantalón, recargado sobre su escritorio tenía la verga bien erecta entre sus manos.

  • Siempre te he deseado, con razón mis empleados no paran de hablar de ti. Puedes irte si deseas, ahí está la puerta.
  • No señor Smith, quiero conservar mi puesto, no puedo perderlo.
El señor Smith se acercó a Samantha, la abrazó, beso su cuello, acarició su espalda, y bajó sus manos hasta las hermosas nalgas de la mujer. Lo siento Brian, tienes razón, lo siento. Pensó Samantha.

  • Tu cuerpo es una delicia Sam. Vamos, acaríciame, pon en práctica todo lo que sabes hacer,.
Sam tomó la verga erecta de su jefe en sus manos, Su cuerpo se estaba excitando. Sabía que cualquier tocamiento de un hombre la ponía dispuesta a todo. Era débil ante el sexo

Mientras era acariciada, al sentir las manos del hombre su cuerpo estaba dispuesto a dar todo de sí… Contrólate Samantha, No seas tan puta, contrólate… Se supone que estas caricias son desagradables para ti Samantha. Y estoy hecha toda una puta. Me está gustando.

  • ¡Oh, tu cuerpo está vibrando! ¡estás mojada! deseas que te meta la verga, Mírame a la cara, quiero que me veas mientras te cojo.
Le acerca la verga a la entrada de su vulva, acaricia sus nalgas, besa sus tetas, Samantha está caliente, deseando que Smith continué. La sentó sobre el escritorio, con las piernas colgando, se acercó a ella, jugo a la entrada de su vagina, restregando su clítoris,

  • Ahí voy. Aguanta, se que te gusta, vi tu cara en las fotos-
  • ¡Por Dios! ¿Qué hago? Me está gustando-
Le metió la verga lentamente, hasta que sintió que le tenía bien ensartada, acariciaba sus nalgas, mamaba sus tetas-

  • ¡Oh, que rico! Estas gozando, eso me gusta de ti Sam. Eres toda una mujer caliente.
Estuvo entrando en ella una y otra vez, no tardó mucho,

  • Me voy a correr, ¿Cuánto te falta a ti Sam?
  • También, estoy por venirme. Solo un poco más.
  • ¡Oh que rico cojes Sam! eres toda una mujer caliente.
Momentos después.

  • ¡Wow! Fue increíble. ¿Sabes? No acostumbro a terminar tan rápido. Eres muy buena.
Samanta recogió su ropa, ante la vista de su jefe se vistió.

  • Has conservado tu puesto, de ahora e adelante, esto será permanente, ¡Te tengo una sorpresa, ¡Claro, si tu lo deseas!
Luego mas noche, ya en su casa, ¿Que hago, no me queda otra opción? Ahora sé lo que Brian me dijo por la mañana.

Mami, soy de mente amplia, estás en tu derecho de seguir gozando con otros hombres.
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