Salir de Compras con mi Madre 005

heranlu

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Yo seguía con la verga metida en mi madre cuando oímos que la puerta de la entrada se cerraba y mi tía de seguro ya no estaba en la casa. A pesar de haber sido una sorpresa que ella nos había visto cogiendo no hicimos nada para componer la situación, ella seguía con las piernas abiertas montada en mí y ensartada por el culo y yo en medio. Volteé a ver a mi madre y ella solo levanto los hombros como diciendo ya ni modo y vi una sonrisa como para darme tranquilidad y que pudiéramos terminar lo que estábamos haciendo. Apure a seguir bombeando mi verga dentro del ano de mi madre y ella siguió gimiendo.

- Dame tu verga métemela más, que rico la siento.

- Te la estoy metiendo como te gusta, estás muy mojada, te la meto por la panocha, -- pregunte.

Mi madre se levanta y saca la verga de su culo y se acuesta a mi lado permitiendo que yo me pusiera en medio de sus piernas para meterle la verga en su panocha, ella levanta su cadera y me deja empujarle mi fierro hasta dentro y empezamos a movernos. De pronto mi madre empezó a vibrar y a levantar más sus caderas indicándome que pronto estaría viniéndose. Yo empuje más y con mis manos levante sus caderas hasta sentir que mi verga chocaba con algo dentro de su vagina. Ella seguía moviéndose y para sentir más profundidad tome sus piernas y las levante para apoyarlas en mis hombros y de esa manera poder penetrarla profundamente. Los dos nos movíamos rápida pero rítmicamente, metiendo y sacando mi verga del agujero de placer por el que años antes yo había salido. Llego el momento más esperado por los dos, empecé a descargar un chorro de leche dentro de mi madre y ella grito al mismo tiempo que me enterraba sus uñas en ambas piernas, se estaba viniendo junto conmigo.

Baje sus piernas y me recosté sobre ella, mi verga aún estaba dentro pero pronto perdía dureza y sentía como se iba saliendo poco a poco de su agujero. Mi madre empezó a moverse y me hizo a un lado para poder bajar y alcanzar mi verga flácida con su boca y con una dulzura empezó a chuparla y limpiarla de todo resto de jugos que en ella había. Ya limpia, volvió a ponerse a mi lado.

- Como siempre me ha dejado sin fuerzas pero muy satisfecha, por un momento pensé que cuando viste a tu tía te asustarías y dejarías que tu hermosa verga se bajara y ya no pudiéramos seguir cogiendo.

- ¡ay madre!, que cosas dices, pues claro que me asuste al ver nos estaba observando pero lo que más me sorprendió fue la actitud tan calmada y sobre todo lo que nos dijo, que éramos un par de calientes y que siguiéramos cogiendo. Tú también casi no hiciste nada- le dije con admiración.

- Pues mira hijo, primero debes recordar que tu tía no es una angelito, que tiene mucha cola que le pisen, segundo, que podría hacer si ya lo había visto todo, y no sabemos cuánto tiempo nos estuvo observando antes de que tú la vieras, así que para que me preocupaba, malo hubiera sido que fuera tu padre el que hubiese sido, ahí si quien sabe.

- Eso sí – le dije levantándome de la cama y me empecé a vestir pasándole una bata a mi madre.

Los dos nos vestimos y arreglamos la cama buscando cuidadosamente que no hubiera rastros de líquidos en ella para no crear algún problema con mi padre.

Ya no le dimos más importancia al suceso y salimos de la habitación, ella se dirigió a la cocina y yo me fui al baño a lavarme. Estando en el baño, oí la voz de mi madre saludando a mi padre que había llegado para comer. De inmediato pensé que si mi padre se acercaba a ella para besarla sentiría el olor a sexo, eso me puso nervioso, así es que salí de inmediato para alcanzar a mis padres y tratar de hacer algo. En el momento que llegue a la cocina vi como mi padre estaba abrazando a mi madre y ella como si nada también le respondía del mismo modo, sentí que me moría, pero alcance a ver en la mano de mi madre un vaso, que después supe, era de brandi. Mi sabia madre había tomado para disfrazar el olor, todo arreglado.

Eran las diez de la noche cuando llego mi tía y mi prima, mi padre ya estaba en su cuarto, tomado como siempre. Recibí a mi tía con un beso

- hola sobrino, ya no tienes calor,- me dijo pícaramente

- hola tía, ya no hace tanto pero yo siempre ando caliente –le conteste viéndola fijamente a los ojos apretándole su mano. Mi prima se quedó viéndonos y me pidió si podía ir a mi cuarto a ver la tele.

- Claro, ve y si quieres ahí hay algunas películas por si quieres.

- Si hija, yo estaré con tu tía y tu primo en la sala, vamos a platicar mucho, así que duérmete y no me estés esperando, ya iré en cuanto terminemos, verdad sobrino?

- Si, puede que estemos hasta muy tarde, hay que ponernos al día – conteste apresurado pero ya imaginándome de que se trataría la plática.

Ahí estábamos, mi tía, mi madre y yo sentados en la sala. Yo junto a mi madre y mi tía a un lado de ella. Al principio platicamos sobre cómo le había ido en su viaje, lo que hacía y que tenía que hacer, mi tía volteo hacia el pasillo de las recámaras y viendo que no había nadie disparó.

- A ver cabrona, -dijo dirigiéndose a su hermana- ¿desde cuándo te andas cogiendo a mi sobrino?, esas mañas no te las conocía, tu siempre fuiste muy modosita y temerosa de dios y ahora me encuentro con que cogen los dos. No saben lo peligroso que puede ser eso.

- ¡ay hermana! Qué pena me dio que nos vieras, hemos tratado de hacerlo lo más discreto posible, tú lo has dicho, es muy peligroso. Pero todo empezó hace unos meses, en un viaje que hicimos para comprar unas cosas, fue el alcohol, la música y la calentura lo que nos orilló a esto.

- A ver platiquen, soy todo oídos, claro que quiero que me lo digan con lujo de detalles, no se guarden nada, ¿entendido?

Mi madre empezó a platicarle todo lo que había acontecido, el hotel, la cama, el bar, los shows y como nos habíamos cogido la primera vez y todas las demás hasta que ella nos vio. Casi a la mitad de la narración, mi tía pidió que le sirviera una bebida bien cargada, me levante y prepare tres.

- ¡ay cabrones! Ya me estoy acalorando con la plática, sobre todo por lo que esto significa, tener sexo con alguien de la familia, es muy excitante, yo sé lo que es…

Mi tía no termino la frase y se dirigió a mi madre

- ¿Ya le platicaste a mi sobrino mis aventuras?, sabes que eso no se debe saber, te pedí que guardaras el secreto.

Mi tía apresuro su bebida y me pidió que le sirviera otra, no sin antes decirme que me entendía, que entendía la situación por la que estábamos pasando, y si yo ya sabía su secreto no reclamaría nada, ya que lo que había visto y oído le daba razón y permiso para que ella se sintiera libre de comentarlo todo con nosotros.

Yo me quede sin decir nada y mi madre le tomo las manos a su hermana y le pidió perdón por haberme contado su historia pero que le agradecía el comentario. Por si acaso, me di una vuelta por las habitaciones para cerciorarme que todo estaba cerrado, al regresar, apague la luz dejando solo una pequeña lámpara que mantenía solo la cantidad de luz suficiente para vernos.

- Claro sobrino, no te preocupes, te diré que yo también pase por una experiencia incestuosa con tu abuelo, duró muchos años y lo disfrute mucho, a parte de los beneficios y regalos que recibí de su parte. Déjenme decirles que nuestro padre, tu abuelo, ha sido muy cogelón, no desaprovechaba oportunidad para meterme su verga, para que se la mamara, a él no le importaba nada, solo quería que cogiéramos. También hacíamos viajes, ¿te acuerdas hermanita?, y cada viaje era coger y coger, con decirles que no hay lugar en donde no me haya metido la verga.

- ¿te gusta meterle la verga a tu madre por el culo? – contéstame sobrino

- Pues si –le dije mirando a mi madre con un poco de pena

- ¿y qué tal, lo tiene apretadito o tu padre ya se lo hizo grande? – se rio y siguió diciendo- a tu abuelo le gustaba meterlo por mi culo y venirse en mi raja.

Mi tía seguía bebiendo y me pedía más, se veía que cada pregunta la calentaba al grado tal que empezó a meterse la mano debajo de su falda para tocarse su panocha. Mi madre observaba la escena y también empezó a pasarse la mano sobre su panocha. Mi verga ya estaba a punto de reventar, se veía un bulto en mi pantalón, mi madre, con la mano libre alcanzó el bulto y lo apretaba.

- Una vez tu abuelo me llevo al cine del pueblo, yo tendría como 16 años, mi estatura hacia que me viera mucho más pequeña y eso permitía que pasara como niña y no pagara un boleto completo. El cine estaba casi vacío pero tu abuelo busco un lugar en la parte del fondo del cine, había lugar para que me sentara pero tu abuelo me pidió que me sentara en sus piernas. Yo vestía una faldita que me llegaba a las rodillas, me senté sobre sus piernas, no sin antes levantarme la falda por la parte de atrás. Mis nalgas estaban justamente sobre su verga ya parada, solo nos separaba mi calzón y su pantalón. El con mucho cuidado se sacó la verga y haciendo un lado mi calzón trato de metérmela, al ver que no podía, me levante un poco para permitirlo acomodarla mejor y ya sintiendo la cabeza de su carne me fui bajando hasta metérmela por completo. Con la verga adentro empecé a mover lentamente mi cadera y buscaba apretar su carne con mi vagina que aún estaba muy estrecha. Así estuvimos toda la película, no sé cuántas veces se vino tu abuelo dentro de mí, yo creo que me vine como cien veces, cada vez que se le volvía a parar la verga hacíamos lo mismo. El pantalón de tu abuelo estaba completamente mojado por sus venidas y por las mías. Termino la función y salimos como si nada, solo que mi padre derramo un poco de refresco en su pantalón para disimular las manchas. No me preguntes que película era, creo que ni él lo sabe.

Mi madre, mi tía y yo ya estábamos demasiado calientes, mi madre no dejaba de sobarme la verga sobre el pantalón y yo hacía lo imposible por venirme, pero una frase de mi tía fue casi milagrosa y llena de esperanza para que nos calmáramos todos.

- quiero verlos coger otra vez, pero ahorita, estoy muy caliente, anda hermana sácale esa verga a tu hijo y chúpasela, pero que no se venga – sentenció

- pero tía, mi padre y tu hija están aquí y pueden salir en cualquier momento – le dije preocupado.

- pues vamos a un motel pero ya, dile a tu marido que vamos a comprar algo, de mi hija ni se apuren.

- ¡no! –dije apresurado, hay que aprovechar el momento, mejor vamos al cuarto de servicio, ahí hay cama y nadie nos puede ver.

Salimos sigilosamente y ya en el cuarto de servicio cerré la puerta y al dirigirme a la cama mi madre ya estaba casi desnuda junto con mi tía y solo esperaban que yo hiciera lo mismo. Me quite la ropa y mi madre de inmediato se metió mi verga en su boca y empezó a darme una gran mamada. Yo observaba a mi tía que, desnuda, se metía los dedos en su panocha desesperadamente.

- Que rico se la chupas hermana y que verga tan lida tienes sobrino, sigan no se detengan.

Mi madre dejo de chupar y sosteniendo mi verga con su mano se volteó a ver a su hermana y agitando el pedazo de carne le ofreció que también la mamara, mi sorpresa fue mayúscula cuando sin más mi tía se abalanzó y de un solo golpe se metió la verga en su boca. Fue un verdadero milagro que yo no descargara toda la leche que tenía acumulada en la boca de mi tía. Mi madre chupaba mis bolas al mismo tiempo. No puedo recordar cuanto tiempo pasó antes de que mi madre le pidiera la verga a su hermana para que se la metiera en su raja, mi tía dejo de mamarme la carne y observó como mi madre se metía mi palo en su panocha.

- ¡aghh! –que rico se ve que te estés metiendo la verga de tu hijo, no seas mala y métetela también por el ano, quiero ver

Mi madre saca mi verga de su panocha y se la empezó a meter por el ano a petición de su hermana. Mi tía hacia muecas de placer y sus ojos se veían desorbitados, sus dedos entraban y salían de sus agujeros, le agarraba los pechos a mi madre y se acercó besándola en la boca, era una orgia de movimientos. Mi verga entraba y salida del ano de mi madre. Yo tenía a mi madre en cuatro, metiéndole por detrás la verga, mi tía se mete debajo de su hermana y con dificultad alcanza su raja y empieza a mamarla, mi madre se agacha un poco y también alcanza la raja de su hermana y la chupa también. Yo siento que me vengo, pronto voy a estallar, le digo a mi madre

- Ya estoy por venirme, ya no aguanto más.

- Hermana deja que tu hijo se venga dentro de mí, quiero su verga en mi culo, déjalo por favor – grito suplicante

- Hijo, métesela a tu tía por el ano, dale el placer de sentir tu leche, yo ya he tenido muchas oportunidades, cógetela – ordenó

Me Salí de mi madre y le pedí a mi tía que se pusiera en cuatro, al ver su delicioso culo, algo dilatado por sus dedos, apunte mi verga y se la metí hasta el fondo. Mi tía al sentirse llena de mi palo se movió desesperadamente. Ya no pude más, descargue mi leche en su ano y mi tía grito de placer. Mi madre se había puesto debajo de ella y la chupaba la panocha al mismo tiempo. Con un movimiento rápido, antes de que mi verga perdiera fuerza me paré y de un solo golpe se la metí a mi madre en la boca terminando de sacar toda mi leche. Me acosté de espaldas en la cama y mi madre y mi tía se dedicaron a chuparme la verga hasta que esta quedo flácida.

- Vaya, que cogida sobrino, ahora sé porque tu madre te da su cuerpo, como quisiera tener un hijo como tú para poder cogérmelo todo el tiempo.

- Y yo se lo doy con mucho gusto y placer – dijo mi madre

- Tía, tu puedes tenerme cuantas veces quieras, bueno si es que mi madre lo autoriza.

- Claro hermana, yo le doy permiso siempre y cuando estemos los tres juntos – término diciendo mi madre.

Nos apuramos a vestirnos y a salir del cuarto tan sigilosamente como entramos, nos dirigimos a la sala y nos sentamos a seguir platicando, yo prepare otras bebidas. Llego el momento de retirarse a descansar, mi madre se apuró a decirle a mi tía que yo dormiría con ella y mi padre para que estuvieran mas cómodas, al fin que la cama de mis padres era más grande que la mía. Mi tía en un tono de voz muy cachondo le contestó a mi madre que le gustaría que yo pasara la noche con ella, que a la mejor nos podíamos acomodar sin molestar y que mi prima se pasara a dormir con ella y mi padre. Mi madre le contesto que le prometía que la siguiente noche yo dormiría con ella, ya que mi padre saldría de viaje pero que hoy la pasaba con ellos. Sin más, y estando de acuerdo mi tía nos paramos y nos fuimos cada quien a su recamara.

Al llegar a la recamara vimos que mi padre estaba dormido y borracho, mi madre se desvistió y solo se puso una camiseta larga. Yo hice lo mismo, tome una camiseta de mi madre y nos acostamos quedando mi madre entre mi padre y yo. Ya acostados, mi madre le hablo en voz a mi padre y este ni se inmuto, seguía durmiendo y hasta roncando.

- Ahí está tu padre, borracho y dormido como piedra, que bueno que esta así, creo que ni enterado esta de lo que pasa. Ven, acércate a mí, abrázame, quiero sentirte.

Yo me acerque a ella y pude sentir como levantó una de sus piernas y la puso sobre el costado de mi cadera, sentí claramente en mi verga el calor de su panocha, me abrazo y acerco más su cuerpo.

- te deseo hijo, ¿estás dispuesto a meterme la verga nuevamente?

- Claro madre, las veces que tú quieras.

Para entonces, mi verga ya había tomado su tamaño y dureza como para poder penetrarla, pero en esa posición no podía alcanzarla profundamente, así que sin temor a despertar a mi padre me puse encima de ella y abriéndole sus piernas se la metí lo más profundo que podía, nos movimos en silencio y en poco tiempo mi madre empezó a venirse.
eguimos cogiendo mi madre y yo en la cama junto a mi padre, ella se seguía viniendo y yo la penetraba lo más que podía, tenía sus piernas en mis hombros y sus rodillas presionaban sus tetas. Era increíble que con tanto movimiento mi padre no se despertara, pero borracho como estaba no podía esperarse otra cosa. Mi madre me pedía que ya parara, pero aun no descargaba mi leche en ella, así que seguí sin hacerle caso. En un movimiento de meter y sacar mi verga se metió en su ano y ella salto de la sorpresa y gimió un poco al sentir como se metía hasta el fondo. Yo no quise sacarla y al sentir su culo tan estrecho me empecé a venir copiosamente en su intestino. Mi verga perdió fuerza y se salió de su ano junto con un torrente de leche, baje sus piernas con cuidado y me baje hasta su coño para darle un chupetón como agradecimiento y despedida, por ese día. Me acosté junto a ella y nos tapamos con la sabana y sin decir más nos quedamos dormidos.

Al día siguiente me despierta un agradable sentimiento de calor en mi verga que cuando abrí los ojos me di cuenta que era la mano de mi tía que estaba recostada a mi lado. Le vi la cara y note una agradable sonrisa.

- Hola dormilón, son las once de la mañana y tú no te has levantado, ya todos se fueron, solo estamos tu y yo.

- Hola tía, buen día, perdona pero es que me dormí muy tarde y estaba muy cansado –le dije sin moverme de donde estaba.

- Si, tu madre me dijo que estuvieron muy ocupaditos hasta muy tarde, ¿me imagino que haciendo cochinaditas, verdad?

- ¡ay tía!, como te puedo engañar si ya mi madre te lo dijo, pues si, después de la cogida que tuvimos en el cuarto los tres nos quedamos un poco calientes y tuvimos que enfriar la cosa. No te imaginas como desee que tu también estuvieras aquí para darte un poco de verga.

Mi tía seguía sobando mi verga con su suave mano y yo trate de alcanzar su entrepierna con mi mano, sentí que no traía pantaleta debajo de la bata y me apresuré a buscar la deliciosa raja que ya deseaba con muchas ganas. Mi tía se acomodó un poco de forma tal que la pudiera penetrar con mis dedos, llegue a su raja y pude meter el primer dedo en su gruta la cual estaba ya muy lubricada.

- Hijo, no sabes cómo me gustaría que me metas tu verga, pero tengo miedo de que tu padre o mi hija regresen y nos encuentres cogiendo, no sé cuánto tardarán, pero por lo menos sigamos así, siento muy rico. Tu madre se llevó a tu prima de compras al mercado y tu papa no se a donde fue.

- Pues eso lo resuelvo fácil, voy a llamar a mi padre a su celular para ver qué planes tiene y a mi madre le envió un mensaje que se tarde un poquito, ¿te parece?

Mi tía asintió y espero a que me informara que haría mi padre. Mi padre me comentó que estaba por salir a visitar a unos clientes y que llegaría hasta muy tarde, hecho. Mi madre respondió el mensaje con “Suerte pero me la debes, ya que quedamos que sería con los tres”

En lo que respondió mi padre y mi madre, mi tía ya había metido mi verga en su boca y me estaba haciendo una mamada de película, le pedí que se moviera para que quedara encima de mí así poder chuparle la raja al mismo tiempo. Yo le metía la lengua lo más adentro que podía y también buscaba como chuparle el ano, en un movimiento alternante le chupaba la vagina y el ano. A los pocos minutos, sentí como estaba a punto de descargar la leche en su boca, le avise y ella solo movió la cabeza y siguió chupando, no pude más y toda la leche se la lance hasta la garganta, pero al mismo tiempo sentí los movimientos de su cadera más pronunciados lo que me indicaba que también ella se estaba viniendo. Sentí como mi verga era apretada por su boca y succionaba tratando de sacar todo lo que quedara de mi leche. Mi tía no soltaba mi verga aun cuando ya estaba completamente flácida y yo no me quede atrás, le seguía chupando la raja y metiéndole un dedo en su ano. Mi sorpresa fue que un segundo orgasmo fue logrado por mi tía. Al fin soltó mi verga y con un movimiento lento se acomodó a mi lado y fue como vi que su rostro estaba completamente lleno de sudor.

- ¡qué suerte tiene tu madre!, no me dejaré de decirlo. Yo no me cansaría de coger contigo. Vaya que sí.

- Tía, con gusto te cogería las veces que quieras- me acerque a darle un beso en la boca.

- Desde que tu abuelo me cogió por primera vez no he perdido el gusto por las vergas, pero como tú la metes y lo chupas es otra cosa, me voy a enviciar- sentencio sonriendo.

- Vamos tía, no es para tanto, pero dime, ¿Qué más secretos tienes que me quieras contar?, ahorita que tenemos tiempo- le suplique.

Mi tía se quedó un poco pensativa y empezó a contarme que mi abuelo la había hecho su hija consentida, que le llevaba a todas partes y que siempre era muy cariñoso y atento con ella, se recordó que en una ocasión mi abuelo la llevo a una ciudad y se hospedaron en una cabaña, que una vez que se habían acomodado, mi abuelo la llevo a comprar ropa a un almacén muy grande y con mucha ropa bonita y elegante. Le compro un juego de ropa interior de seda con liguero y medias, una falda muy corta pero muy elegante y un perfume de marca. Saliendo del almacén le dijo que irían a cenar y a bailar, pero que regresarían a la cabaña para que se pusiera la ropa que había comprado. Mi tía me comento que se sentía muy apenada porque los dependientes del almacén se quedaron muy extrañados de ver a un hombre adulto comprándole ropa muy sexi a una niña, pero mi abuelo dejo una muy buena propina y los comentarios no pasaron a mayores. En aquel entonces no pasaba de 17 años. Llegaron a la cabaña y mi tía se vistió con su nueva ropa y se la mostro a mi abuelo. Mi abuelo, al ver tal escena, se acercó a mi tía y la abrazo diciéndole que era la mujer más hermosa que había conocido, al mismo tiempo que acariciaba su culo y le daba besos en el cuello. Mi abuelo siguió con las caricias y besos haciendo que mi tía se acostara en la cama. Levantándole la falda empezó a chuparle la raja a mi tía sobre la pantaleta recién comprada, dejándola completamente mojada. Con mucho cuidado mi abuelo fue soltando los seguros del liguero y fue bajando lentamente las medias, siguió con quitar el liguero y bajar la pantaleta hasta quitarla completamente. Lo que tenía ante sus ojos era una raja casi sin pelos de mi tía la cual alcanzo con su boca y empezó a chuparla con tanta pasión que mi tía sentía que pronto tendría un orgasmo. Mi tía comento que abrió completamente sus piernas para permitir que su padre pudiera chupar a gusto y que pronto le pudiera meter su verga. Mi abuelo le pidió que se pusiera en cuatro para que por atrás le pudiera chupar el culo y la raja. Estando en esa posición mi abuelo después de una sesión de chupadas se sacó la verga y sin más se la metió a mi tía por el ano bombeando frenéticamente. Mi abuelo, como después me entere, era un amante perfecto, sabía como satisfacer, sin dañar, a mi tía. Después de un rato, mi abuelo saco la verga del ano de mi tía y se la metió por su coño. Mi tía hizo una pausa en su narración y me comento que ella al menos había tenido muchos orgasmos con mi abuelo.

Mi tía siguió su narración describiendo como su padre había disfrutado junto con ella una sesión de sexo rápido. Nuevamente mi abuelo le pidió que se vistiera no sin antes darse un buen baño que hicieron los dos juntos, mi tía sentía que tanto su ano como su vagina estaban completamente dilatadas de haber recibido el pedazo de carne que portaba mi abuelo. En la regadera mi abuelo aprovecho el tiempo chupándole todos los orificios a su pequeña hija. Terminaron de bañarse y se vistieron para salir a cenar y bailar como se había planeado.

- ay sobrino, no te imaginas como estaba de cansada y tu abuelo quería seguir la fiesta, y yo no podía negarme ya que sabía que más adelante tendría mi recompensa, así que me apresure a salir con gusto, -dijo mi tía y continuo su narración.

Tu abuelo me llevo a un restaurant bar muy raro, con muy poca luz y música en donde había solo parejas y algunas de ellas estaban bailando en la pista. Se acercó un mesero y mi padre pidió una mesa un poco apartada, le dio un billete al mesero y pronto nos ofreció un lugar que daba a una terraza igualmente poco iluminada. Mi padre pidió algo de comer y una botella de ron, cuando terminaron de poner los platillos mi padre empezó a acariciarme las piernas por debajo de la mesa y me pedía que la abriera para poder alcanzar mi raja, que empezaba a humedecerse. Cerca de nosotros estaba una pareja, ya adultos casi de la edad de mi papa, que con disimulo observaban como mi padre me acariciaba, y se sonreían al mismo tiempo que levantaron su copa para enviarnos un “salud” que mi padre contesto haciendo lo mismo. Mi padre seguía metiendo su mano y con la destreza que tenía me hizo que me viniera dando un grito involuntario que hizo que la pareja se volteara hacia nosotros y sonrieran, tomando sus copas, se levantaron y se dirigieron hacia nuestra mesa, yo me asuste y mi padre me tranquilizó dándome un beso en la boca y diciendo que no me preocupara.

- hola buenas noches, ¿nos podemos sentar con ustedes? dijo la señora con una voz muy suave y sensual.

- Desde luego, con mucho gusto, contesto mi padre y se paró para ayudar a la señora a sentarse.

- Perdonen nuestro atrevimiento pero hemos estado observando como demuestran su amor y hasta nos han contagiado, forman una pareja muy bonita y se ve que son muy calientes. dijo el hombre

- Si, en efecto, nos gusta mucho calentarnos y después enfriarnos. Dijo mi padre soltando una carcajada.

- Nosotros somos una pareja muy liberal, por eso estamos aquí, no los habíamos visto antes, dijo la señora.

- Así es, es la primera vez que venimos y esperamos que tengamos mucha diversión, ya que le prometí a mi hija que así sería, contestó mi padre.

Al decir esto mi padre, la pareja voltearon a verse a sí mismos y con los ojos muy abiertos exclamaron casi al unísono

- Vaya esa sí que es una sorpresa, padre e hija en un club de intercambio de parejas, no podemos dejar pasar esta oportunidad, platíquenos como ha sido su relación, si no tiene inconveniente –comento la señora.

- Si por favor, el tema del incesto es para nosotros muy excitante y nunca perdemos la esperanza de que nos suceda algo similar a nosotros, saben, tenemos dos hijos una niña de 14 años y un varón de 16 y siempre se nos ha antojado iniciar una relación sexual con ellos, pero no sabemos cómo empezar sin que les causemos problemas- termino de hablar el marido de la señora.

- Pues yo he tenido mucha suerte de que mi hija haya aceptado tener esta relación, sin embargo, me gustaría mucho que mi mujer también tuviera ese deseo y participara con nosotros y con alguno de mis hijos varones, también tengo dos de 16 y 18 años, pero es muy mojigata, y si se llegara a enterar de nuestra relación nos mata- dijo mi padre sonriendo.

Mi padre empezó a platicarles como habíamos empezado nuestra relación casi con lujo de detalles y muy orgulloso, veía como la pareja, durante la narración, se acariciaban de una manera muy abierta, la señora no dejaba de agarrarle la verga sobre el pantalón al señor y el buscaba como meterle la mano debajo de su vestido. Mi padre al mismo tiempo que hablaba también me estaba metiendo los dedos en mi raja, yo seguía un poco asustada por esa nueva situación pero al mismo tiempo sentía como me estaba mojando rápidamente.

- Vamos niña, platícanos cómo te sientes teniendo a tu padre con la verga adentro de tus agujeros – le pregunto la señora casi con desesperación.

- Espera mujer, no asustemos a esta lindura con esas preguntas – dijo el esposo

- No, está bien – dije, si mi padre ya les platico todo no creo que me asuste, al contrario ahora me siento más tranquila y casi en confianza –termine diciendo y comencé a decirle como era tener sexo con tu abuelo.

La narración de como tu abuelo me había desvirgado por los dos agujeros y como hacia una hora cogimos como locos hizo que la señora nos invitara a continuar la velada en su casa, no sin antes pedirle permiso a mi padre de que dejara bailar a su esposo conmigo y ella aprovecho a bailar con tu abuelo. Antonio, que así se llamaba el señor, me tomo con mucha suavidad y me mecía por toda la pista, sentía como sus manos me acariciaban el culo y me apretaba hacia el para que sintiera lo dura que tenía su verga. Mientras bailábamos, veía a mi padre como se entretenía con Julieta, la esposa, y cada vez que mi padre le decía algo al oído, ella volteaba y me veía sonriente.

Termino la ronda de música y nos fuimos asentar y de inmediato Antonio pidió la cuenta de las dos mesas y pago dejando una muy buena propina. Nos paramos y salimos hacia el estacionamiento en donde tenían su vehículo y muy amablemente nos pidieron que subiéramos en él. Durante el trayecto a la casa de la pareja, la señora explico que ellos tenían muchos años de divertirse con el intercambio de parejas y que eran muy felices. Sin embargo, a los dos les atraía mucho tener sexo con sus hijos, ya que conocían a miembros del intercambio que se cogían a sus hijos y eso los ponía a mil. Pero que desgraciadamente no sabían cómo iniciar la relación con ellos y que estaban muy felices de habernos conocido.

Llegamos a la casa y de inmediato nos pasaron a un cuarto muy elegante con sillones muy amplios y todo el piso y las paredes recubiertas de alfombra, Antonio nos pidió que nos pusiéramos cómodos y enseguida nos sirvieron sendas copas de ron. Se empezó a oír una música de fondo muy erótica y apagaron las luces quedando solo unas velas encendidas en la mesa de centro, que daban suficiente luz para vernos sin dificultad.

- Vamos amigo, no nos atormenten más y muéstrenos como hacen el amor padre e hija, se los suplico – dijo Antonio

- Deseamos verlo, posiblemente aprendamos como para cogernos a nuestros hijo, por favor –dijo Julieta

Mi padre sonrió y volteándose hacia mí empezó a acariciarme las piernas y a besarme el cuello y la boca, mi pequeño vestido junto con el liguero aumentaban lo erótico de la escena. Tu abuelo me recostó en el sillón, me abrió las piernas y empezó a chuparme la raja nuevamente sobre la pantaleta que ya estaba húmeda de mis jugos, quito los seguros del liguero y me quito la pantaleta, giro un poco mi cuerpo, con las piernas abiertas, con la idea de que la pareja presente pudiera ver con detalle como metía su lengua en mi raja. Yo veía como Antonio y su esposa tenían los ojos muy abiertos y no perdían detalle, Julieta empezó a sacar la verga de su esposo y a moverla con su mano, Antonio solo buscaba con su mano la raja de Julieta. Tu abuelo sin dejar de chupar se bajó los pantalones y con su mano tomo su gran verga e incorporándose un poco la dirigió a la entrada de mi raja y la metió de un solo golpe hasta el fondo, yo grite de placer al sentir ese pedazo de carne adentro. Después de varias metidas, tu abuelo me volteo y me puso encima de el sin sacar su verga, yo me movía locamente de arriba abajo.

- Antonio, no se te antoja meter tu verga en el culo de mi hija, ella nunca ha tenido dos vergas juntas adentro – dijo mi padre

Antonio le susurró algo a su esposa y ella asintió con la cabeza, rápidamente se quitó los pantalones y la trusa y con la verga parada se acercó por atrás y con su lengua empezó a humedecer mi ano. Metió un dedo en mi ano hasta el fondo y vio que ya estaba listo para recibir su enorme verga. Apunto y primero metió la cabeza y lentamente empujo hasta tenerla toda adentro. Yo sentía que me partía en dos, con esos pedazos de carne al mismo tiempo, sentía un placer y dolor indescriptible. Podía resistir una verga en mi culo, pero dos, una en mi ano y otra en mi raja al mismo tiempo ni lo imaginaba, pero ahí estaba cogida por dos hombres.

- Julieta, amor, es indescriptible lo que siento, un culo de niña que al mismo tiempo es cogida por la raja por su propio padre, Ahh! Que rico – dijo casi a gritos Antonio

- Disfruta amor, piensa que es tu pequeña hija Laura, yo disfruto viéndote –termino diciendo Julieta.

- Si Antonio, no sabes lo rico que es cogerte a tu propia hija, como yo lo hago –dijo mi padre.

El dolor se incrementaba cada vez que ambos metían su verga dentro de mí, pero el placer era tanto que aguante hasta el final, cuando empecé a sentir como las dos vergas se hinchaban un poco antes de descargar su leche. Ambos hombres empezaron a gemir y a acelerar sus movimientos hasta que se vinieron, al sentir eso, empecé a venirme tan fuertemente que solté una gran descarga de orines mojando todo a mi alrededor.

Los dos hombres sacaron su vergas y acostados uno a cada lado de mi no dejaban de decir “maravilloso”. Yo seguía acostada con las piernas abiertas y escurriendo semen por los dos agujeros, me ardía el ano. De pronto, sentí como una lengua recorría toda mi raja limpiando el semen escurrido, me incorporé un poco y vi que era Julieta que se apresuraba a dejarla limpia, yo abrí mas mis piernas como gesto de aceptación y la señora seguía limpiando y chupando, mi clítoris estaba tan sensible que pronto empecé a venirme nuevamente junto con Julieta que metiéndose un vibrador en su raja había alcanzado venirse.

- ¿Qué te pareció sobrino, no soy muy puta? Tan chiquita y cogida por dos machos

- Caray tía, esta historia sí que está muy caliente, pero que pasó después

- Pues después de un buen rato de descanso, tu abuelo fue invitado a cogerse a Julieta junto con su esposo, yo solo observaba, ya no quería más vergas. Tu abuelo se la metió por los dos agujeros hasta venirse, pero la señora le pidió que fuera en su boca.

- A cabrón suertudo de mi abuelo

- Sí, pero Antonio no se venía y tu abuelo me pidió que le chupara la verga hasta que se viniera, fue muy impresionante, ya que cuando me la metí y empecé a chuparla se vino de inmediato descargando su leche que me llego hasta la garganta y de la impresión me la trague toda, -termino riéndose.

- Sobrino, ¿me puedes meter nuevamente tu verga?
 
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