Salir de Compras con mi Madre 004

heranlu

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De regreso de la capital, en el camión, mi madre y yo no dejábamos de platicar lo bien que nos la habíamos pasado esos días, la calentura de los dos era evidente, yo le comentaba lo sabroso que había sido cogerme a mi madre, lo estrecha que tenía sus dos orificios y lo sabroso que mamaba mi verga y la cantidad de leche que le había dejado dentro. Ella, por su parte, me decía al oído que quería que me la cogiera todos los días, pero también me decía que estaba preocupada de cómo seguir cogiendo sin que mi padre se diera cuenta y sobre todo cuando lo podríamos hacer. Las dos horas y fracción que duró el viaje nos la pasamos planeando sin concretar nada, lo único que sabíamos era que yo tenía una erección continua y ella estaba muy chorreada.

Llegamos a la casa ya de noche y encontramos a mi padre, como de costumbre viendo la tele y tomando tequila, que se veía ya tenía buen rato haciéndolo. Mi madre se fue directo a saludarlo y yo me metí al baño a tratar de bajar mi calentura haciéndome una chaqueta. En eso estaba cuando la puerta del baño se abrió y mi sorpresa fue que mi madre se metió rápidamente cerrando por dentro poniendo el seguro, sin más, me agarro la verga y la empezó a mamar desesperadamente, con una mano se bajó la pantaleta y cuando ya estaba libre se levantó y se inclinó apoyándose en la taza del excusado y me invito a que se la metiera. Yo sin más me puse atrás de ella y le deje ir mi verga en su culo. Hasta el fondo, ella gimió y empezó a moverse rápidamente. Los dos nos movíamos rítmicamente, penetrándola cada vez más, cuando ella sintió que estaba a punto de venirme, se sacó la verga del culo y se la metió en la panocha, de un solo golpe, al sentirla adentro se movió tan rápido que en unos segundo más empecé a venirme y ella también. Todo fue en menos de cinco minutos, al terminar, mi madre me dio un beso en la boca, se bajó hasta mi verga, la chupo por un instante y poniéndose nuevamente la pantaleta salió del baño tan sigilosamente como entro.

Cuando Salí del baño, me dirigí a la sala de TV y encontré a mi madre tomándose un tequila y abrazando muy cariñosamente a mi papá, quien ya se veía algo borracho. Ni cuenta se dio que hacía unos minutos su esposa se había cogido a su hijo. Yo me senté a ver la televisión junto a mi madre y no se dijo una sola palabra. Paso un buen rato cuando oímos los ronquidos de mi padre que estaba recostado en el sillón apoyándose en el hombro de mi madre. Cuando ella lo considero apropiado, puso su mano sobre mi verga, que solo se interponía la tela de mi pantalón y empezó a darle un delicioso masaje, mi verga reaccionó poniéndose nuevamente dura.

Mi madre con cuidado se acercó a mi oído y me dijo

Quiero que me la chupes y quiero chupártela, ahorita

Pero esta mi papá y se puede dar cuente –conteste.

Te digo que me la chupes, bájate y mámamela –dijo mirándome a los ojos

Mi madre abrió sus piernas y con su mano se levantó la falda hasta que se le pudiera ver los pelos de la panocha, y señalándome su entrada con insistencia. Yo con cuidado me arrodillé y metí mi cabeza entre sus piernas hasta alcanzar con mi boca su dulce agujero. Con miedo y calentura empecé a mamarle la panocha a mi madre, ella con la mano que estaba cerca de mi padre, empezó a acariciarlo para que no se despertara, pero como nos dimos cuenta más tarde, el no despertaría con nada, estaba perdido. Seguí mamando y chupando al mismo tiempo que con una de mis manos me desabrochaba el pantalón y bajaba el cierre para liberar mi verga que ya estaba muy crecida. Mi madre cerraba sus ojos y echaba su cabeza hacia atrás conteniendo cualquier tipo de sonido que pudiera salir por el placer que tenía. De pronto, mi madre empezó a temblar y a tener espasmos lo que significaba que ya se estaba viniendo, de su boca salió un ahhh!, casi al mismo tiempo que me empujaba con fuerza hacia su panocha, tanto que casi no podía respirar. Mi madre se vino…sentía como salía una gran cantidad de líquido caliente de su agujero. Mi madre me indico que me parara y me hincara en el sofá de tal forma que me pudiera mamar la verga, me costó un poco de trabajo tratar de ponerle mi verga a la altura adecuada, pero al fin, ella tenía mi instrumento a placer y empezó a mamarla tan suavemente y con tanta saliva de su boca que de inmediato descargue mi leche sin avisarle, ella ni se inmuto y se tragó todo lo que salió de mi palo. Yo me vestí y mi madre movió con rudeza la cabeza de mi padre para que se despertara y no reaccionaba, ya con más calma ella recostó a mi padre en el sofá y nos salimos de la sala de TV.

Que locuras hicimos mamá –le dije una vez que estábamos solos.

Sí, me di cuenta, pero eso me calentó muchísimo –contesto.

Creo que la solución para estar juntos es emborrachar a tu padre –siguió diciendo.

Pero no siempre vamos a estar así –le dije.

No te preocupes, ya encontraremos otras forma y tiempos, - me dijo - y tomándome de la mano salimos a la terraza para tomarnos un café.

En eso estábamos cuando empezó a sonar el teléfono y me para a contestar

¡Hola sobrino! ¿Cómo están? ¿Cómo les fue en su viaje? –era la hermana menor de mi madre, la incestuosa hija que se había cogido a mi abuelo o al revés.

Muy bien tía, de maravilla, con ganas de regresar las veces que sea – le dije volteando a ver a mi madre que sonrió al oírlo.

¿Y tú como estas? ¿Cómo está mi primita? ¿Cuándo las tendremos por aquí? –estaba diciendo cosas que nunca le había dicho a mi tía y menos con esa dulzura en mi voz, creo que el saber que ella era igual que nosotros me cambió mi sentir hacia ella.

Ya pronto cariño, por eso hablo, ¿está tu madre cerca? Quiero hablar con ella. Me dio gusto oírte –me dijo.

Me despedí de mi tía y le pase el teléfono a mi madre. Decidí irme a mi habitación mientras ellas hablaran. Oía lejana la voz de mi madre que me decía que despertara, de pronto me di cuenta que me había quedado dormido y ya era de día. Mi madre estaba acostada junto de mi dentro de las sabanas y acariciándome la verga.

Hola cogelón y depravado hijo, ¿ya descansaste? Porque tu madre está un poco caliente –me dijo con voz suave.

Hola mama, ¿Qué haces aquí? ¿y mi papá? No seas tan arriesgada –le dije

Primero tu padre no está, se fue muy temprano, crudo, a llevar unos papeles al abogado; segundo, estoy caliente y quiero que me cojas y tercero solo tenemos una hora para hacerlo, y ya no preguntes más y actúa –me contesto

Mi madre ya estaba desnuda, le acaricie su coño y le metí los dedos en él, vaya si estaba caliente mi madre, estaba completamente húmeda. Primero me baje para chuparle el coño y beberme sus jugos, ya me había gustado que primero mi madre se viniera con una mamada y después cogérmela por todas partes hasta venirme.

Me vengo, hijo, no dejes de mamar –me dijo casi a gritos

¡ahhh! Que rico me estoy viniendo, eres un cabrón, sabes cómo hacerme feliz –decía sin parar.

Termino de venirse mi madre con la mamada que le estaba dando, me acuesto a su lado boca arriba y le pido que se suba en mí y se meta la verga por donde quiera. Se decide por el coño y se mete mi palo y empieza a cabalgar. Al principio sentí necesidad de cogérmela por el ano pero ella decidió por otra parte. La imagen que tenía frente a mis ojos era de ensueño, como entraba y salía mi verga de su coño, como oía sus gemidos y como sentía que me apretaba con sus manos. Ella se echaba hacia atrás para permitir que mi palo entrara más profundamente, con una mano le acariciaba el clítoris que me dejaba con mucha libertad. Sentía como mi verga se estiraba más de lo normal, que le tocaba sus paredes y chocaba con el fin de sus entrañas. Yo quería perforarla más, sentía la necesidad de llegar más lejos, pero ya no era posible. Pronto sentí que mi venida estaba cerca.

Mamá me voy a venir pero quiero hacerlo en tu ano –le dije

No hijo, ahorita no, vente en ni coño –me contesto

No, mama, dame tu ano, lo quiero ahí. –le dije suplicando

No hijo, es que…- me contesto sin dejar de moverse

¿Es que que? ¿No te gusta por ahí? – le pregunte

Si claro, pero, no te molestes, pero tuve que darle a tu padre un poco de atención y me cogió por ahí antes de irse - me dijo casi con pena pero si dejar de moverse.

Eso que me dijo, en lugar de molestarme me calentó aún más y sin decir algo saque mi verga de su coño y se la metí por el ano. Lo tenía algo dilatado y con líquido aun, que supuse era la leche de mi papá.

No me importa que mi papá te coja si esto permite que estemos junto –le conteste.

Esa fue la actitud que hizo que mi madre tuviera un orgasmo muy fuerte y se movió tan fuerte que no tarde en soltar mi leche dentro de su culo, la que se mezcló con la de mi padre. Los dos ya sin fuerza y bien venidos, nos quedamos abrazados hasta que mi madre reacciono preocupada por la llegada en cualquier momento de mi padre. Se levantó, me beso y se fue a bañarse. Yo me quede en mi cama y me volví a quedar dormido.

Cuando desperté, mi padre ya había llegado y estaba sentado en el comedor leyendo su periódico y mi madre estaba en la cocina preparando la comida. Me acerque a ella y con disimulo le empecé a acariciar las nalgas. Mi mamá vestía un pantalón corto holgado sin nada abajo, según me di cuenta cuando la toque. Mi madre platicaba con mi papá de no sé qué cosas. Terminamos de comer y mi padre sale al jardín a descansar un rato. Me quedo solo con mi madre pero sin la posibilidad de hacer nada.

Mi hermana viene a casa por unos días con su hija –me dijo

Ayer que me habló me pidió que le dejara quedarse aquí porque tiene que hacer unos trámites y no tiene dinero para pagar un hotel –siguió diciendo.

Así es que vas a tener que compartir tu habitación con ella y tú prima o ya veremos cómo nos acomodamos –término

Yo me quedo contigo en tu cuarto, papá que se vaya con su hermano y mi tía que se quede en la habitación, ¿Qué te parece? –dije riéndome.

O todos, sin mi papá, nos podemos quedar en un solo cuarto y hacernos la familia incestuosa –le dije acercándome a ella para acariciarle el coño sin que mi padre lo viera.

No digas tonterías, en la noche lo platicamos, tu padre tiene juego en la casa de su hermano y nos dejara solos por un buen rato –me dijo acariciando mi mano que estaba sobre su coño.

Yo estaba ansioso por la llegada de la noche y platicar con mi madre de lo que podría ser algo muy caliente.​
Ya cerca de las 9 de la noche, mi papá se despide de nosotros diciendo que se iba a jugar con su hermano y que no lo esperáramos despiertos, tomo las llaves del auto y salió no sin antes darle un beso a mi madre y con su mano le acariciaba las nalgas, yo estaba sentado viendo la televisión e hice como si no lo viera. Por aquí oí que el auto salía a la calle me paré a ver por la ventana que efectivamente ya se había ido. Al comprobarlo, me giré y camine hacia mi madre que estaba parada cerca de la puerta y empecé a abrazarla y a besarle su cuello y los hombros, ella sin más, me detuvo y con voz suave me dijo

Espera un poco, ve y prepara dos bebidas bien cargadas de lo que gustes y te espero en la recamara.

Emocionado corrí a la cantina y comencé a preparar lo que a mí me gustaba viendo que mi madre se dirigía a su recamara, estaba entre nervioso y excitado, tanto que me costó mucho trabajo abrir los refrescos y sacar lo hielos de refrigerador. Mi madre había cerrado la puerta de la recamara y escuche una música muy romántica que salía del cuarto. Al terminar las bebidas las tome y me dirigí a la habitación

Madre ¿ya puedo entrar, estas lista ?- le pregunte

Si hijo, entra- contestó

Abrí la puerta y al entrar lo primero que vi fue que el cuarto estaba a media luz, y mi madre estaba parada junto a la cama vestida con una minifalda que casi no le cubría nada, una blusa delgada muy pegada y lo que más me impresionó fue un hermoso juego de medias y liguero que se le veía asomar por debajo de la minifalda, se veía muy sexi, voluptuosa, daba la impresión de ser una de esas mujeres que vimos en el cabaret, una prostituta muy fina. Eso me éxito aún más de lo que estaba. La forma en que estaba parada invitaba a disfrutar de esa vista tan erótica. No me imaginaba que podría tener debajo de la falda pero ya habría oportunidad de saberlo.

Puse los vasos de la bebida en la mesita de noche y me acerqué a mi madre y con mucho cuidado empecé a besarla por todo el cuerpo, acaricié sus piernas y sentí una agradable sensación del material de sus media, seguí subiendo hasta alcanzar sus nalgas y su panocha, las nalgas estaban desnudas mas no así la panocha que tenía un pequeño trozo de tela que le cubría el pubis, el cual sentí que estaba completamente depilado, no había asomo de un pelo. Eso me calentó aún más.

Estas muy rica, mamá, que cuerpazo tienes -le dije, sin dejar de acariciarla y besarla

Qué bueno que te guste, sigue descubriéndome y no pares tus besos y caricias –contestó

Me hinque de frente a ella y levantándole un poco la falda le bese entre las piernas llegando a morderle un poco el pubis y apretándole por atrás sus nalgas, ella empezó a gemir y a empujar y subir su cadera para que pudiera alcanzar más esas zonas tan deliciosas.

Que rico, que excitado estas mi niño, sigue que pronto podrás cogerte a tu madre – me dijo

Sí, quiero cogerme a mi madre, quiero seguir haciendo incesto contigo y ponerle más cuernos a mi padre – dije con desesperación.

Seguía lamiendo y besando hasta que hice un lado la pequeña tela, que para entonces ya estaba muy húmeda tanto por mi saliva como por los jugos de mi madre. Encontré el precioso botón de su panocha y empecé a chuparlo y succionarlo suavemente, mi madre se retorcía de placer. Mi madre no pudo seguir parada y se acostó de un solo golpe en la cama y abrió sus piernas para que yo continuara mi trabajo. La vista que tenía era preciosa, una gran mujer rendida al placer vestida como una puta fina con un precioso liguero que en conjunto invitaba a dejarlo en su lugar. Y así lo hice, solo moví la tela nuevamente y seguí chupando.

Amor, hijo, voltéate y dame tu verga para que nos mamemos mutuamente, pero pronto – me dijo.

Yo sin dejar de mamarle la panocha me moví y me puse de forma que mi madre alcanzó mi verga con su boca y empezó a mamar primero suavemente y después fue incrementando su ritmo a medida que yo hacía lo mismo con su rico agujero. De pronto sentí como uno de sus dedos buscaba desesperadamente el agujero de mi ano y al encontrarlo lo fue metiendo suavemente hasta tenerlo todo adentro, eso fue como una descarga eléctrica y me hizo acelerar mis chupadas. Mi madre, al sentir que eso me éxito, saco el dedo y metió otro más hasta el fondo, yo ya tenía dos dedos en mi ano. Fue tan fuerte la sensación que empecé a descargar mi leche en la boca de mi madre y ella al sentir la descarga empezó a venirse con tanta intensidad que descargo un chorro de orines que me bañaron toda la cara, mojando las sabanas. Yo no deje de chuparla y ella saco la verga de su boca y me suplico que ya no siguiera, no hice mucho caso y el resultado fue una segunda descarga de orines.

Ya no hijo, ya no puedo más, es suficiente por ahorita, descansemos un momento y si hay fuerzas la seguimos – me dijo

Yo me incorporé y me acosté junto a ella y ella acomodó su cabeza en mi pecho.

Que rica cogida, nunca me había venido tanto, siempre es diferente y eso me gusta, tú te descargaste tanto que casi me ahogo con tu leche que está muy rica, pero ahora creo que tenemos que quitar las sabanas y voltear el colchón si esta mojado – me dijo

Nos paramos y quitamos las sabanas pero por fortuna el colchón no se había mojado. Mi madre saco nuevas colchas y las coloco en la cama. Al terminar, mi madre se acostó y me invito a que hiciera lo mismo, quedando de la misma forma que antes de levantarnos. Con tanta acción, se nos habían olvidado las bebidas, por lo que las alcance y le di una a mi madre, bebimos un buen tanto y empezamos a platicar.

Me estoy volviendo viciosa de ti, quiero que me estés cogiendo todo el tiempo, ni te imaginas lo que siento cuando tu padre quiere cogerme, pero no me queda otro remedio, esto se está poniendo muy peligros, si no nos cuidamos un día nos cacha tu papá o yo quedo embarazada – me dijo viéndome a los ojos.

Sería bueno tener un hijo, pero que cara pondría papá al enterarse –dije riéndome

Ni lo digas, eso sería lo de menos, pero que nos encuentre cogiendo si es muy peligroso, de seguro nos corre a los dos. – dijo sonriendo, pero a lo mejor es bueno ya que no estaríamos tan preocupados, ¿no crees? – terminó.

Cambiando de tema, mañana llega tu tía con tu prima, necesitamos planear que hacemos para atenderlas y seguir con lo nuestro, creo que sería mejor que tú te quedes en la recamara con tu padre y yo, y ellas en tu cuarto, ¿no te parece?, así cuando tu padre este dormido o borracho podemos coger un poco – me dijo.

Aprovechando que este aquí mi tía, ¿podemos platicar con ella y que nos cuente como estuvo lo de mi abuelo y ella?, creo que tú puedes convencerla a que lo haga, total, ya pasó mucho tiempo y además ella te tiene mucha confianza –remarque ese punto.

Ah, no sé, sí me tiene confianza pero al enterarse de que tú ya lo sabes a lo mejor se enoja y hasta nos peleamos, deja que este aquí y ya veremos, te prometo que si se puede lo hago – diciendo eso se subió en mí y me empezó a besar el pecho y con su mano me agarro la flácida verga.

En eso estábamos cuando oímos que un vehículo se había estacionado cerca de la casa y se oían unas voces y carcajadas, mi madre como un resorte se incorporó y se acercó lentamente a la ventana y con horror me hizo señas que había llegado mi padre con su hermano y estaba a punto de entrar a la casa, con rapidez salí del cuarto y me metí a mi recamara, mi madre se acostó y se cubrió con las sabanas haciéndose la dormida. Ya no supe más de lo que pasó después de eso.

La llegada de mi tía y mi prima fue algo muy esperado y al mismo tiempo molesto, esperado ya que me permitiría conocer de viva voz el primer incesto en la familia y molesto porque se haría difícil cogerme a mi madre, sin embargo, sucedió lo inesperado y por lo que tanto nos habíamos cuidado.

Esa misma tarde, ya que mi tía se había acomodado en mi recamara, le comento a mi madre que tenía que salir con mi prima a ver si podía adelantar algunos trámites y que regresaría algo tarde. Mi madre tuvo a bien entregarle una copia de la llave de la casa para que no se preocupara. Se despidieron de nosotros y salieron en un taxi que habían pedido. Mi padre como de costumbre estaba, según él, trabajando y también llegaría tarde. Vimos como mi tía y sobrina subieron a taxi y partieron rumbo al centro. Mi madre y yo hicimos un poco de limpieza y arreglos pero de pronto tome a mi madre de la mano y la conduje hasta su recamara, que era nuestra por esos días, y empecé a desnudarla y besarla, la acosté en la cama y sin más le levante las piernas y empecé a chuparle sus dos hermosos hoyos, su ano empezaba a dilatarse y por su panocha salía un delicioso jugo que tanto me gustaba. Una vez que sentí que ya estaba suficientemente caliente, le metí mi verga en su culo sin pedirle permiso, ella al sentir mi fierro ya dentro de su ano, se movió de arriba abajo. Mi verga salía y entraba con un poco de dificultad pero rítmicamente, en un momento saque la verga de su ano y se la metí por su vagina y de forma alternada me la fui cogiendo. Ella gemía y yo más empujaba, le saque la verga y me puse de espalda a la cama y le pedí que se subiera encima de mí pero que se ensartara mi verga en su culo, se subió y sin mucha dificultad se metió en su culo mi verga y empezó a cabalgar, yo cerré mis ojos y me concentre para que no me viniera pronto, ya que su culo me producía tanto placer que me hacía acabar rápido.

Hermana ¿Qué haces con tu hijo? –fue la voz de mi tía la que me hizo abrir los ojos, mi madre se quedó quieta pero con la verga adentro de su culo.

Volteé la cara y vi en el marco de la puerta a mi tía observándonos incrédula pero al mismo tiempo calmada, la escena que dábamos mi madre y yo.

Quise levantarme pero el peso de mi madre lo impedía, y mi madre no podía hacer nada.

Terminen par de calientes, yo solo vine por unos papeles que olvidé, ya después hablaremos –dijo mi tía y volviéndose salió de la habitación y de la casa.
 
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