Rosarito Arde en Deseos

heranlu

Veterano
Registrado
Ago 31, 2007
Mensajes
5,327
Likes Recibidos
2,367
Puntos
113
 
 
 
Rosarito, era una joven que había cumplido recientemente su mayoría de edad. Acababa de terminar en el instituto y tenía previsto entrar en la universidad. Ya tenía el cuerpo de una mujer, aunque por su estatura y su carita parecía aún la de una adolescente, con unos pechos puntiagudos y unas nalgas preciosas que levantaban los más bajos deseos entre los hombres a su paso.

Era una joven bastante coqueta, y le gustaba mostrarse ante los jóvenes bastante sexy, y le gustaba que la desearan. Había dejado de ser virgen a la edad de los quince con un amigo del instituto. Pese haber tenido relaciones posteriores con jóvenes, ella había visto pelis porno de adolescentes con mayores, y añoraba saber que se sentía, siendo atravesada por el pene de un hombre adulto.

El consumo de esas pelis, y las conversaciones con amigas de su misma edad, le llevaron a sentir atracción por su propio padre, el cual, pese a tener más de cincuenta cinco años, se mantenía en plena forma física, siendo un hombre bastante alto, corpulento y de brazos fornidos, y además, me muy bello rostro. Tras pensarlo mucho, comenzó a buscar la manera de frotarse contra el mismo, tocarlo con distinto sentido al paternal. Esos juegos, despertaron sin querer la hombría del ancestro, quien colaboró con aquellos toqueteos y caricas furtivas. Le constaba que su padre llevaba a cabo los encuentros sexuales con su madre en pocas ocasiones, ya que aquella había entrado en una depresión, lo que suponía que su padre apenas podía disfrutar con la misma.

La joven se había percatado como aquellos juegos, habían calado en su padre, y notaba que muchas veces se la quedaba mirando con evidente excitación. Su ancestro intentaba evitarla, pero ella insistía una y otra vez, logrando que la verga de aquel se enderezaba bajo el pantalón, ante la sonrisa de la misma.

Por aquella época el baño de la habitación de sus padres se estropeó, y tardaron tiempo en repararlo. A consecuencia de ello, toda la familia tuvo que usar el baño común, el que siempre había utilizado su hermano y ella. El hermano era el primero en ducharse, luego lo hacia ella, y tras la misma entraba su padre.

Consciente de que su padre entraría después de ella, la joven comenzó a dejar olvidadas en el baño su ropa usada, y entre ellas sus braguitas. Lo fue haciendo en varias ocasiones, hasta que un día de forma descarada las dejó sobre el inodoro.

Raúl, su padre, al entrar en el baño se percató de la presencia de aquella prenda, que dedujo eran de su hija. Sin poder evitarlo, las tomó y las olio, absorbiendo el olor a hembra de su hija, haciendo que su pene se envarara. La joven repitió esta acción varias veces, lo que terminó por excitar el hombre quien terminó por masturbarse y eyacular en las propias bragas de su hija. Luego las dejaba en la cesta de la ropa manchadas de su semen.

La joven, en varias ocasiones tuvo que lavar la ropa, y localizó con excitación, como sus bragas estaban manchadas con semen. Era evidente que su padre se había corrido en ellas. Es más, esperaba que su padre saliera del baño para ir a buscarlas, comprobando que siempre estaban manchadas de semen.

Eso excitó también a la joven, quien para demostrar a su padre que ella era consciente de que se masturbaba con ellas, tras comprobar que había terminado en el baño, y se estaba terminando de peinar, entró y le preguntó a su padre: ¿oye papi viste mis bragas en el baño? ¿Creo que las deje olvidadas? ¿tienen que estar por aquí?



Se dio cuenta como la cara de su padre enrojeció al saberse sorprendido. Tras localizar las mismas en la cesta de la ropa, las extrajo y tomándolas en su mano, se dio cuenta de que estaban manchadas. Ella entonces le dijo: es que tengo que ponérmelas y me las deje atrás.

En la habitación, la joven olió el semen de su padre y estuvo tentada de colocárselas así mismo, pero luego desistió, ya que estaba muy manchadas.

Un día, le comentó a su padre que tenía que comprarse un vestido para una fiesta del final de curso. Ella tenía mas confianza con su padre y por ello se lo pidió al mismo:

-¿me lo compraras papa?

-claro hija. Díselo a tu madre y que te lo compre



-Ya. Pero papa, mama sabes que está enferma. ¿No podrías acompañarme tu? Le dijo con carita de niña mimosa.


Raúl se quedó sorprendido, pero luego le dijo que por la tarde irían al centro comercial a buscar el traje.

En la tarde Rosarito se hizo acompañar de su padre y buscaron en varias tiendas, hasta que ella encontró el traje que le gustaba. Era un traje de una sola costura, que tenía una cremallera trasera. La joven entró al vestuario e intentó colocárselo, pero al ver que no podía cerrarse la cremallera trasera, se asomó y le dijo a su padre:

-Oye papi. Anda entra y súbeme la cremallera. Es que no puedo, sola.

Raúl se quedó nervioso, miró como buscando una dependienta, y ella le dijo: venga entra papi. Las dependientas están entretenidas. ¿Así me dices como que queda?

Al entrar el hombre se quedó perplejo al constatar que aquel traje le quedaba como un guante a su hija. Era de color blanco y se ajustaba a la anatomía de la joven, pero marcaba claramente el sostén y las braguitas que llevaba. Se colocó tras ella y subió el cierre del traje hasta arriba. Luego la miró y le dijo: - ¡estas preciosa cariño!.

Ella se miró coqueta en el espejo, mientras Raúl le decía: -pero tendrás que ponerte una tanga, y de color piel blanca, ya que se te marca. ¿te has dado cuenta?

-Ay papi tienes razón. Pero… no tengo de color piel. Y también debo usar un sostén que vaya a la par con este traje. ¿no crees?.

- me temo que si hija.

- ¿Pero papa? ¿No tengo esas prendas? Creo que mejor me busco otro traje.



-No te preocupes. Ahora mismo vamos a una tienda de lencería y las compramos.



-¿de verdad papi? qué bueno eres…



Él iba a salir fuera, cuando ella le dijo: espera. No te vayas. Tienes que ayudarme a quitarme el traje.



Raúl se quedó detrás de ella, le bajo la cremallera, y antes de que él se pudiera retirar la joven se lo dejó casi caer, quedándose con sus bragas y su sostén ante su padre. El hombre se quedó petrificado al contemplar el tremendo cuerpo de su hija. Observo que el sostén era pequeño y sus pechos casi se salían fuera, no pudiendo evitar mirar el trasero de la misma, viendo como inconscientemente su pene se erectaba bajo el pantalón.

-pero hija… no debes…

- Vamos papa. Soy tu hija. Aunque me vieras desnuda no pasa nada.

Él le ayudo a colocarse la otra ropa y luego salieron. Tras pagar el traje, fueron a una tienda de lencería. Allí a instancias de la dependienta compraron el sostén y tanga que necesitaba. Pero el padre, le dijo: - Rosarito. Aprovecha y cómprate otro juego para el diario. He visto que lo necesitas.

La joven se lo agradeció, y tras irse con la dependienta, regresó con unas prendas que luego pagaron y se fueron. El hombre no había visto las prendas que ella había comprado.



Unos días después, la madre le indica que iba a pasar esa tarde con su madre, y que llegaría por la noche. El hermano, se encontraba de campamento, por lo que quedaron solos en casa Rosarito y su padre. Al saberse a solas con su padre, la joven se excitó y quiso aprovechar la ocasión. Por ello se acercó donde se encontraba el mismo y le dijo: ¿Me gustaría que vieras como me queda la ropa que me compraste?

-ya te la vi puesta.



-Ya ¿pero, no la has visto con las prendas íntimas que me compraste? Espera un poco, que me las ponga.



Raúl quedo sentado en la sofá esperando, cuando observa que aparece su hija con el traje nuevo, solo pendiente de que le subiera la cremallera. Tras subírsela, comprobó que ahora no se comprobaba nada su sostén ni las bragas.

-te queda perfecta. No se nota nada ahora. ¿te comprantes una tanga?

-así es papa. Y luego le dijo: anda desabróchame la cremallera.



El padre lo hizo, y ella volvió a retirarse el traje allí mismo, quedando ante su ancestro solo con una tanguita de color blanco que era como un hilo dental que se metía por entre las nalgas desnudas de la joven. Luego ella se giró de frente, y el hombre se quedó de piedra. La tanga por delante no solo era una prenda minúscula, sino que además se trasparentaba un poco y dejaba entrever los vellos de la misma, y hasta los labios carnosos de la aquella.

-te has quedado sin habla papa? ¿No te gusta?

-claro que me gusta. Pero nena… ¡es bastante atrevido! ¿Las ha visto tu madre?


Ella le mira y le dice: -es un secreto entre ambos. Sabes que si mama me ve, seguro que me las manda quitar.

El hombre observa igualmente el sostén, viendo que era casi de color piel, y tampoco era muy grande, ya que resaltaba los pechos de la joven, pero parecía que se le iba a escapar fuera.



El hombre luego le dice: ¿pero recuerdo que te compraste otro juego?

-Ay papa. ¿No querrás ver cómo me queda el otro juego?

-Bueno ya te he visto con este. No creo que vaya a asustarme por verte con el otro.



La joven tomó el traje y lo llevo hasta su habitación. Allí, se dijo: ¿cuándo papa me vea con la lencería que me compré con su dinero le va a dar algo?

Se retiro las prendas anteriores, le lavó un poco su vagina, ya que notaba que se había mojado, y tomando el otro juego de lencería, se lo puso. Al verse en el espejo se quedó excitada. Sin que su padre lo supiera, se había comprado un sostén que solo cubría la parte baja de sus pechos dejando a la vista de sus pezones. Luego contempló la tanga, viendo que era similar a la anterior, con un simple hilo dental posterior, pero por delante la tanga tenía una abertura a la parte baja, coincidente con la raja de su coño, por donde se veían los vellos y los labios vaginales. Le constaba que era bastante atrevida, y quizás su padre se enfadaría. Pero en el fondo, ansiaba ver la reacción de su ancestro al mostrarse así.

Cuando Raúl contemplo a su hija, se quedó sin habla. Al divisar los puntiagudos pechos negros de su hija que sobresalían sobre el sostén, tomo saliva. Pero… Rosarito. ¿Qué te has comprado?

-¿No te gusta papa?
Le contesto aquella adoptando una postura sexy.

-Dios mío. ¿Si tu madre te ve con esto…? Pero...¿y esa tanga?… oo dios mío…

- Papi. Me la he comprado para ti. ¡Solo para que me la vieras tu!.


El hombre se quedó sin habla. Su hija se le mostraba ahora casi desnuda, enseñando prácticamente sus pechos y encima percibía claramente los vellos y labios vaginales a través de la abertura de su pequeña tanga.

La joven se acercó hasta donde se encontraba sentado su padre, se dio un par de vueltas ante él, mostrando su trasero, para luego situarse delante del mismo. El hombre no quitaba la vista de la entrepierna de la joven.

-¿de verdad no te gusta papi?... ¿Has visto mi sostén?. Me dijo la dependienta que resalta mis pechos.

-Pero nena.


Raúl estaba como fuera de sí, con una excitación tremenda. Y sin poder evitarlo alcanzó las piernas de su hija, y la atrajo hacia él, acariciando sus redondas nalgas. La joven entonces se inclinó de espaladas al mismo, con las piernas rectas, pero levantando su trasero y haciendo que las nalgas se abrieran con dicho gesto.

Dada la fina tela que cubría esa parte del cuerpo, aquella acción ofreció al hombre una visión clara del trasero y del ano de su hija. Al mismo tiempo le permitió observar claramente los labios vaginales y parte de la vagina de la joven, ya que, al abrirse de esa manera, quedo expuesto ante el mismo por la abertura de la pequeña tanga.



Pese a ser su hija, el hombre se vio tan excitado que pronto se vio deslizando sus dedos por interior de la entrepierna de la joven, alcanzando los labios vaginales, percatándose de la humedad de estos.

-Oh papi. No me toques ahi… ooo

- Pero nena, ¿Cómo se te ocurre comprarte unas prendas tan provocativas? ¿de verdad las compraste para mostrármelas solo a mi?

-Claro papì. ¿Es que no te gusta verme con ellas?



Luego le obligó a sentarse de nuevo en el sofá, mientras ella continuó haciendo movimientos sexy con su cuerpo, inclinándose hacia delante, ofreciendo de nuevo una vista perfecta de sus pechos, los cuales parecía que se iban a salir de un momento a otro del sostén.

¿te gustan mi tetitas papi?...

En hombre no le respondió, sino que alargó sus manos y palpó abiertamente las mismas, mientras ella se abría un poco el sostén para que su ancestro pudiera tocarlas en su integridad. Raúl se excito aún más, al palpar la dureza de la tetas de su hija, pasando el dedo pulgar por los pezones negros, acariciándolas una y otra vez.

El toqueteo que le propinaba el padre a sus senos terminó de calentar igualmente a la joven, quien acercó más su pecho, hundiendo la cara de su padre en medio de sus senos, restregándoselos varias veces por toda la boca del mismo.



La tremenda excitación de Raúl le llevó a tomar a su hija por la cintura haciendo que se sentara en forma de caballito sobre sus piernas, mientras lamia y chupaba los pezones de la joven, levantando alaridos de placer en aquella: oh papi que me haces ooo



Rosarito había notado la dureza en el pantalón de su ancestro, por lo que mientras el seguía jugando con sus senos, alcanzó a desabrochar el mismo, y metió la mano buscando el pene de su progenitor. Tras apartar el slip, alcanzó y tuvo por primera vez el vástago de su padre en su mano, rodeándolo y acariciado, especialmente la parte superior. La joven se estremeció al comprobar las dimensiones de aquel miembro, muy superior al de los jóvenes con los que había estado. El pene de su padre no solo parecía bastante largo, sino tremendamente grueso. Ella le miró a la cara y le dijo:

-Oh papi ¡la tienes grandísima!. No pensé que fuera tan grande.

-Oh nenita. Es que verte así se me ha puesto dura. Es una locura. Tenemos que dejarlo. Esto no está bien.



-Vamos papa. ¿Acaso no te gusta ver como tu hija te coge la polla? ¿Se que lo estabas deseando? Se te está poniendo enorme.

-Ya Rosarito. Pero no está bien.



La joven no paraba de manosear y pasar su mano por todo el pene de su padre, haciendo que aquella barrena se pusiera cada vez más fierra. Luego se levanta y le termina de bajar los pantalones y slip a su padre, dejándolo sobre uno de los sillones. Luego se vuelve de espaldas al mismo de forma sensual, toma con su mano la polla del ancestro, y la pone en horizontal para proceder a sentarse sobre aquella. Raúl pudo sentir las desnudas nalgas de su hija, mientras ella se restregaba sobre el pene desnudo del mismo, revolviéndose sobre este.

Al momento sintió las manos de su padre en todas sus nalgas, para luego ascender y volver a tomar, con aquellas duras y ásperas manos, los dos senos de su hija. Estuvieron de esa forma moviéndose y restregándose, hasta que ella se incorporó de nuevo, observó el tremendo falo de su padre, volviendolo a tomar en su mano. Acto seguido se agachó un poco y con delicadeza comenzó a pasar su lengua por el prepucio, provocando claramente a su progenitor.

Oh Rosarito que haces … oh si nena. sii

Viendo que ello agradaba a su padre, la joven comenzó a lamer el pene de arriba abajo, colocándolo en vertical y pasando su lengua por la parte baja del mismo, hasta llegar a los testículos, los cuales también lamió. No dejaba de lamer, y hasta se atrevió a abrir su boquita y meterse una parte del falo. Pero, le pareció tan enorme, que solo se atrevió con una parte del mismo. Percibía la tremenda dureza del vástago y comenzó a dudar si era buena idea dejarse follar por su padre. Pero, lo había excitado, y ahora tampoco quería dejarlo a medias.

Cuando la joven observó que el pene de su padre estaba totalmente duro, se dio la vuelta y con las piernas juntas, colocó su redondas nalgas paraditas, y situándose a la altura del falo de su padre. Luego, se dio media vuelta y con las piernas juntas, puso sus nalgas paraditas, a la altura del miembro de del ancestro. En ese momento, sitió la dureza de aquel miembro contra sus desnudas nalgas.

Raúl abrazó a su hija al tiempo que alcanzaban de nuevos las tetitas de la misma. La joven entonces se echó hacia atrás pegándose completamente con su espalda a su padre, dejando que el pene el mismo a metiera entre sus piernas. Luego las cerro atrapando entre ellas el falo de su ancestro. Comenzó a jugar haciendo gestos de subir y bajar, viendo como el pene se restregaba contra los labios vaginales que aparecían en la abertura de su tanga, mojando una y otra vez la verga.

El hombre estaba tan arrecho que metió una mano por dentro de la tanga de la joven, alcanzando con uno de sus dedos el ano de aquella, viendo como ésta daba un respingo. En ese momento se dio cuenta de que encontraban en medio de la sala y alguien podía aparecer de un momento a otro, aunque no era de esperarlo. Por ello le dijo:

Rosarito, mejor vamos a tu cuarto, por si alguien regresa.

-claro papa- en ese momento la joven se dio cuenta que su padre quería follarsela. Sabía que estaba dudando, pero lo había encendido tanto, que era consciente de que le sería difícil resistirse.

Ya dentro de la habitación, ella misma aseguró la puerta.

-Siéntate en la cama papa- Le pido la joven

Raúl se sentó al borde de la cama, dejando las piernas abiertas, y con su nabo casi en vertical blandiendo entre aquellas. La joven se agachó y volvió a tomar el falo de su ancestro, volviendo a besarlo, y lamerlo, para luego comenzar a introducirse una parte de aquel miembro en su pequeña boquita.

Oh hija.. sigue ssii- le dijo aquel, al sentir la boca de su hija en su pene. La tomo del pelo, apretando su cabeza contra el para forzar a su hija a engullir su pene. Al propio tiempo el mismo comenzó a hacer pasar la boca de su hija por su falo, sintiendo un enorme placer.

La joven, se detuvo, y entonces se acercó a la mesa de noche de su habitación, y ante la mirada de su padre extrajo un condón, que tenía guardado. Se acercó hasta su padre y este le dijo: oh, hija ¿estas segura?... esto es una locura.



- Sera una locura papi. ¡¡Pero veo en tu cara que tienes unas ganas enormes de follarte a tu hija!.... ¿vas a negarlo?

- Claro que lo deseo hija. Pero no debo.



Entonces ella le pregunto: -Dime papa. ¿Cuánto llevas sin hacer el amor con mama? Se que la misma te tiene a palo seco. Su enfermedad … ¿has visto como la tienes? Y, tocando los testículos de su padre, añade: - Y tus huevos. Los tienes repletos. Necesitas descargarlos.

Hija. ya sabes que tu madre… su enfermedad.



-Por eso papi. ¡¡Te voy a descargar esos testículos!!. Necesitas con urgencia hacerlo. Y tu hija de los va a descargar. ¿mejor yo que una de la calle?





Luego se encaramó con todas sus piernas abiertas sobre los muslos de su padre, obligándolo a recostarse en la cama, mientras ella dejaba las rodillas apoyadas en el borde de la cama. Sacó el preservativo de su envoltura y comenzó a colocárselo. Menos mal que había comprado un condón xxl, ya que intuía que la verga de su padre era mayor que las otras.

El condón abarcó una parte del pene del ancestro, ya que por su longitud más de la mitad del falo quedaba fuera. Pero intuyó que era suficiente. Luego acercó la abertura de su tanga hasta dejarlo a la altura de la verga, y comenzó a restregarse sobre ella, embadurnando con sus jugos todo el pene. Tras ello, tomo el falo y lo dejó apuntando hacia el techo, puso su coño directamente sobre él, verificó que la raja de la tanga quedara perfectamente a la atura de la misma, y se fu dejando caer de cadera sobre él, ensartándose una parte del pene en su cavidad. Se dio cuenta que le iba a costar. Era un pene mucho más grueso que los otros jóvenes con los que se había acostado: uf papi… la tienes enorme. Mi coño es bastante estrecho.

El hombre la detuvo y le dijo: por eso hija. Mejor lo dejamos. No quiero hacerte daño.



Pero Rosarito estaba bien caliente. Y además quería satisfacer a su padre. Así que, sin responderle, apartó toda la tanga hacia un lado y volvió a colocar el pene de su padre en vertical y acercando su raja, con el propio peso de su cuerpo comenzó a dejar que su coñito fuer engullendo la enorme polla de papa. Oh papi ooo como me abres. ooo

Se sentía abierta al completo, y eso que aún le quedaba bastante fuera. Pero su padre en ese momento alcanzó los pechitos de la hija y los comenzó a acariciar, haciendo que la joven se relajara, lo que motivo que de una sentada, la joven terminara de ensartarse la totalidad del nabo de su padre. ohhhh `papiiiiiiiiii



La joven se sentía llena. Parecía que la costaba respirar. Por otro lado, Raúl se sentía en la gloria. Ahora tenía a su hija sobre el, con su nabo totalmente dentro de su estrecha cuquita. Oh hija… nena. que delicia ooo



La joven, tras acostumbrase a la polla de su papa, empezó a mover sus caderas en todas las direcciones posibles, sintiendo cómo el falo de su padre llenaba su cuquita. Luego comenzó a cabalgarlo, como si de una jineta se tratara. Estuvo cabalgando sobre el miembro de su padre durante un buen tiempo, luego, acomodó sus piernas alrededor de su cadera, y se aferró a su padre con brazos y piernas, haciendo que la verga que le había procreado le llegara hasta el fondo en cada movimiento.

En un momento dado, divisó el espejo de su habitación, viéndose reflejada en el mismo. Ella montada sobre las piernas de su papa, con la cara roja de placer jadeando con fuerza y gimiendo mientras, el tremendo falo de su ancestro no paraba de abrir una y otra vez las paredes de su estrecha vagina. El padre la tenía abrazada mientras disfrutaba, y le ayudaba a meter aún más la verga a su hija, impulsando su cuerpo hacia arriba, al propio tiempo que aquella iniciaba su bajada.

Tras unos momentos en esa posición, Raúl giró a la hija, sin sacar su verga del coño, hasta dejarla recostada sobre su espalda en la cama y colocándose el encima. Tomo las piernas de la hija, para hacer que sus rodillas flexionaran hasta tenerlas a cada lado de la cintura. En esa posición Raúl comprobó que tenía a su disposición toda la cuquita de su hija, y que su falo en esa posición le entraba en su totalidad. La tomó por los tobillos y la hizo abrir el compás de sus caderas haciendo que sus piernas quedaran bien estiradas, para después comenzar a cogerla con toda su fuerza.

Raúl arremetía con ardor el coño de su hija, aumentando la intensidad de sus penetraciones. Notaba que, pese a la estrechez del coño de su hija, esta se tragaba una y otra vez toda su tranca, pese a sus grandes dimensiones. En ese momento observa como Rosarito entra en trance y tiene el primer orgasmo de la tarde, convulsionándose a medida que él no dejaba de penetrarla.

Tras acabar su orgasmo, la dejó que se repusiera. Ella volteo y se vio de nuevo en el espejo. Raúl siguió también con la mirada a su hija y ambos se contemplaron. El enorme cuerpo de su papa la lado de la joven, contrastaba bastante. Ella incitó de nuevo a su padre quien comenzó de nuevo a perforar una y otra vez el cochito de la hija. Estaba miraba hacia el espejo y se dio cuenta que su padre estaba masacrando prácticamente su vagina. Ella reciba estoicamente, una y otra vez, las tremendas estocadas de su padre.



En un momento dado, la joven introduce su mano por entre los cuerpos y logra comprobar que el pene de su padre se incrustaba totalmente en su vagina diciéndole: joder papa. ¿me la has metido toda?. Ug… me llenas papi…¿te gusta follarte a tu hija verdad?

-Oh si nenita. No debo, pero ahora quiero que sientas como mi polla entre en tu coñito. ¡Oh nenita te lo voy a terminar abriendo mucho!…

-Si papi… revienta a tu hija.



Luego de unas cuantas embestidas más, la joven volvió de nuevo a entrar en trance gimiendo con fortísimos espasmos, mientras alcanzaba su segundo orgasmo de la tarde. Fue tal su corrida, que quedó como desvanecida.

La joven tras recuperarse se percató de que su padre estaba por venirse. Así que apretó con fuerza las paredes de su vagina atrapando el pene, como si tratara de triturarlo, desatando el placer de su papá, que la comenzó a penetrar frenéticamente.

-Oh papi me revientas …….ohh la tienes muy dura, me vas a reventar ooo- Le dijo gimiendo.

-Me vengo, Rosarito… me vengo…., apriétame asíii oooo-.

Poco tiempo después la joven sintió como su papa se venía dentro del condón, hasta acabar casi extenuado. Luego retiró el condón, viendo la joven la gran cantidad de semen vertido, y se recostaron en la cama.

Un rato después ella fue a la cocina y trajo algo de beber y comer para reponer fuerzas. Tras ello volvieron a recostarse sobre la cama. La joven observó el pene al descubierto de su progenitor y tuvo la necesidad de volver a tocarlo. Comenzó a acariciar el falo aún en reposo, pero observando que pese a ello era bastante grande.

Ante los estímulos de su hija, el pene de Raúl comenzó a recuperarse y ponerse nuevamente erecta. Entonces el padre se puso frente a ella y bajó su cabeza hasta los senos de la joven, que estaban casi al descubierto y con los pezones erectos, y comenzó de nuevo a besarlos y chuparlos, al tiempo que sus manos se fueron hacia las desnudas nalgas de su hija.

En ese momento la joven le dice: Uf papi .. espera que me qujite la tanga. La tengo muy mojada.

El progenitor observó como su hija retiró su tanga quedando desnudita de medio abajo. Acto seguido, Rosarito se incorporó y tomó el pene de su padrastro y comenzó a masturbarlo, pidiéndole que se pusiera de espaldas boca arriba. Cuando vio que el pene de su padre estaba de nuevo en forma, se dio cuenta que necesitaba volver a cabalgarlo, pero solo había comprado un condón. Era una locura, pero decidió cabalgar a su padre a pelo, sin condón. Tampoco estaba en su época fértil, aunque sabía que era peligroso.

Raúl se quedó sorprendido al comprobar que su hija se montó sobre él y comenzó a frotar los labios de su coñito sobre su verga. En ese momento el hombre le recriminó: -No, no, Rosarito, así no, ponme el condón-

La joven le contesto: Tranquilo. No vas a penetrarme. Solo Disfruta de lo que te estoy haciendo. - Mientras seguía moviendo lentamente sus caderas haciendo que la verga del ancestro se frotara entre sus abiertos labios vaginales, la cual se fue cubriendo de una brillante capa de su jugos vaginales. Raúl no objetó nada más y se concentró en acariciarle los senos, mientras su hija seguía provocándolo ante el peligro de que en cualquier momento su verga se desviara hacia su entradita y terminara penetrándola sin condón.



La joven comentó a moverse, haciendo movimientos rítmicos hacia atrás y hacia delante, teniendo como rail el pene de su padre. Hacía pasar una y otra vez los labios vaginales sobre la enorme verga. Esos movimientos se aceleraron y pronto la cabeza del inflamado glande empezó a chocar una y otra vez contra el clítoris de la joven. La excitación de ambos aumentó, y en uno de esos ir y venir, la verga del hombre quedó justo a la entrada de la raja del coñito de la hija. En el siguiente movimiento justo, de acercar su cuerpo hacia el de su padre, la vagina de abrió como una flor y se llevó por delante la polla del progenitor, introduciéndose más de la mitad de la misma.

Oh papi oooo

Ambos se dieron cuenta de lo que había ocurrido. Ahora Raúl sentía piel con piel las calientes paredes del coño de su hija, y esta, comprobaba la enormidad del pene de su papa, en vivo dentro de su vagina.

Se quedaron quietos, sin saber que hacer, con más de la mitad del pene dentro de su vagina. Raúl, intentó salirse, pero ella lo detuvo diciéndole: - No papa. Sigue no te pares ahora… quiero sentirte así.…

-estas loca hija. Es peligroso…



La joven entonces se comenzó a frotar su cuerpo contra el de su padre una y otra vez, en la posición en que se encontraban, viendo como le entraba y salía, una y otra vez el pene de su padre, ahora a pelo y sin condón. Ella se fue incorporando hasta que se puso nuevamente sobre él, cabalgándolo hasta terminar por venirse una tercera vez en esa tarde. Ahora su orgasmo había sido más intenso al sentir el caliente pene de su padre dentro de su vagina.

Tras acabar, hizo bajar a su padre de la cama, y colocándose en plan perrito al borde de la cama, le mostro a su padre su trasero y la raja de su coñito, lo incito a penetrarla.

-vamos papa. ¡Monta a tu hija!. ¿Se que estas deseando follarme en esta posición? Vamos no te detengas. Clávame…

Raúl, estaba de nuevo con una excitación tremenda. Su hija lo había excitado como ninguna otra mujer. Ver el pequeño trasero de su hija, ahora sin tanga, miro su pene, tremendamente endurecido, y con la cabeza totalmente descapullada, lo tomó en su mano, y lo enfiló entre las piernas de la joven. Puso el glande en la abertura de los labios vaginales, y presionó, viendo como su enorme nabo iba ingresando en la joven, abriendo las nalgas a medida que entraba y salía de la cueva de la misma. En esos movimientos, comprobó cómo se abría y cerraba al propio tiempo en ano de la hija. En su mente se imaginó como sería meter su poronga dentro de aquel estrecho agujero. Ello aceleró sus cogidas, viendo que pronto estaba por venirse.

Rosarito se percató de ello. En ese momento sintió la necesidad de sentir el semen de su padre dentro de ella. Siempre lo había hecho con condón con todos sus amigos. Jamás había sentido dentro de ella el semen de un hombre. Había visto como se corría su padre, y quiso experimentar la sensación de sentir la venida de un hombre dentro de ella. Por ello lo incitó diciendo: - papi…lléname… ¡¡vente dentro de mí!!. No te salgas…

Raúl al escuchar a su hija se quedó pálido. La misma quería que se viniera dentro de ella. Era una locura, por eso le dijo: ¿estas segura? .. sabes que es peligroso… mejor lo hago fuera.



-No papi. Quiero sentirte. No estoy en mis momentos fértiles. ¡Vamos se que deseas hacerlo!… ¡córrete dentro de tu hija!... lléname…

Las palabras de la joven fueron suficiente acicate para que el hombre no se lo pensara dos veces, y dejara vía libre a su pene para que comenzar a lanzar su semen dentro del coñito de su hija. La joven comenzó a sentir los latigazos de las continuas lechadas de su padre, que eran lanzadas contra las paredes de su vagina. Pero su sorpresa fue, sentir la tremenda potencia con la que era lanzado el semen, y sobre todo, la cantidad de semen que vació dentro de ella. Notaba una y otra vez brotar semen del pene de su padre. hasta que por fin acabó.

Cuando por fin Raúl salió del coñito de su hija, vio como la misma se echó sobre la cama, y le mostró el coñito todo abierto, enrojecido, y donde salía restos de su semen. La joven le dijo: oh papi… me llenaste. ¿si que tenías bien repletos tus testículos?... ¿mira como has dejado el coñito de tu hija?



Oh nena. Ha sido una locura… pero eres una delicia. Nena, jamás había disfrutado tanto. Llevaba mucho tiempo sin estar con tu madre. Pero esto no me lo esperaba…


Tras lo ocurrido, se volvieron a recostar en la cama, y luego ambos se fueron a duchar juntos. Tras esto, regresó la madre quien no se percató para nada de lo ocurrido. Pero Rosarito sabía que aquella no iba a ser la última vez.

CONTINUARA
 

heranlu

Veterano
Registrado
Ago 31, 2007
Mensajes
5,327
Likes Recibidos
2,367
Puntos
113
 
 
 
Tras lo ocurrido, ambos siguieron haciendo la vida normal, y aunque había algún que otro toqueteo entre padre e hija, no volvieron a tener ningún encuentro sexual, ya que tampoco las circunstancias se lo habían permitido.

Tiempo después, como en años anteriores, la familia solía acudir a una fiesta en el pueblo rural donde había nacido la madre de Rosarito. Por ello se trasladaron desde el viernes hasta el lunes, ya que era festivo este último día. El hermano no quiso acompañarlos, por lo que marcharon Rosarito y sus padres, haciendo noche en la casa de los abuelos de la joven, en el pueblo.

Estuvieron asistiendo a los festejos y celebraciones en compañía de su madre y abuelos. El domingo en la noche se celebraba un concierto a la orilla del río que pasaba por el pueblo. Mucha gente se sentaba en sillas preparadas al efecto, pero una parte se situaba entre la gran arboleda que rodeaba el lugar de la celebración. Allí había bancos de madera, y otros, llevaban sus propias sillas y se acomodaban como mejor podían. Debajo de la arboleda había poca luz, solo los destellos que a veces formaba la luminaria del escenario.

Dado que el evento se celebraba a las diez de la noche la madre, ni los abuelos de la joven quisieron acudir, por lo que Rosarito convenció a su padre para que le acompañara. Sin su compañía la madre tampoco le permitía acudir. Ese día, la joven se había colocado una pequeña falda, no muy grande y una blusa, así como un pequeño abrigo por si hacia frio. Al llegar al lugar, comprobaron que las sillas estaba todas ocupadas, y la joven convenció al padre para que se fueran a sentar entre la arboleda.

Tras divisar varios lugares, casi todo estaba ocupado. No obstante, lograron visualizar una especie de banco que se encontraba rodeado de cierta maleza, aunque había gente alrededor. Era casi noche cerrada. La joven le dijo al padre que se quedaran allí, pero aquel le dijo: solo tenemos este banco.

La joven le comentó: no importa papi. Yo me siento sobre tus piernas. ¿no te importará verdad? dejando entrever una sonrisa.

Raúl al momento se pudo nervioso. Se dio cuenta de lo que aquello podía suponer. Pese a la oscuridad del lugar, había muchas personas alrededor, y sabía que su hija intentaría propasarse. No obstante, la hija insistió tanto que al final termino aceptando. La joven se acomodó arriba de las piernas de su padre, y esperaron que se iniciara el espectáculo. Pero al poco tiempo de comenzar, la joven comenzó a sentir la dureza de la verga de su ancestro bajo ella. La joven miro alrededor y comprobó que también había algunas parejas cercanas, que estaban abrazados e incluso se estaba metiendo mano.

Eso la incito, e hizo que el padre la agarrara por la cintura, y con picardía le fue subiendo las manos hasta depositarlas sobre sus pechos. El hombre la dijo: ¿estas loca? ¿No pretenderás hacerlo aquí?

-tu relájate papi. Nadie esta mirando. Además, ¿has visto? ¡Casi todos se están abrazando y aprovechando!

Raúl, se dio cuenta de que era cierto. Ante la insistencia de la hija, comenzó a acariciar los senos de la joven por encima de la blusa, mientras ella se dejaba hacer tranquilamente. Pero la calentura fue en aumento, y ella le instó a que metiera las manos por debajo de la blusa, consiguiendo que su padre accediera. Aquel con gran excitación alcanzó pronto los pechos de la hija, pero encima de su sostén. Pero, el padre se fue excitando tanto que, no pudo evitar meter la mano por debajo del sostén y logró acariciar ambos pechos, ahora al desnudo de la joven, quien comenzó a gemir, echando la cabeza hacia atrás, y dándole algunos besos a su padre muy cerca de la boca. Los pezones de la joven se encontraban bien parados, y el frio de la noche los había puesto erectos como cañones. El hombre pasaba su mano por ambos senos, se los pellizcaba y los amasaba, mientras la joven se revolvía sobre la verga del mismo.

Los movimientos de la joven sobre el bulto del pantalón excitaron lo suficiente al progenitor. Mucho más cuando, la joven, en un momento dado se sube la fada, y se queda únicamente con su tanga en contacto directo con el bulto del pantalón de su padre. La verga del hombre quedó entre las nalgas, haciendo que el pene se endureciera cada vez más. Raúl sentía que con el peso de la joven se le estaba oprimiendo el pene. Por ello, bajó sus manos y las fue colocando en su caderas, acariciando los desnudos muslos y nalguitas de la joven.

Su excitación fue en aumento, y fue ella misma, la que metió las manos entre sus piernas y tiró de la cremallera del pantalón del ancestro, extrayendo la barra candente de su padre. La misma se dio cuenta de que su progenitor ya tenía una buena erección. La acarició con su mano, diciéndole casi al oído, echando su cabeza hacia atrás: uy papi como la tienes. ¿llevas mucho tiempo sin correrte?

- Mas de dos semanas hija. le contesto aquel.

- Uf por eso la tienes bien requintada. ¡Parece que sé te fuera a estallar!

Tras hacer unos movimientos con su trasero sobre el pene de su padre, le mira y la dice pícaramente: ¿de verdad quieres volver a metérsela a tu hija?

- Ay, hija. No volvamos a cometer otra locura. Le respondió aquel intentando aparentar seriedad.

- ¿Pero te has fijado como la tienes papi? le incitó aquella.



- Rosarito. Eres una niña mala. Eres tú la que me la ha vuelto a poner bien dura. Le contestó aquel con cierta morbosidad.

- ¿Eres un degenerado papi? ¡te quieres culear de nuevo a tu hija! le manifestó aquella ya excitada, sabiendo que su padre no se iba a resistir.

El hombre miró hacia los lados, y luego le comentó a la hija: El lugar no es apropiado, pero “si te vas sentando poco a poco, quizás podemos hacerlo”.



A la joven se le iluminó la cara. Había conseguido de nuevo que su padre claudicara. Su padre estaba tan excitado que se la quería volver a follar. No obstante, le comentó: Ay papi. ¿Pero no tenemos condones? ¿no querrás correrte dentro de tu hija nuevamente?

- Es verdad. Lo siento… es un error. Mejor lo dejamos. Le contesto el hombre al darse cuenta de ello.



Pero la joven, no estaba dispuesta a desaprovechar la ocasión, e incorporándose un poco y apartó su tanguita hacia un lado, tomó la verga de su padre y la acercó hasta su coñito. Con su propia mano pasó la cabeza por todos los labios vaginales embadurnando la misma con sus jugos, y luego se fue acomodando hasta situar la misma a la altura de su vagina.

Raúl se excitó anta la maniobra de la hija y le pregunto: ¿estas segura?

Al ver como la hija le miró con cara de auténtica hembra en celo, empujó hacia arriba viendo cómo se introducía una parte de su verga dentro de la cuevita de su hija.

-Uy papi que dura la tienes. Despacio que la tienes bien grande.

-quieres que lo dejemos?
Le pregunto morbosamente el ancestro.

La joven miró hacia atrás, y le dijo: - ¿acaso no quieres culearte a tu hija?... se que lo necesitas. Vamos termina de clavar a tu hija. “métele toda esa polla que tienes”.

El hombre no se hizo esperar y tomando las caderas de la hija, tiró fuera hacia abajo, ensartándole la casi totalidad de su tranca.

-ohhh despacio oooo

-. ¿Qué te pasa mi amor?
Le preguntó aquel con morbosidad.

- Oh papi…me la has metido muy fuerte. Me vas a reventar el coñito. ¡uf la tienes bien dura!

El hombre se acerca al oído de la hija y le dice: - Lo se hija, ¡pero sé que a ti te gusta bien grande! ¿verdad nenita?

Raúl miro hacia alrededor y se dio cuenta de que la situación era bastante morbosa. Se estaba culeando a su hija delante de toda aquella gente, pero que, a bien suegro pocos se podían imaginar lo que estaba ocurriendo. Ahora tenía su verga dentro de su hija. Observó que la joven se había quedado un poco parada, quizás esperando superar el dolor del monstruo que había entrado en su estrecha vagina. Por ello, espero unos momentos, y luego, poco a poco la fue moviendo, haciendo que la joven siguiera sus movimientos.

La joven respondió, moviéndose igualmente, sintiendo la totalidad del pene de su padre clavado hasta la misma base dentro de su cuquita. Comenzó a respirar de forma jadeante, y entrecortadamente por miedo a ser escuchada. Era consciente de que tenía enterrada toda la tranca de su padre y era evidente que estaba totalmente erecta, ya que se notaba llena por dentro.

Por su parte Raúl, estaba disfrutando al máximo. Llevaba tiempo sin follar, y ahora tenia todo su pene dentro de la cuquita caliente, de su preciosa hija. Para instigarla más, metió su mano hasta alcanzar la vagina de la joven, comprobando que su pene la tenía bien abierta, constatando que toda la cavidad de la joven estaba ocupada por su falo. No había lugar para nada más. ¡Tenía a su hija completamente empalada!

Ello le incitó a jugar con el clítoris de la misma, pasando sus dedos por el punto G, mientras la besaba y lamia sus orejas, excitando sobremanera a la joven. Rosarito estaba transformada. Su rostro se iluminó con los destellos de luz de los focos del escenario, denotando que estaba sumamente colorada, y con su mirada perdida. Raúl comprobó como su hija estaba disfrutando de aquella cogida, viendo que se mordía el labio para no chillar. Fue entonces cuando la tomó por las nalguitas y la comenzó a elevar para hacerla saltar con su pene dentro. La joven respondió y comenzó a impulsarse hacia arriba y hacia abajo, teniendo como eje siempre la férrea verga de su padre.

Cada vez que subía, la verga del hombre salía un poco y al bajar volvía a ensartársela en su totalidad. La joven jadeaba y gemía. La situación no podía ser más morbosa, y el hombre tremendamente excitado no paraba de culear a su joven hija, una y otra vez. Tal era la excitación de ambos, que pronto la joven se vino en un tremendo orgasmo, que intentó reprimir, quedándose quieta sobre las piernas de su padre, apretando al máximo las paredes de su vagina, atrapando entre ellas el pene de éste, como si pretendiera hacerlo migajas. Y, por fin, comenzó a convulsionarse con sacudidas estrepitosas, terminado por venirse. Y tras acabar, se quedó completamente rendida, echando la cabeza hacia atrás buscando la boca de su padre. Esta vez Raúl respondió, y sus lenguas se entrelazaron.

-Oh papi…ha sido genial. Me has hecho venir muy fuerte…

Tras unos momentos de espera, la joven le dijo: papa. ¿Quiero que ahora te vengas tu?

-uy hija…tengo mucha leche acumulada. ¿No sé cómo podemos hacerlo aquí?

Pero la joven le dijo: “córrete dentro”. Vamos .. ¿sé que lo deseas?

-pero es peligroso. ¿Y lo sabes…?

-Tienes los huevos cargados.
Le dijo echando la manos hacia abajo y tocándoselos. No quiero que te quedes así. ¡Quiero sacarte toda la leche! ¿me la vas a dar?

-Uy hija, de verdad eres una loquita.


Pese a su prejuicios, el hombre estaba tan excitado que comenzó de nuevo a culear a su hija, viendo como su polla entraba y salía del coñito de la misma, cada vez más rápido y con mayor estrépito, haciéndola subir y bajar, hasta que no pudo aguantar más y se vino en una corrida espectacular y tremendamente copiosa. Era consciente de que estaba llenando de nuevo la cuevita de su hija, y de que ello comportaba un peligro, ya que podía dejarla embarazada. Pero ya no había marcha atrás. Se percató que algunos restos de semen bajaban hasta la base de su pene y seguían descendiendo hasta mojar sus testículos. Sabía que posiblemente mancharía sus pantalones, pero ahora nada le importaba. Con más ahínco, continuó lanzando su semen dentro de la cuquita de la joven, teniendo una de las mejores eyaculaciones que recordara.

La joven tras ver que su padre había acabado volvía a echar su cabeza hacia atrás, besándolo nuevamente en la boca, al tiempo que le decía: - oh papi me has llenado. Siento tu lechita calentita dentro de mi vagina. Que bruto… ¿sí que estabas necesitado?.

-no sabes cuanto hija. Nena creo que ha sido el mejor polvo de mi vida. Me has vaciado lo testículos.

-¿Lo dices en serio papi? le sonrió aquella alagada, tocando los huevos de su padre, para verificar que se habían vaciado.

-Puedes creerlo. ¿Has visto como me he corrido?

Esperó un poco a que la tranca se fuera bajando, y luego salió de la joven. Tuvo que utilizar el pañuelo del mismo, para ambos limpiarse los restos de semen. Luego se repusieron y se quedaron un rato abrazados viendo el espectáculo, tras el cual regresaron a la casa.

Durante el camino de regreso comprobaron que el pantalón de Raúl se había manchado con restos de semen. Menos mal que, la llegar a la casa todos dormían y el hombre pudo limpiar el pantalón en el baño. Luego se fueron a dormir.
 
Arriba Pie