Relaciones Sexuales Incestuosas con una Preñada

heranlu

Veterano
Registrado
Ago 31, 2007
Mensajes
5,327
Likes Recibidos
2,367
Puntos
113
 
 
 
Mi hija Isa tiene ahora 32 años, está casada y está a punto de parir su segundo hijo. Yo me llamo Mariana y tengo 63. Mi familia es, desde que yo era joven, un círculo vicioso de sexo entre mis hermanas, mis cuñados y nuestros hijos. Después de tantos años aun nos quedan fuerzas y nuestras nuevas generaciones siguen la tradición.

Hoy os voy a contar las últimas relaciones con mi hija Isa. Ella es una mujer seria, muy inteligente, con un trabajo importante. Morena y rellenita con buen culo, tetas y boca. Desde los 16 años se unió a nuestros juegos incestuosos.

Su marido Pedro en un muchacho muy bueno, y además está muy bueno. Pero lo que más me gusta de él es el pedazo polla tan grande que tiene.

A mi edad ya estoy un poco arrugada y vieja, lo que no me quita las ganas de jodienda. Soy bajita, pero con un cuerpo apetecible según dicen mis machos. Yo creo que a los hombres más que la belleza de las mujeres lo que más le ponen es que éstas sean unas cachondas y tengan ganas de marcha y folleteo, y yo para eso siempre estoy dispuesta.

Bueno a lo que iba, hace una semana fui con mi marido Antonio de 64 años a casa de mi hija Isa, cosa que hacemos de vez en cuando los fines de semana. Ellos viven en la ciudad y nosotros en un pueblo de la provincia por lo que solemos quedarnos a dormir allí.

Estuvimos en la playa y al volver dejaron al niño con mis consuegros. Al llegar al piso mi hija se metió en el cuarto de baño a ducharse con su padre. Isa es el ojito derecho de mi marido.

Yo me quedé en el saló con mi yerno. El sinvergüenza venia salido de la playa y empezó a meterme mano. Yo estaba en bañador y Pedro me morreó chupando mi gorda lengua. Después me sacó mis tetas colgantes fuera del bañador y se puso a comérselas.

El jodío me animó a sacarle el pollón ya empalmado del bañador y me puse a meneársela. En esos momentos oímos un grito de mi hija. Me levanté corriendo y fui hacia el baño. Estaba la puerta entreabierta. La vi que estaba bien, demasiado bien. Estaba con su padre dentro de la ducha, con su cuerpo enjabonado.

Mi marido, agachado, le estaba comiendo su peludo conejo negro. Y ella gozando como una loca con ese enorme panzón de casi 9 meses. Me quedé viéndolos porque me calentó la escena sin que se dieran cuenta de mi presencia.

Isa.- Aaag, papá, que bien me comes el chocho, hijo!

Antonio.- Ya veo, no paras de lanzar chorros de meado, guarra!

La verdad es que mi hija desde chica cuando orgasmea se mea expulsando chorros de pis y nos pone a todos chorreando. No lo puede evitar, tiene ese defecto, pero a nosotros nos excita. Y lo curioso es que cuando está preñá le sube la ninfomanía y se pone tan calentona que el pobre de su marido necesita refuerzos y nos llama para que le ayudemos.

Ahora Isa era la que se tragaba literalmente la polla de su padre. A mi marido últimamente con la edad ya le falla las erecciones de vez en cuando pero con su hija siempre la tiene dura como una piedra.

Isa.- Papa, joder, no seas tan bestia que me vas a hacer daño en la garganta con la polla. Qué bestia eres hijo!. Anda métemela en el coño que me arde.

Mi marido le agarró la panza y levantándosela un poco hizo sitio para endiñarle su polla dentro del coño. Al entrarle salpicaron caldos por los bordes.

Isa.- Aaaaaag, que gustazo. Dame fuerte padre.

Antonio.- Calla escandalosa, que nos van a escuchar los vecinos.

Mientras mi marido se la follaba de pie dentro de la bañera, noté que detrás de mí estaba mi yerno también espiándolos. Me tenía agarrada por las tetas fuera del bañador aun. Y con una mano me frotaba la breva por encima de la prenda.

Yo eché la mano atrás y le agarre el pollón guiándolo a mi entrepierna. Pedro me la metió entre mis muslos asomándole un buen trozo por delante. Me mojé la mano de saliva y me puse a frotarle el glande hinchado.

Isa se sacó la polla del padre y cambió de postura poniéndose de espaldas.

Isa.- Ahora dame por culo viejo verde!. Encula a la insaciable de tu hija cabrón!

Antes de metérsela el guarro de mi marido le ensalivó bien el ojete para a continuación metérsela de golpe en el culo.

A mi yerno se le debió antojar pues me echó a un lado el bañador e hizo lo mismo, es decir, me ensalivó la raja del culo y me metió poco a poco hasta el fondo, o sea muy honda.

Mariana.- Ay, Pedro, cómo me llenas las tripas. Qué polla tienes tío!. Venga dale a tu suegra por culo que pa eso estamos.

Mi hija empezó a gritar del orgasmo que alcanzó mientras se frotaba el clítoris y su padre se corría en su culo. Luego se secaron y salieron del baño en pelotas.

Cuando se cruzaron con nosotros Pedro me había cogido por las nalgas y me tenía con sus fuertes brazos en volandas ensartada por el ojete.

Isa.- vaya, veo que vosotros no perdéis el tiempo tampoco. Nos vamos al salón. Podéis ducharos.

Así hicimos, nos metimos en la ducha, le limpié el cipote a mi yerno que lo tenía lleno de mi mierda y estuve un rato chupándosela. Luego me puso de pié y él se agachó a lamerme mis rajas delantera y trasera.

Me enjabonó bien y me metió el puño en mi amplio coño. Tengo una vagina muy abierta desde pequeña y más abierta que me la han puesto mi familia de tanto meterme puños.

De esa forma me hizo correrme.

Mariana.- ahora descárgate tú dentro de mi, hijo.

Me volvió a coger en brazos ya que soy muy baja y él muy alto. Pero esta vez por delante y mientras lo morreaba bajo la ducha me hinco su pollón en mi abierto chocho.

Pedro.- Toma polla suegra, noto como te choco en la matriz. A ver si te preño.

Mariana.- Ya es tarde hijo. Pero sigue dándome fuerte en el fondo de mi coño y vacíate.

Mientras nosotros echábamos ese polvo, mi hija no perdió tiempo. Cuando se fueron al salón se ocupó de poner en forma otra vez a su padre.

Mi marido se sentó en el sofá de cuero y ella a horcajadas se sentó sobre el poniendo su coño sobre su nabo morcillón.

Isa.- toma papi, prueba la leche que ya tienen mis tetas.

Así era. Hacía un mes que de sus ubres ya manaban chorros de leche.

Isa.- las tengo duras y llenas. Descárgamelas un poquito, anda.

Su padre se puso a mamar leche de su hija, bebiendo grandes cantidades de leche. Cuando se hartó, Isa se puso a echarle chorritos de leche de sus tetas de pezones negros sobre el nabo morcillón de su padre que pronto se empalmó.

De nuevo se ensartó en su padre por el ano, esta vez de espaldas a su padre. Estaba cachonda. En esos momentos sonó el timbre. Isa se levantó y miró por la mirilla. Era su hermano. Mi otro hijo que tiene 36 años.

Le abrió la puerta.

Isa.- hola Pepe, llegas a punto. Ven pa acá, necesito refuerzos.

Lo llevó al salón y ella volvió a ensartarse por el culo con la polla de mi marido.

Pepe.- vaya veo que cuanto más preñá estás más caliente.

Isa.- Venga, sácatela y métemela en el coño, verás que pedazo de corrida me vais a hacer entre los dos.

Así fue, mi hijo se saco su rabo ya empalmado y bajándose los pantalones se la clavó a su hermana en to el coño.

Empezaron los tres a moverse mientras Pepe mamaba una teta de Isa. Al rato mi marido gritó vaciándose en el recto de Isa y esta se corrió como una fuente meandose a chorros sobre los dos hombres. Se levantó para lanzar los chorros de orina mientras se frotaba locamente el coño.

Mi hijo se la meneó lanzando chorros de semen sobre el barrigón de su hermana que se lo frotaba

Cuando mi yerno y yo salimos del baño ya habían acabado y estaban descansando. Cuando yo vi a mi gran hijo, y digo gran por su edad y su tamaño. Me calenté.

Mariana.- Hola Pepe, has llegado en buen momento.

Pepe.- Mama! Me acabo de corre, coño.

Mariana.- Tú sabes que con la salida de tu madre eso no es problema. Déjame que te eche un polvo.

Pepe.- Vale, pero antes me tendrás que empalmar como tú sólo sabes.

Me acerqué a él, lo morreé metiéndole mi lengua hasta la garganta y le agarre su polla que siempre está gorda y morcillona. Me agaché un me la metí en la boca. Me chupé un dedo y se lo metí en el ojete. Follandoselo a un ritmo muy rápido.

Mariana.- ves?, ya está dura. Vamos a la cama que te voy a follar como a ti te gusta.

Eso hice, a mi hijo desde pequeño le ha gustado que yo me lo folle, que yo lleve la iniciativa. Me puse encima de él y me metí su nabo en mi coñazo me pongo a mover mis caderas rápidamente follandomelo y lo morreo y le chupo el cuello.

Estuvimos así un rato, yo me corrí pero él no.

Pepe.- es que me acabo de correr, ya te lo he dicho.

Mariana.- vale, pues habrá que ponerse en tu postura favorita guarro.

Me pongo en posición 69, yo sobre él. Le meneo el nardo mientras tengo el capullo en mi boca y le meto dos dedos en su culo. El me abre el coño estirando mis largos labios de mi vulva y me lo chupa todo.

Mariana.- Tío, no me tires tanto, que me vas a rajar el coño!

Luego me mete el puño hasta la mitad de brazo en mi vagina y se pone a meterme la lengua en el culo.

Mariana.- ¡Qué puerco eres hijo, te estás chupando el semen que me ha echado tu cuñao hace un momento dentro del culo!

Pepe.- Me da igual, me gusta comerte todo lo que esté dentro de ti y sentir en mi mano el útero del que salí. Sigue meneándomela puta que me corrooooo.

Pepe me soltó largos chorros de engrudo que yo tragué todo lo que pude. El resto se lo restregué por el pecho lleno de pelos y poniéndome sobre él me lo restregué contra mi desnudo cuerpo sesentón.
-----
Hace dos años mi hija Isa tuvo su primer niño. Veinte días después estando yo en su casa ayudándole a cuidarlo se presentó un primo de mi yerno llamado Juan con su novia llamada Diana.

Juan es un joven ginecólogo de 37 años y está saliendo con un bombón mucho más joven que él ya que Diana tiene 28 yes compañera suya en el hospital pues es enfermera. Mi yerno no le quitaba ojo a la novia de su primo pues es una chica espectacularmente voluptuosa: guapa, cara dulce, alta, pero lo que más llama la atención es las caderas y culo enormes que tiene. Ese día vestía unos leggins estilo pantalones vaqueros marcando sus muslazos y culazo.

Estuvieron viendo al niño y les puse la merienda. Después de hablar las cosas normales del parto, la alimentación del niño, etc. Mi hija le planteó en confianza a Juan que ya llevaba 20 días desde el parto y que sentía muchos deseos de hacer el coito, pues tenía sexo oral y anal desde los 10 días pero no se atrevía a que le metieran aun la polla en el coño.

JUAN: Eso depende de cada mujer, algunas como tú sois muy fogosas y si además os recuperáis rápidamente, no es necesario esperar la cuarentena. Si quieres te puedo hacer una exploración y te digo como tienes tus órganos para poder hacerlo.

Isa.- Vale Juan, si no te importa, puedes hacérmelo aquí mismo. Gracias.

Dijo eso levantándose las piernas y abriéndose sus muslos enseñándonos a todos su coño desnudo totalmente depilado. Un coño gordete y apetitoso.

Isa.- Mamá llévate al niño a la habitación y lo duermes.

Me fui a la habitación y el bebé se quedó dormido enseguida. Me salí al pasillo y me puse a espiarlos sin que me vieran.

Juan estaba sobándole las tetas que mi hija se había sacado por fuera del vestido.

Juan.- Uhm, veo que tienes mucha leche. Las mamas están bien y los pezones estos tan negros que tienes están en muy buen estado.

Isa.- Si, es que no solo le doy de mamar al niño, los mayores también quieren mi leche, dicen que sabe muy bien. Si quieres puedes probarla.

Mi hija provocó al doctor que no dudó darse un atracón de la leche que mi hija nos daba a toda la familia.

Juan.- exquisita, ahora vamos a ver la vagina.

Mientras, su novia se ve que se excitaba con aquello, pues se estaba frotando disimuladamente su chocho por encima del pantalón, cosa que no pasaba desapercibida por el cornudo de mi yerno que ya se notaba a leguas que esta empalmado.

El médico le abrió el coño a mi hija y empezó a meterle dedos, uno tras otro hasta que logró introducirle la mano entera en el chumino.

Juan.- desde luego que tienes una vagina muy elástica para que se te pueda introducir penes gordos y grandes. A ver.

Le metió la mano un poco más honda y dijo:

Juan: el útero y el cuello están totalmente recuperados, puedes tener relaciones normales

Isa.- eso es lo malo que mis relaciones no son muy normales Juan. Nada mas con lo que me estás explorando me voy a correr, no la saques, cabrón. Y apártate que me meo!

Mi hija tubo un orgasmo mojado como siempre pero al guarro del médico no le importó mojarse con su orina, al contrario, abrió la boca tragándose lo que echaba mi hija.

Cuando me día cuenta mi Diana estaba meneando el trabuco de mi yerno mientras este le sobaba el culazo metiéndole la mano en los leggins.

Pedro.- primo, mi mujer cuando se corre siempre se mea de gusto y nos pone chorreando.

Juan.- si, suele pasarle a alguna viciosas como tu mujer. Pero veo que a la mía le ha gustado tu polla. Disfrutad vosotros que yo le voy a demostrar a Isa que está en condiciones de que la follen por el coño.

Diana se puso de pie y se quitó los zapatos, leggins y bragas ofreciéndole en enorme culo a mi yerno, el cual enterró su cara entre las dos grandes esferas.

Diana.- Así, Pedro. Me encanta que me coman el culo.

Pedro.- pues aquí hay para empacharse de grande que lo tienes culona.

Juan se quitó los pantalones y los calzoncillos y con una polla tan grande como nunca había visto yo se la metió en el coño de mi hija. Era tan grande que le sobraba un cuarto por fuera.

Isa.- Ay, Dios mío, que cosa más gigante. No me cabe entera. Pero sigue, sigue. Qué gustazo. Que pollón.

Entonces mi yerno puso a cuatro patas a la jamona de Diana y se puso a darle por el culo.

Al rato todos se corrieron. A mi hija le llenó el coño de leche por primera vez desde que pario corriéndose ella de nuevo. Y mi yerno se vació en el culazo de Diana mientras sobándole el coño ésta también se corría.

En esos momentos el niño se despertó y me fui con él a la habitación. A los 10 minutos vino mi yerno y me dijo que él se quedaba con la niña que mi hija quería que fuera yo.

Cuando llegué al salón estaban todos en bolas. Mi hija sentada en el sofá con las patorras abiertas mientras la chavala Diana le estaba comiendo la breva. Isa estaba comiéndole el pollón gigante a Juan y ya se lo había puesto de nuevo tieso.

Isa.- pasa mamá, ya están al corriente de nuestras relaciones, no te preocupes. Te he llamado porque no quiero que te pierdas este cipote que me he encontrado. ¿A que no hemos visto ninguno tan grande?

Mariana.- Tu no, pero yo en el pasado me he metido otro más grande todavía hija. Pero es una maravilla. ¿Cuánto te mide Juan?

Juan.- Treinta y cinco centímetros de carne Mariana. Dice tu hija que tú eres capaz de recibirla toda entera. Yo nunca he encontrado a nadie que lo haga.

Mariana.- pues sí, tengo un coño donde cabe lo que le echen así que si quieres aprovéchate, que os he visto follar antes y me he puesto caliente como una burra.

Me acerqué quitándome los pantalones y las bragas y pasándome la mano por la raja la saqué llena de caldos.

Mariana.- mira como estoy doctor. Caldosa pérdida.

Le agarre el garrote duro como una piedra un me lo comí un rato. Juan me quitó el resto de la ropa.

Juan.- Está buena tu vieja Isa. Me la voy a tirar.

Me tumbé en la alfombra y abriéndome de piernas le dije. Desahógate hijo, mete ese pito descomunal en este coño viejo tragapollas.

El médico me ensartó hasta los huevos sorprendido de meter por primera vez su tranca entera en un coño. Poco había visto el mozo.

Me echó un polvo fenomenal sintiendo mi coño lleno hasta mis entrañas. Me corrí como hacía tiempo que no lo hacía.

Al mismo tiempo mi hija Isa se corría mientras hacía un 69 especial en el sofá con Diana. Esta le follaba el coño con el puño y mi hija le comía el culazo. Diana tardó poco en correrse cuando yo le puse mi coño a la altura de su boca para que se comiera la leche que me había echado en él su novio.

Desde entonces tuvimos una nueva pareja para nuestro círculo incestuoso.
----
 

heranlu

Veterano
Registrado
Ago 31, 2007
Mensajes
5,327
Likes Recibidos
2,367
Puntos
113
 
 
 
Llegó el día de parir el segundo hijo de mi hija Isa. Como siempre mi hija y mi yerno todo lo tienen planificado, y para este parto habían preparado un parto sexual en una clínica privada en la que trabaja Juan, el primo ginecólogo de mi yerno.

A ella íbamos a asistir mi hijo Pepe, Juan, Diana, Pedro, yo y por supuesto la parturienta, la cual nos tenía reservado un capricho para el final.

El viernes por la mañana Isa expulsó el tapón mucoso y empezó a tener pequeñas contracciones. Todos nos fuimos rápidamente a la clínica.

En cuanto la ingresaron le pusieron a Isa una bata verde, típica de los hospitales, pero al revés, es decir abierta por delante de forma que todos los presentes podíamos ver su panzón y sus tetazas hinchadas.

Enseguida aparición el médico Juan. El Dr. empezó a preguntarle por los síntomas mientras la exploraba abriéndole el coño y metiéndole los dedos expertos sin utilizar guantes. Isa suspiró en cuanto lo sintió.

Isa.- Que bien los mete doctor!

El médico le dijo que ya había expulsado el tapón pero que aun no había dilatado nada y que como se le habían pasado las contracciones no estaba de parto. Pero que lo estaría en pocas horas por lo que la iba a dejar ingresada.

Mientras le decía esto seguía metiéndole mano, y digo mano porque le introdujo el puño entero en su coño peludo que no dejaba de lubricar flujos. Isa gemía pidiéndole que siguiera.

Juan.- es conveniente que de vez en cuando vosotros le hagáis esto para que dilate al máximo su vagina.

Esto nos lo dijo el médico a todos los presentes. Luego se inclinó para chuparle un pecho.

Juan.- veo que tienes ya mucha leche Isa.

Mariana.- Si doctor, ya lleva un mes que cuando se las chupo le sale bastante

El futuro padre se puso al otro lado para mamarle a su mujer su otra teta.

Isa.- mira mamá, vas a ver otra vez el pedazo de nabo del médico.

Le sacó a Juan el cipote gigante to tieso por la portañuela del pantalón y se lo llevó a la boca.

Me quede boquiabierta viendo la escena sin participar. Isa en la cama con las piernas abiertas gimiendo como una guarra mientras el doctor le ponía el cipote en su apetecible boca y le metía y sacaba un puño de su caldoso chocho haciendo muchos ruidos.

Me puse al otro lado a mamarle el pezón negro libre.

Isa aceleró las manos de la polla mientras le pasaba la lengua por el glande al médico. En seguida se corrió mi hija y el doctor le echó una gran lechada en toda la cara.

Yo aproveché para lamerle todo el semen a mi hija mientras el médico me tocaba el culo por debajo de mi falda.

Por la tarde llegó la enfermera Diana ya vestida con su uniforme sexy. Era una bata blanca abierta por delante , abotonada y muy ceñida que le llegaba poco más abajo del descomunal culazo. Con un escote generoso para enseñar parte de sus tetas sin sostén. Llevaba medias blancas dejando ver buena parte de sus muslazos. Y una cofia y liguero rojos.

Nos quedamos de piedra al ver a aquella chica tan guapa y tan buena.

Lo primero que dijo es que había que depilar a la parturienta. Se acercó a Isa que estaba espatarrada en la cama y le rasuró el velludo conejo negro de mi hija.

Cuando terminó Diana dijo que era el momento de limpiar las tripitas. En primer lugar tumbó a Isa y le puso una lavativa de dos litros nada menos. La guarra de mi hija se excitaba con ello tocándose el chocho rasurado.

Diana la hizo esperar aguantando el líquido en sus entrañas mientras en la otra cama que había en la habitación me puso a mí a cuatro patas y me inyectó otra lavativa de un litro.

Isa no aguantó más y pidió que le acercaran la palangana para echar chigates de líquido mezclado con caca. Como estaba tan caliente, mientras lo expulsaba se corrió frotándose su pipa.

Después Diana les puso a mi yerno y a mi hijo con los culos en pompa y con una pera en cada mano les insertó sendas lavativas.

Yo me tuve que ir corriendo al baño y sentándome en el váter empecé a pedear expulsando la lavativa.

Diana se vino hacia mí, estaba caliente. Vio como yo me pajeaba sentada en el váter y levantó una de sus tremendas piernas ofreciéndome un chocho gordo y sin pelos que le comí con ganas.

Los dos machos se acercaron y mi hijo cogió una pera, la llenó y mientras Diana llegaba al orgasmo se la metió en el ojete inyectándole un litro de lavativa.

Yo me corrí también. Mi yerno se apresuró a meterme la mano en mi gran coñazo

A las once de la noche el médico vino otra vez a reconocer a la preñada y dijo que la cosa iba lenta , que no tenía contracciones ni había dilatado.

Para pasar el tiempo los seis organizamos una orgía.

Isa lo pasó de putamadre, en pelotas por toda la habitación (había calefacción) con el barrigón al aire se corría como una burra.

El médico demostró ser un atleta sexual, tenía un cuerpazo escultural que desnudo marcaba sus músculos y un pollón tieso y enorme.

Pero más tiesa y dura era la de mi hijo que con su gran potencia se folló a las tres mujeres dos veces cada una.

Diana seguía vestida con su uniforme de enfermera viciosa y yo llevaba un body fino y ceñido

Pero el que más disfrutó fue mi yerno que se quedó exhausto a las cinco de la madrugada.

Hicimos de todo entre nosotros, donde cabe destacar:

  • Isa a cuatro patas comiéndome el coño mientras Diana le ponía otra lavativa a la vez que mi yerno le dilataba el coño a su mujer con el puño. Se corrió como una loca mordiéndome mis largos labios vulvares, expulsando a chorros la lavativa y poniendo la pared y el suelo hechos un asquito. Diana se encargó de limpiarlo todo.
  • Al mi hijo le gustó bastante la enfermera pues estuvo casi toda la noche metiéndole mano y polla sobre todo le encantaba comerle el culazo y follarsela por ahí.
  • Pero vaya, que mi coño estuvo más atendido todavía. Los tres tíos y la enfermera me lo comieron y me follaron llenadme de semen las entrañas. Mi yerno y mi hijo hicieron una prueba y consiguieron meterme los dos a la vez en mi coño una mano cada uno. El coño se me quedó muy abierto lo que aprovechó mi hija para meterme su pie entero.
  • Diana les hizo una mamada impresionante a mi hijo y a su novio simultáneamente tragándose las pollas hasta la garganta, babeando como una mocosa. Mi yerno se vació en su garganta mientras le magreaba sus nalgas jamonas.
  • Al final hubo una escena un poco dura. Isa en pelotas en cuclillas en el suelo y yo abriéndome el coño le solté una meada larga y caliente en toda la boca, cara y tetas, que bebió un buen trago. A continuación el médico la tumbó a mi hija en el suelo y le regó con su manguera morcillona el gran panzón, de esta forma se corrió la preñá mientras Diana le chupaba leche de una teta y mi yerno de otra.
Después Diana volvió a dejarlo todo limpio y nos duchamos. El médico y la enfermera se fueron y a las cinco de la mañana no dispusimos a dormir.

Isa se acostó con su hermano en una cama y yo con mi yerno en la otra. No sé si mis hijos hicieron algo, pero yo con Pedro lo pasamos fenomenal. Nos acostamos al revés, él magreando y chupando mis pies y piernas y mi chocho que no dejaba de echar leche; y yo comiéndome su polla y metiéndole uno o dos dedos en el ojete.

Viene de nuevo Diana con su uniforme sexy y el muslamen al aire. Es hora de una nueva lavativa. Se la pone a Isa con mucho gusto estando esta vez a cuatro pata con su gran panza colgando y las tetas goteando leche.

Mi hija cuanto más caliente se pone más leche expulsa. Diana dice que es frecuente que al llegar el parto cuando una mujer se excita expulse leche. Nosotros aprovechamos para dar unos buenos tragos de abundante lechita calentita. La preñada se corrió meandose en el suelo.

A continuación Isa tuvo una sesión de dilatación. Uno a uno fuimos metiéndole los puños en su gordete chocho a la parturienta. Todos, empezando por la enfermera y terminando por mí que no me conformé con follarle el coño sino que también la jodí metiéndole la mano entera en el culo. La hice correr de nuevo salpicando jugos en la cara de mi hijo que estaba delante.

Le dejamos el coño tan abierto como un bebedero de patos. Isa exhausta se quedó dormida en la cama. Los demás estábamos calientes. Las mujeres nos ofrecimos a darles unos masajes a los hombres. Diana se lió con mi hijo dándole un largo masaje por todo el cuerpo con sus manos y luego con su boca, con la que le chupó todito el cuerpo, los pies, el culo, las manos,…

Mientras yo masajeaba a mi yerno dejándole la picha más tiesa que la de un burro.

Luego cambiamos y nosotras recibimos masajes de ellos. Mi yerno a Diana masajeándole sus apetecibles carnes y comiéndose todo su enorme humanidad. Se entretuvo un rato chupándole los pies gordetes y acabó follandosela por la boca mientras le comía el chumino.

Pepe, como no, después de masajear las carnes fofas y celulíticas de su madre, me comió el coño tragándose su ración de flujos y luego me echó un polvo poniéndose encima.

Por la noche mi hijo se acostó con mi hija ambos en pelotas y mi yerno conmigo. Nos dormimos prontito no sin antes habernos magreado a gusto. Pepe se durmió abrazado a su hermana cogiéndole el panzón que pronto explotaría y sintiendo los movimientos del bebé.

A eso de las 4,30 de la madrugada me desperté oyendo ruidos. Con la luz de penumbra puede ver como Isa se movía rozando su culo con la polla de su hermano. Además se frotaba el coño.

Isa: “Ay, estoy teniendo contracciones mas fuertes pero cuando se me pasan me sube un calentón que no veas. Creo que pronto voy a parir Pepe, pero necesito que me eches el último polvo antes, por favor hermano”

Mi hija levantó una pierna ofreciendo sus agujeros. Pepe le tocó, estaba chorreando. Mi hijo , tumbado le mojó con sus propios jugos del coño el culo porque no quería metérsela en la vagina para no hacer daño al bebé. Se la ensartó en el ojete y se la estuvo jodiendo por ahí un rato. Isa se corrió y mi hijo siguió dándole por culo.

De nuevo la calentó. Isa se incorporó y sin hacer caso a su hermano se puso a horcajadas sobre él hincándose la polla en su dilatado higo.

Pepe: No, que te vas a hacer daño!

Isa: no, necesito una polla en el coño, me ha venido una contracción muy fuerte y me puesto cachonda perdida. Córrete en mis entrañas, que lo primero que vea mi niño al salir sea semen. Ay, que digo, que caliente estoy Pepe. Follame guarro.

Mi hijo se dejó llevar por la calentura y su hermana lo cabalgaba muy fuerte mientras su marido y yo observábamos la escena porno.

Al rato Isa dio un gemido enorme y se levantó sacándose la polla de su hermano.

Isa: Joder, creo que me estoy meando sin correrme.

Vimos como de su coño abierto brotaba como un grifo chorros de líquido. Pepe la cogió por las piernas y se puso debajo para que le echara todo encima de su pecho y cara.

Pepe: Quieta Isa, estás rompiendo fuentes, déjame recibir todo tu líquido amniótico.

Isa: Ay hermano, que guarro eres!

Pepe se duchó en aquel líquido caliente y viscoso. Olía como a sexo, parecía esperma. Lo dejó empapadito.

Mi hija se excito aun más y le puso el coño en la boca.

Isa: Cómetelo puerco.

Mi hijo guarro le chupó la almeja hasta que se corrió su hermana. Mi yerno fue a avisar al médico.

Cuando éste llegó ya se habían duchado mis hijos y se puso a reconocer a Isa.

Mi hija tenía contracciones cada 5 minutos. El doctor dijo que aun no había dilatado apenas pero que ya estaba de parto.

Isa: Doctor, ¿qué me pasa que cada vez que tengo una contracción y se me pasa el dolor me pongo como una burra?

Mariana: Es verdad, está caliente perdida, pirad que tiesa y gorda tiene la pipa.

Doctor: es un síndrome que a veces tienen las parturientas. Hasta que no paren no se quedan satisfechas y se corren varias veces durante la dilatación e incluso durante el expulsivo. Pero lo tuyo es único Isa, cada vez que tienes una contracción echas leche sin tocarte por la vagina y por las tetas.

Todo eso lo decía el médico mientras le movía la mano que tenía dentro de su coño chorreante. Isa alcanzó a su hermano que tenía al lado y se puso a comerle la picha mientras se corría de nuevo.

El doctor se fue y dejó al cargo a Diana. Todos nos aprovechamos de la situación. En pelotas nos pusimos mi yerno y yo a mamar sus tetas hinchadas y Diana de cerca vigilaba el estado de dilatación. Tan de cerca que se puso a comerle la concha jugosa.

Eran las seis de la mañana . Estuvo dilatando así durante cuatro horas en la habitación. Diana la reconocía de vez en cuando metiéndole toda la mano. Mientras los demás no dejábamos de magrearla. Pepe y su marido se corrieron en su boca y ella tragó golosamente sus lechadas.

Yo me pegué una pechada de beber leche de las ubres de mi hija y una vez me corrí en su boca dándole de beber mis flujos abundantes.

A las diez de la mañana del domingo Diana dijo que ya estaba de 7 cms de dilatación, que la íbamos a trasladar a la sala de parto. Isa estaba exhausta. No hablaba, solo suspiraba y gemía. No había parado de correrse entre contracción y contracción y estaba agotada.

Nos fuimos todos con ella a la sala de parto . Todos con la bata verde pero sin nada de ropa debajo. Allí nos esperaba Juan, el médico primo de mi yerno.

Pusieron a Isa en una cama de parto con las piernas separadas e incorporada de tal manera que su coño y su culo quedaban al aire

Cada vez tenía las contracciones más fuertes y seguidas. Gritaba e dolor como una posesa pero la tía seguía corriéndose de vez en cuando. – “Nunca había visto algo así”. Dijo el médico

Juan y Diana estaban entre sus piernas trasteando sus bajos. Mi hijo y mi yerno a su lado derecho besándola y yo seguía prendida a uno de sus pezones lechosos magreandole los pechos.

En uno de sus empujes Isa dijo:

Isa: Quitaos que me meo!

Al contrario , el médico se amorró al chorro de orina que lanzaba mi hija bebiéndoselo todo. Estaba empalmado e hizo a su novia, la enfermera, que se agachara y se tragara su enorme cipotón hasta que se vació en la boca de la maciza Diana.

Isa: Ahgg, que me duele, pero me gusta!

Juan: Empuja, que ya estas de 12 cms de dilatación

Isa: Agua, quiero agua.

Juan: lo siento, ya no puedes beber pero estos dos caballeros pueden darte leche si son tan amables.

Sobre las once empezó a abrírsele el coño, pero por el ano se le estaban saliendo los pliegues que provocarían almorranas.

Juan: Pepe, es el momento, tapónale el culo ya!

Mi hijo se puso debajo de la cama de parto tendido en una camilla baja y con su polla gorda se la clavó en el ojete a su hermana. Empezando un movimiento lento.

Pedro y yo nos pusimos delante para ver el espectáculo. Fue alucinante. Isa empujaba y gritaba sobándose sus tetas que no paraban de echar leche.

Delante, el doctor le abría la vulva con las dos manos mientras la enfermera se echaba sobre la panza empujando hacia abajo.

Pepe no paraba de follarle el culo a su hermana. Veíamos perfectamente cómo su pollón entraba y salía del ojete mientras el coño se ponía cada vez más grande.

Juan: “Empuja, empuja, ya sale!

El marido de la parturienta de nuevo empalmado viendo como paria su mujer se puso detrás de mí y me la metió por el culo follandome mientras me sobaba mi chorreante conejo.

Isa dio un grito de miedo y empezó a lanzar chorros de líquidos poniéndonos a todos mojados y llenando las paredes de la sala. Aquello fue un orgasmo tremendo provocado por la expulsión de su nueva hija. El doctor se la sacó y mi hija se quedó sin sentido. En esos momentos mi hijo se vaciaba en su recto.

Diana mientras ayudaba, se masturbaba y yo y mi yerno nos corrimos viendo la dura escena.

Enseguida reanimaron a Isa dándole a su hija que se puso a mamarle rápidamente los sobados pezones echando leches.

Mientras la enfermera y el doctor le arreglaban el coño y el ano llenos de sangre.
 
Arriba Pie