Mi hija Isa tiene ahora 32 años, está casada y está a punto de parir su segundo hijo. Yo me llamo Mariana y tengo 63. Mi familia es, desde que yo era joven, un círculo vicioso de sexo entre mis hermanas, mis cuñados y nuestros hijos. Después de tantos años aun nos quedan fuerzas y nuestras nuevas generaciones siguen la tradición.
Hoy os voy a contar las últimas relaciones con mi hija Isa. Ella es una mujer seria, muy inteligente, con un trabajo importante. Morena y rellenita con buen culo, tetas y boca. Desde los 16 años se unió a nuestros juegos incestuosos.
Su marido Pedro en un muchacho muy bueno, y además está muy bueno. Pero lo que más me gusta de él es el pedazo polla tan grande que tiene.
A mi edad ya estoy un poco arrugada y vieja, lo que no me quita las ganas de jodienda. Soy bajita, pero con un cuerpo apetecible según dicen mis machos. Yo creo que a los hombres más que la belleza de las mujeres lo que más le ponen es que éstas sean unas cachondas y tengan ganas de marcha y folleteo, y yo para eso siempre estoy dispuesta.
Bueno a lo que iba, hace una semana fui con mi marido Antonio de 64 años a casa de mi hija Isa, cosa que hacemos de vez en cuando los fines de semana. Ellos viven en la ciudad y nosotros en un pueblo de la provincia por lo que solemos quedarnos a dormir allí.
Estuvimos en la playa y al volver dejaron al niño con mis consuegros. Al llegar al piso mi hija se metió en el cuarto de baño a ducharse con su padre. Isa es el ojito derecho de mi marido.
Yo me quedé en el saló con mi yerno. El sinvergüenza venia salido de la playa y empezó a meterme mano. Yo estaba en bañador y Pedro me morreó chupando mi gorda lengua. Después me sacó mis tetas colgantes fuera del bañador y se puso a comérselas.
El jodío me animó a sacarle el pollón ya empalmado del bañador y me puse a meneársela. En esos momentos oímos un grito de mi hija. Me levanté corriendo y fui hacia el baño. Estaba la puerta entreabierta. La vi que estaba bien, demasiado bien. Estaba con su padre dentro de la ducha, con su cuerpo enjabonado.
Mi marido, agachado, le estaba comiendo su peludo conejo negro. Y ella gozando como una loca con ese enorme panzón de casi 9 meses. Me quedé viéndolos porque me calentó la escena sin que se dieran cuenta de mi presencia.
Isa.- Aaag, papá, que bien me comes el chocho, hijo!
Antonio.- Ya veo, no paras de lanzar chorros de meado, guarra!
La verdad es que mi hija desde chica cuando orgasmea se mea expulsando chorros de pis y nos pone a todos chorreando. No lo puede evitar, tiene ese defecto, pero a nosotros nos excita. Y lo curioso es que cuando está preñá le sube la ninfomanía y se pone tan calentona que el pobre de su marido necesita refuerzos y nos llama para que le ayudemos.
Ahora Isa era la que se tragaba literalmente la polla de su padre. A mi marido últimamente con la edad ya le falla las erecciones de vez en cuando pero con su hija siempre la tiene dura como una piedra.
Isa.- Papa, joder, no seas tan bestia que me vas a hacer daño en la garganta con la polla. Qué bestia eres hijo!. Anda métemela en el coño que me arde.
Mi marido le agarró la panza y levantándosela un poco hizo sitio para endiñarle su polla dentro del coño. Al entrarle salpicaron caldos por los bordes.
Isa.- Aaaaaag, que gustazo. Dame fuerte padre.
Antonio.- Calla escandalosa, que nos van a escuchar los vecinos.
Mientras mi marido se la follaba de pie dentro de la bañera, noté que detrás de mí estaba mi yerno también espiándolos. Me tenía agarrada por las tetas fuera del bañador aun. Y con una mano me frotaba la breva por encima de la prenda.
Yo eché la mano atrás y le agarre el pollón guiándolo a mi entrepierna. Pedro me la metió entre mis muslos asomándole un buen trozo por delante. Me mojé la mano de saliva y me puse a frotarle el glande hinchado.
Isa se sacó la polla del padre y cambió de postura poniéndose de espaldas.
Isa.- Ahora dame por culo viejo verde!. Encula a la insaciable de tu hija cabrón!
Antes de metérsela el guarro de mi marido le ensalivó bien el ojete para a continuación metérsela de golpe en el culo.
A mi yerno se le debió antojar pues me echó a un lado el bañador e hizo lo mismo, es decir, me ensalivó la raja del culo y me metió poco a poco hasta el fondo, o sea muy honda.
Mariana.- Ay, Pedro, cómo me llenas las tripas. Qué polla tienes tío!. Venga dale a tu suegra por culo que pa eso estamos.
Mi hija empezó a gritar del orgasmo que alcanzó mientras se frotaba el clítoris y su padre se corría en su culo. Luego se secaron y salieron del baño en pelotas.
Cuando se cruzaron con nosotros Pedro me había cogido por las nalgas y me tenía con sus fuertes brazos en volandas ensartada por el ojete.
Isa.- vaya, veo que vosotros no perdéis el tiempo tampoco. Nos vamos al salón. Podéis ducharos.
Así hicimos, nos metimos en la ducha, le limpié el cipote a mi yerno que lo tenía lleno de mi mierda y estuve un rato chupándosela. Luego me puso de pié y él se agachó a lamerme mis rajas delantera y trasera.
Me enjabonó bien y me metió el puño en mi amplio coño. Tengo una vagina muy abierta desde pequeña y más abierta que me la han puesto mi familia de tanto meterme puños.
De esa forma me hizo correrme.
Mariana.- ahora descárgate tú dentro de mi, hijo.
Me volvió a coger en brazos ya que soy muy baja y él muy alto. Pero esta vez por delante y mientras lo morreaba bajo la ducha me hinco su pollón en mi abierto chocho.
Pedro.- Toma polla suegra, noto como te choco en la matriz. A ver si te preño.
Mariana.- Ya es tarde hijo. Pero sigue dándome fuerte en el fondo de mi coño y vacíate.
Mientras nosotros echábamos ese polvo, mi hija no perdió tiempo. Cuando se fueron al salón se ocupó de poner en forma otra vez a su padre.
Mi marido se sentó en el sofá de cuero y ella a horcajadas se sentó sobre el poniendo su coño sobre su nabo morcillón.
Isa.- toma papi, prueba la leche que ya tienen mis tetas.
Así era. Hacía un mes que de sus ubres ya manaban chorros de leche.
Isa.- las tengo duras y llenas. Descárgamelas un poquito, anda.
Su padre se puso a mamar leche de su hija, bebiendo grandes cantidades de leche. Cuando se hartó, Isa se puso a echarle chorritos de leche de sus tetas de pezones negros sobre el nabo morcillón de su padre que pronto se empalmó.
De nuevo se ensartó en su padre por el ano, esta vez de espaldas a su padre. Estaba cachonda. En esos momentos sonó el timbre. Isa se levantó y miró por la mirilla. Era su hermano. Mi otro hijo que tiene 36 años.
Le abrió la puerta.
Isa.- hola Pepe, llegas a punto. Ven pa acá, necesito refuerzos.
Lo llevó al salón y ella volvió a ensartarse por el culo con la polla de mi marido.
Pepe.- vaya veo que cuanto más preñá estás más caliente.
Isa.- Venga, sácatela y métemela en el coño, verás que pedazo de corrida me vais a hacer entre los dos.
Así fue, mi hijo se saco su rabo ya empalmado y bajándose los pantalones se la clavó a su hermana en to el coño.
Empezaron los tres a moverse mientras Pepe mamaba una teta de Isa. Al rato mi marido gritó vaciándose en el recto de Isa y esta se corrió como una fuente meandose a chorros sobre los dos hombres. Se levantó para lanzar los chorros de orina mientras se frotaba locamente el coño.
Mi hijo se la meneó lanzando chorros de semen sobre el barrigón de su hermana que se lo frotaba
Cuando mi yerno y yo salimos del baño ya habían acabado y estaban descansando. Cuando yo vi a mi gran hijo, y digo gran por su edad y su tamaño. Me calenté.
Mariana.- Hola Pepe, has llegado en buen momento.
Pepe.- Mama! Me acabo de corre, coño.
Mariana.- Tú sabes que con la salida de tu madre eso no es problema. Déjame que te eche un polvo.
Pepe.- Vale, pero antes me tendrás que empalmar como tú sólo sabes.
Me acerqué a él, lo morreé metiéndole mi lengua hasta la garganta y le agarre su polla que siempre está gorda y morcillona. Me agaché un me la metí en la boca. Me chupé un dedo y se lo metí en el ojete. Follandoselo a un ritmo muy rápido.
Mariana.- ves?, ya está dura. Vamos a la cama que te voy a follar como a ti te gusta.
Eso hice, a mi hijo desde pequeño le ha gustado que yo me lo folle, que yo lleve la iniciativa. Me puse encima de él y me metí su nabo en mi coñazo me pongo a mover mis caderas rápidamente follandomelo y lo morreo y le chupo el cuello.
Estuvimos así un rato, yo me corrí pero él no.
Pepe.- es que me acabo de correr, ya te lo he dicho.
Mariana.- vale, pues habrá que ponerse en tu postura favorita guarro.
Me pongo en posición 69, yo sobre él. Le meneo el nardo mientras tengo el capullo en mi boca y le meto dos dedos en su culo. El me abre el coño estirando mis largos labios de mi vulva y me lo chupa todo.
Mariana.- Tío, no me tires tanto, que me vas a rajar el coño!
Luego me mete el puño hasta la mitad de brazo en mi vagina y se pone a meterme la lengua en el culo.
Mariana.- ¡Qué puerco eres hijo, te estás chupando el semen que me ha echado tu cuñao hace un momento dentro del culo!
Pepe.- Me da igual, me gusta comerte todo lo que esté dentro de ti y sentir en mi mano el útero del que salí. Sigue meneándomela puta que me corrooooo.
Pepe me soltó largos chorros de engrudo que yo tragué todo lo que pude. El resto se lo restregué por el pecho lleno de pelos y poniéndome sobre él me lo restregué contra mi desnudo cuerpo sesentón.
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Hace dos años mi hija Isa tuvo su primer niño. Veinte días después estando yo en su casa ayudándole a cuidarlo se presentó un primo de mi yerno llamado Juan con su novia llamada Diana.
Juan es un joven ginecólogo de 37 años y está saliendo con un bombón mucho más joven que él ya que Diana tiene 28 yes compañera suya en el hospital pues es enfermera. Mi yerno no le quitaba ojo a la novia de su primo pues es una chica espectacularmente voluptuosa: guapa, cara dulce, alta, pero lo que más llama la atención es las caderas y culo enormes que tiene. Ese día vestía unos leggins estilo pantalones vaqueros marcando sus muslazos y culazo.
Estuvieron viendo al niño y les puse la merienda. Después de hablar las cosas normales del parto, la alimentación del niño, etc. Mi hija le planteó en confianza a Juan que ya llevaba 20 días desde el parto y que sentía muchos deseos de hacer el coito, pues tenía sexo oral y anal desde los 10 días pero no se atrevía a que le metieran aun la polla en el coño.
JUAN: Eso depende de cada mujer, algunas como tú sois muy fogosas y si además os recuperáis rápidamente, no es necesario esperar la cuarentena. Si quieres te puedo hacer una exploración y te digo como tienes tus órganos para poder hacerlo.
Isa.- Vale Juan, si no te importa, puedes hacérmelo aquí mismo. Gracias.
Dijo eso levantándose las piernas y abriéndose sus muslos enseñándonos a todos su coño desnudo totalmente depilado. Un coño gordete y apetitoso.
Isa.- Mamá llévate al niño a la habitación y lo duermes.
Me fui a la habitación y el bebé se quedó dormido enseguida. Me salí al pasillo y me puse a espiarlos sin que me vieran.
Juan estaba sobándole las tetas que mi hija se había sacado por fuera del vestido.
Juan.- Uhm, veo que tienes mucha leche. Las mamas están bien y los pezones estos tan negros que tienes están en muy buen estado.
Isa.- Si, es que no solo le doy de mamar al niño, los mayores también quieren mi leche, dicen que sabe muy bien. Si quieres puedes probarla.
Mi hija provocó al doctor que no dudó darse un atracón de la leche que mi hija nos daba a toda la familia.
Juan.- exquisita, ahora vamos a ver la vagina.
Mientras, su novia se ve que se excitaba con aquello, pues se estaba frotando disimuladamente su chocho por encima del pantalón, cosa que no pasaba desapercibida por el cornudo de mi yerno que ya se notaba a leguas que esta empalmado.
El médico le abrió el coño a mi hija y empezó a meterle dedos, uno tras otro hasta que logró introducirle la mano entera en el chumino.
Juan.- desde luego que tienes una vagina muy elástica para que se te pueda introducir penes gordos y grandes. A ver.
Le metió la mano un poco más honda y dijo:
Juan: el útero y el cuello están totalmente recuperados, puedes tener relaciones normales
Isa.- eso es lo malo que mis relaciones no son muy normales Juan. Nada mas con lo que me estás explorando me voy a correr, no la saques, cabrón. Y apártate que me meo!
Mi hija tubo un orgasmo mojado como siempre pero al guarro del médico no le importó mojarse con su orina, al contrario, abrió la boca tragándose lo que echaba mi hija.
Cuando me día cuenta mi Diana estaba meneando el trabuco de mi yerno mientras este le sobaba el culazo metiéndole la mano en los leggins.
Pedro.- primo, mi mujer cuando se corre siempre se mea de gusto y nos pone chorreando.
Juan.- si, suele pasarle a alguna viciosas como tu mujer. Pero veo que a la mía le ha gustado tu polla. Disfrutad vosotros que yo le voy a demostrar a Isa que está en condiciones de que la follen por el coño.
Diana se puso de pie y se quitó los zapatos, leggins y bragas ofreciéndole en enorme culo a mi yerno, el cual enterró su cara entre las dos grandes esferas.
Diana.- Así, Pedro. Me encanta que me coman el culo.
Pedro.- pues aquí hay para empacharse de grande que lo tienes culona.
Juan se quitó los pantalones y los calzoncillos y con una polla tan grande como nunca había visto yo se la metió en el coño de mi hija. Era tan grande que le sobraba un cuarto por fuera.
Isa.- Ay, Dios mío, que cosa más gigante. No me cabe entera. Pero sigue, sigue. Qué gustazo. Que pollón.
Entonces mi yerno puso a cuatro patas a la jamona de Diana y se puso a darle por el culo.
Al rato todos se corrieron. A mi hija le llenó el coño de leche por primera vez desde que pario corriéndose ella de nuevo. Y mi yerno se vació en el culazo de Diana mientras sobándole el coño ésta también se corría.
En esos momentos el niño se despertó y me fui con él a la habitación. A los 10 minutos vino mi yerno y me dijo que él se quedaba con la niña que mi hija quería que fuera yo.
Cuando llegué al salón estaban todos en bolas. Mi hija sentada en el sofá con las patorras abiertas mientras la chavala Diana le estaba comiendo la breva. Isa estaba comiéndole el pollón gigante a Juan y ya se lo había puesto de nuevo tieso.
Isa.- pasa mamá, ya están al corriente de nuestras relaciones, no te preocupes. Te he llamado porque no quiero que te pierdas este cipote que me he encontrado. ¿A que no hemos visto ninguno tan grande?
Mariana.- Tu no, pero yo en el pasado me he metido otro más grande todavía hija. Pero es una maravilla. ¿Cuánto te mide Juan?
Juan.- Treinta y cinco centímetros de carne Mariana. Dice tu hija que tú eres capaz de recibirla toda entera. Yo nunca he encontrado a nadie que lo haga.
Mariana.- pues sí, tengo un coño donde cabe lo que le echen así que si quieres aprovéchate, que os he visto follar antes y me he puesto caliente como una burra.
Me acerqué quitándome los pantalones y las bragas y pasándome la mano por la raja la saqué llena de caldos.
Mariana.- mira como estoy doctor. Caldosa pérdida.
Le agarre el garrote duro como una piedra un me lo comí un rato. Juan me quitó el resto de la ropa.
Juan.- Está buena tu vieja Isa. Me la voy a tirar.
Me tumbé en la alfombra y abriéndome de piernas le dije. Desahógate hijo, mete ese pito descomunal en este coño viejo tragapollas.
El médico me ensartó hasta los huevos sorprendido de meter por primera vez su tranca entera en un coño. Poco había visto el mozo.
Me echó un polvo fenomenal sintiendo mi coño lleno hasta mis entrañas. Me corrí como hacía tiempo que no lo hacía.
Al mismo tiempo mi hija Isa se corría mientras hacía un 69 especial en el sofá con Diana. Esta le follaba el coño con el puño y mi hija le comía el culazo. Diana tardó poco en correrse cuando yo le puse mi coño a la altura de su boca para que se comiera la leche que me había echado en él su novio.
Desde entonces tuvimos una nueva pareja para nuestro círculo incestuoso.
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Hoy os voy a contar las últimas relaciones con mi hija Isa. Ella es una mujer seria, muy inteligente, con un trabajo importante. Morena y rellenita con buen culo, tetas y boca. Desde los 16 años se unió a nuestros juegos incestuosos.
Su marido Pedro en un muchacho muy bueno, y además está muy bueno. Pero lo que más me gusta de él es el pedazo polla tan grande que tiene.
A mi edad ya estoy un poco arrugada y vieja, lo que no me quita las ganas de jodienda. Soy bajita, pero con un cuerpo apetecible según dicen mis machos. Yo creo que a los hombres más que la belleza de las mujeres lo que más le ponen es que éstas sean unas cachondas y tengan ganas de marcha y folleteo, y yo para eso siempre estoy dispuesta.
Bueno a lo que iba, hace una semana fui con mi marido Antonio de 64 años a casa de mi hija Isa, cosa que hacemos de vez en cuando los fines de semana. Ellos viven en la ciudad y nosotros en un pueblo de la provincia por lo que solemos quedarnos a dormir allí.
Estuvimos en la playa y al volver dejaron al niño con mis consuegros. Al llegar al piso mi hija se metió en el cuarto de baño a ducharse con su padre. Isa es el ojito derecho de mi marido.
Yo me quedé en el saló con mi yerno. El sinvergüenza venia salido de la playa y empezó a meterme mano. Yo estaba en bañador y Pedro me morreó chupando mi gorda lengua. Después me sacó mis tetas colgantes fuera del bañador y se puso a comérselas.
El jodío me animó a sacarle el pollón ya empalmado del bañador y me puse a meneársela. En esos momentos oímos un grito de mi hija. Me levanté corriendo y fui hacia el baño. Estaba la puerta entreabierta. La vi que estaba bien, demasiado bien. Estaba con su padre dentro de la ducha, con su cuerpo enjabonado.
Mi marido, agachado, le estaba comiendo su peludo conejo negro. Y ella gozando como una loca con ese enorme panzón de casi 9 meses. Me quedé viéndolos porque me calentó la escena sin que se dieran cuenta de mi presencia.
Isa.- Aaag, papá, que bien me comes el chocho, hijo!
Antonio.- Ya veo, no paras de lanzar chorros de meado, guarra!
La verdad es que mi hija desde chica cuando orgasmea se mea expulsando chorros de pis y nos pone a todos chorreando. No lo puede evitar, tiene ese defecto, pero a nosotros nos excita. Y lo curioso es que cuando está preñá le sube la ninfomanía y se pone tan calentona que el pobre de su marido necesita refuerzos y nos llama para que le ayudemos.
Ahora Isa era la que se tragaba literalmente la polla de su padre. A mi marido últimamente con la edad ya le falla las erecciones de vez en cuando pero con su hija siempre la tiene dura como una piedra.
Isa.- Papa, joder, no seas tan bestia que me vas a hacer daño en la garganta con la polla. Qué bestia eres hijo!. Anda métemela en el coño que me arde.
Mi marido le agarró la panza y levantándosela un poco hizo sitio para endiñarle su polla dentro del coño. Al entrarle salpicaron caldos por los bordes.
Isa.- Aaaaaag, que gustazo. Dame fuerte padre.
Antonio.- Calla escandalosa, que nos van a escuchar los vecinos.
Mientras mi marido se la follaba de pie dentro de la bañera, noté que detrás de mí estaba mi yerno también espiándolos. Me tenía agarrada por las tetas fuera del bañador aun. Y con una mano me frotaba la breva por encima de la prenda.
Yo eché la mano atrás y le agarre el pollón guiándolo a mi entrepierna. Pedro me la metió entre mis muslos asomándole un buen trozo por delante. Me mojé la mano de saliva y me puse a frotarle el glande hinchado.
Isa se sacó la polla del padre y cambió de postura poniéndose de espaldas.
Isa.- Ahora dame por culo viejo verde!. Encula a la insaciable de tu hija cabrón!
Antes de metérsela el guarro de mi marido le ensalivó bien el ojete para a continuación metérsela de golpe en el culo.
A mi yerno se le debió antojar pues me echó a un lado el bañador e hizo lo mismo, es decir, me ensalivó la raja del culo y me metió poco a poco hasta el fondo, o sea muy honda.
Mariana.- Ay, Pedro, cómo me llenas las tripas. Qué polla tienes tío!. Venga dale a tu suegra por culo que pa eso estamos.
Mi hija empezó a gritar del orgasmo que alcanzó mientras se frotaba el clítoris y su padre se corría en su culo. Luego se secaron y salieron del baño en pelotas.
Cuando se cruzaron con nosotros Pedro me había cogido por las nalgas y me tenía con sus fuertes brazos en volandas ensartada por el ojete.
Isa.- vaya, veo que vosotros no perdéis el tiempo tampoco. Nos vamos al salón. Podéis ducharos.
Así hicimos, nos metimos en la ducha, le limpié el cipote a mi yerno que lo tenía lleno de mi mierda y estuve un rato chupándosela. Luego me puso de pié y él se agachó a lamerme mis rajas delantera y trasera.
Me enjabonó bien y me metió el puño en mi amplio coño. Tengo una vagina muy abierta desde pequeña y más abierta que me la han puesto mi familia de tanto meterme puños.
De esa forma me hizo correrme.
Mariana.- ahora descárgate tú dentro de mi, hijo.
Me volvió a coger en brazos ya que soy muy baja y él muy alto. Pero esta vez por delante y mientras lo morreaba bajo la ducha me hinco su pollón en mi abierto chocho.
Pedro.- Toma polla suegra, noto como te choco en la matriz. A ver si te preño.
Mariana.- Ya es tarde hijo. Pero sigue dándome fuerte en el fondo de mi coño y vacíate.
Mientras nosotros echábamos ese polvo, mi hija no perdió tiempo. Cuando se fueron al salón se ocupó de poner en forma otra vez a su padre.
Mi marido se sentó en el sofá de cuero y ella a horcajadas se sentó sobre el poniendo su coño sobre su nabo morcillón.
Isa.- toma papi, prueba la leche que ya tienen mis tetas.
Así era. Hacía un mes que de sus ubres ya manaban chorros de leche.
Isa.- las tengo duras y llenas. Descárgamelas un poquito, anda.
Su padre se puso a mamar leche de su hija, bebiendo grandes cantidades de leche. Cuando se hartó, Isa se puso a echarle chorritos de leche de sus tetas de pezones negros sobre el nabo morcillón de su padre que pronto se empalmó.
De nuevo se ensartó en su padre por el ano, esta vez de espaldas a su padre. Estaba cachonda. En esos momentos sonó el timbre. Isa se levantó y miró por la mirilla. Era su hermano. Mi otro hijo que tiene 36 años.
Le abrió la puerta.
Isa.- hola Pepe, llegas a punto. Ven pa acá, necesito refuerzos.
Lo llevó al salón y ella volvió a ensartarse por el culo con la polla de mi marido.
Pepe.- vaya veo que cuanto más preñá estás más caliente.
Isa.- Venga, sácatela y métemela en el coño, verás que pedazo de corrida me vais a hacer entre los dos.
Así fue, mi hijo se saco su rabo ya empalmado y bajándose los pantalones se la clavó a su hermana en to el coño.
Empezaron los tres a moverse mientras Pepe mamaba una teta de Isa. Al rato mi marido gritó vaciándose en el recto de Isa y esta se corrió como una fuente meandose a chorros sobre los dos hombres. Se levantó para lanzar los chorros de orina mientras se frotaba locamente el coño.
Mi hijo se la meneó lanzando chorros de semen sobre el barrigón de su hermana que se lo frotaba
Cuando mi yerno y yo salimos del baño ya habían acabado y estaban descansando. Cuando yo vi a mi gran hijo, y digo gran por su edad y su tamaño. Me calenté.
Mariana.- Hola Pepe, has llegado en buen momento.
Pepe.- Mama! Me acabo de corre, coño.
Mariana.- Tú sabes que con la salida de tu madre eso no es problema. Déjame que te eche un polvo.
Pepe.- Vale, pero antes me tendrás que empalmar como tú sólo sabes.
Me acerqué a él, lo morreé metiéndole mi lengua hasta la garganta y le agarre su polla que siempre está gorda y morcillona. Me agaché un me la metí en la boca. Me chupé un dedo y se lo metí en el ojete. Follandoselo a un ritmo muy rápido.
Mariana.- ves?, ya está dura. Vamos a la cama que te voy a follar como a ti te gusta.
Eso hice, a mi hijo desde pequeño le ha gustado que yo me lo folle, que yo lleve la iniciativa. Me puse encima de él y me metí su nabo en mi coñazo me pongo a mover mis caderas rápidamente follandomelo y lo morreo y le chupo el cuello.
Estuvimos así un rato, yo me corrí pero él no.
Pepe.- es que me acabo de correr, ya te lo he dicho.
Mariana.- vale, pues habrá que ponerse en tu postura favorita guarro.
Me pongo en posición 69, yo sobre él. Le meneo el nardo mientras tengo el capullo en mi boca y le meto dos dedos en su culo. El me abre el coño estirando mis largos labios de mi vulva y me lo chupa todo.
Mariana.- Tío, no me tires tanto, que me vas a rajar el coño!
Luego me mete el puño hasta la mitad de brazo en mi vagina y se pone a meterme la lengua en el culo.
Mariana.- ¡Qué puerco eres hijo, te estás chupando el semen que me ha echado tu cuñao hace un momento dentro del culo!
Pepe.- Me da igual, me gusta comerte todo lo que esté dentro de ti y sentir en mi mano el útero del que salí. Sigue meneándomela puta que me corrooooo.
Pepe me soltó largos chorros de engrudo que yo tragué todo lo que pude. El resto se lo restregué por el pecho lleno de pelos y poniéndome sobre él me lo restregué contra mi desnudo cuerpo sesentón.
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Hace dos años mi hija Isa tuvo su primer niño. Veinte días después estando yo en su casa ayudándole a cuidarlo se presentó un primo de mi yerno llamado Juan con su novia llamada Diana.
Juan es un joven ginecólogo de 37 años y está saliendo con un bombón mucho más joven que él ya que Diana tiene 28 yes compañera suya en el hospital pues es enfermera. Mi yerno no le quitaba ojo a la novia de su primo pues es una chica espectacularmente voluptuosa: guapa, cara dulce, alta, pero lo que más llama la atención es las caderas y culo enormes que tiene. Ese día vestía unos leggins estilo pantalones vaqueros marcando sus muslazos y culazo.
Estuvieron viendo al niño y les puse la merienda. Después de hablar las cosas normales del parto, la alimentación del niño, etc. Mi hija le planteó en confianza a Juan que ya llevaba 20 días desde el parto y que sentía muchos deseos de hacer el coito, pues tenía sexo oral y anal desde los 10 días pero no se atrevía a que le metieran aun la polla en el coño.
JUAN: Eso depende de cada mujer, algunas como tú sois muy fogosas y si además os recuperáis rápidamente, no es necesario esperar la cuarentena. Si quieres te puedo hacer una exploración y te digo como tienes tus órganos para poder hacerlo.
Isa.- Vale Juan, si no te importa, puedes hacérmelo aquí mismo. Gracias.
Dijo eso levantándose las piernas y abriéndose sus muslos enseñándonos a todos su coño desnudo totalmente depilado. Un coño gordete y apetitoso.
Isa.- Mamá llévate al niño a la habitación y lo duermes.
Me fui a la habitación y el bebé se quedó dormido enseguida. Me salí al pasillo y me puse a espiarlos sin que me vieran.
Juan estaba sobándole las tetas que mi hija se había sacado por fuera del vestido.
Juan.- Uhm, veo que tienes mucha leche. Las mamas están bien y los pezones estos tan negros que tienes están en muy buen estado.
Isa.- Si, es que no solo le doy de mamar al niño, los mayores también quieren mi leche, dicen que sabe muy bien. Si quieres puedes probarla.
Mi hija provocó al doctor que no dudó darse un atracón de la leche que mi hija nos daba a toda la familia.
Juan.- exquisita, ahora vamos a ver la vagina.
Mientras, su novia se ve que se excitaba con aquello, pues se estaba frotando disimuladamente su chocho por encima del pantalón, cosa que no pasaba desapercibida por el cornudo de mi yerno que ya se notaba a leguas que esta empalmado.
El médico le abrió el coño a mi hija y empezó a meterle dedos, uno tras otro hasta que logró introducirle la mano entera en el chumino.
Juan.- desde luego que tienes una vagina muy elástica para que se te pueda introducir penes gordos y grandes. A ver.
Le metió la mano un poco más honda y dijo:
Juan: el útero y el cuello están totalmente recuperados, puedes tener relaciones normales
Isa.- eso es lo malo que mis relaciones no son muy normales Juan. Nada mas con lo que me estás explorando me voy a correr, no la saques, cabrón. Y apártate que me meo!
Mi hija tubo un orgasmo mojado como siempre pero al guarro del médico no le importó mojarse con su orina, al contrario, abrió la boca tragándose lo que echaba mi hija.
Cuando me día cuenta mi Diana estaba meneando el trabuco de mi yerno mientras este le sobaba el culazo metiéndole la mano en los leggins.
Pedro.- primo, mi mujer cuando se corre siempre se mea de gusto y nos pone chorreando.
Juan.- si, suele pasarle a alguna viciosas como tu mujer. Pero veo que a la mía le ha gustado tu polla. Disfrutad vosotros que yo le voy a demostrar a Isa que está en condiciones de que la follen por el coño.
Diana se puso de pie y se quitó los zapatos, leggins y bragas ofreciéndole en enorme culo a mi yerno, el cual enterró su cara entre las dos grandes esferas.
Diana.- Así, Pedro. Me encanta que me coman el culo.
Pedro.- pues aquí hay para empacharse de grande que lo tienes culona.
Juan se quitó los pantalones y los calzoncillos y con una polla tan grande como nunca había visto yo se la metió en el coño de mi hija. Era tan grande que le sobraba un cuarto por fuera.
Isa.- Ay, Dios mío, que cosa más gigante. No me cabe entera. Pero sigue, sigue. Qué gustazo. Que pollón.
Entonces mi yerno puso a cuatro patas a la jamona de Diana y se puso a darle por el culo.
Al rato todos se corrieron. A mi hija le llenó el coño de leche por primera vez desde que pario corriéndose ella de nuevo. Y mi yerno se vació en el culazo de Diana mientras sobándole el coño ésta también se corría.
En esos momentos el niño se despertó y me fui con él a la habitación. A los 10 minutos vino mi yerno y me dijo que él se quedaba con la niña que mi hija quería que fuera yo.
Cuando llegué al salón estaban todos en bolas. Mi hija sentada en el sofá con las patorras abiertas mientras la chavala Diana le estaba comiendo la breva. Isa estaba comiéndole el pollón gigante a Juan y ya se lo había puesto de nuevo tieso.
Isa.- pasa mamá, ya están al corriente de nuestras relaciones, no te preocupes. Te he llamado porque no quiero que te pierdas este cipote que me he encontrado. ¿A que no hemos visto ninguno tan grande?
Mariana.- Tu no, pero yo en el pasado me he metido otro más grande todavía hija. Pero es una maravilla. ¿Cuánto te mide Juan?
Juan.- Treinta y cinco centímetros de carne Mariana. Dice tu hija que tú eres capaz de recibirla toda entera. Yo nunca he encontrado a nadie que lo haga.
Mariana.- pues sí, tengo un coño donde cabe lo que le echen así que si quieres aprovéchate, que os he visto follar antes y me he puesto caliente como una burra.
Me acerqué quitándome los pantalones y las bragas y pasándome la mano por la raja la saqué llena de caldos.
Mariana.- mira como estoy doctor. Caldosa pérdida.
Le agarre el garrote duro como una piedra un me lo comí un rato. Juan me quitó el resto de la ropa.
Juan.- Está buena tu vieja Isa. Me la voy a tirar.
Me tumbé en la alfombra y abriéndome de piernas le dije. Desahógate hijo, mete ese pito descomunal en este coño viejo tragapollas.
El médico me ensartó hasta los huevos sorprendido de meter por primera vez su tranca entera en un coño. Poco había visto el mozo.
Me echó un polvo fenomenal sintiendo mi coño lleno hasta mis entrañas. Me corrí como hacía tiempo que no lo hacía.
Al mismo tiempo mi hija Isa se corría mientras hacía un 69 especial en el sofá con Diana. Esta le follaba el coño con el puño y mi hija le comía el culazo. Diana tardó poco en correrse cuando yo le puse mi coño a la altura de su boca para que se comiera la leche que me había echado en él su novio.
Desde entonces tuvimos una nueva pareja para nuestro círculo incestuoso.
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