Recuerdo de Aquel Verano 002

heranlu

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CAPÍTULO III. LYDIA

Aquella tarde hablamos mucho sobre lo que nos había pasado, y mi madre me preguntó que qué tal me había ido con mis primeras experiencias sexuales.Yo le dije que muy bien, y que estaba loco por repetir, con lo que ella se rió y me dijo que no perdiera la esperanza, ya que había mucho verano por delante, y que pensaba seguir yendo a la playa nudista para ver si ligaba más.

A eso de las diez nos acostamos y durmimos plácidamente hasta la mañana siguiente.Era ya 4 de julio y efectivamente teníamos 27 días para ligar en la playa nudista, así que me puse muy contento y deseando de irme a ella.Y eso fue lo que hicimos después de desayunar en un bar que había en las proximidades del paseo marítimo.

Como de costumbre, nos desvestimos cerca del cartel y esta vez ni se me empinó el pene al ver a mi madre desnuda.Ella lo notó y me dijo sonriendo: "Vaya, ya no te la pongo, dura, eh...".Yo me puse un poco colorado ( y la verdad es que no sé por qué después de las cosas que le habíamos estado haciendo ) y no dije nada, así que nos dirigimos hacia la zona nudista y paseamos lentamente.

Las primeras personas que vimos fueron dos niñas de unos once u doce años que venían corriendo del agua y se dirigían a sus toallas, donde un hombre de unos cuarenta y cinco años y una mujer algo más joven las esperaban.Tenían pequeños bultos por tetas y no tenían pelo en sus vulvas, por lo que se podían ver sus rajas.Eran, en definitiva, dos jovencitas inocentes, que me sonrieron y se fijaron en mi pene, semierecto ahora, al pasar.

"A esas dos les has gustado...", me dijo me madre."¿Tú crees...?", le pregunté incrédulo."Nada más que hay que ver cómo te han mirado...Seguro que les han empezado a picar sus chochitos...", dijo."¡Mamá...!", dijo yo algo extrañado por su forma de hablar."Hijo, hay que ver cómo eres...", dijo ella.

Los dos seguimos paseando muy lentamente, respirando el aire puro del mar y fijándonos en la gente que quedaba sentada a nuestra derecha.Eran gentes de todo tipo, jóvenes, muy jóvenes, maduros, muy maduros...pero todos ellos iban desnudos y muchos se besaban y tocaban sin importarles ni un ápice quién los estuviera mirando.

Al cabo de diez minutos, nos cruzamos con dos chico de unos 17 años de edad, no demasiado musculosos o atractivos, pero sí muy bien dotados.Los penes de ambos debían rozar los 18 cm en erección, que así era como estaban.Al pasar, los dos se quedaron mirando a mi madre y empezaron a decirle cosas, en plan de broma, por supuesto."Tía buena...", "Vaya par de melones..." "Mmm, qué culo...", decían los calenturientos adolescentes, que parecían haberse metido en la zona nudista por primera vez.Mi madre se limitaba a sonreír y yo le dije: "A esos dos sí que les has gustado...".

Siguiendo con nuestro paseo, vimos a nuestra derecha algo sorprendente, si no escandaloso.Un niño de unos doce años estaba acariciándose de forma obscena con una mujer de unos cuarenta años, que debía ser su madre.Ésta tenía una figura muy similar a la de mi madre, aunque era francamente más fea que ella.Tenía grandes tetas y una vulva que, según pude ver, parecía haber sido depilada unos días antes, ya que estaba cubierta por una fina superficie negra de vello como el que tienen los hombre en la barba después de una semana sin afeitarse.

El niño estaba tocándole los pechos y la mujer estaba jugando con su pequeño pene ( de apenas unos diez centímetros en erección ).Los dos sonreían y parecían disfrutar mucho de las caricias del otro.Mi madre me dijo que me sentara con ella a unos veinticinco metros de los dos.Parecía darle un morbo especial verlos hacer aquello, y casi se le cae la baba cuando vio que el chico empezaba a deslizar su mano por entre sus piernas para tocar su sexo.

Un rato después de estar acariciándose, el chico se metió de rodillas entre las abiertas piernas de la mujer e introdujo su pene dentro de su coño.Empezó a empujar hacia delante y hacia atrás, primero lenta y luego rápidamente.La mujer gozaba enormemente, gimiendo en voz bastante alta mientras se la follaba un niño de doce años.El chico, por su parte, parecía estar como en un sueño, ya que estaba tenso y no sabía muy bien lo que hacer aparte de meter y sacar.

Al cabo de un par de minutos, el chico se echó súbitamente hacia atrás y una descarga de semen salió a chorros de su pene cayendo sobre la barriga de la satisfecha mujer, cuyo orgasmo se había producido un poco antes que el de él.Los dos se quedaron uno encima del otro y luego uno al lado del otro acariciándose y toqueteándose.Mi madre los miraba aún con cara de envidia, pero no dijo nada.

Nos pusimos en marcha de nuevo y pasamos por el sitio donde habíamos estado los días anteriores, dejándolos atrás.Nos cruzamos con algunas parejas de hombres y mujeres, la mayoría de unos treinta y tantos años, y sin niños.Parecían ser la mayoría extranjeros, franceses, alemanes, ingleses, holandeses, suecos, etc. Todos se fijaban mucho en nosotros dos, y la verdad es que no era para menos.Era muy sospechoso eso de ver solos a un chico de trece años con el pene semierecto y a una mujer de treinta y tantos con los pezones erectos y su vulva semihúmeda ( aunque eso no se notara a simple vista ).

El caso es que la playa nos pareció cada vez más interminable, y nos encontramos con un cartel que decía: "FIN DE ZONA NUDISTA 5 KM." Ya debíamos llevar unos dos kilómetros andando, y saber que quedaba tanto por delante ponía cachonda a mi madre, que disfrutaba viendo a la gente desnuda.

Poco después del cartel, vislumbramos lo que parecía ser un chiringuito de madera con techo de paja de color pardo.Todo estaba hecho de madera y lo que había era una barra cuadrada con dos camareras y un camarero sirviendo copas.Los tres eran, para su sexo, bastante atractivos y charlaban desenfadadamente con algunos clientes que estaban tomándose algo, todos ellos desnudos.

La mayoría de la gente que estaba en el chiringuito era de unos treinta y tantos, muchos de ellos extranjeros y algunos solamente españoles.Detrás del chiringuito había otro edificio, que no era de madera y en el que había un letrero que decía: " DUCHAS, ASEOS, VESTUARIOS, HABITACIONES ".Mi madre aprovechó para ir al servicio y luego darse una ducha refrescante.Yo también me metí en una para quitarme un poco el sudor y la arena.

Mientras manejaba los grifos para graduar el agua a una temperatura agradable, oí gemidos que venía de la ducha contigua.No cabía duda de que había allí una pareja copulando, en un sitio con mucha intimidad y refrescante.En realidad no eran los únicos, ya que pude ver cuando salí a una pareja al fondo del pasillo que daba acceso a las diferentes duchas.La chica, de unos veinte años, estaba a cuatro patas mirando hacia el otro lado, y un hombre de unos cincuenta años la estaba penetrando de rodillas desde atrás.

El sitio desde luego era ideal para la práctica del sexo, ya que era fresco y húmedo, así como bastante íntimo y resguardado de la molesta arena.Mi madre salió de una de las duchas y se dirigió hacia mí, que estaba en la puerta de acceso al pasillo de las duchas completamente empalmado.Me dijo que aquel era un sitio ideal para follar y que la gente más tímida lo utilizaba para eso, algo que yo ya había notado.

Después de tomarnos una Coca-Cola en el chiringuito, continuamos nuestro largo paseo.Una camarera nos había dicho que a tres kilómetros encontraríamos otro chiringuito simialr con áreas de "descanso" con duchas, etc.Desde allí, así como desde el final de la playa ( a cinco kilómetros ), había autobuses baratos que llevaban a la urbanización, así que nos marchamos tranquilamente sabiendo que encontraríamos un autobús de vuelta, cuyas últimas salidas eran a más de las once.

La playa seguía teniendo la misma apariencia que había tenido en los últimos kilómetros, y la cantidad de gente era similar a la de la otra zona, incluso un poco superior.Nos cruzamos con otros dos muchachos un poco mayores que yo ( de unos quince años ) que se quedaron mirando a mi madre con sus penes de 15 cm completamente empinados.Mi madre se reía y yo también, sabiendo cómo estaban muriéndose de envidia creyendo que era un ligue mío mi madre.

Un kilómetro después del chiringuito, mi madre y yo nos detuvimos y nos sentamos en nuestras toallas.Estuvimos viendo a alguna gente pasar.Por ejemplo, vimos a una chica delgada, con unas tetas del tamaño de naranjas grandes muy turgentes y pezones no muy gordos sobre areolas de unos 4 cm de diámetro.Tenía el pelo de un precioso castaño rojizo que parecía ser de bote, y su vulva tenía la cantidad justa de vello, que la cubría toda entera teniendo un espesor de un centímetro.Sus piernas eran delgadas y considerablemente largas, aunque bastante rellenitas y sus pies eran pequeños y muy sexys, con las uñas pintadas en negro.Su piel era bastante blanca y su cara era de las más inverosímiles por su belleza que jamás he encontrado en mi vida, con la nariz simplemente perfecta, los labios ligeramente regordetes y los ojos verdes.

Mi madre me vio admirar a la chica, que no debía pasar de 18 años y me compadeció porque sabía que yo no podía aspirar a ella todavía.Sin saber cómo ni por qué, salí corriendo detrás de la chica hasta situarme detrás de ella a unos cinco metros, pudiendo ver su ancho, firme y duro culo enfrente de mí.La chica se dio cuenta de que andaba detrás de ella y sonreía, pudiéndola yo ver de perfil.Me acerqué más a ella y la llamé.

"¡Oye...!", le dije.Ella se dio la vuelta y la vi de frente.Me había equivocado, no era guapa, era casi sobrenatural.Me sonrió y me preguntó con la voz más dulce y femenina que se pueda imaginar: "Hi, what do you want?".Yo me quedé de piedra, había creído que era española, pero no, era británica, al menos eso creí por su acento."Eh...", dije yo nervioso."Is there anything I could do for you?", me preguntó sonriente.Yo sabía perfectamente que había algo que podía hacer por mí, pero no se lo dije.

"Yes...Listen...I don't know how, but I've fallen in love with you...I need you...", dije en un ataque súbito de buen inglés."I love you", añadí finalmente.La chica empezó a reírse, pero de una forma que yo no esperaba.Se sonrojó y su mirada era tímida e inocente."You what...?", dijo nerviosamente."I love you, I adore you...You are perfect...I want to be with you...Please...".La chica se me acercó, reparando en mi semierecto pequeño pene y me dio un breve y tímido beso en los labios."You are so sweet...", me dijo sonriendo pícaramente ahora.

Me cogió de la mano y nos dirigimos hacia mi madre, la cual no podía salir de su asombro y nos miraba perpleja.La chica se acercó a ella y le dijo: "¿Puede yo ir con su hijo...?".Mi madre sonrió y asintió.Luego los dos nos fuimos hacia las dunas muy despacio.Yo no me lo podía creer: voy, le dijo que la quiero y la chica va y me lleva a las dunas.Era el colmo de la buena suerte.Más tarde supe que a la chica nunca le habían dicho tan seriamente "te quiero" y eso la había hecho sentirse atraída hacia mí.

Cuando llegamos a la dunas la chica se tiró de espaldas a la arena y abrió las piernas dejándome ver su raja perfectamente."Come to me, sweetheart...", me dijo dulcemente.Yo me lancé sobre ella y me estrellé contra sus labios, sumiéndome en un profundo beso en el que exploramos nuestas bocas.Yo acariciaba sus tetas mientras la besaba y mi pene presionaba contra su vulva, pero sin penetrarla.Ella me acariciaba también y gemía un poco mientras nos besábamos.

Paramos un momento y yo me senté con las piernas cruzadas a su lado."There's something I must tell you...", me dijo.Yo lo entendí milagrosamente y ella dijo: "I haven't done it before...I'm still a virgin, so you are going to be the first boy to do it with me...".Yo entendí algo, pero no demasiado.Luego, ella añadió: "You'll have to snap my hymen...".Tampocó entendí, así que lo que hice fue ponerme de nuevo sobre ella y besarla suavemente, a lo que ella respondió con nuevos gemidos y jadeos.

Después de un rato, la chica no podía aguantar mas y me dijo:"Do it now, please...! I need you inside me now!" Eso sí lo entendí y ella agarró mi pene y colocó mi glande en la entrada de su agujero del amor.Entonces empujé y hundí mi pene en la vagina de la más preciosa joven que haya existido.No tardé en encontrar cierta resistencia cerca de la entrada y tuve que empujar más fuerte hasta que finalmente se rompió su himen y ella profirió un grito ahogado seguido de un suspiro.

Salieron unas gotas de sangre, pero yo no les presté atención y empecé a penetrarla hasta el fondo.Luego suavemente de dentro a fuera.Ella gemía en voz bastante alta y yo seguía haciéndole aquello, que tanto le gustaba.Su vagina era muy estrecha, pero cálida y muy lubricada, por lo que la penetración era agradable.Cuando llevaba un minuto follando con ella, rodeó mi culo con sus piernas y me empujó más hacia su coño.Seguí penetrándola, ahora con más fuerza, hasta que alcanzó su primer orgasmo, poniéndose rígida y revolviéndose como loca entre gritos de placer.

Yo no paré y seguí metiendo y sacando mi pene hasta que mi clímax se acercó.Paré un poco y acaricié sus tetas, pellizcándole los pezones.Luego seguí estrellando mi pelvis contra la suya hasta que el orgasmo se acercó tanto que no pude parar.Saqué mi falo de su coño y me corrí sobre su barriga y tetas.Ella sonrió y cogió todo el semen que pudo con una mano y se lo llevó a la boca, saboreándolo lentamente para luego tragarlo.


Tras este excepcional polvo, los dos nos fuimos agarrados de la cintura hacia donde esperaba mi madre, que estaba tumbada tomando en sol.Ella me dio su dirección en Inglaterra y me dijo que le escribiera, que me quería volver a ver algún día.Por cierto, se llamaba Lydia.Yo me fui a la toalla con mi madre y ésta se incorporó sonriéndome y me dijo: "Vaya con el ligón...¿Qué tal te ha ido...?"."Genial", le dije yo sonriendo también."Hoy has tenido tú mucha más suerte que yo...", dijo."Bueno, podías haberles dicho algo a los chicos de antes...", le sugerí."Bueno, ya veremos...", dijo sonriendo.

CAPÍTULO IV. DELIA Y LOS SUYOS

Los dos nos echamos en las toallas durante dos o tres horas para descansar y nos despertamos a las seis de la tarde.Mi madre estaba poniéndose ya muy bronceada y yo casi me había quemado.Ella se sentó en la toalla y miró a la poca gente que pasaba.Yo estaba aún tumbado, y el ver a mi madre con sus tetas balanceándose me puso de nuevo el pene erecto.Ella se rio y me dijo que me hiciera una paja si estaba muy mal.Yo le dije que prefería guardarla por si había alguna otra chica.

Al cabo de un rato pasaron por delante de nosotros dos chicos de unos 16 años extranjeros.Parecían ser nórdicos también, ya que tenían el pelo rubio y eran altos.Sus penes eran grandes comparados con el mío, y debían medir en semierección unos 15 cm.Se acercaron a mi madre y se pusieron delante de ella a decirle cosas en un idioma raro, sueco o o algo así.


Mi madre los miraba lascivamente y me dijo: "¿Los dejo, Luis...?". "Haz lo que quieras, si tienes ganas de chicos jóvenes, aquí los tienes".Los chicos estaban ya completamente empalmados después de ver el coño de mi madre cuando ésta abrió sus piernas.Uno de ellos, con un miembro de unos 18 cm, se metió entre sus piernas y empezó a penetrarla frenéticamente mientras ella gemía con sus tetas moviéndose de un lado a otro.

El otro chico, un rubio con los ojos azules con cara algo afeminada, se acercó a mí y empezó a tocarme mi pene, luego me metió un dedo en el culo.Yo lo empujé y le dije que no era gay.Él se debió sentir ofendido, porque se fue corriendo mascullando algo entre dientes.Yo seguía viendo a mi madre follar con aquel sueco, hasta que éste sacó su pene y se corrió en la arena al lado de ella.Luego se fue corriendo y dejó a mi madre insatisfecha sobre la toalla.

"No ha habido suerte, ¿eh?", le dije yo."No, se ha aprovechado el muy cerdo", me respondió ella.Los dos nos quedamos allí un poco y luego nos fuimos a paso algo ligero hacia el final de la playa, que todavía estaba a varios kilómetros.Por el camino ya no se veía a mucha gente paseando, más bien se veía a parejas practicando el coito sobre sus toallas o sobre la arena.

Me llamó la atención especialmente una pareja de chicas de unos 13 años que estaban haciendo un sesenta y nueve.Las dos eran rubias y de tetas pequeñas.Luego vi también a una pareja de cincuentones bastante rellenitos follando como posesos.Sus cuerpos estaban muy flácidos y sus barrigas y michelines se movían de un lado a otro mientras copulaban.

Mi madre estaba muy ensimismada en sus pensamientos y miaraba a la gente de forma ausente, como si no le importara.Entretanto, yo seguí viendo a la parejas.De repente nos topamos por el camino con una chica de unos 15 años que estaba a cuatro patas con un chico de unos 10 años detrás metiéndoselo por su joven chochito.La chica tenía unas tetas más bien pequeñas y el chico tenía un pene muy pequeño, de unos 8 cm.Se la estaba metiendo muy a gusto y la chica jadeaba mientras el chiquillo penetraba su negra vulva.

Miramos los dos a nuestra derecha y vimos que había allí una pareja de unos treinta y tantos años.Mi madre puso una cara extraña y entonces sonrió cuando la mujer la saludaba con la mano.Yo no sabía quién era, pero mi madre corrió hacia ella y le dio un beso en la mejilla."¿Qué tal...?", se dijeron.También saludó a su marido, un tipo muy feo de cuarenta años, bajo y moreno, con un pene de unos 15 cm empinado en ese momento a causa de mi madre.

Resulta que aquella mujer había sido compañera de mi madre en la oficina en Madrid, pero la habían trasladado tres meses antes a otra.Tenía 36 años, era alta ( 1'73 ) y delgada, con tetas como manzanas y un sexo de color oscuro, como su pelo, que era castaño oscuro.En conjunto no resultaba nada desagradable y prueba de ello es que se me puso erecto el pene por enésima vez ese día.

Mi madre le dijo que cómo es que eran nudistas, que no lo sabía.Ella, Delia, le dijo que lo eran desde siempre, pero que no había querido decirlo en la oficina por aquello de las risas y eso.Le dijo a mi madre que no sabía que tenía un cuerpo tan bonito y mi madre le correspondió con lo mismo, y la verdad es que no era un mero cumplido, ya que su cuerpo tenía unas curvas muy sensuales.

Al poco rato llegaron corriendo los dos chicos que habíamos visto antes, el niño con su pene ya flácido y la chica con sus pequeñas tetas moviéndose ligeramente.Tenía un chocho muy apetitoso, lleno de pelos, pero muy bien cuidado y recortado en la forma clásica triangular.No se le veía la raja y su cara era bastante bonita, con ojos azules y el pelo negro que le llegaba a la mitad del cuello."Ah, estos son mis hijos, Daniel y Laura", dijo Delia señalando a los chicos.

"¿Lo hacen ya...?", preguntó mi madre."Sí, a nosotros nos gusta que jueguen al sexo.Es bueno que aprendan cosas y que se den gusto...Además, mientras Daniel no desarrolle, no corren peligro...", respondió Delia.Mi madre no es que fuera una mojigata, aprobaba el sexo entre jóvenes y entre familiares si todos lo hacían de común acuerdo, pero el que fueran los hijos de su amiga la había asombrado.Y eso fue precisamente lo que le dijo, que no le parecía mal, sólo que se que le había soprendido un poco el libertinaje de su amiga.

Laura no parecía quitarme los ojos de encima, tal vez porque estaba empinado y la tenía más grande que su hermano, el cual aun así, la había satisfecho."Vaya si está crecidito tu hijo ya, eh...", le dijo a mi madre Delia."Sí, ya está hecho un hombrecito...Tiene casi quince años", respondió mi madre."Huy, huy, huy...casi la misma edad que Laura...", dijo sonriendo Delia.Laura también sonrió sonrojándose."A ver si os hacéis buenos amigos...", dijo el marido de Delia."Claro, que sí...", dijeron Delia y mi madre casi al unísono.

Después de las presentaciones y todo eso, nos sentamos los seis en nuestras toallas y empezamos a hablar.Yo hablaba con los dos hijos mientras los mayores hablaban entre ellos.Los chicos parecían ser muy simpáticos, especialmente Laura, que mostraba mucho interés por mí y mis cosas.Me dijo que pasaba a 2º de BUP después del verano y que no tenía novio, así que yo vi vía libre.Me dijo que su hermano y ella solían follar a menudo, como si fuera un juego, y que lo pasaban muy bien, aunque a ella le atraían otros chicos más.

Profundizando más en nuestra intimidad, Laura me preguntó si lo hacía con mi madre, y yo le dije que no.Ella se extrañó un poco y yo le pregunté lo mismo.Ella respondió que lo había hecho varias veces con su padre también y que le gustaba porque tenía el pene más grande que su hermano y se corría.También me dijo que su madre lo hacía con Daniel desde que éste tenía ocho años y que le gustaba sentir su pequeño pene dentro entre sus pelitos.

Daniel estuvo un rato con nosotros y luego se fue al agua, de donde no parecía querer volver.Laura aprovechó esta ocasión para hablar de cosas aún más íntimas conmigo."Oye, Luis, ¿te puedo decir una cosa...?", me preguntó."Claro", le respondí yo."Me gustas mucho...¿Quieres que nos vayamos a las dunas y...follemos?", me preguntó."Eh...bueno...Vale...", le dije yo."¿Es que no te gusto...?", me preguntó con cara triste."Pues claro que sí...lo que no me esperaba es que me lo fueses a decir tú...", le dije."Ah, pues vamos...", me dijo entusiasmada.

"Mamá...Nos vamos a las dunas Luis y yo", le dijo a Delia.Ésta sonrió y le dijo: "Vale, cariño, pero os alejéis mucho, eh...", le dijo."Descuida".Empezamos a andar y mientras oí decir a Delia: "Estos dos no quieren esperar mucho...Se han visto y les han entrado ganas de hacerlo"."Sí, la verdad es que son muy rápidos...", añadió mi madre.Lo siguiente no lo oí yo, pero mi madre me lo dijo un tiempo después."La verdad es que tu hijo está muy bien, ¿eh...?", dijo Delia."Sí, está creciendo deprisa...", dijo mi madre."Me encantaría hacerlo con él...¿tú me dejarías?", dijo Delia."Claro, lo que importa es que él quiera", respondió mi madre."Yo también necesito un buen polvo...", dijo después."Pues, si quieres aquí estoy yo...", dijo el feo marido de Delia."¿A ti no te importa, Delia...?, preguntó mi madre."Para nada...Si queréis follar, hacedlo", dijo."Pues me viene de perlas porque tengo el coñito ya con hormigueo de aguantar las ganas...", dijo mi madre."¿Y por qué no te lo haces con tu hijo cuando no tienes a nadie...", preguntó Delia."No sé, no creo que quiera, pero gustarme me gustaría mucho...", respondió mi madre.

Luego se dirigió a donde estaba sentado el marido de Delia y se sentó encima de su pene, empezando a saltar encima de él sin condón.Su pene le entraba con algo de dificultad, ya que era muy gordo, pero mi madre siguió botando encima de él hasta que se le corrió en la boca.Luego, el feo individuo metió su cabeza entre las piernas de mi madre y le dio la satisfacción que venía necesitando, chupando hasta el último jugo vaginal de mi madre y jugueteando con su clítoris.

Yo y Laura llegamos a las dunas y nos pusimos a morrearnos y magrearnos apasionadamente.Ella me cogió el pene y yo le toqué el coño húmedo, deslizando uno de mis dedos por entre su raja e introduciéndolo de vez en cuando en su vagina.Luego, me dijo que quería chupármela y así lo hizo hasta casi el orgasmo.Luego, yo le chupé su sabroso sexo y me tragué todos los jugos que encontré, para luego penetrarla.Follamos durante unos diez minutos, parando cuando yo me aproximaba al orgasmo para retardarlo.Al fin, me corrí en su boca y los dos nos quedamos allí durante media hora hasta que regresamos con los mayores.

Cuando llegamos allí ya se estaba poniendo el sol y los últimos rayos de luz se reflejaban tímidamente sobre el mar, cuya tranquilidad seguía sorprendiéndome.Los mayores estaban sentados charlando como si nada.El marido de Delia, Julio, era el que más satisfecho estaba, después de haberse follado a mi madre y haberle comido el coño.Ella también estaba satisfecha, pero prefería a los hombres más musculosos y guapos como es lógico pensar.A decir verdad, mi madre era una mujer muy exigente con los hombres y a ellos les duele mucho eso de dejar a una mujer insatisfecha.

Estuvimos allí sentados un rato hasta que Delia sugirió que nos quedáramos a pasar la noche al raso en la playa.Hacía una temperatura muy alta y tenían unas lámparas con las que podíamos tener luz.Mi madre aceptó de buena gana la propuesta y yo también, así que nos dispusimos a preparar las toallas y las cosas para pasar la noche.En realidad, había bastante gente que se quedaba a pasar la noche en la playa y no lejos de allí había una pareja echada sobre la arena con una lámpara.

Delia había sido muy previsora al comprar más comida de la necesaria y tuvimos para cenar los seis.Eran bocadillos, pero eran bastante grandes y te dejaban bastante lleno, de modo que nadie se quejó.Durante la cena hablamos de muchas cosas, entre ellas lo bien que se estaba en aquella playa y que pensábamos quedarnos los seis juntos a pasar el resto del tiempo.Por desgracia, Delia y su familia sólo se iban a quedar unos días, así que mi madre y yo estaríamos solos durante el resto del tiempo.

Acabada la cena, a eso de las once y media de la noche, Daniel se fue a la cama, cansado de un día en el que tanto se había bañado y había corrido.Laura y yo estábamos echados el uno junto al otro en una toalla seca y sin arena, acariciándonos y besándonos.Delia, Julio y mi madre estaban los tres en una toalla grande, charlando en voz baja de algo que no querían que oyésemos.

Yo suponía que estaban tramando algo para nosotros, pero me equivocaba rotundamente.Al cabo de unos minutos, mi madre y Delia empezaron a besarse en la boca mientras se acariciaban.Las dos se desplomaron sobre la toalla y se introdujeron las lenguas en sus bocas mientras Julio las veía empalmado y tocándose su pene.Mi madre estaba encima de Delia, con sus grandes tetas colgando y balanceándose y su culo hacia arriba, enseñando su vulva desde atrás a Julio.

Éste no tardó en hacer lo que la Naturaleza le instaba a hacer y se acercó al culo de mi madre, introduciendo su pene de 15 cm en su vagina.Yo estaba atónito viendo cómo aquel esperpento de hombre empezaba a follarse a mi madre y Laura me dijo que su padre puede que fuera feo, pero que sabía muy bien cómo satisfacer a una mujer ( y lo decía por experiencia propia ).

El individuo aquel seguía penetrando a mi madre mientras ella se comía la boca de su amiga, con tal hambre que creí que acabaría mordiéndola o algo.Se tocaban sus partes erógenas mientras se sumían en su lésbico beso.Mi madre jadeaba suavemente mientras sentía el pene del tipo aquel en su agujero de placer.Julio no paraba de pentrarla y cada vez le daba más fuerte, metiendo una de sus manos entre sus ingles y tocando su clítoris.Mi madre iba a a explotar con eso, y descargaba su energía con su amiga, haciendo ruidos de chapoteo en su boca mientras la besaba apasionadamente.

Después de un par de minutos, mi madre se puso a gemir en voz alta, moviendo su cuerpo de delante hacia atrás, ahora sin besar a Delia.Julio empujaba con ferocidad y por fin sacó su pene y se corrió sobre los glúteos de mi madre, llenándolos de una gran cantidad de leche.Ella había alcanzado su orgasmo unos segundos antes y se dejó caer sobre su amiga, besándola suavemente ahora mientras tocaba con una mano su vulva.

Laura se había puesto muy cachonda viendo la escena, y no menos yo.Estaba muy húmeda y me tocaba mi pene erecto.Sin yo decir nada se acercó a mi entrepierna y metió mi verga en su boca, comenzando a chuparla lentamente mientras yo echaba para atrás mi cabeza sintiendo un placer inmenso.Los tres mayores nos miraron un poco riéndose y luego siguieron con lo suyo.

Laura no paraba de chupármelo y yo gozaba como nadie, temiendo que me corriera en su boca sin haberle hecho nada.Entonces le dije que parara, y me metí yo entre sus piernas, empezando a lamer su húmedo y sabroso coño adolescente.Sus jugos eran tan dulces y maravillosos que no pude evitar tragármelos, no sin antes saborearlos detenidamente en mi boca.Ella gemía, especialmente cuando la punta de mi lengua rozaba su hinchado clítoris por los lados y describía círculos alrededor de él.En su éxtasis me decía que me quería y que no parase.

Cuando llevaba ya unos minutos comiéndole su sexo y ella se había corrido una vez ya, empezando ya a sentir de lejos su segundo clímax.Me rogaba con una voz ahogada que me la follase, así que yo no la hice esperar y clavé mi duro pene entre sus piernas, sintiendo su estrechez y su calor internos.Mientras metía y sacaba mi órgano viril, ella gritaba ahogadamente, rodeando mi cintura con sus piernas suaves y apretándome más hacia ella.

Al cabo de unos instantes, el clímax se apoderó de su joven cuerpo e hizo que se quedara rígida, retorciéndose de gusto sobre la toalla.Yo llegaba también a mi orgasmo y, tan rápido como pude, saqué mi pene de su coño y exploté sobre su cuerpo.Los chorros de mi esperma llegaron a su cara, llenándola de líquido blanco, y también a sus tetas y barriga.Fue verdaderamente una corrida excepcional y ella la recibió con mucho entusiasmo, extendiendo mi blanco semen con una mano por su cuerpo.

Los dos levantamos la vista un momento y vimos cómo el incansable Julio estaba poseyendo a su mujer Delia, que estaba a cuatro patas con la cabeza entre las piernas de mi madre chupándole el coño.Los tres estaban jadeando y gimiendo, gozando de sus órganos de placer y sintiendo sus orgasmos acercarse cada vez más.Al final mi madre alcanzó su orgasmo, segregando sus jugos sobre la lengua de su amiga, y ésta última se corrió mientras su marido hacía lo propio sobre su espalda en varios espasmos que volvieron a soltar una ingente cantidad de líquido generador.

Los tres estaban exhaustos y no menos Laura y yo, así que todos nos quedamos dormidos placenteramente a la luz de la luna llena, sintiendo nuestros cuerpos juntos y rozándose.Todos teníamos nuestros órganos erógenos todavia algo húmedos y rojos de tanto follar y estábamos completamente satisfechos, había sido una noche memorable.​
 
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