¿que hace una mujer como tu en un infierno? 4 parte)

gross

Virgen
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Ene 2, 2009
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,Subí las escaleras y llegué al salón.YO mire atrás y vi el joven de la entrada se agazapo para mirar por debajo de la faldas mientras subía los escalones, yo sonrie , el dijo -tiene un buen culo ...fui al baño hice pis..y me limpie bien coño miré el cuarto de baño, con un bidet y todo estaba muy limpio.pues es lo primero que hago cuando llego a un hotel, todo estaba muy limpio.Al rato comencé a maquillarme vestirme , me puse Collar de Cuero para Sumisión
un exquisito collar de cuero liso en color negro, con interior forrado y costuras al tono. Un accesorio de lujo, con la palabra “slave” en letras metálicas decorando el centro del collar con una calavera , provisto de cierre ajustable mediante corchetes metálicos en la zona de la nuca. Una pieza ideal para prácticas de sumisión que tus esclavos agradecerán llevar puesta, me puse nerviosa y dudé si continuar, pero estaba muy excitada y eso me empujó a continuar.Cuando me baje el micro vestido y mi corazón latía a tope. Terminé de vestirme los pechos se salian al dar cada paso y me arreglé el pelo, me puse la peluca roja ,me maquille muy exageradamente ,me pinte los ojos y con un lápiz de labios de color rojo me pinte mis grandes labios de comepollas , me subi la falda y vi mi coño me lo depilado con el aro y tatuaje de una forma peculiar es como la marca del puticlub en forma la parte de la raja era parte central del la whore en ingles en español puta . Me miré en el espejo y me dije es una locura pero tengo que hacerlo para olvidar esta fantasía.Vi como la falda del vestido según ,si me movía las caderas mucho se me subía la falda hasta los labios del coño,resaltadas por mis largas piernas y las sandalias de tacón alto y por detrás al limite de las nalgas era un escándalo.Cuando bajaba por las escaleras me encontré a una pareja que subía y tuve que apartarme para dejarlos pasar. Ella era extranjera era brasileña y era muy atractiva. El recepcionista me miró con descaro cuando pasé por delante de él en dirección al bar, pero no me importó, pues estoy acostumbrada a que me miren los hombres de esa forma.El bar estaba bastante oscuro, iluminado con luces tenues y de color rojo pero se veía bastante bien. Era bastante grande, con una gran barra en forma de ele en una esquina y mesas pegadas a las paredes. En el centro había una pequeña En las mesas no había nadie, en la barra había dos grupos, bastante cerca uno del otro, hablando bastante alto. Me alejé cuanto pude y me senté de espaldas a ellos en un taburete. El camarero se acercó, le pedí una vodka con coca-cola y antes de que me la trajese se me acercó un hombre.
Lo miré sorprendida: era un hombre bastante guapo, de poco más de cuarenta años, no era muy corpulento, pero tenía unos brazos muy fuertes, y vestía con pantalón y camisa de zara.Las putas me miraba ,algunas eran unos bombones otras no alguna ,miraba desafiándome ,hasta el de la puerta era la esclava del VERDUGO.
él me miró de arriba abajo, especialmente abajo, pues la falda apenas me tapaba la raja. Cuando dejé el vaso en la barra él puso su mano en mi muslo ,después me medio los dedos en la raja y después cogió la cremallera y la bajo dejando mi pechos a la vista metio la mano dentro del vestido acariciando los pezones y ademas pellizcando los pezones erguidos,estirando los aros,de los pircing,y me preguntó:¿Cuánto el polvo?
Tardé unos segundos en reaccionar, él repitió la pregunta porque supuso que no le había entendido.Le dije que esperaba otro cliente y me fui a bailar a la pista de baile, con luces giratorias, pero a aquella hora no había nadie bailando.AL rato interrumpió un grupo de ALBAÑILES que entraron en el bar y se me acercaron. Eran cuatro .Dos eran jóvenes,uno era negro y alto como mi fantasía de unos treinta años y los otros dos pasaban de cuarenta. No era necesario animarlos porque ya venían animados, pero mi compañera, los provocó de palabra —preguntándoles si nos iban a echar un polvo— y con hechos —pues, como llevaba una minifalda de vértigo y un vestido escandaloso y estaba sentada en el taburete, todos se nos veían las raja abierta , y a uno de los hombres, el que se veía más lanzado, le tocó el paquete. Yo apenas hablaba y el más descarado de los cuatro me preguntó si el gato me había comido la lengua, mi compañera salió en mi defensa y dijo que era tímida, y entonces el hombre se acercó a mi y metió su mano entre mis piernas. Cerré las piernas pero sentí el roce de sus dedos en mis interior. - Abre las piernas. – me dijo el hombre en tono casi amenazador. Abrí un poco las piernas, lo suficiente para que pudiese tocar un poco y cuando lo hizo le dije: soy la esclava del VERDUGO, se marcharon al paso ligero,vino PABLO con las ordenes del verdugo y un amigo no te cortes, déjalo, sigue restregándote el coño contra la
colcha, ¿te da gusto?
¡Pero tú siguenos, no te preocupes ,me llevaron a un reservado redondo con barra americana , con sofa redondos y con seis hombres con mascadas semi desnudos
–Por favor –dirigí la cabeza en dirección a su voz e insistí
por última vez, al borde de las lágrimas–, por favor,En cuanto entramos en la reservado, el mayor de los dos, metió la mano debajo de mi falda y tocó mi coño desnudo , Lo aparté suavemente y me pagaron 250 euros le dije que me no pagasen. Me dieron el dinero y me dijo a las putas siempre las pagamos..., volvió a meter la mano en mi coño.
Pablo, por favor...quiero marchame os lo ruego,EL VERDUGO que pague la puta
Entonces, unas manos me aferraron con violencia por
la cintura y me dieron la vuelta en el aire.me quitaron el vestido, quede desnuda delante de esos cerdos, Sus dedos se
hundieron de nuevo en mi cuerpo y me atrajeron deprisa
hacia delante. Cuando por fin empezó a penetrarme, volvió
a decirme que me quería follar a la puta . Lo repitió varias veces, en
, mientras me conducía hasta mi propia aniquilación. Pero ellos aún no tenían bastante.Me penetraron por turnos, a intervalos regulares, uno
tras otro, de forma sistemática y ordenada. Después, el que
amigo, Le pedí que me sujetara, porque las piernas
me temblaban, y lo hizo, me ayudó a caminar unos
pasos y entonces escuché la voz de Pablo, quédate ahí, me
dijo Él era el único que había hablado todo el tiempo, el
otro aún no había despegado los labios, y yo seguía sin
verle, presentía que si el placer no hubiera sido tan intenso ya
me habría estallado la cabeza de dolor.
Pablo se colocó detrás de mí y me ató las manos.
–Súbete encima de él.
Sus brazos me guiaron, me arrodillé primero encima
de lo que supuse que era una especie de chaise longue corta
y muy vieja, tapizada de cuero oscuro, procedente del
mobiliario del viejo puticlub. El desconocido
me cogió por la cintura y me situó encima de sí.
Una de sus manos sostuvo su sexo mientras con la otra me
ayudaba a introducirme en él. Luego, ambas recorrieron
mi cuerpo durante un breve, brevísimo período, tras el cual
hicieron presa en mi trasero, amasando ligeramente la carne
antes de estirarla para franquear un segundo acceso a
mi interior. Estás muy cachonda. – me dijo al notar la humedad de mi sexo.
Vaya, esta noche vamos a tener un fin de fiesta de gala,
pensé, mientras me admiraba de la tranquila naturalidad
con la que ambos, Pablo y el otro, se repartían mi cuerpo uno coño el otro culo
a partes iguales, como si estuvieran acostumbrados a compartirlo
todo. Y enseguida fui penetrada por segunda vez.
El cuerpo del desconocido se tensó debajo de mí, sus
manos modificaron mi postura, me obligó a tumbarme
encima de él al tiempo que levantaba mis brazos para que
apoyara las manos en el respaldo. Luego se quedó quieto.
Sólo entonces Pablo comenzó a moverse, muy despacio
pero de forma muy intensa a la vez. Sus acometidas me impulsaban
contra el cuerpo del otro hombre, que me alejaba
después de sí, las manos firmes en mi cintura, para facilitar
un nuevo comienzo, y mientras el ritmo de la penetración
se hacía cada vez más regular, más fácil y fluido, advertí
que mi anónimo visitante abandonaba su pasividad inicial
para elevar todo su cuerpo hacia mí, de forma casi imperceptible
al principio, con progresiva nitidez después,
aunque siempre con suavidad, acoplándose sin dificultades
a la frecuencia que Pablo marcaba desde atrás. Sus
sexos se movían a la vez dentro de mí, y yo podía percibir
la presencia de ambos, sus puntas de las pollas erectas , se tocaban, se rozaban através de lo que sentía como una débil membrana, un leve
tabique de piel cuya precaria integridad parecía resentirse
con cada contacto, y hacerse más delgado, cada vez más
delgado. Me van a romper, pensaba yo, van a romperme y
entonces se encontrarán de verdad, . Al sentirla entrar creí tener un orgasmo, pues un escalofrío recorrió mi espalda. el uno con el otro, me
lo repetía a mí misma, me gustaba escuchármelo, van a
romperme, qué idea tan deliciosa, la enfermiza membrana
deshecha para siempre, y su estupor cuando adviertan la
catástrofe, sus extremos unidos, mi cuerpo un único recinto,Sentía mi raja completamente abierta y mi vagina palpitando.
- Seguimos. – me dijo y comenzó a moverse del mismo modo. Cerré los ojos y volví a gemir de placer
uno solo, para siempre, me van a romper, seguía pensándolo
cuando les avisé que me corría, no solía hacerlo
pero aquella vez la advertencia brotó por su cuenta de mis
labios, me voy a correr, y sus movimientos se intensificaron,
me fulminaron, no fui capaz de darme cuenta de nada
al principio, luego noté que debajo de mí el cuerpo del
desconocido temblaba y se retorcía, sus labios gemían, sus
espasmos prolongaban mis propios espasmos, entonces,
desde atrás,Y volvió a metérmela hasta el fondo de tu bonito culo , martillaba mi ano ,ademas sus huevos chocaban con nalgas , se corrio dentro de mis entrañas sentía la leche caliente en mi interior, mi agujero quedo lleno de semen saliendo a borbotes. Entonces el compañero se subió encima sofa, se sentó a horcajadas sobre mi pecho y puso su polla sobre mi boca. una mano arrancó el pañuelo que me tapaba los
ojos, pero no los abrí, no podía hacerlo todavía, no hasta
que Pablo terminara de agitarse encima de mí, no hasta que
su presión se disolviera del todo.
Después permanecimos inmóviles un momento, los
tres, en silencio.
 
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