Por accidente con mi hermosa tÃ*a

roman74

Pajillero
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Continuando el ritual de las descripciones: soy de la Ciudad de México, diré que tenÃ*a en ese entonces 25 años, soy blanco de 1.73 mts. aproximadamente, robusto, blanco. Nada cachondo, sin embargo, mi primera experiencia con una madura cambió mi forma de ver a las mujeres adultas, en especial a las casadas. Respecto de ella, es una tÃ*a mÃ*a, de 34 años, 1.65 mts. de altura, buen cuerpo, pero sobre todo (claro, me fije en todo ello después de lo que pasó) de duros y grandes senos, con una cadera impresionante, con unas nalgas durÃ*simas, bien formadas y grandes. Incluso sus piernas son una delicia, por lo bien tornadas que son. Su piel es blanca. Ella es de carácter muy serio.

Hubo una fiesta familiar en casa de unos tÃ*os. Avanzada la noche, cerca de las 12:00 pm, la mayorÃ*a ya estaban cansados y bebidos. Los señores de la familia se habÃ*an puesto una buena borrachera, y se encontraban en el patio de la casa, con la idea de seguirse con la música bohemia y su noche de alcohol.

El resto se habÃ*an acostado ya, por eso las luces se encontraban apagadas y solo la penumbra era cortada por el breve reflejo de la luz de afuera. Faltábamos unos pocos por acostarnos, y como habÃ*an pocas camas, todo el mundo se encontraba distribuido en camas distintas, en unas mis tÃ*as, mis primas, mis primos, mis sobrinos y sobrinas. Hasta en el suelo habÃ*a gente.

Yo no tardo ni perezoso me escogÃ* uno de los últimos lugares, al lado de una ventana, cerca de unos sobrinos pequeños. Me cubrÃ* con las frazadas que encontré cerca e intenté dormir. Estaba en eso, cuando decidÃ* quitarme la casaca que llevaba (además tenÃ*a un pantalón deportivo "pants"). Apenas me acomodaba y me dominaba en sueño, cuando siento que alguien se recuesta a mi lado izquierdo –yo me encontraba boca arriba-. Y se acomoda, sin llegar a tocarme. No sabÃ*a quién era ni me importaba en lo más mÃ*nimo, sino recuperarme del cansancio de tantas emociones del dÃ*a.

De pronto, me muevo inconscientemente hacia su lado, mi lado izquierdo. Y siento que me jalan las frazadas, seguramente sintió frÃ*o, o no alcanzó alguna para cubrirse. Me doy cuenta que es mi tÃ*a Andrea y, entonces sucedió que sentÃ* su espalda a la altura de mis piernas, ya que yo me encontraba en una posición más arriba de su cabeza. La posición de mis partes nobles pegadas a su espalda, me hicieron sentir de inmediato una corriente eléctrica. Ella ni lo notó, creo yo. Pues sentÃ*a su respiración muy acompasada y normal. Su respiración, es decir el movimiento, fue el que me erizó la piel. Sentir su movimiento natural de respiración en mi cuerpo fue lo que me excitó. De poco a poco tuve una erección. No lo podÃ*a ni querÃ*a evitar, era una sensación muy placentera. Aún, a pesar de su delgada blusa y de mi pantalón pants. Entonces sucedió que en forma inconsciente empecé a frotarla con mi pene semi-erecto (que por cierto de de tamaño normal, unos 15 centÃ*metros). Ella ni se inmutaba, sin embargó empezó a respirar un poco más profundo. Poco después de unas 40 o 50 frotadas, me estaba mojando con mi lÃ*quido pre-seminal. Y me decidÃ* a ser más osado. Mis manos que estaban debajo de las frazadas cerca de mi pecho, las bajé muy cuidadosamente para liberar a mi pene, bajé mi pantalón hasta mis rodillas, y le subÃ* poco a poco la blusa, para que quedara al descubierto su espalda. Como yo me habÃ*a retirado del contacto con ella, no sabÃ*a como podÃ*a reaccionar, asÃ* que con el corazón en mi garganta por el morbo, le acerqué mi pene de nuevo, pero ya tocaba su piel mi piel. Calientes ambas. Incluso sentÃ* o asÃ* me pareció sentir, que su piel se erizaba.

En ella lo único que noté fue que respiraba más profundo que antes, e intuÃ* que le estaba gustando. Después de alrededor de una media hora, de múltiples y mojados movimientos, sentÃ* que se mojaba su espalda. Su respiración era agitada y profunda ahora. SeguÃ* mis movimientos, pero ya mi cadera se presionaba en ella como queriendo atravesarla, le movÃ*a mi cadera como si realmente me la estuviera follando.

Hasta que finalmente sentÃ* que mi orgasmo llegaba…no sabÃ*a que hacer, si retirarme para no salpicarla…arrojar mi semen en mis manos….o quedarme ahÃ* donde estaba y llenarle mi espalda de mi semen (imaginen la cantidad de semen que le arrojarÃ*a, pues mi última relación sexual habÃ*a sido hacÃ*a unos dos o tres años).

Eso estaba cuando, por su respirar casi como si "roncara" bajito, me alentó a hacerlo sobre su espalda. No saben cuanto placer y cuanto semen arrojé. Ella al sentir mi descarga y los movimientos de mi orgasmo, se volteó ligeramente boca abajo, pero aún dándome la espalda. Sujeto ya por el placer, me aventuré a acomodarme tras sus nalgas, despacio hasta quedar cómodamente junto a ellas. Aún a través de la tela de su falda, sentÃ*a que eran enormes y firmes.

Le fui levantando delicadamente como pude la falda hasta su cintura. Su respiración era agitada, pero profunda. Ella seguro sentÃ*a mis dedos recorrer sus piernas en mis suaves movimientos. Yo al rozarla, sentÃ*a su piel muy suave y su cuerpo con un calor especial.
Ya habÃ*a logrado subirle la falda, pero aún faltaba su tanga. Que por cierto era diminuta.
QuerÃ*a quitársela, bajársela o en última opción solo moverla para que me dejara llegar a donde mi excitación me querÃ*a llevar.

Quise también sujetar sus nalgas con mis dos manos y poseerla como loco. Pero pude dominarme y decidÃ* bajar solo lo que pude su tanga. Casi toda se la bajé, y entré en acción…le acerqué mi pene realmente erecto. Primero a lo largo de la raya que forman sus nalgotas, para también poder recargarle mis huevos que hervÃ*an. Lo hice, y su respiración se volvió agitada de inmediato. SentÃ* plenamente como las apretaba en forma involuntaria al sentirme detrás de ellas.

Se empezaba a mojar con mis lÃ*quidos, y "roncaba" un poco más fuerte pero sin agitarse. Entonces, decidÃ* instintivamente llevar mi brazo derecho hacia su pecho. QuerÃ*a sentirlos y acariciarlos. Al hacer esto, sin quererlo movÃ* mi cadera y mi pene se fue alojar entre sus nalgas, cerca de un agujero. Ella, casi como reflejo, se pegó a mi cuerpo y aprisionó mi pene con cierta dureza. Como queriendo provocarlo. Lo soltó y se relajaron sus nalgas. Mi rodilla derecha se encontraba encima de sus piernas, por lo que supuse que era la hora de intentar penetrarla. Mi mano se deslizaba sobre su seno derecho, yo lo rondaba con las yemas de mis dedos. Pero noté como tenÃ*a duro su pezón. De atrás, su sujetador se habÃ*a manchado de semen, asÃ* que al soltarlo me humedecÃ* un poco las puntas de mis dedos. Y use mi mano donde estaba antes. Ahora, seguirÃ*a levantándole su blusa por enfrente.


Mi pene me punzaba y se movÃ*a como con vida propia. Y lo fui guiando poco a poco al agujero. La cabeza de mi pene se encontró con él, y entró con cierta facilidad. Yo me sentÃ*a en la gloria, como si cargas eléctricas recorrieran desde mi cerebro hasta mis piernas. Aquel hoyo era su ¡¡¡ ano !!!. Estaba bastante mojado, y mi pene se deslizaba como pez en el agua. Ella ya roncaba más fuerte. Ese roce me hizo más osado, asÃ* que metÃ* mi mano por debajo de su sujetador y aprisioné inmediatamente su pezón. En eso, decidÃ* hundir más mi pene en su ano, querÃ*a sentir más sus nalgas duras y calientitas. Pero al penetrarla más, ese placer no se comparaba. Estaba riquÃ*simo. La empecé a bombear muy despacio, ella "roncaba" y "roncaba". Mis dedos mojados jugaban con su pezón, se lo jalaba, se lo apretaba…

Los giros de mi cadera en las penetraciones me llevaban a otro orgasmo, y quise penetrarla con todo mi pene hasta el fondo. Lo hice despacio, yo sentÃ*a como apretaba sus nalgas y aflojaba después, asÃ* varias veces…Ya la estaba mojando toda por dentro, y se escuchaba ligeramente el chasquido de nuestros jugos. Entonces irremediablemente me llegaba el orgasmo…Acerqué mi boca a su cuello, y empecé a besárselo y a pasar mi lengua por él. Ella giró su cabeza para dejar su oreja para mÃ*. Le metÃ* mi lengua en su oreja, la comÃ*a. Y se empezó a convulsionar, le llegó su orgasmo, apretó su cuerpo y se hacÃ*a hacia atrás con fuerza, queriendo hundirse mi pene hasta el fondo. Se levantó ligeramente sobre su brazo izquierdo y movió en cÃ*rculos y hacia atrás su trasero. Yo aproveché el movimiento para pasarle mi brazo izquierdo por debajo de su cabeza, para estar más cómodo y poder también alcanzar su seno izquierdo. Después de 3 o 4 movimientos que ella hizo iguales, yo me vine….y al hacerlo, le aprisioné por debajo de su blusa y sujetador el pezón de su seno izquierdo. También le toqué con mi mano derecha la pelambrera de su vagina.

Empujé como Ustedes no saben. ParecÃ*a que la iba a atravesar. Entonces se relajó y se recostó de nuevo tal como antes. Yo ya metÃ*a dos dedos de mi mano derecha en su vagina y jugaba con mi pulgar en su clÃ*toris. Estaba mojada, ahora querÃ*a penetrarla por su vagina. Me bajé un poco y enfilé mi pene hacia su entrada. Ella al sentirla cerca, "roncó" más fuerte. Su respiración era agitada. AsÃ* que me apresuré, no querÃ*a que alguien se diera cuenta, o que ella se "despertara".

Al hacerlo, la cabeza de mi pene sintió una prisión que es inenarrable…Un placer infinito…Yo querÃ*a jugar un poco, asÃ* que sacaba y metÃ*a la punta muy despacio y moviéndola en cÃ*rculos. Ella me mojaba con su lengua mi mano izquierda, que a su vez estaba jalando su pezón izquierdo. Mi mano derecha jugaba con su clÃ*toris. Y mis huevos gozaban con el roce de ese gran culazo…Me atrevÃ* aún más a subir mi mano derecha y meter mis dedos en su boca, jugué con su lengua un rato, jugué con sus labios y ya mojados los llevé a su clÃ*toris. AbrÃ*a sus labios vaginales una y otra vez, mientras rozaba con mi pulgar su clÃ*toris, después lo apretaba con las yemas de mi mano. Y empujé de pronto todo mi pene dentro de ella como para darle la sorpresa. Y sucedió que ella se empujaba hacia atrás, girando como batidora sus nalgas y cadera. ParecÃ*a que a ella le estaba gustando tanto como a mÃ*. "Roncaba" como cuando yo escuchaba a los ancianos al dormir. Mi bombeo era ahora profundo e incesante –debo decirles que tras el primer orgasmo, normalmente suelo tardar de dos a tres horas por lo menos en alcanzar el segundo, pero ahora me habÃ*a tocado diferente- intenté concentrarme y darle y darme a mÃ* el mayor tiempo de placer posible.

Ella movió su mano derecha hacia mi trasero, lo tocaba, lo pellizcaba, lo empujaba para que me la cojiera al ritmo que ella marcaba: lento, en cÃ*rculos a veces, y en otras en mete y saca, en otras rápido y frenético. Ya estábamos chorreando bastantes jugos y se oÃ*a vagamente nuestro juego erótico. Ella tuvo asÃ* otros 3 orgasmos…Hasta que la luz del amanecer nos sorprendió, ya se veÃ*a a través de la ventana el amanecer. Afuera las cosas seguÃ*an igual, las risas y la música eran constantes. Ese bullicio nos ayudaba a esconder nuestro placer.

Ella parecÃ*a que habÃ*a perdido la iniciativa, incluso pensaba que se habÃ*a quedado dormida después de su último orgasmo. Ya no roncaba, respiraba normal. No se movÃ*a nada. Pero yo penetraba de mil formas diferentes su vagina, movÃ* con distintos ritmos mi cadera, seguÃ*a acariciando su seno izquierdo con mi mano izquierda, mientras que con la derecha seguÃ*a jugando con su clÃ*toris y sus labios vaginales. Mi pierna derecha ya estab completamente sobre las piernas de ella.

Le habÃ*a preparado un festÃ*n final, un postre que pensé que le irÃ*a a fascinar…Cuando sentÃ* que por fin se acercaba mi orgasmo, le metÃ* dos dedos junto a mi pene en su vagina. Ella entonces, empezó a "roncar" de nuevo, pero fuerte. Incluso uno de sus pequeños hijos que dormÃ*a junto a nosotros quiso despertar. Saqué mis dedos de su vagin y los llevé a su boca, ella los chupaba como si fueran un caramelo. De ahÃ* luego los pasé a su ano, le metÃ* tres dedos mientras bombeaba sin cesar su vagina….y los movÃ*a…hasta que me viene con chorros dentro de ella, y se movÃ*a entregándose hacia delante…hacia atrás….Saqué mis dedos de su ano, y los llevé a su boca, ella los lamÃ*a y mordÃ*a, le pellizque sus nalgas, las acaricié, las apreté…le tomé la oreja con mis dientes y le metÃ*a la lengua. Por último le sujeté la cadera y la bombee un rato muy pequeño más. Pero era ya suficiente….

Me retiré y me acomodé ya despreocupado la ropa y me dormÃ* boca abajo.
De dÃ*a, cuando todo mundo ya despertaba, ella se levantó y casi me patea al hacerlo. Lo que me hizo despertar por completo. Pero no me destapé ni voltee boca arriba.
Entonces ella salió a la cocina, a prepararse algo, imagino que café porque asÃ* olÃ*a poco después. A mÃ* me atrapó el sueño de nuevo, y pasó que escuché después voces con ella. Una de ellas era de mi tÃ*o, su esposo. Ella levantó la voz, como sorprendida y le preguntó: ¡¡¡¿entonces te amaneciste emborrachándote allá afuera con tus compadres?!!!...
Me levanté rápidamente preocupado, pensé que se irÃ*a a quejar con él….Entré a la cocina, saludé a todos, mientras que el esposo de mi tÃ*a se disculpaba, le dijo: disculpa mi amor, no lo vuelvo a hacer, en tono meloso.
Entonces ella, elevando la voz orgullosa y mirándome de reojo le dijo: ¡¡¡Hombre, no te preocupes, te lo merecÃ*as….además, yo he dormido como toda una reina!!!.

He de decirles por último que no lo volvÃ* a ver hasta medio año después, pero ese es otro capÃ*tulo que contaré en otra ocasión.
 
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