Todo comenzó un d�*a de primavera, mi hermano mayor y yo ten�*amos d�*as libres y mirando a mis padres dijimos: Oye! Preparamos la mochila y nos vamos de escapada unos d�*as, vale?.
Los dos se quedaron sin saber que decir y mi hermano, con su poder de persuasión, con dos palabras que les dijo, dieron su aprobación. As�* que después de cenar, los dos preparamos las mochilas y pusimos el despertador a las nueve de la mañana para salir de viaje, sin saber bien qué rumbo tomar.
Cuando nos montamos en el coche mi hermano propuso ir a una ciudad cercana, ten�*a fama y él quer�*a descubrirla, as�* que yo asent�* y el comenzó a conducir. Tengo suerte de que a mi hermano le guste la misma música que a m�*, ya que pusimos el l portacd’s y estuvimos todo el camino hablando y cotilleando sobre nuestra escapada y nuestros amigos. Hay que decir que yo tengo 18 años y no es que sea una chica guapa, pero s�* resultona, mi hermano es cuatro años mayor que yo, y fue por eso que mis padres no pusieron ninguna objeción a nuestra escapada.
Cuando llegamos a la ciudad, tan sólo nos interesó uno de los parajes y tras estar horas en él y comer en un parque cercano, empezamos a dar vueltas con el coche para encontrar algo que nos agradase, pero con los datos que nos hab�*an dado en la oficina de información tur�*stica, siendo que marcaron lo más interesante, nada hizo que nos quedásemos a pasar la noche all�*. Mi hermano me miró y propuso probar suerte en otra ciudad, para ver si encontrábamos algo que nos llamara la atención. Acepté ya que era una escapada rápida y era él el que conduc�*a, con lo que casi mandaba en la expedición.
Cuando �*bamos de camino, sin contar que nos perdimos gracias al mapa poco actualizado que llevábamos como ayuda, nos dimos cuenta que ya era muy tarde y que nos vendr�*a justo encontrar un hotel con habitaciones libres, as�* que nada más llegar dimos con la estación de trenes, bajé del coche mientras él esperaba y me dirig�* a las taquillas para pedir información sobre hoteles y preguntar dónde se encontraba la oficina de información tur�*stica. Muy amables me dieron un plano de la ciudad y me dijeron dónde estaba la oficina, as�* que como ten�*a que andar unos diez minutos, llame al móvil de mi hermano para que no se alarmara y comencé a andar. Me gustó el ambiente de la ciudad, ya el d�*a estaba desapareciendo pero se respiraba tranquilidad... a paso rápido llegué a la oficina que estaban a punto de cerrar y cuando entré preguntando por cosas de interés y sobre todo por un hotel donde poder alojarnos, la chica abrió sus ojos como platos.
- ¿Aún no tienes sitio donde dormir ?.
Yo asombrada contesté
- No, estamos mi hermano y yo y acabamos de llegar a la cuidad, pero contábamos con que al ser miércoles, no habr�*a problema en encontrar algo.
- De normal no lo habr�*a, pero estamos en plena feria y está todo abarrotado, no creo que a estas horas lleguéis a encontrar algo, pero... mira, todas las que tenemos nosotros, sé que están al completo, hay una pensión, que es nueva, y aún no está en los listados, esta mañana ten�*a habitaciones, pero ahora no puedo decirte que todav�*a las tenga... de todas formas... toma, esta es la dirección, está al lado de la estación de autobuses. (Y marcó el lugar con un rotulador en el mapa que ella me dio junto con la información tur�*stica).
- Vale, gracias, muchas gracias.
Y me marché pensando que esa noche tendr�*amos que dormir en el coche.
Cuando llegué al coche, le comenté a mi hermano lo ocurrido, me miró y dijo:
- Nena, hoy dormimos en el coche.
Y empezó a re�*rse mientras encend�*a el auto para ir en busca de la estación de autobuses. La encontramos rápido, aparcamos y llegamos a la pensión. Le preguntamos si todav�*a ten�*a habitaciones libres y la encargada dijo que solo le quedaba una doble. La acompañamos hasta ella y abrió la puerta, para nuestro asombro era doble, pero de matrimonio, los dos nos miramos y yo le hice un gesto a mi hermano de aprobación, as�* que sin más le dijo que nos la quedábamos. Ten�*amos que pagar por adelantado, le dimos los billetes y bajamos a por las mochilas.
- Al menos no dormimos en el coche, tú tienes que estar agotado de tanto conducir.
- No creas, pero s�* que agradeceré dormir en una cama y no en el asiento del coche.
Los dos sonre�*mos, subimos las mochilas y volvimos a bajar para ir a cenar algo. Encontramos, gracias a las indicaciones de nuestra encargada, un restaurante. La mujer debió de creer que éramos novios porque el restaurante estaba totalmente diseñado para cenas románticas, al menos eso nos pareció a nosotros al ver las mesas llenas de parejas haciéndose carantoñas, nos hizo gracia la situación y entramos a cenar. La verdad es que no ten�*amos mucho apetito pero por la pinta que ten�*a la comida de las mesas contiguas pedimos buenos platos de comida. Como no, la cena fue con vino y entre platos, risas y comentarios de lo acaramelados que se ve�*an a otras parejas, nos bebimos tres botellas de vino. La cena, con todo lo que fue, nos salió barata y al salir, decidimos ir a ver un parque que la propia mujer de la pensión nos hab�*a indicado. La señora sab�*a bien donde nos mandaba, estaba lleno de escondrijos donde si te fijabas, pod�*as ver parejas magreándose.
Los dos �*bamos algo tocados por el vino y empezamos a espiar, como niños, a otras parejas, nos lo estábamos pasando en grande pero ten�*a calor y ganas de darme una ducha. Se lo comenté a mi hermano y dijo que él también ten�*a ganas de ir a la habitación, as�* que volvimos a la pensión que, entre risas y eses que marcábamos al andar, nos costó bastante llegar. Cuando subimos, yo le dije que me iba a la ducha, cog�* la toalla del baño y la saqué a la habitación, as�* que él entro para orinar, mientras yo me estaba desnudando, dejé mi ropa organizada en el escritorio que hab�*a junto a la televisión y dejé el sujetador doblado como de costumbre (es algo que no he visto hacer aún a ninguna chica cuando se echa a dormir, y es doblarlo como si estuviese de exposición, metiendo una copa en otra y rellenándolas con los tirantes, quedando as�* totalmente la forma de la teta cuando llena el sujetador) me até la toalla y me fui para el baño, mi hermano entonces salió y fue a encender la televisión.
Cuando sal�* de la ducha, él volvió al baño diciendo que le hab�*a entrado calor también, echó la culpa al vino cosa que no me extraño hasta que no me acerqué a la tele y me fijé en el sujetador, no estaba como yo lo hab�*a dejado, ten�*a la forma de una mano en la copa, con lo que estaba claro que mi hermano hab�*a posado all�* su mano para ver cuáles eran las dimensiones de mis pechos. No le di importancia, tal vez lo único que hab�*a sentido era curiosidad, de todas formas, él era un hombre y yo una mujer. Cuando salió del baño, acababa de ponerme el camisón que más bien pod�*a llamarse camiseta larga, él me miró y dijo:
- Pod�*as liarte un cigarro mientras yo me seco. (fuma tabaco de liar)
- Solo si recoges tú las toallas.
El asintió, as�* que cog�* el chocolate, el papel, el cigarro y el mechero y me senté en la cama para liarlo.Él se secó, se puso el calzoncillo, metió las toallas al baño y se sentó en el suelo, enfrente de m�*. Lo noté nervioso y fue justo cuando me dijo
- ¿Cuándo me vas a dejar probar ese... pitillo ?.
- Cuando esté terminado, y tranquilo que serás el primero en hacerlo.
Me estiré un poco y le alcancé su tesoro junto con el mechero, él sólo sonre�*a y miraba nervioso a diferentes lugares de la habitación, no entend�* la situación hasta que, cuando le miré a los ojos, vi que su mirada estaba centrada en mi entrepierna. Recordé que no me hab�*a puesto bragas y que su nerviosismo estaba en que mi posición de piernas abiertas le estaba enseñando mi cueva, pero no hice movimiento, no quer�*a que él se diese cuenta de que yo ya sab�*a qué era lo que ocurr�*a. Seguimos hablando, él cada vez se met�*a más conmigo, siempre nos hemos llevado bien y sabe qué decirme para picarme, y la verdad es que lo estaba consiguiendo. No recuerdo bien qué fue lo que me dijo, pero acto reflejo fue abalanzarme sobre él para empezar una de nuestras peleas salvajes, los dos nos estábamos riendo mientras yo estaba sobre él, con unos cuantos movimientos, mi camiseta se hab�*a subido hasta mi cintura y mi hermano, sin hacerlo con esa intención (pues lo vi en su expresión) me agarro por los muslos, pero un poco más alto, con lo que estaba acariciando mitad de mi culo y al notar que solo era piel y no tela quitó las manos y se puso un poco más serio.
- Lo siento
- No, perdona, lo siento yo, es que as�* estoy más cómoda, pero si quieres me pongo unas bragas ahora mismo.
- No, ponte todo lo cómoda que quieras
Y sin más dijo que ten�*a sueño y que ser�*a mejor echarse. Yo asent�* y me met�* a la cama colocando bien mi camisón corto. La situación era extraña, los dos estábamos algo turbados por el alcohol, pero hab�*amos sentido lo mismo cual el rozaba mi piel. Creo que quedé dormida gracias al vino porque ni recuerdo como mi hermano se metió a la cama, pero sé que desperté y ten�*a el brazo de mi hermano sobre mi cintura, como abrazándome y su cuerpo pegado al m�*o. No me mov�*, la verdad es que me sent�*a bien y protegida. Unos minutos después, yo segu�*a despierta, noté como algo crec�*a entre mi hermano y yo, era su pene, que estaba poniéndose erecto, deb�*a de estar teniendo un buen sueño. A m�* me gusto esa sensación y me mov�* un poco para pegar mi culo a su miembro, me mov�*a suavemente, frotaba su dureza por mi culo y eso me produc�*a un placer que me ped�*a más y más. El segu�*a durmiendo, con su pene erecto y yo decid�* aventurarme un poco más, como pude, abr�* un poco mis piernas y elevé un poco mi cuerpo para que su verga quedase justo rozando mis labios, yo estaba desnuda y lo sent�*a bien, y aunque era mi hermano, me estaba excitando mucho. No quer�*a que él despertara, seguro que pon�*a el grito en el cielo, pero yo me estaba proporcionando un placer que poco a poco hizo que mis movimientos fueran más descarados. Casi sin darme cuenta, yo estaba ya alcanzando mi primer orgasmo cuando noté que su mano se acercaba sigilosamente a mi pecho y lo acariciaba, todav�*a sobre mi camiseta, jugó con mi pezón de tal forma que no pude aguantar más y explote, entonces mi hermano dijo:
- Nena, ¿Quieres sentir todav�*a más placer?.
- ¿Todav�*a más? - alcancé a preguntar.
- Si, a no ser que te importe que seamos hermanos.
- Soy virgen, dije con boca pequeña.
- No te preocupes, quien mejor que alguien que te quiera como yo lo hago.
Y empezó a mover, ahora el su verga entre mis piernas, rozando con mis labios.
- La verdad es que deseo sentir eso dentro de m�*.
- ¿Estas segura ?
Sin responder me giré y le di un beso en la boca con lo que el abrió la suya y empezó a jugar con su lengua de una forma que nunca nadie hab�*a jugado. Me gustaba esa situación y el poco efecto que me quedaba del vino hac�*a que aún la disfrutase más, él comenzó por quitarme con arte la camiseta, ya éramos dos cuerpos desnudos dispuestos a proporcionarnos placer, a realizar un acto del que siempre nos hab�*an hablado mal, pero que los dos en esos momentos, deseábamos realizarlo. Besó mis pechos mientras con sus manos recorr�*a toda mi figura, estaba encima de m�*, por lo que yo le dejaba hacer, sab�*a que mi hermano iba a hacerme sentir algo que todav�*a no conoc�*a y que seguro iba a gustarme. Fue bajando su boca hasta llegar a mi entrepierna, la cual abrió con cuidado, y metió su cabeza entre mis muslos, yo estaba en la gloria, no quer�*a que eso terminase nunca, mi hermano empezó a pasar su lengua por mis labios, jugando después con mi cl�*toris, hasta que llegó a penetrarme con su lengua, un torbellino dentro de m�*, yo no sab�*a cómo moverme, el placer que me daba esa lengua, nunca lo hab�*a conseguido con mis t�*midos dedos, y no quer�*a que parase, me sorprend�* a m�* misma al poner mi mano sobre su cabeza, haciendo que entrase más, y entonces salieron los chorros tan esperados por mi hermano.
- ¿Te ha gustado pequeña ?
Casi no pod�*a ni hablar, solo dije un suave "mucho".
- Pues eso no es nada mi nena, hoy vas a saber lo que es hacer el amor y te va a encantar. ¿Estás con la p�*ldora, verdad ?.
- Si
- Entonces no te preocupes por nada y disfruta al máximo, vas a ser m�*a al completo, sabes que te quiero mucho pequeña, no te preocupes.
- No hables más, quiero sentir otra vez lo mismo que antes.
Y mi hermano empezó de nuevo a besarme todo el cuerpo, acariciando cada una de mis partes y noté como la cabeza de su verga entraba suavemente por mi cuevita, casi sin empujar.
- Nena, puede que al principio sientas dolor, pero no será nada, enseguida esa sensación terminará, ¿Quieres que continué ?- Si, por favor... continúa.
Y con mucho cuidado, pero empeño, me penetró, ten�*a razón, iba a dolerme un poco, pero con cuidado fue sacando y metiendo su cachito mientras yo iba sintiendo aquel placer que hac�*a que mi respiración se entrecortara. Siguió as�* unos minutos y acabó corriéndose dentro de m�*, yo cuando sent�* su leche caliente en mi interior alcancé mi tercer orgasmo de la noche, no quer�*a que saliese, me estaba gustando aprender de mi hermano, deseaba que continuara, pero ya estaba muy cansada. Y sacando su herramienta de mi caja dijo:
- Nena, creo que por hoy ya vale, mañana si quieres, podemos cambiar de posición, podrás hacerme lo que tú quieras.
Solo respond�* con otro beso apasionado y me volv�* a poner en la posición principal, de espaldas a él, mientras me abrazaba y notaba su bulto en mi culo.
El viaje fue el mejor que he tenido en mi vida y cuando podemos, hacemos escapadas de ese tipo, solo es entonces cuando nos damos placer, parece ser que estar en otras ciudades nos ayuda a actuar como, según muchas personas, no deber�*amos, pero que a m�*, me encanta. Descubr�* muchas cosas con él y la única forma que tengo de agradecérselo, es seguir viajando de vez en cuando.
Los dos se quedaron sin saber que decir y mi hermano, con su poder de persuasión, con dos palabras que les dijo, dieron su aprobación. As�* que después de cenar, los dos preparamos las mochilas y pusimos el despertador a las nueve de la mañana para salir de viaje, sin saber bien qué rumbo tomar.
Cuando nos montamos en el coche mi hermano propuso ir a una ciudad cercana, ten�*a fama y él quer�*a descubrirla, as�* que yo asent�* y el comenzó a conducir. Tengo suerte de que a mi hermano le guste la misma música que a m�*, ya que pusimos el l portacd’s y estuvimos todo el camino hablando y cotilleando sobre nuestra escapada y nuestros amigos. Hay que decir que yo tengo 18 años y no es que sea una chica guapa, pero s�* resultona, mi hermano es cuatro años mayor que yo, y fue por eso que mis padres no pusieron ninguna objeción a nuestra escapada.
Cuando llegamos a la ciudad, tan sólo nos interesó uno de los parajes y tras estar horas en él y comer en un parque cercano, empezamos a dar vueltas con el coche para encontrar algo que nos agradase, pero con los datos que nos hab�*an dado en la oficina de información tur�*stica, siendo que marcaron lo más interesante, nada hizo que nos quedásemos a pasar la noche all�*. Mi hermano me miró y propuso probar suerte en otra ciudad, para ver si encontrábamos algo que nos llamara la atención. Acepté ya que era una escapada rápida y era él el que conduc�*a, con lo que casi mandaba en la expedición.
Cuando �*bamos de camino, sin contar que nos perdimos gracias al mapa poco actualizado que llevábamos como ayuda, nos dimos cuenta que ya era muy tarde y que nos vendr�*a justo encontrar un hotel con habitaciones libres, as�* que nada más llegar dimos con la estación de trenes, bajé del coche mientras él esperaba y me dirig�* a las taquillas para pedir información sobre hoteles y preguntar dónde se encontraba la oficina de información tur�*stica. Muy amables me dieron un plano de la ciudad y me dijeron dónde estaba la oficina, as�* que como ten�*a que andar unos diez minutos, llame al móvil de mi hermano para que no se alarmara y comencé a andar. Me gustó el ambiente de la ciudad, ya el d�*a estaba desapareciendo pero se respiraba tranquilidad... a paso rápido llegué a la oficina que estaban a punto de cerrar y cuando entré preguntando por cosas de interés y sobre todo por un hotel donde poder alojarnos, la chica abrió sus ojos como platos.
- ¿Aún no tienes sitio donde dormir ?.
Yo asombrada contesté
- No, estamos mi hermano y yo y acabamos de llegar a la cuidad, pero contábamos con que al ser miércoles, no habr�*a problema en encontrar algo.
- De normal no lo habr�*a, pero estamos en plena feria y está todo abarrotado, no creo que a estas horas lleguéis a encontrar algo, pero... mira, todas las que tenemos nosotros, sé que están al completo, hay una pensión, que es nueva, y aún no está en los listados, esta mañana ten�*a habitaciones, pero ahora no puedo decirte que todav�*a las tenga... de todas formas... toma, esta es la dirección, está al lado de la estación de autobuses. (Y marcó el lugar con un rotulador en el mapa que ella me dio junto con la información tur�*stica).
- Vale, gracias, muchas gracias.
Y me marché pensando que esa noche tendr�*amos que dormir en el coche.
Cuando llegué al coche, le comenté a mi hermano lo ocurrido, me miró y dijo:
- Nena, hoy dormimos en el coche.
Y empezó a re�*rse mientras encend�*a el auto para ir en busca de la estación de autobuses. La encontramos rápido, aparcamos y llegamos a la pensión. Le preguntamos si todav�*a ten�*a habitaciones libres y la encargada dijo que solo le quedaba una doble. La acompañamos hasta ella y abrió la puerta, para nuestro asombro era doble, pero de matrimonio, los dos nos miramos y yo le hice un gesto a mi hermano de aprobación, as�* que sin más le dijo que nos la quedábamos. Ten�*amos que pagar por adelantado, le dimos los billetes y bajamos a por las mochilas.
- Al menos no dormimos en el coche, tú tienes que estar agotado de tanto conducir.
- No creas, pero s�* que agradeceré dormir en una cama y no en el asiento del coche.
Los dos sonre�*mos, subimos las mochilas y volvimos a bajar para ir a cenar algo. Encontramos, gracias a las indicaciones de nuestra encargada, un restaurante. La mujer debió de creer que éramos novios porque el restaurante estaba totalmente diseñado para cenas románticas, al menos eso nos pareció a nosotros al ver las mesas llenas de parejas haciéndose carantoñas, nos hizo gracia la situación y entramos a cenar. La verdad es que no ten�*amos mucho apetito pero por la pinta que ten�*a la comida de las mesas contiguas pedimos buenos platos de comida. Como no, la cena fue con vino y entre platos, risas y comentarios de lo acaramelados que se ve�*an a otras parejas, nos bebimos tres botellas de vino. La cena, con todo lo que fue, nos salió barata y al salir, decidimos ir a ver un parque que la propia mujer de la pensión nos hab�*a indicado. La señora sab�*a bien donde nos mandaba, estaba lleno de escondrijos donde si te fijabas, pod�*as ver parejas magreándose.
Los dos �*bamos algo tocados por el vino y empezamos a espiar, como niños, a otras parejas, nos lo estábamos pasando en grande pero ten�*a calor y ganas de darme una ducha. Se lo comenté a mi hermano y dijo que él también ten�*a ganas de ir a la habitación, as�* que volvimos a la pensión que, entre risas y eses que marcábamos al andar, nos costó bastante llegar. Cuando subimos, yo le dije que me iba a la ducha, cog�* la toalla del baño y la saqué a la habitación, as�* que él entro para orinar, mientras yo me estaba desnudando, dejé mi ropa organizada en el escritorio que hab�*a junto a la televisión y dejé el sujetador doblado como de costumbre (es algo que no he visto hacer aún a ninguna chica cuando se echa a dormir, y es doblarlo como si estuviese de exposición, metiendo una copa en otra y rellenándolas con los tirantes, quedando as�* totalmente la forma de la teta cuando llena el sujetador) me até la toalla y me fui para el baño, mi hermano entonces salió y fue a encender la televisión.
Cuando sal�* de la ducha, él volvió al baño diciendo que le hab�*a entrado calor también, echó la culpa al vino cosa que no me extraño hasta que no me acerqué a la tele y me fijé en el sujetador, no estaba como yo lo hab�*a dejado, ten�*a la forma de una mano en la copa, con lo que estaba claro que mi hermano hab�*a posado all�* su mano para ver cuáles eran las dimensiones de mis pechos. No le di importancia, tal vez lo único que hab�*a sentido era curiosidad, de todas formas, él era un hombre y yo una mujer. Cuando salió del baño, acababa de ponerme el camisón que más bien pod�*a llamarse camiseta larga, él me miró y dijo:
- Pod�*as liarte un cigarro mientras yo me seco. (fuma tabaco de liar)
- Solo si recoges tú las toallas.
El asintió, as�* que cog�* el chocolate, el papel, el cigarro y el mechero y me senté en la cama para liarlo.Él se secó, se puso el calzoncillo, metió las toallas al baño y se sentó en el suelo, enfrente de m�*. Lo noté nervioso y fue justo cuando me dijo
- ¿Cuándo me vas a dejar probar ese... pitillo ?.
- Cuando esté terminado, y tranquilo que serás el primero en hacerlo.
Me estiré un poco y le alcancé su tesoro junto con el mechero, él sólo sonre�*a y miraba nervioso a diferentes lugares de la habitación, no entend�* la situación hasta que, cuando le miré a los ojos, vi que su mirada estaba centrada en mi entrepierna. Recordé que no me hab�*a puesto bragas y que su nerviosismo estaba en que mi posición de piernas abiertas le estaba enseñando mi cueva, pero no hice movimiento, no quer�*a que él se diese cuenta de que yo ya sab�*a qué era lo que ocurr�*a. Seguimos hablando, él cada vez se met�*a más conmigo, siempre nos hemos llevado bien y sabe qué decirme para picarme, y la verdad es que lo estaba consiguiendo. No recuerdo bien qué fue lo que me dijo, pero acto reflejo fue abalanzarme sobre él para empezar una de nuestras peleas salvajes, los dos nos estábamos riendo mientras yo estaba sobre él, con unos cuantos movimientos, mi camiseta se hab�*a subido hasta mi cintura y mi hermano, sin hacerlo con esa intención (pues lo vi en su expresión) me agarro por los muslos, pero un poco más alto, con lo que estaba acariciando mitad de mi culo y al notar que solo era piel y no tela quitó las manos y se puso un poco más serio.
- Lo siento
- No, perdona, lo siento yo, es que as�* estoy más cómoda, pero si quieres me pongo unas bragas ahora mismo.
- No, ponte todo lo cómoda que quieras
Y sin más dijo que ten�*a sueño y que ser�*a mejor echarse. Yo asent�* y me met�* a la cama colocando bien mi camisón corto. La situación era extraña, los dos estábamos algo turbados por el alcohol, pero hab�*amos sentido lo mismo cual el rozaba mi piel. Creo que quedé dormida gracias al vino porque ni recuerdo como mi hermano se metió a la cama, pero sé que desperté y ten�*a el brazo de mi hermano sobre mi cintura, como abrazándome y su cuerpo pegado al m�*o. No me mov�*, la verdad es que me sent�*a bien y protegida. Unos minutos después, yo segu�*a despierta, noté como algo crec�*a entre mi hermano y yo, era su pene, que estaba poniéndose erecto, deb�*a de estar teniendo un buen sueño. A m�* me gusto esa sensación y me mov�* un poco para pegar mi culo a su miembro, me mov�*a suavemente, frotaba su dureza por mi culo y eso me produc�*a un placer que me ped�*a más y más. El segu�*a durmiendo, con su pene erecto y yo decid�* aventurarme un poco más, como pude, abr�* un poco mis piernas y elevé un poco mi cuerpo para que su verga quedase justo rozando mis labios, yo estaba desnuda y lo sent�*a bien, y aunque era mi hermano, me estaba excitando mucho. No quer�*a que él despertara, seguro que pon�*a el grito en el cielo, pero yo me estaba proporcionando un placer que poco a poco hizo que mis movimientos fueran más descarados. Casi sin darme cuenta, yo estaba ya alcanzando mi primer orgasmo cuando noté que su mano se acercaba sigilosamente a mi pecho y lo acariciaba, todav�*a sobre mi camiseta, jugó con mi pezón de tal forma que no pude aguantar más y explote, entonces mi hermano dijo:
- Nena, ¿Quieres sentir todav�*a más placer?.
- ¿Todav�*a más? - alcancé a preguntar.
- Si, a no ser que te importe que seamos hermanos.
- Soy virgen, dije con boca pequeña.
- No te preocupes, quien mejor que alguien que te quiera como yo lo hago.
Y empezó a mover, ahora el su verga entre mis piernas, rozando con mis labios.
- La verdad es que deseo sentir eso dentro de m�*.
- ¿Estas segura ?
Sin responder me giré y le di un beso en la boca con lo que el abrió la suya y empezó a jugar con su lengua de una forma que nunca nadie hab�*a jugado. Me gustaba esa situación y el poco efecto que me quedaba del vino hac�*a que aún la disfrutase más, él comenzó por quitarme con arte la camiseta, ya éramos dos cuerpos desnudos dispuestos a proporcionarnos placer, a realizar un acto del que siempre nos hab�*an hablado mal, pero que los dos en esos momentos, deseábamos realizarlo. Besó mis pechos mientras con sus manos recorr�*a toda mi figura, estaba encima de m�*, por lo que yo le dejaba hacer, sab�*a que mi hermano iba a hacerme sentir algo que todav�*a no conoc�*a y que seguro iba a gustarme. Fue bajando su boca hasta llegar a mi entrepierna, la cual abrió con cuidado, y metió su cabeza entre mis muslos, yo estaba en la gloria, no quer�*a que eso terminase nunca, mi hermano empezó a pasar su lengua por mis labios, jugando después con mi cl�*toris, hasta que llegó a penetrarme con su lengua, un torbellino dentro de m�*, yo no sab�*a cómo moverme, el placer que me daba esa lengua, nunca lo hab�*a conseguido con mis t�*midos dedos, y no quer�*a que parase, me sorprend�* a m�* misma al poner mi mano sobre su cabeza, haciendo que entrase más, y entonces salieron los chorros tan esperados por mi hermano.
- ¿Te ha gustado pequeña ?
Casi no pod�*a ni hablar, solo dije un suave "mucho".
- Pues eso no es nada mi nena, hoy vas a saber lo que es hacer el amor y te va a encantar. ¿Estás con la p�*ldora, verdad ?.
- Si
- Entonces no te preocupes por nada y disfruta al máximo, vas a ser m�*a al completo, sabes que te quiero mucho pequeña, no te preocupes.
- No hables más, quiero sentir otra vez lo mismo que antes.
Y mi hermano empezó de nuevo a besarme todo el cuerpo, acariciando cada una de mis partes y noté como la cabeza de su verga entraba suavemente por mi cuevita, casi sin empujar.
- Nena, puede que al principio sientas dolor, pero no será nada, enseguida esa sensación terminará, ¿Quieres que continué ?- Si, por favor... continúa.
Y con mucho cuidado, pero empeño, me penetró, ten�*a razón, iba a dolerme un poco, pero con cuidado fue sacando y metiendo su cachito mientras yo iba sintiendo aquel placer que hac�*a que mi respiración se entrecortara. Siguió as�* unos minutos y acabó corriéndose dentro de m�*, yo cuando sent�* su leche caliente en mi interior alcancé mi tercer orgasmo de la noche, no quer�*a que saliese, me estaba gustando aprender de mi hermano, deseaba que continuara, pero ya estaba muy cansada. Y sacando su herramienta de mi caja dijo:
- Nena, creo que por hoy ya vale, mañana si quieres, podemos cambiar de posición, podrás hacerme lo que tú quieras.
Solo respond�* con otro beso apasionado y me volv�* a poner en la posición principal, de espaldas a él, mientras me abrazaba y notaba su bulto en mi culo.
El viaje fue el mejor que he tenido en mi vida y cuando podemos, hacemos escapadas de ese tipo, solo es entonces cuando nos damos placer, parece ser que estar en otras ciudades nos ayuda a actuar como, según muchas personas, no deber�*amos, pero que a m�*, me encanta. Descubr�* muchas cosas con él y la única forma que tengo de agradecérselo, es seguir viajando de vez en cuando.
