Pagando las calificaciones

roman74

Pajillero
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Todo comenzó cuando entré a trabajar dando clases en la universidad... fue en una licenciatura donde la mayorÃ*a de estudiantes son mujeres.
Todo se desarrolló normalmente el primer año, pero la asignatura que yo impartÃ*a era particularmente difÃ*cil, y además de su aprobación dependÃ*a el que pudieran presentar sus trabajos de grado, es decir que quien reprobaba no podÃ*a graduarse. Por otra parte, entre las estudiantes tenÃ*a fama de exigente y por tanto muchas iniciaban los semestres con temor, pero ello me gustaba pues terminaban esforzándose en sus calificaciones.
Fue ya en el segundo año cuando en un grupo encontré a tres chicas, Diana, Victoria y Carolina, que al parecer habÃ*an decidido tomar el trabajo a broma y de paso divertirse tratando de inquietarme, es cómo si hubiesen apostado a ver cual de ellas lograba hacer que me sonrojara ante el grupo; buscando lograr su propósito todos los dÃ*as se presentaban vestidas muy ligeramente, con minifaldas o con pantalones descaderados y con remeras ajustadas y de generosos escotes.
No está de más decir que las tres estaban de muy buen ver, con magnÃ*ficos cuerpos, las tres con unos culos de infarto y Carolina con unos senos grandÃ*simos, casi exagerados tanto en su enorme volumen como en la forma como se marcaban los pezones en la tela.
no lograron su cometido de hacerme sonrojar, lo cual no quiere decir que no las mirara a gusto cuando no estábamos en clase, pero mientras estábamos con el grupo, yo fingÃ*a total indiferencia, y ello a decir verdad me costaba un enorme esfuerzo.
Paso el tiempo del semestre y llegaron los primeros exámenes; en la calificación de los de ellas fui especialmente cuidadoso y duro, de manera que no hubiese lugar a reclamaciones.
Fue Diana la que se acercó primero a ver si lograba que le mejorara la calificación.
-Profe... yo no puedo reprobar porque pierdo la beca de la universidad
-Que pena, pero debió prensar en eso y preparar mejor sus exámenes.
-Profe, por favor súbame la calificación un poco, yo hago los trabajos que sea necesario
-Mira Diana, el resultado del examen no se puede cambiar solo porque presentes unos trabajos extras, además el reglamento no permite que yo haga tal cambio; mejor esfuérzate a ver que puedes hacer para mejorar la calificación de los siguientes exámenes que ya son los definitivos, de esa manera recuperas y mantienes tu beca.

La vi alejarse y mis ojos no pudieron separarse de sus caderas, diablos, cómo las movÃ*a de bien al caminar... estaba absorto en esa contemplación, cuando me di cuenta que Carolina se habÃ*a percatado del inventario que estaba haciendo del culo de su amiga, y ahÃ* si que me sonroje.

Ella sonriendo se acercó y me dijo
-Ah qué pÃ*caro profe, conque le gusta el culo de Dianita, y ella que se fue tan triste... y se puso todo colorado
-que pena con ustedes Carolina, no pude evitarlo
-no se avergüence profe, o me va a decir que no es un culo bien bonito, o es que no le gustan las mujeres?
-pues claro que me gustan... y también es claro que hay ocasiones en que solo se debe mirar y nada más.
-y porqué nada más profe?

La conversación estaba tomando un rumbo peligroso, pero estaba excitado tanto por haber visto asÃ* a Diana, como por la visión que en ese momento tenÃ*a de las tetas de Carolina.

-porque lo que esta para mi en juego no es solamente lo rico de una follada, sino mi prestigio académico e incluso mi empleo.
-pero profe, eso no es problema si todas guardamos el secreto
-cómo asÃ* que todas, a que te refieres?
-mire profe, seamos francos, nosotras necesitamos aprobar y yo por lo menos estoy dispuesta a hacer lo que toque, lo que usted quiera pedirme no importa lo que sea.
Para ese momento estaba parada junto a mi, presionando sus pechos contra mi brazo. Abandone la actitud de profesor distante, y despojado ya de cualquier asomo de cordura, mientras mi mano izquierda la tomada de la cintura, la derecha metida bajo su remera comenzó a juguetear con sus tetas, apretándolas, pellizcando los pezones... ella agarro mi verga por sobre el pantalón y comenzamos a besarnos profundamente; nuestras lenguas juguetearon, la voltee contra el escritorio dejándola agachada, levantó falda hasta la cintura y haciendo a un lado su delgada tanga acaricie su conchita con los dedos Ã*ndice y corazón y luego de un rato cuando ya estaban bien lubricados con sus propios jugos, los metÃ* de golpe en su culo, brincó sorprendida y gimió apretando sus glúteos, pero no se quitó, incluso comenzó a moverse para que entraran más a fondo; ya totalmente fuera de mÃ* y sin ningún control, bajé mis pantalones y reemplace los dedos por mi pene, la bombee con fuerza y rápidamente durante cerca de diez minutos

-ammm putica, que culo más rico, quiero clavarte toda
-dale, papi, dale duro
-quiero llenarte el culo de leche, quiero meterte hasta los huevos
-no pares... ahhhggg... méteme todo lo que quieras
-ayyy putica me vengo.... me vengo
-dame la papi, dámela toda

hacia mucho tiempo que no tenÃ*a una eyaculada como esa, parecÃ*a no tener fin, me quedaron doliendo los huevos, pero la sensación era tan placentera que no querÃ*a sacarlo; nos quedamos asÃ* un rato mientras nos recuperamos, nos compusimos la ropa y salimos fingiendo distancia para no despertar sospechas.
Esa noche Carolina llegó a mi casa con un vestido muy ligero que resaltaba sus formas, en especias sus hermosas tetas. mas se demoro ella en entrar que en estar los dos desnudos sobre el tapete en un 69 devorando nuestros sexos...
para dar la talla de la fogosidad que ella me exigÃ*a fue necesario recurrir al viagra... a fin de cuentas yo ya no soy un adolescente y ella demanda polvo tras polvo, afortunadamente la pastillita funciono aunque a la mañana siguiente mientras ella estaba alegre preparando el desayuno, yo no querÃ*a levantarme del cansancio.
En la conversación del desayuno, acordamos que yo le evaluarÃ*a muy bien los trabajos que presentara, e incluso prepararÃ*amos sus intervenciones en clase para que todos sus compañeros la vieran participar y de esa forma no se extrañaran del resultado del examen final, asÃ* no se generarÃ*a ninguna suspicacia.
-Gracias papi... no solo fue una muy buena noche, sino que asÃ* logro pasar bien... pero tengo una inquietud
-dime, que te preocupa?
-y mis amigas? lo que hicimos no las ayuda a ellas?
-no, no. Este culito tan rico es solo tuyo y las calificaciones son solo tuyas.
-cómo asÃ*, es que quieres comértelas a ella?
-mira mi amor, arregle lo tuyo a fuerza de romperte el culo, pero ellas no han ofrecido nada, asÃ* es que ni modos.
-eso va a estar complicado papi, con ellas nos divertÃ*amos tratando de calentarte, pero no creos que estén dispuestas a ir a la cama para aprobar el curso.
-lastima, tienen muy buenos culos
-te gustan más que el mÃ*o?
-no preciosura, el tuyo es de campeonato y además lo complementas con las mejores tetas del curso.
-ahhh, bueno, ya me estaba poniendo celosa... pero... se me ocurre una cosa papi, si te las comes, asÃ* sea a la brava, les apruebas el curso?
si.... pero el lÃ*o es que eso puede acarrear problemas ya no los laborales, sino incluso legales... y me preocupa la cárcel, aún más que la posibilidad de perder el empleo.
-no te preocupes, déjame y yo organizo todo para que te las puedas comer.

Pasaron asÃ* tres semanas sin que Carolina y yo habláramos nuevamente del asunto, lo que si hacÃ*amos era follar en cada oportunidad que tenÃ*amos, pero manteniendo la discreción y la apariencia para que no sospecharan nada ni sus padres ni sus compañeros.

Una tarde en que ella me estaba mamando en la oficina, luego de que me vine en su boca, mientras se limpiaba el semen que habÃ*a escurrido por su barbilla y caÃ*do en su blusa...

-Papi, ya tengo organizado como hacer para que puedas culearte a Victoria, mis papás no van a estar este fin de semana en la casa y me dieron permiso de invitarla para que estudiemos juntas.
-y? qué se supone que voy a hacer yo?
-tranquilo, tu llegas el sábado a eso de las siete de la noche, y a esa hora yo ya te tengo todo listo.
-qué es listo? en serio que me preocupa lo que pueda pasar luego
-no te preocupes papi, cuando tu llegues, yo ya te la tengo lista.

Me fui a la casa pensando en qué serÃ*a lo que tenia preparado Carolina para que yo dispusiera de su amiga... esos cuatro dÃ*as que pasaron me parecieron eternos, no solamente por la ansiedad de que llegara el sábado, sino también porque no pudimos volver a encontrarnos con Carolina y ya me habÃ*a obsesionado con follar todos los dÃ*as.
Llego el sábado y muy puntual estuve a la puerta de su casa, abrió la puerta y me sorprendió verla en ropa deportiva, amplia y nada sensual; ella se dio cuenta de mi sorpresa

-hoy no estoy arreglada para ti papi, porque quiero que te concentres en ella

Victoria estaba en el sofá de la sala, desmadejada y junto a ella un botella de ginebra

-esta tan borracha que no sabe de que paÃ*s es vecina... es toda tuya

ProcedÃ* a cogerle las tetas, más pequeñas que las de Carolina pero muy bien formadas y firmes, le metÃ* mano a su coñito, depilado y apretadito. Luego de un rato de estar dándole dedo al coño y al culito, la despoje de su ropa. era todo un espectáculo verla asÃ*, desnuda y frágil, toda a mis disposición.
me comÃ* su coño hasta dejarlo bien lubricado

-Papi, dame un gusto - Dijo Carolina - ,castÃ*gala fuerte, me excita ver eso

Haciendo caso a su petición, comencé a alternar las lamidas con mordiscos a los labios de su conejito y los chupones al clitoris se hicieron cada vez mas fuertes, mientras tanto mis manos masaban con fuerza su tetas y le daban fuertes jalones a los pezones.
mordÃ* la cara interna de sus muslos dejando marcados los dientes, asÃ* como sus glúteos y su delicioso monte de Venus. ella solo gemÃ*a y trataba de quitarse sin lograrlo.
Comencé a meter un dedo en su vagina y otro en el ano, metiéndolos ya sacándolos rápidamente, acción que se facilito con el lubricante que le puso Carolina, luego dos dedos, tres , finalmente cuatro dedos de cada mano en su ricos huecos... solo quedaban fuera los pulgares.

-méteselos papi, méteselos todos, mete toda la mano

No me hice rogar y empujando logre meter ambas manos. Victoria abrió los ojos y grito fuertemente desmadejándose después, se habÃ*a desmayado.
En el transcurso de la noche, liego de llevarla a una habitación, me la comÃ* por todas partes dejado la completamente embadurnada de semen.
A la mañana siguiente cuando despertó en medio de la resaca, con el culo adolorido y toda embarrada de semen, se vio desnuda en la cama junto a nosotros. Se puso a llorar, pero carolina la tranquilizo diciéndole que los tres habÃ*amos tomado y que ebrios habÃ*amos estado fornicando, que yo también estaba apenado por lo sucedido pero que serÃ*a nuestro secreto.
Nos bañamos y vestimos, y ya mas compuestos mientras tomábamos café le dije a Victoria que no se preocupara, que todo estaba entre nosotros, y que lo menos que yo podÃ*a hacer era arreglar lo de sus calificaciones en un acuerdo como el que tenÃ*amos con Carolina.

-Profe, yo estoy muy avergonzada por lo que paso, no quiero que piense mal de mi
-tranquila Victoria, no te preocupes, y si te puedo decir algo sin que te ofendas, en la cama eres espectacular.
-cómo asÃ*? que vergüenza
-tranquila amiguita -dijo Carolina- luego te muestro unas fotos que tome de tu culo con las mano del profe totalmente metidas.

Victoria, se sonrojo y aunque me miraba de soslayo con la cabeza gacha, no pudo evitar una sonrisa al imaginarse en esa situación.
Ya para el medio dÃ*a cuando salimos lleve en mi carro a Victoria hasta su casa y antes de despedirnos me regalo una mamada espectacular y quedamos en la promesa de volver a follar pero esta vez sobria.

Quedaba faltando solamente Diana, pero sobre el cómo nos la comimos con otros dos tipos, en su propia casa lo contaré en otra
 
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