MARORI69
Pajillero
- Registrado
- Feb 4, 2025
- Mensajes
- 53
- Likes Recibidos
- 174
- Puntos
- 33
Nunca pensé que mis pequeños vicios pudieran pasarme factura de la manera que lo hizo. Mi pequeño negocio de importación funcionaba muy bien. Me habían permitido bastantes lujos, como conducir un BMW descapotable y otro mi mujer, comprarnos la casa con piscina que siempre había soñado, viajes, cenas , en fin poder vivir sin privaciones. El tema es que muchos negocios fueron cerrados en el casino de la ciudad, y ya se sabe, alcohol, compañía femenina, dinero, apuestas…..Mientras el negocio funcionó a tope, no había ningún problema. Pero estos llegaron, con la crisis de 2012. La venta cayó, la importación también, los gastos seguían, y yo me había aficionado demasiado a las apuestas , hasta el punto que creí que sería la solución a mis problemas de liquidez, y solo conseguí agravarlos, debiendo a un tiburón, al que consideraba amigo, una suma de dinero importante. Le fui dando largas durante meses, con cantidades a cuenta, intentando tapar a mi mujer los problemas que teníamos, mientras ella, ajena a todo esto, seguía con su vida. Afortunadamente para mí, siempre fue muy conservadora, y no demasiado gastadora. Alba, tenía por aquella época 32 años. Metro sesenta y ocho, generosas caderas y unas firmes tetas, redondas, y duras, talla 90, coronadas con unos esplendidos pezones, erguidos y duros todo el tiempo, pues sendos piercing, los mantenían así todo el tiempo. Siempre lucía un bonito moreno, sin marcas, pues teníamos un solárium muy íntimo, que le permitía tomar el sol desnuda sin ser vista, solía llevar media melena, rubia, y totalmente depilada, que era como a mí me gustaba. Sin ser una mujer espectacular, sus largas sesiones de gimnasio, rutinas de belleza y demás, hacían girar muchas cabezas a su paso. Por lo demás era bastante tímida, y más bien sosa, sexualmente hablando. Disfrutaba el sexo, por supuesto, pero era muy tradicional y no le gustaba innovar ni experimentar, al contrario que a mí.
Ese sábado llegue a casa sobre las 3 de la tarde. Entré directo al salón desde el porche y me quedé perplejo al ver a Alba, con su ropa deportiva, aún sudando, y a su lado a Ernesto, el prestamista al que debía pasta. Alba me miró con una mezcla de ira y miedo al entrar. A su lado un corpulento mulato, de mas de metro noventa, la sujetaba por una muñeca.
Qué demonios pas…..aaaagggggghhhh!! Un fuerte impacto en la zona lumbar, procedente de detrás de mi, no me dejó acabar la frase. Me giré para ver a los otros dos matones latinos que siempre acompañaban a Ernesto. Un puñetazo impactó directo en mi mandíbula, otro al estomago, seguido de varios más. Alba gritaba suplicando que parasen. La lluvia de golpes, me dejó inconsciente.
Desperté dolorido e inmóvil. Estábamos en el cuarto que tenemos destinado al ocio, con mesa de billar, consolas, Tv…… Me habían atado a una de las sillas, sentado. Era imposible moverse. Frente a mí, El mulato, sujetaba a Alba con los brazos en la espalda y una de sus enormes manos le agarraba por el cuello. Ernesto me dio una bofetada para acabar espabilarme.
Uno a uno, fueron enseñando sus vergas a Alba, para después acomodarse detrás de ella y empezar a follarsela, sin ninguna dificultad. El primero fue Damián, que se tomo su tiempo para acomodar su polla dentro ella. Mientras lo hacía, su hermano, estaba preparando una jeringuilla, que le inyectó en el brazo a Alba.
Tranquila mi amor, le dijo, con esto te vas a relajar, igual hasta te gusta
Damián, con toda su verga dentro de ella, la cogió por el pelo, tirando de su cabeza hacía detrás y empezó a follarla con mucha fuerza y violencia. Alba sacudía la cabeza como podía y sollozaba, cuando notó que el colombiano empezaba a dilatar su esfínter con un dedo
Mira hijueputa, nunca le follaste el culito a esta zorra? No te preocupes papi, nosotros lo haremos por ti, jaja
Dicho esto, siguió varios minutos más dándole duro, hasta por los jadeos y contracciones de su cuerpo, di por hecho que también se estaba corriendo. Cuando por fin terminó y se separo, el dulce coñito de mi mujer, estaba dilatado y rojo, emanando fluidos de su interior, que le resbalaban piernas abajo. Sin tiempo de tregua, Cesar se acomodó en el lugar de su hermano, y con la misma violencia del anterior, comenzó de nuevo la tortura de mi pobre mujer. Pero algo estaba cambiando, los llantos y suplicas de ella, se estaban convirtiendo en jadeos, y se la veía notablemente más relajada. Mientras Cesar seguía follandola por detrás, Hugo, que así se llamaba el mulato, le quitó la mordaza mientras decía:
Joderrr, siiii, Follame cabrón, párteme en dos!!!!!
Vaya parece que la putita por fin disfruta, jajaja dijo Ernesto, tu polla no la llenaba lo suficiente!
Siiii, siiii, por Dios, que gustazo cabrón, sigue, siiiii, me voy a correr!!! AAAAhhhhhh!!!AAAAAAAAHHHHH!!!!!!!!!!
No me lo podía creer, un descomunal pollon negro, estaba follandose el culo de mi mujer, el que tantas veces intente penetrar yo, sin éxito, y la muy puta lo estaba disfrutando! Me gustaría saber que era lo que le habían inyectado, porque funcionaba.
Hugo empezó a jadear también, y a bombear con mas fuerza, hasta que agarrado a sus caderas, con tanta fuerza que vencía las cuerdas que la inmovilizaban al billar, entre espasmos, también comenzó a correrse dentro de Alba, esta vez en su virgen culo.
Cuando por fin se separó, un gran chorro de la lefa del negro, salió del interior de mi mujer, que yacía sobre la mesa, inerte, exhausta. Los colombianos se dispusieron a desatarla, y la trajeron a donde yo estaba. Me bajaron los pantalones y la acomodaron sobre mi. Cuando mi polla entro en ella, sentí como mucho líquido caliente, viscoso, caía sobre mi miembro y mis piernas. Su interior ardía como nunca había sentido. Alba, como un autómata, comenzó a cabalgarme. Ernesto se situó detrás de ella, y se la metió por el culo. Notaba su polla contra la mía a través de la fina piel que separa el ano de la vagina. Un poderoso orgasmo se apoderó de mi, y comencé a correrme entre jadeos y espasmos, mientras Ernesto sostenía a Alba por el pelo, le mordía el cuello y se corría también en su culo, de nuevo. Alba cayó sobre mí, desfallecida, creo que se había desmayado. Mientras Armando se vestía, me miro y me dijo:
Ese sábado llegue a casa sobre las 3 de la tarde. Entré directo al salón desde el porche y me quedé perplejo al ver a Alba, con su ropa deportiva, aún sudando, y a su lado a Ernesto, el prestamista al que debía pasta. Alba me miró con una mezcla de ira y miedo al entrar. A su lado un corpulento mulato, de mas de metro noventa, la sujetaba por una muñeca.
Qué demonios pas…..aaaagggggghhhh!! Un fuerte impacto en la zona lumbar, procedente de detrás de mi, no me dejó acabar la frase. Me giré para ver a los otros dos matones latinos que siempre acompañaban a Ernesto. Un puñetazo impactó directo en mi mandíbula, otro al estomago, seguido de varios más. Alba gritaba suplicando que parasen. La lluvia de golpes, me dejó inconsciente.
Desperté dolorido e inmóvil. Estábamos en el cuarto que tenemos destinado al ocio, con mesa de billar, consolas, Tv…… Me habían atado a una de las sillas, sentado. Era imposible moverse. Frente a mí, El mulato, sujetaba a Alba con los brazos en la espalda y una de sus enormes manos le agarraba por el cuello. Ernesto me dio una bofetada para acabar espabilarme.
- Bueno, bueno, bueno , Arturito, que voy a hacer contigo? Dijo, sabias las condiciones y aún así seguiste gastando lo que no tenías. Y no puedo dejar pasar una acción así. Que diría eso de mï?
- Lo siento, lo arreglaré, dije, antes de recibir un nuevo golpe en la cara
- Era una pregunta retórica, pedazo de gilipollas. Hacerle callar, me molesta su voz.
- Así me gusta, Arturito, calladito, y los tres rompieron a reír.
- Bueno ahora vamos a cobrarnos parte de tu deuda, y mandar un mensaje, porque cabrón, menudo tesoro tenías aquí escondido, dijo mientras de un tirón arrancaba el top a Alba, dejando sus preciosos pechos al descubierto. Los tres quedaron viendo su cuerpo desnudo, sudado. Atrapó los pezones por los piercing, estirando de ellos y retorciéndolos, mientras Alba intentaba soltarse y resistirse, pero era inútil. La fuerza del mulato era demasiada.
- Me gustan las zorritas rabiosas, cuando acabemos contigo, veremos si sigues así, y dicho esto, hizo un gesto con la cabeza. EL mulato la tumbó sobre la mesa, sujetándole los brazos por encima de la cabeza, mientras los otros dos, le cogieron una pierna cada uno, tirando de ellas hacia atrás, haciéndola flexionarlas y apoyar sus muslos en el vientre, dejándola totalmente abierta, expuesta y vulnerable a merced de Ernesto, que se acerco a ella con la polla ya en la mano, dura. Sin más miramientos, se la metió de un golpe, entera, sin mayor dificultad. Alba comenzó a llorar desconsoladamente y a suplicar que parara, pero esto solo hacía excitar más a Ernesto, que la follaba con más violencia, mientras se agarraba a sus tetas con fuerza. En menos de un minuto, comenzó a jadear como un animal, soltó sus tetas para cogerla fuerte por las caderas mientras se corría entre espasmos dentro de mi mujer. Cuando se dio por satisfecho, la soltó y se salió de ella. Separó sus labios con dos dedos y un hilo de semen y flujo salió de su interior.
- Mira Arturito, igual te la dejo preñada y todo, jajajaja Pero tío, que tienes ahí? Chicos, mirar, si se a empalmado el muy cornudo, jajajaja le gusta ver como se follan a su zorra!!!! Te gusta cornudito? Pues vas a disfrutar de lo lindo hoy, jajajaja
Uno a uno, fueron enseñando sus vergas a Alba, para después acomodarse detrás de ella y empezar a follarsela, sin ninguna dificultad. El primero fue Damián, que se tomo su tiempo para acomodar su polla dentro ella. Mientras lo hacía, su hermano, estaba preparando una jeringuilla, que le inyectó en el brazo a Alba.
Tranquila mi amor, le dijo, con esto te vas a relajar, igual hasta te gusta
Damián, con toda su verga dentro de ella, la cogió por el pelo, tirando de su cabeza hacía detrás y empezó a follarla con mucha fuerza y violencia. Alba sacudía la cabeza como podía y sollozaba, cuando notó que el colombiano empezaba a dilatar su esfínter con un dedo
Mira hijueputa, nunca le follaste el culito a esta zorra? No te preocupes papi, nosotros lo haremos por ti, jaja
Dicho esto, siguió varios minutos más dándole duro, hasta por los jadeos y contracciones de su cuerpo, di por hecho que también se estaba corriendo. Cuando por fin terminó y se separo, el dulce coñito de mi mujer, estaba dilatado y rojo, emanando fluidos de su interior, que le resbalaban piernas abajo. Sin tiempo de tregua, Cesar se acomodó en el lugar de su hermano, y con la misma violencia del anterior, comenzó de nuevo la tortura de mi pobre mujer. Pero algo estaba cambiando, los llantos y suplicas de ella, se estaban convirtiendo en jadeos, y se la veía notablemente más relajada. Mientras Cesar seguía follandola por detrás, Hugo, que así se llamaba el mulato, le quitó la mordaza mientras decía:
- Estas más relajada eh? Ahora vas a disfrutar de un macho de verdad, y le metió la enorme tranca en la boca, de rodillas sobre el billar.
Joderrr, siiii, Follame cabrón, párteme en dos!!!!!
Vaya parece que la putita por fin disfruta, jajaja dijo Ernesto, tu polla no la llenaba lo suficiente!
- Te voy a partir el culo, dijo Hugo
- No por favor, no con eso no, me vas a matar!
- No te preocupes, veras como te gusta!
- AAAHHH, por favor para!!! Noooo!!!!
Siiii, siiii, por Dios, que gustazo cabrón, sigue, siiiii, me voy a correr!!! AAAAhhhhhh!!!AAAAAAAAHHHHH!!!!!!!!!!
No me lo podía creer, un descomunal pollon negro, estaba follandose el culo de mi mujer, el que tantas veces intente penetrar yo, sin éxito, y la muy puta lo estaba disfrutando! Me gustaría saber que era lo que le habían inyectado, porque funcionaba.
Hugo empezó a jadear también, y a bombear con mas fuerza, hasta que agarrado a sus caderas, con tanta fuerza que vencía las cuerdas que la inmovilizaban al billar, entre espasmos, también comenzó a correrse dentro de Alba, esta vez en su virgen culo.
Cuando por fin se separó, un gran chorro de la lefa del negro, salió del interior de mi mujer, que yacía sobre la mesa, inerte, exhausta. Los colombianos se dispusieron a desatarla, y la trajeron a donde yo estaba. Me bajaron los pantalones y la acomodaron sobre mi. Cuando mi polla entro en ella, sentí como mucho líquido caliente, viscoso, caía sobre mi miembro y mis piernas. Su interior ardía como nunca había sentido. Alba, como un autómata, comenzó a cabalgarme. Ernesto se situó detrás de ella, y se la metió por el culo. Notaba su polla contra la mía a través de la fina piel que separa el ano de la vagina. Un poderoso orgasmo se apoderó de mi, y comencé a correrme entre jadeos y espasmos, mientras Ernesto sostenía a Alba por el pelo, le mordía el cuello y se corría también en su culo, de nuevo. Alba cayó sobre mí, desfallecida, creo que se había desmayado. Mientras Armando se vestía, me miro y me dijo:
- Nos llevamos uno de los coches, y damos por cobrado el primer plazo, Tienes 10 días para el segundo pago, si no vas a pagar, vendremos a cobrar. Cada vez seremos dos más, y alguno de ellos, tendrá más interés por ti que por ella, te lo aseguro. Si estas pensando en denunciar, recuerda que tu semen está mezclado con el nuestro. Por otro lado, esta putilla me ha gustado. Si me la cedes, te perdono la deuda. Piensa en la oferta, tienes diez días.
- Y dicho esto, se fueron, dejándome atado en la silla y con Alba inerte sobre mí…………………………………………
- Continuará…