Orgia en Familia

diego01

Virgen
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Abr 17, 2008
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Este relato que os narro acaeció hace unos dÃ*as, como solÃ*a hacer a veces, cuando me apetecÃ*a iba de visita a casa de Rita, hacÃ*a ya bastante tiempo que me satisfacÃ*a como una buena perrita servicial y caliente y se sometÃ*a a mis deseos en cualquier momento y lugar. Rita era morena de pelo corto, tenÃ*a treinta y ocho años, su cara tenÃ*a marcada el paso del tiempo, pero aun asÃ* era bastante hermosa, ojos marrones, medÃ*a 1,72, pesaba unos 70 kgs, sus pechos eran tamaño medio, poco caÃ*dos, coñito rasurado, y su culo se mantenÃ*a respingón, hacia algo de deporte para mantener la figura.
Llamé a la puerta, abrió la puerta y salió ella completamente desnuda, tras unos segundos de asombro, enseguida me lancé sobre ella, empecé a besarla y a acariciar todo su cuerpo, le pregunté por el motivo de que me hubiera recibido de esa forma, y me respondió entre risas que últimamente tenÃ*a por costumbre presentarse asÃ* ante todo el que llamaba a su puerta, la verdad es que me habÃ*a visto llegar. Mientras me respondÃ*a, yo seguÃ*a acariciando su cuerpo con mis manos, cuando terminó le dije que habÃ*a sido muy mala y que tendrÃ*a que inflingirle algún castigo especial, mi polla por esos entonces se me puso completamente dura, deseando salir del pantalón.
Rita pudo notar mi excitación, y tras verla me dijo poniendo una de sus habituales caras de zorrita viciosa que la siguiera, que querÃ*a enseñarme una cosa, me llevó hasta el baño, alguien se estaba duchando, abrió un poco la puerta y me señaló al espejo, sonriendo con cara de puta caliente, miré y pude ver a una joven, Rita me dijo que era su hija, que era su cumpleaños, y que estaba convencida de que yo encontrarÃ*a un buen regalo para ella.
Se llamaba Olga, morena de pelo largo, ojos marrones, guapa, su cuerpo era delicioso, 1,72, 60 kgs, con pechos firmes redondos, con unos pezones bien marcados sonrosados, culo respingón, y su coño no tenÃ*a un sólo pelo. La hija aún no se habÃ*a dado cuenta de que la estábamos observando, seguÃ*a frotándose el cuerpo con suavidad, extendiendo el jabón y el agua con extrema dulzura. Ver aquello tras observarle antes el cuerpo a Rita me puso la polla más dura aún, ella se dio cuenta, acercó su mano a mi pene y lo acarició por fuera.
Mientras me masajeaba mi polla me hizo una señal para que entrara en el aseo, yo le respondÃ* que sÃ*, que naturalmente que iba a entrar, que debÃ*a darle mi regalo de cumpleaños a su hija. Dicho esto, no me lo pensé más y abrÃ* la puerta, Rita entró detrás, la hija se quedó sorprendida al vernos, se intentó tapar con una toalla, aunque sin mucho interés, ya que su cara deja ver un cierto aire de complacencia ante lo sucedido. Pronto la madre le dijo que no se preocupase, que yo era como de la familia, y que habÃ*a venido para darle un regalo de cumpleaños, Olga no dijo nada, y Rita le dijo que debÃ*a dejarse hacer todo lo que le apeteciera, que fuera obediente y complaciera a su madre.
Tras oÃ*r sus palabras y viendo que Olga asentÃ*a con la cabeza, me dirigÃ* hacia ella, coloqué una de mis manos en sus excitantes pechos, acariciando sus pezones, mientras la otra la colocaba a la altura de su rajita cubierta de jabón y la iba frotando, no tardé en introducir dos de mis dedos en su vagina, comprobando que entraban perfectamente, la tenÃ*a bien abierta y preparada, Olga empezó a jadear, su madre acariciaba el cuerpo desnudo de su hija, sus muslos, su vientre y sus pechos. Al rato, se arrodilló y me bajó el pantalón y el slip, dejando al descubierto mi polla tiesa, pronto empezó a mamar mi verga, la chupaba impresionantemente, excitada con los gritos de placer de su hija, su lengua y sus labios jugaban con mi polla, era delicioso sentir mi polla dentro de su boca una vez más.
Pasados unos minutos me agaché un poco hasta tener la boca a la altura del coño de Olga, mi boca, mi lengua y mis labios pasaron a ocupar el sitio de mis dedos, le pasé la


lengua varias veces pausadamente y después comencé a comérmelo pasándole la lengua muy deprisa, una y otra vez, introduciéndola en la vagina, lamiendo y mordisqueando su clÃ*toris, la zorra de Rita seguÃ*a mamándome mi polla.
Minutos después sentÃ* que me iba a correr, aparté con un empujón a Rita y le dije que parase, que era una buena guarra pero que ya habÃ*a saboreado muchas veces mi leche, que dejara que su hija tuviera la oportunidad, asintió con la cabeza, entonces le dije que le comiese el coñito a su hija, que lo tenÃ*a muy mojado, que la hiciera disfrutar como ella sabÃ*a hacerlo. Arrodillé a Olga para colocarla a la altura de mi polla, Rita se colocó debajo de ella y obedeciendo mis órdenes, como una perra caliente, empezó a pasar la lengua por el coño de su hija mientras lo abrÃ*a con sus manos, era obvio que no era la primera vez que le comÃ*a la raja a Olga, la cual empezó a gemir y a dar auténticos alaridos de placer, retorciéndose de gusto.
Mi polla entró en la boca de la hija, y pude comprobar que sus mamadas no tenÃ*an nada que envidiar a las de su madre, lo hacÃ*a muy bien, y bastó que me la chupara unos minutos para que la leche saliera disparada y le inundara completamente la boca, en ese mismo momento Olga se corrÃ*a en la boca de su madre, dándole gran cantidad de fluidos, Rita se tragó los flujos mientras la hija disfrutaba, tragándose la mayor parte de la leche, aunque algo salÃ*a por la comisura de sus labios resbalando cuello abajo hasta llegar a sus tetas, rita al verlo se echó sobre ella y empezó a lamerle los restos de leche que recorrÃ*an su cuerpo, para después fundir sus bocas en un largo beso degustando ambas la mezcla de sus flujos y mi leche, las dos siguieron besándose y acariciándose durante un rato, yo contemplaba plácidamente a las dos zorras viciosas.
A los pocos minutos me acerqué a ellas y les dije que ya estaba bien de juegos, que habÃ*a llegado la hora de percutir el culito de la homenajeada, para que fuera una buena puta caliente y viciosa como la madre. Tras esto le ordené que se pusiera a cuatro patas para poder explorarla, a la vez me ensalivaba dos dedos para introducÃ*rselos en el ano, Olga al ver mis intenciones, me dijo bastante asustada que no, que eso no, que le iba a hacer mucho daño, puse cara de sorpresa y exclamé que el culito era virgen, después le dije que eso era imperdonable, que la zorra de su madre debÃ*a haberse encargado de desvirgarla con alguno de sus instrumentos, tras eso miré a Rita y le dije que era una puta, que trajese todo su material, que lo hiciera como una buena perra, a cuatro patas, que fuera a buscarlo andando como una buena perrita en celo, que moviese bien su culo para excitarme. Rita empezó a moverse de la forma que le habÃ*a ordenado, se dirigió hacia su dormitorio, estaba excitada, a medida que iba avanzando, de su coño iban saliendo lÃ*quidos que caÃ*an por sus piernas.
Me quedé a solas con su hija dispuesto a clavarle mis dedos en su cerrado agujero anal, ella sollozaba y seguÃ*a implorando que no la penetrara por ahÃ*, yo le dije que pensaba desvirgarle el culo, asÃ* que era mejor que no se resistiera o le iba a doler mucho. Olga siguió resistiéndose, intentando deshacerse de mis manos que le magreaban todo el cuerpo, entonces vi que allÃ* habÃ*a varios zapatos con cordones, se los quité y le até las manos y los pies, me senté en el water y la coloqué encima de mis piernas y después le fui dando cachetes en el culo, ella lloraba desconsoladamente, pidiendo que parara, aquello me excitaba más aun, mi polla tiesa golpeaba una y otra vez sobre su vientre mientras mi mano actuaba, enrojeciendo sus nalgas.
A continuación, llevé dos dedos a su culito, se los introduje sin miramientos hasta el fondo, ella lanzó un grito bestial al sentirse penetrada de aquella forma, continué moviendo mis dedos rápidamente en su cada vez más abierto culito y seguÃ* dándole palmadas a sus nalgas. En ese momento llegó Rita, andando como una buena perra, con tres consoladores y lubricante, al ver lo que pasaba se fue rápidamente a acariciar el coño de su hija, para excitarla, después me miró con cara de puta viciosa y me dijo que era un cabrón, que la iba a destrozar, que parase y lubricara, seguÃ* un par de penetraciones más y paré, me lubriqué los dedos y después el ano de Olga, lo dejé muy bien, est

aba listo, le metÃ* un dedo lentamente en el culo a Olga y esta no dijo nada, se quedó tranquila, incluso le gustaba.
AsÃ* estuve hasta que se lo metÃ* entero, después se lo saqué y repetÃ* la operación, hasta que al rato hice lo mismo pero con dos, Olga los acogÃ*a sin dolor, incluso disfrutaba, mientras Rita masturbaba a su hija y se introdujo un consolador en su coñito, lo movÃ*a desesperadamente, mis dedos seguÃ*an perforando el culo de la hija, le gustaba, suspiraba y gemÃ*a, Rita seguÃ*a trabajándose el coño hasta que entre alaridos de placer se corrió como una cerda sobre el consolador, cuando terminó, se lo sacó y lo puso en la boca de su hija para que saboreara sus flujos, mis dedos seguÃ*an penetrándole el culo, Olga chupaba el consolador, como si fuera una polla que le llenaba la boca, tenÃ*a cara de satisfacción.
Tras dejarlo limpio, le dije que era una putita, que le gustaban los fluidos de la madre y que le dieran por culo, que debÃ*a de ser tan puta como su madre, mientras decÃ*a esto me situé detrás de Olga, saqué los dedos y apunté mi polla a su culito, le puse la punta y el resto entró progresivamente, a ella no le molestaba, al rato la hundÃ* hasta el fondo, soltó un leve quejido al sentirse clavada. Pasado el shock inicial, comencé a penetrarla a ritmo lento, para con el tiempo ir aumentando la velocidad, Olga gritaba de dolor, me dijo que se la sacara, la dejé fuera unos segundos, y al rato se la volvÃ* a meter, no dijo nada, seguÃ* follándome su culo, entrando y saliendo mi polla de su ano estrecho, gozaba de una sensación de placer inmensa.
Observando la escena, Rita se puso otra vez cachonda y decidió intervenir en la fiesta, se ajustó un arné con un consolador a la cintura, se colocó debajo de su hija, Rita boca arriba, Olga a cuatro patas, y le fue introduciendo la punta del consolador en el coño de su hija. Sin parar de follarle el culo empujé la entrada de la vagina sobre el consolador de Rita, hasta que Olga lo tuvo metido completamente, la cual dio un nuevo grito de dolor, se sentÃ*a como empalada, doblemente penetrada, mis movimientos sobre su culito ayudaban a que el consolador entrara una y otra vez en su coño, los gritos de dolor fueron convirtiéndose paulatinamente en gemidos de placer, Rita se acariciaba las tetas, pellizcándose los pezones mientras su coñito chocaba continuamente contra el de su hija.
Pasados unos minutos, empecé a notar que estaba próximo mi orgasmo, entonces le dije a Olga que iba a correrme, que lo iba a hacer dentro de su maravilloso y estrecho culo, que iba a sentir su primera corrida, le dije que le iba a inundar su culo, que se movÃ*a muy bien, que estaba aprendiendo, que era una buena zorra, dicho esto me corrÃ*, era muy placentero, mi leche llenaba su cavidad, mis chorros fueron a parar al interior del recién desvirgado culito, tras llenarle el culo de leche, saqué mi polla y sonó como un tapón cuando se descorcha una botella, Rita seguÃ*a follándole el coño a su hija con el consolador, acerqué mi polla a su boca y enloquecida de placer, me la limpió.
Cuando Rita terminó, sacó el consolador y acercó su boca al coño de su hija, lo repasó con la lengua, recorrÃ*a desde el clÃ*toris hasta la entrada del ano, una y otra vez, lamiendo sin parar, a Olga le encantaba, y a los pocos minutos se corrió en la boca de su madre, la cual continuó comiéndole el coño a su hija, Olga se colocó para poder saborear el coñito de su madre, con la postura del sesenta y nueve, y mutuamente se comÃ*an los coños calientes, abiertos y mojados, no habÃ*a duda de que no era la primera vez que lo hacÃ*an. Estando ellas asÃ*, cogÃ* dos consoladores y metÃ* uno en cada uno de sus culos, a Rita le entró fácilmente, ni se inmutó, estaba concentrada en comerle la raja a su hija, a Olga se lo introduje con un poco de esfuerzo, aunque ella casi no se perturbó, solo apartó un momento su boca del coño de su madre y me miró complacida, a la vez que ellas seguÃ*an comiéndose los coños mutuamente, yo seguÃ*a follando sus culos con los consoladores, una y otra vez, al rato de nuevo mi polla se puso dura, las chicas seguÃ*an hasta que terminaron.
Al verlas me entraron ganas de correrme de nuevo, asÃ* que ordené a mis calientes zorritas que me comieran la polla hasta que me corriera, enseguida obedecieron, empezaron

a lamerme mi verga, luchando cada una por un espacio, acariciándome mis testÃ*culos, chupándomela alternativamente, primero una se la metÃ*a y después la otra, era muy excitante ver a la madre y a la hija luchando por mamar mi polla. Minutos después lograron que me corriera de nuevo, el primer chorro fue a los labios de Olga, y el resto a las mejillas y boca de Rita, cuando terminé ambas se fundieron en un beso, para después lamerse mutuamente los restos de semen de sus caras.
Cuando terminé me duché, al salir ellas seguÃ*an enrollándose, comiéndose las bocas, las lenguas, yo me vestÃ*, ellas me miraban con caras de perras en celo, les dije que me iba, y que otro dÃ*a habrÃ*a más, ellas asintieron con la cabeza y las dejé solas.
 

criscuevas

Virgen
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:icon_surprised: monumental horchata que armo esta familia
 

kaiku25

Virgen
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El relato muy bueno y muy caliente, a por mas relatos como este
 
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