ojitos verdes

vicoxxx

Virgen
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Jun 8, 2011
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este relato lo encontre en la red y me parecio muy bueno...

El padre de Karina accedió a los caprichosos gustos de la
niña, que cumplía 14 años. "Ojitos verdes", la llamaba su padrino, un vecino
cincuentón del campo aledaño, al de la familia de la jovencita. Papá Rodrigo,
acompañado de Alejandro el vecino y compadre, iban a viajar esa mañana, hasta al
lugar donde encontrarían lo que seguramente iba a satisfacer los antojadísimos
requerimientos de la chiquilina.

Ojitos Verdes, es una muñeca que camina, habla, canta, grita,
llora y para peor siempre obtiene lo que quiere, y ahora pedía un loro
parlanchín y un papagayo de hermosos colores.

Ojitos Verdes, es delgadita de cara, su cuerpito bien
formado, sendos botoncitos de los senos queriendo llamar la atención ya
demasiados pronunciados, caderas dispuesta a soportar muchas cosas, piernas bien
formadas con nalgas blancas y gruesas por sus prácticas deportivas en el colegio
de monjas donde asiste durante la semana bastante distante de la casa.

Ojitos Verdes, tiene boquita grande y carnosa. De mente ágil,
y rápida de pensamientos que nada tienen que ver con su edad. Cabellos negros,
lacios y largos hasta la cintura que con sus ojitos verdes, su sempiterna
sonrisa y el gran murallón de sus grandes dientes blancos, hacían de la niña
hermosa, un bello retrato de lo que es ser una agraciada personita que todo lo
logra con sus lagrimitas y cariñosos abrazos y besos.

Era sábado, Insistió en querer ir ella también hasta la
Estancia donde iban a comprar el obsequio requerido. Ya estaban los dos hombres
en el asiento de la 4 x 4, cuando la mamá le pidió a Rodrigo que la llevaran
mientras ella hacía los preparativos de la fiestita, a realizarse al día
siguiente, domingo por la tarde. De un salto, Karina se encontró sentada a
caballito, sobre las piernas del papá, abrazada a su cuello, con sus faldas que
no le cubrían las rodillas, mientras Alejandro, el padrino, se divertía riéndose
con muchas ganas, ante los mohines de la única hija del joven matrimonio de
Rodrigo y Laura, que no aceptó viajar en los asientos traseros. Quería ir
adelante para observar el camino.

Alejandro, puso en marcha el vehículo, se disponía a partir,
cuando la mamá le alcanzó una toalla para cubrir las piernas de Ojitos Verdes,
para que no tomara la resolana de esa calurosa tarde de la postrimería del
verano...

Como todos los caminos de la enorme campaña de la comarca,
por el que iban, éste, el tomado, era un desastre por los pozos y profundas
huellas de carros a caballos, tractores y demás transportes habitué en la zona.
Los pesados camiones lecheros eran los que mas dañaban esas rutas vecinales, así
que el movimiento de los pasajeros de la 4 x 4, eran como estar dentro de una
mezcladora de materiales para la construcción, cosa que causaba mucha gracia a
la niña, que reía y se divertía saltando sobres las piernas del papá, al igual
que Alejandro en el volante. No así Rodrigo. Él no reía. Estaba realmente
preocupado ya que soportaba estoicamente el peso de la hija sobre sus piernas y
que en cada frenada o salto de huella, la niña le apretaba los genitales.

En una frenada, la pequeña vio un gesto del papá y que
ahogaba un gemido de dolor y entonces lo miró con cierta picardía y le dijo al
oído:

- ¡papi... abrí las piernas, y viajo apoyada sobre tu rodilla
derecha y no te aprieto!...

Al decir esto, Ojitos verdes dejó libre la pierna izquierda
de Rodrigo que sintió un enorme alivio, quedando su rodilla derecha en la
entrepiernas de la nena, que se friccionaba con ella en cada momento en que el
vehículo saltaba por efectos del camino. De pronto en una pronunciada bajada,
Karina se puso tensa con los pies apoyados en el piso de la camioneta, y las dos
manos sobre la consola del vehículo arrastrando en el movimiento los genitales
del padre que no podía hacer nada para sacarlo de entre la pierna de ella y su
nalga y que con el movimiento y la alocada alegría y saltos de la niña, fue
tomando forma y endureciéndose todo lo largo que era. Intentó evitarlo, pero la
chiquilina jugaba con el padrino, cuando veía acercarse a un pozo y apretaba sus
piernas con más fuerza, para no golpearse:

- ¡Ojitos Verdes.... – gritaba Alejandro...

- ¡Síiii, padrino.... me agarro fuerte!....

- ¡¡ ahí viene!!... ¡Cuidado!... – y la pi-cku saltaba como
un canguro,

logrando arrancar fuertes carcajadas de la garganta de la
niña que iba feliz en el viaje, mientras Rodrigo, no soportaba ese vaivén que le
imponía el juego infantil, sobre su pene, que estaba a punto de explotar:

- Papito... ¿qué te pasa?... – preguntó la niña
inocentemente, ante un gemido retenido y un gesto del padre:

- ¡Nada!... - respondió Rodrigo, cerrando los ojos con fuerza
para evitar acabar ya, en los pantalones con fuertes chorros de líquido.- ... ¡
vos seguís... no te preocupes por mí... ¡¡seguí... por favor....

- ¡Pero papi... si te hago mal, decímelo... – y bajando su
manito la niña intentó separar su pierna de la del padre y se encontró con la
enorme y dura cosa de papá. Lo miró. Sonrió con picardía. Su mente de chiquilina
avispada, le hizo apretar con fuerza aquella barra ardiente, mientras ella
apoyaba su rajita en la punta de la rodilla de aquel padre que ya no supo
dominar la situación, mientras Alejandro, le preguntaba:

- Rodrigo, ¿se siente mal? ¿Quiere que nos detengamos?

- No, hombre, siga cuanto más rápido mejor... – lo dijo casi
gritándole, mientras apoyaba su cabeza en las espalditas de Ojitos Verdes,
apretándola casi con desesperación contra él, mientras la niña con suaves
caricias de sube y baja por sobre la liviana tela del pantalón beige, fue
masturbándolo, como jugando. Rodrigo se retorcía atormentado en el asiento. No
aguantaba más. Sabía que iba a acabar en las manitos de su hija, la que
alocadamente reía con cada pozo que volvía a tomar el padrino y frotaba casi con
desesperación sus entrepiernas sobre la punta mas pronunciada de la rodilla de
papá. Alejandro los observó detenidamente y sintió un enorme sacudón al oír un
gemido placentero de su compadre, sintió la sangre subir a sus sienes y su pene
endurecerse al máximo cuando Ojitos Verdes totalmente excitada, apreció los
fuertes golpes del semen de papá contra la tela fina del pantalón. Sintió su
mano mojada, pegajosa. La sacó del lugar y se la llevó a la boca

La emanación del clásico aroma de una eyaculación, le
hicieron girar nuevamente la cabeza al Padrino y observó el estado de Rodrigo, y
la niña que seguía cabalgando sobre la rodilla de este, dando de pronto, enorme
alarido por un tremendo orgasmo, la convulsión de la púber enardeció al hombre,
sacándolo de sus cabales. La Cabina, con los vidrios bajos, permitía mantenerse
dentro de ella el hedor al sexo.

Alejandro, frenó el vehículo, se miró con Rodrigo y éste le
suplicó silencio. Que no se comentara nada ni una palabra de lo que allí había
ocurrido. El padrino comprendió. Miró su propio falo, casi veinticinco
centímetros endurecidos y apretándolo con fuerza, libidinosamente le habló por
lo bajo:

- ¡Está bien, Rodrigo... pero ahora el resto del camino hasta
la estancia, conducí vos!... – y lo tuteó, por primera vez, lo tuteo, mientras
dejaba el volante y daba la vuelta para ocupar el lugar del padre de la niña.
Rodrigo, se dio cuenta, entendió el costo del silencio. No podía hacer nada y
mordiéndose los labios, la puso de pié a la niña, se cruzó al volante, mientras
Alejandro tomaba su lugar. La pequeña y perversa Karina, con mirada de querer
saber qué pasa, puso sus ojos en los de papá, angustiada y con lujuria y este le
indicó que sí, que se sentara sobre la rodilla del padrino, siempre lo había
hecho, y que siguiera divirtiéndose como hasta ahora. Se pusieron nuevamente en
marcha, acercó su boca al oído de la niña, le beso la mejilla y le suplicó:

- ¿qué pasa si le cuento a mamá lo que me has hecho?...

- ¡No, papito... por favor, nunca se lo digas...

- Bueno, está bien, vos tampoco... es un secreto entre los
tres...

- ¿Los tres?...- inquirió Ojitos Verdes:

- ¡Si! Alejandro vio todo lo que me hiciste...
 
H

hotsverga

Guest
exelente tema me gustaria la con tinuacion digo si tiene
 

cerox

Virgen
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Ago 29, 2008
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Si que tiene continuacion alguno relatos mas Pero porque este relato es Viejo ya lo avia visto en otras webs este relato es viejo copiado de otra web
 
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