Obsecion por Anales Familiares -02-

heranlu

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-Obsesión por Anales Familiares -02-
Dormitaba cuando escuche un alboroto en las escaleras, me levante agitado pues estaba desnudo en el cuarto de mi hija, con la computadora prendida y la memoria fuera de su lugar como pude la apague, guarde las cosas y salí corriendo a mi cuarto. En cuanto cerré mi puerta escuche como abrían la de la entrada, quien fuera debía vestirme pues no podían encontrarme así, por fin supe que era Leticia, varios amigos y su novio, salí a saludar y mi hija se sorprendió de verme pero en seguida le aclare que me había tomado el día y que no se preocupara que no molestaría para nada ya que estaría en mi cuarto viendo la tele y descansando, pues se disponían a festejar el cumpleaños de uno de ellos. Así pase el resto de la tarde dormí un poco y cuando veía un programa recibí una llamada de Carolina me comento que iría a un bar con algunos amigos cerca de su trabajo que me despreocupara y durmiera pues no sabía a qué hora regresaría también me dijo que Laura le había llamado para avisarle que se quedaría con una amiga y que le había dado permiso, entonces solo yo estaba descansando mientras todos festejaban, me venía bien pues que semanas había pasado.

Eran alrededor de las once y en la sala se escuchaba ya mucho menos ruido, yo tenía un poco de hambre así que decidí salir y ver cómo estaban las cosas, en la sala se encontraban dos tipos que conversaban alegremente y por lo visto en el ambiente ya muy borrachos pues había un par de botellas de tequilas vacías, al verme se sorprendieron un poco y se callaron un momento, salude y me dirigí a la cocina. Cuando volvía ellos se despidieron y descubrí que en el sillón también se encontraba Pablo solo que dormido tal vez por el alcohol, cuando se marcharon, limpie un poco el desastre de sala que habían dejado y de pronto como un rayo me llego al pensamiento Leticia que seguramente cansada o muy pasada de copas se habría ido a recostar, deje en seguida lo que estaba haciendo, apague todas las luces y casi corrí al cuarto de mi hija. Me quede paralizado frente a su puerta, ¿qué era lo que estaba pensando o a punto de hacer?, pero imágenes de cómo le penetraban en culo y todas las mañana que la veía en tanga me bombardearon la mente ya sin pensarlo abrí la puerta. Como lo había pensado seguro se sintió muy mareada y cansada; es sorprendente como los jóvenes se emborrachan de una manera tan fácil y rápida; tal como estaba se tumbo sobre la cama, la encontré boca abajo con una pierna apenas doblada y su brazo que le servía de almohada. Debía acomodarla para que descansara bien así que me acerque y el tufo de alcohol era impresionante, comencé por quitarle los tacones, no sé cómo demonios se habría metido aquel pantalón de mezclilla pues estaba pegadísimo y por supuesto así como estaba la tanga le salía esta vez era una morada con una delgada línea de encaje, aunque quisiera detenerme y pensar en otra cosa ella me ponía a cien con solo verla, resistiéndome por completo a mis impulsos intente despertarla, le llame y la agite un poco que la verdad fue bastante pero sencillamente no respondía solo negaba entre dientes y por nada abrió los ojos. Todos los elementos en un segundo los maquile y lo que resulto fue un gran plan con el cual podría tener lo que venía deseando, el fantástico culo de mi adorable hija. Me apresure a la sala para ver que tan dormido o borracho estaba Pablo y al igual que mi hija no respondió en lo más mínimo.

Con un último intento por despertar a Leticia se pondría en marcha mi plan y ya que ella no respondía lo que estaba por venir seguro lo disfrutaría como nunca. Quitarle el pantalón fue una delicia, estaba tan ajustado que cuando libero sus nalgas estas salieron como rebotando eso ya me tenía más que tieso, quitarle su blusa no me costó gran trabajo y el sujetador aun menos, por fin tenia a mi hija Leticia como la había deseado desde hacía semanas, tumbada en la cama con una diminuta tanga, pero pensé que si no me había costado trabajo desvestirla mucho menos el ponerle alguna prenda y con lo pequeño que estaban las que ella tenía sería cosa de nada. Elegí el mejor atuendo que encontré, una especie de coserte que tiene las ligas para sostener medias me parece que lo llaman corselette o algo así, medias de red muy fina, era perfecto pues al parecer era el conjunto de la tanga que tenia puesta, como lo previsto no me tomo mucho esfuerzo ni tiempo el dejarla lista para la faena que tendríamos. Temblaba de lo embrutecido que estaba de sentir por fin su piel, besaba cada espacio que me ofrecía pero me detenía lo que parecía una eternidad en su trasero hasta lo mordía un poco, solo de un momento a otro se movía pero nada para alarmarse, saque mi pene y decidí recorrer con el todo su cuerpo incluso abría su boca y poco a poco le metía mi tranca, seguía perdida. Era momento de comerme aquel manjar con el que había soñado, en un movimiento la puse de nuevo boca abajo y coloque un par de almohadas en su vientre era casi como si ella me ofreciera su culo para que yo hiciera con él lo que más me viniera en gana, no quise quitarle la tanga así que solo la aparte y sin pensarlo dos veces comencé a comerle el culo, hasta ese momento ella quiso pronunciar algo pero solo balbuceo y lo único que pude entender fue el nombre de su imbécil noviecito. Cada arruga de su ano la disfrutaba queriendo memorizarlo y no quitarme de ahí nunca, mi lengua aplicaba toda la fuerza que podía y apenas lograba abrirlo, ella comenzaba a respirar solo un poco más a prisa al parecer le encantaba y yo estaba que no me la creía, debía guardar esto para siempre y la mejor forma seria grabarlo, la manera más pervertida de hacerlo era con el celular de mi hija y eso ayudaría a mi plan solo debía cuidar que no saliera mi cara y lo menos de mi. Busque en el ahora flácido pantalón que hace unas horas hubiese levantado a cualquier muerto, comencé con la grabación de solo ella, quería que cada centímetro de su ser estuviera guardado más que en mi memoria, tan cerca que con la imagen en pausa podría haber contado los pliegues su dulce hoyito, cuando le tocaba el culo acercaba el celular a su rostro y solo se le oía decir:

-si Pablo, así.

No me cabía duda que seguía borrachísima, pues además no abría los ojos por nada y con la oscuridad que reinaba el cuarto apenas me distinguiría. Me encontraba tan caliente que estoy seguro que en cuanto me tocara explotaría en una fuente de leche que no debía desperdiciar y que mi hija de estar consiente seguro hubiese querido degustar, así que comencé a jalármela frente a su boca y en menos de lo que pensé estaba descargándome en toda su cara, ella no respondía, solo saco un poco su lengua y quedo de nuevo muy quieta, era impresionante ver a Leticia con la cara llena de mi semen; solo le limpie un poco las pestañas pero lo demás lo dejaría en su lugar, me habría encantado ver su reacción al despertar. La erección no me bajo ni un milímetro, estaba tan empalmado como al principio y más caliente también, del cajón tome la crema para calentarla y el lubricante para mi deleite y evitar que al despertar se encontrara con alguna incomodidad, que ironía. Intento girarse pero al momento se lo impedí pues comenzaríamos con una sesión doble, le untaba la crema pasando por su botón y esto le provoca gran placer pues comenzaba con los gemidos y sus jugos no tardaron en salir, recordé el video donde ella tenía sus nalgas coloradas pues las palmadas se le habrán pasado a su novio y en ese instante le di una gran nalgada que muy probablemente sonó en toda la casa y en seguida se enrojeció su trasero, tenía el culo más firme que jamás había cogido incluso que el de carolina cuando recién la conocí, con esto ella se movió bruscamente pero su estado no le ayudaba mucho así que le di otra nalgada un poco más fuerte que la primera y el sonido ya me tenia encantado.

Con una suavidad que no me gustaba comencé a introducir por su mojada rajita el monstruo vibrador ni una gota de lubricante necesite pues con lo mojada que estaba entraba muy fácilmente, los casi 20 cm de plástico ya los tenia dentro pero en cuanto lo encendí ella respiraba más fuerte y pedía con voz casi inaudible que la metiera mas, increíble lo zorra que mi hija era. Su esfínter anal por fin me conoció y me daba paso libre a introducirle un par de dedos que se sentía maravilloso pues cuando los tenia dentro ella apretaba tanto que ya no soportaba la excitación y la preparación ahora me dejaría meterle toda mi tranca, su amigo no dejaba de vibrar en su coño y en un suspiro le metí de una vez por todas mi grueso rifle, lo que era por atrás estaba completamente retacada y habrá que decir lo mismo de su vagina, sus intenciones de gritar las opaque con una mano en su boca, cada que la embestía ella quería desahogarlo en gritos pero debía soportarlo pues no quería que Pablo nos arruinara el festejo. Estaba como en uno de mis sueños; Leticia vestida con aquella lencería de puta, un vibrador en el coño y mi pene en lo que ahora se me había convertido en obsesión, su apretado ano. Con la primer llegada en su cara que ahora estaba como mascarilla seca me dio más tiempo de poder follarla, ella ya no intentaba gritar pero sus gemidos y su petición a Pablo por meterla más duro aumentaban, mi plan funcionaba pues ella en todo momento pensó que yo era su novio, por fin logro incorporarse alcanzando a estar en cuatro esto me aliviaba pues llevaba ya un rato sosteniéndome en mis brazos y estos ya me temblaban, aquel panorama era fantástico, con el encaje pegado a su piel y las medias rozándome las piernas, la tanga volvía a su posición y yo la apartaba nuevamente, esto debía grabarlo y así fue, cuando volteaba para mirarme yo la deslumbraba con la luz del celular y podía ver en la pantalla su rostro de placer, gemía mas y ahora comenzaba a pedirme que aguantara solo un poco, que le partiera el culo, que la mataba de placer; el orgasmo no se hizo esperar y un tremendo grito se acompaño de sus manos en mis nalgas que me pegaba a ella como no queriendo separarse nunca, su amigo de plástico cayo a la cama envuelto en sus jugos y no paraba de vibrar, esta situación final me hizo dejarle de premio lo que me restaba de leche en sus entrañas que para ser lo que me quedaba era una abundante carga, por poco grito de placer pero la pizca que me quedaba de cordura me impidió hacerlo pues reconocería mi voz, el delicioso culo de mi hija por fin era mío, ella no me soltaba y aun pegados caímos rendidos.

Puse todo mi esfuerzo para no quedarme dormido y esperar a que mi hija lo estuviera y continuar con mi plan, para esto no espere más de diez minutos y moviéndola un poco me asegure que estuviera en los brazos de Morfeo, mi pene seguía parcialmente duro y aun dentro de Leticia, de un jalón me retire y me acompaño un hilo de espesa leche saliendo de su ya acostumbrado culo esta sería la última escena de la noche, tome un par de fotos y aun con lo arriesgado que esto era encendí la luz para poder filmar a mi hija recién cogida y con su cuerpo y ropa impregnadas de los jugos sexuales que aun le emanaban, esto me tenia nuevamente erecto pero mi plan debía continuar. En la sala Pablo no se movió ni un centímetro, su respiro era más bien ronquido, intente por tercera vez despertarlo y ni siquiera se inmuto. Lo cargue como pude hasta la habitación de Leticia, lo recosté, lo desnude y como último movimiento coloque el celular a su costado, mi plan no tenia margen de error.
 
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