Hannibalfck
Pajillero
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NOCHES DE MAYO (Segunda parte)
Después de aquella primera incursión en el cuarto de mis padres. Un sentimiento de culpa invadió mi mente, me sentí el hijo mas malo del mundo. Al día siguiente mi madre me despertó con un beso en la frente, ya que me había quedado dormido con la luz de lámpara encendida y un libro de estadística en la mano. Apago la luz y me dijo ¡descansa hijo, se nota que tuviste una noche de estudio pesada!. Esas palabras me cayeron como balde de agua fría y me tape la cara por la vergüenza que me invadía. Cuando me asegure de que todos se habían ido al trabajo y mi hermana a la escuela. Me levante para darme una ducha y lavar los restos de semen del pantaloncillo de mi pijama. Tenia sentimientos encontrados por un lado culpa y por el otro una creciente excitación, fue cuando hurgue en cesto de la ropa sucia y vi los calzones de mi madre junto a su uniforme de trabajo. Un deseo incontenible se apodero de mi persona, tome aquellas prendas y me las lleve a la nariz, tenían un olor agridulce mezcla de orines y flujo, como un golpe en la cabeza sentí perder el equilibrio de mis piernas, tuve una fuerte y violenta erección. Me olvide de toda culpa y al recordar cada glorioso momento de la noche anterior comencé una masturbación furiosa la cual tuvo final con una cuantiosa corrida sobre los calzones de mi madre. Salí del baño como “Popeye el marino” con un brío y unas fuerzas nunca antes experimentadas listo para enfrentar los retos del día.
Durante las clases de matemáticas me estaba invadiendo el sueño y ya deseba que terminrá mi ultima clase, me moría de ansias por ver a mi madre. Esa noche a mi madre le toco guardia y llego pasadas las 11:30 de la noche. Estaba muy cansada y un tanto irritable, me ofrecí a calentarle su cena ya que padre había llegado medio ebrio (¡que novedad!). Ella vio como lo vio como un gesto noble de mi parte y después de acabar de cenar saco sus pastillas para dormir y dispuso a tomarse 1 ½ pastilla señal de que había tenido un día muy pesado y que por ende requería de una dosis mas fuerte para soportar los ronquidos de mi padre.
Siguiendo la rutina de todos los días espere a que todos estuvieran completamente dormidos, me padre se levanto a orinar como a las 12:15 y minutos mas tarde ya roncaba como motosierra. Eran ya como 1:00 de la madrugada cuando me levante de mi escritorio y camine de “puntitas”en penumbras hasta el cuarto de mis padres. Mi hermana había dejado encendida su TV. Estaba medio tapada y sus piernas lucían encantadoras. Pero mi objetivo era otro, así que apague la TV para evitar una posible interrupción y me dirigí al cuarto de mis padres. Y ahí estaba con su blusón azul cielo a mitad de sus nalgas. Otra ves llegue hasta ella a “gatas”, y repetí la misma operación de día anterior. Deje su culo al descubierto y comencé a recorrer con mis dedos cada mili metro de su piel. Esta vez un pedo me saco de mi trance y casi me gana una carcajada. Este hecho hizo que mi atención se fijara esta vez en su prieto y cerrado ano. Note como cada vez que intentaba introducir un dedo, su ano se contraía de manera excitante como si me guiñara un ojo pero negándome la entrada. Sobre el buró de la cama había un botecito de vaselina para bebes que usaba mi madre para colocarse los guantes que usaba para lavar los trastos de la cocina. No podía creer mi suerte, abrí con torpeza el recipiente y casi se me cae de las manos, metí mi dedo índice y saque un poco de esa pomada. Unté un poco de vaselina en la entrada del ano, esta vez mi dedo pudo entrar sin dificultad.
El ano de mi madre a diferencia de su vagina estaba mucho mas estrecho y apretaba de manera muy rica, era caliente y gracias a la vaselina mis dedos uno y hasta dos pudieron entrar hasta el fondo. Mi verga estaba a punto de reventar y clamaba por ser liberado de su encierro. Sin pensar en las consecuencias me quite la pijama y el calzoncillo ahí mismo. Frote la punta de mi pene en cual ya dejaba escarpar la primeras gotas de liquido seminal. Una idea cruzo por mi mente, si le meto la verga a mi madre por la vagina podía quedar embarazada y eso era ya una puta locura, sin embargo si se lo meto por el ano, no pasa nada. Así inicie una maniobra un tanto riesgosa si tomaba en cuenta que mi padre dormía al lado, desde mi ubicación no alcanzaba a ni a meter la punta sin tener que apoyarme sobre la cama. El reloj sobre el reloj ya marcaban las 2:25 de la madrugada y era viernes, el día que mi padre se levantaba mas temprano como a las 3:15. No tenia mucho tiempo, y mi madre cambio nuevamente de posición esta vez quedo boca arriba, eso parecía el fin de aquella incursión y estaba a punto de “tirar la toalla” cuando en un giro del destino cambio mi suerte. Un movimiento violento de mi gordo padre mando casi a la orilla a mi madre quien entre sueños se aferró a la espalda del mismo dejando su culo expuesto y a mi total merced. Al ver como ese culo se me ofrecía en charola de plata, tuve una nueva erección esta ves mas violenta, unte generosamente mi pene con vaselina y lo coloque en la entrada de ese deseado orificio.
Primero la punta y muy lentamente hasta la mitad de mi mástil, estaba muy apretado tal como lo imagine, mi madre dio un pequeño respingo así que decidí sacarlo de inmediato. Su ano lucia ya un poco dilatado, el reloj seguía su marcha y esta vez el display marcaba las 2:40. Decidi jugármela por completo y me arme de coraje, esta vez metí de un solo golpe hasta la mitad de mi verga y la deje estacionada ahí, el calor dentro del esfínter de mi madre iba en aumento derritiendo la vaselina hasta hacerla casi liquida. Fue así como decidí dar la ultima estocada hasta el fondo. Esta vez mi sentí como mis huevos chocaron con su conchita, comencé un lento pero acompasado bombeo por mas de 3 minutos hasta que sentí como la verga se me hinchaba mas anunciando que estaba por terminar ahí dentro del hermoso culo de mi madre. No se mi madre también lo sintió esa “llegada” que aprisiono con mas fuerza a mi miembro como si no quisiera dejarlo salir. Fue tal la cantidad de semen que expulse que salía a borbotones por el ano de mi madre. Tome mis calzoncillo para evitar que se mojara su sabana. Depuse saque mi pene escupiendo aun los últimos chorros de leche. Mi leche no dejaba de salir de ese orificio, un pedo de aire expulso los ultimos chorros sobre mi calzoncillo. Tenia poco tiempo para limpiar mi desmadre el reloj ya marcaba las 2:55, no terminaba de reponerme pero la idea de que en cualquier momento sonará el despertador me ponía cada vez mas nervioso al grado que casi resbalo con mi propio esperma. Limpie el culo de mi madre lo mejor que pude, le acomode su blusón hasta tapar la mayor parte de sus nalgas y salí casi corriendo de ese cuarto. Pocos minutos después sonó la alarma de mi padre y con ese zumbido se ponía fin a madrugada que jamás podré olvidar hasta el final de mis días. Pero lo mejor estaba por venir.
Después de aquella primera incursión en el cuarto de mis padres. Un sentimiento de culpa invadió mi mente, me sentí el hijo mas malo del mundo. Al día siguiente mi madre me despertó con un beso en la frente, ya que me había quedado dormido con la luz de lámpara encendida y un libro de estadística en la mano. Apago la luz y me dijo ¡descansa hijo, se nota que tuviste una noche de estudio pesada!. Esas palabras me cayeron como balde de agua fría y me tape la cara por la vergüenza que me invadía. Cuando me asegure de que todos se habían ido al trabajo y mi hermana a la escuela. Me levante para darme una ducha y lavar los restos de semen del pantaloncillo de mi pijama. Tenia sentimientos encontrados por un lado culpa y por el otro una creciente excitación, fue cuando hurgue en cesto de la ropa sucia y vi los calzones de mi madre junto a su uniforme de trabajo. Un deseo incontenible se apodero de mi persona, tome aquellas prendas y me las lleve a la nariz, tenían un olor agridulce mezcla de orines y flujo, como un golpe en la cabeza sentí perder el equilibrio de mis piernas, tuve una fuerte y violenta erección. Me olvide de toda culpa y al recordar cada glorioso momento de la noche anterior comencé una masturbación furiosa la cual tuvo final con una cuantiosa corrida sobre los calzones de mi madre. Salí del baño como “Popeye el marino” con un brío y unas fuerzas nunca antes experimentadas listo para enfrentar los retos del día.
Durante las clases de matemáticas me estaba invadiendo el sueño y ya deseba que terminrá mi ultima clase, me moría de ansias por ver a mi madre. Esa noche a mi madre le toco guardia y llego pasadas las 11:30 de la noche. Estaba muy cansada y un tanto irritable, me ofrecí a calentarle su cena ya que padre había llegado medio ebrio (¡que novedad!). Ella vio como lo vio como un gesto noble de mi parte y después de acabar de cenar saco sus pastillas para dormir y dispuso a tomarse 1 ½ pastilla señal de que había tenido un día muy pesado y que por ende requería de una dosis mas fuerte para soportar los ronquidos de mi padre.
Siguiendo la rutina de todos los días espere a que todos estuvieran completamente dormidos, me padre se levanto a orinar como a las 12:15 y minutos mas tarde ya roncaba como motosierra. Eran ya como 1:00 de la madrugada cuando me levante de mi escritorio y camine de “puntitas”en penumbras hasta el cuarto de mis padres. Mi hermana había dejado encendida su TV. Estaba medio tapada y sus piernas lucían encantadoras. Pero mi objetivo era otro, así que apague la TV para evitar una posible interrupción y me dirigí al cuarto de mis padres. Y ahí estaba con su blusón azul cielo a mitad de sus nalgas. Otra ves llegue hasta ella a “gatas”, y repetí la misma operación de día anterior. Deje su culo al descubierto y comencé a recorrer con mis dedos cada mili metro de su piel. Esta vez un pedo me saco de mi trance y casi me gana una carcajada. Este hecho hizo que mi atención se fijara esta vez en su prieto y cerrado ano. Note como cada vez que intentaba introducir un dedo, su ano se contraía de manera excitante como si me guiñara un ojo pero negándome la entrada. Sobre el buró de la cama había un botecito de vaselina para bebes que usaba mi madre para colocarse los guantes que usaba para lavar los trastos de la cocina. No podía creer mi suerte, abrí con torpeza el recipiente y casi se me cae de las manos, metí mi dedo índice y saque un poco de esa pomada. Unté un poco de vaselina en la entrada del ano, esta vez mi dedo pudo entrar sin dificultad.
El ano de mi madre a diferencia de su vagina estaba mucho mas estrecho y apretaba de manera muy rica, era caliente y gracias a la vaselina mis dedos uno y hasta dos pudieron entrar hasta el fondo. Mi verga estaba a punto de reventar y clamaba por ser liberado de su encierro. Sin pensar en las consecuencias me quite la pijama y el calzoncillo ahí mismo. Frote la punta de mi pene en cual ya dejaba escarpar la primeras gotas de liquido seminal. Una idea cruzo por mi mente, si le meto la verga a mi madre por la vagina podía quedar embarazada y eso era ya una puta locura, sin embargo si se lo meto por el ano, no pasa nada. Así inicie una maniobra un tanto riesgosa si tomaba en cuenta que mi padre dormía al lado, desde mi ubicación no alcanzaba a ni a meter la punta sin tener que apoyarme sobre la cama. El reloj sobre el reloj ya marcaban las 2:25 de la madrugada y era viernes, el día que mi padre se levantaba mas temprano como a las 3:15. No tenia mucho tiempo, y mi madre cambio nuevamente de posición esta vez quedo boca arriba, eso parecía el fin de aquella incursión y estaba a punto de “tirar la toalla” cuando en un giro del destino cambio mi suerte. Un movimiento violento de mi gordo padre mando casi a la orilla a mi madre quien entre sueños se aferró a la espalda del mismo dejando su culo expuesto y a mi total merced. Al ver como ese culo se me ofrecía en charola de plata, tuve una nueva erección esta ves mas violenta, unte generosamente mi pene con vaselina y lo coloque en la entrada de ese deseado orificio.
Primero la punta y muy lentamente hasta la mitad de mi mástil, estaba muy apretado tal como lo imagine, mi madre dio un pequeño respingo así que decidí sacarlo de inmediato. Su ano lucia ya un poco dilatado, el reloj seguía su marcha y esta vez el display marcaba las 2:40. Decidi jugármela por completo y me arme de coraje, esta vez metí de un solo golpe hasta la mitad de mi verga y la deje estacionada ahí, el calor dentro del esfínter de mi madre iba en aumento derritiendo la vaselina hasta hacerla casi liquida. Fue así como decidí dar la ultima estocada hasta el fondo. Esta vez mi sentí como mis huevos chocaron con su conchita, comencé un lento pero acompasado bombeo por mas de 3 minutos hasta que sentí como la verga se me hinchaba mas anunciando que estaba por terminar ahí dentro del hermoso culo de mi madre. No se mi madre también lo sintió esa “llegada” que aprisiono con mas fuerza a mi miembro como si no quisiera dejarlo salir. Fue tal la cantidad de semen que expulse que salía a borbotones por el ano de mi madre. Tome mis calzoncillo para evitar que se mojara su sabana. Depuse saque mi pene escupiendo aun los últimos chorros de leche. Mi leche no dejaba de salir de ese orificio, un pedo de aire expulso los ultimos chorros sobre mi calzoncillo. Tenia poco tiempo para limpiar mi desmadre el reloj ya marcaba las 2:55, no terminaba de reponerme pero la idea de que en cualquier momento sonará el despertador me ponía cada vez mas nervioso al grado que casi resbalo con mi propio esperma. Limpie el culo de mi madre lo mejor que pude, le acomode su blusón hasta tapar la mayor parte de sus nalgas y salí casi corriendo de ese cuarto. Pocos minutos después sonó la alarma de mi padre y con ese zumbido se ponía fin a madrugada que jamás podré olvidar hasta el final de mis días. Pero lo mejor estaba por venir.
