Noches de amor con mis papis III. Un día «larguísimo» en la escuela

Incestlover

Virgen
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Seguimos caminando hasta que llegamos a nuestras escuelas, por suerte están a una calle de distancia la una de la otra, esto es grandioso,
pues amo poder ver y comentar los culitos lindos con mi hermana, y fantasear con lo que les haríamos si las tuviéramos en nuestros brazos.

—Bueno Emi, nos vemos en la casa.
—Ok Mai, nos vemos al rato.
Ella se alejó meneando el orto, ése gordo y firme orto. La vi unos minutos y después me metí a mi primaria, apenas entré empecé a escuchar todo tipo de piropos,
lo que es de esperarse cuando eres una niña de nueve años con lindas tetas y viste una micro faldita que deja ver sus gordas nalgotas cubiertas por apenas una tanga
rosa que se mete en la raja de su ojete. Eso me encanta, las mujeres adoramos sentirnos deseadas, claro que no a todas, las hay que nunca lo harían, pero yo soy de las que adora
saberse deseada.

Llegó a mi salón y ocupó mi lugar, hoy vamos a ver una nueva lección: divisiones, mi profesora es una hermosa mujer negra de largo pelo rizado, que siempre me da un piquito en la boca cuando llegó al salón.
—Hola Emi—me saluda sonriendo con sus perlados dientes.
—Hola—contestó y paró la trompa para el respectivo beso.
Muak!
—Qué linda se ve profesora.
—Muchas gracias, tu te ves preciosa.
En lo que terminan de ingresar mis compañeros me deleitó viéndola, ella va tan bien vestida como siempre, una blusa blanca abotonada hasta la mitad que deja ver una camiseta de tirantes amarilla, junto con una falda larga a juego y unos zapatos negros escotados.
y unos pendientes blancos que combinan con su blusa, ella se percata de mi embeleso y me lanza un beso.
mis compañeros terminan de entrar, se sientan y la clase da comienzo, nada fuera de lo normal.
Llega el receso y mis compañeros salen como alma que lleva el diablo, yo espero, pues me gusta estar con mi profesora.

—Emi, es hora del recreo ¿Porque no sales?—pregunta fingiendo no saber.
—Bueno, es que... usted sabe...quiero estar con usted—respondo de manera lujuriosa.
Ella me mira con deseo y se lame los labios.
Se levanta y cierra la puerta del salón, corre las cortinas nerviosa y excitada, aunque mi primaria es tan liberal con la vestimenta, una cosa es que te dejen vestir como quieras,
y otra que dejen que una profesora y una alumna, mmmm jeje. O igual y son puras apariencias que hay que mantener, y en realidad es un secreto a voces que los profesores fornican a los alumnos.
La profesora se sienta en su silla y me invita a su regazo:
—Ven Emi, siéntate—me dice emocionada y toca sus piernas.
Yo saco mi lunch y me acerco, estoy tan excitada que mi conchita babea y empapa mi tanguita, pongo mi lunch sobre el escritorio de mi maestra y subo a sus piernas.

Mi respiración se agita, mi temperatura se eleva y mi vulva reclama atención. Ella acaricia suavemente mis piernas, propio de ella, comienza suavemente, frota mis piernas por dentro y por fuera, y mientras tanto me sonríe y observa atentamente
como me estremezco, me agrada el sexo rudo, pero no me es indiferente el ritmo suave, pausado y tierno, que permite subir la excitación hasta que.... te empiezas a desesperar por un toque más directo y te lanzas con hambre voraz por el.

—Ahhh, si así profesora, siga—exclamó temblando de placer.
—¿Te gusta pequeña?
—¡Ay si!, ¡se siente riquísimo!
—Bésame—me ordena en tono firme. Amo que haga eso, primero me pone flojita y después se pone firme.
Junto mi boca con la suya y nos besamos entrelazando nuestras lenguas, mientras tanto baja mi tanga con su mano derecha y acaricia mi empapada y caliente vulva y yo brinco por la excitación y gimo dentro de su boca,
Ella recorre mis labios vaginales cubriendo su mano con mi flujo y comienza a recorrer la superficie con firmeza haciéndome expulsar más y más jugo, lo coge con la mano y lo bebe con deleite.
—Sabes deliciosa, mi chiquita, ¿Eso que noto es sabor a semen?—pregunta curiosa.
—S..si, maestra, es lechita de la verga de mi papi—le digo para calentarla, pues se que a ella se le abre el orto cada que ve a mi papi, y más de una vez ha terminado de rodillas en los baños, haciendo la de «pájaro carpintero» hasta que mi papi le inunda la
garganta con chorros de caliente leche de macho, y abierta de piernas frotándose el clítoris hasta que se viene chorreando como una manguera sobre la comida de los niños de primero que ella tan «desinteresadamente» ofrece, una olla de arroz blanco que oculta perfectamente
el olor, color y sabor de sus jugos, y que adora ver como los pequeños comen con gusto, pues ella cocina muy bien, o ¿Será que su empanada es lo que lo hace tan delicioso? Es eso lo que me hace pensar que en esta primaria todos saben, consienten y gozan que los profesores se follen a niños y niñas.
—¿Recién te cogió?
—Tiene unos días, pero me.echo tanto que aunque me bañé el sabor queda.
Su respiración se acelera y sus dedos se hunden en mi infantil coñito, mi comentario la enciende, la excitación la hace temblar, se que está pensando en mi padre rellenandome la argolla, está agitada, veo en sus ojos que se viene la recta final, ¡Ajusten sus cinturones!

Cachonda y caliente como está, me acuesta sobre la mesa, me arranca la tanga y hunde su nariz en mi culo aspirando mi fragancia anal, se lo que quiere así que tiro un largo y sonoro pedo, el cual ella recibe con gusto, separa los cachetes de mi cola y hunde la lengua en mi asterisco, lo lame por todos lados y luego
hunde su lengua en mi agujerito, haciéndome ver estrellas, aún no me recupero de eso, cuando me voltea y hunde su rostro entre mis piernas, devorando con desesperación, y yo loca de excitación y lujuria presionó su cabeza
contra mi sexo, la ternura acabó. ¡Hora de lo hardcore!
—Eso es puta, tragate mi coño, ¿Te encanta no perra?
Ella sigue comiendo y sólo se interrumpe para contestar que si meneando la cabeza y ladrando como buena perrita que es.
—Ahora damelo—le ordeno.
Algo que no dije, es que mi bella profesora negra nació con un fuerte caso de hermafroditismo, y de hecho tiene un pene, largo, gordo y cabezón, que amo tener dentro.
Así que al oirme se quita su falda y deja a la vista un enorme rabo negro, el cual apunta hacia mi mojado coño, y de un solo movimiento me ensarta, y a continuación comienza una violenta follada, haciendo que ambas gimamos como perras en celo hasta que
siento como su gordo rabo se ensancha dentro de mi y vomita su blanco néctar, agotada, descansa un momento, se sale de mi y dirige su boca a mi argolla, queda trabajo por hacer, bebe su semen y me besa dándome de su leche, sabe deliciosa.
Mientras hace eso frota violentamente su glande contra mi clítoris hasta que....me vengo en medio de violentas sacudidas y enormes chorros de jugo coñil.

Satisfechas y felices nos damos un besito de cierre, nos vestimos y aseamos, ordenamos todo y comemos, por suerte el receso en mi escuela es de una hora, así que hay tiempo suficiente para todo, jeje.

Las clases terminan y salgo emocionada, quiero contarle a mis papis lo que hice hoy con la profe.

Grata y excitante es mi sorpresa cuando al llegar, veo una escena tanto inusual como erótica y hermosa, justo frente a mi, en la sala de mi casa, la vecinita nalgoncita de seis añitos aprox. Se encuentra encueradita sobre el regazo de mi madre, mamando sus tetas, mientras mi mami le mete
un dedo en su apretadito, chiquito y rosado culito, a su lado, a.menos de unos metros a la derecha, está la que creo es su mama. Quien gime con todas sus fuerzas mientras mi padre le rompe el culo.

Con brillo en los ojos comienzo a desnudarme, parece que hoy va de sexo la cosa.
Continuará...
 
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