No vi la Pelicula

heroher

Virgen
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Jul 31, 2012
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<p align="justify">Ya habíamos hablado varias veces por Internet. Él era un
hombre bastante mayor que yo, pues tenía 34 años (yo tengo 18), pero me
resultaba terriblemente atractivo: no demasiado alto pero muy fibrado, pelo
castaño claro, ojos azules y una boca que daban ganas de besar. Fue una cita
normal, como a tantas otras había acudido ya anteriormente. Tomamos café,
coqueteamos, jugamos con nuestras miradas…Realmente había una gran atracción
entre nosotros.</p>
<p align="justify">Estaba nerviosa, pero sabía que le gustaba, así que no me
preocupaba demasiado. Resolvimos ir al cine. Mientras esperábamos la cola para
sacar las entradas agarró mi cintura suave y tímidamente, lo que me excitó
bastante. Me giré, miré esos preciosos ojos, sonreí y le besé. El respondió con
unos movimientos de lengua espectaculares que llevaron mi mente a imaginar como
juguetearía con mi sexo…</p>
<p align="justify">Y entramos a la sala. Yo no veo muy bien de lejos, así que le
pedí no alejarnos demasiado de la pantalla. Nos sentamos aproximadamente en la
fila de la mitad del habitáculo. Miré a mi alrededor, no había mucha gente. Solo
unas cuantas parejitas dándose palomitas el uno al otro.</p>
<p align="justify">Ricardo, mi acompañante, no esperó a que empezara la película
para empezar a acariciar mi cuello y bajar a mis pechos que se asomaban
ligeramente de mi blusa. Yo no dije nada, solo disfrutaba de aquellas caricias
tan espléndidas. Agarró mi mano y la colocó sobre su pantalón, en el muslo que
estaba más cerca de mí, mientras seguía deslizando aquellas manos varoniles por
mis ya erectos pezones, sobre la ropa. </p>
<p align="justify">Mi mano se dirigió a su paquete, que empezaba a abultar más
de lo normal, y quise agradecer esas caricias que me estaba haciendo. Sin decir
nada se desabrochó el pantalón, mirando al frente pues la película estaba
comenzando, para que pudiera masajear más libremente esa gran polla que aún no
estaba del todo dura. Comencé a pajearle, y fue en ese momento que temí que
pudieran vernos. La verdad es que soy bastante vergonzosa en ese sentido.</p>
<p align="justify">Paré de tocarle, aparté su mano disimuladamente de mi cuerpo
y me dispuse a disfrutar de la película. Me miró extrañado y me preguntó si no
me estaba gustando. Le dije que me encantaba, pero que prefería ver la película
tranquilamente y después podríamos acabar en mi departamento para rematar la
faena, asegurándonos de esa forma de que nadie nos molestara. El sonrió y
dirigió su mano a mi entrepierna, adivinó perfectamente donde se encontraba mi
clítoris y aun sobre el pantalón hacía círculos. Ese roce provocó en mi gran
excitación. Estuvimos calentándonos disimuladamente aproximadamente media
película, pero no pudimos contenernos por más tiempo. Ricardo sacó mis pechos
por encima del top y del sujetador que llevaba, y se acercó para lamerlos y
mordisquearlos salvajemente. Mi respiración estaba ya bastante acelerada, me
agarró del pelo y me empujó, con cierta violencia pero cariñosamente, hacia su
pene bien erguido ahora. Preferí adoptar una postura más cómoda para hacerle una
buena mamada, así que le entreabrí las piernas y me coloqué de rodillas entre
ellas. </p>
<p align="justify">¡Disfrutaba tanto recorriendo su tremendo miembro con mi
lengua! Seguí haciéndolo mientras trataba de mirarle con mi cara de viciosa,
sacando la lengua para que pudiera observar mi piercing y dejándola bien
humedecida. Después me dediqué a jugar con su gran capullo que sobresalía
espectacularmente, para luego meter su polla entera en mi boca. ¡Aquello le
estaba volviendo loco! Y no solo a él, porque al mirar de reojo, vi como dos
chicos se habían cambiado de asientos acercándose más a nosotros para poder ver
bien lo que estaba ocurriendo. Saber que me estaban mirando me excitó y me
incitó a hacerlo más rápido, y así lo hice. De vez en cuando giraba mi cabeza
para que supieran que me había percatado de su excesiva cercanía a nosotros.
Cuando me quise dar cuenta estaban sentados a nuestro lado, y con temor,
acercaban sus manos para acariciar mis pechos, aun fuera de la camisa. </p>
<p align="justify">No sabía que hacer, me gustaba la idea de tener tres hombres
para mí, y más con el morbo de estar en una sala de cine, pero pensé que a
Ricardo le podría molestar. Lo miré instantáneamente, como pidiendo su
aprobación para dejar que esos chicos me tocaran. El sonrió y me besó, muy
tranquilo. Y no hizo falta ninguna palabra para saber lo que pensaba. </p>
<p align="justify">Los chicos por supuesto, también se dieron cuenta, y ya no
tenían reparo en manosear todo mi cuerpo descaradamente. Yo seguía chupando la
polla de Ricardo, hasta que me cogió la cabeza para que parara de hacerlo,
estaba a punto de venirse, pero no quería hacerlo aun.</p>
<p align="justify">Me moví colocándome entre las piernas de uno de esos
desconocidos, para seguir con la misma tarea. Su pene era algo más pequeño, pero
tremendamente grueso. Tuve que abrir la boca bastante para evitar hacerle daño
con los dientes, pero me encantaba sentirme tan llena…Ricardo se acercó para
seguir masajeando mis tetas, y el otro chico se inclinó y metió una de sus manos
por mi pantalón. </p>
<p align="justify">¡Yo no podía creerlo, era una sensación increíble! Tenía un
buen rabo en la boca mientras un chico acariciaba mis pechos y otro chico me
masturbaba, ¿que más podía pedir?</p>
<p align="justify">De nuevo me pidió que parara para no terminarme en la boca,
le hice caso, y como no, estaba deseosa de probar la última polla que me
esperaba ansiosa. En cuanto desabroché el pantalón, su cabecita salía del slip,
como llamando a mi lengua. No lo pensé dos veces, la agarré con la mano y la
dejé al aire libre. No hubiera sabido escoger entre aquellas tremendas pollas.
Empecé a mamar, ahora era Ricardo el que disfrutaba con sus dedos de la humedad
de mi coño, y el otro chico restregaba su polla por mi pecho.</p>
<p align="justify">Cuando ya estaba a punto de terminar, me hizo detenerme, como
sus compañeros. Se acercaron los tres a mi, que seguía agachada delante de
ellos, y empezaron a hacerse una buena paja. Le daban buen ritmo los tres, me
gustaba tanto oír sus manos rozándose a toda velocidad con esas pollas tiesas...</p>
Se corrieron en mi cara y mi boca, no exactamente todos a la
vez, pero faltó muy poco para que lo consiguieran. Toda llena de semen, me
dediqué a abrillantar sus penes, dándoles los últimos toques de placer. De mi
barbilla chorreaba a mi pecho, caliente y espeso todos sus fluidos, lo que a
ellos les gustaba ver, como su zorra disfrutaba de la leche que le habían dado.
Sin darnos cuenta, la película estaba finalizando, así que nos vestimos rápido y
por supuesto, continuamos la fiesta en mi casa…<br><p align="justify">Salimos del cine. Los espectadores que había en la sala se
habían percatado de todo, y me encantaba sentirme tan observada. Sabía que
susurraban sobre lo que acababan de ver, seguramente excitados. Supongo que mi
pelo alborotado llamaba la atención, así que les pedí un momento a los chicos
para ir a los aseos a arreglarme.</p>
<p align="justify">Así lo hice y nos dirigimos los cuatro al coche de Ricardo.
Era bastante raro pensar lo que acababa de ocurrir con aquellos desconocidos,
pero los cuatro intercambiábamos unas miradas que nos hacían cómplices, sonrisas
traviesas, movimientos de lengua insinuantes… Aunque apenas acababan de
terminar, pude notar como los tres estaban excitados de nuevo, y viendo aquello
yo me excitaba también imaginando lo que me esperaba en casa. Estaba deseando
llegar para que esas tres pollas me perforaran por todos lados, ellos lo veían
en mi mirada, saltaban chispas.</p>
<p align="justify">Durante el viaje no dijimos nada. Llegamos a mi departamento,
no habría nadie durante todo el fin de semana, pero preferí entrar sola para
comprobarlo. </p>
<p align="justify">Como supuse, la casa estaba libre para disfrutar de todos y
cada uno de los rincones.</p>
<p align="justify">Les hice pasar. Les preparé algo de beber y nos sentamos en
el sofá.</p>
<p align="justify">Me hicieron colocarme entre ellos, y antes de poder dar el
primer sorbo de mi vaso ya tenia aquellas seis manos distribuidas por todo mi
cuerpo. Mi pelo, mis labios, mi pecho, mis muslos…no faltaba nada por recorrer,
una y otra vez, y me encantaba sentir aquel calor sobre mí.</p>
<p align="justify">Los tres se sentaron el uno al lado del otro y yo me tumbé
sobre sus piernas boca abajo para que pudieran disfrutar manoseando mi nuca, mi
espalda y mi trasero. Yo notaba sus erecciones sobre mi pecho, mi abdomen y mi
entrepierna. Era demasiado… Pero deseaba tenerlas todas para mí. Me desnudaron
muy lentamente, observando mi cuerpo con detenimiento ya que en el cine estaba
oscuro y no habían podido verlo bien.</p>
<p align="justify">Yo me sentía como una diosa en aquel momento. </p>
<p align="justify">Me levantaron y me pidieron que les diese la espalda y les
ofreciera mi culo, apoyando mis manos sobre una mesita bajita que tenía delante.
Sonreí, tímida, y me volteé despacio. Comencé a inclinarme con lentitud buscando
encontrar el borde de la mesa para apoyarme, ya empezaba a oír resoplar a los
chicos con la perfecta visión de mi culo y mi coñito, que debía brillar tanto
como una madera recién barnizada. Dirigí una de mis manos hacia mi sexo,
entreabriendo las piernas ligeramente, y comencé a acariciar mis labios
suavemente. Giré la cabeza para mirarles de frente e introduje los dedos que
acababa de restregar ligeramente por mi sexo en mi boca, humedeciéndolos bien y
disfrutando de un sabor tan espléndido como es el de mis propios flujos. Sabía
que eso les volvería locos. Volví a jugar con mis dedos en mi coño, esta vez con
más rapidez y energía y mi respiración también comenzó a acelerarse. Los chicos
aprovecharon para desnudarse sin apartar su mirada de mí ni un solo segundo. Me
giré y me tumbé sobre aquella mesita boca arriba, solo pude apoyar la espalda,
la cabeza sobresalía por arriba y mi culo por debajo. Uno de los chicos se
abalanzó a chupar mi coñito húmedo, el otro se adueñó de las dos tetas y el
último se dispuso a probar mis labios. Después de besarme me susurró al oído que
nadie le había chupado la polla como yo lo había hecho antes en el cine, y que
se moría de ganas por ver con buena luz la carita que ponía cuando me la metía
entera. Cogí uno de sus dedos y empecé a lamerlo como si se tratara de su
miembro, el observaba cada gesto que yo hacía. Saqué su dedo y abrí la boca,
pidiéndole que me diera lo que yo quería mamar. </p>
<p align="justify">En medio segundo su pene estaba completamente desaparecido en
el interior de mi linda boca, yo movía la cabeza y el acompasaba su cadera para
hacerlo más profundo. </p>
<p align="justify">Mientras, los otros dos se entretenían lamiéndome sin
descanso y me arrancaban algún suave quejido de placer. Noté como la lengua que
lamía mi clítoris descendía hasta mi vagina, se introducía y jugueteaba en mi
interior explorando cada centímetro. Luego siguió bajando hasta que se topó con
mi estrecho ano. Me puse un poco nerviosa, me intenté retirar, porque realmente
no había probado el sexo anal nunca, y no tenía intenciones de hacerlo. </p>
<p align="justify">El chico me pidió que me tranquilizara y me dejara hacer, y
me aseguró que si en algún momento me dolía no tenía mas que decirlo y el
pararía al instante. Decidí acceder a la proposición, pensándolo bien tenía que
complacer a tres grandes pollas, ¿que mejor que aprovechar mis tres orificios
para hacerlo?</p>
<p align="justify">Estaba bastante lubricado cuando paso la yema de su dedo
índice acariciando alrededor de mi esfínter anal. Lo hacia con toda delicadeza,
y me gustaba esa sensación, mientras mis pezones eran estirados, mordidos,
pellizcados y lamidos sin cesar, y mientras me tragaba una de las pollas una y
otra vez. </p>
<p align="justify">De repente noté como el dedo presionaba buscando entrar,
despacio. Sentí una pequeña molestia, pero podía soportarlo. Siguió avanzando
con su dedo en mi interior, y cuando hubo llegado al final, se dispuso a sacarlo
a la misma velocidad. Lo repitió varias veces, a medida que lo hacía sentía mas
rico y le pedía que lo metiera mas rápido y más fuerte. Él se reía, diciendo que
sabía que me iba a encantar. </p>
<p align="justify">El chico que estaba sobando mis tetas le pidió al que me
follaba la boca cambiarse el puesto y así lo hicieron. En mi culo ya iban
entrando dos dedos con toda facilidad. </p>
<p align="justify">Sin decirme nada, me agarró de la cadera y me metió la polla
entera en el culo. Aunque había estado dilatando había gran diferencia entre el
grosor de sus dos dedos con el de su pene, por lo que me hizo gritar por el
dolor. Se quedó quieto con su miembro clavado completamente en el interior de mi
culo. Poco a poco el dolor fue desapareciendo y fue entonces cuando comenzó a
moverse, muy lentamente, mientras el chico que acariciaba mis tetas con una mano
acercó la otra a mi clítoris. Movía sus dedos en círculos propinándome un placer
excelente, muy parecido al que consigo yo misma cuando me masturbo. Estar tan
excitada hacía que pusiera muchas ganas a aquella mamada que le estaba haciendo
al chico, y a él le encantaba. Después de un rato así, decidimos irnos a la gran
cama de matrimonio que tengo en mi habitación para estar mas cómodos. </p>
<p align="justify">El chico que me estaba acariciando se tumbó boca arriba, yo
me coloqué sobre él, boca arriba también, introduciendo su miembro en mi culo ya
dilatado por el bombeo del chico anterior, que se colocó a cuatro patas sobre mi
cara para follarme la boca con el ritmo que el quería sentir. El chico restante
se colocó sobre mí para follarme el coñito, que ardía de deseo por sentir como
una de esas buenas pollas le daba lo que hacia horas que estaba deseando. La
metió despacio, los otros dos ya me follaban con fuerza, por lo que mi cuerpo se
movía desacompasado al son de los movimientos de ellos. Cuando tenía
aproximadamente la mitad en mi interior, me mandó el resto de un golpe, que casi
pude notar que me tocaba el fondo de la vagina. </p>
<p align="justify">Esa sensación me encantaba, tener una polla en mi culo y otra
en mi coño…Las paredes contiguas de mi recto y mi vagina se masajeaban cuando
esos rabos entraban y salían de mí, una y otra vez, sin parar. Mis gemidos se
escuchaban aun teniendo la otra polla en la boca, y a los chicos les encantaba
escucharme disfrutar. </p>
<p align="justify">Me pusieron a perrito. Uno de los chicos se quedó detrás de
mí para seguir con la gran follada, que comenzó en mi coñito y siguió con mi
culo mas tarde. Los otros dos se pusieron en frente de mí dirigiendo sus
miembros a mi boca. Los junté los dos y lamí sus capullos a la vez, mientras
cada uno me sujetaba la cabeza. Luego me metía uno en la boca, mientras
acariciaba toda la otra polla con la mano, muy rápido. Y cambiaba. </p>
<p align="justify">A veces tenía que detenerme, cerrar los ojos y solo disfrutar
de las embestidas del chico que me follaba, porque era increíble, siempre había
querido probar un chico que se moviera a tanta velocidad y la hundiera hasta el
fondo, y creedme que este hombre lo hacía. Se fueron rotando hasta que hubieron
pasado los tres por detrás follándome durante un buen rato, hasta que yo llegaba
al orgasmo, que adivinaban por mis convulsiones y bruscos movimientos de cadera
acercándome a su cuerpo aun mas, pidiendo que no sobresaliera de mi coño ni un
centímetro de sus grandes penes.</p>
<p align="justify">Yo estaba agotada, más que satisfecha, pero como los chicos
habían acabado en el cine, ahora tardaban más en conseguir la segunda acabada.
</p>
<p align="justify">Dijeron que ya que había probado su leche antes, y ahora
habían estrenado mi culo, sería el lugar ideal para correrse. Me tumbaron boca
abajo, y uno a uno se sentaron sobre mí, con una pierna a cada lado de mi
cuerpo, apuntaron con su polla a mi culo y agarrando mis hombros para traerme
hacia ellos. Me fueron follando, más salvajemente que nunca, hasta terminarme
dentro. Cuando me levanté, con mi culo dilatado exageradamente, todo aquella
mezcla de semen de los tres chicos calló sobre la colcha de la cama. Me dijeron
que les encantaría ver como lo lamía después de saber que había estado dentro de
mi culo, y aunque me daba vergüenza, me acerqué a aquel charco de leche. Saqué
mi lengua y recogí una pequeña cantidad. Tenía un sabor peculiar, pero no era
desagradable, así que repetí la operación hasta dejar la sábana bien limpia.</p>
Luego los dos chicos se acabaron el refresco que les había
ofrecido, se vistieron y se fueron muy contentos.
 
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