Muy Agradecida

roman74

Pajillero
Registrado
Ene 9, 2008
Mensajes
2,925
Likes Recibidos
60
Puntos
48
 
Lo siguiente que les relataré me sucedió en una oportunidad que viajaba en auto por sur américa, para ser más especifico me encontraba entre los pueblos de Upata y Tumeremo en el Estado BolÃ*var de Venezuela, realmente no me acuerdo si ya habÃ*a pasado la entrada del FrÃ*o (otro pueblo de la región), lo que si se es que estaba por llegar a un sector que denominan los habitantes de la región Las Curvas de Santa MarÃ*a. Mi viaje obedecÃ*a a que un cliente en el Estado de la Florida habÃ*a fallecido y dentro de su testamento dejó de heredero de una buena fortuna a su único pariente un hijo o hija bastarda que habÃ*a procreado por esos lares, hacÃ*a unos treinta años a tras, como aparte de eso yo me encontraba en ese PaÃ*s por cuestiones de familia, por lo que aproveche el viaje, para presentarme a la persona heredera y además de notificarle el fallecimiento de su señor padre (mi cliente), ofrecerle los servicios de mi oficina en los Estados Unidos.
En Puerto Ordaz, habÃ*a rentado un Ford LTD, un vehÃ*culo muy cómodo para ese tipo de viajes, grande espacioso con un buen motor de ocho cilindros, con aire acondicionado y todos los adelantos técnicos de la época, aproveche y visite en Upata unos parientes lejanos para luego darme a la tarea de localizar en la carretera entre Tumeremo y el Ochenta y Ocho, la propiedad de la que habÃ*a sido mujer de mi cliente en Venezuela, por razones lógicas me reservo el nombre de mi cliente y de su heredero. Bien ya me encontraba a unos pocos kilómetros de las curvas de Santa MarÃ*a, y me detuve a comer en un pequeño negocio de comida tÃ*pica a la orilla de la carretera, realmente su menú no era muy abundante pero a su favor si les puedo decir que era delicioso, en el negocio preparaban unas especies de tortas dulces hechas a base de maÃ*z tierno y llaman Cachapas, las cuales son cubiertas con un queso que se produce en esa región y denominan queso Guayanes o queso de mano, el cual tiene la peculiaridad a parte de ser totalmente blanco y sumamente cremoso, de que parece que es hecho en capas, es sencillamente algo delicioso acompañado con una buena taza de café negro.
A la salida del negocio se encontraba una bella y joven mujer como de unos veinte años, por su forma de vestir supuse que era de la región no por que usase algún traje tÃ*pico nada de eso, si no más bien por lo sencilla de su ropa un vestido que más bien parecÃ*a una bata casera de color negro por lo simple, lo que me hiso pensar que ella se encontraba de luto o tenÃ*a un gusto macabro, el cabello totalmente negro y suelto que le caÃ*a sobre sus hombros sin ningún tipo de maquillaje, y un par de sandalias en cuero completaban su vestimenta, además de un pequeño monedero que guardaba entre sus bien parados senos, al verme se me acercó, y después de darme los buenos dÃ*as pidiendo disculpa me preguntó para donde me dirigÃ*a y cuanto le cobrarÃ*a por llevarla hasta un determinado sitio, yo le indiqué que no me dedicaba a transportar personas y parece que al escuchar mi acento llegó a la lógica conclusión de que era extranjero, la mujer que llamaré Carmen por llamarla de alguna manera, tras quedarse callada por unos segundos casi me suplicó, que la ayudase ya que era importante para ella el llegar ese dÃ*a a su destino y al parecer el autobús que cubrÃ*a esa ruta la habÃ*a dejado. Aunque ustedes no lo crean hay momentos en que me comporto como todo un caballero sin ningún tipo de interés ulterior, por lo que tomando en cuenta que la dirección a donde la joven se dirigÃ*a se encontraba en mi camino, nada perdÃ*a con hacerle el favor de llevarla, al decirle que se podÃ*a montar en el auto su rostro se iluminó con una sonrisa por lo que me dÃ* cuenta que lamentablemente a ese bello rostro le faltaban unos cuantos dientes del frente de su boca, me ofreció pagar el pasaje, a lo cual me negué ya que consideraba que no era necesario.
Durante el trayecto fue cuando me dio su nombre, y comenzó hablar sobre ella, comentó algo de que recién habÃ*a enviudado ya que su marido tenÃ*a una semana de haber muerto, por eso de las buenas costumbres le di el pesame, Carmen continuó relatando como habÃ*a sido su fallecimiento a consecuencia de una borrachera y darle por querer torear los autos que pasaban frente al negocio donde se encontraba bebiendo desde temprano ese fatÃ*dico dÃ*a, según l
e dijeron lo estaba haciendo bien y hasta le aplaudieron los otros borrachos, pero pasó un camión y se lo llevó por delante con todo y la toalla que estaba usando a manera de capote, el restó del camino realmente hablamos muy poco, hasta que llegamos a las curvas de Santa MarÃ*a, en esos momentos a Carmen le dio por comenzar a realizame preguntas de Ã*ndole personal si era o no casado, si tenÃ*a novia y toda una sartas de preguntas tontas, que como me encontraba de buenas se las fuÃ* respondiendo una a una por mantenerme distraÃ*do. Llevábamos un buen rato charlando cuando Carmen, me dijo que en vista de que yo era tan buen mozo y habÃ*a sido tan buena gente con ella, que ni tan siquiera le habÃ*a cobrado el pasaje, ella me querÃ*a hacer un presente, por lo que me imaginé que me invitarÃ*a o una taza de café negro en su casa, o bien me podÃ*a regalar una gallina, y en el peor de los casos puede que hasta me invitase a comer a su casa.
Carmen tomó la pagina de un periódico que yo habÃ*a traÃ*do desde el terminal del aeropuerto, y tras doblarlo en cuatro partes con mucho cuidado, me preguntó si lo podÃ*a romper, yo le indiqué que si, al fin yo ya habÃ*a leÃ*do las noticias. Carmen procedió arrancarle una pequeña cantidad del mismo centro de la pagina, luego mientras yo manejaba continúo hablandome de darme las gracias, en eso su mano izquierda se colocó sobre el área de mi pantalón donde se localizaba mi verga, de momento me sorprendió pero el solo sentir su pequeña mano sobre mi verga, asÃ* fuera teniendo el pantalón de por medio, hiso que esta se pusiera dura tras unos cuantos segundos, pasado los cuales ella comenzó a sobar por encima de la tela, yo estaba por detener el auto.
Cuando la escuche decirme, no te detengas si quieres ve más lento pero no te detengas que por aquÃ* es muy peligroso, yo seguÃ* su consejo al tiempo que Carmen abrÃ*a la cremallera de mi pantalón y con algo de torpeza extrajo mi herramienta de su encierro, viendome al rostro mientras me lo acariciaba con suavidad comentó que ella pensaba que era más pequeño, al tiempo que su mano ya habÃ*a comenzado a masturbarme, manteniendo mi erección en su máxima expresión, en ese momento tomó el pedazo de periódico y con mi verga lo atravesó por el mismo roto que ella habÃ*a hecho momentos antes, yo me arrellané sobre mi asiento al tiempo que ella continuaba masturbandome lentamente ya la punta de mi glande se encontraba coronada por unas cuantas gotas de mi liquido pre seminal, mientras iba acercando su cuerpo más al mio, yo estaba a punto de preguntarle que idea tenÃ*a, cuando su cabeza se fue inclinando sobre mi verga.
Lo siguiente que sentÃ* fue su húmeda y suave lengua pasandola suavemente por sobre mi glande, para mi fue en ese momento como sentir un sabroso golpe de corriente eléctrica que me llegó hasta los huesos, del tiro por poco y me salgo de la carretera, ella no se dio por enterada por lo que continuó con su deliciosa labor para mi, su lengua hacÃ*a un cÃ*rculo una y otra vez sobre la cabeza de mi caliente verga, su caliente saliva comenzó a correr sobre el resto de mi falo, mientras que con su mano lo mantenÃ*a apuntando hacÃ*a su boca, yo reduje la velocidad del auto más aun con el fin de no llevarme el mal rato de un frenazo, como el auto se encontraba bajando no hacÃ*a falta el darle gasolina por lo que la mayor parte de mi concentración se dirigió a la boca de Carme, de vez en cuando yo bajaba la mirada para ver como su cabeza se movÃ*a sobre mi verga, en una de esas rápidas miradas la pesqué tratando de ver mi sonriente rostro desde tan difÃ*cil posición.
Lentamente se lo comenzó a ir tragando en su totalidad, y una vez que sus labios hicieron contacto con mis testÃ*culos y mis bellos, les juro que podÃ*a sentir el espacio vacÃ*o entre sus dientes, cabeza de ella comenzó a retirarse con la misma lentitud con que se lo habÃ*a tragado hasta esos momentos, una vez que volvió a llegar a su punto de partida comenzó nuevamente a tragar mi verga sin dificultad alguna, para mi era un placer sin igual el que me estaba proporcionando Carmen hasta esos momentos, la mujer continuó con su labor a medida que comenzaba a ganar mayor velocidad, y como un acto reflejó después de tanta precaución mi pie derecho se fue acomodando sobre el pedal del acelerador, el auto a medida que Carmen me lo mamaba de manera magistral, yo le iba proporcionando
más gasolina, el hecho de que me mamase en esas condiciones me excitaba más aún, a tal punto que en la mayorÃ*a de las curvas de esa larga bajada el vehÃ*culo fue derrapandose constantemente a medida que ella me hacÃ*a gozar con su boca, ya estábamos acercandonos al final de las Curvas de Santa MarÃ*a, cuando al fin me hiso venirme dentro de su sabrosa boca, chupando con fuerza Carmen me extrajo hasta la última gota de mi semen.
Luego de lo cual se incorporó y retirando el periódico que momentos antes habÃ*a colocado sobre mi, lo hiso una bola y luego de abrir la ventana lo lanzó para la carretera, realmente no me di cuenta si se tragó mi semen o lo escupió dentro del papel, después de lo cual sacó un pañuelo que yo mantenÃ*a en el bolsillo de mi camisa y con el secó mi verga de su saliva y quisas algo de mi semen, al terminar ella de realizar eso, nos fuimos acercando a una alcabala móvil del la Guardia Nacional cuerpo militar que se encarga de velar por la seguridad de las carreteras, para esa época habÃ*a dado comienzo la polÃ*tica del cinturón de seguridad en las carreteras de Venezuela, por suerte minutos antes Carmen y yo nos los habÃ*amos colocado a instancias mÃ*as, asÃ* que cuando llegamos a la alcabala y mostrar los documentos mÃ*os y los del auto nos dejaron proseguir sin tropiezo alguno, según avanzábamos Carmen me indicaba que estábamos por llegar a su destino.
Una vez que nos detuvimos ella se bajó del auto y dandome las gracias y yo a ella comenzó a caminar moviendo sus caderas de forma y manera provocativa, en eso de una de las casas a la orilla de la carretera salió un hombre como de unos cuarenta años con un afilado machete en su mano derecha, ella se le acercó y le estampó un beso en su boca, mientras yo me retiraba del lugar y los fui viendo como se continuaban besando, por el espejo retrovisor del auto hasta donde me fue posible, durante un rato en el camino pensé en Carmen pero luego me concentré en buscar la dirección de mi futuro cliente, el cual localice al dÃ*a siguiente y tras informarle lo sucedido cerré la negociación con él, de regreso a Puerto Ordaz durante el trayecto pasé lentamente para ver si Carmen necesitaba que la transportase nuevamente, pero fue en vano ya que no la vi por todo eso, aunque estuve a punto de detenerme en la casa donde la habÃ*a dejado, pero al acordarme del machete que ese hombre tenÃ*a en su mano derecha, me desanimó y continué mi trayecto, llevo varios años visitando a mi cliente en su casa se le entrega las cuentas de sus negocios y se le informa de como se han invertido sus bienes, y cada vez que pasaba por ese sitió de la carretera lo hacÃ*a con lentitud, hasta que en una fiesta que me dio mi cliente, se me acercó una señora mayor pensaba yo en los momentos en que la vi acompañada de su marido según me lo presentó y me preguntó que si no la reconocÃ*a que ella era Carmen a la que yo hacÃ*a unos veinte años la habÃ*a llevado en mi auto sin cobrarle, lo siguiente que me dijo era que yo me encontraba igual quisas con unos kilos más pero en fin igual a como ella me recordaba, yo me acordaba claramente de los hechos pero a ella no lo reconocÃ*a, esa señora que me hablaba en esos momentos era una vieja a la que le calculé por lo menos cincuenta y cinco años, mientras que la Carmen a la que yo recordaba calculaba yo que deberÃ*a tener unos cuarenta en esos momentos, no fue hasta que se sonrÃ*o que reconocÃ* sus dientes o mejor dicho la falta de estos, por lo que luego de hablar un rato con ella y su marido resulta que mis cálculos originale no estaban errados, lo que sucedió fue que la vida de los agricultores es realmente muy dura y la gente como que se consume mucho más rápido, desde ese dÃ*a ya no me detengo por las curvas de Santa MarÃ*a.
 
Arriba Pie