Mónica y Susana, Hermanas tienen nuevos Placeres Sexuales 002

heranlu

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Mientras esperaba a que su hermana se durmiera, Susana estuvo pensando en lo ocurrido, en cómo lo iban a ocultar, en cómo sería el futuro juntas. Era una situación muy difícil, las dudas asaltaban su mente, pero tenía claro que quería estar con ella y que estaba enamorada, y haría lo posible para salir adelante y para no sucumbir ante relaciones más faciles de llevar como las que cualquier compañero de clase le había propuesto a veces.

No había duda de que Mónica estaba dormida, realmente un orgasmo como el que había experimentado requería descanso.

Susana cogió la ropa tirada por el suelo y se la llevó al cuarto de baño. Allí abrió un par de armarios y sacó algunas cosas; después se desnudó y empezó a darse espuma por el vello púbico y a depilárselo con cuidado. Tardó un buen rato, así desnuda salió y entró a la habitación de sus padres, de donde cogió un vestido de un armario, y pasó por el salón de donde descolgó el cuadro que había mencionado antes Mónica, donde su madre llevaba el vestido que acababa de coger. Lo llevó todo al cuarto de baño, y puso la foto a la vista. Susana y su madre se parecían, antes no tanto pero según la adolescencia de Susana llegaba a su término se iban asemejando más.

Tenían el pelo rubio algo por encima de los hombros, liso; tenían las dos un pecho abundante pero no excesivo, y usaban la misma talla de sujetador;

Julia era un poco más alta y algo más ancha de caderas, como notó Susana al ponerse las bragas de seda que había usado para excitar a su hermana. No obstante, le sentaban bien ya que se compensaba con la mayor turgencia del trasero de Susana, por motivos de la diferencia de edad. Se levantó y caminó poco mirándose al espejo, se veía estupenda. Tomó el sujetador y al ponérselo sintió una súbita inyección de libido, se acarició los pechos por encima del sujetador y en segundos la abrumó una excitación enorme y muy extraña; hasta entonces la excitaba el hacer esto para Mónica pero ahora se estaba excitando con su madre, y más que ninguna otra vez.

Tratando de controlarse se maquilló la cara fijándose en la foto y después se recogió el pelo de manera informal tal y como lo lucía Julia. Sólo le faltaba el vestido, que manipuló con cuidado tras sopesar cual debía ser su precio. Antes de ponérselo se quitó las bragas, anticipándose a lo que iba a pasar; en efecto al ponérselo y atusárselo, su vulva casi se hizo agua, rezumando líquido que se apresuró a limpiar; no sabía si era por verse así de guapa, por ver a su madre así de guapa, por haberse casi transformado en ella... nunca había estado tan cachonda. En ese momento haría lo que le dijeran. Ponerse las medias, también de su madre, y un par de collares de plata y una cadenita en el tobillo del mismo material no hizo sino aumentar esa sensación.

Iba a coger el perfume cuando vio que no estaba, había otros pero no el que ella buscaba, se lo habría llevado al viaje. Se apresuró hacia la habitación de sus padres y rebuscó, ya habría tiempo de ordenarlo, y allí estaba, en un cajón. Solo con olerlo podía sentir el intenso bombeo de sangre por sus venas, notaba su pulso en su vulva y en sus pezones, que literalmente palpitaban marcándose por fuera del vestido, pareciendo que lo iban a perforar. Se perfumó, y al hacerlo le costó un gran esfuerzo no levantarse el vestido y desahogarse con sus dedos. Se puso los zapatos de tacón que llevaba Julia en la foto, se volvió a poner las bragas y se dio los ultimos retoques frente al espejo. Tenía pensado esperar más, pero en este estado necesitaba alguien que la hiciera mujer.

A medida que volvía a su habitación se iba poniendo más nerviosa. Se sentó en la cama de su hermana, acarició su cara y la meció para despertarla.

- Hola dormilona. ¿Qué tal me queda?

Mónica tardó en responder. - ¿Susana? vaya, estás preciosa, ¿por qué ...-

Susana la interrumpió con un beso en los labios sin abrir su boca, y siguió con su cara y su cuello, mientras la acariciaba con ternura. Mónica ya se estaba empezando a poner caliente aunque aún predominaba en ella la confusión; ni siquiera usaba sus manos. Susana retiró la sábana y tomó las manos de su hermana poniéndolas sobre sus pechos, notando que ya había despertado completamente y los sobaba generosamente. Mónica se incorporó y hundió su cara en el busto tentador de Susana, a la vez inhalando el perfume de mujer madura que le hacía estar increíblemente sexy y lamiendo y besando la parte visible de los pechos.

Tras saciarse todo lo que quiso la besó con detenimiento, percibiendo la forma de sus labios con los suyos y con su lengua, jugueteando; decicieron seguir deleitándose así, se pasaron los brazos por detrás del cuello y de la cintura respectivamente y se intercambiaron saliva durante minutos, cada vez más profundamente.

Susana estaba visiblemente satisfecha con la situación, pero su vulva pedía que desahogaran la calentura que le producía la ropa de su madre. Separó su boca de la de Mónica suavemente.

- Eres un encanto, Susana ... digo Julia. - Se dieron otro par de besos húmedos

y Mónica empezó a desnudarse; cada parte de su piel que quedaba descubierta era sobada por Susana, que parecía estar en celo. Engulló sus pezones alternativamente, sintiendo por debajo que estaba manchando la ropa íntima de su madre, pero poco importaba. Se quitó los zapatos y se tendió encima de la pequeña, para sentir el tacto de sus formas en toda su extensión, poco después la ayudó a ponerse a cuatro patas y Susana en la misma posición, sobre ella, frotaba su pubis contra su suave trasero y con lujuria la copaba las tetas con las manos, mientras besaba su nuca y la parte de atrás de su cuello. Enterró su nariz en el pelo rubio de su hermana, inhalando, y notando cómo ésta empezaba a sudar.

Llevó una mano a la boca de Mónica, que la chupó y humedeció, y se la llevó a su boca saboreando la saliva. Mónica, que estaba encantada con la idea de Susana, no estaba recibiendo mucha ayuda por su parte por lo que empezó a masturbarse. Susana estaba ya a punto de caramelo, cada vez que se miraba a sí misma su excitación aumentaba y necesitaba correrse ya; pidió a Mónica que se girara de nuevo, y levantándose el vestido, con cuidado porque era algo ceñido, se puso a la altura de la cara de Mónica, quien ya sabía lo que tenía que hacer. Lo primero que le llamó la atención fue la mancha en las bragas, que lamió y saboreó mientras alzaba las manos y empezaba a bajarlas, aprovechando el movimiento para acariciar con la palma de las manos la sensual línea de sus caderas, y viendo por primera vez el conejo depilado y a la vez totalmente lubricado que se mostraba ante ella mucho más apetecible que antes.

Susana prácticamente se sentó sobre la boca de Mónica, que ni mucho menos se quejó, y lamió con la mayor intensidad que pudo mientras la acariciaba.

Fue sentir la lengua experta de Mónica y correrse inmediatamente, dejándola asombrada por la cantidad de flujo que expulsaba, fue un orgasmo maravilloso, el mejor que había tenido nunca, durante el que siguió "cabalgando" a su hermana y acariciándose por encima del vestido hasta que las sensaciones empezaron a remitir. Mónica tragó lo que pudo, paladeándolo.

Susana se compuso el vestido ante la mirada plena de deseo de Mónica. Hasta este momento no se había fijado con detenimiento en el aspecto de su hermana.

Julia era en verdad quien provocaba los pensamientos más calientes en Mónica, y era como tenerla allí pero poder mirarla y hacerle lo que quisiera. Estaba

absorta en sus pensamientos cuando habló Susana:

- Ven aquí, hija - la atrajo hacia sí abrazándola.

- Me gustas mucho, mamá, tienes en cuerpo estupendo - dijo Mónica.

- Puedes tocarme, haz lo que quieras Mónica, soy tuya

No se hizo esperar; besó el cuello de Susana, se deshizo en caricias y magreos por su pecho, cintura y trasero. Pasó sus manos a la espalda de Susana y desabrochó el cordel que sujetaba el vestido y empezó a quitárselo, así como el sujetador. Con parsimonia se dedicó largamente a lamer los pechos de Susana, no solo los pezones sino en toda su superficie, amasándolos con las dos manos. Se separó, y se abrió de piernas tumbada sobre la cama, y le hizo un gesto a su hermana, que se agachó, y acomodándose cogió uno de sus pechos y empezó a frotarlo arriba y abajo de la vulva de Mónica, que mostraba una sonrisa en la que se adivinaba el placer que sentía en ese momento. Sentía en su clítoris el duro pezón de Susana; ella mientras tanto se acariciaba sus pezones. Después de esto lamió el pezón que había estado en contacto con su coño, y se dio otro festín de chupeteo con las tetas a las que era adicta.

Pidió a Susana que le diera un poco de lengua en su sexo, a lo que no puso pegas. Se esmeró en hacerlo lo mejor posible; ya empezaba a conocer cómo le gustaba a Mónica que se lo hicieran y las zonas erógenas donde debía acariciarla entretanto. En efecto, al poco rato ya era suya. Cada cierto tiempo se detenía en la ingle de Mónica y en el pliegue de debajo de las rodillas, le faltaban manos para dar placer a su hermana. Ésta no paraba de murmurar cosas ininteligibles. En la habitación se mezclaba el olor del flujo de ambas con el del perfume de su madre. Susana lamía de todas las formas posibles los labios enrojecidos que tenía delante. Por momentos intentaba introducir la lengua todo lo que podía y lamer las paredes de la vagina de Mónica.

Dedicó varias lamidas a su ano, intentando también introducir su lengua hasta dentro. Momentos más tarde volvieron a probar el 69, con el que finalmente Mónica quedó satisfecha con un lúbrico orgasmo.

En la mente de Susana todavía quedaba sitio para una ducha juntas pero la cara de su hermana reflejaba que lo que quería era descansar. Había sido un día muy intenso, como correspondía al sentimiento que había entre ellas y que habían confirmado en este día. Cubrió a su hermana con la manta y se metió debajo junto con ella, pensando en nuevos juegos para los días que les quedaban para estar solas.
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Hoy te aburrias en los bares y a las dos de la mañana ya estás volviendo a casa. Ya estás llegando y te alegras porque estás cansado. En ese momento, de una bocacalle transversal más adelante salen dos chicas que giran en el sentido en el que tu vas, es decir que quedan de espaldas a ti. Son dos chicas rubitas, de pelo corto, por lo que puedes ver no están nada mal, y lo que te llama la atención es que... van de la mano. Nada fuera de lo normal, piensas.

Poco después de eso ves que se paran en un portal, una de ellas saca unas llaves y las dos se meten entre risitas y algun toqueteo. En tu mente se forma una imagen de esas dos chicas subiendo a toda prisa a un apartamento, para alli pasar a protagonizar una escena lésbica como las de cualquier pelicula porno. Pero algo así seria demasiado bueno para ser verdad, y además tu no podrias pasar ni del portal al no tener llave.

Justo al pensar esto pasas por el propio portal, el cual se puede ver claramente que no cierra bien. Te lo piensas un momento, no pierdes nada por entrar, no hay nadie en la calle ni te vas a encontrar con nadie en el portal. Entras y al subir las escaleras te empiezas a poner nervioso porque vuelves a oir las mismas risitas de antes. A partir de entonces decides andar lo más silenciosamente posible ya que es muy probable que puedan oirte. Empiezas a subir las escaleras, y cuanto más subes mejor las oyes. Aprovechas cuando pasa algún coche para avanzar más, sin miedo a ser descubierto. Estás en el cuarto piso cuando ya no quieres subir más. Está claro que tienen que estar muy cerca.

Te detienes a agudizar el oido, pero están calladas. Sin embargo, oyes el sonido de su respiración y... lo que parecen ser... ¿besos?... después de un momento no te cabe duda, ahí al lado hay dos chicas besándose, y quien sabe qué más estarán haciendo... eso ya no lo puedes ver.
Decides esperar donde estás a que ellas hagan el siguiente movimiento. Estás seguro de que de ahí no se van a mover en un buen rato. Así que te sientas en las escaleras y te sacas la polla despacio, ya que estabas a punto de reventar de la erección. Las chicas por su parte parece que están muy metidas en el tema, ya que puedes oir no ya besos sino que se están dando el lote con todas las ganas, a juzgar por los sonidos de lenguetazos y chupeteos que oyes está claro que eso no son simples besos. En ese momento se oye que paran y por primera vez las oyes hablar:

-Tia, no puedo más, estoy a mil, vamos a hacerlo en condiciones.
-Como vamos a hacerlo aqui, en unas escaleras...
-No he dicho que fuera aqui, me refiero a en casa, que estamos a 10 metros.
-¿Pero de que vas? Están papá y mamá, nos oirian fijo.

Eso ya es algo que nunca hubieras imaginado, las dos guarras que se están comiendo la boca a unos metros de ti son hermanas... es increible... esperas que no decidan meterse dentro porque se te acabaría el chollo y además podrían descubrirte. Pero siguen hablando:

-Sabes que el proximo fin de semana se van de viaje. ¿No puedes esperar?

En ese momento vuelves a oir besos, parece que han decidido no arriesgarse y quedarse allí. Sigues masturbándote como no lo has hecho en tu vida... por algo es la situación más excitante que has vivido. Al rato puedes oir una cremallera y ruido de ropa... parece que quieren estar más cómodas. De nuevo besos. Piensas que están demasiado metidas en faena como para estar fijandose en lo que pasa a su alrededor, así que decides asomarte, muy despacio. Puedes ver de perfil a una de ellas, está medio desnuda de cintura para arriba y con los ojos cerrados. La otra está en este momento comiendola literalmente las tetas, está chupando sus pezones alternativamente a la vez que tiene una de sus manos dentro de sus propios pantalones. Puedes comprobar en ese momento que casi con toda seguridad son hermanas, ya que se parecen bastante. La primera de ellas parece ser la mayor de las dos. A ratos la pequeña sube y besa ardientemente a su hermana en la boca, momento en el que ella magrea los pechos de su hermana por encima del jersey.
Poco después la mayor, se empieza a desabrochar y quitar los pantalones, a lo que su hermana la ayuda. Ésta se agacha y empieza a besar el coñito de su hermana por encima de las bragas, y a dar pequeñas lamidas, a lo que la otra responde:

- "Ooohh... Monica, que buen lo haces, sigue, por favor..."

Tu sigues masturbándote y mirando. En ese momento se te ocurre algo también bastante morboso. Sacas tu móvil del bolsillo y seleccionas la opción de cámara. Durante un rato sacas unas cuantas fotos y pasas a seleccionar la opción de grabar video, que afortunadamente tu móvil acompaña a la opción de grabar el sonido. Después compruebas que se ven bien las fotos. Está oscuro pero entra algo de claridad de la calle y se las puede ver mas o menos bien.

Nunca habías estado tan caliente. La verdad es que podrías correrte ahora y sería la mejor paja de tu vida, pero no te quieres conformar con eso. No puedes irte sin catar a esas dos guarras que tienes ahi, tan cerca. Lo tienes decidido, te vas a descubrir... pero el problema es que si apareces así van a pegar un grito que van a despertar a todo el portal. Así que decides bajar un poco silenciosamente, y allí empezar a subir escalones, ya sin intentar no hacer ruido. Nada mas empezar a hacer eso se hace un silencio total. Ahora mismo deben estar mirándose sorprendidas sin saber que hacer y totalmente pálidas del susto. Es imposible que las de tiempo a vestirse y meterse a su casa antes de que llegues. En efecto, cuando giras a donde se encuentran ellas, ves que se han vestido pero siguen ahi sentadas en las escaleras. Te miran fijamente con miedo, como esperando a que hagas algo.

- Que hacéis aquí a estas horas?
- Nada, hablar, además vivimos en este portal.

Te sientas cerca de ellas y pasas al grano. Las cuentas lo que estabas haciendo, sobre todo lo de las fotos, que sabes sus nombres y cual es su casa, y que es mejor que te hagan pasar un buen rato para que nadie vea esas fotos.

La mayor se hace de rogar diciendo que a ella no le gustan los chicos, pero su hermana, que parece más dispuesta, empieza a convencerla.

- Venga Susy, piensa que nos hemos quedado a medias, yo por lo menos estoy muy cachonda.
- Vale, pero yo solo lo voy a hacer contigo, tu puedes repartirte entre los dos.

En ese momento Monica toma la cara de su hermana y la besa en los labios. Te pones detras de ella y empiezas a palpar sus curvas por encima de su ropa. Poco después empiezas a sobarla las tetas, al fin y al cabo puedes hacer lo que te de la gana con ellas. Empiezas a desvestirla, hasta dejarla en sujetador. Ordenas a Susana que la bese las tetas a su hermana. Empieza a hacerlo mientras Monica gira la cabeza y os besais, directamente con toda la lengua... percibes su perfume de mujer, lo cual te pone aun mas cachondo. Exploras toda su boca con tu lengua, de la forma mas sucia que puedes. Empiezas a desabrochar su sujetador y Susana y tu comenzais a besar cada uno uno de los pezones de Mónica, que se está muriendo del gusto. Desabrochas los pantalones de Mónica mientras su hermana sigue entregada a sus tetas. Cuando tiene el chocho al aire le bajas la cabeza a Susana que empieza a lamerselo. Ha llegado el momento de que te den algo de placer a ti. Te pones las polla directamente en la boca de Monica, que se la mete entera sin pensarlo dos veces. Mientras te la chupa magreas sus tetas, y empiezas a acariciar a Susana.
Ésta se aparta y te recuerda lo que habiasis hablado, pero su hermana pequeña interviene:

- Venga Susy, que te va a gustar
- Vamos zorra, recuerda las fotos que tengo de vosotras, no te puedes negar.

Al poco rato estás también magreando las tetas de Susana, y empiezas a quitarla la ropa. Cuando la tienes desnuda cambian de posición y ahora es la pequeña la que le come el conejito a la mayor. Te pones detras de la pequeña y la empiezas a lubricar el chocho, deseando empezar a follartelas ya de una vez. Tu polla entra sin problemas en el coño de Monica, ya que se encuentra tremendamente lubricada, y empiezas a marcar el ritmo con tus embestidas. Susana mientras tanto está tumbada boca arriba, recibiendo la lengua de su hermana en su coño y acariciándose los pezones. Durante un rato bombeas a Monica mientras copas sus tetas con las manos desde atrás...
Sientes que ya te falta bastante poco, así que las dices que se pongan de rodillas de frente a ti. La metes en la boca de Susana, que a estas alturas ya no hace ascos a nada... y vas alternando entre las bocas de las dos hermanas... no se sabe a quien de las dos le tocará recibir tu semen... cada una parece estar deseando que la toque. Finalmente descargas un enorme chorro de semen en la boca y la cara de Mónica, que sigue chupando para sacarte todo lo que puede. En ese momento no sabes si se lo tragará o lo tirara pero hace lo que no te esperabas. Coge la cara de su hermana y la abre la boca, y tras elevarse un poco lo va escupiendo en la boca de Susana, que lo recibe sin ningún asco. Finalmente se besan suavemente compartiendo el semen como buenas hermanas... cuando han terminado y has podido ver que ambas se lo han tragado, Susana empieza a recoger con la punta de la lengua los restos que habían quedado por la cara de Monica, pasando a darselos en su boca y de nuevo las dos a tragar todo lo que queda, y a besarse ya más suavemente.

Lo ultimo que haces al menos por esa noche con ellas es pedirlas sus telefonos. Y hablareis mas adelante de lo que pasa con las fotos, aunque no parece haga falta seguir chantajeandolas para volver a follártelas​
 
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