Mónica 02
Estaba en la puerta de mi departamento viendo marcharse a la hija de mi vecina, Verónica caminaba sugestivamente como si fuese una nena mayor meneando ese traserito que recién había tocado por accidente.
Me estaba por acostar con una tremenda carpa cuando decidí ver un poco de porno, tenía unas direcciones de material muy candente donde prometían escenas nunca vistas. Todos los sites se anuncian así para terminar mostrando a las mismas profesionales del sexo haciéndose las virgencitas. Esta vez la publicidad era cierta, las protagonistas femeninas eran de cortísima edad aunque la calidad pobre de los video amateur demostraban que era material casero, tal vez producido por los mismo padres.
Las caritas de las nenas haciendo de todo demostraban una expresión de placer que no parecía fingido, no estaban actuando mientras vivían esas experiencias al punto que dudo supiesen que estaban siendo grabadas.
Me pareció que todo este tiempo jamás supe lo que era ver porno de verdad, creía natural que las actrices interpretasen el papel de turno fingiendo suspiros. Estas nenitas realmente suspiraban de placer al estarse iniciando en cosas de mayores.
Con la mano me apretaba la entrepierna con la idea de hacerme justicia por mano propia, pero decidí buscar pescaditos para alimentar con mi ansioso gusano.
Dormí como un tronco con algunos sueños prohibidos, se entremezclaban las imágenes del trasero de mi vecina con el de su hijita y tuve que poner a lavar las sábanas al salir de la cama.
Salí para hacer algunas reparaciones y de paso visitar la concesionaria para ver algún automóvil a mi alcance, Mónica estaba atendiendo un cliente y tratando de venderle una unidad cero KM, quedé curioseando en la sección de usados hasta que se desocupó recibiéndome con una hermosa sonrisa y un besito. Fuimos a la oficina y estaba sentadita Mary con cara de aburrimiento mientras coloreaba algo.
Me explicó que por la mañana asistía al colegio pero luego debía traerla al trabajo hasta finalizar su jornada.
Hojeando el muestrario, me interesó un vehículo algo antiguo pero en buenas condiciones, faltaba arreglar el precio y forma de pago pero Moni presentó un plan muy tentador para cerrar la venta, al final pactamos que me quedaría con el autito.
Casi bailaba de alegría por tener movilidad propia alzando a Mary y dando vueltas mientras decía --tengo auto, tengo auto--
No se en qué estaría pensando cuando le agradecí a Moni tomando su cara y plantándole un beso en la boca, al percatarme del atrevimiento le pedí disculpas mientras ella se ruborizaba preguntando si había conseguido el repuesto de su PC.
Quedaban un par de horas para finalizar su turno pero entregándome las llaves de su casa, pidió que llevase a su hija y de paso reparase la máquina. Esta vez me despedí con un besito casto en la mejilla mientras ella entornaba los ojos tal vez esperando algo más osado.
Al volante de mi flamante adquisición, conducía con extrema precaución mientras Mary preguntaba con picardía si sería el novio de Moni, ante mi sorpresa recordó que la había besado en la boca y su tía no había demostrado rechazo alguno...
Entré temeroso a la casa como si fuese un ladrón, María tiró sus útiles escolares al piso anunciando que se cambiaría el uniforme del colegio. Apareció con una blusita que apenas le tapaba la prendita íntima, creo que no se daba cuenta del impacto que causaba verla así. Reconozco que era pequeña, pero la noche anterior había mirado videos que echaban por tierra mis conceptos de criaturas inocentes.
Traté de quitarme de la mente los pensamientos indecentes procediendo a reemplazar el cable defectuoso, apenas la máquina arrancaba normalmente ya estaba la nenita trepada a mi falda para jugar. Esta vez la veía con otros ojos, sus piernitas descubiertas por la corta blusita daban ganas de acariciarlas, agachando la cabeza enterré la nariz en su castaños ricitos, era un aroma encantador a nena, difícil para definir pero definitivamente a nena que me hacía pensar en cosas raras.
Esta vez la sostenía por la cinturita y acariciaba un poco su pancita, Mary ni se percataba metida en el juego y aproveché la ocasión para dejar caer descuidadamente las manos sobre sus piernitas. Percibir su tibieza me hizo erizar los cabellos, sumado al reconocimiento que estaba tocando casi indebidamente a una criatura.
Para cortar el ambiente algo riesgoso, ofrecí ir a buscar algo de comer para recibir a la tía con la mesa puesta, se quedó jugando mientras cerraba la puerta acomodándome un bulto que debería disimular en la calle.
Tuve que caminar bastante para hallar una rotisería y me traje un pollo rostizado, papas y ensalada. De paso un vinito que si bien era caro justificaba en esta ocasión.
Estaba acomodando los cubiertos en la mesa cuando la cerradura principal anunciaba el regreso de Mónica, estaba maravillada con el recibimiento y me dio un abrazo que casi terminó en un beso, de no haber testigos tal vez me brindaba su boquita.
Comimos entre bromas como si fuésemos una familia feliz, tal vez no era un concepto muy lejano a la realidad. Había olvidado el postre y ofrecí bajar a buscarlo, esta vez era en la esquina y Mary ofreció acompañarme para elegir los sabores del helado.
Salimos de la mano y en el ascensor la alcé en brazos, ya me hacía sentir bien caminar con una nenita en brazos y ella se prendía de mi cuello como si fuese el padre.
De regreso con el tarro de postre le acariciaba la espaldita alabando sus ojos verdes iguales a la tía, quedé asombrado al comprobar la definición de "embarazo indeseado" cuando contó que su mamá hacía cositas con el abuelo.
Comimos el postre en el sillón sentados pegaditos, había espacio pero me apretaban haciendo un sándwich. Me causó gracia ver a Moni con un bigote de helado, estaba por pasarle una servilleta pero acercando la cara la limpié con mis labios, ella estaba con los ojos grandotes tal vez vaticinando que la besaría pero seguí hablando en tono de broma mientras Mary sonreía por el amago de beso con su tía.
Estaba despidiéndome cuando me recordó que ahora tenía automóvil, no necesitaba depender del servicio público y podría quedarme hasta más tarde. Su hermosa sonrisa hacía presagiar algo más cuando mandó a su sobrina a dormir, nos quedamos en el sofá mirando algo de tele sin que me animase a dar el primer paso, solamente pasar un brazo sobre su hombro atrayéndola suavemente.
Su cabeza quedó apoyada en mi pecho y al levantarla preguntando si quería un café, no pude resistir su boquita y la besé dulcemente. Su respuesta no fue apasionada pero algo me decía que esa boquita ya era mía.
Esta vez nos tomamos las manos para seguir viendo la tele, tal vez para disimular ese acercamiento algo prematuro. Entre risas decía que ahora no podría escapar, tenía mis datos para cobrar las cuotas del automóvil.
Como al pasar preguntó si tenía novia y obligadamente tuve que hacer la misma cuestión, ambos éramos solteros y sin apuro, esta vez cuando intenté besarla confesó que le gustaban las mujeres y sentí que se me caía el cielo. Esta preciosura de chica era lesbiana y debí preguntarle si tenía noviA en lugar de novio.
Contó que mamá los había abandonado y su hermana vivía con el padre, a ella no le gustaba el ambiente al percibir que tal vez tocaba a la hija menor que ya era madre. No quise preguntar por el padre de la criatura temiendo que su sobrina también podría ser su hermanita.
Pensé que esta familia era demasiado complicada para mezclarla en mi vida, pero algo me retenía allí. Pregunté como era tener una relación sentimental con otra chica y contestó con mirada triste que solamente tuvo dos compañeras íntimas, la primera ahuyentada por el padre y otra la dejó por una adinerada que le mantenía las comodidades.
Ya no sabía si besarla o qué, tal vez la pobre sintiese repulsión por los hombres, solamente la abracé fuerte haciéndole sentir mi cariño más allá de la situación.
Confesó que lo más anhelado era justamente eso, estar en brazos de alguien que le brindase cariño y comprensión, no era tanto una cuestión de sexo como yo imaginaba. Ya con más atrevimiento, le pedí perdón por haberla besado antes explicando que me la imaginaba como futura novia y era una chica demasiado hermosa para no desear su boquita.
Contó que no le causaba rechazo, solamente extrañeza al ser su primer beso con un hombre, también me extrañó mucho pero considerando sus preferencias sexuales era lógico.
Le pregunté que diría si la besaba suavemente como otra chica, sin tocarle sus partes como haría un hombre, sonriendo contestó que las mujeres sí se tocan las partes íntimas pero con un tacto especial, conociendo de antemano todos los puntos sensibles y el timing.
Esto ya me interesaba como un proyecto para aprender cosas que jamás pensé acceder, y tomando su carita con extrema suavidad fui besando su frente, su naricita para terminar dulcemente en sus labios, ella mantenía los ojos cerrados tal vez imaginando estar con su chica de ensueños, la cuestión es que su boca respondía con la misma suavidad y entrega.
Temía que la situación se descarrilase al refrenar las manos que se iban solas hacia sus tetitas, y le ofrecí pasar a buscarla mañana con el auto así se evitaba el transporte público. Le dije que dejaba un besito para su sobrina y preguntó pq no se lo daba yo mismo, caminando de puntillas hasta el dormitorio había una cama grande y allí Mary durmiendo plácidamente. Parece que ambas usaban la única cama disponible del apartamento.
Acariciando el cabello de la durmiente deposité un tierno besito en la mejilla de su sobrina, creo que de no estar Moni viéndonos le besaba la boquita entreabierta.
Al despedirme se me escapó un --te quiero mucho-- al aproximar la boca hasta tocar la suya, después pensaba como pude decir eso, ni le gustaban los hombres a Moni.
Cuando llegué a casa me planteaba haber pasado de una vida casi monótona a conocer a dos mujeres que me interesaban, sumado a mi reciente gusto por las más jovencitas.
(continuará)
Estaba en la puerta de mi departamento viendo marcharse a la hija de mi vecina, Verónica caminaba sugestivamente como si fuese una nena mayor meneando ese traserito que recién había tocado por accidente.
Me estaba por acostar con una tremenda carpa cuando decidí ver un poco de porno, tenía unas direcciones de material muy candente donde prometían escenas nunca vistas. Todos los sites se anuncian así para terminar mostrando a las mismas profesionales del sexo haciéndose las virgencitas. Esta vez la publicidad era cierta, las protagonistas femeninas eran de cortísima edad aunque la calidad pobre de los video amateur demostraban que era material casero, tal vez producido por los mismo padres.
Las caritas de las nenas haciendo de todo demostraban una expresión de placer que no parecía fingido, no estaban actuando mientras vivían esas experiencias al punto que dudo supiesen que estaban siendo grabadas.
Me pareció que todo este tiempo jamás supe lo que era ver porno de verdad, creía natural que las actrices interpretasen el papel de turno fingiendo suspiros. Estas nenitas realmente suspiraban de placer al estarse iniciando en cosas de mayores.
Con la mano me apretaba la entrepierna con la idea de hacerme justicia por mano propia, pero decidí buscar pescaditos para alimentar con mi ansioso gusano.
Dormí como un tronco con algunos sueños prohibidos, se entremezclaban las imágenes del trasero de mi vecina con el de su hijita y tuve que poner a lavar las sábanas al salir de la cama.
Salí para hacer algunas reparaciones y de paso visitar la concesionaria para ver algún automóvil a mi alcance, Mónica estaba atendiendo un cliente y tratando de venderle una unidad cero KM, quedé curioseando en la sección de usados hasta que se desocupó recibiéndome con una hermosa sonrisa y un besito. Fuimos a la oficina y estaba sentadita Mary con cara de aburrimiento mientras coloreaba algo.
Me explicó que por la mañana asistía al colegio pero luego debía traerla al trabajo hasta finalizar su jornada.
Hojeando el muestrario, me interesó un vehículo algo antiguo pero en buenas condiciones, faltaba arreglar el precio y forma de pago pero Moni presentó un plan muy tentador para cerrar la venta, al final pactamos que me quedaría con el autito.
Casi bailaba de alegría por tener movilidad propia alzando a Mary y dando vueltas mientras decía --tengo auto, tengo auto--
No se en qué estaría pensando cuando le agradecí a Moni tomando su cara y plantándole un beso en la boca, al percatarme del atrevimiento le pedí disculpas mientras ella se ruborizaba preguntando si había conseguido el repuesto de su PC.
Quedaban un par de horas para finalizar su turno pero entregándome las llaves de su casa, pidió que llevase a su hija y de paso reparase la máquina. Esta vez me despedí con un besito casto en la mejilla mientras ella entornaba los ojos tal vez esperando algo más osado.
Al volante de mi flamante adquisición, conducía con extrema precaución mientras Mary preguntaba con picardía si sería el novio de Moni, ante mi sorpresa recordó que la había besado en la boca y su tía no había demostrado rechazo alguno...
Entré temeroso a la casa como si fuese un ladrón, María tiró sus útiles escolares al piso anunciando que se cambiaría el uniforme del colegio. Apareció con una blusita que apenas le tapaba la prendita íntima, creo que no se daba cuenta del impacto que causaba verla así. Reconozco que era pequeña, pero la noche anterior había mirado videos que echaban por tierra mis conceptos de criaturas inocentes.
Traté de quitarme de la mente los pensamientos indecentes procediendo a reemplazar el cable defectuoso, apenas la máquina arrancaba normalmente ya estaba la nenita trepada a mi falda para jugar. Esta vez la veía con otros ojos, sus piernitas descubiertas por la corta blusita daban ganas de acariciarlas, agachando la cabeza enterré la nariz en su castaños ricitos, era un aroma encantador a nena, difícil para definir pero definitivamente a nena que me hacía pensar en cosas raras.
Esta vez la sostenía por la cinturita y acariciaba un poco su pancita, Mary ni se percataba metida en el juego y aproveché la ocasión para dejar caer descuidadamente las manos sobre sus piernitas. Percibir su tibieza me hizo erizar los cabellos, sumado al reconocimiento que estaba tocando casi indebidamente a una criatura.
Para cortar el ambiente algo riesgoso, ofrecí ir a buscar algo de comer para recibir a la tía con la mesa puesta, se quedó jugando mientras cerraba la puerta acomodándome un bulto que debería disimular en la calle.
Tuve que caminar bastante para hallar una rotisería y me traje un pollo rostizado, papas y ensalada. De paso un vinito que si bien era caro justificaba en esta ocasión.
Estaba acomodando los cubiertos en la mesa cuando la cerradura principal anunciaba el regreso de Mónica, estaba maravillada con el recibimiento y me dio un abrazo que casi terminó en un beso, de no haber testigos tal vez me brindaba su boquita.
Comimos entre bromas como si fuésemos una familia feliz, tal vez no era un concepto muy lejano a la realidad. Había olvidado el postre y ofrecí bajar a buscarlo, esta vez era en la esquina y Mary ofreció acompañarme para elegir los sabores del helado.
Salimos de la mano y en el ascensor la alcé en brazos, ya me hacía sentir bien caminar con una nenita en brazos y ella se prendía de mi cuello como si fuese el padre.
De regreso con el tarro de postre le acariciaba la espaldita alabando sus ojos verdes iguales a la tía, quedé asombrado al comprobar la definición de "embarazo indeseado" cuando contó que su mamá hacía cositas con el abuelo.
Comimos el postre en el sillón sentados pegaditos, había espacio pero me apretaban haciendo un sándwich. Me causó gracia ver a Moni con un bigote de helado, estaba por pasarle una servilleta pero acercando la cara la limpié con mis labios, ella estaba con los ojos grandotes tal vez vaticinando que la besaría pero seguí hablando en tono de broma mientras Mary sonreía por el amago de beso con su tía.
Estaba despidiéndome cuando me recordó que ahora tenía automóvil, no necesitaba depender del servicio público y podría quedarme hasta más tarde. Su hermosa sonrisa hacía presagiar algo más cuando mandó a su sobrina a dormir, nos quedamos en el sofá mirando algo de tele sin que me animase a dar el primer paso, solamente pasar un brazo sobre su hombro atrayéndola suavemente.
Su cabeza quedó apoyada en mi pecho y al levantarla preguntando si quería un café, no pude resistir su boquita y la besé dulcemente. Su respuesta no fue apasionada pero algo me decía que esa boquita ya era mía.
Esta vez nos tomamos las manos para seguir viendo la tele, tal vez para disimular ese acercamiento algo prematuro. Entre risas decía que ahora no podría escapar, tenía mis datos para cobrar las cuotas del automóvil.
Como al pasar preguntó si tenía novia y obligadamente tuve que hacer la misma cuestión, ambos éramos solteros y sin apuro, esta vez cuando intenté besarla confesó que le gustaban las mujeres y sentí que se me caía el cielo. Esta preciosura de chica era lesbiana y debí preguntarle si tenía noviA en lugar de novio.
Contó que mamá los había abandonado y su hermana vivía con el padre, a ella no le gustaba el ambiente al percibir que tal vez tocaba a la hija menor que ya era madre. No quise preguntar por el padre de la criatura temiendo que su sobrina también podría ser su hermanita.
Pensé que esta familia era demasiado complicada para mezclarla en mi vida, pero algo me retenía allí. Pregunté como era tener una relación sentimental con otra chica y contestó con mirada triste que solamente tuvo dos compañeras íntimas, la primera ahuyentada por el padre y otra la dejó por una adinerada que le mantenía las comodidades.
Ya no sabía si besarla o qué, tal vez la pobre sintiese repulsión por los hombres, solamente la abracé fuerte haciéndole sentir mi cariño más allá de la situación.
Confesó que lo más anhelado era justamente eso, estar en brazos de alguien que le brindase cariño y comprensión, no era tanto una cuestión de sexo como yo imaginaba. Ya con más atrevimiento, le pedí perdón por haberla besado antes explicando que me la imaginaba como futura novia y era una chica demasiado hermosa para no desear su boquita.
Contó que no le causaba rechazo, solamente extrañeza al ser su primer beso con un hombre, también me extrañó mucho pero considerando sus preferencias sexuales era lógico.
Le pregunté que diría si la besaba suavemente como otra chica, sin tocarle sus partes como haría un hombre, sonriendo contestó que las mujeres sí se tocan las partes íntimas pero con un tacto especial, conociendo de antemano todos los puntos sensibles y el timing.
Esto ya me interesaba como un proyecto para aprender cosas que jamás pensé acceder, y tomando su carita con extrema suavidad fui besando su frente, su naricita para terminar dulcemente en sus labios, ella mantenía los ojos cerrados tal vez imaginando estar con su chica de ensueños, la cuestión es que su boca respondía con la misma suavidad y entrega.
Temía que la situación se descarrilase al refrenar las manos que se iban solas hacia sus tetitas, y le ofrecí pasar a buscarla mañana con el auto así se evitaba el transporte público. Le dije que dejaba un besito para su sobrina y preguntó pq no se lo daba yo mismo, caminando de puntillas hasta el dormitorio había una cama grande y allí Mary durmiendo plácidamente. Parece que ambas usaban la única cama disponible del apartamento.
Acariciando el cabello de la durmiente deposité un tierno besito en la mejilla de su sobrina, creo que de no estar Moni viéndonos le besaba la boquita entreabierta.
Al despedirme se me escapó un --te quiero mucho-- al aproximar la boca hasta tocar la suya, después pensaba como pude decir eso, ni le gustaban los hombres a Moni.
Cuando llegué a casa me planteaba haber pasado de una vida casi monótona a conocer a dos mujeres que me interesaban, sumado a mi reciente gusto por las más jovencitas.
(continuará)