Mis Sobrinos que Gran Placer

heranlu

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Ago 31, 2007
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Lucía colgó el teléfono y con una sonrisa en la cara les comunico a sus hijos que estaban viendo la televisión sentados en el sofá, que su tía Mar vendría esa noche a cenar con ellos, tras haber tenido que estar más de dos meses fuera por asuntos laborales.

-Chicos, esta noche vendrá vuestra tía a cenar con nosotros, así que pórtense bien, ok? – les dijo la madre a sus hijos.

-¿La tía Mar vendrá a cenar esta noche?, yo había quedado con mis amigos sobre las diez para ver una película de terror. – contesto Armando con desagrado ante la noticia, intuía la respuesta de su madre.

-Por un día que no quedes con tus amigos y estés en casa con tu familia no pasa nada, así que diles que esta noche no iras.



Tras esta contundente respuesta de Lucia a su hijo, esta abandono el salón dirección la cocina, dejándoles a solas con su película y sin derecho a réplica alguna.



-¡Joder! Siempre jodiendo los planes. – le dijo Armando a su hermano disgustado y enfadado.

-Y encima pon buena cara a sus bromas y chanzas, sino mama se cabrea y luego hay bronca. – contesto Tomas.



-¿Tu crees que mama sabe que la tía Mar es actriz porno?, ¿o finge no saberlo? Lo de que trabaja en una multinacional no se lo cree nadie, sino tiene ni el graduado escolar.

-Yo creo que lo finge, no considero a mama una mojigata, pero delante de nosotros tiene que disimular. Además si consume porno la habrá visto incluso actuar – adujo Tomas.

-¿Actuar? Yo diría mas bien follar. Que cuerpazo tiene la hija de puta. Me la follaba de todas las maneras posibles. – añadió Armando.

-Bueno eso tiene solución. – dijo Tomas mirando picaronamente a su hermano.

-¿Estas pensando lo que yo estoy pensando?

-No puedes ir a ver con tus amigos una peli de terror, pero podemos hacer en casa otro tipo de película, y encima ser protagonistas de ella. ¿No te parece hermanito?.

Los dos hermanos pasaron la tarde urdiendo su plan sin hablar en exceso de ello. Se conocían tan bien, y habían liado tantas juntos que no necesitaban ni hablar, una mirada era suficiente para comunicarse. La tarde avanzo y llego la hora de la cena. El timbre de la puerta sonó y la invitada llego.

-Abrir la puerta chicos, debe de ser la tía. – grito Lucia desde la cocina.

Tomas abrió la puerta de la calle y le dio la bienvenida a su tía con una sonrisa y dos besos en las mejillas, ni por asomo intuía lo que se la venia encima. Mar era una chica atractiva, delgada, rubia y con un cuerpo que invitaba al deseo. Sus pechos para la mayoría de los hombres eran perfectos, tenían la medida exacta, ni muy grandes, ni muy pequeños, eran idóneos para poder abarcarlos con las manos y poder sobarlos, saborearlos, degustarlos a placer. Ocultos bajo una blusa de color negro con escote, quedaban bien visibles para el deleite de cualquier mirada indiscreta. Su culo era prieto y redondo, quedaba bien marcado con esos vaqueros ajustados que llevaba puestos. Y su sonrisa picarona y sus labios pintados de rojo pasión, hacían volar a la imaginación pensando en hasta donde dejaría la marca de sus labios al comerse una buena polla.

Quince minutos después de la llegada de Mar estaban los cuatro sentados a la mesa disfrutando de la deliciosa cena que Lucia había preparado a lo largo de la tarde.

-Y bueno chicos, ¿cómo van esos estudios?, porque intuyo que de amoríos mejor no pregunto, ¿no? – inicio la conversación la Tía Mar preguntando a sus sobrinos y malmetiendo un poco como era de esperar.

-Bien, han sacado muy buenas notas ambos, no como tu cuando estabas en el colegio. ¿Quién iba a imaginar por entonces donde acabarías? – contesto Lucia presumiendo de sus hijos.

-Cierto. Quien iba a imaginar donde acabarías trabajando tía. – añadió Tomas con una doble intención que supuso que su tía no iba a captar.

-Os aseguro que yo tampoco lo imaginaba chicos, pero la vale, vale. Hay que trabajar duro si quieres conseguir el triunfo.

-O ponerse de rodillas y soplar algunas pollas. – querría haber dicho Armando, pero prefirió callarse.

-Venga, vale. Se que os morís de ganas porque os lo pregunte. ¿Y de chicas como vais? ¿Seguís siendo vírgenes o por fin alguna tonta a caído ya en vuestras redes?

La pregunta no obtuvo respuesta, de hecho ni siquiera a Lucia le gusto la manera de ser formulada. Parecía que sus hijos eran dos adefesios a los que ninguna mujer quisiera acercárseles.

La conversación desde entonces hasta los postres giro en torno a Lucia y su trabajo. Supo muy bien como reconducir la conversación para que sus hijos no sufrieran mas los comentarios ácidos e irónicos de su tía Mar. Muchas veces había pensado en cómo se atrevía a decirles unas cosas así, dedicándose a lo que se dedicaba, y no a los que supuestamente les había dicho. Después de los postres decidieron tomar una copa de licor. La idea fue de Tomas, que incluso se ofreció para servirlas. Fue entonces cuando con total disimulo y dando la espalda tanto a su madre como a su tía, disolvió unos polvitos blancos en la copa de esta última.

Una hora después Mar se sentía algo mareada, su cabeza comenzaba a pesarla demasiado, como si hubiera tomado mucho más alcohol del ingerido hasta ese momento. Lucia la medio obligo a quedarse a dormir en casa, era evidente que no estaba en condiciones de conducir. Mar acepto a regañadientes, pues no estaba en sus planes pasar la noche allí, mas cuando unos amigos la esperaban para quemar juntos la ciudad, pero el mareo era cada vez más intenso, y su cuerpo comenzaba a pesarle mas de la cuenta.

Media hora más tarde Mar estaba acostada y dormida en el cuarto de invitados. Su hermana la ayudo a quitarse los pantalones vaqueros ajustados que parecían negarse a salir de sus piernas. Lucia hizo lo mismo con la blusa negra que llevaba su hermana puesta, siendo esta sustituida por una camiseta blanca de manga corta. Mientras tanto en el salón esperaban Tomas y Armando mirándose y sonriendo, el plan comenzaba a dar sus frutos.

-La tía ya esta dormida, menuda cogorza se ha pillado con una sola copa. En fin yo me voy también a dormir, estoy cansada. No os quedéis hasta muy tarde. – dijo la madre dando un beso de buenas noches a sus hijos, retirándose a su cuarto.

-Esperamos una hora y nos la follamos hermanito. – le dijo Tomas a su hermano.

-¿Tanto? Yo estoy ya empalmado y todo – contesto Armando.

-Es el tiempo que tardara la pastilla de mama en hacerla efecto. Mejor ir sobre seguro. Después de ese tiempo ninguna de las dos abrirá sus ojos hasta mañana.

Fue la hora más larga de sus vidas. Mirando el reloj cada cinco minutos este parecía no avanzar. Al final ambos se pasado ese tiempo prudencial se plantaron ante la puerta del cuarto de invitados, y cogiendo aire se introdujeron sigilosamente en el. Con mucho tiento avanzaron en la oscuridad hasta la mesilla de noche encendiendo la lamparita que reposaba sobre ella, que tenuemente ilumino la estancia. Tumbada en la cama de medio lado estaba Mar, mostrando sin querer un culo perfecto oculto bajo unas braguitas de seda negra, que excitaron aun mas a los hermanos.

-Mira que culo hermano, madre mía se lo reventaba a pollazos. – dijo Tomas.

-Pues si tanto lo deseas, luego la das por el culo hermanito. Ahora ayúdame a quitarle la camiseta, quiero ver de cerca y poder tener entre mis manos esas peras de zorra. – inquirió Armando pidiendo la colaboración de su hermano.

-¿No se despertara? – pregunto Tomas.

-¿Esta?, no se acordara mañana de nada de lo que la vamos a hacer. Aunque creo que cuando se siente la va a doler el culo, ¿no hermanito? – le contesto Armando riéndose.

Ambos hermanos manejaron con soltura a su tía hasta dejarla sin camiseta. Tumbada sobre la cama en bragas y sujetador Mar dormitaba plácidamente ajena a todo lo que acontecía en la habitación. La mirada lasciva de ambos hermanos la observaban con deseo, con lujuria.

-¿Qué buena que esta la hija de puta? Esta aun más maciza que en las películas. – dijo Tomas acercándose a su tía para meter la mano bajo el sujetador negro a juego con las braguitas de seda, y comenzar a sobar aquellos dos deseados senos. Luego desabrochándola el sujetador comenzó a morderlos y lamerlos bajo la atenta mirada de su hermano que comenzó a masturbarse delante de ellos.

-Pero que haces gilipollas, deja de meneártela. ¿Qué quieres correrte antes de clavársela? Ven aquí y comete una de estas dos maravillas.

Armando se acerco por el otro lado de la cama sentándose en el borde de la misma, para inclinándose un poco hacia su tía, comenzar a hacer lo mismo que su hermano, como si lo imitara. Saco su lengua y recorrió con ella el pecho derecho de su tía, para deleitarse posteriormente con el pezón de ella, donde se entretuvo un poco mas de tiempo. Ambos hermanos al unisonó sobaban, manoseaban, lamian, mordían y saboreaban aquellos pechos suaves y blanditos, con dos pezones totalmente duros debido a las atenciones recibidas por las húmedas lenguas de los dos sobrinos. Mar gruño, emitiendo un sonido entre una queja o un jadeo de placer.

-Joder la muy puta, hasta drogada la gusta la marcha. – dijo Tomas introduciendo su mano derecha bajo las bragas negras de seda de su tía para acariciarla sus partes más intimas, bajo la atenta mirada de su hermano.

-Seguro que esta mojada la muy guarra. – afirmo Armando.

-Ya te digo hermanito, me está pidiendo que me la folle de una puta vez.

Tomas se levanto del lado izquierdo de la cama y dirigiendo sus pasos hasta la parte baja de la cama. Con firmeza cogió entre sus manos las braguitas de seda que aun llevaba puestas su tía y tirando de estas hacia abajo la despojo de ellas, dejándoles ver un coñito totalmente depilado y húmedo.



Tomas no se lo pensó dos veces y comenzó a desabrocharse el cinturón del pantalón, se desabrocho el botón y se bajo la cremallera dejando que esta cayera al suelo. Luego hizo lo mismo con su ropa interior, avanzando con dificultad hacia la cama, hacia su tía Mar. Con ambas manos la separo las piernas dejándola lista para ser embestida por su falo, que lucía duro, grueso, con todas sus venas recorriéndolo como queriendo explotar. Su hermano Armando le miro incrédulo y le dijo.

-¿Estas seguro de que lo quieres hacer?



-Ya te digo hermanito, a esta me la calzo yo ahora mismo. Veras como goza la muy puta. Menuda follada que tiene la muy guarra. – contesto recorriéndola con mirada lasciva.

Con una mano apoyada sobre el colchón y ya encima de su tía, el sobrino dirigió con su otra mano su miembro viril hasta la entrada del coñito depilado de su tía, y tras dos intentos fallidos comenzó a penetrárselo con fuerza. Mar gimió de dolor, luego poco a poco esos gemidos fueron convirtiéndose en gemidos de placer. Armando se estaba follando a su tía bajo la atenta mirada de Tomas, que dudaba de si luego la iba a dar por el culo, como era su deseo, o finalmente se iba a rajar.

Armando continuaba con su violación despacio pero sin pausa. Se la estaba clavando hasta el fondo a la zorra de su tía Mar, y no iba a parar hasta llenarla aquel chochito con su leche. Su mano derecha se hizo dueño del pecho izquierdo de su tía, y su lengua comenzó a relamer el pezón suavemente, para a continuación dibujar con ella un círculo sobre la aureola de este. Tomas su hermano, comenzaba a sentirse muy excitado, palpándose su polla sobre el pantalón vaquero que no dejaba de crecer por momentos.

-Siiiii, sigue, me gusta – musito Mar medio dormida, como si estuviera en trance.

-Te lo dije, mira como disfruta la guarra. Mira como se abre aun más de piernas para que me la folle hermanito.

Mar puso sus pies sobre el colchón abriéndose aun más de piernas, dejando hacer a su amante desconocido, sin saber que este era su sobrino mayor. Tomas ya se había sacado para entonces su polla y se la estaba meneando mirando alternativamente los pechos de su tía, y los movimientos acompasados de su hermano, subiendo y bajando sobre el sexo de esta. Se la estaba follando y bien follada como repetía este una y otra vez. Mar gemía de placer con los ojos cerrados, no podía abrirlos a pesar de estar intentándolo cada vez con mas fuerzas. No sabía lo que la pasaba, pero si empezaba a tener consciencia de que se la estaban follando, pero lejos de todo pensamiento, lo único que sentía era placer, deseo, ganas de que aquello no acabara.

Al cabo de un buen rato, Armando se corría en el interior de su tía tras varias sacudidas violentas, y unos estruendosos alaridos de placer que hicieron medio despertar a su tía. Medio dormida aun sintió como unas manos fuertes tiraban de ella hacia arriba hasta colocarla en la parte baja de la cama con las rodillas en el suelo, y el vientre sobre el colchón. Era Armando manipulándola hasta dejarla en la posición perfecta para que su hermano pequeño se adueñara de su ano reventándoselo como era su deseo. La perra de su tía sabría tarde a temprano que sus sobrinos no eran tan mojigatos como ella creía.

-Vamos hermanito, aquí la tienes con el culo en pompa, en posición para que la encules como se merece. – dijo Armando al tiempo que la daba un sonoro azote que hizo que Mar al fin abriera los ojos.



-Creo que me la voy a tirar Armando, esta buenísima y estoy super cachondo.

Armando cedió su puesto a Tomas que se apoyo con su mano izquierda sobre el colchón, mientras dirigía su polla hasta la entrada del culo de su tía. Era como si estuviera pidiéndole a gritos que se lo reventara. Un culo redondo, precioso, carnoso, donde la marca de la mano de su hermano quedaba patente en su nalga derecha, tras el azote recibido. Tomas comenzó poco a poco a abrir aquel culito con envestidas continuas, cada vez apretando un poco mas.

-¿Qué estás haciendo Tomas? – dijo su tía intentando levantarse.

-Voy a darte por el culo tía, seguro que te gusta. – contesto este totalmente ya enajenado por aquella situación.

-Relájate tía. Piensa que estas rodando una de tus películas, jajajajaja. – comento Armando riéndose mientras presenciaba como su hermano enculaba a su tía con fuerza.

-¿Vosotros sabéis a lo que me dedico? – pregunto Mar entre gemido y gemido, sintiendo como su culo se abría por completo. Viendo cómo iba hacia adelante, y retrocedía por los movimientos de su sobrino que la tenia bien sujeta por las caderas.

-La cantidad de pajas que nos habremos hecho viéndote por internet. Joder lo viciosa que eres tía. – la respondió Armando pajeandose delante de ella sentado sobre el colchón.

-Ahhhh, ahhhh, dame mas fuerte sobrino. Ahhh, ahhhh, si así, reviéntamelo cabrón. – clamaba Mar girando la cabeza hacia atrás hasta clavar su mirada en la de su sobrino Tomas.

-Así tía, te gusta así. – dijo Tomas medio escupiendo por la excitación del momento.

Las tetas de Mar bailaban ante la atenta mirada de su sobrino Armando, que sin darse cuenta noto como su polla se perdía dentro de la boca de su tía. No sabía cómo pero se la estaba comiendo.

-Ummmm, esta ya esta medio seca, lo sé, lo percibo. De modo que tú ya me has follada, ¿no cabron? – dijo ella mientras relamía y sorbía para conseguir que aquel mástil recuperara su máximo esplendor.

Mar no podía creérselo, sus sobrinos se la estaban follando y ella lo estaba disfrutando. Lo que pensara su hermana al respecto si se enteraba, poco la importaba. Le dolía el culo, Tomas la había vuelto a dar un buen par de azotes, pero al mismo tiempo lo sentía lleno. La estaban enculando muy bien, y sentía como su sobrino iba a correrse dentro de ella. Sentía las convulsiones de su polla en su interior, sentía la polla de su otro sobrino en su boca. Ya tenía el máximo esplendor y estaba a punto también de sacarle el poco jugo que aun la quedaba, para regar su garganta con ello.

-Ahhhhhhhhhh, cabrónnnnnnnn, siiiiiiii, - grito Mar cuando Tomas se corrió dentro de su culo dando una última envestida brutal. Su mano derecha estrujo con tanta fuerza la polla de su sobrino Armando que este también se corrió, salpicando con su leche toda la cara de su tía. La escena era bestial, Mar de rodillas en el pico de la cama, con uno de sus sobrinos empotrándola por detrás, y el otro corriéndose en su cara. Su cara de felicidad era total.

-Guaaauuuu. Voy a tener que venir mas veces a casa chicos. Esto habrá que repetirlo, pero sin drogas, ¿vale? – les dijo Mar recuperando posición hasta quedar medio recostada sobre la cama.

-Sino te hubiéramos drogado no hubieras accedido, y te lo hubieras perdido tiita. – dijo Tomas que aun no se creía que había dado por el culo a su tía Mar.

-Menos mal que vuestra madre cuando duerme es como si estuviera muerta, porque si nos pilla ahora mismo aquí a los tres así, nos muele a zapatillazos. – comento Mar medio riéndose mirando alternativamente a uno y a otro.

-Ya te digo tía. Se hubiera quitado la zapatilla y nos da una que salimos en las noticias. – añadió Armando.
 
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