Mis experiencias prematuras

Yary

Virgen
Registrado
Nov 14, 2011
Mensajes
24
Likes Recibidos
1
Puntos
3
Quiero comentarles mi experiencia, quizás pueda resultar aburrida, siento que es necesario dar algunos pormenores para que entiendan mi situación. Soy una mujer joven, profesional y actualmente vivo con mi pequeño hijo y estos recuerdos que marcaron mi vida, tengo la necesidad de sacarlos para decirle al mundo que en la vida si se puede tener amor y pasión de manera simultánea.

Mi madre nació en un pueblito cerca de la frontera, desde muy pequeña le enseñaron que los varones de la casa eran primero para las atenciones, cosa que mi madre siempre me inculcó ya que es una cultura familiar. Las jovencitas de mi familia se encargaban siempre de arreglar la casa, se repartían la elaboración de las comidas y trataban siempre de que la casa fuera un espejo para tomar de ejemplo.
Ella estudió en un instituto religioso de señoritas en la ciudad que se puede denominar industrial y aunque las alumnas eran privadas de tener amigos varones, siempre se las arreglaban para tener sus enamorados. Tal fue el caso, que así conoció mi madre a mi padre en un partido de basket ball intercolegial, ella se deslumbro al conocer aquel chico que además de guapo era un líder en su grupo y muy carismático.
Ella comentaba con su hermana ( mi tía Carmen) y sus primas que había conocido un joven guapo y de muy buena familia y que estaba muy enamorada, las que le advirtieron que tuviera cuidado con él, porque podría lamentarlo si las cosas llegaban mas allá de lo pensado. Y así sucedió, pasaron dos meses y mi madre quedó embarazada y la familia de mi padre para no truncar su carrera, decidió enviarlo a estudiar a los Estados Unidos, dejando a mi madre sola y sin apoyo de nadie ya que mis abuelos maternos se indignaron tanto que ella optó por irse de la casa a vivir sola a una ciudad un tanto retirada de su hogar paterno .
Así fue que nací en un barrio considerado de clase media baja y mi madre para subsistir trabajaba en una tienda distribuidora de productos de belleza, donde ella ganaba muy bien para mantenernos con todo lo necesario.
Con el tiempo y cuando yo tenía 12 años, mi madre tuvo una pareja pero el estaba consciente de que mi madre aun amaba a mi padre en silencio. Así pasaron los días y uno de tantos, cuando ellos regresaban de un paseo tuvieron un accidente en la carretera con una rastra y ella murió, no así su pareja, quien temporalmente se hizo cargo de mi.
Me había impactado mucho la muerte de mi madre y mi padrastro se sentía con mucha culpa por lo sucedido, aunque no fue una cosa voluntaria y en muchas ocasiones se ponía a platicar conmigo para ir borrando ese sentimiento de culpa que lo abatía.
Cierto día, después que salimos de la misa de cuarenta días de su muerte, Ricardo, que así se llama, me dijo que me iba a llevar de compras porque yo necesitaba ropa nueva ya que hacia mucho que no me compraban. Fuimos a una tiene que solo tiene ropa de moda y yo me volvía loca porque él me dijo que solo escogiera y que me las compraría las que quisiera. Así pasamos al departamento de mujeres y lo primero que hice fue escoger ropa interior. A mi normalmente me gusta usar ropa conservadora pero al ver que yo no me decidía me sugirió que llevara tangas e hilos dentales.
Ricardo -lleva estas. Te van a quedar muy bien.
Y yo le decía, -no Ricardo, son muy provocativas.
-no linda, a ti te quedan todos esos modelos porque tienes bonito cuerpo.
Yo me sentía bien porque él se había fijado en mi cuerpo, pero a la vez sentía temor de mis impulsos porque nunca había recibido halagos de nadie y en especial de un hombre.
-Los quieres llevar? Me preguntaba. Además ya tienes que usar de estos brasieres que son muy finos y bonitos, además a ti te deben lucir por tus formas.
Yo le dije -tu crees que me quedan bien? Yo nunca he usado de estos.
-si, además si no te quedaran bien yo te prometo que los cambiaríamos de inmediato.
Pero la vendedora ya me había dicho que la ropa interior no se puede probar, que debía estar segura de lo que debía llevar.
Yo le recordé lo que había dicho la vendedora y el se sonrió y me afirmó, - no importa, tu llévalo y si no te queda compraremos otros.
Particularmente, nunca me había sentido tan halagada y atendida por alguien y en ese momento Ricardo estaba marcando la diferencia, cosa que me maravillaba y no quería volver a la realidad. Después fuimos a los otros sectores y escogimos vestidos, pantalones falditas y muchas cosas, por cierto que gastó mucho dinero.
Cuando salimos de la tienda, me tomó de la mano y luego me paso la mano por la cintura y yo no le di ninguna importancia, hasta que llegamos a su camioneta para marcharnos a la casa.
En la casa Ricardo me dijo..
Ricardo -Sabes Marcela? Yo quiero que por favor me perdones por todo lo malo que te he hecho pasar con la muerte de tu mami, quiero decirte que jamás pensé que eso pasaría y estoy dispuesto a hacer todo lo necesario para que no me culpes por lo ocurrido.
-yo sé Ricardo que tu no deseabas que eso pasara, pero si me quedé triste por la pérdida de mi mama, porque me hace mucha falta.
Ricardo -losé mi amor, y por eso me siento culpable. Aunque se que ella no me amaba pero yo si la quería mucho a ella.
-De veras tú crees que ella no te amaba?
Ricardo –Si linda, ella me confesó un día que seguía amando a tu padre, pero me prometió que nunca me mentiría o que trataría de buscarlo.
De manera muy curiosa yo le pregunté..
-Y como es que tenían relaciones sexuales sin amarse?
El quedó asombrado por mi pregunta y no hallaba la manera de contestarme porque no quería decir algo que me hiciera formar una idea errada de mi madre.
Ricardo -Mira, te contestaré como adulto, creo que ya tienes edad para entender estas cosas y por favor no me mal interpretes. Tu madre y yo primero fuimos muy amigos y tanto ella como yo estábamos solos y decidimos casarnos, lo del sexo es normal los dos teníamos necesidad de tener relaciones y así lo hicimos porque así sentimos como humanos.
Yo me quede sorprendida por su respuesta, pero también le di la razón a ambos porque entendí que es normal. Luego el me dijo..
Ricardo -Tú no tienes novio verdad?
-nooooo. Le dije
Ricardo -Bueno, no es para que te molestes, solo es una manera de conversar y tener un tema de que hablar.
-Ricardo, tu de veras querías mucho a mi mama?
Ricardo –Si Marcela, yo la amaba mucho y ella era muy buena conmigo y además disfrutábamos todos aquellos momentos íntimos en nuestra vida.
-Sabes? Yo creo que voy a tener que buscar a mi papa o irme a vivir con mi tía Carmen, porque tú tienes que empezar tu vida con otra mujer y necesitaran estar solos.
Ricardo – No mi amor, no digas eso, tú te puedes quedar aquí conmigo y aunque no te adopté, tu madre ya le había comentado a tu tía Carmen que nosotros éramos una familia consolidada, no creo que ella se oponga a que yo sea responsable de ti. Además, yo no estoy arreglando ninguna relación con nadie, yo tengo que cuidarte y lograr que seas una mujer de bien. Verdad que me darás esa oportunidad?
Con lo que me dijo yo me quede impresionada y muy dentro de mi sentí una sensación de haber alcanzado la cima, era lo que yo quería escuchar, porque no se como yo fui admirando mucho a Ricardo desde que lo conozco. Y le contesté..
-si Ricardo, yo también me siento bien contigo, y voy a tratar de que las cosas salgan bien.
Como un loco, Ricardo me tomo la cara y luego me beso las mejillas, terminando con un beso corto en la boca, se sentía alegre y luego me abrazó, diciéndome que no me iba a arrepentir de lo que habíamos acordado.
Luego nos fuimos a almorzar a un restaurante de comida China y dos horas después volvimos a casa y me dijo …
Ricardo - quieres modelarme la ropa?
-Uy Ricardo, como me vas a mirar los calzones?
Ricardo -no mi reina, yo te decía por los vestidos y las faldas y las blusas, no lo decía por los calzones y los brasieres, pero si quieres puedes mostrármelos…. jajaja
-Uy noooo, me da pena, tu eres un hombre y no te da pena como a mí jajajaja
Ricardo -No te preocupes Marcela, yo se que aun eres una niña y tengo que respetarte como tal.
-Gracias Ricardo por comprenderme.
Desde esa ocasión y con el tiempo, yo empecé a tenerle más confianza a Ricardo y muchas veces cuando yo iba a salir siempre le pedía su parecer. A veces me decía, con esa faldita se te resalta la colita, o ya te ves bien buenota, o ten cuidado eso no se lo des a nadie y solo nos reíamos de sus sacadas.
Tengo muy vivo el recuerdo, que una noche ya era muy tarde y la energía se fue en toda la ciudad y yo al verme a oscuras salí corriendo a su cuarto y dije…
-me dejas dormir contigo? Tengo mucho miedo y me da miedo dormir a oscuras.
Ricardo – Si Marcela, ven aquí pero no te pegues mucho porque soy muy sensible jajajaja.
Uy Ricardo, te aprovechas de mi temor para decirme eso porque sabes que me voy a quedar de todas maneras aquí contigo jajajajaja
Ricardo – no mi amor, lo que pasa es que esta será tu primera vez acostada con un hombre o no es cierto?
-Si, tu sabes que si, pero es por la falta de luz, ya que tengo mucho miedo. Eres tremendo Ricardo jajajajaja
Yo estaba solo acostada con camisón y con calzon y brasier, pero aunque estaba oscuro, yo me sentía protegida por Ricardo. A ratos se escuchaban unos perros ladrar y yo me acercaba cada vez más a el y él por momentos me abrazaba acercándose a mí lo que hacía que se me subiera la temperatura corporal.
Ricardo -tienes miedo. Me decía
-Un poco, hace mucho no se iba la energía.
Ricardo – sabes? Me gusta estar contigo cerca, tienes el mismo aroma de tu madre.
-De verdad? Por qué lo dices?
Ricardo – es que generas una sensación extraña en mi, me recuerdas a ella y eso no me ocurría desde hace mucho.
Mientras me decía eso, yo sentía que él se aproximaba mucho a mi e interiormente yo me sentía admirada y atendida por el por lo que no me retiraba de él, es mas creo que sentía la necesidad de acercarme más pues mi conejito me palpitaba y deseaba que me apretara más .
-Ricardo, verdad que estas excitado?
Ricardo -Si mi amor, perdóname, pero no me pude controlar, es esta sensación que me invade y la satisfacción de tenerte aquí cerca de mí. Pero no temas no te hare nada, yo se que debo respetarte.
Gracias Ricardo, pero te puedo decir una cosa?
Si, dímelo.
-Yo también me excité, nunca había sentido esto, perdóname tu también por haberme acercado a ti también. Yo sé que no debemos dejar que esto pase a más. Gracias por ser comprensivo conmigo.
Ricardo -De veras te calentaste? Es normal porque me sientes cerca así como yo te siento.
Por lo que habíamos dicho yo no hallaba que hacer y solo me ocurrió decirle..
Sabes? Me gusta estar así contigo, quieres que nos quedemos así toda la noche?
Ricardo -Si mi amor, eso mismo te iba a decir yo, que podemos estar así solo rozando nuestros cuerpos. De veras lo deseas?
-Sí, nunca había percibido esta sensación.
Ricardo -Quiere que nos peguemos más?
-Si hazlo
Yo nunca había sentido una verga pegada a mi vagina y lo único que hice fue abrir un poco las piernas para que lo acomodara, entonces el se colocó encima de mí como si estuviéramos cogiendo convencionalmente. No me aguante y lo abracé.
-que rico esto Ricardo, no me arrepiento de haberme venido a acostar aquí en tu cama.
Ricardo – Si Marcelita, me has dado la sorpresa mas deliciosa de mi vida y aunque no tengamos sexo me encanta estar así contigo solo rozándonos. Me tienes bien caliente, estoy que reviento.
-bésame Ricardo, quiero que me hagas feliz aunque no me penetres, quiero que me beses y yo a ti.
Con mucha suavidad Ricardo se acomodó encima de mi para besarme, y me acariciaba las piernas y luego mis senos, me desabrochó el brasier, acarició mis pezones y sus labios fueron en busca de ellos, yo estaba fuera de mí, luego me abrió las piernas y empezó a acariciar mi cuquita por encima de mi calzón, me dijo al oído que estaba inundada e inmediatamente me abrió más las piernas y metió su lengua en mi pupusita y muy delicadamente, empezó a morderme el clítoris y grite de pura pasión, yo como puede, metí mi mano derecha dentro de su bóxer y le tomé el pene, cosa que me sorprendió porque nunca imaginé que tuviera un instrumento tan grande y grueso.
-Quieres que te masturbe- me dijo- y yo asentí con la mirada y tu? - le dije, y el bajo su bóxer invitándome a quitarme el calzón, era una locura, los dos estábamos incrédulos de lo que estaba sucediendo, pero no nos detuvimos, seguimos, nos masturbábamos mutuamente, hasta que se llego el momento que yo lo arañaba por la espalda porque estaba teniendo un orgasmo y luego otro, por lo que el se apresto a chuparme la vagina, que rico me estaba mamando mi cuquita, sentía delicioso, pero yo no soltaba su pene y cuando yo estaba teniendo mi tercer orgasmo, Ricardo estaba soltando de su pene, una cantidad enorme de leche, lo que me hizo apresurarme y mamárselo para tragarme toda su lechita, ambos hacíamos un 69 y no parábamos de succionarnos. Luego, los dos estábamos exhaustos y nos quedamos dormidos.
El día siguiente, yo me desperté primero y me asombre al ver que los dos estábamos desnudos, parecía ser que estábamos conectados pues el inmediatamente se despertó y lo primero que hizo fue taparse su abdomen y me puso una almohada entre las piernas, y luego me dijo..
Ricardo –Perdóname mi amor, nunca pensé que las cosas llegarían tan lejos, yo sé que no esperabas eso de mi.
-No digas eso, yo tengo parte de culpa porque además de venir a acostarme contigo yo también acepte vivir esos momentos. Sabes? Es una experiencia inolvidable y te agradezco que no hayas forzado la situación.
Ricardo –No mi amor, yo nunca planee esto, las cosas se dieron, pero te diré algo, me encanto que esto pasara, aun así perdóname.
-Si Ricardo, te entiendo y te agradezco nuevamente, gracias por darme esta experiencia y te prometo no forzar mas esta situación para que no nos arrepintamos de un momento no pensado.
Nos dimos un beso y me fui a mi cuarto, yo me sentía con algo de culpa pero a su vez, el recuerdo de mi primer encuentro se apoderaba de mi mente y mi cuerpo me indicaba que debíamos avanzar en lo que habíamos empezado. Me acosté nuevamente y me levante hasta las 8 de la noche, observando que Ricardo no estaba en la casa.
Los días subsiguiente, ambos nos esquivábamos y menos sostener una conversación, las preguntas yo se las contestaba con monosílabos y el también lo hacía conmigo. Así fueron pasando los días y los meses y después todo llego a la normalidad.
En cierta ocasión, en el mes de junio, visité a mi tía Carmen, quien me hizo el comentario, que yo debía de buscar a mi padre, porque Ricardo solo era mi padrastro y no era correcto que viviera sola en el mismo techo con él.
-No tía- le dije-Ricardo me cuida y además no me conviene ir a vivir con mi papá porque ya estoy acostumbrada a mi colegio y a mis amistades y seria como empezar nuevamente, además no le conozco.
Tía Carmen –En eso tienes razón, pero insisto, Ricardo no es tu padre y ya eres una señorita, por lo consiguiente tienes que estar con alguien que en realidad te proteja.
-Gracias Tía por estar pendiente de mi, pero te repito, Ricardo me cuida como si fuera su propia hija y mi mamá siempre quiso que el cuidara de mi.
Tía Carmen –Bueno, no se diga mas, pero recuerda que te lo advertí.
Por dentro, yo sentía que mi tía Carmen tenía razón, porque, aunque Ricardo me respetaba, muy dentro de mí, cada vez lo deseaba más, pues el incidente de aquella noche me había dejado marcada.
Ya se hacía tarde eran casi las 7:00 pm y decidí regresar para no preocupar a Ricardo con mi ausencia, tomé un bus en la parte norte de la circunvalación y éste venia muy lleno por lo que tuve que viajar parada, pero no importaba, pues tenía que llegar a la casa para comentarle a Ricardo lo que me había conversado mi tía Carmen, y cuando veníamos por la 17ª avenida, se subió un hombre con un niño de unos 4 años, para que estuviera seguro, yo lo tome de su brazo y lo acerque delante mío para que no fuera golpeado cuando la gente saliera, el hombre, al parecer su padre, solo se sonrió y me dio las gracias, ubicándose detrás de mí. Más adelante, se subieron como 5 personas y la verdad es que ya no cabía más gente, y el señor detrás de mí se pego tanto, que solo llego a exclamar –perdóname niña, no es mi intención, esto está muy lleno- yo entendí y solo le dije, -no tenga cuidado, yo sé lo que es viajar en estos buses. –gracias niña, mi nombre es Alejandro y voy con mi hijo a visitar a su abuela ¿y tu cómo te llamas?
-me llamo Marcela y vengo desde circunvalación norte de visitar a mi tía.
Alejandro – es incomodo viajar por aquí verdad?
-Sí. Casi siempre vienes estos buses con más gente de su capacidad.
Alejandro –Y te dejan viajar sola tus padres?
Se notaba que Alejandro era un tipo agradable y me inspiraba confianza pues además iba con su hijo, por lo que le contesté amablemente sus interrogantes.
-No conozco mi padre y mi madre murió hace unos meses, actualmente estoy viviendo con mi padrastro, el es muy buena persona y cuida muy bien de mi, además yo le pedí permiso para ir a visitar a mi tía Carmen, solo que en estas horas los buses viajan muy llenos.
Alejandro -de veras? Cuanto lo siento por lo de tu madre, pero considero que no es lo más adecuado que tu padrastro se haya hecho cargo de ti, pues no eres su hija carnal.
-Gracias por advertírmelo ya con usted son dos personas que me lo dicen hoy, pero en realidad yo siento que mi padrastro es como un padre verdadero pues se preocupa por todo lo mío y siempre está pendiente de mis cosas-
Yo sentía en Alejandro una persona simpática, agradable pero también reconocía que sus palabras tenían algo de verdad (porque la realidad es que yo deseaba a Ricardo y con solo recordarme de él me remontaba a aquella noche loca) pero a su vez me sorprendió cuando me dijo…
-Yo te digo esto porque eres un jovencita muy hermosa y considero que al no ser tu padre, pueden atraerle tus atributos físicos, porque en realidad eres muy bonita y tienes un cuerpo espectacular para tu corta edad.
La proximidad de Alejandro, solo me hizo asentir con mis ojos y le dije –Gracias- aparte de haber tocado mi vanidad, me hacia recordar a Ricardo, y de manera muy sutil empecé a sentir que estaba excitado, pues sin esperarlo, sentí que su pene se acomodaba en mi culito y cuando el bus frenó intempestivamente, él nos abrazó al niño y a mí para evitar que nos cayéramos pero sin separar nuestros cuerpos, yo sentía la respiración de Alejandro en mi nuca y con su mano empezó a tocarme el culito; no sabía qué hacer, apartarme no podía y solo logré exclamar -por favor Alejandro-
Alejandro –Discúlpame Marcelita, pero la incomodidad de este bus no me deja separarme de ti.
-espere, voy a tratar de voltearme hacia usted para que pueda moverse un poco y así podamos separarnos con más libertad. En ese momento llagamos a un sector donde se bajaron tres personas y una dejó un asiento libre e inmediatamente le indique al niño que lo tomara.
Al moverme, ahora quedando de frente a él, pude observar que llevaba una gran erección, lo que hizo que bajara su mirada con mucha vergüenza, pero, para que se ubicara bien en el pasillo yo abrí mis piernas atrapando su pierna izquierda sintiendo en mi vagina la presión de su verga apretándose contra mí, parecía que nadie se enteraba por la oscuridad y yo no podía reaccionar, en vez de retirarme, me estaba gustando, (más bien parecía que el era mi padre y su hijo, mi hermanito ) y luego el bajo sus manos para apretarme contra él, podía percibir su verga bien parada que con el movimiento del bus, se ponía mas tiesa por lo que abrí un poquito más las piernas para que él pudiera ir en busca de mi conejito que estaba deseoso de ser poseído, se acomodó mejor y paso sus manos por mi culito y me dijo al oído- que rico culo tiene Marcelita- yo solo alcanzaba a decir – por favor Alejandro- sus manos se ubicaron debajo de mi vestido acariciando mis labios vaginales por encima del calzón acercando su verga hacia mi vulva, luego metió una mano y con su dedo índice empezó a moverlo a lo largo de mis labios que se abrían cada vez mas yo me estremecía mas y mas y le dije- por favor Alejandro, tenga cuidado, soy virgen- y el solo me dijo, -no te preocupes Marcelita- sin más tomó mi mano y me la puso en su verga y me dijo- Mastúrbame, nadie nos ve- era la segunda vez que masturbaba a un hombre y el recuerdo anterior me obsesionaba.
Alejandro se gastaba una gran verga y yo me sentía deseosa como hipnotizada cuando movía su fierro para arriba y abajo quien reaccionando me hizo a un lado el calzón y me la puso en el hoyito por lo que de manera rápida logré decirle –por favor Alejandro, soy virgen, le prometo darle todo otro día si usted desea, deje que me entregue primero a mi novio y después hará todo lo que desee conmigo, por favor, quiero entregarle a él mi virginidad-, en ese momento yo solo me acordaba de Ricardo, pues fue su recuerdo lo que provocó que yo me dejara manosear de Alejandro. Éste solo me miro y apartó su verga de mi cuquita bien mojada, pero me siguió acariciando y casi de manera inmediata empezó a derramar un chorro de leche de su verga, lo que me hizo sacar de mi bolso una servilleta y limpiarlo, estábamos bien sudados y habíamos perdido la noción del tiempo de modo que llegamos al otro extremo de la ciudad.
Decidimos bajarnos en la siguiente esquina no sin antes citarnos para el sábado 16 de julio un día después de mi cumpleaños número trece, en el mismo sitio que nos encontramos y a la misma hora, justo tres semanas después de ese delicioso encuentro, Alejandro me dio un beso en la boca y me preguntó - Verdad que estás enamorada de tu padrastro y es a el a quien deseas entregarle tu virginidad? Y sonriendo solo le contesté…
-Gracias Alejandro, por comprenderme.
Continuará.
 

cyrus666

Pajillero
Registrado
Ene 23, 2008
Mensajes
753
Likes Recibidos
126
Puntos
43
espero que tenga segunda parte!!
 
Arriba Pie