Mi Vecinita 2. Entre más tiernita la fruta, más dulce y abundante es el jugo.

Paradiser

Virgen
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Mar 24, 2019
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Mi vecinita 2. Entre más tiernita la fruta, más dulce y abundante es el jugo.

A continuación:

No podía creer lo que había escuchado,
¿De verdad sólo tenía 8? Pero. ¡ese culazo, esas piernas,
por todas las niñas lindas del mundo, está nena debería ser modelo,
y si está tan chiquita, aún no debe ni de menstruar!, está taaan tiernita. Su coñito debe saber a gloria.



Mi vecinita 2. Entre más tiernita la fruta, más dulce y abundante es el jugo.

Como les contaba, ni bien desperté, me encontré con una hermosa sorpresa,
mis futuros suegros, digo los papas de Erika estaban de visita, y déjenme contarles
desde que me levanté, para que sepan los detalles iniciales del encuentro:

—Buenos días dormilona—me saludó alegremente mi papá, un hombre blanco
de pelo negro largo, figura atlética, ojos cafes y una larga, gorda y lechera verga que
me mete varias veces a la semana desde que tengo 6,
¿Que les digo? Algunos papas dan dulces, el mío me da salchicha, huevos y leche.
Sonreía mostrando sus dientes blancos.
—Tenemos visitas amorcito, el es mi viejo amigo Tanaka—dijo señalando a un hombre delgado
de piel morena clara, bastante bien parecido.

—Mucho gusto señorita...—dijo hablando en tono alegre.
—Haruna, Yamada Haruna, señor, mucho gusto.
—Y ella es su esposa Kasumi—dijo mi padre y señaló a la esposa de su amigo.
—Oh, ya nos habíamos visto ¿Verdad?
—Ah claro, jeje, ¿Quien hubiera dicho que mi padre y su esposo se conocen?
—¿En serio?—dijo el Sr. Tanaka.
—¡Claro papi! Es la hermana mayor que sorprendí cuando mi pelota botó hacia su puerta.
El corazón se me aceleró al oír esa voz.
Ahí estaba Erika, tan hermosa y sexy.....¡Y yo en pijama! ¡Necesitaba cambiarme y pronto!
—Ya bajo, no tardo—dije.

Subí a prisa las escaleras y corrí a mi habitación, al entrar oí gemidos, mi dvd se había quedado encendido , y en la pantalla se veía un viejo vídeo que mi mami filmó,
en el aparecía a mis 7 añitos, tragando con mucha dificultad pero mayor entusiasmo la cabeza de la verga de mi papi, pues no me cabía toda, el vídeo temblaba un poco,
pues mi mami se masturbaba mientras grababa, sonreí conmovida, ¿No es hermoso el amor familiar?

De pronto recordé ¡Erika!
Apague el dvd y busque en mi closet, ¿Que me pondría? Queria estar perfecta, pero no podía vestirme muy provocativa,
digo, ¿Que iban a decir sus papás? Y tampoco podía vestirme demasiado cubierta, es verano, si me cubro sudare muchísimo.

—Hija, ¡Baja a comer!—gritó mi madre, una mujer blanca de pelo negro, ojos rasgados cafés y de baja estatura pero de busto grande que yo herede.
—¡Eso es! ¡Mi busto!—no se si sepan pero, en Japón cuando una es tetona,
las otras mujeres, una vez son tus amigas, pues te agarran la mercancía,
y si deseaba atraer a Erika sin ser muy obvia, debía hacer que ella fuera hacia mi,
bajo una excusa que pareciera inocente, y que de paso me ayudará a saber si estaba interesada en mi, si porque el rechazo da miedo.

Con esto en mente me puse una falda celeste muy larga, con zapatos blancos bajos, una blusa blanca algo ajustada de cuello de tortuga que era tanto modesta como atrevida,
y un chalequito que me queda chico de enfrente, por dos razones obvias, y que no me pongo muy seguido, pero que hoy es perfecto, toda vez que llama la atención a la zona de mi pecho sin que yo haga nada,
me cepillo el cabello y me veo al espejo, y veo que luzco perfecta, ni más ni menos que un look que me muestra completamente cubierta, pero que resalta mis enormes mamas con las que me gustaría alimentar a Erika;
uno que hace ver como si no tuviera el coño como aguas termales: caliente e inundado; y que me da un aspecto inocente, ese que hace parecer que no quisiera desnudar a mi sexy vecinita y hacerle el amor hasta dejarla agotada.
Me di una vuelta para observar mi culo, lucia bien, tengo unas grandes nalgas para tener sólo 12 años, en parte gracias a la genética y la otra parte gracias a las sentadillas que hago con papá y mamá,
que son como ese meme del pastel y la polla, sólo que acá es una verga y un pay de crema, si ustedes me entienden.
Como toque final me pongo crema, me maquillo un poco y bajo lo más tranquila posible,
cosa difícil porque tiemblo como gelatina en juego mecánico.

—¡Hola oneesan!—dice Erika con su linda voz, te ves muuuuy bonita, ¿Verdad que si mami?
—Es verdad, las jovencitas de hoy tienen un talento genial para arreglarse.
Yo sonrió encantada, ¡Le gustó a Erika!, pienso, eso reduce mi temblor que por suerte no notaron,
y avanzo hacia la mesa donde están todos comiendo arroz frito con mariscos, es una mesa al estilo occidental con sillas y todo eso,
me siento en una y aprovecho para mirar a Erika, quien aún no tiene comida en su plato, así que aprovecho y le digo:
—¿No tienes hambre?
—¡Mucha! Pero quería esperarte, me gusta comer con otras niñas.
—Amor, ella ya no es una niña, es una jovencita, es diferente—dice cariñoso su papá—¿No ves que ella ya está desarrollada?
—Y bien desarrollada—comenta divertida la Sra. Tanaka—esas tetas no son de niña
Yo sonrió, después de todo mi intención era que se notarán.
—Herencia materna—dice orgullosa mi mamá y sacude sus gordas mamas.
—¿Y que? Eso no hace que deje de ser niña, mirenme a mi, yo tengo unas pompotas y no por
ello dejo de ser niña—dice Erika y se levanta la falda dejando ver sus enormes nalgotas cubiertas por unas lindas braguitas rosas.

Y gente, les aseguro que tuve que morderme la lengua para no decir nada, porque aquello fue otra cosa, ni más ni menos que dos enormes nalgas, grandes como de mujer, pero con esa piel
libre del paso del tiempo y bendecidas con toda la belleza infantil, piel lisa, firme, y de color moreno claro, tan apetecibles que mis pezones se pusieron como roca
y mi clítoris estaba en posición de firmes, y la cereza del pastel, sus pantaletitas estaban metidas en su rajita trasera, permitiendo ver las paredes internas de su cueva posterior, ¿A que oleria esa rajita? Me preguntaba
porque las japonesas somos bien limpias, y esa colita debía estar tan limpia como para poder comer de ahí.

Pero el espectáculo duro poco, pues su mamá le llamo la atención una vez se le pasó el shock.

—¡Hija, deja de hacer eso!, ¿Que no sabes que eso no se hace? ¡Vete a lavar las manos!—le ordena Kasumi a Erika y está obedece cabizbaja,
y muerta de vergüenza Kasumi se disculpa con nosotros:
—Les pido perdón, yo....es que...ay está niña, y tu Akira, ¿Porque no le dices algo a tu hija?—le reclama enojada a su esposo.
—Tranquila Kasumi, eso hacen los niños, ellos no tienen conciencia de que eso está mal.
—Pero ¿Que van a pensar de nuestra hija?
—Que ve mucho Shinchan, es un anime muy popular e irreverente, sinceramente no me agradan los personajes secundarios, pero el niñito es hilarante—deduce y analiza mi padre
—y es bueno que los niños sean niños, que hagan locuras, de no ser así ¿Que caso tendría ser niño? Con todo si le preocupa, puedo ofrecerle mis servicios como psicoterapeuta
para enseñar a la niña a no hacerlo fuera de casa—agrega mi padre.
—¿Pero que? mi hija no está loca—exclama escandalizada Kasumi.
—Y yo nunca dije eso, los psicólogos no tratamos locos, nisiquiera los psiquiatras, esos tratan gente con enfermedades mentales, el término «loco» es algo legal
que alude a alguien incapaz de hacerse responsable por sus actos—sentenció comprensivo pero serio mi padre—y yo sólo le ofrezco ayuda para corregir el comportamiento de su hija—agregó con una sonrisa.
—Ya te he dicho mil veces que los psicólogos no tratan «locos»—le recordó serio el Sr. Tanaka a su esposa y ella bajo la cabeza y se disculpó.

Las cosas se estaban poniendo tensas y Erika que se había lavado las manos en el lavabo de la cocina, y había escuchado todo, volvía a la mesa triste y a punto de llorar.

Mi madre que no había dicho nada me miró insistente y me señalaba con la mirada a Erika,
¿Que le pasa? Pensé, y ella insistía, ¡Claro! ¡Yo debía actuar! Y se me ocurrió algo genial, ¡Gracias mamá!

—No hay que ser tan duros con la señora, recuerden que aún es tabú hablar de atención psicológica, incluso papá,
¿No me dijiste que hasta profesores de psicología reaccionaron de forma ridícula en presencia de alguien con un desorden psicólogo?
Y mi padre asintió comprensivo y calmado.
—Y señora, entiendo que reaccione así,
la sociedad nos ha metido muchas ideas falsas en la cabeza, y el amor que siente por su hija la hizo reaccionar así,
sólo recuerde que no hay nada malo en recibir psicoterapia.

Mis padres sonreían orgullosos al oirme hablar así.
La Sra. Kasumi me miró agradecida por mi apoyo, y ¡Lo mejor de todo! ¡Erika estaba otra vez feliz!
—Ahora que si le preocupa, sólo cuide qué ve su hija, y usted también Sr. Tanaka, después de todo los niños necesitamos que nuestros padres vigilen nuestro desarrollo,
para que no nos perdamos.

Todos se quedaron callados asimilando lo que había dicho, mi madre me decía con la mirada «Muy buena esa», mi padre me miraba con orgullo y los señores Tanaka estaban callados.
—Mi oneesan es una niña bonita e inteligente—celebró Erika saltando, lo que hizo temblar sus tetitas—ahora comamos juntitas.
El Sr Tanaka estalló en risas y dijo:
—Tal y como se espera de la hija de un Psicólogo, no cabe duda Takeshi, han criado muy bien a su hija.

Sin que nadie lo notará le di la razón a Erika en éso de que yo también era una niña, más tranquila Kasumi sirvió arroz a su hija y a mi.
—¡Itadakimasu!—dijimos a la vez las niñas de la mesa, y comimos mientras los adultos hablaban.

—¿Y de donde es que se conocen Takeshi?—preguntó mi madre a mi papá.
—Ah eso, jeje, hace muchos años jugábamos juntos al fútbol soccer, de ahí que nos volvimos amigos.
—¿Y porque nunca lo habías mencionado?
—Eso es porque casi no nos veíamos más que para ello—comentó el Sr. Tanaka.
—Ya lo creo, es más, si llegamos a visitar la casa del otro dos veces fue mucho—terminó papá.
—Y debido a eso—inicio Tanaka.
—No habían muchas aventuras que narrar—Terminó papá.

Erika vio sorprendida la interacción entre nuestros papás, y no era para menos, no todos los días se ve a dos adultos
terminando las oraciones ajenas con tanta naturalidad, y al parecer nuestras mamas estaban igual de admiradas.

—¡Sugoi! papi, tu y el papá de mi oneesan se leen la mente—dijo Erika haciendo gestos de adivina de película de ficción.

—Eso nos decían siempre—comentó papá riendo.

—Termine, ¡Gracias por la comida!¿Podemos levantarnos de la mesa mami? Quiero jugar— preguntó Erika impaciente.
—Muy bien, ve a jugar pero se educada con la srta. Yamada—le respondió mi suegra, digo, la mamá de Erika.
Yo estaba emocionada, pero muy excitada, y si en estos momentos hacia algo con Erika o me tocaba, bueno,
seguro gemia, entonces para evitar eso pedí un momento para ir al baño, subí las escaleras, tome mi celular y busque
un video que me permitiera liberar la tensión, elegí uno llamado «papi y yo de a perrito», en el salía una nena de unos diez añitos
morenita y culoncita, que estaba empinada y con las pompis separadas, mientras su padre le taladraba el agujero anal con fuerza, causando que
su esfínter expulsara un gas tras otro, y callaba sus gemidos con dulces y apasionados besos, le puse play y me metí la mano a la concha, la tenía empapada
y ardiente, y apenas la toque sentí que me venía, empecé a hacer movimientos suaves con las yemas de mis dedos, recorriendo todo el exterior de mi sexo,
moje un dedo con mi flujo y perfore mi ano que goloso engullo mi dedo con una facilidad que parecía que se lo había tragado, comencé un mete saca que elevó mi temperatura y aceleró
mi pulso, siempre me ha gustado lo anal. Seguí así hasta que sentí que me venía, así que saque mi dedo y frote mi clítoris, viniendome al tiempo que el sujeto del video, quien aparecía
eyaculando en la boca de la nena, la cual se tomaba con gusto ese néctar masculino.

Ya tranquila, me lave las manos y la cara, me seque el sudor y baje.

—¡Vamos a jugar oneesan!
—¿A que quieres jugar?
—Mmmm, a las modelos.
—¿Como es ese juego?—mi mente volaba y mis pezones amenazaban con romper mi blusa,
¿Vería a Erika posar sin que nadie me pudiera reprochar algo?

—Ah pues muy fácil, desfilamos con ropa y posamos, y la otra actúa de público.
—De acuerdo, juguemos—dije sonriendo, mientras por dentro me moría de emoción, ¿Podía esto ser mejor?
Bueno si, pero dudo que de la nada sus padres me dieran su bendición para estar con Erika, paciencia, paciencia.

Y mientras los adultos platicaban, más que nada de los detalles de la amistad entre mi padre y Tanaka, revelando ambos que de hecho habían
contado mucho a sus esposas acerca del otro, sólo que se referían a su amigo sin usar su nombre, por alguna rara razón, y entrando en confianza a la velocidad de la luz. Erika y yo fuimos a la sala,
Y gente, gente, que talento el de esta niña, posaba como adulta, parando su culito, abriendose de piernitas, juntando sus brazos para marcar más sus tetitas, lanzaba besos, se estiraba la blusita de tirantes para mostrar su pechito.
Por suerte para mi, el juego me dio la oportunidad para deshacerme en elogios, y aplaudi mas que foca en parque marino, lance besos y hasta dije uno que otro piropo. Erika fascinada sonreía y agradecía.
—Tú turno, tu turno—dijo Erika mientras saltaba feliz.

¡Iba a poder posar para ella sin problemas y frente a sus padres, que ya me tenían en gran estima, y no me dirían nada ni sospecharian por que pensarán que es parte del juego!

Volvía a estar cachonda, intente tranquilizarme y me dirigí al centro de la sala, y veo a Erika super concentrada en mi.
—¿Puedo poner música?—pregunté nerviosa
—¡Si, si puedes!
Esto era increíble, con la presión acelerada prendí mi celular y puse la canción «uza», de las AKB48, perfecta para esta ocasión, pues me permitiría bailar y nadie sospechara nada.

La canción empezó a sonar, es una tipo breakdance con pop.

Me puse al inicio de la sala que actuaba como «pasarela» y me fui guiando con la música
(Recomiendo leer está parte oyendo la canción: aquí una versión corta https://m.youtube.com/watch?v=DufD9DV2JZc)

Avance caminando de forma sensual y viendo a Erika con esa mirada que todos ponemos al ver a la nena o nene que nos vuelve locos, llena de deseo y de fuerza, avance hasta al frente
y di una vuelta deteniendome para sacar pompa y bailar sacudiendo las caderas.
—¡Bravo, Bravo!—gritaba Erika
Camine hacia el inicio , di media vuelta, me saque el chaleco y mire a Erika ,quien se había puesto de pie y bailaba sacudiendo su cuerpecito hermoso.
Aproveché para verla y respirar, estaba muy excitada y no quería cometer un error que me arruinara todo. Ya se ya se, ¿Como me va a aliviar verla?, pues calmando mi apetito sexual, aún no podré comerme toda la torta, pero
una probadita bajará mi anhelo.
Seguí con el juego y avance hacia ella bailando sensualmente como diciendo ¡Soy tuya!, puse mi mirada más sexy y justo cuando estaba frente a ella me detuve y abrace mis grandes senos, haciéndolos ver aún más grandes y apetecibles.
—¡Hurra! Oneesan, eres muy buena modelando, ¡Y que tetotas!—exclamó y se lanzó hacia ellas, las agarro, las sopeso, las sacudió, pegó la cara a ellas, y bueno, yo tuve que usar todo mi autocontrol para no aprovechar y agarrarle las nalgas.
—Son tan suaves—dijo contenta.

Rápidamente pensé en cosas que me distrayeran, por suerte el abrazo no duro mucho, ya que nuestros papás nos llamaron para ver una película, así que ella me soltó y yo apague la música(acá ya pueden quitar la canción si lo desean).
nos sentamos en el sillón más largo, y como no todo podía salir perfecto, Erika se sentó con su mamá, bueno, igual no iba a poder sobarla aquí frente a todos, paciencia, paciencia.
la función fue una de esas películas de acción que le encantan a tanta gente, llenas de peleas y disparos.

Voltee a ver el reloj, ya eran las seis, guau, pensé para mis adentros, llegaron a las diez de la mañana y ya son las seis de la tarde, acabada las película nos sentamos a cenar, está vez todos al mismo tiempo.

—¿Y a que secundaria vas Erika?—pregunté suponiendo que tenía al menos once.
Para mi sorpresa ella puso una carita enojada y dijo:
—Yo voy a la primaria Himawari, sólo tengo 8 años.

No podía creer lo que había escuchado,
¿De verdad sólo tenía 8? Pero. ¡ese culazo, esas piernas,
por todas las niñas lindas del mundo, está nena debería ser modelo,
y si está tan chiquita, aún no debe ni de menstruar!, está taaan tiernita. Su coñito debe saber a gloria.
Mi mente volaba, tenía frente a mi a alguien a quien le gustaba, con un cuerpazo y de menos de diez.

—Perdóname, no quise ofenderte, es que soy pésima adivinando las edades.
—No pasa nada—contestó sonriente, probando que su pucherito había sido en broma.
El resto de la cena transcurrió sin nada particularmente revelador, y una vez terminada, los Tanaka se despidieron y se fueron a su casa cerca de las once,

—Vaya vaya, te flecharon duro, ¿Verdad?—comentó mi madre divertida.
—Si, mira que vestir con ese chaleco que no te queda para llamar la atención a tus tetas—expresó mi papá.
—Eso quería, pero al final nadie mencionó que no me quedaba por mis bubis—contesté.
—Pero ni falta que hizo, y dime, ¿Que sentiste cuando te abrazó?—preguntó curiosa mi mamá.
—Fue hermoso, aunque me preocupaba que me ganará la tentación, y acabará sobandole la colita.
—Si me lo pareció—dijo mi padre.
—Bueno, las cosas van bien, ya veremos si consigues que sea tu novia, recuerda ir con calma, no la vayas a espantar.
—Si papá, ya se, para hacerle el amor a una niña hay que ir con cautela, para lograr el objetivo, ya no tengo nueve.
Cansados nos fuimos a dormir.

En el próximo capítulo:

—¿Que los Tanaka se quedan a dormir por dos semanas?
Continuará...
 

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Virgen
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Ciento que esto ya lo vi en algun manga, pero no recuerdo el nombre
 
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