Ese dÃ*a tomamos café juntos en la cocina, yo estaba desnudo como siempre y ella llevaba un vestido verde elástico que marcaba su culo y sus grandes tetas, no llevaba bragas y acompañaba el conjunto con unos tacones altÃ*simos a juego...
Mi tÃ*a siempre me sorprendÃ*a, esa mañana me preguntó si yo habÃ*a fantaseado con un hombre alguna vez, rotundamente dije que no y me dijo que antes de negarme debÃ*a probarlo. Me hizo gracia su ocurrencia y al cabo de unos instantes ella tenÃ*a un plan...
Después del café fumamos un rato, yo estaba duro, el café, la conversación y su cuerpo de puta barata me excitaban muchÃ*simo. Todo transcurrÃ*a normalmente, era un dÃ*a más. Se puso a fregar los platos y se levantó un poco el vestido, dejando ver la mitad de su orto. Era una hija de puta y empezaba a calentarme demasiado...
Al acabar de fregar hizo una llamada telefónica, pasó un rato y tocaron la puerta, era Olga, una de sus amigas, tan o más puta que ella: rubia teñida algo narigona, con cara de yegua y con un orto increÃ*ble. Al rato de llegar, me llamaron al salón, las dos estaban en tetas y con tanguitas diminutos metidos en la colita...tacones altÃ*simos y muy cachondas, tenÃ*an un plan y yo no sabÃ*a de qué se trataba...Desde el salón se veÃ*a el jardÃ*n con la piscina, me dijeron que me sentara en el sofá y observara, y que ya me dirÃ*an qué hacer. Ese dÃ*a era jueves y cada jueves el jardinero, un señor de mediana edad algo gordito pasaba a cortar el césped. Ellas se dispusieron a tomar el sol y a esperar a Pepe...
Cuando el jardinero llegó no podÃ*a creer semejante espectáculo, las dos yeguas tiradas llenas de aceite tomando el sol, en tanga, con tacones y gafas de sol; al cabo de unos minutos Pepe estaba empalmadÃ*simo, pero disimulaba porque era un buen empleado...Yo observaba con mi pija durÃ*sima, los huevos comenzaban a dolerme...
Pasado un tiempo mi tÃ*a estaba boca abajo y se hacÃ*a la dormida, Olga se levantó y fue hacia Pepe, con un cigarrillo en su boca le preguntó si tenÃ*a fuego, Pepe estaba nerviosÃ*simo, no podÃ*a disimular el bulto que sobresalÃ*a de su mono de trabajo, al intentar darle fuego, se le cayó el mechero, Olga se agachó y con su mano se apoyó disimuladamente en su verga, mientras recogÃ*a el mechero, luego encendió su cigarrillo y volvió junto a mi tÃ*a, las dos disfrutaban como locas...
Poco a poco fueron calentando a Pepe con técnicas de putitas: le pidieron que les pasara bronceador, era excitante ver las manos rústicas del jardinero acariciando esos hermosos ojetes bronceados y brillantes, reÃ*an juntos y se la estaban pasando muy bien. MÃ* tÃ*a preguntó a Pepe si querÃ*a ir a la habitación con ellas a lo que el hombre casi emocionado apenas pudo soltar un: claro! Fue ahÃ* cuando ellas le explicaron que irÃ*an a prepararse para esperarlo, y que mientras tomase una ducha en el lavabo del jardÃ*n y cuando acabara subiera desnudito...
Las putonas entraron riendo y me llevaron a la habitación:_ Carlitos! Ahora empieza la historia verdadera..., me dijo la yegua de mi TÃ*a. Yo estaba excitado...
En la oscuridad de la habitación estaba todo dispuesto, ellas dos tiradas como potras en la cama y yo sentado en una silla, desde fuera al entrar no se podÃ*a distinguir absolutamente nada.
Pepe entró durÃ*simo, su verga parecÃ*a que iba a estallar, Olga lo recibió de pie en la cama, él no veÃ*a nada. Lo invitó a acostarse, tomó sus manos mientras le metÃ*a la lengua en la boca, mientras mi tÃ*a vendó sus ojos primero, y luego cogió sus brazos y suavemente los ató al respaldo de la cama... AhÃ* entraba yo, el plan estaba funcionando...
Mi tÃ*a acercó mi cabeza a su verga y empujó para que yo la oliera, tenÃ*a sus huevos gordos cerca de mi nariz y aquel olor me excitó terriblemente, poco a poco me emborraché de placer y empecé a lamer sus bolas una a una. Olga sentada en su pecho, dejaba que a su vez el jardinero lamiera sus tetas...
Yo no podÃ*a creer lo que estaba pasando, a medida que comÃ*a sus huevos me calentaba más, sumado a que mi tÃ*a habÃ*a empezado a lamer mi culo, todo este cuadro me estaba haciendo volar. Después de sus huevos, metÃ* la cabeza de su pija en mi boca y se la llené de saliva, disfrutaba como un loco, querÃ*a tragarme ese hermoso pedazo de carne, mi culo a su vez tenÃ*a dentro ya dos deditos de mi querida tÃ*a empeñada en culearme con las manos y con la lengua...
A esa mamada alucinante se sumó Olga, las dos bocas lamiendo desesperadamente esa verga, yo a veces aprovechaba y le metÃ*a la lengua a la yegua putona, ella encantada, mientras Pepe le comÃ*a la conchita....
Mi tÃ*a me culeaba con una mano mientras me pajeaba suavemente con la otra, en un momento determinado, me hizo incorporar y me condujo a sentarme en la pija del jardinero, poco a poco fui sintiendo un dolor bestial pero que sin embargo me hacÃ*a morir de placer, a punto de gritar estuve, cuando ella me metió su lengua en la boca y me cogió del cuello ahorcándome suavemente...
Al cabo de unos minutos, yo estaba con un rabo enorme en mi culo, comencé a cabalgar como una putita, mi verga a su vez era devorada por Olga y mi TÃ*a. Pepe morÃ*a de placer...Cada vez con más fuerza saltaba encima de su dura verga y ellas mamaban desesperadamente....El jardinero empezó a gritar que se iba a correr y la verdad que yo no aguantaba más, en esos instantes sentÃ* como un chorro de leche caliente inundaba mi culo, fue la mejor experiencia de mi vida, ese chorro dio directamente en mi punto G provocando a su vez que mi pene explotara en las lenguas de mis queridas aliadas. Me quedé sentado encima del jardinero un rato hasta que su verga se desinflamara un poco, sigilosamente me quité y me aparté, mi tÃ*a abrió mis nalgas y con su lengua intentó tragar toda la leche posible. Después se encargaron de Pepe, era precioso ver como con sus lenguas embadurnadas de mi néctar limpiaron la verga hasta no dejar ni una gotita...
Esa era mi tÃ*a y asÃ* la recuerdo en aquellos dÃ*as de verano...
Mi tÃ*a siempre me sorprendÃ*a, esa mañana me preguntó si yo habÃ*a fantaseado con un hombre alguna vez, rotundamente dije que no y me dijo que antes de negarme debÃ*a probarlo. Me hizo gracia su ocurrencia y al cabo de unos instantes ella tenÃ*a un plan...
Después del café fumamos un rato, yo estaba duro, el café, la conversación y su cuerpo de puta barata me excitaban muchÃ*simo. Todo transcurrÃ*a normalmente, era un dÃ*a más. Se puso a fregar los platos y se levantó un poco el vestido, dejando ver la mitad de su orto. Era una hija de puta y empezaba a calentarme demasiado...
Al acabar de fregar hizo una llamada telefónica, pasó un rato y tocaron la puerta, era Olga, una de sus amigas, tan o más puta que ella: rubia teñida algo narigona, con cara de yegua y con un orto increÃ*ble. Al rato de llegar, me llamaron al salón, las dos estaban en tetas y con tanguitas diminutos metidos en la colita...tacones altÃ*simos y muy cachondas, tenÃ*an un plan y yo no sabÃ*a de qué se trataba...Desde el salón se veÃ*a el jardÃ*n con la piscina, me dijeron que me sentara en el sofá y observara, y que ya me dirÃ*an qué hacer. Ese dÃ*a era jueves y cada jueves el jardinero, un señor de mediana edad algo gordito pasaba a cortar el césped. Ellas se dispusieron a tomar el sol y a esperar a Pepe...
Cuando el jardinero llegó no podÃ*a creer semejante espectáculo, las dos yeguas tiradas llenas de aceite tomando el sol, en tanga, con tacones y gafas de sol; al cabo de unos minutos Pepe estaba empalmadÃ*simo, pero disimulaba porque era un buen empleado...Yo observaba con mi pija durÃ*sima, los huevos comenzaban a dolerme...
Pasado un tiempo mi tÃ*a estaba boca abajo y se hacÃ*a la dormida, Olga se levantó y fue hacia Pepe, con un cigarrillo en su boca le preguntó si tenÃ*a fuego, Pepe estaba nerviosÃ*simo, no podÃ*a disimular el bulto que sobresalÃ*a de su mono de trabajo, al intentar darle fuego, se le cayó el mechero, Olga se agachó y con su mano se apoyó disimuladamente en su verga, mientras recogÃ*a el mechero, luego encendió su cigarrillo y volvió junto a mi tÃ*a, las dos disfrutaban como locas...
Poco a poco fueron calentando a Pepe con técnicas de putitas: le pidieron que les pasara bronceador, era excitante ver las manos rústicas del jardinero acariciando esos hermosos ojetes bronceados y brillantes, reÃ*an juntos y se la estaban pasando muy bien. MÃ* tÃ*a preguntó a Pepe si querÃ*a ir a la habitación con ellas a lo que el hombre casi emocionado apenas pudo soltar un: claro! Fue ahÃ* cuando ellas le explicaron que irÃ*an a prepararse para esperarlo, y que mientras tomase una ducha en el lavabo del jardÃ*n y cuando acabara subiera desnudito...
Las putonas entraron riendo y me llevaron a la habitación:_ Carlitos! Ahora empieza la historia verdadera..., me dijo la yegua de mi TÃ*a. Yo estaba excitado...
En la oscuridad de la habitación estaba todo dispuesto, ellas dos tiradas como potras en la cama y yo sentado en una silla, desde fuera al entrar no se podÃ*a distinguir absolutamente nada.
Pepe entró durÃ*simo, su verga parecÃ*a que iba a estallar, Olga lo recibió de pie en la cama, él no veÃ*a nada. Lo invitó a acostarse, tomó sus manos mientras le metÃ*a la lengua en la boca, mientras mi tÃ*a vendó sus ojos primero, y luego cogió sus brazos y suavemente los ató al respaldo de la cama... AhÃ* entraba yo, el plan estaba funcionando...
Mi tÃ*a acercó mi cabeza a su verga y empujó para que yo la oliera, tenÃ*a sus huevos gordos cerca de mi nariz y aquel olor me excitó terriblemente, poco a poco me emborraché de placer y empecé a lamer sus bolas una a una. Olga sentada en su pecho, dejaba que a su vez el jardinero lamiera sus tetas...
Yo no podÃ*a creer lo que estaba pasando, a medida que comÃ*a sus huevos me calentaba más, sumado a que mi tÃ*a habÃ*a empezado a lamer mi culo, todo este cuadro me estaba haciendo volar. Después de sus huevos, metÃ* la cabeza de su pija en mi boca y se la llené de saliva, disfrutaba como un loco, querÃ*a tragarme ese hermoso pedazo de carne, mi culo a su vez tenÃ*a dentro ya dos deditos de mi querida tÃ*a empeñada en culearme con las manos y con la lengua...
A esa mamada alucinante se sumó Olga, las dos bocas lamiendo desesperadamente esa verga, yo a veces aprovechaba y le metÃ*a la lengua a la yegua putona, ella encantada, mientras Pepe le comÃ*a la conchita....
Mi tÃ*a me culeaba con una mano mientras me pajeaba suavemente con la otra, en un momento determinado, me hizo incorporar y me condujo a sentarme en la pija del jardinero, poco a poco fui sintiendo un dolor bestial pero que sin embargo me hacÃ*a morir de placer, a punto de gritar estuve, cuando ella me metió su lengua en la boca y me cogió del cuello ahorcándome suavemente...
Al cabo de unos minutos, yo estaba con un rabo enorme en mi culo, comencé a cabalgar como una putita, mi verga a su vez era devorada por Olga y mi TÃ*a. Pepe morÃ*a de placer...Cada vez con más fuerza saltaba encima de su dura verga y ellas mamaban desesperadamente....El jardinero empezó a gritar que se iba a correr y la verdad que yo no aguantaba más, en esos instantes sentÃ* como un chorro de leche caliente inundaba mi culo, fue la mejor experiencia de mi vida, ese chorro dio directamente en mi punto G provocando a su vez que mi pene explotara en las lenguas de mis queridas aliadas. Me quedé sentado encima del jardinero un rato hasta que su verga se desinflamara un poco, sigilosamente me quité y me aparté, mi tÃ*a abrió mis nalgas y con su lengua intentó tragar toda la leche posible. Después se encargaron de Pepe, era precioso ver como con sus lenguas embadurnadas de mi néctar limpiaron la verga hasta no dejar ni una gotita...
Esa era mi tÃ*a y asÃ* la recuerdo en aquellos dÃ*as de verano...