Mi sobrino. Segunda parte

zoofy

Virgen
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Mar 30, 2018
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Desperté cerca de las 5:30 de la mañana, esteban seguía durmiendo pero mi esposo ya se había levantado, caía agua de la regadera, Por lo que supe que se estaba bañando. Mire a esteban y le di un beso en la mejilla, lo sucedido la noche anterior me excitaba, sentí la necesidad de otra sesión de sexo, pe sería un pecado perturbar sus sueños.

Sentí que la puerta del baño se abría y me dirigí a la cocina, salude a mi esposo con un “buenos días” y un abrazo. Prepare únicamente su desayuno, ya que era sábado y más nadie tenía que ir a ninguna parte, al menos temprano. Habiendo terminado de comer, mi esposo se fue y yo volví a la cama a seguir durmiendo.
Desperté cerca de las 8, no porque mi sueño había acabado, sino porque mi sobrino estaba acariciando uno de mis pechos, estaba de pie junto a mi con una tasa de café—hola mi rey—le dije sonriente por tan bello despertar.

-buenos días tía, ya todos nos hemos levantado menos tú, paula preparo el café y el desayuno.

Todo esto lo decía mientras seguía tocando mi pecho, para devolverle las caricias yo meti mi mano dentro su pantalón y acaricie la pequeña cabeza de su verguita. Risas se oían tras la puerta de la habitación, ambos retiramos nuestras manos y fuimos a desayunar.

Paula mi hija había preparado unos emparedados, Andrés estaba viendo tv, juan y mi hija estaban sentados en la cocina. Tome mi comida y me senté junto a ellos. Esteban seguía mis pasos y se sentó junto a mí, la mesa en donde estábamos traía encima un gran mantel, lo que le brindó la oportunidad a mi sobrino para tocarme sin que nadie se diera cuenta, sus manitas tocaban por encima de mi panti, eran toqueteos inexpertos, pero he de admitir que a veces daban en el punto exacto y me hacían estremecerme. Con una mano jugaba con su pequeño carro encima de la mesa y con la otra trataba de deslizarme la panti y meterme sus deditos. Empecé respirar entrecortadamente, trate de disimularlo y afortunadamente mis hijos no se daban cuenta.

De un momento a otro esteban se levantó y empezó a jugar en el suelo, supuse cuales eran las intenciones, quizás se metería debajo de la mesa y empezaría a tocarme nuevamente. Paula empezó a contarme sus planes de hoy, al parecer saldría antes de mediodía con sus amigas y regresaría en la tarde, yo la escuchaba por inercia, mis ojos no se desviaban de esteban que se estaba dirigiendo bajo la mesa, una parte de mi quería regañarlo pues no era prudente, pero otra parte de mi quería que se apurara. El pequeño demonio me hizo sufrir, ya que tardo como 10 minutos bajo de la mesa y yo aún no sentía nada, empecé a pensar que había imaginado mal y que solamente estaba jugando como un niño inocente.

Sin embargo lo que paso era lo menos esperado, esteban paso su lengua por mi entre pierna casi llegando a mi vagina, estaba sentada con mi espalda recta, por lo cual su lengüita no pudo llegar a mi raja. Tras aquel contacto mi rodilla se movió y golpeo la meza, por lo cual mis hijos se sorprendieron, me preguntaron que pasaba, rápidamente les dije que un mosquito me había picado y mi rodilla actúo por reflejo.

Con el golpe de mi rodilla a la mesa, mi sobrino se quedó quieto por un instante, pero nuevamente su lengua se deslizaba por mis piernas y sus dedos hurgaban mi cavidad, fingí un bostezo, abrí mis piernas y me deslice un poco hacia adelante, mi trasero estaba en la punta de la silla, lo que le facilitaba el sexo oral que me estaba dando mi sobri. Seguí bostezando mientras decía la pereza que me daban los sábados, mi hija asentía mientras compartía mi bostezo. Cada vez me estremecía más y mas, sentía que el orgasmo estaba próximo, desafortunadamente juan mi hijo menor pregunto por esteban, el cual salió en el acto dejándome a pocos segundos de una gran corrida, mi hijo menor había hecho que perdiera la oportunidad.

Dicho y hecho mi hija se alisto y salió a realizar sus planes, eran cerca de las 10:30 de la mañana, mi hijo Andrés también tenía planes ese día, por lo cual me quede solo con juan y esteban… ah y mi marido que llegaría temprano ese día.

Los dos primitos jugaban amistosamente mientras yo lavaba los platos, los veía por la ventana como corrían de un lado a otro, de repente sentí dos manos en mi cintura, era mi esposo que había llegado de trabajar. Hoy toca me decía al oído besándomelo y lamiéndolo. –Quédate quieto que nos pueden ver los niños—le dije yo. Sin embargo hizo todo lo contrario, subió un poco la falda que traía puesta y empezó a masturbarme y con la otra me tocaba un pecho mientras me besaba el cuello. La situación me calentaba y yo me dejaba hacer, me hizo inclinar un poco, ya sabía por dónde iba la cosa, abrió su bragueta y saco su pene, sin previo aviso me metió su tranca e inicio y lento bombeo, empecé a jadear, sentía ganas de gritar, pero me contuve para no alarmar a los niños, sin embargo juan vio a su papa y le grito. Mi esposo vio su carita de alegría y no tuvo más opción que sacarme el pene e ir a saludar a su hijo. Nuevamente me dejaban insatisfecha y por culpa de juan otra vez.

Mi esposo salió y de inmediato empezó a jugar con juan, invito a esteban a que se uniera a la diversión, sin embargo este la rechazo diciendo que estaba muy cansado. Ambos jugaban mientras mi sobrinito los veía, yo terminaba de lavar y pensaba unirme a sus juegos. De repente veo como esteba se levanta y corre hacia la puerta del patio, la abre en pocos segundos lo tengo ami lado. Lo mire fijamente, sus manos empezaron a entrar por debajo de mi falda, mis nalgas eran amasadas con suavidad y dureza a la vez, la calentura que me había dejado mi esposo aún estaba vigente y esteban se encargaría de aumentarla.
Aquella situación era perfecta, la puerta de la calle estaba cerrada, por lo cual no había riesgo de que alguien entrara, mis ojos observaban las acciones de mi esposo e hijo, si estos tenían intenciones de entrar rápidamente podía decirle a esteban que se retirara. Todo era perfecto. Decidí elevar el riesgo, subí un poco mi falda y corrí mi panty, tome a mi sobrino de su mano y lo coloque delante mío para que me mamara la vagina. Se agacho un poco e inicio su succión. Coloque mis manos en el marco de la ventana fingiendo mirar como jugaban mi esposo con juan, pero en realidad me estaba sosteniendo pues parecía que iba a caerme ya que mis piernas temblaban y de vez en cuando se doblaban. Sentía ganas de gemir, de arquear mi espada pero si lo hacía me dilataría.
He de aclarar que el sexo oral que me estaba dando mi sobrino era bueno, sin embargo lo que más me excitaba era la sensación de ser descubierta y el hecho de que fuera un taboo todo aquello. De un momento a otro sentí como mi orgasmo llegaba, mis jugos empaparon la carita de esteba, de no haber sido porque estaba agarrada me habría caído de espaldas. Sin darme cuenta baje mi rostro, mi cabeza estaba gacha y estaba jadeando –que paso amor—dijo mi esposo mientras se acercaba. Nada mi vida –dije yo—me iba a lavar la cara y a echarme agua en el cuello, pues hace bastante calor. Uff demasiado-- dijo él, mientras regresaba a jugar con juan.

Tras escuchar a mi esposo, esteban salió de debajo de mi falda rápidamente. Con una toalla absorbente le seque la cara y le dije que fuera al baño a lavarse, que después hablaríamos, este por lo pronto fue a jugar con su tío y primo –si tía—me dijo con una sonrisa la cual le devolví. Me acomode mi falda y mi panti, me di unos minutos para reponerme de aquel orgasmo, seguí en la misma posición de antes, con mis manos apoyadas en la ventana, quería disimular y que nadie sospechara nada. Tiempo después me coloque a hacer el almuerzo mientras miraba jugar a mis tres hombres.

Paula y Andrés llegaron de forma fugaz, comieron y volvieron a irse, tras el almuerzo juan se sentía bastante cansado y se acostó a dormir, esteban veía tv en la sala con mi esposo y yo me fui a dar una ducha. Después de lavar mi cuerpo, me fui de nuevo a la cocina, ya era hora de lavar los platos sucios del almuerzo. De forma monótona empecé a limpiarlo uno tras uno mientras miraba al cielo.

Mi esposo entro, se acercó a mí y beso mi cuello, me propina seguir lo que habíamos dejado inconcluso, parte de mi quería, ya que aquella mamada no había sido suficiente, necesitaba que me bombearan la vagina, sin embargo esteban estaba en la sala, es decir más cerca y podía vernos o escucharnos. Yo le dije que más tarde lo haríamos en el baño, yo le avisaría, me beso la mejilla y se sentó en una silla tras de mí leyendo un periódico de días anteriores. Yo seguí lavando y contemplando el cielo. Cuando termine de lavar mi esposo se estaba cabeceando, el sueño lo estaba llamando, lo llame y le dije que se acostara en la cama, acepto sin objeción y ya en la habitación callo dormido al instante.

Me habían prometido acción y esta había sido frustrada, que mal para mí, pero aun tenia a esteban, asi que me puse manos a la obra. Salí de la habitación y allí estaba mi sobrino, sentado en el suelo concentrado en la tv, por un instante pensé que no quería, me parecía imprudente perturbarlo solo para satisfacer mis deseos, me acerque a el, como quien no quiere la cosa, me senté en el sofá, cruce mis piernas y con la punta de mis dedos tocaba sus nalguitas. Por un momento hizo caso omiso a mis acciones, al parecer su programa estaba súper interesante.

Seguí puyándolo con mi dedo pulgar del pie, ya estaba en mitad de sus nalguitas, de un momento a otro se levantó y se puso a mi lado, sus manitas fueron directamente a mi vagina a darle un masaje que tanto necesitaba. Abrí un poco mis piernas y tome su mano, para indicarle donde era el lugar exacto donde debía tocar, mi mano fue a su pantalón y tocaba la punta de su pene, el se me adelanto y metió la mano dentro de mi falda y panty y acariciaba mi clítoris con su dedo índice y pulgar, mis manos dejaron de tocarlo y empecé a acariciar mis senos, mi mente estaba por las nubes, olvide donde nos encontrábamos y la hora que era. Pare sus caricias y lo tome de su mano, nos dirigimos al baño, allí nadie nos molestaría, y si así fuera diría que me estaba bañando, que esteban necesitaba del inodoro con urgencias, sé que ya me había bañado pero no tiene nada dos baños en un rato.

Cuando entramos en el baño baje sus pantalones y empecé a chupar su pene, su respiración agitada me excitaba en gran manera, mi vagina estaba empezando a botar jugos en grandes cantidades, ya me estaba pidiendo que una tranca entrara en ella, asi que me alce la falda hasta el pecho y me quite la panty, le dije a esteban que se acostara en el suelo para luego empezar a cabalgarlo, sus manitas masajeaban mis pechos y en ocasiones con sus dedos pellizcaba mis picos.
Después de cabalgarlo cambiamos de posición, yo me senté en el inodoro con las piernas abiertas, lo tome bruscamente de su camiseta, su pene entro en mí y siguió la penetración, de tanto en tanto nos besábamos en la boca, como es un niño aún no sabe hacerlo bien, solo da piquitos, ya habrá tiempo para enseñarlo, supongo. Sin embargo lo menos pensado paso, mi esposo se levantó y toco la puerta del baño, preguntando si estaba ahí, me quede helada por unos segundos, esteban dejo de bombearme y estaba pálido, intento salirse de mi pero yo se lo impedí. Afortunadamente pensé rápido y le dije que me estaba bañando y esteban estaba aquí haciendo del número dos. –Está bien amor, que harás de cenar—abrí la regadera para disimular lo que pasaba. No se cariño—le dije al fin—que quieres de cenar. Yo tome las caderas de esteban y le dije que siguiera, obediente mente siguió penetrándome mientras hablaba con mi esposo.
--a ti mi vida—dijo riéndose. Si supiera que ya alguien más me estaba comiendo. Aquello era una experiencia única, yo me reí con su comentario y le dije que ahora que saliera veríamos que preparaba. Mi esposo se retiró y nos dejó seguir.

Esteban aumento su ritmo, ahora podía gemir un poco más fuerte porque el ruido de la regadera los tapaba un poco. Y en pocos minutos llegue a un orgasmo, la cubierta de la tapa del inodoro quedo húmeda con mis jugos, tendría que lavarla al día siguiente. Nos dimos un beso y le dije que saliera, que no se preocupara.

Esteban salió como si nada hubiera pasado, mi esposo había regresado a la habitación. Yo me bañe y cuando termine, al igual que mi sobri, Salí como si nada. La llegada de la noche trajo a mis hijos de vuelta. La comida estaba hecha y nos sentamos todos a la mesa, a comer como familia. Todos dijimos como había sido nuestro día, esteban estaba junto tocándome como había hecho esa misma mañana, parecía que mi sobri no tenía límites y yo disfrutaba sus ganas sin fin.
Cuando terminamos de comer llego Martha, mi hermana. Nos sentamos en el patio a charlar de su viaje, esteban jugaba entre nosotras y con su carrito recorría nuestros cuerpos, haciendo presión es zonas intimas, ambas no decíamos nada, solo hablábamos. Al final mi hermana se despidió de todos y mientras yo aproveche para darle un beso de lengua el cual esteban correspondió –hasta la próxima le dije—mi sobri me abrazo y fue corriendo a donde su madre, la cual lo esperaba en la puerta.

Asi fueron esos dos ricos días con mi sobri, espero les haya gustado mi relato. Hasta la próxima.

leo... Gracias por tus recomendaciones.
 

veronicca

Virgen
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Si la primera parte me sorprendio, ésta me ha parecido de gran calidad.
 

jaku48

Virgen
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exelente como siempre gracias se espera la continuación
 
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