Mi Sobrina Sometida y su Prima - Capítulos 04 al 06

heranlu

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Mi Sobrina Sometida y su Prima - Capítulo 04



Gozaba mucho con mi sobrina y su mejor amiga Sonia, estaban locas por mí y mi polla, cada vez teníamos mejor sexo, y más duro. Esther se volvía loca de placer al ser sometida, y en la intimidad de su habitación, sometía a Claudia. Mi polla quería someter a Claudia, cada vez nos habíamos distanciado más, y eso no podía ser.

Las chicas charlaban y reían, y Claudia miraba la tele, en su mundo interior, sin que pareciera que la molestara tanta risa y cachondeo. Le dio al pause a la tele y vino a la cocina a por algo de beber. Me vio fumando en la penumbra y encendió la luz yendo a la nevera.

- ¿Qué ves? Le pregunte.

-Un documental sobre la política en Australia.

-Joder que divertido- dije con sorna.

-Lo tengo que aprender para un trabajo- me contesto, afirmando que era un rollo.

- ¿Por qué te tenía por ceporra tu prima? Desde que te conocí nunca me lo has parecido- le pregunté extrañado.

-Porque lo era, pero supe de sus mejoras en los estudios, vi las notas que le mandaba su madre orgullosa a la mía, y entre los celos y mi madre pegándome la bronca, me puse las pilas. – me explico, haciendo que encajaran las piezas.

Había logrado, sin querer, que una chica de pueblo, destinada a tener hijos joven, y servir a su marido, a girar su universo y acabar en la universidad con un futuro mucho mejor.

-Pues me tienes que dar las gracias. Su mejora y sus buenas notas son gracias a mí y, por ende, las tuyas, y no estar ahora preñada pelando patatas, rezando porque tu marido no llegue borracho a casa- le dije sorprendiéndola.

Pensó, relaciono las cosas y con los ojos brillantes me dijo:

-Joder Pender, es verdad. Ahora empiezo a entender tu “juego” con mi prima.

La acerqué a mí, le puse las manos en sus caderas, y le dije:

-Es un juego muy antiguo, y bien jugado, da buenos beneficios a sus jugadores – le explique bajando mis manos a su culo.

Pego un saltito al notar mis manos en su culo y me dijo:

-Me tengo que ir, no quiero problemas con ellas. - y la deje ir sonriendo.

La inteligente Claudia, quería mi polla, pero le daban miedo mis chicas y sus consecuencias al acercarse a mí. Aunque lo deseaba, no le compensaba. Ya vio como la sometió Sonia, y si Sonia, tan dulce y poca cosa, la había tratado asi, le daba miedo lo que le haría su prima. Sonreí pensándolo, y esperé, como buen cazador.

Llego mi sobrina y me dijo colándose entre mis piernas, como siempre:

He pedido la cena y mucha, mucha cerveza. Quiero celebrar mi desvirgamiento, y que se vaya mi madre al pueblo dejándote en paz. Me dijo sonriendo.

-Jajaja, estas más loca que yo cariño. -le dije abrazándola, cogido a su culo de diosa.

-Es verdad, ya verás como se va y te deja en paz.

-Vero cariño, antes de desearte y quererte. Te quería y te cambiaba los pañales, te llevaba a urgencias por la fiebre, y demás cosas que no pudo hacer tu pobre padre. Y tu madre no se va a ir, quiere hacerme chantaje. Pero tranquila que le hare cambiar de idea.

Mi sobrina no lo entendía bien. Creía que su madre se iría y nos dejaría en paz, pero no sabía que, si se iba al pueblo sin ella, la acabaría reclamando con el tiempo, su abuela no consentiría que estuviera en Barcelona, aunque fuera conmigo. En el pueblo hablarían, y preguntarían por ella. Y al final la abuela haría que fuese al pueblo con ellas. No le iba a explicar esto, porque no iba a pasar, pero le iba a salir caro a mi cuñada tal chantaje, sabe lo que la quiero, y era jugar sucio por otro polvo, por muy buen polvo que fuera. Las mujeres despechadas hacen lo impensable.

Mi sobrina no sabía todo esto, pero su cerebrito pensó también en la solución más rápida y me dijo:

-Bueno, pégale otro polvazo como la otra vez y se dejara de tonterías. -me dijo resignada.

-En esencia es eso mi niña, pero me temo que tendré que ser duro, tu madre juega sucio y eso me dice que seguirá dando problemas.

Me miro asustada y me dijo:

- ¿Qué le vas a hacer?

- ¡jajaja! Joder tranquila, no temas, pero mejor que no lo sepas. Nos dejara tranquilos. -le tranquilice acariciando su culo de piedra.

Me abrazo más fuerte, me beso y me dijo:

-Confió en ti mi amo- y nos besemos con pasión.

-Por cierto, hoy el tema cojines, será con Claudia en medio y me hare una cubana con los cocos de Esther mientras os veo someterla. No empecéis a saco, pero darle caña que la quiero pillar ya bien follada por vuestros dedos.

Abrió los ojos sorprendida, y me dijo:

- ¡Es verdad, te falta Claudia! No me había dado cuenta, que puta como se ha escapado.

Y reímos los dos.

Llego la pizza y un montón de cervezas, y cenemos en el sofá, discutiendo por la película para ver. Mi sobrina desbocada celebrando su coñito desvirgado, acompañada por Sonia, bebían birra tras birra bailando y riendo juntas. Claudia y Esther no sabían que se celebraba, pero necesitaban desahogarse también. Y acabaron todas con las camisetas pegadas al cuerpo y yo supercontento con las vistas.

Al final, por votación de los que sabíamos que iba a pasar, y la que no tenía ni idea, se decidió por otra película de miedo. Se fuero colocando y Claudia quedo entre mi sobrina y Sonia, que ya había sido informada, y después yo con Sonia y Esther a cada lado.

Empezó la peli y Esther me fue a agarrar la polla y recibió un buen pellizco de Sonia que deseaba tenerla para ella, hacia días. Retiro la mano asustada y me la metió bajo la camiseta besándome el cuello, llamando mi atención.

Había pensado en hacerme por fin la cubana con los cocos de Esther, pero sabía que Sonia me necesitaba dentro de donde quisiera, su conejito o su culo. Ya le tocaba a la pobre. Y besándole el cuello con una tetita suya en mi mano le dije:

-Acabo una cosa y te la meto donde quieras hasta las pelotas cariño.

Se giro, y sin importarle si Claudia la veía, me beso con fuerza y pasión, sorbiendo mis labios y me soltó la polla.

Claudia lo vio, sintió celos, y dándose cuenta de que estaba en medio, le entro miedo y también se puso cachonda, esperando que le hicieran mis dos gacelas.

Yo cogí la cabeza de Esther, sabiendo que le encantaba ser usada, la llevé a mi polla, y me empecé a follar su boca poco a poco. Esta deseaba que le mandara algo, y agradecida se dejó hacer, gozando con mi gran mano en su cuello, apretando y forzándola.

La primera fue Mi sobrina, sin mucho miramiento, sabiendo que tenía que hacer que se corriera un par de veces antes de pasar por mi polla, le puso una pierna encima, obligándola a abrir las piernas y al rato ya le tenía el muslo cogido y la acariciaba con descaro. Claudia no se escandalizo, ya sabía que su dulce primita era un peligro, y mejor no rechazarla.

Sonia no tenía que andarse con rodeos, sabia, desde que se sentó a su lado, que volverían a jugar. Y ya le sobaba una teta bajo la camiseta.

Claudia se empezó a calentar imaginando cuatro manos, y dos bocas dándole placer. Y se empezó a poner muy cachonda. Y lo mejor es que le bajo su mano por el muslo a Sonia y dio con su coñito. Se apresuro, por si la apartaba y le separo la braguita llegando a su humedad.

Sonia enfadada, oía a Esther follada por la boca y deseaba que me corriera para tener mi polla dentro, Claudia sería más divertida mientras me la follaba, ahora era una jodida mojigata que no sabía ni pajearla. Le agarro la mano y le fue indicando que hacer, maltratando su pecho en su otra mano.

Mi sobrina fue más práctica, sabía que hoy no dormiría con mi lefa saliendo de alguno de sus agujeros, y algo borracha, se cansó de sobarle la teta y levantándose un poco, se apartó la braguita y le llevo la cabeza de Claudia, muy sorprendida, a su coñito. Claudia se asustó de su descaro, pero le puso más cachonda. Puso en práctica lo aprendido con Esther, la única que ella pensaba que no sabía que pasaba, que tragaba mi lefa con ansias mientras se pajeaba con rabia.

Me corrí en la maltratada boca de Esther y se oían los gemidos de todas, apagados por los gritos de la película. Sonia se follaba con tres dedos de Claudia mientras le sobaba las tetas de una a otra rabiosa. Claudia comía, sorbia y lamia el coñito de mi sobrina, que la agarraba la cabeza y la guiaba. Y la primera fue Mi sobrina, agarrando con rabia la cabeza de su prima se empezó a correr con los ojos cerrados.

Claudia hacia lo que podía y la siguio Sonia, agarrando su mano y moviéndola a su gusto mientras se corría mirando como Esther me lamia la polla juguetona.

Claudia se quedó sin orgasmo, las tetas rojas maltratadas, y su coño ardiendo. Pensó en Esther y que podría jugar con ella después, a solas.

Paso un rato y nos fuimos recomponiendo, menos Esther y Claudia que seguían cachondas. Me levanté y fui a fumar. Me siguio Sonia enfadada y dispuesta a una locura. Mi sobrina, satisfecha, después de su orgasmo, le sobaba las tetas a Claudia por el cuello de su camiseta y sonreía orgullosa de que las suyas eran más alargadas y mucho más duras. Esther no sabía que hacer y temiendo a Sonia, se quedó acariciando su coñito necesitado y relamiéndose mi lefa.

Me senté en el taburete y llego Sonia con una cara que comprendía. La abrace, la bese con cariño y la cogí de los sobacos levantándola y sentándola en mi pierna diciéndole:

-Perdona cariño, ya sé que te he tenido descuidada -y le besé y lamí el cuello.

-Joder que hasta Esther lo ha pasado mejor que yo- me dijo estirando el cuello dejando que siguiera besándoselo y lamiéndoselo.

Sonia tenía un “sexapil” que cada vez me ponía más, era alocada y divertida. Su pequeño, pero perfecto cuerpo, lo compensaba con su esencia y su fuerza, su manera de moverse y su cara de pilla. No podía hacer que siguiera enfadada por culpa de una gorda estrecha y una flaca masoca.

Besándonos con pasión, le aparté la braguita empapada y le empecé a frotar el coñito con cariño, ella me busco la polla y me la sobaba impaciente, la deseaba, y mucho.

Me levante con ella encima y me baje el pantalón ayudándome y liberando ella ansiosa mi polla, paso una pierna a mi otro lado y agarrada a mi polla, se levantó agarrada a mi cuello y se la empezó a meter suspirando.

- ¡Mmmmh! ¡Joder que calentita! ¡Aaaaah! ¡Que gustazo tito! ¡Mmmmh! ¡Aquí me quedo hasta mañana! ¡Aaaaah! ¡Siii, joooder! ¡Aaaah! -decía cabalgándome lentamente, con mis manos agarradas a su culo de piedra y aguantando su peso.

Mi sobrina ya había avisado a Esther, que la pillaría por acercarse demasiado a mí. Se había sentado al lado de claudia y le había hecho ponerse de rodillas delante de ellas. Le llevaba la cabeza por los pelos de su coño al de Claudia, que se escandalizo por como la trataba. Pero Esther gozaba comendo coños, y se imaginaba que yo aparecería en cualquier momento, y le follaría cualquier agujero. Comía, lamia y sorbía sus coñitos, y al final mi sobrina la dejo con el coñito de Claudia y se puso a sobarle el culo plano, y las tetas por detrás con rabia y sin miramientos. Esther gritaba de dolor a veces y mi sobrina sonreía maliciosa.

Sonia me seguía cabalgando lentamente, quería gozar un buen rato y nos besábamos con mucho cariño. Me miraba agradecida a los ojos y me acariciaba la nuca con una mano, agarraba la polla con la otra para no meterse toda. Eso la pondría mucho más cachonda, y se acabaría este momento de sexo lento y besos apasionados.

Mi sobrina se fue calentando otra vez y recordó que tenia que hacer que Claudia se corriera un par de veces y soltó a Esther y sus tetas colgando, se sentó al lado de claudia y le empezó a frotar el clítoris comiéndole las tetas con rabia, mientras Esther seguía con su lengua y tres dedos follandola. Claudia cumplía un sueño erótico y gozaba con las dos dándole placer. Hacia lo que podía y metía mano a una u otra, pero estaba en éxtasis. El maltrato de mi sobrina en su botoncito surtió efecto, y agarrándole la mano intentando que parara o aflojara, se empezó a correr.

- ¡Ya, ya, prima, ya me viene! ¡Aaaaj! ¡Mmmmh! ¡para, para! ¡Me viene, me viene! ¡Aaaaaj! ¡Mmmmh! ¡Para que me meo! ¡Aaaaj! ¡Oooooj! ¡Oooooj! - le decía a mi sobrina, avisándola. Que aparto la mano con asco diciéndole:

- ¡No te vayas a mear guarra!, ¡joder que asco! -Y le tiro de los pezones con rabia, para aplacar su orgasmo.

Claudia paso de gozar e intentar no mearse mientras se corría a sentir calambres en sus pechos. Abrió los ojos y le cogió las manos a su sobrina diciéndole:

- ¡Vale, vale! ¡Mmmmh!¡Ya está, ya! ¡Aaaaj! ¡No me meo, para, para! ¡Aaaaaj! - le suplicaba acabando de correrse.

Mi sobrina se apiado, y mirandola con asco la soltó. Esther muy cachonda por la visión de los pezones estirados sin compasión de Claudia, deseo haber sido ella la maltratada. Había soltado el coñito de Claudia, al oírle gritar y casi se levanta y le pide a mi sobrina que se lo hiciera a ella. Tenia su pobre conejo empapado y quería que le hicieran correrse. Mi sobrina le vio la cara de salida y le dijo:

-Lámele los pezones a la meona esta, que le falta correrse otra vez.

Claudia la oyó, y no entendía porque se tenia que correr otra vez, pero se dejo hacer agradecida por el detalle de su prima, y agarraba ya la cabeza de Esther, que le lamia con cariño los pezones doloridos. Mi sobrina estaba también cachonda, y atrajo el culo plano de Esther y le metió dos dedos por cada agujero con muy poco miramiento.

- ¡Aaaaj! ¡despacio por favor! ¡Mmmmh! ¡Aaaaaj! - le pidió deseando que empujara más fuerte, aunque le doliera horrores.

Sonia ya me cabalgaba más animada. Casi tenía ya toda mi polla dentro, jadeaba y me hacía difícil no soltarle el culo y dejar que le entrara toda. Era ella, y me contenía lamiéndole el cuello y los hombros como si fuera un helado. Me sonreía por las cosquillas y me lamia a mí también. Me beso agarrando mi nuca y me dijo:

-Méteme un dedito que me quiero correr con tu polla dentro mi amo.

Le sonreí y le aprete un cachete del culo, se lo pellizqué y fui acercándome a su agujerito, que estaba empapado de nuestros jugos, le entro poco a poco, con ella recibiéndolo, ya entrenado a recibir mi polla.

- ¡Mmmh! ¡Un poco más! ¡Mmmmh! ¡Aaaaj! ¡Asi, asi, déjalo asi! ¡Mmmmh! ¡Gracias tito! ¡Aaaaj! ¡Que gustazo! ¡Mmmmh! ¡Joder que rico! -me decía aumentando su cabalgada.

Mi sobrina follaba descontrolada a Esther sus dos agujeros chocando sus nudillos, y Claudia le agarraba la cabeza en su coño con rabia. Esther gozaba y gritaba en el coñito de Claudia con sus cocos bamboleándose. Gozaba y ya se había corrido un par de veces, pero mi sobrina no tenia piedad y no bajaba su ritmo. Le había cogido la mano y tenia dos dedos en su culo de diosa, que hacia follarla a su gusto. Claudia no pudo más, y apartándola, se empezó a pajear ella corriéndose a su gusto. Esther la miro desconcertada y se acerco a comerle sus grandes tetas.

Sonia gemía y se corría como me había dicho, con mi polla dentro ya toda, quieta y temblando con su gran orgasmo. La acariciaba y le follaba su culito lentamente con mi dedo y mi polla notaba sus espasmos. Apoyada a mi pecho, gozaba del largo orgasmo, y jugaba con la lengua en mi pezón. Alargo la mano y me saco el dedo en su culo, lentamente, mordiendo suavemente mi pezón y riendo. Yo no tenía prisa, y había gozado follandola como dos enamorados. No lo éramos, pero se parecía mucho. Se agarro a mi cuello y se fue levantando, sacándose mi polla diciendo:

- ¡Mmmmh! ¡Aaaaah! ¿te a crecido o qué? ¡Aaaaaj!

Reímos los dos y se volvió a tirar en mi pecho aun con espasmos.

Mi sobrina se corría en la boca de Esther, que cada vez le gustaba mas el sabor de los coños, y le sorbia y lamia su coñito con cariño. Claudia resoplaba después de su orgasmo y se fue al baño a hacer pis y refrescar su coñito dolorido. Mi sobrina acabo, y aparto a Esther dejándose caer en el sofá resoplando. Esther se quedo de rodillas sonriendo y tomando aire. Se sentó en el sofá, se palpo sus agujeros, no vio sangre, sonrió, y se puso a mirar la tele.

Sonia me la chupaba con ganas, sabiendo como hacer que me corriera y me sonreía viendo mi cara de gozo. Se había recuperado rápido con mi polla chafada en su barriga y de un salto, bajo al suelo y se la metió en la boca con pasión.

- ¡Mmmh! ¡si, asi, muy bien cariño! ¡Aaaaaj! ¡si, joder como sabes puta! ¡Aaaaaj! ¡Mmmmh! ¡sigue, sigue, mas rápido! ¡Aaaaaj! ¡Que gustazo! -le decía yo agradecido y gozando.

Apareció mi sobrina, caminando como una gata en celo, se acercó a besarme y acariciar a Sonia. Bajo a mis pezones y los empezó a mordisquear como sabe que me gusta, levanto su camiseta y pego sus pechos de piedra a mi cuerpo, los note ardiendo. No tarde mucho en correrme.

- ¡Aaaaj! ¡Que cabronas, como me poneis! ¡Mmmmh! ¡Ya viene! ¡siii! ¡Joder me volvéis loco cabronas! ¡Aaaaj! ¡Traga, traga cariño! ¡siii! ¡Mmmmh! ¡Asi, asi! ¡Aaaaj! ¡Mas fuerte! ¡Asi, asi! ¡Ooooj! - les decía gozando al fin de un buen orgasmo.

Sonia sonreía triunfante, y mi sobrina se reía lamiendo mi pezón. Se subieron cada una a una pierna y se abrazaron a mi acariciándonos. Al rato pregunte:

- ¿Como va el plan?

- ¡¿Ya!? Pero si te acabas de correr. - dijo Sonia.

- ¡Jejeje! No joder, mas tarde, ahora estoy en la gloria- le respondí apretando sus culitos.

-Ya lleva dos, o más. No sabría decirte. Y la mosquita muerta lo menos catorce orgasmos. -dijo mi sobrina riendo todos.

-Sera multiorgásmica- dije entre risas.

-Y le va la caña dura, no veas como goza con el dolor la tía- añadió mi sobrina.

-Si, ya me lo pareció en el coche. Se queja, pero no se aparta- dijo Sonia.

Claudia volvió al sofá, ya refrescada, y Esther se levanto para ir al baño. Claudia le cogió del brazo y le dijo:

-De esto ni una palabra a nadie.

Esther le sonrió y le dijo:

-No, no, si tampoco me iban a creer.

Y rieron las dos.

Saltaron mis dos gacelas y me puse bien el pantalón y la camiseta. Le di un trago largo a la cerveza y fuimos al salón. Claudia nos miraba sonriente y se fueron sentando en el sofá apoyadas en mi pecho, ahora sin cojines. Volvió Esther también sonriente y se sentó en el final. Claudia mas suelta se apoyó en el hombro de su amor prohibido y esta le sonrío. Le dio al pley y vimos la peli “tranquilamente”.

Mi sobrina siguio con su celebración y seguimos con las cervezas que no se acababan nunca. De la película pasaron, no se bien como a la música y los bailes de “tik-tok”, las pueblerinas también se sabían algunos, y yo disfrute del espectáculo, y de mas de una caída, entre risas y mucha más cerveza. Miraba lo bien que se movían y sus tetas botaban al compas de sus culos. Había bailes muy descarados y mi polla saltaba alegre al verlas. Se fueron cansando y volviendo al sofá charlando y cambiando opiniones de tal o cual baile.

Claudia no era tonta, se dio cuenta de porque se tenia que correr dos veces, y tenía más miedo que atracción a mí. Sabia que, si Esther ya estaba asi de sometida, ya habría pasado por mi polla, y recordó el día que fue a la papelería y lo cambiada que vio a Esther al volver. No quería acabar como ella, cogida de los pelos y usada. Si fuera follar normal, ella encantada, pero en esta casa no se follaba normal. Tenía miedo.

Esther se quedo dormida esperando volver a ser usada y mi sobrina la mando a la cama. Obediente dio las buenas noches y se fue. Claudia vio la oportunidad, y esperando que le agarrase Sonia, se levantó también despidiéndose. No paso nada y se fue también a la cama aliviada. Cerro la puerta y puso una silla detrás. Igual la violaría en la noche, temió.

Mis chicas se estiraron, mi sobrina me pego con una teta en la cara y me dijo:

- ¿Vamos a dormir?

Hice que se la iba a morder y le dije levantándome:

-Ya veremos.

Sonia, como cada noche que dormía en casa, se subia a mis espaldas y la agarraba de su culito de piedra. Su peaje eran mis pellizcos muy cerca de su coñito, y las bofetadas de mi sobrina en sus cachetes, reía y protestaba, pero pagaba encantada.

Esther ya casi dormida nos oyó pasar sintiendo envidia, se planteó hasta venir con nosotros, pero se quedo dormida. Claudia también sintió envida, pero también alivio. Sabia que mis chicas me dejarían seco, y mañana seria otro día.

Sonia estaba servida, pero mi sobrina no. Y entre los dos le besemos, mordimos y lamimos hasta que se me puso dura y empujándome sonriente, se subió encima y me empezó a cabalgar sin prisas. Cogí a Sonia y le atraje poniendo su coñito en mi boca. Se acomodo y me fue guiando lentamente por donde quería. Mi sobrina la abrazo y le sobaba sus pechitos. Lo hacía con más rabia de la habitual, le mire a los ojos, se dio cuenta y aflojo sus manos rabiosas. Sonia en cambio le reclamo que siguiera como antes y mi sobrina me sonrío y volvió a amasárselas con rabia. Yo amasaba las de mi sobrina y asi gozamos y follamos hasta que uno tras otro nos corrimos y ayudemos al siguiente a correrse. Se me acomodaron y dormimos con una sonrisa.

Los humanos somos animales de costumbres, y Claudia no era una excepción. Iba al baño casi cada noche de las 3 a las 4 de la madrugada. Mi reloj empezó a vibrar a las 3 y me desperté sonriendo. Me levanté y fui a tomarme un café y un cigarro, mientras ponía mi oído en la puerta de Claudia y Esther.

Poco antes de las 4 salió Claudia medio sonámbula, entro en el baño, y fui a esperar que saliera. Ya llevaba un rato despertando a mi polla, y la tenía bastante despejada ya. Sonó la cisterna, el lavamanos y abrió la puerta.

Cabizbaja por el sueño, lo primero que vio fue mi rabo apuntándola. Parpadeo y levanto la vista. Se quedo paralizada, me miraba con miedo, pero sus ojos no tenían miedo.

-Tengo novio- me dijo.

-Yo también- le respondí.

-Tengo que seguir virgen- me mintió.

-No vas a seguir siéndolo- le conteste.

Bajo la vista a mi polla y le dije.

-Cógela, no muerde.

-Otro día ¿vale? - me dijo intentando pasar por mi lado.

La pare cogiéndola entre las piernas y agarrando su chochito. Se paro en seco. Le hice fuerza y levanto los pies de puntillas, y le empecé a frotar el coñito sobre sus braguitas.

Estaba inmóvil, y no me miraba. Me estaba cortando el rollo la puta “Pegui” de pueblo. Seguí pajeándola, y esperé que se calentara y al fin agarrase mi polla con ansias. Pero solo gemía en la oscuridad con las manos quietas.

Claudia creía que, si le hacía caso a su coñito ya cachondo, acabaría como Esther. Y resistió estoica mi mano en su coñito y mi respiración agitada en su cuello. Se quería lanzar a comer ese gran rabo, pero resistió bien.

Me canse de esperar, aumente mi ritmo muy rápido, hasta que se le apartaron las braguitas, y resbalaba mi mano en su coñito y empezó a gemir. Pero no me la cogía. Pare de golpe y la solté, volviendo a la cocina a fumar.

Claudia se quedo un rato en el pasillo a oscuras, intentando recobrar la compostura. Sabía que la había cagado, creía que la acabaría violando contra la pared, y una vez cachonda, aceptaría lo que le pidiera. Pero no, la había dejado y me había ido. Y no contaba con eso, ahora si seria como Esther, o peor. Se metió en su habitación y se tapo hasta la cabeza llorando.

Yo fumaba, forzando a relajarme y sonreía pensando en la puta “Pegui” de pueblo. Es lesbiana, deduje. Se a enamorado de Sonia, y no se a lanzado a mi polla, cuando al fin podía sin mis chicas viéndola. No entendía porque me miraba con deseo, y deje de darle vueltas.

Me levanté y fui a su habitación. Abrí la puerta a oscuras y moviendo mi muñeca se encendía la pantalla de mi reloj unos segundos. La encontré en su cama boca abajo y me puse encima. Le bajé la sabana, el pantalón y las braguitas, y cooperaba diciendo algo que no entendí. Metí mis dedos y busqué su coñito, follándolo con dos dedos. Enseguida levanto el culito y coopero. Seguí más rápido, quería que se mojara, empezó a gemir y mover sus caderas. Le saque la mano y le empuje mi polla y dijo:

- ¡Mmmh! Hola- y se la dirigió a su coñito.

Note su calor y empuje sin piedad agarrado a su culo.

- ¡Mmmmh! ¡Aaaaaj! ¡Aaaaj! ¡Aaaaj! – gemía quejándose.

Ya con mas de media polla, le aplasté la cabeza contra la almohada y empecé a follarla a mi gusto.

- ¡Aj! ¡Aj! ¡Aj! ¡Aj! ¡Mmmmmh! ¡Aaaaj! ¡Mmmmh! – después de protestar y gritar, levanto más su culito y se dejó hacer ya gozando.

La bombeaba con rabia y gozaba de su coñito estrenado por mí. Ella ya me acariciaba las piernas y gemía fuerte contra su almohada.

Al rato, ya me faltaba poco y le avise. No me podía correr en su coñito:

- ¡Mmmh! ¡Aaaaj! Ya casi estoy puta, ¡Aaaaj! Prepárate.

Levanto la cabeza y me dijo:

- ¡Aaaaj! En el culo, la quiero en el culo ¡Mmmmh! Suéltamela dentro de mi culo ¡Aaaaaj! Dentro ¡Aaaaaj! ¡Mmmmh!

Obediente, le escupí un par de veces en un cachete y le mojé su agujerito con prisas. metí un dedo, lo moví y acabo entrando hasta mis nudillos, se lo gire un par de veces y luego empuje dos, que me costó mas y la hice gritar.

- ¡Joooder! ¡Aaaaaj! ¡Buuuf! ¡Sigue, sigue! ¡Aaaaaj! – me pidió.

Le saqué la polla del conejo, ya a punto de correrme y le abrí los cachetes empujándola por su agujerito brillante.

- ¡Aaaaaj! ¡Aaaaaj! ¡Ostia puta! ¡Aaaaj! ¡Mas, mas adentro! ¡Mmmmh! ¡Aaaaj! -me pedía.

-Puta masoca ¡Aaaj! ¡Toma perra! ¡Aaaaaj! - le dije metiendo mas de media polla y follandola sin compasión.

- ¡Mmmmh! ¡Aaaaah! ¡si, llénamelo! ¡Mmmmh! ¡Córrete mas adentro! ¡Aaaaaj! - me pedía.

La follaba y le entraba mas cada vez, alucinaba y gozaba abriendo su culo que me quemaba la polla, y ella gemía más que gritaba. Afloje el ritmo para disfrutar un rato más y oírla gemir bajo la almohada.

- ¡Mmmmh! ¡Si, asi follámelo lo que quieras! ¡Aaaaj! ¡Mmmmh! Me lo puedes follar cuando te de la gana ¡Mmmmh! ¡sí, asi hasta el fondo! ¡Aaaaj! ¡Joder la noto toda! ¡Aaaaj! -me decía la perra cachonda.

Mi reloj lanzaba destellos según me movía, y la vi mirándonos, sudada y frotándose el coño con rabia. Me vio y no me aparto la mirada, bajo su sabana y me mostro como se pajeaba y sobaba sus grandes pechos. La miré con asco, y le dije levantándome:

-Ahora te jodes puta ¡Mmmmh! ¡Toma, esto es lo que te has perdido! ¡Aaaaaj! ¡Mmmmh! – le decía a Claudia, que se había levantado ansiosa a chupármela, pero que pare agarrando su cabeza, y le solté mi lefa en la cara.

Abría la boca sin soltar su coñito, quería metérsela en la boca. Pero solo recibió lefa por toda la cara, y cuando acabe, se la restregué por la cara, la aparte y me gire a Esther que ansiosa se lanzo a chupármela. Se había corrido tres veces, y dos fueron cuando le follaba el culo. Miraba triunfante a Claudia, que estaba inmóvil de rodillas con mi lefa resbalando por su cara y sus tetas.

Me la dejo reluciente y le dije:

-Muy bien putita, me encanta tu culo plano tragón.

Me sonrió y se volvió a tumbar en la cama satisfecha.

Claudia quería pedirme perdón, quería venir tras de mí, pero no hizo nada. Me vio irme y ahí se quedo de rodillas en el suelo.

Continuará.

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heranlu

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Mi Sobrina Sometida y su Prima - Capítulo 05



Claudia, la prima de mi sobrina será castigada, por mí y por mis dos gacelas. Esther sigue buscando sus límites del dolor y el placer, y aparece Marta, la madre de Sonia.

Al día siguiente, bueno a las dos horas, dormía como un tronco. Sonia, más responsable se había vestido y hacia los almuerzos, mi sobrina más dormilona, se iba despertando, jugando con su rodilla en mi polla, que poco a poco veía crecer y soltaba risitas. Claudia se quedó en la cama esperando que nos fuéramos. Esther se levantó sonriente y radiante con las braguitas rojas de sangre y caminando dolorida.

-Como sigas, llegaras tarde y te castigare- le dije a mi sobrina con voz dormido.

Soltó una risita y salió corriendo. Sonreí y me volví a quedar dormido.

-Tito, tu café y tu cigarro. Quedan 20 minutos- me grito Sonia.

Abrí los ojos y me levanté buscando que ponerme en mi armario. Miré mi polla y estaba roja de sangre de Esther, sonreí y me vestí rápido. Ya me duchare después con ella, pensé.

Ya de camino al instituto, se había apuntado Esther, era como la mascota en el coche sonriente y con las chicas haciéndole perrerías entre risas. Se había puesto una blusa con encajes sin mangas, y las chicas le habían sacado sus grandes cocos por los lados. La miraban y reían. Ella impasible sonreía notando el aire en sus pequeños pezones.

Se giro a mi sobrina y le dijo:

-Claudia izo enfadar al amo, le tuve que consolar. Creo que Claudia la a cagado.

Me miraron las dos por el retrovisor con cara de no saber de qué hablaba Esther y suspire diciendo:

-Esther cariño, ahora la has cagado tu.

Me miro asustada, y fue a decir algo, pero Sonia le abofeteo las tetas.

- ¡Calla perra! Pareces una loca con esa actitud, ¡joder! ¡Plash! ¡Plash! – le volvió a abofetear los cocos ya rojos y bamboleantes.

- ¡Mmmmh! ¡Mmmmh! – dijo con la boca cerrada.

-Se lo sumisa que quieras, pero actúa normal joder- le dijo Sonia.

-Vale, vale, joder. Creía que esto iba asi.

- ¡Plash! ¡Plash! Le soltó esta vez mi sobrina.

- ¡Mmmmh! ¡Aaaaj! – acabo gritando, pero gozando. Le ardían las tetas, pero el chocho también.

-Ahora te callas hasta que nos vayamos. - le dijo mi sobrina.

- ¿Que ha hecho mi prima? ¿te rechazo cariño? - me pregunto mi sobrina poniendo una mano en mi pierna.

-No bien, bien. Ya te lo explicare, que ya llegamos.

-Se va a cagar la puta “Pegui” esta – dijo con rabia Sonia.

-De momento quietecitas, vosotras no sabéis nada. Y Esther no le dirá nada.

Esther estaba cachonda, vio a Sonia furiosa y se puso más cachonda. Pero asintió con la cabeza.

Me besaron con cariño y sin prisas y se despidieron serias, esta vez, pero se giraron y me sonrieron, porque sabían que les miraría sus culos de vicio. Les guiñé un ojo y le dije a Esther:

-Tapate y vente a este asiento.

Obedeció y fuimos a mi trabajo a por las tareas del día.

-Joder, es que no sé cómo va esto. Yo creía que lo hacía bien.

-Tranquila que vas bien, solo lo han pagado contigo, pero ha sido por ser una chivata y una bocazas. - le dije.

-Es que me jode que te hiciera eso. Bueno yo encantada de servirte de castigo para ella- me soltó riendo los dos.

-Creo que Claudia no quiere ser como tú, bueno yo tampoco la quiero como sumisa. Solo quería follármela a cuatro patas, y ver cómo le rebotaban las tetas y las lorzas. - le explique, riendo los dos otra vez.

-Es una imagen excitante- me dijo cómplice.

Le sonreí y seguí conduciendo. Lleguemos y le dije:

-No tardo nada, ahora vengo.

Mientras me esperaba, Claudia escribió a Esther y le pregunto si sabía algo de mis planes con ella o los de mis chicas. La pobre estaba acojonada, y recurrió a su mejor amiga desesperada. Esther, la pobre no sabía que hacer, si contarle la verdad, o esperar a preguntarme a mí. Opto por la segunda opción y le dijo que en un rato le diría algo.

Claudia casi tira el móvil contra la pared. Grito furiosa y se sentó en el sofá a esperar.

Llevaba horas dándole vueltas a sus actos. No había dormido desde que me fui, soltándole mi lefa en la cara y rechazándola. Lo recordó todo, desde que entre en la habitación, y su corazón salto del susto, espero a que le atacara y no lo hacía. Temblaba de miedo esperando mis manos, y no pasaba nada.

Hasta que oyó gemir a Esther y saco la cabeza para ver qué pasaba. Creía que me había equivocado, pero era imposible, ella es como dos Esther. Y lo entendió, la estaba castigando por subnormal. Luego observo, y oyó como gozaba la “mosquita muerta”, y tuvo envidia, veía mi rabo entrar y salir de su amiga y maldecía, porque debía ser ella. Y se empezó a calentar oyéndonos y oyendo las guarradas que me pedía Esther “¿por el culo? Joder lo que tiene que doler eso, pensó”. Pero su coño ardía y hasta se pasó un dedo por su culo explorando. Pero después de meter la punta, le empezó a doler y lo dejo. Volvió a su conejo y sus pechos, cachonda perdida, oyendo gozar a Esther y pedirme más polla en su culo. Parece que compensaba tanto dolor, pensó. Y volvió a su culo con más decisión, y más cachonda. Al rato ya tenía un dedo hasta el fondo y se apretaba los pechos gozando. Se follaba lentamente y nos oía, se imaginaba que ella era Esther y se atrevió con dos dedos, ya muy cachonda. Le costó más, y recurría a su coño ardiendo y empapado. Al rato volvió a intentarlo con rabia, se castigaba, pero el castigo le salió premio. Al rato lo consiguió y se corrió follándose con dos dedos hasta sus entrañas.

Volví del trabajo con mi pendrive del día y entre en el coche con Esther de los nervios. Jugaba con la funda de su móvil y me soltó nerviosa.

- ¡Claudia esta histérica!, quiere saber que va a pasar y le tengo que decir algo. ¡Es mi mejor amiga tito! - me soltó nerviosa.

Me llamaba Tito, porque Sonia también lo hacía, estaba por debajo de Sonia, por muchos motivos, pero era su forma cariñosa de agradecerme “tanta enseñanza”.

Le cogí las manos tranquilizándola y le dije:

-Dile que este tranquila, que comprendo que sea lesbiana, y que hare lo que pueda porque este con Sonia. - le mentí como un bellaco. La quería castigar, y empecé por ahí.

-Pero no es lesbiana, es bisexual como yo. Y se lanzó a chupártela anoche. Te hubiera hecho lo que le pidieras- me explico sin saber mis motivos.

-Tu dile eso, y que todo va a seguir como si, nada. Somos familia y la respetare- le volví a mentir.

Esther entendió que era mi juego, no podía saber mis intenciones, pero agacho la cabeza y empezó a escribir a Claudia.

Claudia lo leyó, abrió los ojos y esta vez sí tiro el móvil. Pero al sofá.

- ¡¿Lesbiana?! ¡Si le miro cachonda desde el primer día! ¡¿pero de que va este tío?! ¡Joder, joder! ¡puta mierda de juegos! -grito sola en mi piso.

Esther y yo almorcemos en un bar y me conto sus planes de futuro y sus sueños. Le aconsejé y me ofrecí a ayudarla. Me agradeció mis enseñanzas, y reímos cuando me dijo que el próximo novio iba a alucinar con lo que sabia ya. No la volverían a dejar tirada en un descampado, me explico riendo.

- ¡¿Joder, que hijo de puta no?!

-Ya le dio candela mi primo Frasco, cuando lo pillo en las fiestas -me explico.

La verdad es que de querer hacer que se fuera huyendo de casa, acabo siendo muy útil, y pensé, en cómo cambian los planes, y la forma de ver a una persona después de intimar.

Claudia en casa no se había creído nada, sabía que me la follaría, y sin ningún miramiento ni cariño, era su castigo por tonta. Esperaba impaciente haciendo que estudiaba. Con un rotulador ancho y plano, de color fosforito, tachaba apuntes. Lo miro, lo giro y pensó en preparar su culo para mi polla. Ya que se lo iba a follar, por lo menos que lo tuviera dilatado.

Se fue al baño, lo embadurnó con aceite corporal y se lo empezó a meter refunfuñando. Poco a poco entro y noto sus pezones endurecerse, y su coñito mojarse. Resoplo y se subió las braguitas y el pantalón de pijama.

Como Esther y yo fuimos a almorzar y charlar, tardemos en llegar a casa. Esther me miraba viciosa, pero se contenía. En el parquin, me miraba como una perrita que espera que le tires la pelota. Le sonreí, mire alrededor y me saque la polla.

No hizo falta decirle nada, se lanzó contenta y me la empezó a mamar con ansia. Yo le sobaba sus cocos colgantes por la postura, y ella mamaba, y me pajeaba con fuerza. Se había fijado en mis chicas, y sabía que tenía que dame caña para que me corriera.

- ¡Mmmmh! ¡Asi! ¡Asi! Muy bien perrita ¡Aaaaj! ¡Follate la boca! ¡Aaaah! ¡Traga, traga polla! - le decía gozando.

Aumentaba el ritmo y le maltrataba sus pezoncitos, estirándoselos. Gemía con mi polla, pasada ya su garganta, y movía el culito plano contenta. Se aplicaba cada vez más, y me daban ganas de follarle la boca más todavía y metérsela del todo, pero pareció leerme la mente y trago con más fuerza y más rápido.

- ¡Joooder perrita! ¡Aaaaj! ¡Muy bien! ¡Mmmmh! ¡Asi, asi! ¡sigue! ¡Aaaaj! ¡que sorpresa cabrona! ¡Ya casi estoy! ¡Mmmh! ¡sigue, sigue asi! ¡Aaaaaj! ¡Traga, traga que ya viene! ¡Mmmmh! ¡Aaaaajj! - trago como una posesa, ya casi toda mi polla, y chupo sin descanso hasta que la tuve que apartar.

- ¡Joder, como has aprendido! ¡Buuff! Menuda mamada cabrona- le dije sorprendido.

Se puso bien el pelo y la camiseta y, se sentó relamiéndose sonriente. También se había corrido. Pero su garganta y sus pezones protestaban.

Lleguemos y estaba Claudia haciendo que estudiaba con una cara rara. Pensé que era por el disgusto y no le hice mucho caso. La salude cordialmente y me devolvió el saludo sonriendo forzada.

Antes de que llegáramos Claudia al sentarse, tuvo que empinar el culo y dejar el rotulador por fuera de la silla, al rato estaba resoplando, porque al moverse cada vez, lo notaba violándola. Se tiró de la braguita, para que no le empujara, y al fin logro que no se le moviera tanto. Tardábamos y ella intentando leer, veía sus pezones duros. Se los acaricio, como diciéndoles que esperaran, que pronto serian devorados. Y se calentó más. Justo se iba a ir al baño a follarse con el rotulador, cuando lleguemos.

Nos sentemos en nuestros sitios y después de encender mis ordenadores y el portátil, me fije en los pezones de Claudia. Alucine y le dije:

- ¿Tienes frio Claudia?

Me miro sin entenderme y le señale con la vista sus pezones. Sonrió y frotándose los brazos, me dijo mintiéndome:

-Si, un poco, hay corriente.

-Ponte algo mujer, que vas a romper la camiseta.

Se rio, pero no se podía levantar, le vería el bulto del rotulador en su culo.

-No. Ya se me pasara. Abra sido al abrir la puerta. - me dijo incomoda.

No pasaba nada, no la atacaba como creía que haría al llegar. Y ahora no se podría mover hasta que no me fuera a fumar. Estaba frustrada, cachonda y cabreada. Y tiro a la desesperada, empezó a jugar con un pezón mientras leía, asi me calentaría, y pasaría todo ya de una vez.

La vi zorreándome, con su pezón entre sus deditos mientras leía. Pero la ignore. Seguí mi trabajo y Esther nos observaba expectante. También quería que me la follara ya, y asi recibiría su ración, le dolía la garganta, pero sus otros agujeros ardían de deseo.

Llego la hora de comer, y les pregunte si querían algo en especial y les daba igual. Pedí cualquier cosa y me fui a la cocina. Sentado, fumando con mi café, sonreía por la pobre Claudia, que no sabía que pasaría y opto por calentarme.

-Tía, ¿Qué hago? Pasa de mi- le dijo a Esther.

-No sé, ve a la cocina, igual te quiere pillar a solas. - le contesto Esther.

Se levanto, se sacó el rotulador del culito respirando agitada, y con Esther flipando al verla. Venía a buscarme, pero sonó el timbre. Se giro, y fue a abrir.

Era como la hija, pero la versión mejorada, más culo, más caderas, y más tetas. Igual de guapa, pero con 20 años más.

- ¡Hola! ¿esta Pendergast? Soy Marta, la mama de Sonia- le dijo a Claudia.

-Si, si, pasa. Ahora le aviso que está en la cocina, - le explico.

- ¡Pender, tienes visita! – me grito.

Le presento a Esther y enseguida se fijó en sus grandes cocos libres bajo la camiseta, miro a Claudia, y también iba sin sujetador, pero esta con los pezones hinchados. Abrió los ojos y se extrañó. Pues sí que ha dado fuerte esta moda, pensó al recordar la bronca con su hija, el primer día que llego a casa sin sujetador.

- ¡Joder Sonia! ¿Qué has almorzado? -le dije a la madre al verla.

-Si, ¡jajaja! Mas quisiera yo tener su edad- me dijo mirándome de arriba abajo y viendo mi polla morcillona, botar bajo el pantalón al caminar. Desvío la mirada, se presentó y nos dimos dos besos.

- Ven, siéntate en el sofá. ¿quieres tomar algo? – le dije.

-Agua, por favor. -me pidió. Mirando mi culo al ir a la cocina. Se paso la lengua por sus labios pintados de rojo, se miró las tetas, y observo el salón.

Volví, me senté a su lado, a menos de un palmo. Y le solté:

-Tenía razón tu hija, estas cañón- y reímos los dos.

- ¡¿Eso te dijo?! -pregunto riendo.

-Si, bueno yo le pregunte por tu carácter, pero me tranquilizo y me insistió en que ya vería yo, que estas cañón- y volvimos a reír.

-Bueno, puedo estar cañón, pero ser una bruja- añadió a la coña.

-Bueno, bueno, que niña esta, menos mal que me esta alucinando con las notas. Ya estaba muy preocupada, hasta que me hablo de ti, y de que las ayudas mucho, y muchas veces te explicas mejor que los profesores. - me dijo agradecida.

Yo pensaba maltratar a Claudia en la cocina y dejarla con dos palmos de narices, cachonda perdida. Y aparece la mama de Sonia, con el mismo “sexapil” que su hija, pero con más de todo. La miraba descarado mientras me explicaba, y mi polla aprobaba lo que veía.

-Es difícil dar clase para 20 o 30, y más fácil con dos solo. Eso hay que entenderlo. Asi que tanto merito no tengo- le explique cogiéndola de una mano.

No la miro, pero la noto grande y muy caliente. Trago saliva y siguio con sus halagos.

-No te creas, “las dos” son unas piezas de cuidado, y en cuestión de semanas, las has cambiado, solo quieren estudiar y salir de compras. Se han olvidado de salir de fiesta y de los chicos. Eso no lo consigue un tutor particular. -Me dijo cogiéndome ella la mano sonriéndome convincente.

- Bueno, es que ese fue una de mis condiciones. Les explique que son muy jóvenes y que ya tendrán tiempo al acabar sus carreras. Y a Sonia le costó más que a mi sobrina. Pero bueno, funciona. -le respondí apretando su rodilla con cariño.

-Si, sí, yo encantada. Ya tendrán tiempo. Yo perdí muchos exámenes y clases en mis tiempos, lo piensas, y no compensa. -me dijo.

-Eran otros tiempos y demasiadas cosas nuevas vivimos, y conseguimos salir medio ilesos- le explique ya con la mano por encima de la rodilla.

-Si, sí. Suerte que solo me preñaron una vez, tengo amigas con hasta cuatro críos seguidos y esclavas de ellos. - me conto mirándome la mano en su pierna, y sintiendo el calor sobre sus mayas.

La miré descarado sonriendo y le dije:

-Mejor me callo - lo entendió y reímos.

Le iba a decir que yo le hubiera hecho 14. Pero ya lo entendió sin decirlo.

-Bueno, lo primero, decirte que me enfade mucho con las dos, por no decirme que no sabias que dormía aquí. ¿Imagínate que le pasa algo? Se corta, se cae y se rompe un brazo. Menudo papelón- le dije dando pena.

-Si, si, ya le pegué bronca, y le dije lo mismo. Son un peligro estas niñas. Pero ya puedes estar tranquilo, que no me hace falta ver más. Y veo que tienes ya casi una academia. -añadió mirando a Esther y Claudia que rieron también.

-Si, Claudia es prima de mi sobrina, y Esther su amiga de toda la vida del pueblo. Ahora empiezan la universidad. -le explique sobando su pierna y ella mi mano.

-Cuidado con los chicos de la “Uni” que van muy salidos. - les dijo riendo todos.

Seguimos charlando y jugando con las manos. No se quería ir. Se quedo a comer y me conto que estaba divorciada y cansada de las aplicaciones de ligar y de los tíos, estaba con una chica, y parecía que funcionaba.

Comiendo, Esther y Claudia se la comían con los ojos. Claudia alucinaba con el gran parecido con Sonia, y Esther ya nos imaginaba a los cuatro en el sofá gozando, y bajo su mano a su coñito acariciándolo, se estaba convirtiendo en una ninfómana masoquista.

Marta me deseo desde el primer momento. Ya le había contado Sonia que estaba muy bueno, que no me zorreara porque tengo pareja, y al verme lo confirmo. Me hubiera agradecido mis clases como le hubiera pedido, si no llegan a estar las dos universitarias. Entendía mi polla morcillona con las chicas tan descocadas, y compadecía a mi pareja cada vez que la pillara. Se le mojo el coñito al imaginarlo. Y no era la primera vez que se tiraba a un tío casado por gusto. Pero sopeso los pros y los contras, y ella quería que su hija saliera del barrio, y yo lo estaba consiguiendo. Asi que cerro su coñito con fuerza y seguimos charlando.

Salimos a la terraza a fumar y me fije a la luz del día en el culo de la mami. Igualito que el de Sonia, pero más grande. Resople, y me oyó sin girarse. Ya sabía por qué resoplaba. Se apoyo en la baranda, y se dio cuenta, que sin querer se movía muy sexy. Era ya por costumbre. Se giro y me pregunto:

- ¿Y tu mujer que dice de tanta chica por casa, y sin sujetador? – añadió riendo.

-Bueno, tenemos una relación abierta, y no para mucho por casa. Pero me dijo, que con ellas tuviera compasión, que son familia. Y ya me ves- le solté, descarado mirándome la polla.

Marta aflojo los muslos y se le puso sonrisa de tonta al oír tantos datos de golpe. Se quedo en blanco unos segundos. Y me dijo:

-Joder que pasada, he oído hablar, pero no conocía a nadie. ¿y no te jode que se la folle otro? - me pregunto.

-No, si solo esta con chicas. Odia a los hombres. Pero a mi no. -le dije dejándola a cuadros.

-No lo entiendo, ¿es lesbiana, pero contigo no? ¿haces el papel de mujer? ¿te travistes o algo de eso? - me preguntaba curiosa y sorprendida.

-Nada de eso, es una historia muy larga, pero soy hetero, y no me gustan las mariconadas. Le abrevie riendo los dos.

-Vale, vale, ya me la contaras, y me la presentas si quieres- añadió zalamera.

-En cuanto vuelva a Barcelona quedamos- le dije cogiéndola de la cintura y acercándola.

- ¿jugaremos los tres? - me pregunto con los ojos brillantes, agarrando mis brazos.

-Primero juguemos tú y yo, y si nos llevamos bien, jugaremos los tres. - le respondí cogiendo ya su culo y sobándoselo.

-Oye no me calientes que te empotro contra la pared, que esas son mayorcitas- me dijo descarada.

Le aprete más el culo, y nos besemos. La fui llevando contra la pared y ella me metió las manos bajo la camiseta.

-No le digas nada a Sonia, que me hizo prometer que te respetaría- me dijo la inocente mama.

Rei y ya contra la pared, le baje las mayas y le busque su chochito ya empapado. Me bajo un poco el pantalón y salto mi polla.

- ¡Joder que pollón! Que hermosura- me dijo acariciándolo.

-Tu sí que eres hermosa- le dije frotándole el coñito y sobándole un pecho.

- ¡Mmmh! ¡Joder que mano tienes! ¡Si, sigue! – me dijo apretando más mi polla y pajéandome.

-Tiene que ser rápido, tenemos que ir a por las chicas- le dije bajándole las mayas debajo de su culo y acercándole la polla.

- ¡Ostia es verdad! ¡Mmmmh! ¡joder que mierda! – me dijo rabiosa.

Le hubiera dado la vuelta contra la pared, pero es la mama de “mi Sonia” y la respetaría. Por ahora.

Baje sus mayas y su braguita hasta sus tobillos, le levante una pierna, y se la encaro a su coñito. Empecé a empujar y se levantaba de puntillas.

- ¡Madre mía! ¡Ooooj! ¡despacio “porfa”! ¡Mmmmh! ¡Aaaaj! ¡Buuuf! ¡Joder que pollón! ¡Aaaaj! – me dijo.

Le sonreí, le empecé a besar y lamer su cuello. La iba empalando poco a poco y ella resoplaba y gemía. Pare y besándonos, la empecé a bombear agarrándole un pecho.

- ¡Oj! ¡Oj! ¡Oj! ¡Joder que rico! ¡Aaaaaj! ¡Madre mía que polla tío! ¡Oj! ¡Oj! ¡Oj! ¡Que gustazo, la ostia! - se empezó a animar la mami.

Estuvimos un rato asi, y al final ya con toda la polla dentro, estiraba la cabeza con los ojos cerrados, como haciendo sitio en su coñito y gozábamos a buen ritmo. Le mordía una teta, sobre el sujetador, y pasaba a la otra. Se le notaba que le encantaba como a su hija.

- ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! Si, asi, ¡Mmmmh! ¡Mmmmh! ¡Que gozada pender! ¡Volveré, a pagarte las clases! ¡Aaaaj! ¡Si, joder! ¡Si! ¡Aaaaaj! ¡Volveré muchas veces! ¡Me corro, no pares! ¡Aaaaaj! ¡siiii! ¡mmmmh! ¡Ooooj! ¡Sigue, sigue asi! ¡Aaaaj! ¡Me corro! – me decía gozando y corriéndose.

Mire la hora, me vio y me dijo:

-Sigue, sigue, ¡Mmmmh! córrete que es tarde ¡Aaaaaaj! - me pidió la pobre mami muy entregada, temblando y corriéndose.

Ya estaba a mil, y agarrándola más fuerte aumente el ritmo y busque mi orgasmo.

- ¡Ah! ¡Ajjj! ¡Aaaaj! Sigue, sigue que aguanto ¡Mmmh! ¡Ostia puta, que me partes! ¡Aaaaj! ¡Mmmmh! ¡córrete cabrón! ¡Aaaaaj! ¡Mmmmh! ¡Madre mía! ¡Mmmmh! ¡que me corro otra vez ostia! ¡Aaaaaj! ¡Mas, dame más! ¡Aaaaj! ¡Mmmmmh! ¡Mmmmh! ¡Mmmmh! - se volvió a correr con sus tetas botando, mordiéndome un pezón levantada contra la pared.

- ¡Ya! ¡Ya viene! ¡Que coñito mami! ¡mmmmh! ¡ya! ¡Aaaaj! ¡Mmmmh! ¡Te voy a pasar factura la próxima vez, pero bien! ¡Aaaaj! ¡mmmmh! – me corría notando su coño hacer fuerza mientras se corría y me intentaba echar. Pero me agarraba del culo y me movía a su gusto con mi pezón sobre la camiseta en su boca.

Fuimos aflojando y me besaba agradecida.

-Si estuvieras conmigo, no te dejo estar con otras, ni salir de casa, ya te lo digo- me dijo de coña y reímos.

Nos pusimos corriendo bien la ropa y salimos pitando a buscar a mis chicas.

Claudia y Esther habían desaparecido. Estaban en la habitación comiéndose sus coñitos y metiéndose ambos rotuladores por sus culitos. La mama de Sonia era demasiado escandalosa, y asi no se podía estudiar.

Era raro, pero Esther, que le gusta ser sometida, era la que siempre acababa sometiendo a Claudia. Le había empezado a meter mano bajo la mesa al oír a Marta, y Claudia siempre indecisa, se dejaba hacer. Esther quería correrse sabía que, si no tomaba la iniciativa, no pasarían de hacer manitas. Se levanto y llevándola del brazo, la metió en la habitación, la tumbo y quitándose los pantalones y las braguitas, se había sentado con todo el descaro en la boca de Claudia. Después de un rato de gozar de su boca. Le abrió las piernas y no busco su coñito, le metió dos dedos en el culito, que entraron suavemente con Claudia gimiendo y protestando en su coño. Al rato ya muy cachonda, Claudia reacciono y se pusieron a hacer el 69 con sus bocas en sus coñitos y los rotuladores en sus culos, entrando y saliendo.

En el coche, le advertí de las normas. Nada de meter mano y distraer. Debería poner un cartel, pensé, riendo solo.

Me sonrió echada en el asiento aun resoplando y me dijo:

-Si no dura más de un cuarto de hora el viaje, puedes estar tranquilo- y reímos los dos.

Casi llegando, le advertí:

Cuidado con Verónica que tiene un sexto sentido. No te delates.

Me miro sorprendida, y sin entenderlo. Pero asintió.

Las chicas subieron detrás y me besaron en la mejilla, muy cerca de la boca apenadas. Y al rato ya parloteaban las tres camino a casa de Sonia. Marta se despidió, se delato muy claramente, y le pidió a su hija que le pasar mi número, mirándome viciosa. Mi sobrina salto a su asiento aguantando la risa. Pero Sonia no reía.

- ¡¿Te a zorreado verdad?! ¡Joder con mi madre! - y reímos mi sobrina y yo.

-Tranquila, que la he sabido llevar- le mentí.

-No, si a mí me da igual, pero le advertí. Se supone que te tiene que respetar- se explicó Sonia celosa.

Pare en el arcén bastante bruscamente, me gire y les dije:

-Me encanta que me protejáis, que os preocupéis por las mujeres que se me acercan, pero os estáis volviendo unas brujas déspotas. ¿Qué os pasa? - les solté en tono calmado.

No decían nada, tenían las cabezas gachas y esperaban que la otra hablara.

-Habladlo y ya me lo explicareis- les dije resignado. Y arranque de nuevo.

Lleguemos a casa y estaban las dos pueblerinas, esta vez estudiando de verdad y muy relajadas. Nos saludemos todos bastante cordialmente, menos mis chicas que se sentaron en sus sillas y abrieron sus portátiles.

Me fui a fumar y leer los correos en la Tablet. Pensé en mis chicas, y como evolucionaban. Me compadecía de los amantes que tuvieran en el futuro. Sonreí al pensarlo y escribí a mi sobrina, recordándole que teníamos un asunto pendiente con su madre. Me contesto con un ok y un guiño.

Pase la tarde en la cocina fumando y tranquilo. No me extrañé de que no viniera ninguna a buscar “cariño”. Dos estaban servidas, y dos enfadadas consigo mismas.

Continuará


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heranlu

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Mi Sobrina Sometida y su Prima - Capítulo 06


Sigue pendiente la venganza de Jenny, y a mi cuñada le hace falta “corregirla”. También esta Claudia, que no espera ya que vaya por ella, y disfruta mucho con Esther.

Jenny ya se follaba a dos profesores en el mismo callejón detrás de mi bloque. Bueno follar no, más bien se la chupaba un poco, se ponía a cuatro patas, y muy sabiamente gemía escandalosa al notar la polla entrar. Los dos profesores no aguantaban cinco pollazos.

No se tiene, a una de las tías buenas del instituto a cuatro patas cada día. Los pobres se pajeaban antes de quedar con ella, pero nada. Era verle ese cuerpazo, esa cara de zorra, escucharla gemir y correrse con los ojos en blanco.

Jenny recogía su examen y se iba a ver a su amiga Luci, eran muy amigas, y Luci sabia como follarla con el consolador y el “satisfacer” a la vez.

Se había fijado en mí, y ya se colocaba cada mañana y cada tarde donde me veía, y yo no la podía ver. Veía como me besaban mis chicas en la boca y como movían sus culitos al alejarse, y mirarme riendo. Tenía curiosidad, se le mojaban las bragas al verme, y la curiosidad hace, a una jovencita, hacer tonterías.

Nosotros en casa esa tarde, y la noche la pasemos muy tranquilos, y mi polla descanso. Vimos una peli, Esther y Claudia se fueron pronto a la cama a seguir con sus juegos, al ver que no estábamos muy “cariñosos” o algo pasaba. Mis chicas me abrazaban, y como mucho me acariciaban, pero se sabían castigadas. Acabo la peli y me fui a fumar, y ellas a mi cama, esperándome para abrazarme y dormir.

Al día siguiente sin planearlo, me cruce con Esther en la puerta del baño. Se paro, me dio los buenos días mirando mi empalme matinal, y la empuje dentro, cerrando con pestillo. La senté en borde de la bañera, mee agusto, me la lave bien en el lavamanos. Me acerque a ella sonriéndole, y se lanzó a ordeñarme.

La cabrona había pillado una técnica que solo con muchas pollas, o siendo masoquista, se adquiere. Casi la tragaba toda por su cuello y encima sonreía orgullosa. Me vació los huevos en cinco minutos. Y se corrío solo con maltratarle las tetas y los pezones. Una gozada.

Sali del baño prometiéndole follarle el culo la próxima vez, y me sonrió alegre por la promesa.

Me fui a la cocina y me tomé el café bien relajado. Las chicas fueron desfilando, y lleguemos al instituto sin mucho hablar. Mi sobrina me recordó lo de su madre, y no les quise recordar, que esperaba una explicación. Ya lo sabían.

Lo que si hicieron fue besarme con más pasión de la habitual y me deje hacer, me morrearon con pasión y se fueron moviendo sus culos para mí, girándose como siempre a mirarme y reírse.

Arranque y al volver la esquina estaba parada haciéndome señas. Pare a su lado y le pregunte:

- ¿Qué te pasa Jenny? -me sonrió y me dijo:

- ¿Me conoces? – y puso cara de alagada.

Daban ganas de abofetearla con la polla.

-Jenny, te conozco desde primero de la ESO - le dije resoplando.

Jenny se sintió tonta, muy tonta. Una cosa era que no le hiciera ni caso, porque es una pija repelente. Y la otra que soy el tutor de mi sobrina desde entonces. No legalmente, pero lo soy.

- ¡Ah vale! ¡jejeje! Te había confundido con otro- se excusó.

- ¿Sabes de mecánica? – pregunto con voz de pena.

-De esas maquinillas de afeitar no mucho- le conteste mirando su moto eléctrica.

-Échale un ojo “porfa”, no se mueve. - me pidió con voz de pena.

Baje y le eche un ojo. A su culo redondo, sus caderas, y a sus tetitas levantadas con un “wonderbra” de manera escandalosa. No le hacía falta, joder. Aun las tiene en su sitio, pensé.

Se dio cuenta y se hizo la tonta. Moví la llave, le di al gas y no hacía nada. insistí y no se encendía ni la pantalla. Ella me miraba de arriba abajo y le dije:

-Esta mierda no va. Sera la batería. Llama a la grúa. Y me iba dejándola hay.

La pobre no sabía la que le caería, si mis chicas la veían hablar conmigo. O estaba loca, o loca por mi polla. Pero tenía prisa y me iba.

-Es que me he dejado los deberes en casa, y los tengo que entregar hoy. ¿Me llevas en un momento? -me pidió, otra vez con voz de pena.

Mi polla salto contenta, y está demasiado buena para decirle que no. Aunque no sabía lo que me pedía la pija zorrita.

-Vamos, sube- le dije.

Salimos y me indico la calle, más o menos sabia por donde era. Se había sentado lo más sexy que sabia, con una pierna bajo el culo, con las piernas abiertas, y bajo su minifalda, se le notaba la forma, con todo detalle, del coñito bajo unas mayas casi transparentes. Miraba al frente, pero me controlaba cuando la miraba. Pero no se esperó mi actitud.

-Lo tienes pequeñito, parece de niña – le solté.

Me miro, y le señale su coñito con los ojos.

- ¡Oye! ¿Dónde miras? Jajaja- me dijo riendo, haciéndose tonta.

-Joder, Sonia es más pequeña que tú y tiene un chochito precioso. EL tuyo parece de la Nancy- le dije.

- ¿Le has visto el coño a Sonia? -Pregunto desviando el tema.

Si supiera lo bien que se lo había visto, y las cosas que le hacia a estas alturas, saltaba del coche en marcha, pensé riéndome.

-Claro, como a ti ahora. Si es qué vais pidiendo guerra. -Le mentí tranquilamente.

Se lo miro y me dijo:

-No sé, nunca me lo habían dicho. ¿de verdad lo ves pequeño? ¿es mejor para vosotros no? Más cerradito. -me pregunto empezando a calentarse.

En un semáforo, me cogí la polla, la definí bien con el pantalón y le dije:

- ¿tú te crees, que esto va a caber hay?

La miro, abrió los ojos y dijo:

- ¡Madre mía!, ¡pero eso es muy grande! – y empezó a sentir miedo, sin reír esta vez como una tonta.

Se dio cuenta de que se había metido en un lio. Creía que sería un adulto que no le hablaría como yo, que le respetaría, solo pensaba ponerme cachondo, tontearme y luego dejarme con la boca abierta babeando y empalmado. Y luego contárselo a Luci, presumiendo de haberme calentado.

-Pues está descansando- le dije riendo.

Había pasado su calle, y recordé que había un antiguo polígono con calles de antiguas fábricas, ya sin actividad. Pero no se había dado cuenta.

-Osti, es que tú eres muy grande y claro, vas acorde a tu talla- dijo riendo otra vez.

Iba despacio, buscando un sitio donde parar y le dije:

-Pues te conformas con este- y le puse mi dedo en el muslo, muy cerca de su coñito.

Lo miro, y cogiéndolo me dijo:

-Esto ya es un tamaño normal, esto si me cabe sin problema- y se lo llevo a la boca chupándolo golosa.

Pare y la deje hacer. Me lo chupaba experta, ya llevaba unas cuantas mamadas. Me miraba viciosa y vio cómo me sacaba la polla. Abrió los ojos y se fijó como crecía mientras me pajeaba mirandola. Se empezó a calentar y dejando mi dedo se acercó a chupármela. Aproveché y puse mi móvil a grabar en el salpicadero.

Chupaba fuerte, sabía hacer que se corrieran pronto, y esto le gustaba más de lo que tenía pensado. Nunca había visto ni chupado una polla tan grande. Pero conmigo no iba a poder, no me correría en dos minutos como sus profes.

Había jodido a mis chicas, y yo sabía el tipo de chica que es. Ya había conocido y sometido a muchas “Jenny”.

Le levante la minifalda, y cole mi mano por sus mayas y su braguita hasta su coñito. Chupo más fuerte al notar mi mano decidida llegar a su coñito.

-Vaya, vaya, el coñito de la Jenny está contento- le dije metiendo un dedo sin compasión.

- ¡Mmmmh! ¡Aaaaj! Despacio tío – me dijo soltando mi polla.

Le agarre la cabeza, se la baje a la polla, le saque el dedo metiendo dos de golpe diciéndole:

-Yo no soy tu tío puta- y la empecé a follar sin compasión.

- ¡Mmmmh! ¡mmmmh! ¡Mmmmh! – decía sin poder sacarse mi polla de la boca.

Le metía los dedos hasta donde daban y le follaba la boca intentando que no le dieran arcadas. Protestaba y se intentaba escapar de mis dedos. Pero no podía, y tampoco le ponía mucho empeño. Mi mano la levantaba con los dedos en el fondo de su coñito, y la volvía a sentar follandola más rápido.

Jenny no sabía porque lo había hecho, su instinto ya le decía que era un empotrador nato, y no le gustaban los empotradores. La follaban y la dejaban sin su orgasmo. Solo era un juego para reírse luego con Luci, mientras se calentaban y se follaban, pero cada vez se ponía más cachonda y tenía menos miedo. Y lo mejor, es que notaba que se iba a correr con la pedazo de "Polladedos” follandola sin descanso. Empezó a dejar de quejarse y a saborear el pedazo de polla que le follaba la boca.

Yo me di cuenta de su cambio de quejarse a gozar, y rápidamente le saque los dedos y le empuje tres. Grito quejándose, pero poco rato.

- ¡Aaaaaj! ¡Mmmmh! ¡Mmmmmh! ¡Mmmmh! ¡Oooooh!

No le soltaba la cabeza, no la quería oír pedir clemencia. Seguí follandola y al final paro en seco y empezó a temblar como si le dieran corrientes.

- ¡Mmmmmmh! ¡Mmh! ¡Mmh! ¡Aaaaj! ¡Aaaaah! ¡Ooooj! ¡Mmmmh! ¡Ostia que me pasa! ¡Hay que me da algo! ¡Aaaaaj! ¡Mmmmh! – me empezó a decir cuando le solté la cabeza.

-¡Jajaja! Un orgasmo joder -le dije riendo, y jugando con mis dedos en su coñito.

Se levanto y se estiro apoyándose en el techo, temblando mientras se corría largamente.

- ¡Mmmmh! No, joder ¡Mmmmh! ¡esto es mejor! ¡Aaaaaah! ¡Que gustazo! ¡mmmmh! Sigue, sigue un poco más ¡Aaaah! ¡Mmmmh! ¡Ostia puta! – me decía moviendo las caderas con mis dedos moviéndose sin piedad en sus entrañas.

-Sera el punto G – le dije mordiéndole lo que le sobresalían de tetas del sujetador, y sacándole los dedos poco a poco.

Meneaba las caderas aun corriéndose y me agarro la cabeza contra su escote. Lo bajo con fuerza, y se las saco dejando que se las mordiera y le frotara el coñito poco a poco.

- ¡Aaaaah! ¡Aaaaah! ¡Mmmmmh! ¡Aaaaah! Sigue, sigue más ¡Mmmmh! – gemía débilmente buscando mi mano, y apretando mi cabeza contra sus pechos.

Le volví a meter los tres dedos y escapo diciéndome:

-Para, para ¡Mmmmh! – mirándome viciosa.

-Venga sube que tengo prisa- le dije atrayéndola a mi polla para que se la metiera.

-Voy, voy ¡Buuuf! Que pasada joder. No sé qué me has hecho- me dijo aun moviendo sus caderas notando los espasmos de su coñito.

Le sobaba las tetas viendo como poco a poco se recuperaba y miraba mi polla pensándoselo.

-Venga joder, que tengo prisa- le repetí.

Se subió encima, se la coloco y me dijo:

-Un poco eh, y te corres agusto que tomo la pastilla. -me dijo bajando.

Yo le comía las tetas redondas y duras, notando su coñito ardiendo recibirme.

- ¡Madre mía! ¡Mmmmh! ¡Joder que caliente la tienes! ¡Aaaaaj! ¿estas cachondo eh? - me decía burlona gozando y bajando poco a poco.

Le solté las tetas dejando a mi boca con ellas, y la cogí del culito fuerte. Se dio cuenta de lo que iba a hacer y me dijo la valiente Jenny, cachonda otra vez:

-Dame caña cabrón ¡Mmmh! ¡Que pollón joder! ¡Aaaaah!

Y eso hice. La empecé a bombear bajándola hasta que notaba que no podía, y calculando la distancia la follé como a una muñeca de paja.

- ¡Aaaaj! ¡Aaaaajj! ¡Para, para! ¡Oooojj! ¡Aaaaaj! ¡Sácala un poco! ¡Mmmh! ¡Aaaaajj! ¡me haces daño! ¡Aaaaajj! ¡mmmmh! -me pedía la puta Jenny.

La ignoraba, y sacándome su pezón de la boca le dije:

-Calla perra, da gracias de que no te la meto toda.

Y seguí con el otro pezón follandola muy rápido.

- ¡Aah! ¡Aah! ¡Ahh! ¡Mmmh! ¡Solo un poco! ¡mmmh! ¡Sácala porfa! ¡Mmmh! ¡Aaaaj! ¡mmmmh! ¡Aaaaah! ¡Mmmmh! ¡Aaaah! - dejo de quejarse por fin.

- ¡Aguanta perra, que ya casi estoy! ¡Mmmmh! Mira, mira como si te entra ¡Ooooj! ¡Puto coñito de pija! ¡Aaaaaj! ¡Joder me corro puta! ¡Mmmmh! – le decía moviéndola como una muñeca sin compasión y ella con los ojos en blanco y la boca abierta gozando agarrada al techo.

- ¡Joder! ¡Aaaaaj! ¡Si, si, si! ¡Aaaaj! ¡La noto hasta la barriga joder! ¡mmmmh! ¡Me corro yo también! ¡Sigue, sigue! ¡Aaaaajj! ¡Madre mía que gustazo! ¡Aaaaaj! ¡Mmmmh! ¡Mmmmh!

Nos corrimos a la vez y se intentaba subir con las piernas para sacarla y le dije:

- ¡Espérate que me corra pera! ¡Aaaaajj! ¡Toma leche calentita puta! ¡Aaaaj! ¡Puta pija! ¡Aaaaajj! - le decía gozando y mordiendo sus tetas.

Se dejo hacer mientras ya se había corrido, y su coño le ardía hasta muy adentro. Gemía y se le caía la baba entre mi cara y sus tetas. Le acabe de soltar mi lefa y la iba levantando, escuchando como gemía agradecida y me besaba la cara. Estaba extasiada, ni Luci cachonda perdida le había hecho gozar asi con el consolador.

Se la saque y la empuje a su asiento. Se acurruco, agarrando sus piernas, me miraba con cara de tonta con los ojos casi cerrados. Le pasé el paquete de servilletas y le dije:

-Límpiate que me vas a manchar el asiento.

La pobre se movía lentamente, se limpió y antes de que se vistiera le dije:

-Chúpamela y me la limpias, tú ya te vestirás de camino.

Se acerco notando su coñito dolorido y me la chupo y lamio fijándose bien en mi polla. Aun no se creía lo que había pasado y lo que había gozado. La deje hacer jugando con sus tetitas y cuando noté que me volvía a calentar, la aparte y le dije:

-Vístete va, que mira que tarde es por tu culpa. - le dije mintiendo.

Se vistió lentamente, estaba en una nube. Sentía que había vivido el sexo de verdad, el de los mayores. Como en las películas que se ponía con Luci. Me miraba de reojo, me recorría el cuerpo y los brazos y ya no me tenía miedo, ahora me deseaba. Pero era el tutor de su “archienemiga y su novia”, si se enteraran, le arrancarían los pelos. Rio al pensarlo, pero antes de empezar a hablarme, me adelante yo:

-Mira Jenny, ya hemos cumplido nuestro sueño erótico. Pero como se entere mi sobrina, o Sonia, te van a partir las piernas. No sabes lo protectoras que son conmigo y las mujeres. Me ha encantado, y ya quedaremos para follarte ese culito de vicio que tienes. Pero ni me saludes, ni me mires.

Me miraba absorta, mientras le explicaba lo que ya sabía, y me dijo sonriendo:

- ¿Tenias sueños eróticos conmigo?

-Contigo, y con todas las que veo cada día que me ponen -le conteste riendo los dos.

-Vale, tranquilo que tampoco pensaba decir nada. Y no te saludare, pero te voy a mirar hasta que me parta la cara la loca de Sonia- me dijo descarada.

- ¡jajaja! Dijo la otra loca.

Reímos los dos.

- ¿Sabes que te quería poner cachondo y dejarte con dos palmos de narices? -me confeso picara.

- ¿sabes cuantas “Jenny” han caído como tú, con las mismas intenciones? - le respondí dejándola a cuadros.

Lleguemos a su portal, y ni me ofrecí a llevarla de vuelta. Si lo hacía, si le follaría el culo.

Pero ella no quería más polla, quería acostarse abrazada a un cojín, y pasar el día asi. Se despidió con un beso en la mejilla, y se fue moviendo el culo y girándose como mis chicas. Pero no le di tiempo a verme mirándoselo y reírse agradecida como ellas, ella solo es una puta pija.

Ya era media mañana, y no tenía prisa. Ya adelantaría mi trabajo. Me pare en una calle tranquila y empecé a ver el video que se había grabado. La puta pija daba bien a cámara, hasta con la cara desencajada de placer. Recorte un par de trozos, donde no se le veía la cara, quite el audio y se los envíe a las chicas.

No la iban a reconocer por la ropa, porque la tenía enrollada y se había quitado lo de abajo. Siempre les gusta ver a la nueva sometida, y si era joven más. Les ponía, y luego me atacaban con más pasión, para compararse. Y lo mejor iba a ser verle las caras cuando se lo confesara.

Arranque y fui a por la segunda que sería sometida más duramente de lo que me gustaría, pero se lo había buscado.

Aparqué en el parquin de pago, porque la plaza de mi cuñada la tenía ella con su coche, y fui a comer un bocata. Por culpa de la pija no había almorzado. Iba a comerle el coño, pero recordé al profesor del video y me dio asco. Igual se hubiera desmayado, después de los orgasmos que tubo, pensé riendo solo.

Almorzaba y pensaba en mi cuñada, y su jugada sucia.

“Las mujeres despechadas son peligrosas” me decía mi abuelo. Y que razón tenía.

Hubiera ganado más pasta, en puestos mejores en el ejército, y me quede en Barcelona por mi sobrina. Ella lo sabía, se lo había explicado muchas veces Noemi. Y recurría al chantaje por no follármela.

Por supuesto tengo llaves de su casa. Entre tranquilo, porque sé que duerme como un tronco. Es jefa de enfermería en una mutua de las caras, el puesto se lo busco Noemi, tirando de contactos y seguro que sometiendo a alguna de camino. Trabaja de noche, porque se trabaja menos y se cobra mucho más.

Me hice un café, y ya se lo dejé hecho a ella, le iba a hacer falta. Me fumé un cigarro y me hice una idea, no quería pasarme, pero si dejarle un mensaje claro. Apague el cigarro y fui al salón, me desnude y deje la ropa en el sofá.

Fui a la habitación de mi sobrina, busqué su olor en su cama y me empecé a pajear pensando en ella y en follarla en esa litera. Añadí a Sonia a mi imaginación y mi polla respondió rápida.

Cuando entre en su habitación olía a coño, y bastante parecido al olor del de su hija. Sonreí y puse el móvil a grabar.

Estaba de lado, la destape, la giré boca abajo y me senté debajo de su culo. Se asusto y le dije:

-Buenos días- en un tono neutro.

- ¡Ey! ¡Que sorpresa morenazo! Buenos días, y ahora más- me dijo acariciando mis piernas.

Le sobe el culo, se lo pellizque y se reía, le subí la camiseta, bajando a sus tetas, ella se apoyó en los codos y me las dejo colgando. Se las sobé un rato y fui a bajarle el pantalón. Quería que fuera rápido, lo importante venia al acabar.

Cuando noto mi polla entre sus cachetes me dijo:

- ¡Mmmh! Joder como vienes ¡Mmmmh! Que calentita. - y movió las caderas para rozársela.

Volví a sus pechos y le frotaba, con su ayuda, la polla por su culo mientras empecé a maltratárselos. Le estiraba los pezones y se los retorcía. Ella pensaba que yo follo asi, ya aprendió algo en la cocina la última vez. Pero no le importaba un poco de “dureza” en el sexo, si luego la follaba como la última vez.

- ¡Mmmmh! ¡Aaj! Como te pasas cabrón ¡Aaajj! ¡mmmmh! -me decía quejándose, pero cada vez más cachonda.

Solté saliva en el principio del canalillo del culo, me mojé la polla, parándola en su agujero del culo. Empuje un poco y dijo saltando:

- ¡Mmmh! Primero por delante porfa, y levantaba el culo para que bajara mi polla a su chochito.

No iba a pasar, y no le nada. Volví a escupir y a rozar mi polla mojándola de saliva y volviendo a su culo. Empujé, y ya estaba bastante mojado. Asi que aprete de golpe y entro el capullo.

- ¡Aaaaj! ¡Joder pender! ¡Después si quieres sí, pero ahora no! ¡Aaaaaaj! ¡Para, para! ¡Aaaaaj! ¡Joder que duele! ¡Aaaaj! ¡Para pender por favor! ¡Aaaaaj! ¡Aaaaj! ¡Aaaaaj! ¡Mmmmh! ¡Para, me haces daño! ¡Aaaaaj! ¡Aaaj! ¡Aaaj! ¡Aaaaj! - me decía mientras la violaba sin piedad su culo. Lo único bonito que tiene.

Entre pollazo y pollazo, mi cuñada pensaba en porque le hacía esto, pero no podía pensar mucho. Hacía más de 10 años que no le follaban el culo, y recordó como dejarlo dilatarse para que bajara un poco el dolor y llevándose una mano a su clítoris. Y cuando ya eran 70 dolor y 30 placer, se dio cuenta de lo que pasaba.

Yo la follaba sin miramientos, la tenía bien cogida y no iba a escapar. La oía pedir que parara, pero aun no.

Esperaba, y seguía follándole sin compasión.

- ¡No Pender, no es lo que crees! ¡Aaajj! ¡Aaaj! ¡joder me haces daño! ¡Aaajj! Yo no quería ¡Para por favor! ¡Aaajj! ¡Aaaaajj! ¡Mmmmh! ¡Joder tío! ¡mmmh! ¡Aaaaajj! ¡PERDONA! ¡Perdona, perdona, perdona! ¡mmmmmmh! ¡Lo siento pender! ¡Buuuufff! ¡Me partes tío! ¡Aaaaj! ¡Deja que te lo explique! ¡Aaaaj! ¡Mmmmmh! ¡mmmmh! - me suplicaba, pero empezaba a gozar, lo notaba, y le metí más polla.

Mi cuñada tenía miedo, mucho miedo. Me vio un par de años en las fiestas de su pueblo, con mi “Cara de combate” lanzando a hombres rudos y fuertes del campo, como muñecos contra las paredes, con brazos y piernas rotos, al faltarle el respeto a Noemi. Me había aguantado, porque Noemi sabe pelear, pero cuando vi que ya peleaba con tres, y me miro pidiendo ayuda, me transformé, y mi cuñada vio el cambio en mi cara, de enfadado a “Demonio” en un momento los hombretones de su pueblo lloraban y corrían despavoridos. Y ahora temía por su vida. Pero solo podía dejarme hacer, e intentar explicarse.

- ¡Aaajj! ¡Aaajj! ¡Aaaaj! Ha sido mi madre Pender ¡Aaaaj! ¡Mmmmh! ¡No me la metas más! ¡Aaaaj! Follame el rato que quieras, pero ¡Aaaaaj! ¡buuuf! ¡Aaaaj! Más no por favor ¡Aaaaj! ¡mmmmh! ¡Mmmmmh! ¡Aj! Pender, por favor ¡Mmmmh! Fue mi madre, me chantajeo ¡Aaaaah! ¡mmmmh! ¡Mmmmmh! Ya sabes cómo es ¡Aaaaaah!

Ya no entraba más y había bastante sangre, pero la cabrona empezaba a gozar, aunque lo disimulaba y empezaba a moverse indicando que quería más. Ya tenía tres dedos en su coño, que movía son rabia, por tonta, se castigaba también. Si me lo hubiera explicado, la hubiera despertado cualquier día y la hubiera follado haciéndola gozar, lo pensó y empujo más fuerte los dedos en su coño agradecido.

Seguí follandola y me corrí sin hacérselo saber, pero lo noto por mi respiración y se alegró. Ahora sabía que estaría un par de días con el culo roto. Acabe deleitándome, empujando hasta el fondo mientras me vaciaba las pelotas, y se la saque de golpe.

-Pender no te vayas, ¡perdona! Mi madre me chantajeo por querer dejarla aquí. Perdona Pender, te lo tenía que haber dicho.

Quería que me la follara, pero disfrutando, no lo que le había hecho, tenía el coño ardiendo. Aun tenía esperanzas, la pobre ilusa. Se incorporo para lanzarse a chupármela, pero cambio de idea al verme la cara.

Se cayó de golpe, se alejó, encogiéndose como un armadillo, buscando las sábanas para taparse. Me había dado la vuelta hacia ella, pajéandome, y subiéndome a la cama a follarle el culo, otra vez. Viendo mi cara, supo que no la follaría como ella quería.

Me baje de la cama, me lave la sangre en la ducha, me vestí y antes de irme le dije:

-Tú lo has entendido, ahora procura que este verano en las fiestas, tu madre no se me ponga a tiro, porque le hare lo mismo y la dejare desnuda en la alameda, que la vea todo el pueblo con el culo sangrando, y si le gusta, hare que no le guste. Tu hija también es mi hija, y si te la llevas, iré a vivir a Oviedo, no tengo ningún problema, y tampoco la veréis.

-Reza porque no se lo cuente a Noemi.

Abrió los ojos, y me dijo:

-No, no Pender. Tranquilo que me quedo aquí, ya no me voy, que venga a verme cuando quiera, y no te molesto más, tranquilo.

Y me fui dejándola con la palabra en la boca.

Miré el video en el coche y no hice nada. Se lo iba a mandar a Sonia, le hubiera encantado, y me habría agradecido “muy bien”, que no se llevara a mi sobrina, su “complemento”. Pero al final lo borre.

Todos somos egoístas, todos miramos por nosotros, todos nos olvidamos de lo que recibimos en su día, miramos nuestro ombligo sacando las pelusas, como si acabaran de aparecer, pero lleva horas para que se formen, y un día, te des cuenta, de que esas pelusas están hay.

Continuará.

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