sandrascasas
Virgen
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- Feb 19, 2010
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Siempre me he llevado bien con mi primo Juan, tenemos edades parecidas, yo 23 y él 25. Esto que voy a contar pasó cuando tenÃ*amos 22 y 24 años respectivamente, o sea hace 1 año.
Por aquel entonces yo estaba viviedo en un piso de estudiantes con dos chicas más, las cuales se habÃ*an ido por el fin de semana a sus respectivos pueblos. Mi primo que no tenÃ*a piso en la ciudad porque también es de pueblo se quedaba ese fin de semana en mi casa porque iva a salir de fiesta con sus amigos.
Pues llegó la noche y mi primo se fue de fiesta, yo hice lo propio y también me fui pero con mis amigas. Llegué a casa a las 7 de la mañana, un poco bebida pero no demasiado, mi primo aún no estaba. Me fui a prepararme un vaso de leche antes de dormir, me lo bebÃ* y entonces llegó Juan, venÃ*a con un cigarrito encendido lo que me recordó que me habÃ*a quedado sin tabaco casi nada más empezar la noche, le pedÃ* un cigarro para mi y nos sentamos a hablar de cómo nos habÃ*a ido mientras nos fumabamos nuestros pitillos, pero no tenÃ*amos sueño, seguimos hablando y fumando, hablamos de todo, hasta me contó que habia intentado esa noche llevarse a la cama a un pivón que habia conocido en una discoteca pero no tuvo suerte, me sorprendió que no lo hiciera, mi primo tenÃ*a fama de ligón casi desde que lo conocÃ*a, la verdad que en ese momento me fijé y a decir verdad Juan estaba bien bueno, siempre lo habÃ*a visto como mi primo, nunca como un hombre.
-y tú qué primita? te has tirado a alguien? - fue directo como una bala, me sorprendió de nuevo. Aunque la verdad que yo estaba igual que él, habÃ*a estado gran parte de la noche coquetenado con un tio pero al final resultó tener novia, menudo chasco.
-Pues estoy igual que tú- le respondÃ*. En ese momento Juan me estaba mirando el escote y no se cortaba
-Pues con ese escote no se como te ha pasado eso, si no fueras mi prima te comia aqui mismo
Me quedé pensativa durante un instante, analizando la situación, en realidad querÃ*a tirarmelo pero era mi primo, seguramente me dirÃ*a que no, pero aún quedaba algo de alcohol en mi sangre y el alcohol es lo que tiene
-si no fuera tu prima? y si imaginamos que no soy tu prima?
Me senté en sus rodillas mirando sus verdes ojos, y no pude resistirlo, le estaba besando y él me correspondÃ*a, los dos querÃ*amos hacerlo, no tuvimos que intercambiar palabras para saberlo.
Pronto me quedé en ropa interior, al igual que Juan, seguÃ*amos en la misma posición, yo restregaba mis nalgas en su boxer para hacer crecer su verga, él se dedicaba a darme besos por todos lados, me mordÃ*a las orejas, me besaba el cuello, nuestras lenguas decidÃ*an que querÃ*an estar juntas por unos momentos y sus manos buscaban una forma de dejar mis pechos al descubierto, la buscaban y la encontraban, pronto llegaron a su lado las manos de Juan, acariciandolas con suavidad, con suavidad pero con firmeza luego su lengua abandonó la mia y buscó uno de mis pezones los cuales ya estaban erectos pero el paso de lengua los puso más duros si cabe. Mi boca, celosa del abandono que acababa de sufrir comenzó a actuar por su cuenta, me arrodillé en el suelo, le bajé el boxer y me encontré de frente con su gran poya que previamente me habÃ*a encargado de estimular con mis movimientos sobre él. Mi boca se dirigió a ella casi como un acto reflejo.
Comenzé a lamerle la punta, el glande ya estaba al descubierto, pasaba la lengua por encima con delicadeza mientras le acariciaba los huevos. En ese momento me dijo que parara y se tumbó en el sofá todo lo largo que era, yo lo entendÃ* al instante, puse mie coño en su boca y mi boca en su poya y ambos empezamos a chupar al otro. Yo pronto tenÃ*a toda su tranca dentro de mi boca y él pronto comenzó a sentir mis fluidos mezclarse con su saliva, chupaba el clitoris con la punta de su lengua mientras metÃ*a dos dedos a mi interior, pronto me corrÃ* en su cara, y Juan pronto se corrió en mi boca, pero eso no fue suficiente para que el soldadito de mi primito estuviera acabado, sólo necesite seguir chupando un poco más y pronto estuvo listo de nuevo, pero esta vez lo pusimos todo en orden. Nuestras bocas se volvieron a encontrar y con ellas las lenguas que tanto ansiaban volver a chocar, y por fin se encontró lo más importante, se encontraron nuestros sexos, la penetración llegó y llegó para quedarse, Juan estaba tumbado yo estaba encima de él y él estaba dentro de mi, yo movia la cadera y sentÃ*a su poya en mi interior.
Juan empezó la acción, me hacÃ*a salir despedida unos centÃ*metros hacia arriba, tenÃ*a la sensación de que iva a poder tocar el cielo en cualquier momento pero no era cuando subÃ*a, era cuando bajaba y sentÃ*a su verga penetrar hasta dentro, mis tetas estaban descontroladas, se movÃ*an en todas direcciones y los ojos de mi primito las seguÃ*an hasta que se decidió para dicho movimiento con sus manos, lo que no paró fue su poya de entrar en mi ser. Ambos llegamos al orgasmo, nos fumamos el último pitillo y nos fuimos a dormir... juntos....
A la mañana siguiente nos despertamos uno al lado del otro desnudos ambos, recordando lo que acababa de pasar unas horas atrás, no tuvimos más remedio que repetirlo, nos dimos los buenos dÃ*as con una buena sesión de sexo oral.
Ya en la cocina desayunado estábamos hablando.
-Es un poco fuerte que me haya tirado a mi primo-le dije
-No te ha gustado, primita?
-Mucho, pero parece que no te importe que seamos de la familia.
-Te cuento un secreto, primita?
-Dime
-Follas tan bien como Eva- Eva era su hermana, me estaba confesando que se habÃ*a tirado a su hermana.
-Vaya, que sorpresa, asÃ* que ni tu hermana se libra de ti.
-Me gustaria hacer un trio con vosotras, primita, seguro que a ti también.
En ese momento llamaron a la puerta, fui a ver quien era y para mi sorpresa era Eva, me quedé atónita, Juan me contó que la habÃ*a llamado hace un rato y que le habÃ*a contado lo que habÃ*amos echo la noche anterior.
-A qué folla bien mi hermano, Sandra?, pero no se si podrá con las dos...-estaban dando por hecho que yo aceptarÃ*a hacer un trÃ*o con ellos, sin embargo estában en lo cierto, mi primo me habÃ*a echo subir a las estrellas horas atrás, querÃ*a ver lo que podÃ*a hacer mi prima y si mientras tanto Juan seguÃ*a dandome placer no tenÃ*a ninguna razón para abandonar.
-Pues comprobemoslo, te parece?-les hice saber que aceptaba, y todo comenzó.
-Sandra ven conmigo, Juan que mire un rato que seguro que no se aburre
Eva me lleva al mismo sofa donde su hermano me habÃ*a hecho gozar, ahora es mi prima la que estaba dispuesta a satisfacerme. La lengua de Eva viene a buscar la mia que intenta escapar de la prisión de mis labios, pronto lo consigue y las puntas de nuestras lenguas se encuentran dejando todavia nuestros labios a escasos centÃ*metros pero no juntos, se van acercando poco a poco a medida que mi lengua quiere conocer mejor la de Eva, nuestros labios se funden y nuestras lenguas exploran cada centÃ*metro de la otra. Empiezan las manos a actuar también y pronto nuestros pechos quedan al descubierto, chocan entre ellos, puedo sentir como los pezones de Eva comienzan a ponerse duros, los mios también y seguro que ella los puede sentir igual que yo, durante un momento el pezón de mi pecho izquierdo se encuentra con el de su pecho derecho, quedan aplastados uno contra el otro. Mientras tanto nuestras lenguas no se cansan y seguimos despojandonos de la ropa porque tenemos cada vez más calor, ya sólo nos queda un tanga a cada una pero es inutil mis dedos viajan hasta lo que oculta el tanga de Eva y después de apartarlo levemente consigo acceder a su interior, allÃ* la temperatura es más elevada y cada vez lo es más, le meto dos dedos y un pequeño gemido emana de su boca, ella entonces repite el proceso pero no aparta mi tanga, cuando me doy cuenta ya no puedo sentirlo ya no está ahÃ*, en cambio es a Eva a la que sÃ* puedo sentir en mi interior, pero esta sensación pronto acaba, mi coño grita su ausencia, Eva ha salido de mi interior pero es una falsa alarma sólo está dirigiendo su boca hacia él, puedo sentir como su lengua lame mi clÃ*toris, sus manos abren mis labios exteriores y su lengua accede a partes más interiores de mi sexo.
Cierro los ojos y me dedico a esperar el placer que me llega sin cesar por el movimento que Eva hace con su lengua, me está succionando el clÃ*toris sin olvidarse de mi vagina en la que desde hace ya unos minutos uno de sus dedos parece haber encontrado un buen lugar para quedarse, sin duda lo es, y pronto otro lo acompaña, abro los ojos en ese momento y veo como Juan está desnudo tocando su enorme y hermosa polla, Eva me está haciendo gemir de placer y quiero verla a ella también tener esas mismas sensaciones, asÃ* que llamo a Juan. Le doy la bienvenida con un buen beso:
-Quiero ver como se lo comes a tu hermana- me hace caso al instante y se coloca delante del sexo de Eva, mi prima no ha dejado de estimularse ella misma, pero Juan aparta su mano de ahÃ* y coloca la suya, veo como pasa la yema de uno de sus dedos por encima del clÃ*toris, como extiende su lengua y llega a él, noto un cambio en la forma que Eva me está comiendo el coño en el preciso momento que la lenguan de Juan llega a su clÃ*toris, aún siento más placer que hace unos momentos, no se si será porque mi prima está introduciendo su lengua en mi vagina cada vez con más impetu o por ver como está gimiendo por lo que su hermano le está haciendo, quizá sea por los dos motivos, no, seguro que es por los dos. Tengo mi primer orgasmo, mis fluidos llegan hasta Eva a la que parece no importarle porque no se detiene hasta que tiene algo que decir a su hermano:
-Follamé Juan- y yo quiero ver eso, quiero ver a mi primo meter su enorme verga a su hermana, Eva se coloca en el suelo a 4 patas y Juan introduce suavemente su poya a su interior, un grito de placer sale de la boca de Eva, pero nunca deja de lado mi coño, sigue y sigue chupando.
Sigue introduciendo cada vez más dedos dentro de mi y todo mientras veo como la poya de mi primo no deja de entrar y salir de su hermana, por cada embestida que Eva recibe puedo sentir como su boca es aplastada contra mi coño, no se como puede respirar, está demasiado pegada a mi pero el placer que me transmite es inmenso. Y llega su orgasmo, puedo ver el brillo de sus ojos, reconozco en ella esa sensación que tuve instantes antes. Juan saca su poya de su hermana antes de correrse, viene a mi lado y empieza a masturbarse hasta que mis tetas quedan cubiertas por todo su semen, noto el calor que me transmite esa leche blanca bajando por mi cuerpo, llega hasta la entrada de mi coño, donde Eva sólo ha parado de trabajar durante unos segundos justos después de su orgasmo, pero parece que la leche de su hermano la excita más, con su lengua recoge la que estaba bajando por mi cuerpo, llega hasta mis pechos que tienen la mayor cantidad de leche, recoge mucha en su boca y vuelve a la mia para entregarme parte de ella. Nos la tragamos ambas al mismo tiempo.
Ahora es mi turno de hacer gozar a mi prima, cambiamos las posiciones, soy yo la que tendrá que penetrar Juan esta vez, el coño de mi prima ya está impregando de sus fluidos que me ayudan a meter mejor mis dedos a su interior, mi lengua se pasea por sus labios exteriores e interiores como si hubieran recorrido ese camino toda su vida, su clÃ*toris tampoco está excluido de mi recorrido, mientras tanto siento como Juan empuja suavemente poco a poco, sin embargo no puedo notar nada a la entrada de mi coño, es el ano lo que me está penetrando, me está doliendo pero cada vez puedo sentir que la poya avanza más y más a mi interior, a los pocos minutos está completamente dentro de mi.
Como con Eva, mi primo empieza a chocar, provoca el mismo efecto en mi que instantes antes habÃ*a provocado en Eva, encuentro mi boca aprisionada contra el coño de mi prima pero sigo lamiendolo, mi saliva se está mezclando con sus fluidos cada vez más abundantes, en ese momento un segundo orgasmo recorre todo mi cuerpo, un escalofrÃ*o de placer que Juan acaba de provocar en mi ano. Pero aún no he sido penetrada por mi sexo, ese serÃ*a el final perfecto.
Eva se separa de nosotros y busca entre sus cosas, vuelve con un consolador doble que le da a su hermano. Ambas nos tumbamos en el sofá, nuestros coños están mirandose a apenas a unos suspiros de distancia, esos suspiros acaban y puedo sentir como el coño de mi prima se fusiona con el mio durante unos instantes antes de que Juan intervenga e introduzca una parte del consolador en su hermana, la otra parte pronto llega a mi interior, por último coloca su enorme poya en la entrada de mi boca.
Eva ha empezado a moverse atrás y delante, puedo notar el efecto que eso produce en mi interior, ese consolador está recorriendo mi vagina y empiezo a moverme a la par con Eva, lo que provoca que la verga se introduzca en mi boca. No puedo parar, el placer al que estoy sometida no deja de crecer y la poya de Juan tampoco, mis fluidos empiezan a salir y otro orgasmo está apunto de llamar a mi puerta. Oigo gritar a Eva, ella ya ha abierto esa puerta, Juan también, prueba de ello es la leche que ha aparecido en mi boca, la mÃ*a, mi puerta no necesita ser abierta, de repente es derribada y soy succionada por un universo de placer. Acabamos como habÃ*amos empezado, mi boca busca la boca de Eva, quiero devolverle el favor que un rato antes me hizo, quiero ser yo la que esta vez ponga en su boca la leche de su hermano que aún guardo en la mÃ*a.
Miramos los dos a Juan y le enseñamos lo que guardamos en nuestras respectivas bocas, tragamos... y la cara de Juan se llena de satisfacción.
Sospecho que desde este momento en adelante estaremos los tres muy unidos y no precisamente por ser familia.
Por aquel entonces yo estaba viviedo en un piso de estudiantes con dos chicas más, las cuales se habÃ*an ido por el fin de semana a sus respectivos pueblos. Mi primo que no tenÃ*a piso en la ciudad porque también es de pueblo se quedaba ese fin de semana en mi casa porque iva a salir de fiesta con sus amigos.
Pues llegó la noche y mi primo se fue de fiesta, yo hice lo propio y también me fui pero con mis amigas. Llegué a casa a las 7 de la mañana, un poco bebida pero no demasiado, mi primo aún no estaba. Me fui a prepararme un vaso de leche antes de dormir, me lo bebÃ* y entonces llegó Juan, venÃ*a con un cigarrito encendido lo que me recordó que me habÃ*a quedado sin tabaco casi nada más empezar la noche, le pedÃ* un cigarro para mi y nos sentamos a hablar de cómo nos habÃ*a ido mientras nos fumabamos nuestros pitillos, pero no tenÃ*amos sueño, seguimos hablando y fumando, hablamos de todo, hasta me contó que habia intentado esa noche llevarse a la cama a un pivón que habia conocido en una discoteca pero no tuvo suerte, me sorprendió que no lo hiciera, mi primo tenÃ*a fama de ligón casi desde que lo conocÃ*a, la verdad que en ese momento me fijé y a decir verdad Juan estaba bien bueno, siempre lo habÃ*a visto como mi primo, nunca como un hombre.
-y tú qué primita? te has tirado a alguien? - fue directo como una bala, me sorprendió de nuevo. Aunque la verdad que yo estaba igual que él, habÃ*a estado gran parte de la noche coquetenado con un tio pero al final resultó tener novia, menudo chasco.
-Pues estoy igual que tú- le respondÃ*. En ese momento Juan me estaba mirando el escote y no se cortaba
-Pues con ese escote no se como te ha pasado eso, si no fueras mi prima te comia aqui mismo
Me quedé pensativa durante un instante, analizando la situación, en realidad querÃ*a tirarmelo pero era mi primo, seguramente me dirÃ*a que no, pero aún quedaba algo de alcohol en mi sangre y el alcohol es lo que tiene
-si no fuera tu prima? y si imaginamos que no soy tu prima?
Me senté en sus rodillas mirando sus verdes ojos, y no pude resistirlo, le estaba besando y él me correspondÃ*a, los dos querÃ*amos hacerlo, no tuvimos que intercambiar palabras para saberlo.
Pronto me quedé en ropa interior, al igual que Juan, seguÃ*amos en la misma posición, yo restregaba mis nalgas en su boxer para hacer crecer su verga, él se dedicaba a darme besos por todos lados, me mordÃ*a las orejas, me besaba el cuello, nuestras lenguas decidÃ*an que querÃ*an estar juntas por unos momentos y sus manos buscaban una forma de dejar mis pechos al descubierto, la buscaban y la encontraban, pronto llegaron a su lado las manos de Juan, acariciandolas con suavidad, con suavidad pero con firmeza luego su lengua abandonó la mia y buscó uno de mis pezones los cuales ya estaban erectos pero el paso de lengua los puso más duros si cabe. Mi boca, celosa del abandono que acababa de sufrir comenzó a actuar por su cuenta, me arrodillé en el suelo, le bajé el boxer y me encontré de frente con su gran poya que previamente me habÃ*a encargado de estimular con mis movimientos sobre él. Mi boca se dirigió a ella casi como un acto reflejo.
Comenzé a lamerle la punta, el glande ya estaba al descubierto, pasaba la lengua por encima con delicadeza mientras le acariciaba los huevos. En ese momento me dijo que parara y se tumbó en el sofá todo lo largo que era, yo lo entendÃ* al instante, puse mie coño en su boca y mi boca en su poya y ambos empezamos a chupar al otro. Yo pronto tenÃ*a toda su tranca dentro de mi boca y él pronto comenzó a sentir mis fluidos mezclarse con su saliva, chupaba el clitoris con la punta de su lengua mientras metÃ*a dos dedos a mi interior, pronto me corrÃ* en su cara, y Juan pronto se corrió en mi boca, pero eso no fue suficiente para que el soldadito de mi primito estuviera acabado, sólo necesite seguir chupando un poco más y pronto estuvo listo de nuevo, pero esta vez lo pusimos todo en orden. Nuestras bocas se volvieron a encontrar y con ellas las lenguas que tanto ansiaban volver a chocar, y por fin se encontró lo más importante, se encontraron nuestros sexos, la penetración llegó y llegó para quedarse, Juan estaba tumbado yo estaba encima de él y él estaba dentro de mi, yo movia la cadera y sentÃ*a su poya en mi interior.
Juan empezó la acción, me hacÃ*a salir despedida unos centÃ*metros hacia arriba, tenÃ*a la sensación de que iva a poder tocar el cielo en cualquier momento pero no era cuando subÃ*a, era cuando bajaba y sentÃ*a su verga penetrar hasta dentro, mis tetas estaban descontroladas, se movÃ*an en todas direcciones y los ojos de mi primito las seguÃ*an hasta que se decidió para dicho movimiento con sus manos, lo que no paró fue su poya de entrar en mi ser. Ambos llegamos al orgasmo, nos fumamos el último pitillo y nos fuimos a dormir... juntos....
A la mañana siguiente nos despertamos uno al lado del otro desnudos ambos, recordando lo que acababa de pasar unas horas atrás, no tuvimos más remedio que repetirlo, nos dimos los buenos dÃ*as con una buena sesión de sexo oral.
Ya en la cocina desayunado estábamos hablando.
-Es un poco fuerte que me haya tirado a mi primo-le dije
-No te ha gustado, primita?
-Mucho, pero parece que no te importe que seamos de la familia.
-Te cuento un secreto, primita?
-Dime
-Follas tan bien como Eva- Eva era su hermana, me estaba confesando que se habÃ*a tirado a su hermana.
-Vaya, que sorpresa, asÃ* que ni tu hermana se libra de ti.
-Me gustaria hacer un trio con vosotras, primita, seguro que a ti también.
En ese momento llamaron a la puerta, fui a ver quien era y para mi sorpresa era Eva, me quedé atónita, Juan me contó que la habÃ*a llamado hace un rato y que le habÃ*a contado lo que habÃ*amos echo la noche anterior.
-A qué folla bien mi hermano, Sandra?, pero no se si podrá con las dos...-estaban dando por hecho que yo aceptarÃ*a hacer un trÃ*o con ellos, sin embargo estában en lo cierto, mi primo me habÃ*a echo subir a las estrellas horas atrás, querÃ*a ver lo que podÃ*a hacer mi prima y si mientras tanto Juan seguÃ*a dandome placer no tenÃ*a ninguna razón para abandonar.
-Pues comprobemoslo, te parece?-les hice saber que aceptaba, y todo comenzó.
-Sandra ven conmigo, Juan que mire un rato que seguro que no se aburre
Eva me lleva al mismo sofa donde su hermano me habÃ*a hecho gozar, ahora es mi prima la que estaba dispuesta a satisfacerme. La lengua de Eva viene a buscar la mia que intenta escapar de la prisión de mis labios, pronto lo consigue y las puntas de nuestras lenguas se encuentran dejando todavia nuestros labios a escasos centÃ*metros pero no juntos, se van acercando poco a poco a medida que mi lengua quiere conocer mejor la de Eva, nuestros labios se funden y nuestras lenguas exploran cada centÃ*metro de la otra. Empiezan las manos a actuar también y pronto nuestros pechos quedan al descubierto, chocan entre ellos, puedo sentir como los pezones de Eva comienzan a ponerse duros, los mios también y seguro que ella los puede sentir igual que yo, durante un momento el pezón de mi pecho izquierdo se encuentra con el de su pecho derecho, quedan aplastados uno contra el otro. Mientras tanto nuestras lenguas no se cansan y seguimos despojandonos de la ropa porque tenemos cada vez más calor, ya sólo nos queda un tanga a cada una pero es inutil mis dedos viajan hasta lo que oculta el tanga de Eva y después de apartarlo levemente consigo acceder a su interior, allÃ* la temperatura es más elevada y cada vez lo es más, le meto dos dedos y un pequeño gemido emana de su boca, ella entonces repite el proceso pero no aparta mi tanga, cuando me doy cuenta ya no puedo sentirlo ya no está ahÃ*, en cambio es a Eva a la que sÃ* puedo sentir en mi interior, pero esta sensación pronto acaba, mi coño grita su ausencia, Eva ha salido de mi interior pero es una falsa alarma sólo está dirigiendo su boca hacia él, puedo sentir como su lengua lame mi clÃ*toris, sus manos abren mis labios exteriores y su lengua accede a partes más interiores de mi sexo.
Cierro los ojos y me dedico a esperar el placer que me llega sin cesar por el movimento que Eva hace con su lengua, me está succionando el clÃ*toris sin olvidarse de mi vagina en la que desde hace ya unos minutos uno de sus dedos parece haber encontrado un buen lugar para quedarse, sin duda lo es, y pronto otro lo acompaña, abro los ojos en ese momento y veo como Juan está desnudo tocando su enorme y hermosa polla, Eva me está haciendo gemir de placer y quiero verla a ella también tener esas mismas sensaciones, asÃ* que llamo a Juan. Le doy la bienvenida con un buen beso:
-Quiero ver como se lo comes a tu hermana- me hace caso al instante y se coloca delante del sexo de Eva, mi prima no ha dejado de estimularse ella misma, pero Juan aparta su mano de ahÃ* y coloca la suya, veo como pasa la yema de uno de sus dedos por encima del clÃ*toris, como extiende su lengua y llega a él, noto un cambio en la forma que Eva me está comiendo el coño en el preciso momento que la lenguan de Juan llega a su clÃ*toris, aún siento más placer que hace unos momentos, no se si será porque mi prima está introduciendo su lengua en mi vagina cada vez con más impetu o por ver como está gimiendo por lo que su hermano le está haciendo, quizá sea por los dos motivos, no, seguro que es por los dos. Tengo mi primer orgasmo, mis fluidos llegan hasta Eva a la que parece no importarle porque no se detiene hasta que tiene algo que decir a su hermano:
-Follamé Juan- y yo quiero ver eso, quiero ver a mi primo meter su enorme verga a su hermana, Eva se coloca en el suelo a 4 patas y Juan introduce suavemente su poya a su interior, un grito de placer sale de la boca de Eva, pero nunca deja de lado mi coño, sigue y sigue chupando.
Sigue introduciendo cada vez más dedos dentro de mi y todo mientras veo como la poya de mi primo no deja de entrar y salir de su hermana, por cada embestida que Eva recibe puedo sentir como su boca es aplastada contra mi coño, no se como puede respirar, está demasiado pegada a mi pero el placer que me transmite es inmenso. Y llega su orgasmo, puedo ver el brillo de sus ojos, reconozco en ella esa sensación que tuve instantes antes. Juan saca su poya de su hermana antes de correrse, viene a mi lado y empieza a masturbarse hasta que mis tetas quedan cubiertas por todo su semen, noto el calor que me transmite esa leche blanca bajando por mi cuerpo, llega hasta la entrada de mi coño, donde Eva sólo ha parado de trabajar durante unos segundos justos después de su orgasmo, pero parece que la leche de su hermano la excita más, con su lengua recoge la que estaba bajando por mi cuerpo, llega hasta mis pechos que tienen la mayor cantidad de leche, recoge mucha en su boca y vuelve a la mia para entregarme parte de ella. Nos la tragamos ambas al mismo tiempo.
Ahora es mi turno de hacer gozar a mi prima, cambiamos las posiciones, soy yo la que tendrá que penetrar Juan esta vez, el coño de mi prima ya está impregando de sus fluidos que me ayudan a meter mejor mis dedos a su interior, mi lengua se pasea por sus labios exteriores e interiores como si hubieran recorrido ese camino toda su vida, su clÃ*toris tampoco está excluido de mi recorrido, mientras tanto siento como Juan empuja suavemente poco a poco, sin embargo no puedo notar nada a la entrada de mi coño, es el ano lo que me está penetrando, me está doliendo pero cada vez puedo sentir que la poya avanza más y más a mi interior, a los pocos minutos está completamente dentro de mi.
Como con Eva, mi primo empieza a chocar, provoca el mismo efecto en mi que instantes antes habÃ*a provocado en Eva, encuentro mi boca aprisionada contra el coño de mi prima pero sigo lamiendolo, mi saliva se está mezclando con sus fluidos cada vez más abundantes, en ese momento un segundo orgasmo recorre todo mi cuerpo, un escalofrÃ*o de placer que Juan acaba de provocar en mi ano. Pero aún no he sido penetrada por mi sexo, ese serÃ*a el final perfecto.
Eva se separa de nosotros y busca entre sus cosas, vuelve con un consolador doble que le da a su hermano. Ambas nos tumbamos en el sofá, nuestros coños están mirandose a apenas a unos suspiros de distancia, esos suspiros acaban y puedo sentir como el coño de mi prima se fusiona con el mio durante unos instantes antes de que Juan intervenga e introduzca una parte del consolador en su hermana, la otra parte pronto llega a mi interior, por último coloca su enorme poya en la entrada de mi boca.
Eva ha empezado a moverse atrás y delante, puedo notar el efecto que eso produce en mi interior, ese consolador está recorriendo mi vagina y empiezo a moverme a la par con Eva, lo que provoca que la verga se introduzca en mi boca. No puedo parar, el placer al que estoy sometida no deja de crecer y la poya de Juan tampoco, mis fluidos empiezan a salir y otro orgasmo está apunto de llamar a mi puerta. Oigo gritar a Eva, ella ya ha abierto esa puerta, Juan también, prueba de ello es la leche que ha aparecido en mi boca, la mÃ*a, mi puerta no necesita ser abierta, de repente es derribada y soy succionada por un universo de placer. Acabamos como habÃ*amos empezado, mi boca busca la boca de Eva, quiero devolverle el favor que un rato antes me hizo, quiero ser yo la que esta vez ponga en su boca la leche de su hermano que aún guardo en la mÃ*a.
Miramos los dos a Juan y le enseñamos lo que guardamos en nuestras respectivas bocas, tragamos... y la cara de Juan se llena de satisfacción.
Sospecho que desde este momento en adelante estaremos los tres muy unidos y no precisamente por ser familia.