Mi novia la tetona en el pueblo

roman74

Pajillero
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Espero que os gustaran los relatos sobre mi novia. Esas vacaciones fueron inolvidables. Poder mostrar a mi novia en publico era algo que me excitaba tanto como follármela. Poder hacer que personas, a las que no conocÃ*a de nada, contemplaran los tetones de mi novia saltando mientras la enculaba o bamboleándolos cuando salÃ*a del mar, era algo que me generaba (y aún hoy me genera) una excitación difÃ*cil de controlar.

Lamentablemente, aquella diosa de 50 kilos de delgadez sublime, de culito pequeño y respingón, de carita de niña angelical y pechos descomunales, rompió conmigo hace unos meses. Por ello, y en homenaje a ella, voy a contaros varias historias totalmente verÃ*dicas sobre nuestras andanzas; a ellas voy a acompañar varias fotografÃ*as que le he sacado a lo largo y ancho de nuestra relación y que, dadas las actuales circunstancias y pese a prometerle que jamás verÃ*an la luz, mostraré encantado. Son fotografÃ*as que nada tienen que ver con las historias pero que ilustran bien a las claras el perfil de mi novia.

Tras las vacaciones en Cádiz, decidimos ir al pueblo de sus padres a celebrar sus fiestas patronales. Se trata de un tÃ*pico pueblo de Castilla. Es muy pequeño pero con un gran encanto. En verano hace muchÃ*simo calor pero sus fiestas merecen la pena. Fuimos a la casa de sus abuelos que, como ya habÃ*an fallecido, se encontraba vacÃ*a. Era una casa muy grande tÃ*pica de pueblo. La mala noticia era que no Ã*bamos a ser los únicos inquilinos. Pero lo que en principio parecÃ*a una mala noticia, pronto se convirtió en algo inolvidable.

Ã�bamos sobre aviso de que habrÃ*a gente ocupando la casa. Todo se animó cuando al llegar observé que las ocupantes eran la hermana de mi novia (Olga) y una de sus amigas (Marta). A la amiga de Olga no la conocÃ*a, pero mi cuñadita era un auténtico encanto.

Olga. TenÃ*a 18 años. Era todo alegrÃ*a en el cuerpo. Todo el dÃ*a se lo pasaba hablando, cantando y haciendo el payaso. Ese año terminaba el instituto, empezaba la universidad y se le veÃ*a un poco desbocada. Me llamaba cuñadito y yo le tenÃ*a un gran cariño. Era completamente diferente a mi novia, habladora y muy extrovertida. Bueno...completamente diferente a mi novia no. Por lo visto, los grandes pechos son una caracterÃ*stica genética en la familia de mi novia. Olga es algo más alta que mi novia pese a sus 18 años. Quizá no sea tan guapa como mi novia, pero su cara proyecta una gran alegrÃ*a y felicidad. Es difÃ*cil verle seria y siempre está bromeando. Está muy delgada, aunque un poco más rellenita que mi novia. Tiene un culo bien puesto y unas piernas muy delgadas. Antes tenÃ*a el pelo largo y moreno, pero al pueblo fue con la cabeza prácticamente rapada al uno. Dicha circunstancia no parecÃ*a gustar mucho a su familia, pero ese "look" de chico le hacÃ*a muy atractiva.

Como comentaba, a ese cuerpo menudo se le unÃ*a un piercing en la nariz y unas extraordinarias tetas. Siempre vestÃ*a muy a la moda. Cuando llegamos iba muy veraniega con un pantaloncito muy corto y una camiseta verde de chico (tipo ejercito). Iba descalza por la casa y se le percibÃ*a un sujetador inmenso que no ocultaba sus abultadÃ*simos pechos. No obstante, no parecÃ*a el tipo de sujetador con grandes aros, tÃ*pico de las grandes tetonas y tan habituales en mi novia (lógicos en mujeres con mucho pecho), sino que parecÃ*an más propios de una jovencita. Los 18 años para algo tenÃ*an que servir. Observar a Olga con esa apariencia de chico y esos voluminosos tetones en una chica de 18 años, hizo que al poco de llegar y verle, ya tuviera mi primera gran erección.

Marta. No la conocÃ*a y mi descripción se refiere, por tanto, a una primera impresión. Era preciosa de cara. De cuerpo flojeaba un poco. TenÃ*a también 18 años. Era más bien callada y, aparentemente, introvertida. La primera vez que la vÃ* vestÃ*a con una camiseta muy holgada en la que se percibÃ*an unos pechos pequeños. TenÃ*a un culo muy grande que parecÃ*a querer ocultar en todo momento con su ropa. Estaba más bien rellenita, aspecto que, por lo que observé posteriormente, le suponÃ*a un cierto complejo. Resultaba muy educada y contrastaba mucho con Olga que era todo vitalidad.

Llegamos sobre las nueve de la noche. Estábamos muy cansados del viaje y tras saludar a Olga y su amiga, decidimos irnos a nuestra habitación. Olga y Marta habÃ*an decidido salir de fiesta. Esa noche estábamos tan cansados que pronto conciliamos el sueño. HacÃ*a un inmenso calor por lo que dormÃ*amos sobre la cama sin ninguna manta. Sobre las cuatro de la madrugada me desperté completamente sudado y agobiado por el calor. A mi lado estaba mi diosa completamente desnuda. Se encontraba boca abajo y completamente dormida. Por el lado derecho le asomaba un pecho parcialmente. Sudaba muchÃ*simo, lo que hacÃ*a que el cuerpo le brillara intensamente. Me entraron unas inmensas ganas de meterle la polla por el culo, pero en ese momento se dio media vuelta y se colocó delante mÃ*o tumbada de costado. Soplaba con gran fuerza. Estaba profundamente dormida pero sus sueños parecÃ*an más que interesantes.

La nueva perspectiva me ofrecÃ*a la posibilidad de ver sus tetones aplastados. Que grandes eran¡¡. El coñito lo tenÃ*a con una tira de pelo perfectamente rasuradito. Me empecé a excitar y ya tenÃ*a una erección más que considerable. No la querÃ*a despertar por lo que me empecé a pajear observando el cuerpo desnudo de mi novia. De vez en cuando le besaba un pezón o le sobaba las tetas. Ella seguÃ*a dormida pero cuando le tocaba soltaba un pequeño suspiro.

Ya estaba a punto de explotar cuando oÃ* ruido en la puerta de entrada a la casa. TenÃ*amos la puerta de nuestra habitación abierta para que hubiera un poco de corriente de aire. Observé que eran mi cuñada y su amiga. Desde nuestra habitación tenÃ*amos una visión global del salón, la cocina y la entrada del baño. Era todo una especie de espacio único, tÃ*pico en las casas de la zona.

Encendieron la luz del salón y les vi llegar. Llegaban muy animadas aunque hablaban en un tono muy bajo para no molestarnos. Pude comprobar que por el efecto de la luz, yo a ellas las observaba perfectamente pero, al estar nuestra habitación a oscuras, ellas no nos podÃ*an ver a nosotros. Eso me excitó mucho porque yo podÃ*a seguir con mi paja tranquilamente sin que ellas se enteraran de nada.

Observé que pretendÃ*an cenar algo. Aunque entre susurros, les entendÃ* algo...

- Marta, vete a cambiarte tú mientras yo preparo algo para cenar.
- Vale.

Olga seguÃ*a con su pantaloncito corto y su camiseta de tirantes tipo verde-ejercito. Empezó a preparar unos bocadillos de huevos revueltos. Al de unos segundos llegó Marta. Se habÃ*a colocado su ropa de cama. Yo seguÃ*a con mi paja a ritmo pausado observando tanto a mi novia como al culito de mi cuñada. En ese momento Marta me pareció más atractiva que cuando llegamos.

Llevaba una camiseta de tirantes más ceñida que las que llevaba a lo largo del dÃ*a. Llevaba, además, un pantalón corto de flores que le realzaba su culo que, por otro lado, desde la perspectiva de mi cama se me hizo más apetecible. Acostumbrado al culo pequeño y respingón de mi novia me empezó a apetecer un culo más macizo. Yo entretanto, seguÃ*a con mi paja.

- Olga vete a cambiarte tú, ya acabo yo los bocadillos.
- Bien.

Cuando volvió mi cuñada de su habitación estuve a punto de estallar. Que visión¡¡ Entró a la habitación descalza, y en tanga. Un tanga diminuto que se le metÃ*a por su perfecto culo (pequeño y duro pero algo más macizo que el de mi novia; ciertamente espectacular; como el de esas macizas brasileñas). En la parte de arriba llevaba una camiseta de tirante fino que se le pegaba totalmente al cuerpo. La camiseta llegaba justo a la parte inferior de sus enormes melones mostrando, de esa forma, su vientre absolutamente plano y enseñando su precioso ombligo. Al ser una camiseta tan pegada y no llevar sujetador se le realzaban aún más sus enormes tetazas.

- Oye Olga.. que está ahÃ* tu cuñado, ¿no te da vergüenza?
- Vergüenza ¿por qué?
- No sé.. andar por la casa con esa tanga y esa camiseta..
- ¿Tú crees? Además mi cuñado está acostumbrado a ver tetas grandes. Mira las de mi hermana. Y las mÃ*as yo creo que no son tan grandes como las suyas.
- Pues no sé, porque con esa camiseta.. Vamos¡¡
- Si¡¡¿tú crees?
- Venga Olga, no me vengas con tonterÃ*as, tú ya sabes que tienes unos pechos enormes y que eso pone a los chicos a cien. Además con esa camiseta tan pegada tus pezones parecen que van a estallar
- SÃ*, pero a mi no me importa lo que piensen los demás.

Entre la conversación de las chicas, el tanga de Olga, y sus enormes tetas sin sujetador para arriba y para abajo, estaba yo a punto de estallar. Fue entonces cuando noté que mi novia empezaba a moverse. Se habÃ*a despertado. Aparentemente no habÃ*a notado que me estaba pajeando. Se levantó completamente desnuda y salió al salón muy despacio intentando no despertarme. Si ella supiera....

- hola chicas, ¿preparando la cena?
- parece que hace calor eh? Le dijo marta a mi novia con un tono irónico que le delataba.
- Yo en tanga y con camiseta y mi hermana totalmente desnuda y.. ¿no le dices nada? Tan solo que hace calor¡¡Vaya caradura¡¡
- SÃ* Olga, pero el que está en la habitación es su novio y ya le habrá visto desnuda muchas veces. Pero es que tú eres su cuñada...
- Vaya que sÃ* Olga, muy loca te veo con esa tanga y esa camiseta.
- Venga vamos a cenar que estoy hambrienta, señaló Olga cambiando de tema.

La conversación, mi novia completamente desnuda y sentada a la mesa comiéndose un bocadillo, Olga, mi cuñada, con esa tanguita y esa camiseta ajustada a sus melones y el culo de Marta me estaban poniendo como un burro. Yo seguÃ*a con mi paja, suavemente, sin apenas hacer ruido, flop, flop y deleitándome con la visión de las chicas. Uuff¡¡

- Por cierto Olga, ¿te han crecido mucho las tetas o es que yo no me he fijado demasiado últimamente? Le comenta mi novia a su hermana.
-uyy¡¡¡ si las tiene asÃ* de grandes desde hace mucho¡¡, -le responde Marta no sin falta de gracia-. (La que parecÃ*a más tÃ*mida se estaba revelando como una cachonda). Si es la más solicitada del instituto¡¡, -seguÃ*a Marta-.

En estas, Marta comenzó a contar cómo las clases de gimnasia eran un espectáculo ya que todos los chicos se ponÃ*an berracos suspirando por el cuerpazo de Olga. Empezó a contar cómo a Olga le empezaron a crecer las tetas con 12 años....

-En la escuela con 13 años coincidÃ*amos con las chicas mayores en las duchas del gimnasio y Olga ya las tenÃ*a más grandes que todas ellas. Por cierto Olga ¿recuerdas lo que ocurrió en los campamentos?
- Por favor¡¡ No empezarás a contar es historia otra vez¡¡
-¿Qué ocurrió? Preguntó mi novia.

La historia prometÃ*a, por lo que agudicé el oÃ*do para no perderme ni un solo detalle.

Relato de marta.

-Fuimos a unos campamentos a Mallorca. TenÃ*amos 14 años y éramos todas chicas menos algunos monitores. Estábamos en unos barracones todas juntas con los jefes –como nosotras les llamábamos-. Por aquel entonces Olga ya despuntaba.

Nos duchábamos en unas duchas comunitarias como las de unos vestuarios. Una tarde tras una excursión, Olga y yo nos metimos juntas a las duchas. CreÃ*amos que estábamos solas pero cuando estábamos duchándonos oÃ*mos el ruido de la puerta. CreÃ*mos que serÃ*a alguna chica del grupo. En ese momento entró en las duchas Pedro, el monitor más guapo.

- Perdonad no sabÃ*a que estabais aquÃ*, ¿no os importará que me duche con vosotras, verdad?

Olga y yo nos quedamos petrificadas, pero la verdad es que no le dijimos que no. Estábamos tan avergonzadas que ni siquiera nos fijamos mucho en él... al menos al principio.

Cuando quitamos un poco la vergüenza, y viendo que él tan solo parecÃ*a ducharse y no decÃ*a nada, comenzamos a mirarle. La verdad es que estaba muy bueno. Era moreno y estaba un poco delgado. No nos gustó el hecho de que tuviera un culo bonito pero lleno de pelo. No se podÃ*a decir que estuviera muy cachas pero tenÃ*a un buen cuerpo. En el torso no tenÃ*a pelo y sÃ* un tatuaje de unas letras chinas o japonesas. Nunca habÃ*amos visto a un tÃ*o desnudo pero nos pareció a las dos que tenÃ*a una polla bastante grande.

TenÃ*a mucho pelo en esa zona y en las piernas, pero aún asÃ* le colgaba un pene muy oscuro, grueso y bastante largo. Las dos empezábamos a relajarnos por lo que le empezamos a mirar sin ningún recato.

Tras unos minutos, él también empezó a mirarnos. Sobre todo a Olga. Entonces se empezó a echar jabón en la polla y se empezó a frotar rÃ*tmicamente. Empezó a mirar a Olga sin ningún rubor. Olga se estaba quitando el jabón y, observando que Pedro la miraba de forma descarada, empezó a querer taparse un poco. Eso daba aún más morbo. Al pretender taparse las tetas, éstas sobresalÃ*an aún más. Unas tetas adolescentes pero tremendas. Yo estaba un poco al margen de todo. En estas Pedro se empezó a quitar el jabón de su zona y observamos cómo su polla empezaba a hacerse más grande...

Si antes parecÃ*a grande, ahora lo parecÃ*a aún más. Le comenzaron a salir una especie de venas en su polla y empezó a hacerse más y más grande. Le asomó el capullo y la tenÃ*a ya completamente tiesa. Nos pareció tremenda. No dio tiempo a que nos avergonzáramos porque inmediatamente empezó a pajearse delante de nosotras, mirándonos.

Nos quedamos un poco asustadas, pero en vez de irnos, nos quedamos viendo cómo se hacÃ*a la paja debajo del agua de la ducha. Olga y yo dejamos de taparnos y aunque nos sentÃ*amos incómodas nos gustaba ser observadas de esa forma. Yo con mi delgadez, mis diminutas tetas y mi culo (por entonces no tan grande) y Olga con su cuerpo de adolescente, su coñito apenas sin pelo, su sonrisa pÃ*cara de niña y sus inmensos tetones goteando.

- No os asustéis, es de lo más normal. El sexo es algo natural.

A nosotras no nos parecÃ*a muy normal, pero nos empezaba a gustar aquel juego. En ese momento pasó algo curioso, Olga se relajó y se empezó a tocar. Pedro que no esperaba aquella reacción se corrió de forma brutal. SalÃ*a el semen a borbotones, gemÃ*a como un animal. Yo me asusté un poco cuando me salpicó la pierna con su semen. Nunca habÃ*amos visto correrse a un tÃ*o y nos pareció algo animal. Fue una gran experiencia que repetimos varias veces en aquellos campamentos..

- ¿De verdad os ocurrió eso? Dijo mi novia sorprendida.
- Pues sÃ*, contestó Olga. ¿Es algo malo que te miren?.
- No, no, pero no sé.. eras mi hermana pequeña y veo que has crecido. No hay más que verte.

La historia del tal Pedro me habÃ*a hecho sentirme a mÃ* debajo de aquella ducha. Poder observar a mi cuñada debajo de la ducha, tocándose y moviendo rÃ*tmicamente aquellas tetas, hizo que estallara. No pude aguantar más. Me corrÃ* en silencio. Inunde toda la cama. Inmediatamente antes de correrme miré a mi cuñada y aquella camiseta pegada a aquellos inmensos pechos adolescentes..

Fue tal la corrida, que debÃ*a ir al baño a limpiar aquel desastre. Como estaba desnudo y las chicas estaban en el salón me puse unos slips bien apretados para marcar. He de decir si no lo he hecho ya, que tengo una buena polla. Llama la atención por su grosor y es medianamente larga (20cm en plena erección). Con el slip bien ceñido se me marca un buen paquete.

SalÃ* al salón tan solo con mi slip y las chicas se sobresaltaron un poco. Mi novia me guiñó un ojo, y Olga se avergonzó un poco. En marta no me fijé mucho.

- ¿Qué tal chicas? No estaréis cotilleando mucho ¿no?
- Un poco. Dijeron casi al unÃ*sono.

Me acerqué al baño, no sin antes observar que mi cuñadita lanzó una fugaz mirada a mi paquete. Cuando acabé de asearme, me despedÃ* de las chicas y me acosté de nuevo. Ellas se quedaron un rato más pero hablando tan bajo que apenas les oÃ*a (sabÃ*an que estaba despierto). Ya en la cama agudicé el oÃ*do.

- Oye ¿tu novio la tiene muy grande? Entre susurros y grandes risas.
- ¡Qué te va a oÃ*r¡ dijo Olga entre risitas.
- Vaya con Marta, y parecÃ*a una chica modosita¡¡ pues la verdad es que sÃ*, la tiene muy grande.
- Ya me lo habÃ*a parecido al ver su paquete..., -dijo Olga entre risas-.
- Pero Olga, por favor¡¡ -respondió mi novia sinceramente escandalizada.

Ante el cariz que estaba tomando la conversación, me volvÃ* a empalmar como un mono. Es increÃ*ble que el solo escuchar una conversación te pueda poner como una moto. No me bastaba con ver a mi novia desnuda en la mesa o a mi cuñada en tanga, escucharlas era suficiente para motivarme.

Decidieron irse todas dormir. Mi novia se quedó en la cocina recogiendo un poco la cena. La habitación de las dos chicas era la que se encontraba pegada a la nuestra y comprobé que se escuchaba perfectamente lo que hablaban Olga y Marta. En este caso, lo importante no era lo que hablaran entre ellas, sino el hecho de que se les oÃ*a como si no hubiera pared entre ambas habitaciones. Resulta evidente que si yo les oÃ*a, ellas nos oirÃ*an a nosotros perfectamente. Dicha circunstancia hizo disparar nuevamente mi imaginación.

Mi novia entró en la habitación. Yo tenÃ*a acostumbrada la vista a la oscuridad y pude observar su figura. Ese cuerpo tan delgado y fibroso pegado a dos inmensos cántaros que se bamboleaban. Se tumbó dándome la espalda. Yo la abracé por detrás y le clavé mi polla totalmente tiesa en su espalda.


- Ahora no, que es muy tarde y las chicas lo van a oir todo.

Ella no era consciente que me excitaba tanto follármela como que me oyeran "las chicas". No cesé en mi empeño. Le enganché las tetas con mis manos y le empecé a besar la espalda. Mientras les restregaba mi polla contra su culo.

- Por favor¡¡ qué nos van a oir¡¡ decÃ*a susurrando....
- No importa, ya son mayorcitas..

Le manoseaba las tetas cada vez con más fuerza. Bajé una mano a su coñito y se lo empecé a manosear. Soltó un suspiro. Fue lo suficientemente sonoro para que lo oyeran las chicas.

- Para, por favor¡ en serio, que me muero de vergüenza..mi hermana..su amiga..

Sin pensarlo dos veces le empecé a introducir el dedo por su culo mientras con la otra mano le manoseaba uno de sus pechos.

- Y por ahÃ* mucho menos¡¡¡.
- De acuerdo, pero entonces porque no bajas y me la chupas un poco, venga va¡ en silencio, -le susurré al oÃ*do-.

Fue entonces cuando, no sé si por no escandalizar a su hermana y a Marta, se deslizó por la cama y se tragó mi polla de una vez.

-uff¡ exclamé en un tono un poco elevado.
- Si no es en silencio, te la va a chupar tu madre. Me contestó.

Empezó a chupármela muy suavemente. Pensareis qué parte de voyeur tiene este relato si al final mi novia la tetona me la termina chupando. No sé cómo explicarlo, pero el encanto de la situación no era tanto la espectacular mamada que me estaba haciendo mi novia, sino el pensar que su hermana Olga estuviera oyendo todo. Pensar en que pudiera estar escuchando mis gemidos y el sonido de mi polla en la boca de su hermana -flop, flop-, a escasos dos metros hacÃ*a que me pusiera más a cien. No sé si se trata de voyeurismo, pero a mÃ* me lo parece.

Estaba a punto del éxtasis. Mi novia se aplicaba duro, probablemente para acabar cuanto antes. Fue entonces cuando empecé a sentir ganas de comentar la jugada para que mis vecinitas lo oyeran:

- AsÃ*, cariño despacio. Cuidado con los dientes. Ah¡Ah¡.

Mi novia al tener la boca ocupada no podÃ*a decir nada. Aunque por si acaso, le empecé a apretar la cabeza contra mi polla para que no la pudiera sacar. Hasta entonces ella llevaba la iniciativa, pero entonces le agarré su cabeza por detrás y le empecé a follar su boca muy duro.



- AsÃ* preciosa, cómetela entera, -empecé a decir en un tono más alto mientras ella empezaba a sentir que se ahogaba-.
- Te gusta mi pollón eh puta¡¡ Toma, toma, -empecé a decir en un tono cada vez más elevado-.

SentÃ*a que me corrÃ*a. DebÃ*a ser una corrida larga y, sobre todo, muy sonora. Era evidente que para ese momento Olga y Marta debÃ*an estar al tanto de lo que ocurrÃ*a en la habitación de al lado.

- SÃ*, sÃ* cómete toda la leche putaaa¡ aagghh¡¡.

Fue una corrida inmensa. Le metÃ* toda mi leche en su boca. A borbotones. Ella se sentÃ*a ahogar y le salÃ*a el semen por la comisura de sus labios. Le saqué la polla.

- Cariño ha sido una mamada espectacular, -le dije mientras le acariciaba el pelo-.
- me gusta verte tan desbocado, pero ya verás mañana la vergüenza con las chicas.

Nos dormimos muy pronto. Concilié el sueño pensando en lo que habrÃ*an sentido las chicas de la habitación de al lado. Me preguntaba si les habrÃ*a gustado. IntuÃ*a que pronto sabrÃ*a lo que habÃ*an sentido...
Dormimos de un tirón. Sobre las 10 de la mañana oÃ* un ruido en la cocina y me desperté. Eran Olga y Marta que se encontraban recién levantadas y preparando el desayuno. HacÃ*a un dÃ*a esplendoroso por lo que habÃ*a una luz demasiado intensa como para pajearme como la noche anterior. Además, tanto Olga como Marta se levantaron más vestidas que la noche anterior.

Olga llevaba la parte de abajo de un bikini y una camiseta holgada en la parte de arriba. Marta llevaba la misma ropa de cama de la noche anterior. Aún asÃ*, me deleité un rato observándolas. Mi novia seguÃ*a dormida. Al sentir un poco de frÃ*o por la noche, tenÃ*amos una ligera sábana para taparnos. FingÃ* dormir para escuchar la conversación de las dos chicas...

- ¿OÃ*ste a esos dos anoche? -Refirió Marta-
- Como para no oÃ*rlos, -contestó Olga-
- Vaya pedazo de mamada le debió hacer tu hermana....
- SÃ*, por los jadeos de mi cuñado, debió ser impresionante y, además, con lo grande que tiene la polla¡¡
- Es verdad, yo oÃ*a cómo se atragantaba y me imaginaba el ahogo que debÃ*a estar pasando tu hermana.
- Buff¡¡ yo no sé si serÃ*a capaz de hacer algo asÃ*.

La conversación era de lo más entretenida, pero me estaba orinando. Me puse el slip de la noche anterior y me levanté. La cuestión es que por la mañana llevaba una erección espectacular (como todas las mañanas). En buena lógica, el paquete que se me marcaba era ciertamente llamativo.

- hola chicas me voy al baño.
- hola -respondieron ambas-.

Dejé la puerta abierta mientras orinaba.

- Joder¡¡ has visto que paquete¡¡-susurró Marta-.
- Diooos¡¡¡ yo no creo que me dejara meter eso en la boca, -contestó Olga, sorprendida-.

Oriné con muchas ganas. La erección empezó a disminuir y entonces decidÃ* salir al salón. AllÃ* me encontré a las dos chicas desayunando. Mi novia se habÃ*a levantado. Iba con una de mis camisetas puesta y, aparentemente, sin nada más por debajo.




- Cariño ponte algo más de ropa, porque estas dos no paran de mirar.
- Como que no habrán visto a otro hombre en paños menores, ¿eh chicas?, -comente de forma jovial-.

Las chicas asintieron con escaso convencimiento. DecidÃ* sentarme a desayunar. Pasó la mañana sin mayores sobresaltos y decidimos ir a darnos un baño al pantano. La idea me parecÃ*a ciertamente atrayente dadas las circunstancias. Se trata de un pantano muy grande con zonas ciertamente apartadas. Pregunté durante el desayuno si habÃ*a alguna zona nudista. Marta no era del pueblo y lo desconocÃ*a, pero mi novia comentó que habÃ*a alguna zona menos visitada aunque de difÃ*cil acceso. Les propuse visitar aquella zona para estar más tranquilos y disfrutar del sol sin mirones. Mi novia no estaba muy convencida pero Olga se mostró bastante entusiasmada. Eso me animó.

Nos acercamos en coche hasta el final del camino y luego anduvimos un buen rato. La zona era preciosa. Llevamos bocadillos para pasar todo el dÃ*a. Instalamos el campo base y llegó el primer momento interesante del dÃ*a. Yo me quité la camiseta y el pantalón de deporte que llevaba y me quede con un bañador tipo bermuda. Las chicas se quitaron su ropa y se quedaron en bikini.

Mi novia llevaba un bikini de flores con grandes aros para sujetar sus melones y una parte de abajo de bikini grande y poco vistosa. Era evidente que la presencia de Marta y su hermana debÃ*a acomplejar a mi novia de forma incomprensible. Quizá querÃ*a dar un ejemplo de castidad a las chicas.

MI NOVIA VIENDO LA TELEVISIÓN​

Olga llevaba un precioso bikini blanco. La parte de abajo del bikini se ataba con cuerdas y era diminuto. No se podÃ*a decir que fuera una tanga, pero realzaba su culo de forma extraordinaria. La parte de arriba le quedaba ciertamente pequeña. Era dos o tres tallas inferior al volumen de sus pechos lo que hacÃ*a que éstos se le salieran por todos los lados.

Marta llevaba un bañador de una sola pieza que no realzaba en absoluto su cuerpo, de por sÃ* no excesivamente agraciado, salvo su hermoso culo.

Dada la castidad que se observaba en el ambiente (salvo la honrosa excepción del bikini de Olga), decidÃ* tomar la iniciativa. Comenté que dado que no habÃ*a gente alrededor me iba a desnudar. Mi novia susurró algo parecido a que no le parecÃ*a muy oportuno, pero ya estaba bajándome el bañador por lo que no siguió sus comentarios.

Me encontraba sentado sobre la toalla, por lo que las chicas no debÃ*an tener una buena visión. Tanto Olga como Marta no mostraron sorpresa y se mantenÃ*an calladas y tomando el sol. No obstante, observé como Olga, que se encontraba sentada junto a mÃ*, enviaba miradas furtivas hacia mi polla. Me coloqué boca abajo y lo cierto es que me dormÃ*. No quise forzar la conversación y pensé que cada uno hiciera lo que quisiera.


MI CUÑADITA PREPARANDO EL EQUIPAJE
*nota del autor: posa con la camiseta con la que se solÃ*a pasear por la casa.

Me desperté al de unos minutos y me percaté que junto a mÃ*, solo se encontraba Marta. Mi novia y Olga no estaban. Observé que se encontraban dándose un baño. Mi excitación subió cuando observé que los bikinis se encontraban sobre sus toallas. Estaban desnudas en el agua¡ Era solo cuestión de esperar. Marta seguÃ*a con su bañador. Me incorporé y me senté enfrente de Marta. TenÃ*a la polla en absoluto reposo y Marta lanzaba miradas furtivas mientras hablábamos; pero sin descaro. Las chicas no salÃ*an del agua por lo que decidÃ* entablar conversación con Marta. Le comenté que a Olga le veÃ*a cambiada, más lanzada. Marta hablaba de ella con devoción, lo que me hizo sospechar que quizá sentÃ*a por Olga algo más que amistad. No recuerdo muy bien cómo llegó la conversación, pero en cierto momento Marta comenzó a contar una experiencia que empezó a parecerme de lo más atractiva. Marta comenzó a contar la pérdida de la virginidad de Olga. Lo vivió en primera fila.

Nuevo relato de Marta.

Comenzó contando que todo ocurrió en un viaje de estudios que realizaron con quince años. Marta y Olga compartÃ*an habitación. Se trataba de un hotel pequeño por lo que las habitaciones eran muy pequeñas. Las camas de ambas se encontraban pegadas entre sÃ*. Todo ocurrió la segunda noche. Como todas las noches, bajaron a la discoteca. Según me contaba Marta, se encontraba un poco indispuesta por lo que se despidió de Olga y subió a la habitación. Antes observó cómo Olga hablaba largo rato con Pedro (el chico guapo de su curso).

Llegó a su habitación y se tumbó en su cama. Concilió el sueño inmediatamente. Sobre las tres de la madrugada empezó el espectáculo. Marta oyó ruido en la puerta y una conversación entrecortada. ¿VendrÃ*a Olga acompañada? Le extrañaba porque Olga no solÃ*a ser de esas. Se equivocó.

Entraron Pedro y ella de forma bastante estruendosa. Daba la sensación de que habÃ*an bebido. El hotel se encontraba en una zona de copas con mucha luz de neón que posibilitaba que pese a estar la habitación a oscuras se viera todo con total nitidez.

- Oye Olga, tu cama está pegada a la de la gorda. ¿no la despertaremos?
- No la llames gorda. Además tiene un sueño muy profundo.

Lo de gorda no me sentó nada bien, pero decidÃ* callar y observar. Pedro parecÃ*a tener prisa. Se besaban apasionadamente sentados sobre la cama. En un principio, parecÃ*an intentar hacerlo en silencio, pero fueron perdiendo la vergüenza. Yo me encontraba a escasos treinta centÃ*metros de ellos fingiendo dormir. Olga iba preciosa con una blusa blanca y una minifalda vaquera. Pedro le sobaba las tetas cada vez con más descaro.

- ¡Qué tetones tienes Olga¡¡
- Tócalas más suave que me haces daño, por favor.

Por aquel entonces Olga ya tenÃ*a unos pechos enormes propios de una adulta, pero aún le seguÃ*an creciendo y los tenÃ*a muy sensibles. Olga le decÃ*a que le tratara más suave. En un momento dado Olga se levantó y le dijo que tenÃ*a que ir al baño. Pedro se tumbó en la cama justo a mi lado y se empezó a desnudar. De vez en cuando me miraba para observar si me encontraba dormida. Se tumbó boca arriba y se empezó a pajear. Me pareció que tenÃ*a una polla más bien pequeña. Dicho dato lo pude corroborar posteriormente.

En ese instante Olga salió del baño. Se habÃ*a quitado la ropa (probablemente para que el otro bruto no se la rompiera) y salió completamente desnuda. Su imagen en la penumbra era llamativa.

- ¿Qúe haces?
- Me hago una paja mientras te miro.
- ¿te gusta lo que ves? ¿no son demasiado grandes?
- Son perfectas. Acércate.
- Házmelo suavemente.

Olga se colocó encima de él. Pedro se encontraba debajo y ella se sentó encima. Olga empezó a mover el culo suavemente jugando con la polla de él. Pedro sobaba suavemente las tetas de Olga. Las palpaba, se incorporaba para chuparle sus pezones. TodavÃ*a no se la habÃ*a metido cuando, oh¡ Pedro se corre como un colegial. Vaya¡ el super macho parece que es de los que se corre pronto.

- Lo siento Olga, es que esas tetazas y tu culito en mi polla....
- Sigue, por favor¡ no me puedes dejar asÃ* –suplicaba Olga-

Evidentemente Pedro era joven y deportista. Al de un par de minutos la tenÃ*a tiesa totalmente. No esperó mucho. Levantó el culo de Olga y se la metió de un golpe. Olga gimió como una perra sin percatarse de quién estuviera al lado. El propio Pedro se sorprendió de su éxito. Olga tenÃ*a su primer orgasmo nada más ser penetrada por primera vez.

Saltaba como una yegua en celo. Las tetas le saltaban arriba y abajo. Flop, Flop. Cada vez la penetraba con más violencia. En la sábana se percibÃ*a una mancha de sangre que manaba de sus entrañas.

-Me duele mucho, agh¡¡¡¡ Sigue cabrón¡ sigue¡¡

Lo que empezó como un susurro se convirtió en alaridos de placer y dolor. Pedro se corrió otra vez, y otra vez fue demasiado pronto. Olga querÃ*a más. Se desmontó de Pedro y bajó a su sexo de forma inusitadamente violenta. Limpió la polla de Pedro, impregnada de semen, flujo y sangre, con su boca, y empezó a chupársela de forma frenética. Pero se habÃ*a vuelto una polla diminuta. Pedro suplicaba que le dejara. Olga querÃ*a más polla.

- Mas suave Olga, me haces daño. Espera unos minutos. –suplicaba Pedro-.

Olga querÃ*a más, pero Pedro no se lo podÃ*a dar. Fue en ese momento cuando Pedro se apartó y yo me incorporé. Me acerqué al sexo de Olga y lo bese tiernamente. Limpié con mi lengua su sexo abierto y ensangrentado de forma delicada. Olga comenzó nuevamente a gemir. Rodeaba con mi lengua su clÃ*toris. Y estalló en un sonoro orgasmo que duró varios segundos. Se repetÃ*an en el tiempo..

-Sigue no pares, no pares..

Olga se durmió exhausta. Yo la abracé y le agarre sus pechos. Dormimos pegadas toda la noche. A la mañana siguiente coincidimos Pedro y yo en el baño. Estaba desnudo. TenÃ*a una polla rodeada de mucho pelo y extremadamente diminuta.

-Seré una gorda pero tu eres un polla corta que, además, no la sabe usar y que se corre como un colegial. Eres un cerdo.

Olga y yo nunca rememoramos aquella noche. Fue estupendo para las dos, pero fue algo que jamás se volvió a repetir. Olga tuvo alguna otra relación esporádica pero jamás la comentamos..

QuerÃ*a estallar en mi toalla. Se me empezó a poner la polla morcillona. Fue entonces cuando mi novia y Olga salieron del agua. Fue una imagen que no creo que jamás se me borre de mi mente. Las dos completamente desnudas hablando entre sÃ*. Observé que eran de estatura parecida. Definitivamente, al ver a ambas caminar juntas pude ratificar que mi novia era más delgada y con los pechos más grandes. No obstante de forma general Olga era más proporcionada. Les bamboleaban las tetas de forma brutal. Mi erección era ya total. En un momento dado, Olga comprobó que la observaba e intentó taparse las tetas. Era imposible.

Me llamó la atención que el coñito de mi novia estuviera rasurado dejando una fina tira de pelo que apenas tapaba sus labios, pero el de Olga estuviera intacto. No tenÃ*a excesivo pelo pero marcaba un perfecto triángulo que la hacÃ*a aún más atractiva. Llegaron a mi lado y mi novia me agarró de la mano para levantarme e ir al agua.

- vamos cariño que el agua está muy buena.-decÃ*a mientras se reÃ*a-
- no, ahora no.
- mira ahora quién tiene vergüenza.
- de acuerdo, ya voy.

Me levante y fue entonces cuando las niñas pudieron observar mi polla en su máximo esplendor. La tenÃ*a totalmente tiesa y mirando al cielo.

- Cariño, por favor¡¡ -exclamó mi novia-
- te he avisado que no era buen momento.

Olga miraba entre sorprendida y divertida.

- Eso sÃ* que es una buena empalmada eh¡ cuñadito. –rió Olga-
- Olga, por favor¡¡ -le contestó mi novia-

En ese momento me dirigÃ* con ambas hermanas hacia el agua. Ellas con el bamboleo de sus tetones y yo que apenas podÃ*a andar con la polla totalmente tiesa...
 
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