Llegados a este extremo los tres ( mi esposa, el chulo y yo ) decidimos sacar el máximo partido a esta situación. Mi mujer de forma física, es decir disfrutando con los rabos que se tragaba y con los machos que se cepillaba y el chulo y yo de forma económica.
Decidimos de mutuo acuerdo, empezar a comercializar con el cuerpo de ella, a sacarle rendimiento mercantil.
Al principio fue el chulo quien comenzó a buscarle trabajos y clientes, y la verdad no tardó en conseguirlos. Le pusimos de inicio un precio módico y asequible que no era otro que 50 euros por trabajo, pero la verdad en seguida lo tuvimos que incrementar.
Cada vez tenía más y más trabajos, hasta el punto de tener que írselos seleccionando.
Poco a poco yo me fui atreviendo a buscarle algún que otro chollo. Al principio bajaba hasta algún bar, observaba a los clientes y luego escogía a alguno para ofrecerle los servicios de mi esposa. Un día fui un poco más allá y se la ofrecí a un buen amigo mío, el cual en un principio pensó que lo estaba puteando, pero en cuanto vio que estaba totalmente en serio aceptó y se la tiró esa misma noche. La voz corrió como la pólvora entre mis amigos y conocidos e inclusos familiares y fueron pocos los que se quedaron sin probar las dotes sexuales de mi querida esposa. Aunque en un principio solo admitíamos salidas, poco tiempo después comenzamos a traerle trabajos a casa. No era la primera vez que ella estaba descansando tranquilamente en el sofá, cuando yo le aparecía con algún personaje sacado de algún bar o antro, y al cual ella sin más vacilaciones atendía a la perfección.
Para yo poder ver todo lo que acontecía en la habitación utilizada para sus trabajos, hicimos unas pequeñas modificaciones. Colocamos en ella un espejo, por el cual desde la habitación contigua se veía a la perfección lo que sucedía en esa sala.
EL negocio iba viento en popa hasta el punto de que subimos a 100 euros el cobro por trabajo y nadie protesto y podemos decir que fueron muchos los que repitieron.
La verdad es que mi mujer no le hacía ascos a nada y atendía trabajos de todo tipo.
Desde hombres ya casi ancianos a jóvenes vírgenes que venían a estrenarse con una profesional, aún me acuerdo una noche que vino un hombre de casi ochenta años, dios los trabajos y los malabares que ella tuvo que hacer para que el miembro de el consiguiese una mínima rigidez. Estuvo más de media hora alternando juegos manuales con juegos bucales, para que finalmente consiguiese que la polla mínimamente se mantuviese erguida. Eso si una vez penetrada la disfruto como siempre. Otra noche se encargó de dos jovencitos que acababan de estrenar su mayoría de edad y que decidieron regalarse mutuamente, una noche de placer y sexo.
Llegaron puntualmente a las diez de la noche, y aunque habitualmente a los clientes solo los recibía yo, y mi mujer ya los esperaba en la habitación, esa noche ella decidió recibirlos también en la puerta. Estaba intrigada.
Abrimos la puerta y allí estaban dos adolescentes tipo. Altos, delgados y con una clara expresión de timidez. Los invitamos a pasar y les preguntamos si antes de comenzar querían tomar algo, a lo que ellos respondieron afirmativamente.
Entramos en la sala nos sentamos y les servimos un par de cervezas, no conseguían sentirse, tranquilos, relajados, era palpable que era la primera vez que se encontraban en una situación así. Uno de ellos no le quitaba ojo a mi esposa y la verdad es que esa noches estaba especialmente guapa. Llevaba un vestido ajustado de punto hasta las rodillas, medias negras y botas altas, estaba espectacular.
Se presentaron muy educadamente:
- hola me llamo miguel - dijo uno
- y yo me llamo juancho - dijo el otro.
Mi mujer tomó la iniciativa en la conversación y después de estar un rato charlando les preguntó que como habían dado con ella, como sabían de sus servicios.
- pues yo lo supe por mi padre, fue cliente tuyo y me dijo un día hablando de estas cosas, que si algún día buscase los servicios de una pu...,
perdón de una profesional, que contactásemos contigo, pues que eres sin duda la mejor de todas con las que él estuvo. Se deshizo en elogios hacia tu persona, dijo que nunca disfruto tanto como contigo, que había sido una auténtica pasada. – dijo juancho.
Depositando antes y cada uno los correspondientes 100 euros del pago por servicio.
Yo fui a la habitación – observatorio y me acosté en la cama esperando a que empezase la función.
.Entraron los tres, y los chicos se sentaron en los pies de la cama, mi mujer se colocó delante de ellos a unos dos metros y les preguntó:
Las piernas, el vientre, la espalda todo era recorrido con sumo cuidado y delicadeza por sus dedos.
Mi mujer se estremecía de gusto y excitación, mientras con sus manos acariciaba las cabezas de ellos. Estaba ya sumamente caliente y esto no había hecho más que empezar, levantó las manos, los brazos hacia el cielo, como queriendo alcanzar algo, algo invisible.
Esta situación la aprovecharon los jóvenes para ponerse de pie, pegarse mucho a ella e intensificar más si caben sus caricias. Todo su cuerpo seguía siendo recorrido una y otra vez, con una tranquilidad y paciencia inusual. Ahora ya daban cuenta de sus partes más íntimas y a la vez más sensibles, fue despojada del sujetador, quedando sus pechos a total disposición. Los pezones los tenía duros y gordos, estaban perfectos para ser disfrutados. Juancho, que estaba situado detrás de ella, comenzó a acariciar la base de sus senos y sus dedos poco a poco fueron ascendiendo hasta encontrarse con los pezones, a los cuales les aplicó un masaje intenso y por lo que se veía delicioso.
Mi mujer inclinó la cabeza hacia atrás hasta apoyarla en el hombro del joven y con los ojos cerrados se dispuso a disfrutar de la sesión.
Miguel mientras tanto seguía acariciando su vientre y sus piernas, hasta que en un momento dado se atrevió con los más preciado e íntimo de ella, su sexo.
Ella se pegó aún más a Juancho y comenzó a soltar sus primeros jadeos. Miguel le abrió un poco las piernas y sus dedos ahora si que accedieron a todo su sexo.
Miguel le retiró las bragas, dejándola por fin totalmente desnuda y su mano derecha comenzó a acariciar su vientre, descendiendo hasta que se encontró con el bosque de vello comenzando a aplicarle sobre esa zona un magreo mucho más intenso y duro.
Mi mujer estaba cada vez más y más excitada, la verdad es que los jóvenes para ser primerizos la sabían poner más que caliente.
Los jóvenes comenzaron a quitarse la ropa quedando únicamente con lo boxers puestos, boxers que a penas podían aguantar las erecciones que ellos tenían. Se miraron y coordinadamente cada uno ocupó su lugar. Miguel continuo morreando con ella, alternando esta vez boca y pechos, y juancho comenzó a comerle el sexo.
Parecía que poco a poco los jóvenes se iban poniendo a tono y cada vez me estaba quedando más claro, que estos tíos no eran tan primerizos como parecían.
Mi mujer se retorcía en la cama de placer, mientras los depredadores seguían dando buena cuenta de su presa. Juancho seguía con la cabeza sumergida en lo más profundo e íntimo de ella y Miguel continuaba dándose un festín con sus tetas y su boca.
Los gritos de placer cada vez se hacían más fuertes e intensos, mi mujer ya se movía con violencia, subiendo y bajando su cuerpo. Estaba a punto de correrse y yo con ella, pues me había cogido la polla y me la había empezado a menear ya hacía algunos minutos. El ver a mi mujer tan entregada a esos dos jóvenes había sido mucho para mí.
- ahhhh, ahhh, siiii, siiii, joderrrr, me gusta me gusta, siii, me corrooo cabrón cabrón -
Mi mujer se pegó un orgasmo espectacular y mientras juancho no dejaba de chupar todo el líquido que salía de las entrañas de ella.
- tranquila mamita, todo a su tiempo y esto aún no toca- dijo juancho
La verdad es que eran dos chavales con bastante sangre fría y aguante, otros en su situación ya hacía tiempo que habrían penetrado la vagina de mi mujer.
Juancho se fue tumbando hacia ella, hasta estar casi pegado. Con una mano comenzó a acariciarle dulcemente su cara y su boca fue aproximándose a la de ella, hasta llegar a juntarse con la de ella.
Mi mujer le respondió con un beso profundo y fuerte, que parecía no acabar nunca, sus bocas se mantuvieron un largo tiempo unidas.
Juancho con su boca y su lengua recorría toda su cara, su cuello, sus hombros, hasta detenerse más intensamente en sus pechos. Le succionaba sus pezones, al tiempo que le babeaba todo el resto del seno.
Mi mujer con sus manos buscaba deseosamente y desesperadamente el miembro del joven, miembro que cada vez deseaba con más ansias.
Por fin lo encontró y el contacto de sus manos sobre él, provocó que por primera vez en la noche juancho soltase un gemido de placer.
Le desnudó totalmente la polla a juancho, y acercándose la cabeza del miembro a su vagina intentó consumar la penetración, pero juancho volviéndose a guardar su polla se lo impidió.
Juancho apoyó su miembro aún tapado por el boxer sobre el sexo de mi mujer comenzando unas frotaciones brutales.
A la vista de todos quedó el majestuoso miembro del joven hinchado y duro como nunca, y listo para comenzar su trabajo.
Mi mujer lo miró e inmediatamente lo atrapó con sus manos. Con una manó lo comenzó a acariciar, mientras que con la otra sobaba los huevos duros e inflamados del joven.
Ahora sí que juancho no aguantó más y comenzó a disfrutar y a gozar como nunca.
Mi mujer soltó un grito seco y profundo, al tiempo que la clavaba las uñas en las nalgas.
El chaval comenzó a moverse lenta y acompasadamente, al tiempo que su lengua volvía a ocupar la cavidad bucal de ella.
Mi esposa en cuanto podía no tenía más remedio que gemir, casi gritar debido al placer que el joven le estaba proporcionando.
Mi mujer comenzó a moverse aún más frenéticamente y al momento comenzó a correrse. Mirad que la he visto tener orgasmos infinitas veces, pero hacía tiempo que no la veía así.
Se abrazó fuertemente a su amante e inició unos movimientos de pelvis brutales, parecía que en cualquier momento le iba a destrozar la polla al joven.
Finalmente sus gritos se pudieron escuchar en toda la casa, eran gritos de placer, de gozo, de lujuria, de vicio, de una perra en celo que por fin veía saciadas sus ganas de sexo. Se quedó jadeando y gimiendo durante unos intensos e interminables minutos y tras reponerse un poco del esfuerzo comenzó a recibir nuevamente las embestidas del muchacho. Con una mano consiguió agarrarle los huevos, aplicándoles una suave y profunda sesión de magreo. Al fin juancho también perdió el control. Sus gritos de placer fueron aumentando en graduación y las entradas y salidas de su polla cada vez eran con más ímpetu y rapidez.
Finalmente el muchacho se pegó a ella, le introdujo bruscamente la lengua en su boca y comenzó a correrse como un poseso.
Se tumbaron los tres en la cama y debido a que me estaba limpiando mi segunda corrida no alcancé a oír lo que se decían.
Observé como mi mujer se levantaba se vestía una bata blanca, y salía de la habitación.
Pocos segundos después entraba en la mía.
Yo me tumbé en la cama y también cerré los ojos con la finalidad de coger el sueño.
No sabía cuanto tiempo había transcurrido desde que me había quedado dormido, pero me había parecido una eternidad.
Unas voces me despertaron, voces que tenían un tono más que elevado.
Me incorporé y busqué con mi vista la habitación contigua para poder ver lo que allí sucedía, y al fin lo ví.
Mi esposa estaba a cuatro patas en la cama y juancho situado detrás de ella la estaba empalando sin compasión. La fuerza con la que se movía el chaval era inusual, con lo que conseguía arrancar continuos gemidos y gritos de la garganta de mi mujer.
La tenía agarrada fuertemente por las caderas y las embestidas eran cada vez más y más salvajes. Mi mujer se balanceaba violentamente hacia delante y hacia atrás, acompañada siempre por sus colgantes pechos.
Se inclinó hacia delante y con sus manos agarró, ejerciendo una enorme presión, los pechos de ella, lo que provocó que mi mujer soltase un alarido de dolor.
Le estrujó más aún las tetas, centrándose ahora en sus pezones, pezones que estaban más que inflamados. Realizaba unos movimientos que realmente recodaban a los que se realizan para ordeñar un animal. El cabrón simulaba ordeñar a mi mujer y mientras Miguel le abofeteaba la cara con su rabo.
De sus maltrechos y doloridos senos, continuaban brotando un jugo, el cual estaba empapando abundantemente las sábanas.
Juancho colocó sus piernas por debajo del cuerpo de ella y haciendo un rápido movimiento consiguió un cambio de postura. Ella seguía siendo enculada pero ahora estando sentada sobre él. Le levantó y separó las piernas dejando su coño totalmente a la vista y le dijo a miguel:
Los chavales, creo que asustados por el grito de mi esposa, se quedaron inmóviles un momento, pero segundos después comenzaron con el espectáculo.
Juancho la tenía fuertemente agarrada por las caderas y con una intermitencia controlada la levantaba y la bajaba, lo suficiente para que su rabo pudiese continuar con su trabajo de enculación.
Mi mujer seguía suplicando por favor que se detuviesen, que parasen ya, pues no podía más, que estaba destrozada.
Y estas suplicas conseguían el efecto totalmente contrario, pues excitaban más y más a los jóvenes, haciendo que estos intensificasen sus acciones.
- ya te dije puta que hoy no paramos hasta reventarte, y te juro que lo vamos a conseguir, te vamos a reventar, y durante mucho tiempo no vas a querer probar más polla. Y sabes lo que nos pone más cachondos, el saber que tu marido está viendo como le destrozamos a su mujercita, eso si que nos pone, golfa que eres una golfa. –
- parad por favor, por favor, os lo suplico, me estáis destrozando, rompiendo, no puedo más, estoy agotada, agotada, ahhhhhhh, diosssssss, me estáis abriendo por todos los sitiosssss.-
Era increíble la fuerza, la violencia y el aguante que esos cabrones tenían, pues llevaban más de 40 minutos abusando salvajemente de mi mujer.
Miguel llevó su boca a la de ella y le aplicó un morreo brutal, mi mujer quería gritar, chillar, pero debido a la presión de los labios de él no podía.
Cuando por fin se liberó de la boca del joven, pudé observar como mi mujer estaba sangrando, el cabrón le había mordido la lengua y los labios.
Yo estaba convencido que en cualquier momento mi mujer se desmayaría, que no podría aguantar mucho más.
Juancho incitaba a Miguel a seguir fornicándola, ya que estaban a punto de destrozarla y abrirla definitivamente.
Del coño y del culo de mi mujer comenzaron a salir jugos, de los que no se sabían muy bien su procedencia, aunque estaba seguro que esa era la prueba palpable de que habían conseguido lo que buscaban, que no era otra cosa que romperla interiormente.
Instantes después fue juancho quien le llenó el culo de semen.
Finalmente se incorporaron los muchachos, sonriendo y chocando las palmas de las manos. El cuerpo de mi mujer yacía sobre la cama, totalmente destrozado y soltando jugos por sus pechos y por sus dos agujeros inferiores.
Los jóvenes entre risas y comentarios se vistieron, y justo antes de marcharse, se acercaron a la cama, con sus pollas apuntaron al cuerpo de ella y al unísono comenzaron a mearle encima.
Finalmente se fueron, lo que yo aproveché para acceder a la habitación donde ella estaba. El entrar fue impactante, pues de inmediato me llegó un fuerte y asqueroso olor mezcla de sudor, sexo y orines. Mi mujer permanecía inmóvil.
Decidimos de mutuo acuerdo, empezar a comercializar con el cuerpo de ella, a sacarle rendimiento mercantil.
Al principio fue el chulo quien comenzó a buscarle trabajos y clientes, y la verdad no tardó en conseguirlos. Le pusimos de inicio un precio módico y asequible que no era otro que 50 euros por trabajo, pero la verdad en seguida lo tuvimos que incrementar.
Cada vez tenía más y más trabajos, hasta el punto de tener que írselos seleccionando.
Poco a poco yo me fui atreviendo a buscarle algún que otro chollo. Al principio bajaba hasta algún bar, observaba a los clientes y luego escogía a alguno para ofrecerle los servicios de mi esposa. Un día fui un poco más allá y se la ofrecí a un buen amigo mío, el cual en un principio pensó que lo estaba puteando, pero en cuanto vio que estaba totalmente en serio aceptó y se la tiró esa misma noche. La voz corrió como la pólvora entre mis amigos y conocidos e inclusos familiares y fueron pocos los que se quedaron sin probar las dotes sexuales de mi querida esposa. Aunque en un principio solo admitíamos salidas, poco tiempo después comenzamos a traerle trabajos a casa. No era la primera vez que ella estaba descansando tranquilamente en el sofá, cuando yo le aparecía con algún personaje sacado de algún bar o antro, y al cual ella sin más vacilaciones atendía a la perfección.
Para yo poder ver todo lo que acontecía en la habitación utilizada para sus trabajos, hicimos unas pequeñas modificaciones. Colocamos en ella un espejo, por el cual desde la habitación contigua se veía a la perfección lo que sucedía en esa sala.
EL negocio iba viento en popa hasta el punto de que subimos a 100 euros el cobro por trabajo y nadie protesto y podemos decir que fueron muchos los que repitieron.
La verdad es que mi mujer no le hacía ascos a nada y atendía trabajos de todo tipo.
Desde hombres ya casi ancianos a jóvenes vírgenes que venían a estrenarse con una profesional, aún me acuerdo una noche que vino un hombre de casi ochenta años, dios los trabajos y los malabares que ella tuvo que hacer para que el miembro de el consiguiese una mínima rigidez. Estuvo más de media hora alternando juegos manuales con juegos bucales, para que finalmente consiguiese que la polla mínimamente se mantuviese erguida. Eso si una vez penetrada la disfruto como siempre. Otra noche se encargó de dos jovencitos que acababan de estrenar su mayoría de edad y que decidieron regalarse mutuamente, una noche de placer y sexo.
Llegaron puntualmente a las diez de la noche, y aunque habitualmente a los clientes solo los recibía yo, y mi mujer ya los esperaba en la habitación, esa noche ella decidió recibirlos también en la puerta. Estaba intrigada.
Abrimos la puerta y allí estaban dos adolescentes tipo. Altos, delgados y con una clara expresión de timidez. Los invitamos a pasar y les preguntamos si antes de comenzar querían tomar algo, a lo que ellos respondieron afirmativamente.
Entramos en la sala nos sentamos y les servimos un par de cervezas, no conseguían sentirse, tranquilos, relajados, era palpable que era la primera vez que se encontraban en una situación así. Uno de ellos no le quitaba ojo a mi esposa y la verdad es que esa noches estaba especialmente guapa. Llevaba un vestido ajustado de punto hasta las rodillas, medias negras y botas altas, estaba espectacular.
Se presentaron muy educadamente:
- hola me llamo miguel - dijo uno
- y yo me llamo juancho - dijo el otro.
Mi mujer tomó la iniciativa en la conversación y después de estar un rato charlando les preguntó que como habían dado con ella, como sabían de sus servicios.
- pues yo lo supe por mi padre, fue cliente tuyo y me dijo un día hablando de estas cosas, que si algún día buscase los servicios de una pu...,
perdón de una profesional, que contactásemos contigo, pues que eres sin duda la mejor de todas con las que él estuvo. Se deshizo en elogios hacia tu persona, dijo que nunca disfruto tanto como contigo, que había sido una auténtica pasada. – dijo juancho.
- hombre muchas gracias por los elogios, dáselas a tu padre de mi parte, y la verdad es una pena que no me acuerde de él. –
- él me contó, aunque a veces exagera un poco, que había conseguido provocarte tres corri…, tres orgasmos seguidos sin que el descansase una sola vez, no sé si asi te acuerdas. –
- ahhh, ahora si que me acuerdo, y esta vez no exageró, fue tal cual te lo contó, tiene un miembro no muy grande, pero si grueso y lo mueve de vicio, ahora si que me acuerdo, tu padre lo hace de maravilla a ver si su hijo se le parece.-
Depositando antes y cada uno los correspondientes 100 euros del pago por servicio.
Yo fui a la habitación – observatorio y me acosté en la cama esperando a que empezase la función.
.Entraron los tres, y los chicos se sentaron en los pies de la cama, mi mujer se colocó delante de ellos a unos dos metros y les preguntó:
- bueno a ver qué hacemos, o mejor que queréis que haga? –
- Desnúdate – dijo miguel
- y ahora qué? Qué más queréis que haga?
- acércate – dijo uno de ellos
Las piernas, el vientre, la espalda todo era recorrido con sumo cuidado y delicadeza por sus dedos.
Mi mujer se estremecía de gusto y excitación, mientras con sus manos acariciaba las cabezas de ellos. Estaba ya sumamente caliente y esto no había hecho más que empezar, levantó las manos, los brazos hacia el cielo, como queriendo alcanzar algo, algo invisible.
Esta situación la aprovecharon los jóvenes para ponerse de pie, pegarse mucho a ella e intensificar más si caben sus caricias. Todo su cuerpo seguía siendo recorrido una y otra vez, con una tranquilidad y paciencia inusual. Ahora ya daban cuenta de sus partes más íntimas y a la vez más sensibles, fue despojada del sujetador, quedando sus pechos a total disposición. Los pezones los tenía duros y gordos, estaban perfectos para ser disfrutados. Juancho, que estaba situado detrás de ella, comenzó a acariciar la base de sus senos y sus dedos poco a poco fueron ascendiendo hasta encontrarse con los pezones, a los cuales les aplicó un masaje intenso y por lo que se veía delicioso.
Mi mujer inclinó la cabeza hacia atrás hasta apoyarla en el hombro del joven y con los ojos cerrados se dispuso a disfrutar de la sesión.
Miguel mientras tanto seguía acariciando su vientre y sus piernas, hasta que en un momento dado se atrevió con los más preciado e íntimo de ella, su sexo.
Ella se pegó aún más a Juancho y comenzó a soltar sus primeros jadeos. Miguel le abrió un poco las piernas y sus dedos ahora si que accedieron a todo su sexo.
- te gusta como lo hacemos? Lo hacemos bien, dinos te gusta? – le preguntó juancho, mientras seguía jugando y jugando con sus tetas
- si claro que me gusta lo haceis muy bien, muy bien, uhmmmm –
Miguel le retiró las bragas, dejándola por fin totalmente desnuda y su mano derecha comenzó a acariciar su vientre, descendiendo hasta que se encontró con el bosque de vello comenzando a aplicarle sobre esa zona un magreo mucho más intenso y duro.
- ohhhh, siiiiiii, diosssss, siiiii me gusta cabrón –
Mi mujer estaba cada vez más y más excitada, la verdad es que los jóvenes para ser primerizos la sabían poner más que caliente.
- no sabeis cuánto llevo sin estar con chicos jóvenes como vosotros, y no sabéis cuanto me apetecía - dijo ella
- pues hoy vas a tener toda la ración que tu quieras princesa, toda, hasta que te quedes bien a gusto. –
- vaya, pero si ya estais listos para el trabajo – dijo ella
- si estamos a punto para disparar, pero todo a su tiempo. - le dijo juancho
Los jóvenes comenzaron a quitarse la ropa quedando únicamente con lo boxers puestos, boxers que a penas podían aguantar las erecciones que ellos tenían. Se miraron y coordinadamente cada uno ocupó su lugar. Miguel continuo morreando con ella, alternando esta vez boca y pechos, y juancho comenzó a comerle el sexo.
Parecía que poco a poco los jóvenes se iban poniendo a tono y cada vez me estaba quedando más claro, que estos tíos no eran tan primerizos como parecían.
Mi mujer se retorcía en la cama de placer, mientras los depredadores seguían dando buena cuenta de su presa. Juancho seguía con la cabeza sumergida en lo más profundo e íntimo de ella y Miguel continuaba dándose un festín con sus tetas y su boca.
- siiiii, siiiii, uhmmmm,uhmmmm, venga nene cómemela toda, quiero que me dejes totalmente seca, diosssss, diosssss –
- uhmmmm, ahhhh, siiiii, que gustoooo, que gustooo, que bien lo hace la mamita – dijo miguel.
- Ahh, diosss, este cabrón tiene una lengua mágica, diosss, venga nene comemela, cómemelaaaa –
Los gritos de placer cada vez se hacían más fuertes e intensos, mi mujer ya se movía con violencia, subiendo y bajando su cuerpo. Estaba a punto de correrse y yo con ella, pues me había cogido la polla y me la había empezado a menear ya hacía algunos minutos. El ver a mi mujer tan entregada a esos dos jóvenes había sido mucho para mí.
- ahhhh, ahhh, siiii, siiii, joderrrr, me gusta me gusta, siii, me corrooo cabrón cabrón -
Mi mujer se pegó un orgasmo espectacular y mientras juancho no dejaba de chupar todo el líquido que salía de las entrañas de ella.
- qué, te gustó mamita? Te gustó la comidita que te hizo tu hijito? Dinos a qué no somos tan novatos?, a que no lo hacemos tan mal? – le preguntó muy ácidamente juancho.
- La verdad es que estuvo de maravilla, hacía tiempo que no disfrutaba tanto con una boca y con una lengua como la tuya -
- tranquila mamita, todo a su tiempo y esto aún no toca- dijo juancho
La verdad es que eran dos chavales con bastante sangre fría y aguante, otros en su situación ya hacía tiempo que habrían penetrado la vagina de mi mujer.
Juancho se fue tumbando hacia ella, hasta estar casi pegado. Con una mano comenzó a acariciarle dulcemente su cara y su boca fue aproximándose a la de ella, hasta llegar a juntarse con la de ella.
Mi mujer le respondió con un beso profundo y fuerte, que parecía no acabar nunca, sus bocas se mantuvieron un largo tiempo unidas.
Juancho con su boca y su lengua recorría toda su cara, su cuello, sus hombros, hasta detenerse más intensamente en sus pechos. Le succionaba sus pezones, al tiempo que le babeaba todo el resto del seno.
Mi mujer con sus manos buscaba deseosamente y desesperadamente el miembro del joven, miembro que cada vez deseaba con más ansias.
Por fin lo encontró y el contacto de sus manos sobre él, provocó que por primera vez en la noche juancho soltase un gemido de placer.
- uhmmm, uhmmm, ohhh, siiii, siiii, me gusta –
- pues no sabes lo que a mi me gusta, y las ganas que tengo de que me penetre, de sentir sus latidos dentro de mi, de sentir su calor, de que me martillee las entrañas, juancho no sabes las ganas y la necesidad que tengo de sentirlo dentro de mi cuerpo. –
Le desnudó totalmente la polla a juancho, y acercándose la cabeza del miembro a su vagina intentó consumar la penetración, pero juancho volviéndose a guardar su polla se lo impidió.
- aún no llegó el momento mamita, espera un poquito no seas niña mala –
- diossss chaval la necesito dentro, dios estoy ardiendo de deseo, no me hagas esperar más –
Juancho apoyó su miembro aún tapado por el boxer sobre el sexo de mi mujer comenzando unas frotaciones brutales.
- Así que quieres que te folle eh?, pues tranquila que vas a follar todo lo que quieras pero antes hay que preparar el terreno – dijo juancho
- Diossss que me hacesss cabrón, diosss chaval me estás sacando de control, diossss folláme follame por favor, no sigas con este juego –
- no sabes lo que me gusta calentar a las tías, jugar con ellas hasta que no puedan más y me supliquen que me las folle, es algo que me encanta y al mismo tiempo también me pone – le dijo el chaval mientras no dejaba de frotar su verga contra el coño de ella.
- Uhmmmm, pues yo ya estoyyyyy más que a ciennn, uhmmmm estoy empapada y deseosa de ser penetrada, joder nunca me he encontrado tan caliente. –
A la vista de todos quedó el majestuoso miembro del joven hinchado y duro como nunca, y listo para comenzar su trabajo.
Mi mujer lo miró e inmediatamente lo atrapó con sus manos. Con una manó lo comenzó a acariciar, mientras que con la otra sobaba los huevos duros e inflamados del joven.
Ahora sí que juancho no aguantó más y comenzó a disfrutar y a gozar como nunca.
- siiiii, siiiii, siiiii, que gusto mamita, que bien lo hacesss, si mamaaaa, siii –
- si nene disfruta con tu mamita, ya verás como te va a gustar lo que yo te hago –
Mi mujer soltó un grito seco y profundo, al tiempo que la clavaba las uñas en las nalgas.
El chaval comenzó a moverse lenta y acompasadamente, al tiempo que su lengua volvía a ocupar la cavidad bucal de ella.
Mi esposa en cuanto podía no tenía más remedio que gemir, casi gritar debido al placer que el joven le estaba proporcionando.
- siiiii, siiiii, que polla tienes, joder que polla tienes, como follas cabrón, como follassss-
Mi mujer comenzó a moverse aún más frenéticamente y al momento comenzó a correrse. Mirad que la he visto tener orgasmos infinitas veces, pero hacía tiempo que no la veía así.
Se abrazó fuertemente a su amante e inició unos movimientos de pelvis brutales, parecía que en cualquier momento le iba a destrozar la polla al joven.
Finalmente sus gritos se pudieron escuchar en toda la casa, eran gritos de placer, de gozo, de lujuria, de vicio, de una perra en celo que por fin veía saciadas sus ganas de sexo. Se quedó jadeando y gimiendo durante unos intensos e interminables minutos y tras reponerse un poco del esfuerzo comenzó a recibir nuevamente las embestidas del muchacho. Con una mano consiguió agarrarle los huevos, aplicándoles una suave y profunda sesión de magreo. Al fin juancho también perdió el control. Sus gritos de placer fueron aumentando en graduación y las entradas y salidas de su polla cada vez eran con más ímpetu y rapidez.
Finalmente el muchacho se pegó a ella, le introdujo bruscamente la lengua en su boca y comenzó a correrse como un poseso.
- siiiiii, nene vacía todo tu líquido en mi interior, quiero que me llenes de semen cabrón.-
- joderrrrrrr, que polvazo, que pasada, eres genial tía, eres fantástica, como te mueves, como follas tía – le dijo juancho al tiempo que le daba un nuevo beso.
- ahhhhh, aahhhh, siiii siiii, putaaa, muévete, muévete mássss, siii –
Se tumbaron los tres en la cama y debido a que me estaba limpiando mi segunda corrida no alcancé a oír lo que se decían.
Observé como mi mujer se levantaba se vestía una bata blanca, y salía de la habitación.
Pocos segundos después entraba en la mía.
- oye me dicen que si pueden dormir hoy aquí conmigo, que no tienen que ir para casa y que les gustaría dormir a mi lado.-
- no sé que decir, a ti que te parece? Te parece buena idea? – le respondí yo.
- A mi, me parece buena idea, a mi también me apetece. –
- Y van a pagar más? –
- No en principio no les vamos a cobrar más, al fin y al cabo solo es dormir.-
- Bueno pues decide tú, queda a tu elección. –
Yo me tumbé en la cama y también cerré los ojos con la finalidad de coger el sueño.
No sabía cuanto tiempo había transcurrido desde que me había quedado dormido, pero me había parecido una eternidad.
Unas voces me despertaron, voces que tenían un tono más que elevado.
Me incorporé y busqué con mi vista la habitación contigua para poder ver lo que allí sucedía, y al fin lo ví.
Mi esposa estaba a cuatro patas en la cama y juancho situado detrás de ella la estaba empalando sin compasión. La fuerza con la que se movía el chaval era inusual, con lo que conseguía arrancar continuos gemidos y gritos de la garganta de mi mujer.
La tenía agarrada fuertemente por las caderas y las embestidas eran cada vez más y más salvajes. Mi mujer se balanceaba violentamente hacia delante y hacia atrás, acompañada siempre por sus colgantes pechos.
- joder cabrón despacio, despacio que me haces daño, joderrrrr, no tan fuereteee – mi mujer no paraba de quejarse, pero sus lamentos no conseguían el fruto deseado.
Se inclinó hacia delante y con sus manos agarró, ejerciendo una enorme presión, los pechos de ella, lo que provocó que mi mujer soltase un alarido de dolor.
- ahhhhhhhh, ahhhhhhh, que dolor, que dolorrrrrr, no me aprietes tanto, no me aprietes tantooooo, joderrrr, que me dueleeee.-
- quiero ordeñarte, sacarte toda la leche de tus putas tetas, no voy a parar hasta que te los reviente, te los voy a reventarrrr, pedazoo putaaa.-
Le estrujó más aún las tetas, centrándose ahora en sus pezones, pezones que estaban más que inflamados. Realizaba unos movimientos que realmente recodaban a los que se realizan para ordeñar un animal. El cabrón simulaba ordeñar a mi mujer y mientras Miguel le abofeteaba la cara con su rabo.
- diossssss, diosssss, me arden los pezones, me queman, para por favor, por favor, no aguanto más el dolor, es inaguantable, ahhhh –
- te voy a destrozar los pezones y la peras, ya te lo dije, te voy a destrozar, tiene razón mi viejo, eres una puta ninfómana, pero hoy te voy a dar una lección que nunca olvidaras, pedazo zorra – le escupió juancho, mientras seguía taladrando brutalmente el coño de mi esposa. Era descomunal el ímpetu con el que se la estaba follando, nunca había visto tal cosa, sus huevos chocaban con fuerza contra el culo de ella, y su miembro entraba y salía de su interior de forma incontrolada.
- siiii, siiiii, asiiii, puta, puta, sueltalo todo, todo, hasta la ultima puta gota, zorra, que eres una zorra – dijo juancho justo cuando de sus pechos comenzó a gotear un jugo, mezcla de suero y sangre. Dios mío la estaba destrozando, tenía los pezones todos agrietados y de sus senos brotaba, un liquído rojizo.
- Ahhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhh, me los acabas de reventar cabrón, me has reventado los pechos, diossss, que dolorrrrrr, que dolorrrrrrrr, no aguanto más, por favor para, para – mi mujer suplicaba sollozando pero su fornicador no le daba tregua.
- Y ahora el puto culo, te voy a reventar el puto culo zorra, no te vas a poder sentar en meses, putaaa –
De sus maltrechos y doloridos senos, continuaban brotando un jugo, el cual estaba empapando abundantemente las sábanas.
Juancho colocó sus piernas por debajo del cuerpo de ella y haciendo un rápido movimiento consiguió un cambio de postura. Ella seguía siendo enculada pero ahora estando sentada sobre él. Le levantó y separó las piernas dejando su coño totalmente a la vista y le dijo a miguel:
- venga tio, follatela por delante, dale caña a la puta, a ver si conseguimos reventarla de una puta vez –
Los chavales, creo que asustados por el grito de mi esposa, se quedaron inmóviles un momento, pero segundos después comenzaron con el espectáculo.
- dale tu primero – le dijo juancho a miguel.
Juancho la tenía fuertemente agarrada por las caderas y con una intermitencia controlada la levantaba y la bajaba, lo suficiente para que su rabo pudiese continuar con su trabajo de enculación.
Mi mujer seguía suplicando por favor que se detuviesen, que parasen ya, pues no podía más, que estaba destrozada.
Y estas suplicas conseguían el efecto totalmente contrario, pues excitaban más y más a los jóvenes, haciendo que estos intensificasen sus acciones.
- ya te dije puta que hoy no paramos hasta reventarte, y te juro que lo vamos a conseguir, te vamos a reventar, y durante mucho tiempo no vas a querer probar más polla. Y sabes lo que nos pone más cachondos, el saber que tu marido está viendo como le destrozamos a su mujercita, eso si que nos pone, golfa que eres una golfa. –
- parad por favor, por favor, os lo suplico, me estáis destrozando, rompiendo, no puedo más, estoy agotada, agotada, ahhhhhhh, diosssssss, me estáis abriendo por todos los sitiosssss.-
Era increíble la fuerza, la violencia y el aguante que esos cabrones tenían, pues llevaban más de 40 minutos abusando salvajemente de mi mujer.
Miguel llevó su boca a la de ella y le aplicó un morreo brutal, mi mujer quería gritar, chillar, pero debido a la presión de los labios de él no podía.
Cuando por fin se liberó de la boca del joven, pudé observar como mi mujer estaba sangrando, el cabrón le había mordido la lengua y los labios.
- ahhhhhh, ahhhhhhhh, me has mordido cabrónnn, me has mordido, me duele, me dueleeeee.-
- todo lo que te hacemos te lo mereces por ser tan puta, todo – le dijo juancho.
- ahhhh, ahhhh, no aguanto mássss, no aguanto mássss, diossss, que dolorrrrrr, paraddd, por favor.-
Yo estaba convencido que en cualquier momento mi mujer se desmayaría, que no podría aguantar mucho más.
Juancho incitaba a Miguel a seguir fornicándola, ya que estaban a punto de destrozarla y abrirla definitivamente.
Del coño y del culo de mi mujer comenzaron a salir jugos, de los que no se sabían muy bien su procedencia, aunque estaba seguro que esa era la prueba palpable de que habían conseguido lo que buscaban, que no era otra cosa que romperla interiormente.
- aahhhhh, me abreis roto, me abreis roto, estoy soltando líquidos que nunca solté y que no sé que son, ahhhh, estoy rotaaa, estoy rotaaa, -
- ves como al final lo conseguimos puta, ves como al final te destrozamos. Venga miguel ahora vamos a darle una buena corrida –
Instantes después fue juancho quien le llenó el culo de semen.
Finalmente se incorporaron los muchachos, sonriendo y chocando las palmas de las manos. El cuerpo de mi mujer yacía sobre la cama, totalmente destrozado y soltando jugos por sus pechos y por sus dos agujeros inferiores.
Los jóvenes entre risas y comentarios se vistieron, y justo antes de marcharse, se acercaron a la cama, con sus pollas apuntaron al cuerpo de ella y al unísono comenzaron a mearle encima.
- jajjajajaja, esto va de regalo puta, seguro que nunca nos olvidarás. – dijo juancho.
Finalmente se fueron, lo que yo aproveché para acceder a la habitación donde ella estaba. El entrar fue impactante, pues de inmediato me llegó un fuerte y asqueroso olor mezcla de sudor, sexo y orines. Mi mujer permanecía inmóvil.
- joder para los chavales, como se han pasado, que cabrones son.- dije yo.
- Estoy destrozada, me han reventado, noté como me iban abriendo poco a poco hasta que al final me reventaron, comenzando a salir jugos de todo tipo, estoy destrozada y deshecha.-
- Lo que te hicieron hoy fue algo nunca visto, creo que es mejor abandonar esta vida, volver a la anterior, por lo que te pueda pasar.-
- Los hijos de puta sabían a lo que venían, venían a fornicarme hasta que me explotaran por dentro, y lo han conseguido. Estos son lo riesgos que hay que asumir si llevas una vida como la mía, y yo estoy dispuesta a asumirlos.