Mi mujer Gia, es seducida por Jessa

heranlu

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Llevamos 20 años casados…Mi esposa se llama Gia, tiene 52 años... Ella le gusta el exhibicionismo y no tiene problemas para ir por casa desnuda y pararse frente a ventanas abiertas para que la vean.

Mide 1,67 m de altura y pesa 110 kg aproximadamente… Tiene unas tetas muy grandes… Hoy día, nuestra vida sexual casi no existia pero ahora ha mejorado mucho por los hechos acaecidos ultimamente.

Al principio de casados, la única posición que me permitía utilizar para follarla era la de misionero, nunca otras posiciones diferentes, ni tampoco, por supuesto, sexo anal… Ocasionalmente me daba alguna pequeña mamada, pero poca cosa.

Ella es enfermera y trabaja en un hospital… A medida que pasaron los años, cedió en el sexo anal aunque prefería siempre que la follara.

Mis dos grandes fantasías eran verla follada por una polla realmente grande, o en una relación lésbica… Precisamente, su mejor amiga ha sido lesbiana toda su vida, y a menudo he fantaseado con ver a las dos en la cama juntas disfrutando del sexo lésbico, pero esto nunca se dio.

Ella tiene una compañera de trabajo que la invitó a pasar un fin de semana a su casa… Yo sabía que esa mujer era bisexual y quería meterse con ella en la cama, pero Gia rechazó la invitación y de nuevo nada pasó.

Pero todo esto cambió hace unas semanas, cuando otra compañera la invitó a tomar una copa después del trabajo... Gia me llamó y me dijo que la compañera la avergonzó diciendo que "nunca salía con sus compañeras de trabajo" y tuvo que aceptar la invitación.

Resultó que el bar al que la llevó era el abrevadero lésbico, que mi esposa descubrió nada más entrar… Las únicas personas que habían eran mujeres…Mi esposa pensó que no quería parecerle descortés y se quedó para tomar un trago... La conversación siguió y al poco rato ella estaba bebiendo su cuarta copa y estaba sintiendo el "calor" del alcohol por todo su cuerpo.

Escucharon música y Jessa, la chica que la invitó, le dijo:

- "Vamos a bailar un poco."

Y cogiéndola de la mano, la llevó a la pista de baile… Había otras mujeres bailando y, en verdad, ahora lo estaba pasando muy bien... Luego, la música cambió a algo más lento y mi esposa comenzó a volver a las sillas pero Jessa la agarró del brazo y le dijo:

- "Vamos a bailar este baile."

- "No es musica para bailar suelta", le respondió Gia.

- “¿En serio?... No voy a morderte por bailar abrazada a tí.”

Mi esposa cedió y Jessa la abrazó, presionando sus tetas con las de ella de una forma muy descarada, sin importarle la gente.

Pronto, Jessa se apretaba más y más y le acariciaba el cuello.

- "Sabes que eres bonita", dijo.

- "Qué va… Soy normal, gorda y…”

Antes de que pudiera terminar la frase, Jessa pegó su boca a la de mi esposa.

Sorprendida, intentó zafarse, pero otra vez Jessa le volvió a besar en la boca, sólo que esta vez forzó su lengua en su boca, llenándola.

Con sus defensas rotas, Jessa la condujo de vuelta a la mesa.

- “Salgamos de aquí, mi furgoneta está fuera.”

Jessa la llevó a su furgoneta y la ayudó a subir tocándole con descaro su amplio culo… Mi esposa estaba indefensa, caliente y sorprendida.

Cuando Jessa entró en la fugoneta, puso un poco de música y le dijo:

. "Arrímate a mí, cariño".

Mi esposa lo hizo, y Jessa le preguntó:

- "¿Nunca has estado con una mujer?"

- “No, nunca”, respondió mi esposa.

- "No te preocupes, todo irá bien y disfrutarás con ello"… Y dicho eso Jessa comenzó a besarla y palpar sus tetas por encima de su ropa.

En ese momento la última defensa de mi esposa cayó y Jessa le desabrochó el pantalón, deslizó su mano por dentro de sus bragas y a través de su espeso monte de Venus, le tocó el coño empapado con sus jugos que estaba segregando sin parar.

- “Quítate el pantalón y tócate el coño mientras conduzco”, le dijo Jessa... Mi esposa hizo lo que le ordenó, apoyándose contra la puerta de la furgoneta para que Jessa pudiera verle bien su coño peludo.

No pudiendo esperar más, Jessa se detuvo en el aparcamiento de un motel, frente a una habitación oscura y le dijo a mi esposa que se quedara quieta... Luego, salió de la furgoneta.

Cuando volvió, Jessa llevaba una llave con la que abrió la puerta… Llamó a mi esposa y al entrar ella vio que la habitación tenía sólo una cama.

- “Desnudaté y acuéstate… Yo voy al baño y en un minuto vuelvo.”

Mi esposa pensó en irse, pero la excitación la abrumaba, por lo que se quitó toda la ropa y se metió desnuda debajo de las sábanas.

Jessa salió del baño llevando un arnes con un gran consolador que sobresalía de su denso monte de Venus de color rojizo.

- "¿Y eso?", preguntó mi esposa.

- "Eso es la polla con la que voy a follarte, cariño”, le respondió… -“Veamos qué tienes tú, cielo”… Y Jessa le apartó las sábanas.

- "¡Umm, que rica que estas!", exclamó mientras observaba a mi esposa, que intentaba cubrirse con sus manos… "Enseñame tu coño", dijo apartando las manos de mi esposa... - "Estás muy buena", comentó mientras tomaba con su mano la teta de mi esposa, apretándola, tirando del pezón y provocando que mi esposa gritara.

- "Ooooh, bebé… que no te he herido", dijo Jessa mientras se subía a la cama, sentándose a horcajadas sobre los muslos de mi esposa con los suyos, apretándolos con fuerza.

Al tiempo que se subía encima de mi esposa, comenzó a besarla con fuerza sujetando sus brazos sobre su cabeza… Finalmente bajando la lengua a sus pezones ahora erectos, los chupó con fricción a la vez que alternaba metiendo casi toda su teta en su boca.

Utilizando su muslo para separar las piernas de mi esposa, su mano agarró un puñado de su pelo de coño tirando con fuerza de ellos, lo que provocó que ella elevara su cuerpo separandose de la cama y haciendo que gimiera de dolor.

- "¿Te gusta eso, bebé?", le dijo tirando de ella por los pelos del coño otra vez, pero más fuerte que antes para que supiera quien mandaba mientras Gia arqueaba de nuevo su cuerpo y gemía de dolor, incapaz de detenerla por estar atada.

- “Ahora, mi pequeño coño, separa tus piernas”… Mi esposa hizo lo que le ordenó dejando su coño y su culo a su merced… Jessa no perdió el tiempo y sumergió su lengua tan profundamente como pudo en su coño, encontrando su clítoris, tirando de él y mordiéndolo, mientras mi esposa no paraba de gemir de miedo y placer.

- "Te estás mojándote pequeño coño… Te gusta esto que te hago, ¿eh?”

Todo lo que mi esposa podía decir era:

- "Uuuuh… Aaaah... Uuuuh... Aaaah."

Pronto gran cantidad de flujo del coño corría por el peludo sexo de mi esposa.

- "¿Estás lista para recibir toda mi polla, coño peludo?"

Mi esposa, incapaz de hablar, simplemente asintió, y con eso Jessa tomó la cabeza de su pene de 25 cm de largo y se la metió hasta la empuñadura, empujándola casi fuera de la cama.

- “Tómate esto con calma y no te muevas tanto”, le dijo Jessa… - “Voy a tener que comprarme una polla más grande y más gorda para ti, ya que ésta te entra muy fácil hasta el fondo, cariño”, le susurró al oído mientras ella comenzaba a bombear, en el coño de mi esposa, su gran pene de silicona, dentro y fuera sin parar, mientras Gia separaba al maximo las piernas para que Jessa se la pudiera clavar hasta el fondo con sus golpes de cadera que la aplastaba en la cama y le hacía que sus tetas rebotases con cada golpe que recibía.

- "¡Vamos, perra caliente, apretate a mamá… Córrete y disfruta!"

Hasta ahora mi esposa nunca había echado, por el coño, un chorro en su vida… Siempre decía que eso era un cuento de mujeres y que nunca sucedía... Esta noche en la cama de un motel, lo hizo… soltó un gran chorro cuando alcanzó el orgasmo y se puso a tembrar incontroladamente de placer.

Después de una hora de follarsela sin parar, Jessa abrazó a mi esposa y la acunó en la cama con sus grandes tetas y su coño peludo frotándose contra el culo de mi esposa.

- “Mira, nena, te habrás dado cuenta lo bueno que es, cómo te acabo de follar bien follada… Y tu viejo nunca lo sabrá, a no ser por el olor del flujo que estás soltando sin parar por lo caliente que estás… Llámalo y dile que hemos bebido demasiado y tu amiga Jessa dice que te quedes en su casa para pasar la noche y volverás mañana por la mañana”.

Mi esposa, que siempre se mostraba reacia, comenzó a resistirse, pero Jessa se puso sería y le exigió que lo hiciera… Le dijo:

- "Llámalo, coño, o lo lamentarás."

Así que me llamó, me contó la historia y le contesté:

- "Me parece bien… Te veré mañana."

- Ves como no era tan difícil, cariño”, le dijo Jessa a mi esposa… Vamos a subir a la camioneta pero no te molestes en vestirte, sólo recoge tu ropa... Quiero que vayas desnuda.

Mi esposa agarró su ropa y se metió en la camioneta desnuda.

Jessa vivía a una media hora de distancia en una zona aislada, en una granja.

Cuando Jessa detuvo la furgoneta, mi esposa se preguntó en qué lío se había metido… Jessa alargó la mano para acercar a Gia hacia ella y la besó con fuerza empujando la parte posterior de su cabeza hacia ella obligándola a aceptar la lengua en su boca... Gia podía saborear su coño en el aliento de Jessa.

- “Vamos para adentro de la casa, cariño… La noche es joven.”

Cuando entraron en la granja, Gia no pudo evitar notar el arte lésbico en los objetos en la casa.

- “Deja tus ropas allí, no las necesitarás esta noche”, dijo Jessa riendo… - “¿Tienes hambre?”, le preguntó.

- "No, gracias", dijo Gia.

- “Bueno, yo voy a comer algo… Voy a necesitar cargar energía.”

Gia se sintió muy incómoda, sin ropa, pero Jessa había entrado en otra habitación, por lo que por el momento era soportable.

Eso no duró mucho tiempo... Jessa salió desnuda también, con sus grandes tetas caídas… Me dijo que cogiera su mano, que había algo que quería enseñarme… Me llevó hasta una habitación oscura, en la que no podía ver nada... Jessa cerró la puerta y pasó un pestillo… Luego, encendió la luz.

La visión hizo que la sangre de Gia se helara… La habitación parecía sacada de una mazmorra… Habían látigos, cadenas, grandes cruces, correas y todo tipo y tamaño de consoladores y juguetes sexuales.

- "No… No, no me gusta esto… Me voy de aquí", dijo Gia.

Cuando pasó junto a Jessa, sintió el pinchazo de una aguja en el hombro y escuchó antes de perder el conocimiento:

- "No creo que te vayas, bebé", dijo Jessa.

Gia se despertó atada a una mesa, con las piernas flexionadas y muy abiertas, exponiendo su coño y su culo a Jessa.

- "Lo siento, pero no puedo dejar que te vayas hasta que estés completamente entrenada… De momento voy a ponerte algunas cosas para que recuerdes siempre esta noche conmigo.”

- "¿Qué?... ¿Qué vas a hacerme?", preguntó Gia.

- “Sólo voy a ponerte algunas joyas… Sé que te gustan las joyas ¿verdad?”

- “Sí”, dijo Gia.

Jessa se volvió hacia una mesa para coger algo de alcohol, que frotó en el coño de Gia.

- “¡Espera, Jessa… Dijiste joyas!”

- “¡Claro bebé… Te voy a poner un anillo en el clítoris… Eso es una joya.”

- “Noooo”, gritó Gia… - “¡Nooo!”

Pero Jessa cogió unas pinzas y sacó el clítoris de Gía a la luz… Sosteniendo las pinzas, perforó el clitoris con una aguja gruesa… Gia, tensó su cuerpo y dejó escapar un grito espeluznante, llorando.

- “Lo peor ya está, bebé… Lo que notas que te quema es sólo por el alcohol… Pasará en unos minutos… Ya lo verás.”

Jessa sacó un anillo de oro macizo con un pequeño cascabel y lo pasó por el orificio del clítoris de Gia.

- “Qué bonito te queda, bebé… Deberías verlo… Una pequeña pieza de oro asoma de tu coño.”

Las lágrimas de Gia comenzaron a calmarse.

- "¿Ya se acabó todo, verdad?", le preguntó Gia.

- “Bueno, casi”, respondió Jessa.

- "¡¿Qué?... No quiero más… Por favor, no quiero más, Jessa!”

- “Bueno, sólo un poco más, cariño”... ¿Te he dicho lo mucho que me gustan esos grandes y duros pezones tuyos?... Son difíciles de tenerlos así de duros todo el tiempo como tú los tienes, ¿sabes?”

Jessa comienzó a limpiar los pezones de Gia con alcohol… Ella sabía lo que vendría después.

- “Por favor, no me hagas daño”, dijo Gia.

- “Dolor y placer, mi bebé… Dolor y placer.”

Con eso Jessa agarró con fuerza la teta de Gia y perforó su pezón con una aguja mas gruesa que la utilizada con el clitoris… Luego paso por el agujero del pezón, otro anillo mucho más grande que el del clitoris, con un pequeño cascabel… Y luego hizo lo mismo con el otro pezón.

Gia sufrió mucho dolor con las perforaciones al utilizar Jessa agujas muy gruesas y realizarlo lentamente… Los ojos de Gia estaban llenos de lagrimas y su cara desencajada.

- “¿Hemos terminado?”, preguntó de nuevo Gia.

- “Si, por ahora, cariño.”

- “¿Puedo levantarme, por favor?”

- “Todavía, no… Todavía, no, mi pequeña zorra.”

Jessa, se dirigió a la parte de la mesa donde estaba la cabeza de Gia y estiró su cuerpo haciendo que la cabeza de Gia colgara fuera de la mesa, quedando justo debajo de la altura de su cintura.

- “Es hora de tu primera lección, perra”… Diciendo esto Jessa se acercó, abrió sus gruesos muslos y cubrió la cara de Gia con su coño peludo… - “Si quieres volver a respirar, será mejor que comiences a comer mi coño, perra.”

Gia no era lesbiana y luchó por evitarlo… Nunca hizo eso y no quería hacerlo… Pero no podía respirar… Su boca y su nariz estaban tapadas por el coño peludo y gordo de Jessa.

- “Saca tu lengua, ponla en mi coño, y comienza a lamer y chupar, o te enterraré donde nadie te encuentre”, le dijo Jessa.

Al escuchar eso, la cabeza de Gia comenzó a sacudirse de un lado a otro, lanzando su lengua a lamer el coño de Jessa a la vez que escuchaba el tintineo de los cascabeles.

- “Eso es, bebé… Sigue así que me correras pronto”, le dijo Jessa.

En unos minutos Gia escucho un gruñido gutural, sintió unos grandes retorcimientos corporales y los jugos de Jessa rociándole su boca, su cara y su pelo.

- “Oh, nena… Eres una excelente comecoños… Gustarás mucho a quien te entregue, ya lo verás”… Sin esperar respuesta, le dijo:

- “Y Ahora, vamos a ver qué tan buena eres como lameculos.”

Diciéndole eso, se giró y empujó su peludo y oscuro culo sobre la cara de Gia.

- “Saca de nuevo la legua y comienza a lamerme el ano y metela todo lo que puedas dentro”… El culo de Jessa no estaba limpio… Pedazos de mierda y trocitos el papel higiénico colgaban de los pelos, pero Gia no tuvo otra opción… - “Mete tu lengua en mi culo… Fóllame con tu lengua”… Y Gia tensó su lengua, y la empujó más allá del orificio anal… - “Ok, cariño… Lo estas haciendo de lujo.”

Tras haber disfrutado Jessa de un largo placer sintiendo la lengua de Gia lamer su ano y meter la lengua en el interior el culo, Gia le dijo:

- “¿Puedo salir de esto ya?... Por favor, Jessa.”

- Todavía no, cariño… Tengo algo para ti.

Jessa se acercó a la mesa, llevando un collar de perro y se lo colocó alrededor del cuello de Gia.

- “¡Te para perfecto!”, dijo.

Luego, Jessa desató a Gia y ella se cayó de la mesa, sudorosa, cubierta de flujo y sangre goteando de sus pezones y clítoris.

Cuando se sentó en el suelo, Jessa aprovechó para colocarle correas con cierres alrededor de las muñecas y tobillos… Luego, la agarró por el pelo y tiró de ella hacia el lugar donde había cuatro argollas en el suelo.

Jessa colocó las cuatro abrazaderas en las argollas, quedando Gia a cuatro patas en la llamada "posición de perra”.

- “Qué bien se te vé así, bebé.”, le dijo.

Jessa salió de la habitación y Gia la oyó abrir la puerta principal y escucharla gritar:

- “Duque… Ven, Duque, ven."

Luego Gia oyó a Jessa cerrar la puerta y en apenas un par de minutos entraba con el perro más grande que había visto en su vida.

Duque era un gran danés, cuya polla desenvainada tendría unos 17 cm de largo y 6 cm de diámetro.

- “¡Nooo!... ¡Nooo…!”, gritó mi esposa mientras luchaba contra las correas de cuero de sus muñecas y tobillos para soltarse.

- “Te amarraría más fuerte para que no te movieras tanto pero quiero que así sea”, le dijo Jessa.”

- “Oh, Dios”, dijo mi esposa mientras Duque continuaba su ataque de lengua sobre su coño y su culo.

- “Creo que se está emocionando con tu coño”, le dijo Jessa… - “Su polla está saliendo… Deberías verlo, cariño… Pronto te la va a meter”

Duque estaba preparándose para follar… Montó a Gia y abrazó sus patas delanteras alrededor de su vientre… Su polla estaba reluciente por la lubrificación y buscó los labios del coño de Gia, empalandola hasta sus bolas en su primer empujón.

- “Oooh, Dios mío… La siento en mi cuello uterino”, gritó Gia.

Duque comenzó a golpear su coño dentro y fuera con gran fuerza y rapidez…. La folló violentamente… Y en un momento dado el nudo de su polla, que era aproximadamente el doble de grueso que su polla, entró dentro del coño y ambos quedaron enganchados.

- “Aaaah… Qué dolor… Por favor, Jessa… Por favor… Me está desgarrando”, le dijo.

- “Cállate, princesa… Todo va bien y es como tiene que ser… No te desgarra nada… Ahora estas enganchada a Duque y asi permaneceras por espacio de veinte minutos, que es lo que él necesita para disfrutar de su perra… Procura concentrarte y disfrutar tu también… Tendrás muchos orgasmos… Relajate.

Gia, muy nerviosa, no tenía idea de que todo esto era sólo el comienzo... Notaba como el pene de Duque crecía dentro de ella y le resultaba insoportable… Gritaba por la humillación y el dolor... Sus labios de coño peludos los tenía muy abiertos abrazando fuertemente la polla del perro… El semen le goteaba por su culo y sus muslos.

Estaba impresionada… Nunca había tenido el coño tan distendido… Y, efectivamente los orgasmos se encadenaron sin parar… Jessa miraba sonriente como su cuerpo temblaba estrepitosamente presa de convulsiones y tembleques… Gia estaba disfrutando como nunca.

Finalmente, el nudo se aflojó y salió del coño de Gia de golpe... Chorros de esperma de perro saliendo de su ahora abierto coño corriendo por su ano haciendo un charco en el suelo.

. “Si, Duque, mamá tiene otro regalo para ti”, escuchó decir a Jessa.

Y Gia sintió que algo embadurnaba su ano, ya cubierto de esperma.

- “¿Qué es eso, Jessa?, le preguntó la ya muy agotada Gia.

- “Es nocilla de cacao… A Duque le encanta”, le respondió.

En pocos instantes, Duque se zambulló, lamiendo el culo de Gia hasta que ella comenzó a convulsionarse de nuevo.

- “Tienes chorros de esperma de Duque por todas partes, nena.”

El aroma del semen devolvió a Duque a la vida, e inmediatamente montó a Gia otra vez, pero mientras intentaba montar su coño, su polla, dirigida por Jessa, encontró su orificio anal.

- “¡AAGGHHH!”, grito Gia intentando evitar lo inevitable… Pero la polla de Duque, ayudada por Jessa ya estaba atravesando su esfínter lubrificado con la nocilla… El resto de su polla no tardo nada en estar toda dentro.

- “Por favor, Jessa… Por favor, detenlo… Me va a meter el nudo en mi culo y eso no podré soportarlo… Haré lo que quieras”, dijo Gia.

- “No te preocupes, cariño… Tu orificio anal volverá como estaba en poco tiempo… Realmente me sorprendiste antes, pues pensé que serías de las que se desmayan cuando las anudan… La mayoría de las mujeres no pueden soportar eso, pero tú, eres muy buena… Y si soportaste eso, soportarás también el nudo dentro de tu culo.”

Y así fue… Con gran dolor, Gia soportó la gran follada anal que le dio Duque y la metida del nudo… Todo ello obligada a mirarle a los ojos a Jessa, que sonriente los veía ponerse en blanco y modificar continuamente las expresiones de su cara… Cómo no, tuvo tambien una nueva sucesión de orgasmos durante la follada y el tiempo que permaneció enganchada.

Cuando se soltó del nudo y Duque se separó de ella, cayo acostada en un charco de semen y sudor.

Jessa soltó a Gia, que simplemente se desplomó en el suelo sin fuerzas para moverse.

- “Vamos, cariño, levántate… Tienes que limpiarte el culo… Vamos.”

Gia, apenas tenía fuerza para moverse, por lo que Jessa la agarró por el pelo y la arrastró a la ducha, mientras ella gritaba de dolor.

- “¡Cállate, coño!... Tienes que lavarte bien y sacarte todo ese semen de tu coño y culo.”

Mientras se lavaba, Gia se preguntó qué más podría tener preparado esta perra loca para ella… ¿Qué otra cosa podría hacerle?... Su coño lo sentía totalmente destrozado y su culo cómo si estuviera en llamas, y sangrando.

- “Lávate el pelo y sécate… No te preocupes por la ropa, que no vas a necesitarla.”, le dijo Jessa.

Gia se asustó pensando que seguiría con otras cosas, pero una vez termino de asearse, la llevó amorosamente a la cama y se acostó ella dedicandole toda clase de cariños hasta que se durmió
 

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Capitulo 2.

Cuando Gia regresó a la mañana siguiente a su casa presentaba ojeras, estaba agotada, pero parecía contenta.

Le pregunté:

- "Por la cara que tienes, parece ser que te divertiste mucho ayer, ¿no?"

- "Fue diferente", le contestó a su marido.

- “¿Qué pasó para ser diferente?”, le pregunté intrigado… - “Bueno, si me lo quieres contar, claro.”

- “Si… Mi compañera me invitó a una copa, como te dije… Es una lesbiana dominante… Me hizo bailar con ella y me beso… Luego me metió mano y me hizo desnudarme en su furgoneta… Me llevó a un motel donde me follo con un dildo enorme… Y al final, me llevó a su casa en donde, contra mi voluntad, me puso unos piercimg, creo que como señal de pertenencia… Y para terminar, me entregó a un enorme perro que tiene, que me folló y enculo porporcionandome tal cantidad de orgasmos que todavía ando escocida por los dos agujeros… ¿Te parece normal o diferente todo eso?”

- “Madre mía, Gia… Y yo que pensé que sería un pequeño escarceo el que te apetecía tener.”

Ya no hablaron más del tema.

Por la noche, cuando era hora de acostarme, la encontré cachonda… No había follado a Gia desde hacía más de una semana y noté que estaba lista para ello… Cuando finalmente llegó a la cama, llevaba puesta sólo una camiseta… El coño lo tenía a la vista mostrandome un anillo con un cascabes que sonaba… Y cuando comencé a tocar sus tetas, noté que sus pezones también sonaban.

- “¿Eso son los piercings que te puso”, pregunté.

- “Si… Me lo puso Jessa cuando estaba borracha y mira estos grandes aros con las campanitas colgando de mis pezones que me puso.”

Me gustaba... Tiré de sus pezones y sonaban… Definitivamente esto era un cambio para ella.

- “Y el del coño, ¿dónde te lo puso?”, le pregunté.

- “Mira”, respondió… Gia abrió su coño y me enseño un aro de oro más pequeño, también con campanilla, asomando a través de su espeso arbusto de Venus.

- “¡Guauu!... Tienes tu clítoris perforado”, le dije.

- “Sí… Me desperté y me lo había hecho”, le mentí.

Me imaginé que debió ser una noche muy movida para alguien que ni siquiera me deja follarla por el culo.

- “He estado pensando que despues de ver todo esto estarás caliente y quizás quieras follarme o darme por el culo... ¿Qué prefieres?”, me dijo Gia.

Escuché eso y sin mediar palabra, la giré sobre sus caderas y hundí mi polla en su culo hasta mis bolas… Para sorpresa mía, ella ni siquiera se inmutó… Tampoco ofreció queja alguna que le diera con fuerza mientras escuchaba el agradable sonido de sus campanillas… En unos minutos mi semen caliente estaba llenando su culo peludo.

Todo esto me sorprendió, porque fue el mejor sexo que tuvimos en muchos años, aunque pronto descubriría que esto fue sólo el comienzo de un nuevo florecer sexual.

Durante toda la semana jodí a Gia en casi todas las posiciones que podía imaginar… A ella, de repente, le había empezado a gustar el sexo y, sobre todo el "fuerte y guarro"… Cuanto más fuerte y más guarro, mejor… Ella ahora era una mujer “nueva”, que jadeaba, retorciéndose y gimiendo de placer al ser follada o enculada… Y eso a mí, me gustaba.

El jueves siguiente cuando llegué a casa, Gia me dijo:

- "Jessa me llamó y me dijo que quiere que algunas de amigas tengamos a una fiesta este fin de semana, ¿Te parece bien que vaya?"

- Sí, claro… Yo tengo que trabajar este fin de semana… De todos modos, aunque no trabajase, si te apetece debes de ir, divertirte y desahogarte sexualmente, sin necesidad que yo te lo autorice… Sin duda, al haber varias amigas, vas a poder seguir disfrutando con nuevas y varias experiencias diferentes y teniendo grandes orgasmos… Y no olvides que Duque estará alli y es posible que te vuelva a montar.”

El sábado por la mañana me levanté para ir a trabajar y antes de irme le volví a decir que se divertiera y disfrutase lo más posible… Ya me lo contaría todo a su regreso.

- De acuerdo”, me dijo Gia… - “Ten la seguridad de que lo haré.”

Gia subió al coche y condujo la media hora que la separaba de la casa de Jessa... Cuando llegó, ya había algunos coches allí… Jessa y Duque salieron a su encuentro.

- "¡Hola, bebé!"… Luego le dio un profundo beso con la lengua en el interior de la boca y le puso su brazo alrededor de su cintura para, apretada a ella, llevarla a la casa.

- “Chicas, esta es Gia... Dee, esta es Anna, Lois, Virna, y la pequeña cosa bonita que está en el suelo es Mary… Tú y Mary os conoceréis muy bien este fin de semana.”

Anna era una pelirroja, con una cintura estrecha y enormes tetas… Lois era una morena de pelo rizado, con tetas grandes y un poco gordita... Virna tenía también tetas grandes y cabello largo y rubio.

Gia se acercó a Mary y la besó en la mejilla… Jessa le dio una palmada en el culo a Gia y besó de nuevo a su perra delante de todas… Y luego, le pidió que volviese a besar a Mary.

Gia, lo entendió y presionó sus labios en los de Mary y deslizó su lengua dentro de su boca.

- “Eso está muy bien, bebé… Así me gusta que hagas… Espero que este el fin de semana te parezca corto”, le dijo Jessa.

Dirigiéndose al resto, les preguntó:

- ¿Qué quereís que hagamos, primero?

Anna le respondió:

- “Yo quisiera jugar con tu perra, Jessa!”

- “Claro, Anna… Puedes cogerla… Usa la habitación de arriba… Estarás más a gusto”, le explicó Jessa.

- Creo que te gustará estar conmigo, Gia... Vamos, mi pequeño coño”, dijo Anna delante de todas mientras la agarraba de la mano y la llevaba hacia las escaleras.

Cuando llegaron y abrieron la puerta de la habitación, vieron que había una baranda de hierro con barras como cabecera, ideal para poderla atar si le apetecía.

Anna arrastró a Gia dentro de la habitación y cerró la puerta… Inmediatamente la empujó contra la puerta, agarró con sus manos sus tetas y hundió su lengua en su garganta.

Gia puso sus brazos alrededor de la espalda de Anna y le ofreció su boca bien abierta para que la follara con la lengua… Y Anna lo hizo.

Anna tiró a Gia sobre la cama y se paró frente a ella.

- "Desnúdame", le dijo.

Anna vestía pantalones vaqueros con botas y un jersey.

- “Vamos, no tenemos toda la noche.”

Gia le quitó el jersey dejandole ver una piel bastante blanca llena de pecas y un sujetador con las tetas aún más grandes que las de Jessa.

“El sostén, bebé… Quítamelo.”

Gia, alargó la mano por la parte posterior y soltó los broches… Anna se encogió de hombros dejando caer el sujetador al suelo.

- Qué te parecen, bebe?... ¿Te gustan?", le preguntó Anna.

Sus tetas eran muy grandes, con aereolas amplias y pezones rígidos.

- “Son preciosas y tienes buenos pezones”, respondió Gia palpándola.

- “Tengo un regalo especial para ti, bebé, pero termina de desvestirme primero.

Gia sentó a Anna y le quitó las botas… Luego le quitó los pantalones vaqueros dejando al descubierto una tanga de encaje con un coño tan peludo que los pelos sobresalía en todas direcciones.

- “Ahora, nena, desnúdate para mí”… Gia, comenzó con quitarse su top y su sujetador… - “Jessa no me mintió… Tienes unas tetas geniales… Y cariño, no te preocupes por ser un poco gordita… Me gusta la carne.”

Gia se quitó los pantalones dejándose la ropa interior puesta.

- “No… Ningún bebé se queda con la ropa interior… Me gusta ver lo que voy a comer.

Gia, se quitó la ropa interior exponiendo sus tetas y coño peludo provistos de anillos con cascabeles.

- “Ya veo que Jessa te puso su primera marca de propiedad… Te quedan muy bien… Y me encantan los coños peludos… Acuéstate, bebe.”

Mientras Gia se acostaba, Anna se subió sobre sus muslos y los pegó a los de ella… Luego, ambas se frotaron las tetas y se besaron, excitándose mutuamente al son del los cascabeles.

- “Cariño… Cuando me estimulan, lamiéndome y chupándome las tetas, doy siempre un regalo… ¿Sabes cuál es?... Mi leche.”

Gia cerró los labios alrededor del pezón de Anna y chupó la rica leche materna que segregaban, tragando sin parar al ir pasandose de una a otra teta… Mientras hacía eso, Anna deslizó una mano por el peludo coño de Gia… Agarró un puñado de pelos y tiró de ellos para que Gia se soltara del pezón al que estaba enganchada.

- “Para, zorra… Queda mucho por hacer.”

Anna se deslizó hacia abajo del cuerpo de Gia hasta poner su lengua sobre su coño, haciendo que temblara de placer… Luego lamió el interior de su espeso y exuberante coño... Levantó y empujó las piernas de Gia hasta su pecho, exponiendo al maximo el ano a su lengua.

- “Te encantará mi lengua, bebé… Es larga y gruesa.”

Gia descubrió suficientemente pronto como la lengua de Anna sondeó profundamente en su ano… Luego, a través de su espesa pelambrera, su abierto coño también quedo desprotegigo al asalto oral de Anna.

Más tarde, Anna, agarró un puñado de vello del pubis y se los arrancó… Gia gritó de dolor… Jessa, que estaba abajo, escuchó el grito y dijo:

- "¡Creo que a mi perra le gusta como la trata Anna.!

- "Lo siento, mi pequeño coño, pero cuando me excito mucho pierdo los estribos", dijo Anna… - “Volverá a crecerte y los tendrás ahí de nuevo en poco tiempo.”

Anna, decidió que era su turno y se subió encima de Gia, pegándose a ella, cargándo todo el peso de su cuerpo y refregandose.

- “Sigue bebiendo leche… Me pone muy caliente."

Gia casi sentía náuseas de tanta leche que estaba tragando pero al poco de seguir ordeñandola, Anna la apartó y se subió hasta casi sentarse a horcajadas sobre su cabeza… Su espesa mata roja, con labios gruesos y clítoris descansaron justo debajo de su nariz.

- “Es hora de que tomes también un poco de mis jugos y que no sea solamente leche”, le dijo.

Anna agarró la cabeza de Gia y la mantuvo apretada contra su coño, casi sofocándola y dándole sólo el mínimo espacio para que pudiera respirar.

- "Lame bien mi coño, cariño… Déjamelo bien limpio… No tengas prisa y recreaté haciéndolo", le dijo.

Gia lamió el coño y el culo de Anna todo lo que pudo.

- "Eso es, bebé… Muy bien… Sigué así, cariño… Ugghh… Me voy a correr… Aaaah… Aaaah… Me corro, bebé… Me corrooo”… Y con eso Anna, lleno la boca de Gia con sus fluidos vaginales y algún que otro chorro de orina que se le escapó.

- "Dios mío, eres muy buena dando placer", le dijo Anna… - Me lo volverás hacer este fin de semana… Ahora, límpiate la cara, ponte algo ligero encima y bajemos… Estoy segura de que alguien más querrá disfrutar contigo.”

Mientras bajaban, Jessa le preguntó a Anna:

- "¿Estaba equivocada yo?"

- “¡Oh, no!”, respondió… Y le dió una bolsita con el mechón del pelo del coño que le había arrancado a Gia.

Gia, al verlo, bajó los ojos y se quedó en silencio, hasta que escuchó:

- "Quiero ser la próxima para estar con tu bebé", dijo Lois, la morena de pelo rizado, con las caderas anchas y las tetas grandes.

- “Claro… No hay problema… Llevatela ahora tú y disfruta con ella… Yo ya la usaré más tarde… No tengo prisa… Gia, vé y toma un trago, que lo vas a necesitar”, le dijo acariciándole la cara… - “Y luego subes arriba que Lois te estará esperándote.”

Lois subió las escaleras y Gia fue a la cocina a tomar un trago, mientras pensaba: "Voy a lamer otro coño de lesbiana"... Pero estaba equivocada.

Cuando abrió la puerta del dormitorio, Lois estaba allí esperándola con botas de cuero, corsé y un látigo en la mano… Tetas y coño estaban al aire para ser utilizado con facilidad… Le dijo:

- “Hola, mi pequeño coño… Vete quitando muy rápido esas ropas”.. Y dicho eso, Gia sintió el látigo golpear su culo.

- “AAAAAYYY”, gritó al sentir el aguijón del látigo golpear su culo.

CRACK… Nuevamente, el latigo volvió a golpearla… Esta vez en su espalda.

- “AAAAYYY… ¡Detente!”, gritó Gia con lagrimas en los ojos.

- "Veo que mi perra se ha encontrado con Lois", rió Jessa desde abajo.

- "¡Ponte estirada en la cama con tu culo en ella y tus brazos sobre tu cabeza!", le dijo Lois.

Gia, aún llorando, obedeció rápidamente, y pronto sus manos estaban esposadas a la cabecera de la cama.

- “Ahora, mi pequeño coño, voy a disfrutar contigo”… Lois tiró de cada pierna por encima del pecho de Gia y las ató tambien a la cabecera… Su coño y su culo quedaron expuesto a los deseos de Lois.

Sobre la cómoda del dormitoria habían velas y Lois las cogió, las encendió y comenzo a gotear cera caliente por los pechos de Gia, en especial, los pezones… Y Gia gritó tan fuerte, por el dolor que sentía, que debieron escucharla abajo, sin duda.

- "Te suplico que pares… Duele mucho", exclamó Gia.

- ¿Qué no te gusta?, le preguntó Lois.

- "No… Me haces daño", le contestó Gia.

- "Está bien… No te tiraré más cera en tus pezones”… Y con eso ella vació toda la cera de la vela sobre su coño y su culo.

Gia gritó todavía con mayor desesperación.

- “No puedes armar este griterío por nada, molestando a la gente”… Y sacó una mordaza de bola de su bolso y procedió a colocarlo en la boca de Gia.

- "Bueno, esa cera ensució los pelos de tu coño… Lo tienes tan espeso que me ocuparé más tarde para aclarártelo", le dijo Lois... – “Pero ahora es el momento de centrarnos en divertirse.”

Gia, pensó a qué demonios se refería Lois al decir “aclarárselo… ¿Le iba a afeitar el coño?”

Lois con su corsé de cuero mostrando un peludo coño negro y sus grandes tetas, buscó en su bolso un consolador de doble cabeza y mostrándoselo, le dijo:

- "Es hora de divertinos, bebé"

Lois se colocó la cabeza de un extremo del consolador en su coño y se fue a meter el otro extremo en el coño de Gia.

- "Esta cera en los pelos de tu coño me va a molestar"… Diciendo esto, cogió un pedazo de cinta adhesiva, la pego en el coño de Gia y tiró de ella arrancandole matas de vello… Gia gritó y tensó el cuerpo pero con la mordaza, nadie podía oírla.

- “Terminaremos esto más tarde”… Mientras el dolor continuaba, Lois enterró el doble consolador en su coño y al mismo tiempo en el coño de Gia, que estaba al principio seco, pero pronto sus jugos

comenzaron a fluir… Lois disfrutaba y segregaba sus jugos… Cuando terminó, se subió a la cama y plantó su peludo coño negro en la cara de Gia y le ordenó:

- “Limpiame, perra.”… Y Gia lo lamió y limpio de todas las secreciones que tuvo.

Mientras Gia lo hacía, Lois cogió, de nuevo, el rollo de cinta aislante que había dejado sobre la mesilla y procedió a pegar tres tiras sobre el coño de Gia... Luego, estiró y volvió a arrancarle pelos de su coño, provocándole gritos de dolor y convulsiones.

Al final, Lois soltó a Gia para que bajara.

- ¿Fue todo bien?, le preguntó Jessa… Lois le mostró las cuatro tiras de cinta aislante llenas de vello rojo,

- "¡Es fantastica, Jessa… Se entrega muy bien… Como premio le arranqué estos pelos del coño!", dijo enseñándoles las tiras plagadas de vello… Y todas rieron.

Gia finalmente bajó escaleras y apenas podía caminar.

- "Tranquila, bebé, te volverá a crecer", le dijo Jessa.

- "Sí, para que yo se los arranque de nuevo", se rió Lois.

Una vez en el salón, Gia, miró a su alrededor y se dio cuenta de que Virna y la joven Mary habían desaparecido… Pronto supo donde estaban.

- “Ya que Virna y Mary se fueron al granero, vamos ir todas a ver lo que hacen”, dijo Jessa… Al salir fuera en dirección al granero se podía oler el aroma de un fuego de leña… - "Creo que Virna encendió el fuego", comento.

Mientras caminaban hacia el granero, su brazo se enroscó con fuerza en torno a Gia.

- “No te lastimó mucho Lois, ¿verdad, bebé?”, le dijo Jessa mientras besaba su cuello.

- "Algo", respondió Gia… "No demasiado."

Jessa abrió las puertas del granero y Gia se quedó con el estómago revuelto… El interior del granero era otra cámara de tortura mediaval, a gran escala en la que había estado ella en la casa… Tenía grandes cruces de madera y mesas, jaulas de metal colgando del techo y látigos, cadenas y ganchos.

- "Bueno, esto es para divertirnos más tarde", dijo Jessa… - "Ahora vamos a ver lo que Virna hace con Mary.”

Cuando todos llegaron, Virna tenía una varilla en el fuego y la joven Mary estaba colgando de sus brazos, desnuda… Y colgaba flácidamente.

- "¿Está muerta?", preguntó horrorizada Gia.

- "No… No está muerta… Está sedada… No queremos que esté totalmente consciente para lo que le va hacer Virna", dijo Anna.

Habían sillas alrededor de la hoguera en las que todas menos Virna, Jessa y Gia, se sentaron.

- "Atended, hemos disfrutado del coño de Mary por un tiempo", dijo Jessa… "Hoy a decidido Virna que sea de su propiedad."

- "Ven, mi pequeño coño", le dijo Jessa a Gia… - "Quiero que pongas tu cara en su pequeño coño y te la comas hasta que Virna termine con ella… Envuelve tus brazos alrededor de su culo para que no se mueva, porque si lo hace mal serás tú la próxima… ¿Lo entiendes?"

- "Sí", dijo Gia.

- “Bien… Comienza ya”.

Gia se acercó y envolvió sus brazos alrededor del culo de Mary… Ella pudo oler su coño y ver que estaba bastante rojo, como si hubiera sido abusado recientemente… Gia colocó su nariz en su coño, y comenzó a lamerleel coño de la Mary, metiendo la lengua dentro del agujero vaginal.

- "OK… Virna, comienza", dijo Jessa.

Gia no podía ver nada, pero Virna se había puesto un par de guantes y estaba sacando una varilla de metal del fuego, que brillando al rojo vivo… Virna le dijo a Gia:

- "Saca tus manos fuera de su culo y ponlas alrededor de sus piernas, apretandolas fuerte".

Gia obedeció.

Con eso Virna empujó la parte superior de la barra que llevaba una marca en la nalga del culo de Mary y la sostuvocontra su piel durante 5 segundos… El dolor despertó a Mary, que comenzó a retorcerse y gritar.

- “Una más, mi pequeño coño, y todo habrá terminado”, le dijo Virna.

Entonces Virna puso de nuevo la barra con la marca contra la teta derecha de Mary y la sostuvo también contra su piel durante 5 segundos… El dolor era tan intenso que hizo que Mary orinara en la boca de Gia, provocando que esta vomitara.

- "Bueno, ahora ya no hay dudas", dijo Jessa…- “Ella es tuya… La has marcado a fuego como una res… Muy bien hecho… Felicidades.”

Gia levantó la vista y vio la palabra "VRN" impresa en la tetaza derecho de Mary… Y la misma marca en su culo... En alguna parte del proceso de marcado, Mary se desmayó pues colgaba incosciente.

- "Es hora de comer algo", dijo Jessa… - "Dejemos a Mary que se quede aquí un tiempo, colgada."

Todas volvieron a la casa y comenzaron a almorzar.

- "Me muero de hambre y no he hecho nada", dijo Jessa.

- "Pues nosotras estamos bastante deshidratadas, ¿verdad, Anna?", dijo Lois… - "El coño y la lengua de tu bebé nos ha agotado."

- "Sé que tengo un bebé "especial ", respondió, Jessa… - "Toma un poco de vino, cariño… Es para que cojas fuerzas que Duque te está esperando impaciente”, le dijo a Gia… - “Esta noche vas a necesitar mucha energía para aguantar."

Y Gia bajo la cabeza avergonzada y horrorizada pues sabía perfectamente que iba a ser entregada de nuevo al animal, esta vez voluntariamente y sin ser atada, el cual se la follaría, encularía y la anudaría durante cerca de media hora, cada vez que la penetrara, reventandola a orgasmos delante de todas.

Con sólo pensar esto su coño comenzó a segregar gran cantidad de flujo a la espera de que llegara el momento de postrarse en el suelo cuando Jessa se lo ordenara.

Y así transcurrió el largo fin de semana en el que Gia fue utilizada una y otra vez, para obtener de ella el mayor placer sexual y ella disfruto al máximo una vez más.

Al llegar a su casa, le explicó con todo detalle a su ansioso marido lo bien que lo pasó, prometiéndoles que volvería aunque temía que un día pudiera volver a casa marcada como una res.

Este cambio de vida sexual en mi esposa Gia beneficio mucho nuestra relación de pareja haciendose muy abierta hasta el extremo de que le pedí que cuando quisera invitase a Jessa a pasar un fin de semana en casa… Yo haría la obra de poner un gran espejo bidireccional y así podría verlo todo eincluso grabarlo desde la habitación de al lado… Y a ella no le desagradó la idea... Hice la obra y estoy esperando.

Gia y yo saliamos de vez en cuando con un matrimonio, amigos de hace años, a tomar copas por los bares… Cogemos el coche y vamos por ahí… En esta ocasión entramos en el Brindis Bar, un pequeño bar de barrio que estaba tan lleno que tuvimos que sentarnos separados… Los amigos y Gia se sentaron juntos, y yo me senté en una mesa frente a ellos con otras personas que no conocía.

Después de casi una hora de beber, la amiga de mi esposa comenzó a ponerse caliente y alguien la desafió a mostrar sus tetas… Ella contestó:

- "¡Lo haré, si ella también lo hace", dándole un codazo a mi esposa.

Todos los hombres y algunas mujeres comenzaron a cantar "Enseña tus tetas… Enseña tus tetas… Enseña tus tetas.

Mi esposa, aunque tiene 52 años, posee un buen par de tetas… La multitud siguió cantando y, después de unos dos minutos, metieron las manos debajo de la blusa y sostén y les enseñaron a todos sus dos pares de tetas, quedando impresionados con las tetas de mi esposa que llevaba los anillos con las campanillas.

Todos los hombres y mujeres gritaron y abuchearon… La mujer que estaba sentada a mi lado, mucho más joven, le gritó a mi esposa:

- "Me gustas un montón… ¿Quieres ser mi novia?"

Mi esposa en estado de embriaguez le contestó:

- “Seguro que sí.”

- “¿Te gustará serlo?”

- "Claro… Qué hay de malo para no gustarme"

Nuestro coche estaba aparcado cerca y pensé que podría servir para provocar su encuentro intimo… Así que me giré hacia la mujer que estaba sentada a mi lado, una rubia con un buen par de tetas y le pregunté:

- “¿Hablabas en serio con mi esposa?

- "¡Claro qué sí!", me contestó.

- “Lo digo porque puedes venir con nosotros al coche y os conocéis”

- "¿Ella es bi?"

- “Descúbrelo tu misma.”

La mujer se llamaba Ava y se le presenté a Gia… Le dije que Ava tenía algo que quería enseñarle fuera del bar y Gia me contestó:

- "No sé… Estoy muy borracha".

- “Tú, siéntate en el coche y deja que yo te lo enseñe, Ok?", le dijo Ava y ambas salieron por la puerta trasera al coche.

Después de unos 45 minutos pensé que sería mejor que fuera a ver cómo iban las cosas… Cuando llegué al coche todas las ventanillas estaban empañadas y aunque no se podía ver nada, si podía escuchar ruidos apagados y algo de tintineo de las campanillas… Así que pensé que todo iba bien.

Unos 20 minutos más tarde, Ava volvió sin Gia… Le pregunté dónde estaba.

- "Está en el coche, creo que un poco agotada, pero vamos a vernos mucho las dos... Es muy buena comiendo un coño… Me corrió cuatro veces a mí, pero no creo que ella se haya corrido también cuatro veces… Me gustó muchisimo tu mujer y estoy ansiosa de poder usar mis juguetes con ella si melo permites, claro… Aquí tienes mi número de teléfono… Asegúrate de que lo tenga y que me llamé.

Cuando llegué al coche, abrí la puerta de atrás y vi que Gia estaba desnuda, con las manos atadas por encima de la cabeza con el sujetador… Y el olor a jugo de coño por todas partes… Las marcas de chupetones estaban también por todas partes: el cuello, las tetas, los muslos… Ava no estaba mintiendo cuando me dijo que disfrutó muchísimo con ella… Y tenía una tanga empapada en su boca.

Cuando Gia volvió en sí, me dijo:

- "Creo que me comí un coño."

- "¿Te gustó?", le pregunté.

- “Ava me frotó su coño en mi cara y no me dejó respirar hasta que me lo comí…Tengo mi cuello y mis tetas doloridas.”

- “Pronto estarás bien… Vámonos a casa… Tengo ganas de follarte toda la noche.”

Cuando finalmente llegamos a casa, todo lo que podía pensar era en que mi esposa, con 52 años, le comiera el coño a una chica de la mitad de su edad… Ahora, todo lo que quería hacer yo era meterle la polla dura como una roca que tenía en estos momentos y corrrerme dentro de ella.

La lleve a nuestro dormitorio, la desnudé y, por primera vez, pude verla bien abriendole las piernas… Su coño estaba hinchado e irritado… Tenía marcas de succión en los muslos, en ambas tetas, en el cuello… Cuando la hice rodar, había mordiscos en todo el culo y en sus hombros… Esta mujer no era lesbiana, era un animal... La cara de Gia estaba enrojecida por el roce de Ava contra su boca con su coño peludo… Ambas habían disfrutado a base de bien.

Gia todavía estaba borracha, así que le metí mi polla en su boca para que ella me la mamara y mojase de saliva… Cuando le separé sus muslos volví a ver su coño muy peludo, de color rojo brillante e hinchado, al apartar el vello hacia los lados de sus labios carnosos.

Levanté sus piernas para darme acceso y cuando mi polla entró en su coño, lo encontré bastante apretado, cosa extraña porque ya se la estaban follado sus amigas con grandes y gruesos consoladores.

Gia gimió, pero hundí mi pene sin hacerle caso… Estos gemidos sólo hicieron que me excitase más y la follé hasta que sus jugos cubrieron mi polla… Finalmente no pude aguantar más y disparé un montón de semen en lo más profundo de su coño.

Tras dencansar para recuperar fuerzas, procedí a darle la vuelta y comencé a dilatar su orificio anal metiendo uno, dos y tres dedos… Cuando traté de meter el cuarto dedo, ella quiso alejarse de mí, así que trepé sobre ella y le metí la cabeza de mi polla en su culo… Luego, coloqué todo mi peso sobre ella y le metí los 18 cm de polla en su recto… Esto provocó que luchara un poco, pero la pelea sólo me excitó más y, al final, sus intestinos recibieron mi siguiente descarga de semen… ¿Qué noche pasé!

A la mañana siguiente, cuando Gia estuvo despejada le dí el número de telefono de Ava y le recordé también su compromiso con Jesse… Ella sonrió, me dio un beso y me dijo que quedaría con una de ellas para el fin de semana y mientras recuperarse para poder darme un buen espectaculo, que es lo que yo quería de ella.

¡Qué larga espera!... Ya estoy deseando que Ava, o esa tal Jessy, vengan a nuestra casa… Qué placer sentarme en un sillón y ver como disfrutan cada una a su manera destrozando a Gia
 
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