Mi madre es una golfa

roman74

Pajillero
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Esta historia trata sobre la golfa de mi madre. Siempre me extrañó su comportamiento que ten�*a muchos cambios repentinos. Sin embargo, todo empezó a ser más evidente para m�* y para mis hermanos cuando llegamos a la adolescencia. En esta época fui el primero en ingresar a nivel universitario. Y a pesar de esto el comportamiento anómalo de la Señora no desaparec�*a, al contrario, empeoraba cada vez más. Primero la golfa se consiguió un trabajo lejano a nuestro domicilio, en el Distrito Federal, en donde por obviedad resulta dif�*cil de localizar por las distancias ( Para poder hacer de las suyas ). Por otro lado en este tiempo empecé mis estudios universitarios, los cuales para bien ó para mal los hice también en el Distrito Federal y por consiguiente era necesario que se me apoyara con dinero para mis pasajes, pero lo más anómalo era el poco dinero que siempre me daba esta señora, el cual siempre era exactamente el estrictamente necesario para sólo ir y regresar, para nada más que eso. Después de que me cayo “el veinte”, de que en realidad siempre ha existido dinero, pero que este era “canalizado” por esta señora para sus cochinadas y que de cierta forma esto me limitaba para no poder caerle en la maroma con sus amantes. El limite de dinero por as�* llamarlo también fue aplicado a mi hermana que para su mala suerte también ingreso a una universidad en el Distrito, pero nunca nos dimos cuenta de que en realidad siempre hubo dinero pero siempre nos era “negado” para encubrir sus cochinadas que hacia con los hombres de su trabajo. Su comportamiento con respecto a su trabajo era el siguiente: Siempre llegaba enojada y de mal humor, siempre dec�*a que “ten�*a” muchos problemas con su trabajo, que siempre se le exig�*a demasiado. Cuando se iba por las mañanas, siempre lo hac�*a muy “pasionalmente”, con una urgencia que no ameritaba el caso e incluso se angustiaba de no poder ir, llegando a un estado de mal humor que no ten�*a fundamento alguno. La explicación siempre fue muy sencilla: la señora ten�*a amante, eso era todo. Cuando me empecé a dar cuenta de esta situación fue en una ocasión en que me presento en su trabajo a unos supervisores “jefes” suyos. Eran dos sujetos que en el momento en que se retiro la golfa empezó a parlotear uno de ellos: “Tu mama es una persona muy trabajadora, siempre esta en sus áreas, etc, etc”. Lo que me parec�*a anormal fue cuando uno de ellos empezó a decir: “S�*, vaya mama que tienes, que mama, es una Super Mama (Super Golfa)”. En ese momento no capte la intención con la cual ese sujeto lo dec�*a, pero no faltaba mucho para que se me aclarara el panorama. Esto sucedió un d�*a en que me dispon�*a a comprar algo en la papeler�*a para seguir estudiando, ese d�*a sub�* al jard�*n de mi localidad y sin querer tope con un buen t�*o el cual me invito a realizar sus compras en el D.F. en una tienda comercial muy lejana del centro (Del lugar de trabajo de la Golfa). Todo parec�*a normal, hasta que cuando llegamos al estacionamiento encontramos a esta golfa muy abrazadita de su amante saliendo del centro comercial, el cual para mi sorpresa nos identifico de inmediato y hecho en huida, dejando a la muy estúpida perpleja ante la incrédula mirada de toda la familia de mi t�*o. En ese momento sent�* que la sangre se me sub�*a a la cabeza y decid�* bajar del auto. Cual fue mi sorpresa al ver que mi t�*o me impidió bajar del auto, acto seguido mi primo me sostuvo por la espalda, a lo cual empecé a responder con brincos y saltos. Finalmente me contuve cuando a punto del llanto mi t�*a y mi prima me empezaron a gritar: “No lo hagas, detente”, de una forma que me conmovió (Nunca antes hab�*a escuchado a mi t�*a y a mi prima hablarme como ese d�*a). Finalmente decid�* esperar y sucedió que la Golfa aun tuvo el descaro de pasar saludando a mi t�*o y a mi t�*a, como s�* nada hubiera pasado, pero a partir de ese d�*a las cosas nunca fueron ya las mismas.
A partir de esto los regalos, las cosas que “se encuentra”, que no son nada de esto por supuesto, empezaron a tomar forma. Ella recib�*a regalos de sus amantes como perfumes, joyer�*a, carteras y otros regalitos no propios de una persona decente. Empezó a tomar sentido los regalos como botellas de ron, tequila y en
general de bebidas que ella “encontraba” en su trabajo.
En realidad está historia guarda mucha relación con la pel�*cula llamada El Castillo de La Pureza, en donde el padre maltrataba a su familia llegando incluso a humillarlos y afuera este “hacia de las suyas” como irse con las putas. Aunque lo peor del caso es que en el caso de su servidor es que fue la golfa de mi madre.
Lo peor del caso es que esta persona siempre nos hab�*a visto la cara, pues en mentiras es la número uno. En otras palabras en una zorra de siete suelas que nos hab�*a tomado el pelo con respecto a su comportamiento el cual siempre presumió de muchos valores que ella siempre adoleció como: “una alta ética, una moral a toda prueba, viendo al sexo como una cochinada y más aun a la promiscuidad”. Dice un refrán: “Dime de que presumes y te diré que careces”. A esta persona le fascina el sexo, y en la actualidad le cuesta trabajo disimular esto, esto al grado de regresar a casa en ocasiones golpeada por sus amantes.
Se continúo reuniendo elementos con respecto a su comportamiento y resulto que incluso los vecinos ya sab�*an de “su trabajo”, pero nosotros nunca lo hab�*amos tomado en serio pues estas personas no tienen tampoco una calidad moral muy respetable que digamos, por lo cual siempre se puso en tela de juicio lo que rumoraban. Al ofender estás personas dec�*an: “Tu madre es una puta”, ante lo cual a nosotros no nos inmutábamos, pues considerábamos esta ofensa como algo sin fundamente que ven�*a de gente de baja calaña.
Incluso en una ocasión una señora desconocida tocó a nuestra puerta para decirnos que nuestra madre trabajaba en un putero, ante lo cual nuestro señor padre hizo caso omiso. En otra ocasión, un mamarracho ebrio tocó la puerta diciendo que “esta era su casa”, a lo cual reaccionamos con mucha molestia, pensado en que el tipo estaba loco, pero bien sabemos que los borrachos y los niños no mienten.
Todas estas pruebas se fueron reuniendo poco a poco tales como: cajetillas de cigarros (ella “no fumaba”), botellas de bebida, regalitos, jaboncitos de hoteluchos, cofias, chupetones, moretones, extrañas ca�*das , entre otras.
Ahora se por que personas que nos hablaban de repente dejaban de hacerlo sin razón aparente. Aunque se que esto es la lección más fuerte de mi vida, se que la que está mal es está señora, y en parte mi padre por solapar su comportamiento, aunque sospecho que también “tiene cola que le pisen”. Expongo está histor�*a para que tipifiquen el comportamiento de su madre ó pareja y no se dejen engañar por las apariencias, pues la gente es muy mentirosa y dice mentiras como medias verdades.
 

alberti111

Virgen
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Ago 24, 2009
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a pesar de algunas palñabras que no leo, esta muy buena la historia,,,,
 
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