Mi Hijo me dio por el Culo – Capítulos 01 al 04

heranlu

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Mi Hijo me dio por el Culo – Capítulos 01 al 04

Mi Hijo me dio por el Culo – Capítulo 01




Mi esposo viaja semanas intercaladas por si trabajo. Es decir que una semana está en la casa, y la siguiente está de viaje. Y tengo un hijo de 19 años. Está estudiando en la universidad. Él no es hijo de mi actual esposo, pero mi esposo lo quiere como si fuera hijo suyo.

Trataré de ser concisa y resumiré el relato para no ser aburrida. Anteriormente ya había notado que mi hijo me miraba diferente. Es decir no como se mira a una madre. El me miraba mucho el culo, un día lo pillé masturbándose oliendo mi calzón. Él no me vio. Y yo no le dije nada. Hasta que llegó la fiesta de mi cumpleaños. Allí vino amigos de mi esposo y también mis amigos y amigas. Todo iba normal. Mi esposo es de poco beber. Se marea muy rápido.

Vi que mi hijo le daba licor a mi esposo. De pronto mi esposo quedó dormido en el sillón. Mi hijo me dijo que lo dejáramos allí para que descanse un poco, así pasaba el tiempo. Todos querían bailar conmigo. Entonces mi hijo me empezó a servir vino a cada rato. Él me decía: mamita disfruta de tu fiesta. Esto es una vez al año. Yo le recibía las copas que el me daba. De pronto me sentí un poco mareada. Y le dije a mi hijo: me voy a descansar. Me siento mareada. Tu sigue con los invitados. Él me dijo: está bien mamita. Deja la puerta abierta para llevar a mi padre cuando se despierte. Subí al segundo piso donde están los dormitorios.

Entré a mi dormitorio y dejé la puerta abierta pensando en lo que me dijo mi hijo. Estuve despierta escuchando los murmullos de la fiesta. Poco a poco los murmullos fueron desapareciendo. Hasta que todo quedó en silencio. Entonces escuché que alguien subía por las gradas. Pensé que era mi esposo. Yo estaba con la luz apagada. Echada de costado con mi camisón de dormir. Y mi calzón. Escuché que entraba a mi dormitorio. Y me hice la dormida. Cuando se acercó a mi cama, escuché la voz de mi hijo diciendo: mamita ya estás dormida? No contesté nada. Pero me sorprendí que era mi hijo y no mi esposo. El repitió la misma pregunta. Yo seguí callada. Luego él puso su mano sobre mi hombro y me movió ligeramente y dijo: mamita, estás dormida? Como yo no contestaba nada, seguramente el creyó que yo estaba bien dormida y borracha.

Entonces el jaló las sábanas y lo tiró al piso. Luego empezó a alzar mi camisón hasta mi cintura. Yo estaba asustada. Mi corazón latía a mil por segundo. Él puso sus manos en mis nalgas y dijo susurrando. Que rico culo tienes mamita. Empezó a jalar hacia abajo mi calzón logrando sacarlo todo. Quedé con el culo al aire pero en la misma posición. El estrujaba mis nalgas susurrando: que rico culo, que rico culo. El metía sus dedos hasta llegar a mi vagina. Luego prendió la luz. Yo casi me delato que estaba despierta. Pero hice un esfuerzo para seguir simulando que estaba dormida.

Entonces mi hijo empezó a sacarme el camisón. Poco a poco con mucha delicadeza logró sacármelo. Luego me hizo voltear quedando yo con el culo hacia arriba. Después el hizo una bola con las sábanas y me lo puso debajo del pubis. Así quedé con el culo levantado y totalmente desnuda en las manos de mi hijo. El separó mis piernas para tener acceso a mi vagina y a mi culo. Luego puso su nariz justo al agujero de mi culo. Lo olió varias veces. Luego lo lamió de abajo a arriba. Y de arriba a abajo. Me metió el dedo al culo y escuché que se lo chupaba el dedo. También me metió el dedo a la vagina y se lo chupaba.

Me daba nalgadas sonoras con sus manos diciendo: este culo se lo das al cabrón de tu marido. Eres una puta. Cada vez hablaba más fuerte. Ya sin temor a que me despierte. Así estuvo por varios minutos. Hasta que lo escuché buscar en la gaveta de mi mesa de noche. Luego sentí que había agarrado una de mis cremas y me lo puso en el culo. Después sentí que me puso la punta de su verga en mi culo. Poco a poco fue empujando. Yo sentía un dolor que por poco le digo que saque su verga. Pero me aguanté. Como mi culo estaba levantado por la sábana que él puso debajo de mi pubis, no tuvo ningún problema para meterme su verga, yo estaba totalmente a su disposición y sin escapatoria. Yo ya estaba bastante excitada con todo lo que me hacía mi hijo. Aguanté el dolor hasta que sentí que sus testículos chocaban con mi vagina y mi culo. Ya tenía la verga de mi hijo metida en mi culo hasta el fondo. El murmuró: ya estás con la verga dentro de tu culo. Puta de mierda. Que rico culo tienes mamacita. Luego empezó a moverse con el bombeo típico de mete y saca.

Él se movía cada vez más fuerte como si quisiera destrozarme el culo. Yo solo aguantaba con los ojos cerrados y mordiéndome los labios para no hacer ningún ruido que me delate que estaba despierta. Hasta que de pronto empezó a gritar: hay mamita, hay mamita, aaaay mierda. Que rico culo. Y se quedó inmóvil encima mío con su verga dentro de mi culo. Yo sentí como un líquido calientes inundaba mis tripas. Así estuvo el un buen rato. Sin moverse. Hasta que su verga se achicó y recién me lo sacó del culo. Luego me limpió, y me vistió como me había encontrado. Luego se fue. Yo me quedé muy excitada y conmocionada. Tuve que masturbarme pensando en mi hijo y en lo que me había hecho. Luego me dormí.

Al día siguiente, como a las 11 de la mañana, bajé a la sala. Mi esposo seguía dormido en el sillón. Lo cubrí con una manta y lo dejé descansar. Al rato bajó mi hijo y me saludó: buenos días mamita. Ya estás levantada. Que tal dormiste? Yo solo atiné a decirle: estoy bien. Luego el salió y me dijo que volvería por la tarde. Estoy en una encrucijada. No sé si encararlo a mi hijo y decirle que lo que hizo está muy mal. Pero tengo miedo que lo pueda traumar o algo así.



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Mi Hijo me dio por el Culo – Capítulo 02



Yo soporté por un tiempo esa actitud de mi hijo, porque tenía miedo de causarle algún daño emocional si lo confrontaba. También pensaba que el se iría de la casa.

Claro que yo también trataba de disfrutarlo calladamente. Pero gracias a los consejos de ustedes, tomé la decisión de hacerle saber de alguna manera que yo estaba consiente cuando el me hacía eso. También quería decirle que me agradaba lo que el me hacía.

Una noche que volví a la casa un poco mareada después de haber bebido licor en el cumpleaños de una amiga, decidí que esta noche haría lo que alguno de ustedes me aconsejaron. Me acosté como siempre con mi camisón de dormir, con mi calzón pero sin brasier.

Después de un rato, entró mi hijo. Botó las sábanas, sacó la crema de mi mesita de noche, me lo puso en el ano y me penetró por el culo. Cuando yo lo sentí bien excitado, yo empecé a gemir y a mover mi culo. Primero despacito, luego mas fuerte. Mi hijo al percatarse de esto, se detuvo por unos segundos. Pero luego continuó con sus movimientos. Yo también seguí gimiendo y moviendo mi culo. Hasta que mi hijo llegó al orgasmo. Luego el se levantó rapidito y se fue. No me dio tiempo para decirle nada.

Yo me asusté un poco. Me quedé pensando. Pero me dormí. Al día siguiente me levanté temprano le hice su desayuno y lo esperé que bajara de su dormitorio. Y venga a desayunar. El vino a la mesa a desayunar. Yole dije: hijito, quiero hablar contigo. El me dijo: yo no quiero hablar nada. Y se fue. Yo me quedé muy preocupada. Pero pensé que debe haber una forma para hablar con el.

El llegó en la tarde y se fue a su habitación sin decirme nada. Entonces tuve la idea de ir a bañarme sabiendo que el siempre me mira cuando salgo de la ducha. La ducha está en el segundo piso donde están los dormitorios y se escucha cuando alguien se está duchando. Al salir con la toalla envuelta, encontré a mi hijo justo en la puerta de su dormitorio. Entonces al pasar delante de el, dejé caer la toalla. El se agachó para recogerla. Pero yo pisé la toalla. Y quedé justo con mi vagina a la altura de su boca. El levantó su mirada y me miró a los ojos. Luego puso sus dos manos en mis nalgas. Yo abrí mis piernas como invitándolo a besar mi vagina. El hizo justo lo que yo quería. Empezó a lamer mi vagina. Yo agarré su cabeza y lo atraje mas hacia mi vagina.

Después de un rato en esa posición, el me alzó en sus brazos y me metió a su dormitorio y me puso sobre su cama. Allí el empezó a besarme todo el cuerpo. Agarró mis tetas las estrujaba y me mamaba como cuando era niño. Luego me dijo: voltéate mamita y dame el culo. Yo le dije: si mi amor pero déjame chuparte la verga. El se desnudó rápidamente y se echó en la cama con su verga tiesa como un palo. Se lo mamé con mucho amor y con deseo a mi querido hijo. El agarraba mi cabeza y lo jalaba hacia su verga, tratando de que me trague toda su verga. La verdad me llegaba hasta el esófago y casi me atoraba.

Después de un rato, yo le dije: ya mi amor. Ahora tu lámeme la vagina. Yo me eché con las piernas bien abiertas. El empezó a lamerme torpemente. Yo le dije: tienes que lamerme suavemente. Mete tu lengua, y chupa mi clítoris. El hacía todo lo que yo le decía. Después se dio vuelta y se puso encima mío. Con su cabeza hacia mi vagina. Es decir hicimos un 69. En esa posición el me chupaba la vagina y me metía su dedo al culo. Haciéndome retorcer de placer.

Luego de un rato así, el me dijo: ya mamita dame tu culo. Yo le dije: ya mi amor. Pero primero me vas a dar por la vagina. Abrí mis piernas lo mas que pude para darle mi vagina a mi hijo querido. El rápidamente me lo metió hasta el fondo. Sacándome un gemido de inmenso placer. El empezó a moverse con ese ímpetu de macho joven lleno de energía y con las hormonas al tope. Yo disfrutaba de la verga de mi hijo en mi vagina. Y me movía al ritmo de el. Gimiendo como puta.

De pronto el se zafó de mi vagina y me dijo: ahora si ya dame tu culo. Yo le dije: está bien. Pero dime porqué te gusta meterme por el culo. El me dijo: es que tienes un culo que me vuelve loco. No he visto otro culo igual al tuyo. Y nunca he comido otro culo como el tuyo. Yo le dije: soy tu primera mujer? El me dijo: si. Eres la primera y la única. Nunca estaré con otra. Solo quiero tu culo y de nadie mas. Yo me di vuelta enseñándole mi culo. El me dijo: quiero ponerte algo debajo de tu culo para que esté levantado y mi verga te entre hasta el fondo. Diciendo eso, el puso dos cojines debajo de mi pubis. Quedando mi culo levantado como ya me había hecho otras veces. El se arrodilló detras mio y dijo: que rico culo tienes mamita. Yo le dije: es todo para ti mi bebé. El puso su nariz en mi ano. Lo olió varias veces luego me dio lengüetazos allí. Después mojo su dedo con saliva y me lo metió al culo. Hacía movimientos de mete y saca con su dedo. Luego se chupaba el dedo como un dulce y me lo volvía a meter. Me daba nalgadas sonoras con sus grandes manos.

Después mojó su verga con saliva. Y escupió en mi ano. Yo le dije: me va a doler. Mejor ponme crema. El me dijo: aquí yo no tengo crema. Te dolerá solo un poquito. Diciendo eso, el puso la punta de su verga a la entrada de mi culo. Luego de un empujón me lo metió hasta el fondo. Yo di un grito de dolor: aaay. Me duele. Despacio por favor. El me dijo: ya estás con la verga dentro. Yo se que te gusta. Ya te has comido mi verga otras veces haciéndote la dormida. Yo le dije: pero esas veces me ponías crema. El me dijo: ya ves, yo sabía que estabas despierta. Y que te gustaba mi verga en tu culo. Yo me quedé callada y empecé a masturbarme el clítoris para sentir el orgasmo que me llegó rápidamente. Uno de los orgasmos mas fuertes que yo recuerde.

De pronto el empezó a gritar: aaay mamita. Aaay mamita. Y derramó toda su leche dentro de mi culo. Yo sentí como palpitaba su verga dentro de mi culo y su semen caliente inundaba mis tripas saliendo por mi ano y chorreando por mis piernas. El se quedó inmovil encima mio con su verga palpitando dentro de mi culo. Así estuvo por diez minutos aproximadamente. Luego sacó su verga todo flácido chorreando semen. Se lo chupé y me tragué todo hasta dejarlo bien limpio.

Después le di un beso en la boca y me fui a mi dormitorio a vestirme. Luego bajé a la sala a esperarlo. El bajó y se sentó a mi lado y me dijo: perdóname mamita. Yo le dije: no hay nada que perdonar. Lo que hicimos quedará entre tu y yo. Lo disfruté mucho y no te sientas culpable por nada. Solo tenemos que cuidarnos que tu padre no se entere. El me dijo: está bien mamita. Te amo mucho.

Por la noche tuvimos sexo. El está con las hormonas al tope. Tiene mucha energía. Nos dormimos en mi dormitorio los dos desnudos. Al día siguiente que fue miércoles, el no quería ir a la universidad. Quería quedarse conmigo. Me perseguía por todos lados tratando de agarrar mis nalgas. Yo le dije: te doy mi culo pero vas a la universidad. El aceptó. Me folló el culo y se fue a estudiar. Del miércoles hasta el sábado tuvimos sexo dos veces por día una en la noche, y otra por la mañana.

El domingo llegó mi esposo. Y por la noche quería tener sexo. Yo a duras penas le acepté. Porque estaba adolorida y cansada por las arremetidas diaria de mi hijo. Pero tuve que complacer a mi esposo para no despertar ninguna sospecha en el. Pero el se dio cuenta de mi apatía, y me dijo: estás enferma de algo? Te noto diferente. Yo le dije: no. Solo estoy cansada y me duele un poco la cabeza.

Yo amo mucho a mi esposo. El es muy bueno con migo y con mi hijo. A pesar que no es hijo suyo. El lo quiere como si fuera su hijo. En la cama también es muy bueno. El siempre me hace llegar al orgasmo. Yo nunca me separaría de el. He notado que mi hijo se muestra serio con mi esposo. Antes no era así. El está muy pendiente que mi esposo seacerque a mi o me haga alguna caricia.

Mi hijo no se aguanta los impulsos de tocarme las nalgas. Cuando no está mi esposo, yo le permito que haga eso. Pero el ya me metió la mano estando mi esposo en la casa. Ya he hablado con el al respecto. Pero elme dice que ahora yo soy su mujer. No se hasta que punto habré hecho bien o mal. Solo espero que mi hijo sepa comportarse cuando mi esposo está en la casa.








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heranlu

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Mi Hijo me dio por el Culo – Capítulo 03


La noche de un día sábado que celebramos el cumpleaños de mi esposo, yo lo estaba disfrutando bastante, y por lo que veía, mi esposo también. Comimos, tomamos vino y champaña, y bailamos bastante. A pedido de mi esposo yo me puse una falda altita y ajustada. Se me marcaba bien mi trasero y dejaba ver buena parte de mis piernas.

En la fiesta estaba Bruno. Uno de los amigos de mi hijo que siempre iba a mi casa. A veces se quedaba hasta el día siguiente en la habitación de mi hijo. Noté que el me miraba mucho el trasero y las piernas. Pero eso no me incomodó. Porque todos los hombres me miraban igual. Cuando todos se fueron eso de las tres de la madrugada, solo nos quedamos mi esposo, mi hijo, su amigo Bruno, y yo. Mi esposo quería seguir con la fiesta entre los cuatro. Yo le dije para irnos a descansar, pero mi hijo me dijo: Mamá. Déjalo que disfrute de su cumpleaños y sigamos bailando.

Acepté un poco ya cansada. Noté que mi hijo y bruno le daban vino a cada momento a mi esposo. Yo le dije a mi hijo que ya no le haga tomar a mi esposo, pero nuevamente él me dijo que era su cumpleaños y que lo dejara disfrutar. Hasta que vi que mi esposo estaba dormitando en el sillón chico donde estaba sentado. Le dije a mi hijo para llevarlo al dormitorio, pero elme dijo que descanse un rato allí, y que luego él lo llevará al dormitorio.

Mi hijo me dijo: Mamita. Hoy es sábado. Mañana nadie tiene que trabajar. Sigamos divirtiéndonos un rato más. Vamos a bailar.

El me agarró de la cintura y me hacía bailar con mucho entusiasmo. Luego llamó a su amigo Bruno y le dijo: Ahora te toca a ti bailar con mi madre. Bruno me agarró tímidamente y me dijo: Señora María. Esta usted muy bonita. Yo le dije: Gracias Bruno. De pronto mi hijo se unió al baile y entre los dos me acorralaron para bailar al medio de los dos. Así bailando mi hijo me tocaba las nalgas. Yo quise salirme para irme a descansar, pero mi hijo me detuvo y no pude evadirlo.

Mi hijo seguía tocándome las nalgas y en vos alta dijo: que rico culo tienes mami. Yo le dije: No seas malcriado. Que va a pensar tu amigo. Él me dijo: Bruno ya sabe que me das el culo. Además él ya te ha visto el culo las noches que venías borracha de las reuniones con tus amigas. Así es que no pasa nada, déjate acariciar porque bien que te gusta. Entonces Bruno también empezó a tocarme las nalgas. De pronto mi hijo me levantó la falda, y me agarró las nalgas desnudas. Nuevamente traté de zafarme, pero no lo logré. Después de un rato así, mi hijo me llevó al sillón grande justo al frente de donde estaba sentado y dormido mi esposo.

Allí me desnudaron y me empezaron a tocar por todas partes. Me sacaron toda mi ropa quedé totalmente desnuda ante los ojos de su amigo Bruno y de mi hijo. Luego ellos también se desnudaron quedando los tres desnudos totalmente. Mi hijo le dijo a Bruno: Ya cabrón ahora tienes el culo de mi vieja a tu disposición. Este culo que antes solo mirabas. Bruno dijo: Que rico culo. Yo le dije a mi hijo: Por favor no hagan esto. O por lo menos lleva a tu padre al dormitorio para que no tengamos problemas si se despierta. La verdad, yo estaba ya muy excitada por tanto manoseo. Mi hijo me dijo: no mamita. Déjalo allí al cabrón de tu marido. Haz de cuenta que está despierto y que está mirando todo. Cuanto he querido romperte el culo delante de tu marido. Hoy es el día.

Así los dos me tenían manoseando todo el cuerpo. Hasta que empezaron a follarme. Me lamían el culo. Me daban nalgadas sonoras. Me chupaban las tetas y me masturbaban la vagina. Se turnaban las posiciones entre mi vagina y mi culo. A estas alturas, ya no me importaba nada. Solo quería sentir las dos vergas de esos hombres jóvenes desesperados por gozar de mis carnes y de mis agujeros. Yo miraba a mi esposo dormido. Ajeno a lo que me estaban haciendo mi hijo y su amigo delante de él. La presencia de mi esposo allí, aumentaba el morbo y la excitación que sentía.

Mi hijo gritaba: Mira cabrón. Como le rompemos el culo a tu mujer delante tuyo. Bruno y mi hijo me metieron verga por todos mis agujeros. Los dos al mismo tiempo. Tenía las dos vergas metidas en mi vagina y mi culo en una doble penetración. Me llenaron las tripas de semen caliente. Llegaron al orgasmo primero Bruno. Luego mi hijo. Tragué semen de los dos. Les chupé las vergas hasta dejarlos limpios de semen y algo mas. Bruno me lo volvió a meter por la vagina hasta hacerme gritar de placer con un orgasmo que nunca antes había sentido.

Luego Bruno se fue, y me quedé con mi hijo. Yo le dije: espero que tu amigo sea discreto y no ande contando lo que pasó hoy. Él me dijo: Bruno es muy discreto y educado. El no dirá nada. Pero quiero que esto se repita. Yo le dije: estás loco, esto nunca mas se repetirá. Él me dijo: ya lo veremos mamita
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Mi Hijo me dio por el Culo – Capítulo 04


Un día mi hijo me dice que uno de sus amigos le había dicho que si podía celebrar su cumpleaños en mi casa. Que este amigo vive solo en la ciudad, porque sus padres están en provincia, y él no podía viajar hacia allá. Yo le dije: Mejor hagan la fiesta en el departamento de él. Pero mi hijo me dijo que este amigo solo tiene una habitación chica, y no se puede hacer una fiesta allí. Me rogó tanto que yo terminé aceptando. Me dijo que no me preocupe de nada porque ya todo lo tiene solucionado.

Para esta fecha, mi esposo estaría de viaje. Y aunque el estuviera presente, seguramente le hubiera aceptado a mi hijo hacer la fiesta en mi casa. Por ese lado no había ningún problema. Yo hablé con mi hijo, y le dije que no vayan a beber mucho licor. Y que traten de terminar la fiesta a la hora adecuada. Él me dijo que estarían máximo hasta las dos de la mañana.

Cuando llegó el día de la fiesta, mi hijo al salir de la casa me dijo: Mamita rica. Para la noche quiero que te pongas tu ropa sexi. Porque van a venir varias chicas y quiero que tu estés más linda que ellas. Y que mis amigos te vean más sexi que ellas. Yo le dije: Esta fiesta es de ustedes. Yo no tengo porqué vestirme como tú quieres. Además, yo no quiero estar en la fiesta. Voy a salir con mis amigas. Él me dijo: No te hagas la difícil. Yo le dije: No insistas yo saldré con mis amigas y volveré cuando haya terminado la fiesta. Él me dijo: espero verte en la fiesta.

Así salió mi hijo porque ya se hacía tarde para la universidad. En realidad, yo si quería estar en esa fiesta. Me imaginaba a los amigos de mi hijo todos jóvenes con las hormonas alborotadas tratando de bailar conmigo. Pero no podía darme esas libertades. Tenía que guardar mi lugar, y evitar cualquier mal momento para mí, o para mi hijo. Entonces decidí llamar a mi amiga, la más alegre y fiestera. Le conté lo que sucedería en mi casa. Ella me dijo: Oye, aprovecha y date un baño de juventud. Yo le dije: No puedo hacer eso. Tienes que salir conmigo, o simplemente tenerme en tu casa hasta la hora que termine la fiesta en la mía. Ella me dijo: Está bien. Vente a mi casa a la hora que quieras.

Me fui a la casa de mi amiga como a las seis de la tarde. Todavía no llegaba mi hijo de la universidad. Allí en la casa de mi amiga estuvimos charlando y tomando vino haciendo tortas y comiendo con otras amigas más. Hasta que me pareció la hora que ya debía retirarme a mi casa. Eran las tres de la mañana. Mi amiga llamó un taxi y me fui a mi casa. Me sentía un poco mareada por el licor que tomé con mis amigas. Pero para mí eso era normal porque siempre llego a mi casa un poco mareada después de estar con mis amigas.

Al entrar a mi casa, escucho música y voces de hombres hablando y riéndose. Llego a la sala, y encuentro a mi hijo, a cuatro jóvenes más, y a dos hombres mayores como de unos 40 y 45 años aproximadamente. Uno de ellos era moreno. No había ni una sola mujer. Cuando entré, todos se pararon y me saludaron. Yo correspondí a los saludos, tratando de ser amable. Luego llamé a mi hijo a la otra habitación, y le dije: Ya es hora de que se retiren tus amigos. Él me dijo: Mamita estás borracha. Y quiso besarme en la boca. Te estábamos esperando. Yo lo aparté y le dije: Mira: Dile a tus amigos que se vayan. Porque yo no voy a ir a la sala. En este momento me voy a dormir. Evidentemente mi hijo estaba borracho.

El me abrazó a la fuerza así parados como estábamos. Me agarró las nalgas y me dijo: No te hagas. Se bien que quieres que mis amigos te agarren el culo. Yo traté de alejarlo, pero él tiene más fuerza y me llevó cargando hasta la sala. Allí traté de disimular y me senté en el sillón que estaba desocupado. Estaba con un vestido que me quedaba un poco alto y se me veían las piernas. Mi hijo alzando la voz dijo: Amigos. Aquí está mi madre. Díganme si no es linda como les dije. Ella bailará con todos. Si o no mamita. Yo les dije: Señores. Por favor ya es hora de retirarse. Gracias por su comprensión. Pero mi hijo les dijo: No se vayan amigos. La noche es joven sigamos divirtiéndonos. Diciendo eso, puso música bailable en la computadora y me sacó a bailar. Todos le aplaudían.

Yo tenía que bailar a regañadientes. Mientras bailaba, yo miraba a los amigos de mi hijo. La verdad estaban muy guapos. Y los dos hombres maduros, también tenían lo suyo. Poco a poco empecé a disfrutar la música. Creo porque estaba un poco mareada por el vino que tomé con mis amigas. Mi hijo me agarraba de la cintura, y me hacía mover las caderas. Le pregunté porque no había ni una chica. Él me dijo: Hace rato esto estaba lleno de gente. Había muchas chicas, pero ninguna como tú. Ya se fueron todas con sus parejas. Solo se han quedado los solteros esperándote a ti.

Yo le dije: Compórtate. Y no hagas ninguna estupidez delante de tus amigos. Él me dijo: Ya mamita. Si tú te portas bien conmigo, yo también me portaré bien. No te vayas a dormir. Porque yo te sacaré alzando hasta la sala. Yo sentía que mi vestido se subía cada vez que movía mis caderas bailando. Y trataba de jalar mi vestido para que no se suba mucho. Él me dijo: deja que mis amigos te miren las piernas y el rico culo que tienes. En ese momento paró la música y me fui a sentar al sillón. Allí escuché que los jóvenes incluido mi hijo le decían "profe" a los dos hombres mayores. Saqué la conclusión que esos hombres mayores eran sus profesores.

Luego empezó nuevamente la música. Y mi hijo les dijo a los mayores: Ya profes. Saquen a bailar a mi mamita. Uno de ellos vino y me extendió la mano. Yo me paré y empecé a bailar con él. Bailando él me dijo: Señora es usted muy linda. Yo le dije: Gracias. Usted también es guapo. Al decir yo eso, el hombre interpreto que yo le estaba coqueteando y me dijo: La verdad usted tiene las piernas más lindas que he visto en mi vida. Y como yo ya estaba entonada, le dije: ¿solo las piernas? Él me dijo: Con todo respeto no solo las piernas: Sino también las nalgas y todo el cuerpo y el rostro. Yo le dije: No sea grosero. Soy una mujer casada, y mi hijo está presente. Él me dijo: Perdón. Pero usted me hace decir esas cosas. Espero que no se moleste. Yo le dije: Está bien no me molestaré si solo mira y no toca.

Luego me sacó a bailar el otro hombre mayor. Este era más "mandado" Al instante puso sus manos sobre mis caderas. Yo estaba con mis manos en sus hombros. Él me dijo: Señora. Dichoso su esposo de tener una mujer como usted. Yo le dije: ¿Por qué? Si usted no me conoce y no sabe cómo soy yo. Él me dijo: Solo basta mirarla para desearla. Yo quisiera tener una mujer como usted. Yo le dije: ¿Y qué haría con una mujer como yo? Él me dijo: Si usted me permitiera, yo le sacaría toda la ropa y le lamería todo el cuerpo. Luego le chuparía la panocha y metería mi lengua en su rico culo. Después la pondría de rodillas para penetrarla primero por la panocha y luego por el culo. Diciendo esto el hombre puso sus manos sobre mis nalgas.

Con esas palabras y sus manos sobre mis nalgas, y entonada por el vino que tomé con mis amigas, yo estaba ya caliente y quería que este hombre y todos los otros me agarren y me hagan todo lo que él me decía. Pero trataba de hacerme a la difícil y le dije: Usted es muy grosero. Fíjese que soy casada y mi hijo está aquí. Él me dijo: Señora mía: todos los que estamos aquí, ya sabemos lo que usted hace con su hijo. Él nos dijo que esta noche, usted nos dará el culo a todos. Por eso la hemos estado esperando.

Aunque yo me esperaba algo así, En ese momento me sentí indefensa. Ya me imaginaba lo que se me venía. En ese momento mi hijo dijo: Ya profe usted mismo es. De pronto este hombre alzó mi vestido y me agarró las nalgas desnudas mientras bailábamos. Las estrujó como a una masa con sus dos manos y me dijo: Que rico culo tienes mamacita. Traté de zafarme de las manos de este hombre, pero el me sujetó con fuerza y no me dejó zafarme. Yo sentí que me bajaba un líquido por mi vagina. Todos los demás incluido mi hijo gritaban a este hombre animándolo y le decían: ya profe. Ese culo es tuyo.

De pronto el hombre metió su dedo por debajo de mi calzón y me dijo: Mamacita. Ya tienes la panocha mojada. Diciendo eso, me tumbó lentamente sobre la alfombra y me sacó el vestido. Entonces el otro profesor vino, y entre los dos me sacaron el calzón dejándome solo con el brasier tipo corsé. Mi hijo decía: Ya mamita. Cómete a mis profesores para que me pongan buena nota. Jajaja. Mi hijo y los otros jóvenes estaban sentados en el sillón grande tomando licor y mirando lo que me hacían los hombres mayores. Si yo quería, podía levantarme e irme corriendo a mi habitación y dejarlos a todos con ganas de tenerme. Pero sabía que mi hijo estaba mareado y me sacaría alzando hasta la sala. Yo se lo terco que es el.

Pero también yo ya quería sentir las vergas de estos dos hombres maduros que estaban deseosos por meterme sus vergas. Los miraba desesperados por desvestirse lo más rápido que podían. Luego me sacaron el brasier quedando totalmente desnuda. Me sentía deseada a mi edad. Y el morbo de estar desnuda en manos de siete hombres era más fuerte que yo. Y me quedé echada esperando lo que venía. Yo estaba echada de espaldas con las piernas abiertas. Los dos hombres ya totalmente desnudos me manoseaban todo el cuerpo. Uno metía sus dedos en mi vagina. El otro manoseaba mis tetas hasta hacerme doler. Yo gemía suavemente tratando de no ser muy vulgar. Uno de ellos metía su dedo en mi ano, y se lo llevaba a la boca. Luego nuevamente me lo metía en mi ano. Los dos decían: Que rica puta. Que buen culo tiene. Que ricas piernas.

Mientras uno me seguía lamiendo la vagina y metiéndome el dedo al culo, el otro me hacía mamar su verga metiéndome hasta la garganta. Yo me sentía en la gloria con esos hombres haciéndome de todo. En un momento miré a mi hijo, y vi a todos los jóvenes totalmente desnudos. Masturbándose y mirando lo que me hacían sus profesores. Esos dos hombres maduros me hicieron de todo. Me follaron por todos mis agujeros. En todas las posiciones tragué semen de los dos. Hasta lloré de dolor cuando me lo metieron por el culo. Me trataron de puta y perra. Pero llegué al orgasmo como tres veces. Los dos maduros gritaron de placer al llegar al orgasmo. Me llenaron de leche el culo, la boca y la vagina. El semen chorreaba por mis piernas hasta llegar a la alfombra.

Sentí que mi hijo y sus cuatro amigos se acercaron a mí. Yo le dije: Hijito por favor ya no más. Estoy muy cansada y adolorida. Él me dijo: Como crees que no nos vas a dar el culo a nosotros. Tu solo aguanta, que nosotros haremos el trabajo. Los cinco me manoseaban y no sabían que hacer conmigo. Me metían el dedo al culo y a la vagina. Uno intentaba meter su verga a mi culo, Mientras que el otro me hacía mamar su verga. Yo ya no tenía fuerzas ni deseos de sexo. Solo soportaba lo que me hacían. Me follaron a su antojo volteándome a cada rato. Eran insaciables una y otra vez me lo metían por todos mis agujeros. Hasta que por fin uno a uno iban cayendo por el orgasmo alcanzado. Quedé bañada en semen. Estuvieron maltratándome hasta las siete de la mañana.

Después le dije a mi hijo que los despida a todos. Me fui a bañar con las pocas fuerzas que me quedaba. Mi hijo despidió a todos y nos fuimos a dormir. Dormimos en mi dormitorio hasta las tres de la tarde del domingo. Ya por la tarde hablé con mi hijo y le dije: Que van a pensar de mis tus profesores. Porque has hecho esto. Él me dijo: No te preocupes mamita. Mis profesores son casados ellos no quieren escándalos ni problemas. No hablarán nada a nadie. Yo le dije mira: Yo te acepto a ti y dejo que me hagas todo porque te amo. Pero ya hacerlo con personas que ni conozco es otra cosa. Corremos riesgos. Tanto tu como yo. Esperemos que tu padre no se entere de nada. Él me dijo: Ese cabrón no es mi padre. Y tú eres mi mujer. Solo dejo que el cabrón te folle para no levantar sospechas. Pero si fuera por mí, serías solo mía. Aunque también me excita saber que tu marido te está rompiendo el culo cuando escucho tus gemidos.

Después de esa fecha, algunas veces se ha repetido la orgía. Claro que estando yo mareada. A veces venía uno de los profesores y otras venían los dos. También venían los amigos de mi hijo. Una vez me desperté en la noche cuando uno de los profesores de mi hijo me estaba manoseando las nalgas mientras yo dormía un poco mareada. Claro que después me dejé follar ya despierta.

Bueno. Esta fue mi última experiencia. Tengo fotos y videos de esos encuentros. Fotos y videos que encontré en la computadora de mi hijo.

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