Mi hijo Alberto

heranlu

Veterano
Registrado
Ago 31, 2007
Mensajes
6,204
Likes Recibidos
2,514
Puntos
113
 
 
 
Alberto, mi hijo nació cuando cumplí 16 años, un tío, hermano de mi padre me sedujo. Desde el principio recibí el apoyo de mis padres. Cuando termine mi carrera conseguí un empleo y al poco tiempo me independice. Una mujer, madre soltera como yo es acorralada por los hombres, con deseo, casados, solteros, todo tipo de tipos. Antes de conocer a Eduardo tuve dos o tres romances pensando en encontrar al hombre de mi vida, pero solo querían eso, satisfacerse sexualmente.



Cuando conocí a Eduardo, pensé que era el hombre de mis sueños, sentí su apoyo, sus atenciones, de buena solvencia económica, de mayor edad que yo. Sentí un apoyo que nunca nadie me brindo. me amó, nos divertimos, fuimos felices, sin embargo poco tiempo me duro el gusto



Eduardo viaja mucho por su trabajo, la mayor parte de tiempo estoy solita, en compañía de Alberto claro, él, ya es todo un hombre, guapo, formal, pero demasiado tímido, principalmente con las chicas, poco afecto a salir y muy apegado a mi, a su madre. Sus relaciones de Alberto con Eduardo son buenas pero frías, trate de acercarlos, pero no lo logre. Alberto es para Eduardo su entenado, y Eduardo simplemente su padrastro.



Alberto llena mis espacios vacíos, nos acompañamos a todas partes, al cine, al club donde tenemos una membresía. En vacaciones siempre nos acompañamos, Eduardo rara vez nos acompaña. Desde pequeño lo cuide, siempre fue el bebito de mamá, el consentido, conforme se volvió hombre algunas cosas ya no fueron igual, me di cuenta de sus cambios, lo ví crecer, hacerse hombre. Yo me encargo su ropa, incluso su ropa interior, le encanta usar tangas que se ajusten a su cuerpo, yo le comento:



---Un día vas a estar con una muchacha y debes verte sexy, atractivo a la vista de ella.




Naturalmente el mismo me acompañaba a todo, incluso a comprar mi ropa, incluyendo mi ropa intima. Ya se imaginaran el tipo de comunicación que tenemos..Convivimos en todo, por eso se dieron varias situaciones, Mi intimidad en mi cuarto es rota continuamente, Alberto entra a mi recamara sin anunciarse, yo le pedí que se anunciara antes, pero siempre lo ha ignorado.



Con el tiempo yo misma lo miré con esas trusas pequeñitas dibujando sus genitales, lo veía porque dejaba su puerta abierta, o porque caminaba por la casa solo con sus trusas, Muchas veces por no decir siempre, veía de forma diferente a como mira una madre a un hijo, su figura me inquietaba, se vía hermoso, provocativo, muchas veces le pedía que fuera cuidadoso, me decía que si, pero nunca hizo caso. me contestaba que debería verlo ojos de madre sin malicia.



Su excesiva timidez con las chicas me llego a preocupar, pero luego descubrí, sus revistas de chicas lindas en ropa interior, así como material de alto contenido erótico incluyendo películas, de chicas, lesbianas, gays, transvestis, de todo, Pensé que no era correcto que trajera ese material a casa, pero, un joven a esa edad tiene curiosidad, quieres conocer, experimentar, tiene sus propias necesidades, yo misma antes de conocer a Eduardo, siempre estuve insatisfecha, deseosa, necesitando a un hombre, un hombre que llenara mis espacios vacíos.

Mi matrimonio con Eduardo me llevo un pleno goce de relaciones sexuales satisfactorias, con el conocí se puede decir el paraíso sexual, con Roberto el padre biológico de Alberto ni pensarlo, a mis 15 años, nunca supe el verdaderamente disfrute del sexo, nunca una satisfacción placentera. Después con la vigilancia estricta de mis padres todo se me negó todo, cuando me independice trate de satisfacer mis necesidades sexuales, tuve dos novios, pero solo representaron una frustración.



Pero las satisfacciones sexuales con Eduardo duraron muy poco, sus viajes de trabajo, me dejan mucho tiempo solita, me niegan el disfrute del sexo, siempre insatisfecha, siempre esperándolo, el llegaba cansado, fastidiado, o quizá satisfecho por alguna aventurilla. Yo en blanco, con él me di cuenta de mi potencial como amante, se de lo que soy capaz, me se entregar, se disfrutar del sexo, y proporcionar placer, darlo todo. Soy temperamental, caliente, cachonda se entregarme, dar amor y satisfacción sexual en todas formas.



Tantas noches solita, mi cama demasiado grande para mi, sola con mi desesperación, sola con mis deseos reprimidos. Eduardo en sus negocios, mi Alberto en su cuarto, separados solo por un muro, por las noches escucho encendido su televisor, el jadeo de las chicas fornicadas por hombres en las películas pornográficas. Yo en mi cuarto desesperada, deseosa, esperando unos brazos masculinos que me acaricien, que me estrujen, me abracen, que me satisfagan.



Sucedieron tantas cosas, Alberto con acceso libre a mi recamara, desde muy niño solía ir a refugiarse en mi cama, yo acostumbrada a dormir solo con mis bragas, si acaso una batita transparente cubría mi cuerpo y una sabana, a veces sin ella. La mirada de Alberto de curiosidad hacia que me cubriera, en ocasiones tocaba mis chichitas, yo lo alejaba, pensando que no era correcto, pero el insistía hasta que con voz enérgica lo calmaba, desde nos besamos en la boca, con besos tímidos, él mismo propicio un beso mas prolongado, basta Beto, basta, no esta muy bien que beses a mamita de esa manera, pero el se sentía seguro y abra su boca ofreciéndome su lengua, a partir de entonces lo evite, ofrecía solo mi mejilla, o evitaba de plano besarlo,



Una noche estaba por demás inquieta, no lograba conciliar el sueño, escuchaba el incesante tic, tac del reloj, me sentía excitada, deseosa de estar con un hombre, mas de un mes sin disfrutar del sexo. Antes de acostarme me había bañado, me vestí con una batita transparente, muy corta a las nalgas, una pequeña tanguita de parchecito al frente e hilo dental atrás. Al no poder dormir me senté frente a la computadora, viendo cosas de sexo, penes de hombres bien dotados, entre a un sitio de chicas Transvestis con lindos senos y pene, me excite, mis manos tocaron mis senos, estrujándolos, las baje suavemente tocando cada parte de mi cuerpo, hasta llegar a mi sexo, abrí los labios, acaricie mi clítoris, mi pequeño botoncito necesitaba ser tocado, acariciado, mamado, sentirme una mujer de verdad, Me sentía húmeda por la excitación, estaba preparada para una penetración profunda. Pero por ahora me encontraba sola. Nadie podría consolarme, abrí mis nalgas acaricie a mi anito, que delicia, que sabroso, necesitaba una satisfacción hasta que con mucha dificultad llegue al orgasmo.



Completamente insatisfecha, caliente, con mi conchita húmeda y palpitaba, al no haber manera de tranquilizarme, decidí bajar a la cocina por un vaso de leche, me puse mi tanguita, tome un vaso, abrí el refrigerador, me agache para alcanzar el bote de la leche que estaba en la parte inferior, fué en ese momento sentí su mirada, parado tras de mi, ahí estaba, cubierto solo con su tanguita, y mostrando su bulto..



--- Mamita preciosa, que haces levantada a estas horas.?

--- No podía dormir cariño, vine por un vaso de leche.



--- Estas hermosa, preciosa, no entiendo como ese hombre te tiene tan abandonada, no te lo mereces, me doy cuenta, veo tu desesperación, siempre pienso en ti, en lo solita que debes sentirte, solita en esa cama tan grande, con tu nerviosismo, con tus deseos insatisfechos.



Me quedé helada de susto, nunca me había hablado así, me extrañó, siempre tan tímido con las chicas, ahora, su comportamiento hacia mi persona había cambiado totalmente, expresaba lo que sentía, expresaba sus verdaderos pensamientos. Y sus pensamientos eran de deseo. Pero no… debería estar confundida, no era así, no podría sentir deseo malsano por su madre.



Pero ahí estaba, parado frente a mi, con su vista sobre mi cuerpo, recorriendo mi cuerpo desde la punta de los dedos del pie hasta mi cabeza, sus ojos se fijaron sobre mis tetas, me tomo de una mano he hizo que me diera la vuelta, sentí su mirada en mi, en mis nalgas, en toda mi anatomía. Yo también lo mire a él, su trusa se había tensado, su pene se estaba erecto. Una erección por mi, Por ver la desnudez a su madre.



---- Te lo vuelvo a repetir, mamita estas preciosa, si tu quisieras?



Se acerco a mi, me tomo entre sus fuertes brazos apretándome contra su pecho.



Mamita hermosa, que linda estas.



Se acerco a mi cara, pego su boca en mi cuello, sentí un reflejo de deseo en todo mi cuerpo, luego la unió a mi boca su lengua se introdujo, busco mi lengua, ambos nos unimos en un beso apasionado, prolongado, intenso, con verdadero deseo. Sus manos me aprisionaban, acariciaron mi espalda, luego la bajo lentamente tocando cada parte de mi espalda, mi cintura, mis nalgas, sentí su erección pegarse a mi, me, nuestras bocas seguían unidas. Nuestros lenguas se buscaban frenéticas. Sus manos abrieron mis nalgas, y exploraron llegando al centro mismo de mi intimidad.



Me sentí frenética, mi deseo se avivo, mis ansias renacieron, mi pasión se avivo con pasión.

Que rica sensación la de sentir unas manos de hombre hurgando en mis partes mas intimas. Un hombre fuerte fogoso, con olor a verdadero hombre, Después de tantas noches solita en esa cama tan grande, tan fría que hermosa sensación casi olvidada. No se que cosas mas pasaron por mi mente, o quizá ese deseo despertado en mi cuerpo no me permitía pensar.



Sentí su boca sobre mi cuello, luego poco a poco, sobre mis tetas, y fue barriendo con su boca cada parte de mi cuerpo, fue bajando hasta que cayó hincado frente a mi, sentí sus manos posarse sobre mis nalgas, y su aliento directamente sobre mi pequeñas bragas. Sus manos me jalaron sentí su lengua, sobre mi cosita, que rico, que sabroso, que rico, ufffffff. En ese momento recapacite.



---- No, hijo, no pude ser. Déjame, no podemos hacer algo de lo que tarde o temprano nos vamos a arrepentir.



Me separe, violentamente, Alberto se quedo hincado mirándome, subí apresuradamente las escaleras, todavía volví la vista para verlo, el se había parado y me seguía, rápidamente entre en mi cuarto cerré la puerta, me tire sobre mi cama y me solté a llorar desconsoladamente. ¿Como me había sucedido esto?..... ¿Porqué había sido tan débil?...... ¿Por qué? No me lo explicaba…..



Mi corazón latía con fuerza, mi mente buscaba una explicación, mi cuerpo se sentía un deseo perverso, la excitación de mi cuerpo de mi mente estaban vivos, mi sexo húmedo, palpitaba, toda yo era como una cuerda de violín estirada al máximo a punto de romperse, necesitaba de un hombre, y ahí estaba tras mi puerta, pero de todos los hombres del mundo, era el único prohibido.



Toque mi sexo, mis tetas, mis manos recorrieron todo mi cuerpo, talle mi sexo con desesperación, me metí uno, dos, tres dedos, me masturbaba con desesperación, con esto lo único que logré fue un insipiente orgasmo. No se a que hora me dormí, soñando cosas excitantes, Eduardo estaba conmigo, me besaba toda, mordía mis tetas, lamía mis pancita, luego llegaba a mi húmedo sexo, pero su cara se transformaba en la cara de Alberto, mi hijo, metía la lengua en mi ardiente pucha, acariciaba mis nalgas, mordía mi sexo. Luego apuntaba su erecto pene hacía mi entrada anhelante, deseosa y la internaba en mi vagina… Desperté agitada, sudorosa, todo mi cuerpo temblaba.



Nuevamente trate de dormir mañana me esperaba un día muy ajetreado, tome el libro que estaba leyendo, leí unas cuantas paginas, no logre conciliar el sueño, me levante, hacia un calor insoportable, me metí bajo la regadera abrí la llave del agua fría, intentaba calmarme.



Al día siguiente, me levante muy aturdida por la desvelada. Cuando tuve conciencia de lo que había sucedido, recapacite y me dije a mi misma. Esto no sucedió, no voy a tratar el asunto con Alberto, el no fue culpable ni yo pensé hacerlo, fue el momento, en lo sucesivo sería cuidadosa con mi forma de vestir.



Por un momento pensé en llamar por teléfono para romper mi compromiso, pero pensé que lo mejor sería alejarme de casa, pensar en otras cosas platicar con mi amiga Yolanda de cosas muy diferentes, Me metí bajo el agua fría de la regadera como si eso me trajera la lucidez que necesitaba, que me vestí me maquille, mas o menos había despertado, baje a la cocina a tomar algo, aunque era el fin de semana, ese día tendría un día muy ocupado, cuando entre a la cocina ahí estaba mi hijo.

Hola hijo, si, pase muy mala noche, mira mi facha.



No, mamita estas hermosa, a propósito, mamita, te tengo una sorpresa, hoy por la noche, reserve en el campestre una mesa, quiero festejarte, recuerdas? Hoy es tu cumpleaños.



Efectivamente, lo había olvidado, y pensé que estaría bien, así de esa manera estaría lejos de la tentación, rodeados de mucha gente, cuando regresara ya estaría Eduardo en casa, me había prometido que hoy llegaba, ahora si, llegara como llegara lo obligaría a cumplir conmigo.



El día la pasé estupendamente con mi amiga, trabajando, bastante pesado, pero me sentí liberada de la carga emocional, me reí, por un momento pensé platicarle, pero no lo creí conveniente, eso no había sucedido, hoy llegaría Eduardo y me quitaría mi excitación. Y todo arreglado.



A mi regreso por la tarde, entre a mi cuarto, deseaba descansar, pero….. en mi cama estaba un vestido nuevo, muy atrevido, escotado, corto de la falda, de tela delgada, muy lindo, además un juego de ropa interior de un color rojo con encaje negro, de bra, tanguita, liguero y medias, todos debidamente acomodados, y un arreglo de rosas que son mi pasión acompañados con una notita,



Con todo el cariño para la madre la mas linda en su cumpleaños, Recuerda que hoy por la tarde tenemos un compromiso. Tu hijo amado. Me entere que había ido a la boutique a donde hago mis compras, y en complicidad con el jotito que me atiende, escogieron la ropa.



Yo estaba demasiado cansada, no tenía deseos de salir, mejor me iba a disculpar, y otro día saldríamos, me di un baño de agua tibia, me seque perfectamente, me vestí con un camisón largo, transparente y solamente unos calzoncitos. Pero cuando me disponía a acostarme, ahí, sobre la cama la ropa que mi hijo me había comprado, como iba a despreciar su ofrecimiento, todavía tenía 3 horas, así es que me acosté a dormir para reponerme un poco y luego me vestiría.



No se cuanto tiempo dormí hasta que el teléfono llamó, era Eduardo, comunicándome que hoy no regresaría. Así es mejor, así tendríamos Alberto y yo campo libre para divertirnos, nadie nos vería, Poco después llamó mi hijo,



Mamita linda, habla tu adorado hijo, prepárate, nos vemos dentro de una hora, te agradó tu regalo?. te vas a ver divina, como le gustas a tu amor.



La siesta me había bastado para reponer fuerzas, volví a tomar otro baño, y comencé a arreglarme. Dudé de ponerme ese vestidito, esta muy escotado de la blusa y muy corto de la falda, pero al menos pero si vestiría mi ropa interior, muy linda, tan seductora, buen gusto el de Alberto, unas hermosas bragas pequeñísimas, un bra apenas sostenían mis tetas y liguero, del mismo color, además un par de medias transparentes. Me puse el vestido, para vérmelo puesto. Me sentaba de maravilla pero demasiado provocativo.

Busque algo mas cubierto, escogí un juego de falda y blusa, pero no, este es demasiado formal… y otro, y otro, no nada me agradaba, fue entonces que decidí usar el vestido, que podría suceder, una vez arreglada me mire al espejo, efectivamente muy provocativo, pero no todos los días es mi cumpleaños, si, así estoy bien, y me siento bien. Con la firme decisión de mantenerme firme, nada tendría que suceder, una simple cena y nada mas



Al llegar al descanso de la escalera, lo miré, estaba ahí, esperando por mi, noté su cara, su mirada se posó en mi, me vio, con esos ojos libidinosos, de lujuria, me sentí desnuda con el vestidito, de falda muy corta y muy descubierta de arriba. Me detuve aún dudando, pero ya estaba decidido, así, que comencé a bajar los escalones que me faltaban. Además había mi hijo había organizado todo, Eduardo ni siquiera había recordado el día, ninguna llamada, ninguna tarjeta. Nada… solo alberto..



Se apresuró a tomarme de la mano y a conducirme por los últimos escalones Sentí que sus brazos fuertes alrededor mío,



----- Felicidades mi reina. Que cumplas muchos años.

---- Gracias hijo. Gracias por todo.







Me recibió con un ramo de rosas y un beso en la mejilla, apenas perceptible, tomados de la mano llegamos hasta el auto, abrió la puerta y ocupé mi lugar, sentí su mirada puesta sobre mí, al subir abrí las piernas mi corto vestido no me permitía cubrirme seguramente enseñe mis piernas o mis calzones, no lo se.



Condujo entre el transito, atento a lo que hacía, al cambiar de velocidad, sus manos tocaban mis piernas, las retire, con pudor. Al llegar al restaurante, entrego las llaves al valet parking y se apresuro a abrir la puerta, trate de cuidar mis piernas, pero…… pues de todas maneras algo debí haber enseñado, Alberto no perdía detalle.



Cogidos de la mano entramos, el capitán de meseros nos condujo a la mesa, situada en un lugar discreto, una chica me recibió con flores rojas, y en cuanto ocupe mi lugar, un conjunto de cuerdas inundo con su música el pequeño lugar, todo a media luz, con música romántica, un mesero se acerco a encender las velas, vino de mesa del mejor, una cena estupenda. Hablamos, platicamos muy amenamente, nos reímos como hacía mucho tiempo no lo hacíamos. Un mesero siempre se apresuró a rellenarme mi copa, de un magnifico vino chileno que tanto me gusta.



No se cuanto tiempo trascurrió, mi mente estaba nublada por el vino. De momento solo quedamos los dos, brindando, Alberto me retiro la silla para que me parara a bailar, me tomo entre sus brazos sentí su cuerpo, sus manos recorrer lo desnudo de mi espalda, bajaron hasta mis nalgas, su boca busco la mía, nuestras lenguas se juntaron, mis brazos cubrieron su espalda. Estaba fuera de mi, mi raciocinio se había perdido. Mi cordura se había quedado en las copas de vino. Sentí su cuerpo muy pegado al mío, su pene estaba erecto, mis bragas mojadas.



Cuando nos sentamos, acercó su silla a la mía. Me tomo entre sus brazos, yo fui la que busqué su boca, yo misma introduje mi lengua en su boca y busque la de él. Sus manos buscaron un camino entre mis piernas, las sentí sobre la licra de mis medias, luego llego a mi carne desnuda, y por último al centro máximo de mi placer cubierto con la delgada tela de mis bragas. Abrí mis piernas, sentí sus manos. Su boca, toda su pasión, volcada sobre.



Momentos después pagaba la cuenta, y abrazados los dos salimos, ahí estaba el automóvil, cuando tome conciencia de mi, nos encontrábamos, en un lugar ruidoso. Al oído le dijo algo a un tipo, este nos condujo a una mesa, bebimos una cervezas, nos besamos, sentí sus manos sobre mi cuerpo, acercó uno de sus dedos a mi boca, comencé a chupándoselo, lamerlo, mis manos acariciaron sus piernas, inevitablemente llegaron a su entrepierna. Sabrosa, bien puesta, deliciosa.



Pago la cuenta, y salimos, abrazados, y besándonos a cada momento, ocupamos nuestros lugares, y sentí que las luces de la ciudad bañaban mi cara, Yo me senté muy juntita a el, su manos se posaba sobre mis rodillas, sobre mis piernas, y entre ellas, al detenerse por la luz roja de un alto nos besábamos ardientemente y su mano entraba palpando todo, yo lo permitía abriendo mis piernas. Por fin llegamos a un lugar, no lo identifique, otra vez acudió prontamente a abrirme la puerta, entrego las llaves del carro al valet parking y entramos muy abrazados, nos dieron una mesa, confundidos entre la multitud, nos abrazamos, sentí su boca posarse en la mía.



Vamos a la barra por una cerveza, cuando estuvimos ahí el se quedo tras de mi subiéndome a un escalón, mientras esperábamos por las cervezas me abrazó por detrás, sentí su erección, entre lo delgado de la tela de mi vestido, entre mis nalgas, volví mi cara y me recibió con beso al que yo correspondí con la boca abierta…. No espero mas, me dijo



---- Es hora de irnos mi reina……

---- Si, papito, yo también tengo mucho sueño, la camita me espera.



Nuevamente lo mismo, sus manos acariciando mi cuerpo, sus besos , su deseo, yo me encontraba exacerbada de pasión, de deseo, loca, deseosa, no era para menos. Cuando llegamos a casa se acerco a mi, me tomo entre sus brazos, nos besamos, sentí sus manos, calientes, ardorosas, tocar mis tetas, mi espalda…. Estaba tan deseosa, tan caliente, tan necesitada. Subimos a mi cuarto, entramos, lo sentí deseoso, su mirada puesta sobre mi cuerpo.



Tendida sobre la cama, con los pies sobre la sabana blanca, cerré mis ojos y abrí mis piernas, Alberto parado frente a mi, mirándome, te hinco entre mis piernas, y lamió mi pubis sobre mis pequeñas bragas. Luego me las retiro, yo alce mis caderas para facilitarle la maniobra.



----- Cariño que hermosa eres, que rica te miras. Tanto tiempo deseándote. Mirándote todos los días, muy cerca de mi pero a la vez tan lejos.



Permanecí callada, animada por mi exagerado deseo. No pensaba en otra cosa, sino en mi satisfacción, Ya sin calzones lamió el estomago, sentí su aliento, lentamente bajo a mi bello púbico, por fin abrió mis labios con su lengua y la sentí en mi clítoris. Lamiéndome bien rico, muy sabroso.



Acostada como estaba, se colocó entre mis piernas, sentí sus manos, su boca, recorrieron mis piernas, mis muslos, ambas manos tomaron los labios de mi sexo y jugaron con el



---- Cariño, tengo tentación de algo, alcance a decir…..

---- Lo que tu desees mi reina. Hazlo o dime que deseas que te haga.



No conteste, me subí gateando, bese sus piernas y tome con mis manos su rico pene, lo miré, con mi mano descubrí el prepucio y percibí el olor a macho caliente, lamí su cabeza, una y otra vez, luego la metí a mi boca, disfrute del sabor a macho, con una mano me daba masaje en el clítoris la otra la tenía ocupado en su hermoso pene. Que rica mamada, que sabroso pene.



Me cogió por la cintura, me tendió sobre la cama, abrió mis piernas, y zassssss la coloco ahí en la entrada, y lentamente sentí como iba entrando, tanto tiempo sin sentir una verga, rico. Hasta que entro, toda, sabrosamente, ahí permaneció un momento cogiéndose de mis nalgas, disfrutándome, satisfaciendo mis ansias, luego se movió con un movimiento lento, agradable, sabroso, rico, hasta que sentí mi orgasmo,



---- Hoo papito, que rico siento, que satisfacción me das.

----- Mi reinaaaaaa, que ricoooooooo, sabroso.



Así terminamos rendidos sudorosos, satisfechos. Sentí su semen derramarse dentro de mi,​
 

heranlu

Veterano
Registrado
Ago 31, 2007
Mensajes
6,204
Likes Recibidos
2,514
Puntos
113
 
 
 
Durante mucho tiempo después de nuestra primera experiencia lo evite, no quería verlo, lo rehuía, procuraba salirme temprano de casa, y por la noche me encerraba en mi cuarto, le pedí a Eduardo mi marido, estuviera en casa, o me invitara a viajar con el.

Eduardo sin conocer el problema, atendió a mi ruego, se quedo en casa durante dos o tres semanas, Yo me sentía extremadamente nerviosa, comencé a beber a diario, pero pronto volví a quedarme sola. Eduardo tuvo necesidad de salir me quedé sola, con mi problema

Cuando me encontraba frente a Alberto, lo notaba nervioso, me miraba como mujer, en un principio cerraba la puerta de mi recamara, después olvidaba hacerlo, me sentía expiada, notaba su mirada sobre mi, aún así, muchas si, muchas veces lo sorprendí mirándome, eso me ponía nerviosa, yo misma me preguntaba ¿Qué me está pasando?.



Paso mucho tiempo, antes de que volviera a repetir. Una noche sola en mi recamara, con esos pensamientos de mujer sensible, me pusieron nerviosa, excitada, deseosa de sexo. mi marido andaba de viaje, tenia 10 días fuera de casa, por la mañana recibí una llamada de Eduardo, diciendo que llegaría ese día, Alberto estuvo insistiendo mucho que deberíamos ir a cenar, que no tuviera temor de salir, siempre lo evité, ese día en la mañana había insistido mucho, me volví a negar, Eduardo dijo que llegaría ese día, así que procure estar temprano en casa, en el día me mantuve muy ocupada, sali con un cliente a comer, para cerrar un negocio.

Miguel, amigo conocido mío pretendía un servicio de mi empresa, me vestí muy coqueta, como siempre me ha gustado, con una falda corta y una blusa escotada, al salir retoque mi maquillaje, cambie mis bragas por una tanga pequeñita, un par de medias y liguero, eso me hacía sentirme segura, linda, agradable.

Miguel siempre me ha pretendido, siempre le gusté, un amigo de hace tiempo y además mi cliente, siempre me miró con deseo, me desea como mujer, aunque yo nunca le he dado el sí, el continúa haciendo su lucha.

Pase un momento agradable, con Miguel, sonriendo, siempre se comporta muy atento, muy agradable, con una sonrisa permanente en su boca, con una platica muy interesante, pero cuando estoy a su lado me desviste con la mirada. A su lado me siento halagada. Cuando lo acompaño mi tanga siempre termina mojadísima, algo tiene que me hace sentir nerviosa, excitada, deseosa, aunque he pensado en darle el sí, algo me detiene

Sin embargo, tuvimos que retirarnos, el tenía un compromiso, y pues no me quedaba mas que ir a mi casa. Pero aun así, me encontraba excitada, deseosa, muy mojada, camino a casa manejando mi camioneta no pude evitar abrir mis piernas y tocarme, acariciar mi puchita, rico, no se que tendría quehacer esa noche solita en mi cama.

Llegue a casa muy cansada, pensé que no tendría problema en conciliar el sueño así que me di un baño, solo me cubri con una minúscula tanguita trasparente al frente, e hilo por atrás entre mis nalgas, complete mi atuendo con una bata ligera, transparente, pensé en Eduardo, no tardaría en llegar, me lo había prometido, con el podría disfrutar y calmar el deseo que me quemaba, desde hacía varios días, esa estaba mas que desesperada, me sentía caliente, deseosa, mi puchita mojada, me palpitaba, los pezones de mis senos estaban erectos. Estaba extremadamente deseosa y caliente.

Había terminado de arreglarme, cuando sonó el teléfono, era Eduardo, disculpándose, no llegaría esa noche, me sentí desconsolada, no se que haría, al acostarme, sentí las sabanas de seda heladas, tome el libro que tenía en mi buró, trate de concentrarme, no lo logre, sin embargo mi desesperación me sacaba de quicio, encendí la televisión, estaba sintonizado en un canal para adultos, pasaban una película de una jovencita con un hombre maduro, el hombre metido entre sus piernas la chupaba, tomé el control y la apague, lejos de tranquilizarme, me sentí mas y mas perturbada.

No me di cuenta la hora en que me quede dormida, cubierta solo con una sabana, no hacia mucho calor pero sudaba copiosamente, ...........comencé a soñar,

En mi sueño, iba al cuarto de Alberto, entre a su recamara y me pare a mitad de su cuarto, la luz de su buró lo iluminaba tendido sobre su cama, destapado, cubierto solo con una trusita muy pequeña, que marcaba su preciosa herramienta, de muchachito.

Me veía parada frente a un espejo mi figura reflejada, la luz de la lámpara se metía entre la bata trasparente reflejando mis piernas, los pezones de mis tetas parados, tras de mi, Alberto, acariciándose la verga, yo permanecía, sin moverme, observándolo

Tome aquella hermosa verga con mis manos, puse mis labios sobre ella, y comencé a mamar sentí su humedad, chupe con gusto, sentí que su glande topaba con mi paladar, cerré mis labios, y lo aprisione con mi boca, Alberto se estremecía.

su falo, cosquilleándolo por debajo con mi lengua, moviendo mi cabeza de arriba abajo, chupándolo como si fuera un caramelo, escuchaba que Alberto gemía.

mamita linda, cuanto me has hecho esperar. Chupas divinamente – me decía

Desperté sobresaltada, sólo era un sueño, me levante nerviosa, no, eso no podía suceder, eso había lo habíamos echo, pero ya no mas. Me levante nerviosa, agitada..

Ahora si me paré frente al espejo, para mirarme la luz detrás de mi, reflejaba mis piernas desnudas, mis caderas se movían, me coloqué de lado, haciendo notar mis senos con sus pezones erectos.

Acaricie mis dos tetas, mi estomago, suavemente, recorrí mis nalgas, metí una mano entre mis piernas, me fui alejando hasta dejarme caer sobre mi cama con las piernas abiertas, sentí mi tanga bien húmeda, introduje un dedo entre mis labios, acaricie mi clítoris erecto,

Mi clítoris ansiaba ser tocado por una mano masculina, lamido por una lengua, chupado restregado por una buena verga entrando y saliendo por mi vagina, mi imaginación voló, para fijarse en esa tranca fabulosa que estaba, en el otro cuarto, bien parada, ansiosa de ser, ser besada, lamida, apretujada. Pero no, de introducirse en mi rajita , pero no, no debía pensar de esa manera, eso había quedado atrás.

Necesitaba tomar algo, tal vez un vaso de leche, y decidí bajar a la cocina por el, al pasar por el cuarto de Alberto escuche el sonido clásico del teclado de su computadora, lo imaginé como acostumbraba, en alguna pagina porno, o platicando con alguna amiga o amigo. también se escuchaba el sonido de la televisión, por los sonidos me imagine en una película porno, o algo así.

Al regresar a mi cuarto, me metí entre las sabanas, trataría de dormir, ya que al día siguiente tenía mucha trabajo en la oficina. Estuve dando de vueltas, y me imaginaba a Alberto acariciándose su pija, me sentía muy inquieta, desesperada, mi tanga estaba mojada, mi clítoris deseando ser tocado, lamido, chupado.



Trate de pensar en otra cosa, recordé el maravilloso momento que pase con Miguel en el restaurante, pero una vez mas sentí su mirada, y sus palabras diciendo lo hermosa que me veía, lo afortunado que era mi marido de tener una mujer como yo. Y mi pubis volvió a mojarse, pase mi mano entre mis piernas, me acaricie, uffffffff, cuantos deseos reprimidos, que desesperación, sudando, mojada, deseando una penetración....

Me levante y encendí mi computadora, me distraería viendo algo en la red, quizá encontraría algún amigo con quien platicar.

hola Mami, buenas noches.

Era Alberto, estaba chateando o viendo una pagina porno como acostumbraba.

Hola hijo, aun no te duermes?

Estoy viendo unas paginas, mamita, deseas verlas conmigo, ven a mi cuarto.

No, cariño, gracias, ya voy a dormirme,

Déjame acompañarte un rato, tu estas sola y sin marido, yo igual solito, vamos a acompañarnos,

No cariño ya me voy a dormir

Hace mucho sucedió, y quisiera repetirlo, fue tan hermoso, ¿Lo recuerdas?

Alberto ya platicamos de eso, y nos quedo muy claro, eso me hace daño a ti y a mi.

No linda, se de tus necesidades, y yo estoy desesperado como tu, deseando repetirlo.

No cariño, de eso nada,

Fue tan hermoso estar en tus brazos como cuando era pequeño, lamer tus tetas, como cuando me alimentabas.

Amor eso quedo ya atrás, no podemos repetirlo.

El insistía en lo mismo,

Fue tan hermoso, tu lo disfrutaste, yo sentí tu cuerpo vibrar cuando te bese, cuando puse mis manos en tus tetas, cuando acaricie tus nalgas mamita.

Lo se cariño, ambos lo disfrutamos, ambos gozamos, pero no podemos seguir.

acaricie tu cuerpo, te lo introduje, sentí como aprisionabas mi verga con tu vagina. acepta, solo una vez mas linda,

no insistas cariño.

Mamita todas las noches cuando estoy solo en mi cuarto recuerdo tus palabras métemelo Alberto, cójete a mama, hazme tuya, cógeme, méteme la verga, siente el calor de mi pucha,

Si Alberto asi sucedió, lo reconozco, pero somos madre e hijo.

Esperaba su respuesta, pero no contesto, en lugar de eso, lo sentí tras de mi, yo había dejado abierta la puerta cuando salí. Y él se aprovecho de eso.

Estas nerviosa mamita, estas excitada. Lo que necesitas es un masaje relajante, porque no me permites dártelo., recuerda, aquel día en el club, te sentiste muy tranquila,

Efectivamente una tarde en el club, le había permitido darme un masaje, un sábado familiar con Alberto, mi marido y yo a una alberca privada, estuvimos jugando, los tres, Alberto me dijo que si deseaba que me diera un masaje, acepte, me tendí boca abajo, él me comenzó a dar masaje sobre mi espalda cuello, espalda, piernas, me sentía nerviosa y algo excitada, pero con la confianza que estaba Eduardo cerré mis ojos, y disfrute del masaje relajante, por toda mi espalda.

Hasta ahí todo bien, hasta que sentí sus dos manos sobre mis nalgas y luego sus dedos entre ellas, bajándolas a mi sexo, en ese momento abrí mis ojos, Eduardo había salido, y Alberto lo aprovecho para meter su manto en mi intimidad.

No, no sigas, noooo -- le dije -- Lalo puede entrar y verte

Mamita es que estas tan deliciosa, exquisita

NO. Alberto detente, no sigas,

No hice nada, me concretaba a reclamarle, a decirle que se detuviera. No se, como interpretar mi actitud, deseos de ser tocada, acariciada, por esas manos que ya había sentido antes. Por esa boca que ya había lamido, chupado, todas las partes de mi cuerpo?.

Eso había sucedido, el domingo anterior , ahora lo tenia ahí, a un lado mío, con su pequeña trusa, mostrando su pene erecto. Yo seguía sentada frente a mi computadora, el se colocó tras de mi acariciando mi espalda., pegando su cuerpo casi desnudo, sentí su verga en mi espalda, no hice ningún movimiento, me concretaba a sentirlo. Su verga se en la delgada tela de su trusa.

Me tomo de una mano, y me invito a levantarme, tomo mi cara con sus manos, y acerco su boca a la mía, sentí la caricia con sus labios, instintivamente abrí mi boca, recibí su lengua, sus manos tocaron mi espalda, como se resbalaba, como iba tocando cada parte de mi cuerpo, sentí sus manos en mis nalgas, y su boca pegarse a mi oido.

Preciosa, sabrosa, cuantas noches pensando en ti, cuantos dias deseando acariciarte, tocarte, sentir los pezones de tus tetas pegadas a mi pecho.

No Alberto no sigas, debemos terminar con esto, soy tu madre.

Lo se cariño, lo se, y te disfruto me gusta estar contigo, tocarte, acariciarte, sentirte y hacerte mía. Tantas noches solo, y tu aquí revolcándote en tu cama llena de deseo, se que tu marido no te llena, se que te hace falta amor,

No Alberto, no sigas.

En ese momento ya no era sueño, era la realidad, correspondí a sus besos, saque mi lengua y la enrede con la de él, mis manos bajaron, lo tome por las nalgas, para juntarlo a mi cuerpo, sentí su herramienta, inmensa parada, erecta, entre mis piernas, entonces se acerco a mi oído.

Bájate cariño, así como estoy parado, bájate.

No conteste, me limite a besar su cuello, puse mis brazos en su espalda, y fui bajándome lentamente besando su cuello, lamiéndolo, tocando sus tetitas, su estomago, hasta quedar hincada, le baje, la trusa, y su pene apareció, frente a mi, mis manos apoyadas en sus nalgas, mis labios tocaron la cabeza de su preciosa verga, le di un beso, él con sus manos me la froto sobre los labios, yo abrí mi boca y la recibí,

Bésalo, lámelo chúpamelo, mamame la verga

No dije nada, me concrete a seguir mamando, lamiendo sus testículos, saque mi lengua, la frote contra la cabeza de su pene. Lo lamí, volví a abrir mi boca, para recibirlo poco a poco, metiéndolo lo mas que podía, me olvide que era mi hijo, sabía que no estaba del todo bien, pero en ese momento lo disfrutaba. disfrutaba al hombre, al macho,

Alberto estaba excitadísimo, eso hizo que tomara mi cabeza entre sus manos y me empujara hacia su verga la introdujo casi toda en mi boca, llegando hasta la garganta, sentí que me ahogaba, que me faltaba aire, me retiré tratando de aclarar mi garganta, tociendo y le reclame muy molesta.

hagggggggg! – exclamé con mucho asco, ya que casi me hace vomitar –

perdon mamita perdóname mi amor, no quise hacer que te ahogaras, fue sin querer – dijo apenado Alberto–

Esta bien, solo no lo vuelvas a hacer por favor

Continué mamando recorrí su cabeza, su tronco, lamiendo sus huevos, me pegue a ellos como una bebe hambrienta, acariciando con mis manos sus testículos suavemente. Después me levante, para besarlo, ardientemente, sus manos hurgaron entre mis nalgas, sus dedos tocaron mi ano, mi cuerpo se estremeció, yo era la hembra, la esclava, y el el macho, el dominante,



Ven cariño, vamos a tu cama, me dijo tomándome de la cintura.

No dije nada, solo me deje llevar, me tendió delicadamente sobre la cama, me miro de la cabeza a los pies,

Que hermosa estás mamita.

No dime nada, me concrete a cerrar mis piernas como queriendo ocular mi intimidad, sus ojos se fijaron en toda mi anatomía.

Sierra los ojos cariño, piérdete en la inmensidad de la lujuria.

Me abandone completamente a su voluntad, ahí tendida sobre mi cama, cubierta solo con mi bata trasparente y mis minúsculas bragas. con mis ojos cerrando sentí sus manos tocar cada una de las partes de mi cuerpo, su aliento, invadió mis piernas, sus labios tocaron mis pies, lamiéndolos,. subiendo lentamente, pasando su lengua por cada parte de mi piel, mis pies, mis rodillas, mis muslos, delicadamente abrió mis piernas haciendo a un lado el pequeño parche de mis bragas se prendió a mi sexo, pasando su lengua a todo lo largo, chupando mi clítoris, estaba en la gloria, yo me estremecía,



Se pego a mi sexo como una compresa, hincado, entre mis piernas deleitando a su madre, con mis manos lo tome de su cabeza, incitándolo a continuar,

Así, siiiiiiiiii,,,, si, cariño, chúpame, , has feliz a mamita, mámala, has que termine muy rico.

Su aliento invadió mi sexo, sus labios tomaron mi clítoris, para luego ir introduciéndose lentamente en mi panochita, se bajó, entre mi concha y mi culito, me abrió las nalgas e introdujo su lengua en esa parte de mi intimidad.

Alberto. Si, sigue, siiii

Fue en ese momento sentí, mi primer orgasmo, fue pequeño, pero sabroso.

Una vez más se fue subiendo, recorriendo con su lengua todo mi cuerpo, acaricio mi pancita, lamió la punta de mis tetas, las tomo con sus manos, abrí mis ojos sentí su caricia prendido de ellas, sus manos acariciaban, estrujaban, se monto en mi, colocando su falo entre mis tetas, con mis manos lo ayude cogiendome de ellas para que me restregara su tranca entre ellas, abrí mi boca para recbir la punta, chupando.

En medio de la cama hicimos mil piruetas, abrazándonos mutuamente, tocándonos, acariciando nuestras nalgas, yo lo hacia a su verga, la lamía, la chupaba, para cambiar a su cuello, a su boca, me volteaba y quedaba montado sobre mi espalda, me acercaba la verga entre las nalgas, se ponía sobre mi me besaba el cuello, me volvía a voltear, para tocarme, besarme, en un momento el quedaba sobre mi, luego era yo quien lo hacia, era una lucha cuerpo a cuerpo.

Ya Alberto estoy desesperada, meteme la verga cojéeme pero ya , por favor

Si, mi reinita, si, todo lo que quieras

Pero se limito a tenderme en la cama comenzó a acariciarme lentamente.

Cierra los ojos reina, abandónate a mis manos,

Si Alberto, si, pero ya, por favor,

Tendidos los dos sobre la cama unimos nuestras bocas en un beso, tome su enorme verga con mis manos abriendo mi puchita, me la acomode y empuje tratando de que entrara. Sentí que se resbalaba hacia adentro, pero el no hacia mucho esfuerzo por sepultármela,

Anda papito, complace a mami, me tienes caliente desesperada,.

Ahora él estaba boca arriba, y yo montada sobre el, puse mi conchita en la punta de su herramienta, me frote contra ella, deleitándome, pasándole la punta de su pija a mi clítoris, el con sus manos recorría mis piernas, mis caderas, mis nalgas, las apretaba y magullaba. Yo me introducía la cabeza, .......solo la cabeza. Un travieso dedo cruzó la frontera de mi tanga y se dirigió directamente a mi ano, comenzó a jugar con el, rozándo suavemente con la punta de su dedo, jugando a querer entrar.





Alberto, sabía como deleitarme, Sentí como empujaba el dedo, dejó de ser un simple juego, ahora con toda la intención de entrar en mi culito, este se resistió por uno momento, pero al final cedió, invadida por su hermosa verga en mi concha, y la grata satisfacción de tener uno, dos tres dedos en mi colita.

ahhhh! Alberto, chiquito lindo, papito,. metemelo, así, así mi rey que rico –


exclamé
Fue en ese momento me deje caer, de un solo golpe, su verga entró completa, mi pucha la recibió, mi vagina la apreto, sentí que su glande tocaba mi útero, me quede estática, pegada abrazada a él, besando su boca, yo estaba bañada en sudor, con su estaca metida en toda mi intimidad. mis tetas pegando en su pecho y su mano entre mis nalgas.


¡ahhhh! Alberto... si papito... métemelo... así que rico – exclamé –

Alberto sonrió, mientras metía su dedo introduciéndolo cada ves mas profundo, hasta que lo tuve todo adentro. ¡uf! Aquello era delicioso, Alberto movía su dedo suavemente, y yo lo sentía en mis entrañas provocándome una deliciosa sensación de lujuria.

Definitivamente Alberto sabía como hacerlo. Movía su dedo dentro de mi, yo sentía como entraba y salía, estaba como desesperada, me aferraba a su espalda, lo impulsaba a que me lo hiciera mas fuerte,

Entonces le pedí algo a Alberto en el momento que yo estaba ensartada sobre él, y yo misma clavándome me tendí sobre su pecho le dije al oido

papito quiero algo de ti.

Dime lo que quieras.

Papito, quiero que me hagas algo.

Claro que si, mamita linda, dime, que quieres.

Deseo que me des tres nalgadas bien fuertes.

De verdad quieres que te nalguee

Si, mi amor, solo tres, pero bien puestas.

Sentí sus manos entre la abertura de mi mano. Tocando mi ano, luego separó un y la puso sobre mis nalgas.

NO, amor , así no, mas fuertes, que me queden ardiendo las nalgas!

Bueno si tu quieres.

Luego me dio otra mas.

--- NO Alberto así no , mas fuerte, tan fuerte como puedas

Fue entonces que casi me salí, dejándome solamente la cabeza en mi pucha..

Ahora, dame lo mas fuete que puedas.

Vi la fuerza con que su mano se estrellaba contra mis nalgas, ahora si, me propino una super nalgada, la piel de mis nalgas sintieron un ardor, se reventaban, me ardió, en ese momento me deje caer de una sola vez, clavándome su verga, la sentí completamente dentro de mi, tocándome el cuello del útero. Apreté mi vagina, me empece, a mover, las manos de Alberto se afianzaron de mis caderas, empujándome con fuerza hacia arriba y hacia abajo.

Así amor, así, otra vez, dame otra.

Una vez mas me salí, solo con la cabeza de la verga, a la entrada, entonces sentí una segunda nalgada, ahora mucho mas fuerte, solo alcance a decir.

Si asiiiiii, asiiiiii, así papito,

. Y me volvi a clavar, completamente en su estaca, apretándosela, y cogiendolo de sus nalgas para dejarlo adentro. sintiendo como me llenaba.

La ultima, por favor la ultima,

Le dije saliéndome una vez mas, cerrando los ojos, para recibir el ultimo suplicio, Fue ahora que me la dio mas fuerte, me clave de una sola vez todaaaaaaaaaaaaa lo abrace, me salieron lagrimas, me ardían las nalgas, pero me sentía totalmente invadida por la verga, me aferre a sus labios, lo mordí, le clave las uñas, y nos besamos ardientemente

yo gritaba de placer, mi cuerpo se puso rígido, me llego un orgasmo, estaba empapada, lloraba de dolor y de placer, Alberto metió toda su verga dentro de mi,

Papito, grite, papito, no pares, sigue, machucame, cojéeme, termina de matarme

Yo me movía desesperadamente, quería que me sacara otro orgasmo, el continuó. Sin sacarme la verga me volteo, quedando yo boca arriba y el entre mis piernas, metiendola, sacándola, puso mis piernas sobre sus hombros, logrando una introducción muy profunda, le sentía su inmensa verga, sentía su invasión en mi delicada partecita.

Uffffff papito así, cogete a tu madre,

Si, claro que te disfruto, comete mi verga, exprímeme, voy a llenarte de mi semen.

Hazlo papito, cogete a esta puta, cogela, machucala.

En ese momento senti la rigidez de su cuerpo, se derramo, se vino en una grandiosa corrida, y yo junto con él, en el orgasmo mas fuerte que me había sacado, grite, con mis, le dije, cosas,

Así papito, así, compláceme, compláceme, córrete dentro de mi, lléname de tu semen.

Lo abrace, lo bese, lo retuve con mis piernas cruzadas sobre su espalda, sin permitir que se saliera, continuamos moviéndonos, disminuyendo poco a poco nuestro ritmo, hasta que por último quede empalada con la verga de Alberto toda dentro de mi.

Así en esa posición sin moverme abrazándolo con mis piernas, y con mis brazos, llore de felicidad, por fin al fin. Estuvimos acariciándonos yo lloraba de dicha, lo besaba, le alisando su pelo, también el me acariciaba mi pelo, me besaba con besos cariñosos.

Mamita, gracias, que felicidad, que dichoso me hiciste.

Gracias a ti mi rey, por tanta dicha.

Así estuve clavada por un tiempo, poco a poco nos fuimos relajando, besándonos, acariciándonos, diciéndonos palabras dulces, diferentes a las que utilizamos en lo álgido de nuestro coito.​
 
Arriba Pie