Mi hija Sara, tiene veinte años cumplidos hace unos meses... Es un regalo de Dios para el hombre que se la folle... Tiene un cuerpo macizo, un culo que apetece mirarlo y unos pechos que llaman la atención de todo aquel que los contemple.
Me excita mucho verla vestirse todas las mañanas… Ella nunca ha sido tímida… Se parece a mi esposa, su madre… Los dos caminan toda la mañana por la casa en sujetador y bragas... Últimamente, los sujetadores de Sara son muy sexys y sus bragas, muy, pero muy pequeñas.
Mis dos chicas usan ahora esos pequeños hilos con pequeños parches de tela que apenas pueden cubrir un coño si no lo llevan totalmente afeitado… Creo que los llaman mini tangas... Es bastante evidente pues, que tanto mi mujer como mi hija se afeitan el coño.
Hoy, mientras miraba a Sara vestirse, vi se puso una minifalda de tejido vaquero azul, que se ensanchaba y apenas cubría sus bragas… Su camiseta era demasiado pequeña para cubrir su sostén, así que se lo quitó… Era de color blanco y todo lo que podía pensar era iba a un concurso de ‘camiseta mojada’… Moriría por ver que esa prenda se mojara y se la quitase.
Hoy, cómo tenía el día libre y vivimos en las afueras de Madrid, la llevaría a la Facultad y luego, más tarde, la recogerla.
Cuando me detuve cerca de la Facultad, tres chicas corrieron hacia el coche... Sara abrió la puerta y salió enseñándome su culo… Mientras lo hacía, las chicas llamaron a Sara ‘CM’, lo que me cogió por sorpresa.
Se lo habían dicho antes, pero fue ahora cuando realmente me di cuenta... Me pregunté qué significaba ‘CM’… Mientras se alejaban, noté que todos los chicos se giraban cuando ella pasaba junto a ellos… Y también me pregunté por qué Sara nunca había salido con ninguno de ellos.
En casa, llegué justo a tiempo para despedirme de mi esposa y pasar mi mano por debajo de su falda... Me gustaba mucho tocar su coño... Mi hija y sus amigas se veían tan bien que me pusieron muy caliente.
Acompañé a mi esposa hasta su coche y me esperé hasta verlo desaparecer calle abajo... Luego entré en casa.
Al pasar por el dormitorio de mi hija, escuché un sonido del ordenador que indicaba que había recibido un correo... Me resultó raro porque ella siempre lo apaga, así que sentí curiosidad por verlo.
Entré en su habitación y, efectivamente, su ordenador todavía estaba encendido... Hice clic en el icono y leí su correo electrónico... Decía:
‘Hola, CM de Madrid
¿Qué hiciste este fin de semana?
Seguro que no pudo ser tan bueno como lo fue el mío.
Mi padre se fue de trabajo, así que invité a cinco de mis amigas favoritas a ‘comer alfombras (ya sabes).
Justo en medio de esta orgía, mi madre entró y me sorprendió a mí comiéndome el coño a una chica, compartiendo un consolador de dos extremos con otra chica, y mis dedos en los coños de otras dos, mientras la quinta chica nos grababa en video.
Mi madre no se asustó de lo que vio, en absoluto... De hecho, ella también se unió a nosotras... Aquí te mando dos videos para ti, a ver si los superas.
Besos de lengua, tu otra CM de Londres.’
Fue entonces cuando finalmente me di cuenta de lo que significaba CM... Creó que debían ser las abreviaturas de ‘Coño Mojado’
Hice clic en el primer video, vi lo que ella acababa de describir en su correo electrónico... Tendría la edad de mi hija.
Cuando hice clic en el segundo video, me sorprendió ver a Lola, nuestra vecina, entrar en acción... Estaba totalmente desnuda y no sólo le comió el coño a su hija sino también a tres de sus amigas antes de que terminara el video.
Mi corazón se aceleró cuando puse un pendrive y copié esos dos archivos en él… Luego comencé a buscar en su ordenador... Encontré una carpeta con al menos quinientas fotografías…. Casi todas eran de chicas desnudas y también las copié en el pendrive.
Luego hice una búsqueda de un diario y me sorprendió encontrar uno... Estaba protegido con contraseña, pero aún así, lo copié.
Con el pendrive en la mano, fui a mi ordenador... Intenté varias veces probar con distintos nombres para abrir el archivo que contenía su diario, pero no pude.
Entonces, miré a ver si podía encontrar un buscador de contraseñas en Internet... Había varios disponibles, así que hice clic en el primero... Era para Microsoft Word y bueno para casi todas las versiones que Microsoft había publicado, así como para varias versiones beta... Era de pago y tuve que comprarlo.
Lo primero que hice fue hacer una copia de seguridad del pendrive en mi disco duro... A continuación, puse el diario de Sara y abrí el buscador de contraseñas... Hice clic en el diario de mi hija y presioné para que una de los millones de contraseñas, lo pudiese abrir... Tras más de diez minutos buscando, encontró la contraseña: ‘comer coño’
Así conseguí abrir el diario de mi hija... Esto fue más importante de lo que me había imaginado... Su diario comenzó a escribirlo con la fiesta de su dieciocho cumpleaños cuando su prima Ana le enseñó a lamer su coño... Sara dijo que le gustó de inmediato.
La siguiente nota escrita fue mes después, cuando Ana pasó la noche con ella... Estuvieron despiertas la mitad de la noche haciendo sesenta y nueves sin parar... Sara volvió a escribir lo mucho que le gusta comer el coño de su prima Ana.
Cada mes había escrita una nota... Cuando Sara tuvo vacaciones a mitad de curso, se quedó a dormir en casa de su prima... Ana instigó el juego de girar una botella y Sara tenía que besar en la boca a cada una de las chicas... Luego, después de que se apagaron las luces, la convenció para que palpase los cuerpos de sus amigas y el de ella e identificara quiénes eran.
En su escrito, Sara sólo estaba interesada en tocarles sus pechos y sus coños... Cómo era muy atrevida, metió la mano en sus bragas y tocó sus coños y ninguno de ellas dijo una palabra para detenerla.
Mientras leía su diario, me di cuenta por los nombres, que tres de ellas eran las chicas que esta mañana la habían saludado... El otro nombre era la hija de Lola que se había venido aquí para estar con ella esa noche... ¡Vaya orgía que se dieron!
Hubo más escritos en su diario ese año, hasta que llegué a la celebración de notas obtenidas en el primer curso de Universidad... Al parecer, mi esposa le había comprado un vibrador a Sara y ella se lo enseñó a todas sus amigas... Lo utilizaron mucho esa noche y Sara lo continuó usándolo durante todo el año.
Para su decimonoveno cumpleaños, mi esposa le dio a Sara una caja con un montón de juguetes sexuales... Ella los describe en su diario... Hay un plátano vibrador con un mono cerca de un extremo... Cuando se inserta profundamente en su coño, el mono vibra contra su clítoris... También había un consolador que parecía una mazorca de maíz y le gustó tanto, que dice, que durmió con él en su coño durante todo un mes... En la caja había también un tapón anal, pinzas para los pezones y un consolador de doble punta.
En su diario, escribió que ella y la hija de Lola, solían meterse el doble consolador en sus coños y frotarse los clítoris la una a la otra hasta correrse... Meses después, Lola y su familia se mudaron a Londres.
Para el veinteavo cumpleaños de Sara, ella y sus amantes lesbianas convencieron y sedujeron a mi esposa para formar parte de su pequeño grupo... Recuerdo que yo estaba fuera de la ciudad por negocios y, por lo que leo en su diario comieron coño constantemente durante todo ese fin de semana.
Sara dice en su diario, que su madre no logró saciarse de coño, a pesar de tener el de sus amigas less y el suyo a su total disposición.
Luego hubo algunas notas inquietantes para mí... Sara dice que mi esposa le ha contado que sólo me deja follarla para que no la deje y que ella tiene que correr al baño para darse una ducha justo después para sacar mi semen de su coño... Y si me chupa la polla tiene que cepillarse los dientes dos veces... Apenas puede soportar que la toque... Le dice que se siente lesbiana total y que disfruta mucho con una mujer y que tiene varias amigas para desfogarse.
También escribe en su diario que Lola y su hija quieren que Sara y mi esposa se vayan a vivir con ellas.... Lola también se está apartando de su marido y le va a pedir el divorcio porque se siente cada vez más lesbiana, igual que nosotras dos.
Ahora comprendo por qué nunca había visto a mi hija con un chico... También por qué mi esposa se ausentaba tanto tiempo de casa... Quise gritar de impotencia pero luego recapacité y busque la mejor solución para todos.
Hablaría con mi esposa y le diría que sé todo lo que siente sexualmente y que tiene varias opciones... Puede abandonarme llevándose a mi hija, o puede traer a sus amigas y disfrutar con ellas en casa, permitiéndome, al menos, verlas follarse... Lo que ella decida... Yo ya buscaría a una mujer que le apetezca follar conmigo, que las hay y muchas... Seríamos pues un matrimonio abierto totalmente a nuestras apetencias sexuales.
Y ya no pensé en nada más en todo el día... Cuando llegó la hora fui a recoger a Sara a la Facultad.
Al llegar, Sara abrió la puerta del coche y entraron también sus tres amantes... En esos momentos yo tenía muchas ganas de estar a solas con ella para hablar, pero eso no iba a ser posible por ahora... Había olvidado que era viernes y que ellas pasarían el fin de semana en nuestra casa, con mi hija y sin duda, se podría unir mi esposa, una vez aclarado todo con ella, pues si ya aceptábamos la nueva situación y si le apetecía, ya podría dar rienda suelta a sus deseos sexuales, cosa que seguro haría, sino llamaba alguna amiga para que fuese también... Vamos, la locura, pensaba mientras conducía camino a casa y escuchaba las risas de las chicas ajenas a lo que mi mente maquinaba.
Cuando llegamos a casa, mi esposa me llamó para decirme que tardaría casi tres horas en llegar.
Me bebí dos cervezas para tener el valor de llamar a la puerta de su dormitorio... Escuché mucho ruido ahí dentro... Finalmente Sara abrió un poco la puerta y me preguntó qué quería.
- “Que, ¿qué es lo que quiero?... Me gustaría verte hacer el amor con tus amigas”, le respondí.
La idea de fuera estar follando con dos chicos me revolvería el estómago, pero la idea ver a dos chicas haciendo el amor siempre me ha excitado muchísimo... Y si son cuatro, todavía mucho más.
Sara me miró por un momento, luego abrió la puerta de su dormitorio y me invitó a pasar.
- “Anda, entra papá... Vas a disfrutar viéndonos follarnos, pero tú lo único que vas a poder hacer es masturbarte y correrte... Sólo eso.”
Y así fue hasta que vino mi esposa y lo hablamos todo... ¿Qué pasó?... Lo dejo a la imaginación de cada cual.
Me excita mucho verla vestirse todas las mañanas… Ella nunca ha sido tímida… Se parece a mi esposa, su madre… Los dos caminan toda la mañana por la casa en sujetador y bragas... Últimamente, los sujetadores de Sara son muy sexys y sus bragas, muy, pero muy pequeñas.
Mis dos chicas usan ahora esos pequeños hilos con pequeños parches de tela que apenas pueden cubrir un coño si no lo llevan totalmente afeitado… Creo que los llaman mini tangas... Es bastante evidente pues, que tanto mi mujer como mi hija se afeitan el coño.
Hoy, mientras miraba a Sara vestirse, vi se puso una minifalda de tejido vaquero azul, que se ensanchaba y apenas cubría sus bragas… Su camiseta era demasiado pequeña para cubrir su sostén, así que se lo quitó… Era de color blanco y todo lo que podía pensar era iba a un concurso de ‘camiseta mojada’… Moriría por ver que esa prenda se mojara y se la quitase.
Hoy, cómo tenía el día libre y vivimos en las afueras de Madrid, la llevaría a la Facultad y luego, más tarde, la recogerla.
Cuando me detuve cerca de la Facultad, tres chicas corrieron hacia el coche... Sara abrió la puerta y salió enseñándome su culo… Mientras lo hacía, las chicas llamaron a Sara ‘CM’, lo que me cogió por sorpresa.
Se lo habían dicho antes, pero fue ahora cuando realmente me di cuenta... Me pregunté qué significaba ‘CM’… Mientras se alejaban, noté que todos los chicos se giraban cuando ella pasaba junto a ellos… Y también me pregunté por qué Sara nunca había salido con ninguno de ellos.
En casa, llegué justo a tiempo para despedirme de mi esposa y pasar mi mano por debajo de su falda... Me gustaba mucho tocar su coño... Mi hija y sus amigas se veían tan bien que me pusieron muy caliente.
Acompañé a mi esposa hasta su coche y me esperé hasta verlo desaparecer calle abajo... Luego entré en casa.
Al pasar por el dormitorio de mi hija, escuché un sonido del ordenador que indicaba que había recibido un correo... Me resultó raro porque ella siempre lo apaga, así que sentí curiosidad por verlo.
Entré en su habitación y, efectivamente, su ordenador todavía estaba encendido... Hice clic en el icono y leí su correo electrónico... Decía:
‘Hola, CM de Madrid
¿Qué hiciste este fin de semana?
Seguro que no pudo ser tan bueno como lo fue el mío.
Mi padre se fue de trabajo, así que invité a cinco de mis amigas favoritas a ‘comer alfombras (ya sabes).
Justo en medio de esta orgía, mi madre entró y me sorprendió a mí comiéndome el coño a una chica, compartiendo un consolador de dos extremos con otra chica, y mis dedos en los coños de otras dos, mientras la quinta chica nos grababa en video.
Mi madre no se asustó de lo que vio, en absoluto... De hecho, ella también se unió a nosotras... Aquí te mando dos videos para ti, a ver si los superas.
Besos de lengua, tu otra CM de Londres.’
Fue entonces cuando finalmente me di cuenta de lo que significaba CM... Creó que debían ser las abreviaturas de ‘Coño Mojado’
Hice clic en el primer video, vi lo que ella acababa de describir en su correo electrónico... Tendría la edad de mi hija.
Cuando hice clic en el segundo video, me sorprendió ver a Lola, nuestra vecina, entrar en acción... Estaba totalmente desnuda y no sólo le comió el coño a su hija sino también a tres de sus amigas antes de que terminara el video.
Mi corazón se aceleró cuando puse un pendrive y copié esos dos archivos en él… Luego comencé a buscar en su ordenador... Encontré una carpeta con al menos quinientas fotografías…. Casi todas eran de chicas desnudas y también las copié en el pendrive.
Luego hice una búsqueda de un diario y me sorprendió encontrar uno... Estaba protegido con contraseña, pero aún así, lo copié.
Con el pendrive en la mano, fui a mi ordenador... Intenté varias veces probar con distintos nombres para abrir el archivo que contenía su diario, pero no pude.
Entonces, miré a ver si podía encontrar un buscador de contraseñas en Internet... Había varios disponibles, así que hice clic en el primero... Era para Microsoft Word y bueno para casi todas las versiones que Microsoft había publicado, así como para varias versiones beta... Era de pago y tuve que comprarlo.
Lo primero que hice fue hacer una copia de seguridad del pendrive en mi disco duro... A continuación, puse el diario de Sara y abrí el buscador de contraseñas... Hice clic en el diario de mi hija y presioné para que una de los millones de contraseñas, lo pudiese abrir... Tras más de diez minutos buscando, encontró la contraseña: ‘comer coño’
Así conseguí abrir el diario de mi hija... Esto fue más importante de lo que me había imaginado... Su diario comenzó a escribirlo con la fiesta de su dieciocho cumpleaños cuando su prima Ana le enseñó a lamer su coño... Sara dijo que le gustó de inmediato.
La siguiente nota escrita fue mes después, cuando Ana pasó la noche con ella... Estuvieron despiertas la mitad de la noche haciendo sesenta y nueves sin parar... Sara volvió a escribir lo mucho que le gusta comer el coño de su prima Ana.
Cada mes había escrita una nota... Cuando Sara tuvo vacaciones a mitad de curso, se quedó a dormir en casa de su prima... Ana instigó el juego de girar una botella y Sara tenía que besar en la boca a cada una de las chicas... Luego, después de que se apagaron las luces, la convenció para que palpase los cuerpos de sus amigas y el de ella e identificara quiénes eran.
En su escrito, Sara sólo estaba interesada en tocarles sus pechos y sus coños... Cómo era muy atrevida, metió la mano en sus bragas y tocó sus coños y ninguno de ellas dijo una palabra para detenerla.
Mientras leía su diario, me di cuenta por los nombres, que tres de ellas eran las chicas que esta mañana la habían saludado... El otro nombre era la hija de Lola que se había venido aquí para estar con ella esa noche... ¡Vaya orgía que se dieron!
Hubo más escritos en su diario ese año, hasta que llegué a la celebración de notas obtenidas en el primer curso de Universidad... Al parecer, mi esposa le había comprado un vibrador a Sara y ella se lo enseñó a todas sus amigas... Lo utilizaron mucho esa noche y Sara lo continuó usándolo durante todo el año.
Para su decimonoveno cumpleaños, mi esposa le dio a Sara una caja con un montón de juguetes sexuales... Ella los describe en su diario... Hay un plátano vibrador con un mono cerca de un extremo... Cuando se inserta profundamente en su coño, el mono vibra contra su clítoris... También había un consolador que parecía una mazorca de maíz y le gustó tanto, que dice, que durmió con él en su coño durante todo un mes... En la caja había también un tapón anal, pinzas para los pezones y un consolador de doble punta.
En su diario, escribió que ella y la hija de Lola, solían meterse el doble consolador en sus coños y frotarse los clítoris la una a la otra hasta correrse... Meses después, Lola y su familia se mudaron a Londres.
Para el veinteavo cumpleaños de Sara, ella y sus amantes lesbianas convencieron y sedujeron a mi esposa para formar parte de su pequeño grupo... Recuerdo que yo estaba fuera de la ciudad por negocios y, por lo que leo en su diario comieron coño constantemente durante todo ese fin de semana.
Sara dice en su diario, que su madre no logró saciarse de coño, a pesar de tener el de sus amigas less y el suyo a su total disposición.
Luego hubo algunas notas inquietantes para mí... Sara dice que mi esposa le ha contado que sólo me deja follarla para que no la deje y que ella tiene que correr al baño para darse una ducha justo después para sacar mi semen de su coño... Y si me chupa la polla tiene que cepillarse los dientes dos veces... Apenas puede soportar que la toque... Le dice que se siente lesbiana total y que disfruta mucho con una mujer y que tiene varias amigas para desfogarse.
También escribe en su diario que Lola y su hija quieren que Sara y mi esposa se vayan a vivir con ellas.... Lola también se está apartando de su marido y le va a pedir el divorcio porque se siente cada vez más lesbiana, igual que nosotras dos.
Ahora comprendo por qué nunca había visto a mi hija con un chico... También por qué mi esposa se ausentaba tanto tiempo de casa... Quise gritar de impotencia pero luego recapacité y busque la mejor solución para todos.
Hablaría con mi esposa y le diría que sé todo lo que siente sexualmente y que tiene varias opciones... Puede abandonarme llevándose a mi hija, o puede traer a sus amigas y disfrutar con ellas en casa, permitiéndome, al menos, verlas follarse... Lo que ella decida... Yo ya buscaría a una mujer que le apetezca follar conmigo, que las hay y muchas... Seríamos pues un matrimonio abierto totalmente a nuestras apetencias sexuales.
Y ya no pensé en nada más en todo el día... Cuando llegó la hora fui a recoger a Sara a la Facultad.
Al llegar, Sara abrió la puerta del coche y entraron también sus tres amantes... En esos momentos yo tenía muchas ganas de estar a solas con ella para hablar, pero eso no iba a ser posible por ahora... Había olvidado que era viernes y que ellas pasarían el fin de semana en nuestra casa, con mi hija y sin duda, se podría unir mi esposa, una vez aclarado todo con ella, pues si ya aceptábamos la nueva situación y si le apetecía, ya podría dar rienda suelta a sus deseos sexuales, cosa que seguro haría, sino llamaba alguna amiga para que fuese también... Vamos, la locura, pensaba mientras conducía camino a casa y escuchaba las risas de las chicas ajenas a lo que mi mente maquinaba.
Cuando llegamos a casa, mi esposa me llamó para decirme que tardaría casi tres horas en llegar.
Me bebí dos cervezas para tener el valor de llamar a la puerta de su dormitorio... Escuché mucho ruido ahí dentro... Finalmente Sara abrió un poco la puerta y me preguntó qué quería.
- “Que, ¿qué es lo que quiero?... Me gustaría verte hacer el amor con tus amigas”, le respondí.
La idea de fuera estar follando con dos chicos me revolvería el estómago, pero la idea ver a dos chicas haciendo el amor siempre me ha excitado muchísimo... Y si son cuatro, todavía mucho más.
Sara me miró por un momento, luego abrió la puerta de su dormitorio y me invitó a pasar.
- “Anda, entra papá... Vas a disfrutar viéndonos follarnos, pero tú lo único que vas a poder hacer es masturbarte y correrte... Sólo eso.”
Y así fue hasta que vino mi esposa y lo hablamos todo... ¿Qué pasó?... Lo dejo a la imaginación de cada cual.