Mi hija es mi amante 3

Rabimbon

Virgen
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Cuando regresó mi hija del Instituto, el lunes después de aquel intenso fin de semana, le pregunté qué tal estaba y si hoy se había concentrado en los estudios, a lo que me respondió.

  • Que va, imposible, no he conseguido sacar de mi mente todos y cada uno de los momentos que vivimos, he estado todo el día excitada y encima dolorida, me escuece el culo y tengo el coño en carne viva.
  • A mí me pasa lo mismo con mi pene, lo tengo escocido… ¡Creo que nos tenemos que tomar esto con más calma!
Y así lo hicimos, esa noche y la siguiente no hicimos el amor y después lo hacíamos al acostarnos y solo echábamos uno.
A los 15 días decidimos alquilar una casa rural, cerca, pero lo suficientemente lejos para que no nos conocieran, era invierno asique no había problemas. El pueblo era muy pequeño, de montaña (solo vimos a 3 o 4 vecinos) y todos mayores. El propietario ya estaba esperándonos en la casa, nos enseñó las dependencias y todo, nosotros habíamos comprado la comida y el propietario quedó de pasarse el domingo a recoger la llave y cobrar, (no quiso hacerlo en ese momento), él vivía en otro pueblo. Ese viernes ya era tarde asique preparamos la cena, y después vimos un par de pelis, hicimos el amor allí mismo y nos fuimos pronto a la cama, pues al día siguiente queríamos hacer una ruta de senderismo muy guapa que había por aquel pueblo. A las 8 de la mañana ya estábamos en pie, aún no había amanecido y la mañana era fría, nos pusimos nuestras botas de senderismo y nos abrigamos bien, desayunamos, y preparamos una mochila con una par de bocadillos, agua y poco más. A las 9 nos pusimos en marcha, las vistas eran espectaculares, llegamos a una preciosa cascada la cual estaba medio helada lo cual la hacía más fascinante. Cuando retomamos el camino de vuelta comimos un poco del bocadillo y yo le dije a mi hija si echábamos un polvo de campo a lo cual me respondió que ya llevaba tiempo pensándolo pero que no se atrevía a decírmelo. Asique cogimos un sendero que nos sacaba de la ruta, (pues esa es una ruta bastante visitada y aunque no era época siempre podía venir alguien). Le propuse a mi hija un juego (me excitaba) que le parecía si se escondía, yo pasado un rato la buscaría pero tenía que verla masturbase. Así lo hizo y pasado un rato yo salí en su busca, la verdad es que me costaba encontrarla, por fin detrás de unas rocas sentí unos gemidos, poco a poco me iba situando para poder verla, amparándome en los árboles y allí la vi, con los pantalones quitados, bien abierta de piernas y dándose placer, Esa escena me puso a cien, ella miraba si me encontraba pero no me veía y así vi por sus convulsiones como se provocó un orgasmo esperándome. Salí de mi escondite con la polla sacada y me arrojé sobre ella casi como violándola, le di unas buenas embestidas y aquella situación hizo que me corriera muy pronto pero para no ensuciarla eché fuera toda mi corrida. Estuvimos un rato abrazados y ella me dijo que se había quedado a medias, pero había que regresar que aún nos quedaba un buen trecho por andar y no era cuestión de quedarnos sin fuerzas. El fin de semana se pasó sin acontecimientos dignos de reseñar, hicimos el amor un par de veces más. Deshicimos las dos camas por que había observado como el dueño de la casa rural se nos había quedado mirando viendo a casi una niña y una persona mayor y así fue nos preguntó si éramos pareja a lo que le contesté que no. Éramos padre e hija, pero que debido a los exámenes y estudios mi hija estaba muy tensa y necesitaba un fin de semana de relajación, y que le acompañé por que tenía miedo venir sola. Aproveché para decirle que igual otro fin de semana veníamos con mi otro hijo pues nos había gustado el pueblo, las vistas y la ruta de senderismo. Lo del hijo fue debido a que mi hija no paraba de excitarse con la posibilidad de hacer el amor con dos personas. Cuando ya estábamos de regreso mi hija me preguntó.

  • ¿Por qué le dijiste eso del hijo?
  • Por que como no paras de decirme que te gustaría hacer el amor con dos tíos, he decidido que podíamos volver aquí, buscaremos una persona joven y vas a ver tu sueño cumplido.
Así fue, nos pusimos a buscar por internet, en foros de sexo y encontramos a un joven que estaba dispuesto a ello. Contactamos por email, nos envió una foto y nosotros a él, se extrañaba que tuviese una mujer tan joven, por lo que le dijimos que éramos amantes que yo estaba casado etc… nos inventamos una vida. Él vivía lejos (que era lo que queríamos, nadie conocido o de cerca) paso un mes y volví a alquilar aquella casa rural. Le explique al chico como legar y a la media hora de estar nosotros allí, llegó el chico. Por la mirada de mi hija estaba claro que le gustaba, un chico alto (de 1’80 más o menos) delgado, rubio y buena planta. Cenamos y estábamos como tontos, los tres sabíamos a lo que veníamos pero nadie se atrevía a dar el paso.

  • ¿has hecho esto más veces? – Le pregunté
  • Que va, es la primera vez, aunque siempre he tenido ganas.
  • Nosotros tampoco – le respondió mi hija
  • ¿Y vosotros no sois familia? – preguntó él
  • Que va, ¿Por qué lo preguntas?
  • Porque tenéis un cierto parecido
Yo le conté la misma historia que le habíamos contado y ahí quedó la cosa. Se notaba un cierto nerviosismo en ambos (mi hija y el chico) asique tuve que ser yo quien iniciara la sesión comencé a besar a mi hija y a magrearla, poco a poco comencé a quitarle la ropa y observamos como aquel chico la erección delataba que lo que veía como ojos de plato le estaba poniendo bien. En un momento ya cuando mi hija estaba totalmente desnuda se unió y comenzó besando a mi hija. A magrearla de arriba abajo, yo me retiré y comencé a quitarme la ropa, aquella escena por una parte me excitaba y por otra me estaba motivando unos celos terribles, el ver como otra persona estaba tocando a mi pequeña no me estaba gustando tanto como a mí me parecía y creo que mi hija se dio cuenta, por que no dejaba de mirarme.
Aquel chico mientras magreaba a mi hija se iba quitando la ropa y de pronto dejó ver una polla descomunal, lo menos de 21 cm. Y más gruesa. La mía era totalmente normalucha creo que unos 16 o 17 cm (nunca la medí). Estaba claro que aquel chico tenía una buena calentura por que se puso encima de mi hija y ya sin más quería metérsela.

  • Espera, no seas tan impaciente – Le dijo mi hija, La cual haciéndome una señal con la mano me invitó a unirme a ambos, me cogió la polla y comenzó a chupármela, mientras que hizo que el chico le lambiera el coño.
Decidimos subirnos a la habitación y allí continuamos con el espectáculo. Tras un rato de precalentamientos el chico al cual mi hija le había obligado a poner preservativo se situó debajo, mi hija se esparrancó encima de él y se metió su polla en el coño totalmente, yo me quedé mirando si aquello le entraba entero y estaba claro que sí, aunque al principio a mi hija parecía hacerle un poco de daño, comenzaron un mete-saca mientras mi hija tenía mi polla en su boca, al poco me puse por detrás, mi hija se subió las caderas para dejarme su culo en buena posición, se la inserté con facilidad pero mi polla no respondía, aquello se me bajaba, asique mi hija decidió cambiar de posición, poniéndome yo debajo, follándole el coño y el chico insertándole la polla en su coño, no se si mi hija gemía mas por el placer o por el dolor, por su cara veía que aquello no le estaba gustando, yo no conseguía correrme y por momento mi polla no respondía pese a todo allí estábamos los tres dale que te pego, cambiando de posición, el chico se corrió un par de veces y el condenado aún seguía con ganas de mas, yo ya cansado de la situación me retiré a la otra habitación, no había conseguido nada y no me estaba gustando ver como otra persona se follaba a mi hija. Al poco vino mi hija y se echó a mi lado.

  • ¿Has dejado solo a ese chico?
  • Se ha quedado dormido… ¿Te ha gustado?
  • La verdad es que no, no me ha gustado en absoluto… ver como ese baboso te mete su tranca, no me ha excitado, ya has visto que no se me ponía de punta y no me he corrido.
  • Ya , ya te veía... a mí tampoco me gusta, a parte que tiene una polla muy grande y me hace daño.. y no me gusta porque veo que tú no disfrutas…
  • ¿Qué hacemos?
  • No te preocupes, mañana le doy el pasaporte.
Mi hija se metió por debajo de las sábanas y me dio una buena mamada que hizo que descargase en su boca toda la presión contenida.
Al día siguiente yo me levanté temprano y me fui a dar un paseo, el cual se alargó más de lo que había previsto, pues ensimismado en la espectacularidad del paisaje me puse a andar más de lo que había calculado, por lo que cuando regresé a casa ya era la hora de comer, observé que ya no estaba el coche de aquel muchacho y mi hija me dijo que habían estado hablando y que nada, que lo invitó a marcharse, aunque para ello le tuvo que permitir echarle un último polvo. Pasamos el resto del fin de semana hablando de esta experiencia y haciendo el amor, la verdad que ahora que ya no estaba el chico es cuando yo me excitaba pensando en lo que habíamos vivido. Asique decidimos hacer el amor ella, yo y el consolador, unas veces por el culo y otras por el coño…
Creí que aquí acabarían los sueños de mi hija ¡pero qué equivocado estaba!, no pasó mucho tiempo cuando me dijo que comprase un perro grande…

 

elvergador

Pajillero
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jajaja muy buen relato esperando la otra parte a ver que se le ocurre a la niña
 
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