Continúo con esta segunda parte….
Al día siguiente mi hija fue al instituto, yo estuve todo el día con el pensamiento de ella en la mente, por más que quería sacar esos pensamientos de mi mente, estos más persistentes se hacían, lo cual me provocaban que cada poco tuviese una erección. Hasta preparando la comida estaba absorto en lo que había sucedido. Por fin a las 3 de la tarde mi hija entró por la puerta, no hizo más que tirar su mochila encima de la cama y fue como una energúmena a la cocina a abrazarme y a besarme.
-Veo que te alegras de verme- Me dijo entre risas.
Nos pusimos a comer sin dejar de mirarnos y sonreírnos
Nos abrazamos, seguimos viendo la película y cuando acabó me dijo.
-Papa, me gustaría hacer el amor con dos hombres.
- ¿Cómo con dos hombres?
- Si contigo y otro, veo en esas pilículas que es muy placentero.
- Para eso tu culito debería estar bien dado- le respondí
- ¿Y a qué esperas para desvirgármelo?
- Te va a hacer daño la primera vez
- Supongo pero siempre tiene que haber una primera vez
El dialogo ya nos había puesto de nuevo en plan asique puse a mi hija a cuatro patas en el suelo, le eché bastante lubricante en su ano y comencé por meterle un dedo, ella se quejaba un poco, cuando ya lo había masajeado un poco le metí dos dedos y sin previo aviso le metí mi polla de una sola embestida, pues estaba bien lubricado. Ella pegó un pequeño chillido de dolor pero yo no paré, al contrario cogí el consolador y le comencé a masajear el clítoris lo cual le provocaba placer y dolor a partes iguales. Me corrí en su culo sin sacarla.
Cuando se la saque ella se dejó caer casi como un consuelo de que hubiese acabado aquel suplicio.
Mi hija puso otra peli porno, esta era de zoofilia y como la vez anterior casi ni pestañeaba, se acurrucó junto a mí y me comenzó a manosearme la polla. A mí siempre me gustaron las películas de zoófila y mas desde que vi a una vecina en una ocasión haciéndoselo con un pastor alemán en el monte, por aquel entonces yo tenía 14 años y fue una experiencia que me marcó (este hecho ya hace un tiempo lo conté en otro foro de sexo que ya ni me acuerdo como se llamaba, pero ya puestos lo contaré aquí también, pero más adelante). El solo hecho de ver como un perro se monta a una mujer ya me excita, asique tener la mano de mi hija en mi pene ya me puso a cien. Nos besamos ella se me puso encima y metiendo mi pene en su coño comenzó a moverlas caderas.
Me desperté pasadas las 11 de la mañana al sentir unas caricias por mi cuello (es la parte más erógena que tengo), me desperté y vi a mi hija con su picardías de pie.
-Joder padre, que sexi estás así
-También tú con ese picardías
Después de limpiar hicimos algo rápido de comer y nos pusimos a ver la tele, mi hija comenzó a hacerme cosquillas y yo a ella, así estuvimos un rato riéndonos y corriendo uno detrás de otro por la casa, casi en bolas. Llegamos a su cuarto y la tumbé en la cama haciéndole cosquillas y sin darle tiempo a nada le metí mi polla casi como forzándola lo cual nos excitó a ambos. Pero no nos llegamos a correr, seguimos juagando por la casa y en un momento ella se metió por debajo de mis piernas y comenzó a chupármela. Aquel juego sin llegar al orgasmo nos estaba gustando a ambos, en un momento mi hija corrió detrás de mí y cogiéndome por la polla me la lleno de nata y comenzó a lamerla. ¡Joder, como me estaba poniendo!, asique yo en venganza cogí el lubricante y cuando la alcance por detrás, le cuse lubricante en el culo y de una embestida se la metí a fondo, no parecía gustarle mucho pero se dejaba hacer. Me tumbó encima la cama he hicimos un 69 así nos corrimos ambos.
Yo ya no podía más, me tome una de aquellas pastillas que me había dado el dependiente y al rato comencé a sentir un calos por todo mi cuerpo, la polla se me puso a tope asique me cogí a mi hija y estuvimos un buen rato en la cama cambiando continuamente de postura incluso por el culo ya le comenzaba a gustar. Una vez más me corrí en su boca pero aquello no se bajaba por lo que mi hija continuaba gozando de aquella erecta polla. Tuvo dos orgasmos mas, yo ninguno incluso aquella excitación continua comenzaba a dolerme. Nos fuimos a la ducha y mi hija me hizo la mejor mamada que me había hecho hasta entonces, no solo la metía en la boca sino que me la lamia, me lamia los huevos y el ano, así estuvo un rato hasta que ya no me puede contener mas, y me corrí encima de ella, en su cara, sus tetas, la eyaculación fue de las grandes y a mi hija le encantó la sensación de sentir mi caliente leche en todo su cuerpo. Por fin después de aquella corrida se me bajó. Nos pusimos nuestros albornoces y nos fuimos adormir la siesta, aunque duró más de lo que habíamos previsto, pues cuando yo desperté ya eran las 10 de la noche. Desperté a mi hija dándole besos. Nos levantamos preparamos algo de cenar y de nuevo pusimos otra peli porno, pero era muy lenta y muy aburrida, asique encendí mi ordenador y busque por internet una película encontramos una de cámaras ocultas en las que se veían varias escenas de parejas grabadas sin saberlo y esto nos excitó.
-¿Te imaginas que alguien nos estuviese espiando? – me preguntó mi hija
-Pues podían pasar dos cosas, que a mí me denunciasen, me metiesen en la cárcel y nos tuviésemos que ir de aquí por los comentarios o bien que quien nos estuviese viendo se estuviese matando a pajas.
Este comentario hizo que nos riésemos a carcajada limpia, imaginándonos a alguien matándose a pajas. Vimos parte de la película por que toda no nos dio tiempo, nos pusimos a magrearnos en el sofá. Mi hija de nuevo se puso encima y moviendo sus caderas mientras yo le magreaba las tetas me dijo.
-Por que no me metes el consolador por el culo, para saber cómo se siente teniendo dos pollas dentro.
Dicho y hecho, me incorporé puse bastante lubricante en el consolador, recuperé mi postura anterior y mientras le metía la polla en su coño poco a poco le iba introduciendo el consolador en el culo y por su forma de gemir estaba claro que le gustaba, comencé hacer las embestidas de forma rítmica de forma que cuando le metía la polla sacaba un poco el consolador y viceversa, excepto cuando me corrí que de una embestida le introduje ambos a la vez lo cual le hizo dar un pequeño grito mas de placer que de dolor.
Yo ya no podía mas, me dolía la polla y yo creo que hasta la tenía en carne viva. Nos fuimos para la cama y pusimos la tele puesto que no podíamos dormir después de la larga siesta que nos habíamos pegado. Pusimos otra peli en mi tele y bien juntitos y arropados comenzamos a magrearnos y besarnos. A mí la polla ya no se me ponía erecta.
Al día siguiente, domingo también nos despertamos tarde, pero esta vez fui yo quien llevó el desayuno a la cama a mi hija, la cual desperté tocándole las tetas.
Hicimos la comida, recogimos y nos pusimos a ver la tele un rato cada uno en su sillón, mi hija hasta se hecho una pequeña siesta, yo la verdad es que no tenía ganas de sexo, pero sabía que mi hija no tardaría mucho en comenzar a excitarme. Y así fue, se levantó se fue a su habitación dejando la puerta abierta, al poco comente a sentir unos gemidos muy familiares me dirigí a la puerta y allí estaba dándole buen uso a su consolador, yo la observaba y ella a mí, asique saque mi polla y me puse a pajearme, pero sin llegar acorrerme, me introduje en la habitación.
-¿Qué haces?... le pregunté
- Echaba de menos el que me observaras mientras me masturbaba.
Me senté a su vera y comencé a chuparle las tetas mientras ella seguía jugando con el consolador. Me puse encima de ella y puse mi polla entre sus tetas y con fuerza comencé a pasarle la polla hasta que la tocaba con la punta de la lengua, eso le provocó un orgasmo y tan pronto como lo tuvo yo me retiré, no quería correrme o posiblemente esa sería la última vez del día. Me dirigí a la cocina para preparar algo que picar y al momento mi hija vino por detrás me agarro la polla, se puso de rodillas y comenzó a hacerme una mamada, yo no quería correrme pero ella insistía en que me corriese en su boca asique comenzó a masturbarme con fuerza mientras se la metía en su boca y justo cuando me corrí la saco de su boca permitiendo que me corriese en su cara y sus tetas.
Al rato me dijo que le chupara las tetas y yo me puse a ello así estuvimos un rato acariciándonos y magreándonos. Me levanté tome una pastilla y ella me propuso el atarme a la cama, yo me dejé hacer, me ató las manos a la cabecera y las piernas bien abiertas en la parte de abajo del somier y se fue, al momento vino con la nata y fresas y comenzó untándome nata en el pecho mientras la recogía con una fresa y se la comía, pero de una forma tan sensual que se me puso el pene a cien. Poco a poco iba bajando con la nata hasta que llegando a mi polla la cual ocultó totalmente de nata, comenzó a lamber la nata por mi prepucio, por mis huevos y en el ano, aquello me excitaba por momentos, se la metió en la boca totalmente y le vino una arcada al querer tragársela hasta el fondo, pero lejos de dejarlo lo intentó otra vez y otra más hasta que ya no había arcadas… Madre de Dios yo no podía resistir el ver esa escena, pero cuando notaba que me iba a correr ella se retiraba y me dejaba con las ganas, así repitió la escena por tres veces hasta que yo ya no podía aguantar más.
Ese fue la apoteosis de ese fin de semana, para enmarcar. Tuvimos mas fines de semana en casas rurales, en una caravana y en hoteles, pero ya ninguno tan intenso como ese. A partir de aquí nuestra vida sexual ya fue más calmada, aunque no falta de capítulos que nos permitieron tener una vida sexual plana. Imaginaros de todo excepto el sado masoquismo.
Al día siguiente mi hija fue al instituto, yo estuve todo el día con el pensamiento de ella en la mente, por más que quería sacar esos pensamientos de mi mente, estos más persistentes se hacían, lo cual me provocaban que cada poco tuviese una erección. Hasta preparando la comida estaba absorto en lo que había sucedido. Por fin a las 3 de la tarde mi hija entró por la puerta, no hizo más que tirar su mochila encima de la cama y fue como una energúmena a la cocina a abrazarme y a besarme.
- Hoy no me pude concentrar en todo el día, no pude sacar de mi pensamiento lo que hicimos y llevo todo el día excitado.
- A mí me ha pasado lo mismo hija,
- Hija creo que debemos separarnos, no me beses o sino no comeremos.
-Veo que te alegras de verme- Me dijo entre risas.
Nos pusimos a comer sin dejar de mirarnos y sonreírnos
- Me has hecho la mujer más feliz del mundo, papá. ¿Sabes que desde hace años me masturbaba pensando en ti?
- ¿Por qué no pones una película porno, papá?
- Hija, creo que nos tenemos que tomar las cosas con más calma, yo ya no soy un niño.
- ¿Qué te parece si este fin de semana, nos encerramos en casa y no estamos para nadie?, solo nosotros dos haciendo locuras…
- No papá todavía no, pongamos una peli porno y después ya veremos.
- Creí que iba a saber peor… no me disgusta, creo que vas a tener que correrte más a menudo en mi boca – Me dijo.
Nos abrazamos, seguimos viendo la película y cuando acabó me dijo.
-Papa, me gustaría hacer el amor con dos hombres.
- ¿Cómo con dos hombres?
- Si contigo y otro, veo en esas pilículas que es muy placentero.
- Para eso tu culito debería estar bien dado- le respondí
- ¿Y a qué esperas para desvirgármelo?
- Te va a hacer daño la primera vez
- Supongo pero siempre tiene que haber una primera vez
El dialogo ya nos había puesto de nuevo en plan asique puse a mi hija a cuatro patas en el suelo, le eché bastante lubricante en su ano y comencé por meterle un dedo, ella se quejaba un poco, cuando ya lo había masajeado un poco le metí dos dedos y sin previo aviso le metí mi polla de una sola embestida, pues estaba bien lubricado. Ella pegó un pequeño chillido de dolor pero yo no paré, al contrario cogí el consolador y le comencé a masajear el clítoris lo cual le provocaba placer y dolor a partes iguales. Me corrí en su culo sin sacarla.
Cuando se la saque ella se dejó caer casi como un consuelo de que hubiese acabado aquel suplicio.
- ¿Te dolió?
- Si bastante, y ahora me pica
- Esto es cuestión de práctica, pronto tendrás orgasmos y te gustará.
Mi hija puso otra peli porno, esta era de zoofilia y como la vez anterior casi ni pestañeaba, se acurrucó junto a mí y me comenzó a manosearme la polla. A mí siempre me gustaron las películas de zoófila y mas desde que vi a una vecina en una ocasión haciéndoselo con un pastor alemán en el monte, por aquel entonces yo tenía 14 años y fue una experiencia que me marcó (este hecho ya hace un tiempo lo conté en otro foro de sexo que ya ni me acuerdo como se llamaba, pero ya puestos lo contaré aquí también, pero más adelante). El solo hecho de ver como un perro se monta a una mujer ya me excita, asique tener la mano de mi hija en mi pene ya me puso a cien. Nos besamos ella se me puso encima y metiendo mi pene en su coño comenzó a moverlas caderas.
- ¿lo hago bien así papa?
- Si hija tienes un movimiento de cadera que me está poniendo a cien, ella levantó las rodillas lo cual permitió que mi pene le entrase a tope.
- Uaaaau… me está entrando a tope, casi hasta me ce daño…. Pero me gusta.
Me desperté pasadas las 11 de la mañana al sentir unas caricias por mi cuello (es la parte más erógena que tengo), me desperté y vi a mi hija con su picardías de pie.
- Vamos dormilón que ya es hora.
- ¿Qué miras?
- Lo guapo que estas así y lo mucho que te quiero, ya no podría vivir sin ti… ¡Soy tan feliz!
-Joder padre, que sexi estás así
-También tú con ese picardías
Después de limpiar hicimos algo rápido de comer y nos pusimos a ver la tele, mi hija comenzó a hacerme cosquillas y yo a ella, así estuvimos un rato riéndonos y corriendo uno detrás de otro por la casa, casi en bolas. Llegamos a su cuarto y la tumbé en la cama haciéndole cosquillas y sin darle tiempo a nada le metí mi polla casi como forzándola lo cual nos excitó a ambos. Pero no nos llegamos a correr, seguimos juagando por la casa y en un momento ella se metió por debajo de mis piernas y comenzó a chupármela. Aquel juego sin llegar al orgasmo nos estaba gustando a ambos, en un momento mi hija corrió detrás de mí y cogiéndome por la polla me la lleno de nata y comenzó a lamerla. ¡Joder, como me estaba poniendo!, asique yo en venganza cogí el lubricante y cuando la alcance por detrás, le cuse lubricante en el culo y de una embestida se la metí a fondo, no parecía gustarle mucho pero se dejaba hacer. Me tumbó encima la cama he hicimos un 69 así nos corrimos ambos.
Yo ya no podía más, me tome una de aquellas pastillas que me había dado el dependiente y al rato comencé a sentir un calos por todo mi cuerpo, la polla se me puso a tope asique me cogí a mi hija y estuvimos un buen rato en la cama cambiando continuamente de postura incluso por el culo ya le comenzaba a gustar. Una vez más me corrí en su boca pero aquello no se bajaba por lo que mi hija continuaba gozando de aquella erecta polla. Tuvo dos orgasmos mas, yo ninguno incluso aquella excitación continua comenzaba a dolerme. Nos fuimos a la ducha y mi hija me hizo la mejor mamada que me había hecho hasta entonces, no solo la metía en la boca sino que me la lamia, me lamia los huevos y el ano, así estuvo un rato hasta que ya no me puede contener mas, y me corrí encima de ella, en su cara, sus tetas, la eyaculación fue de las grandes y a mi hija le encantó la sensación de sentir mi caliente leche en todo su cuerpo. Por fin después de aquella corrida se me bajó. Nos pusimos nuestros albornoces y nos fuimos adormir la siesta, aunque duró más de lo que habíamos previsto, pues cuando yo desperté ya eran las 10 de la noche. Desperté a mi hija dándole besos. Nos levantamos preparamos algo de cenar y de nuevo pusimos otra peli porno, pero era muy lenta y muy aburrida, asique encendí mi ordenador y busque por internet una película encontramos una de cámaras ocultas en las que se veían varias escenas de parejas grabadas sin saberlo y esto nos excitó.
-¿Te imaginas que alguien nos estuviese espiando? – me preguntó mi hija
-Pues podían pasar dos cosas, que a mí me denunciasen, me metiesen en la cárcel y nos tuviésemos que ir de aquí por los comentarios o bien que quien nos estuviese viendo se estuviese matando a pajas.
Este comentario hizo que nos riésemos a carcajada limpia, imaginándonos a alguien matándose a pajas. Vimos parte de la película por que toda no nos dio tiempo, nos pusimos a magrearnos en el sofá. Mi hija de nuevo se puso encima y moviendo sus caderas mientras yo le magreaba las tetas me dijo.
-Por que no me metes el consolador por el culo, para saber cómo se siente teniendo dos pollas dentro.
Dicho y hecho, me incorporé puse bastante lubricante en el consolador, recuperé mi postura anterior y mientras le metía la polla en su coño poco a poco le iba introduciendo el consolador en el culo y por su forma de gemir estaba claro que le gustaba, comencé hacer las embestidas de forma rítmica de forma que cuando le metía la polla sacaba un poco el consolador y viceversa, excepto cuando me corrí que de una embestida le introduje ambos a la vez lo cual le hizo dar un pequeño grito mas de placer que de dolor.
- Me ha encantado.- dijo cuando terminamos
Yo ya no podía mas, me dolía la polla y yo creo que hasta la tenía en carne viva. Nos fuimos para la cama y pusimos la tele puesto que no podíamos dormir después de la larga siesta que nos habíamos pegado. Pusimos otra peli en mi tele y bien juntitos y arropados comenzamos a magrearnos y besarnos. A mí la polla ya no se me ponía erecta.
- Por qué no te tomas otra pastilla.
- No hija el prospecto dice que no se pueden tomar en menos de 24 horas y así me lo dijo el dependiente de la tienda, puede ser perjudicial.
- Bueno pues entonces nos conformaremos por hoy
- Hija tenemos que tomarnos esto con más calma, tú eres joven pero yo ya no tanto, además no me gustaría que te hicieses una adicta al sexo.
- No creo papa, esto es la novedad, mi sueño hecho realidad, y por lo que dijiste el tuyo también, pero esta ansiedad es seguro que se nos pasará… o eso espero, porque sino no sé qué será de ti….
Al día siguiente, domingo también nos despertamos tarde, pero esta vez fui yo quien llevó el desayuno a la cama a mi hija, la cual desperté tocándole las tetas.
Hicimos la comida, recogimos y nos pusimos a ver la tele un rato cada uno en su sillón, mi hija hasta se hecho una pequeña siesta, yo la verdad es que no tenía ganas de sexo, pero sabía que mi hija no tardaría mucho en comenzar a excitarme. Y así fue, se levantó se fue a su habitación dejando la puerta abierta, al poco comente a sentir unos gemidos muy familiares me dirigí a la puerta y allí estaba dándole buen uso a su consolador, yo la observaba y ella a mí, asique saque mi polla y me puse a pajearme, pero sin llegar acorrerme, me introduje en la habitación.
-¿Qué haces?... le pregunté
- Echaba de menos el que me observaras mientras me masturbaba.
Me senté a su vera y comencé a chuparle las tetas mientras ella seguía jugando con el consolador. Me puse encima de ella y puse mi polla entre sus tetas y con fuerza comencé a pasarle la polla hasta que la tocaba con la punta de la lengua, eso le provocó un orgasmo y tan pronto como lo tuvo yo me retiré, no quería correrme o posiblemente esa sería la última vez del día. Me dirigí a la cocina para preparar algo que picar y al momento mi hija vino por detrás me agarro la polla, se puso de rodillas y comenzó a hacerme una mamada, yo no quería correrme pero ella insistía en que me corriese en su boca asique comenzó a masturbarme con fuerza mientras se la metía en su boca y justo cuando me corrí la saco de su boca permitiendo que me corriese en su cara y sus tetas.
- Me encanta sentir la leche tan calentita en mi cuerpo.- Me dijo
Al rato me dijo que le chupara las tetas y yo me puse a ello así estuvimos un rato acariciándonos y magreándonos. Me levanté tome una pastilla y ella me propuso el atarme a la cama, yo me dejé hacer, me ató las manos a la cabecera y las piernas bien abiertas en la parte de abajo del somier y se fue, al momento vino con la nata y fresas y comenzó untándome nata en el pecho mientras la recogía con una fresa y se la comía, pero de una forma tan sensual que se me puso el pene a cien. Poco a poco iba bajando con la nata hasta que llegando a mi polla la cual ocultó totalmente de nata, comenzó a lamber la nata por mi prepucio, por mis huevos y en el ano, aquello me excitaba por momentos, se la metió en la boca totalmente y le vino una arcada al querer tragársela hasta el fondo, pero lejos de dejarlo lo intentó otra vez y otra más hasta que ya no había arcadas… Madre de Dios yo no podía resistir el ver esa escena, pero cuando notaba que me iba a correr ella se retiraba y me dejaba con las ganas, así repitió la escena por tres veces hasta que yo ya no podía aguantar más.
- No me hagas eso o me vas a matar, tengo unas ganas locas de correrme
- Ya lo sé por eso lo hago, es que me he dado cuenta que cuanto más tardas en correrte mas grande es la corrida y lo que quiero es que me llenes de semen, además si te corres pronto igual ya no se te vuelve aponer de pie.
Ese fue la apoteosis de ese fin de semana, para enmarcar. Tuvimos mas fines de semana en casas rurales, en una caravana y en hoteles, pero ya ninguno tan intenso como ese. A partir de aquí nuestra vida sexual ya fue más calmada, aunque no falta de capítulos que nos permitieron tener una vida sexual plana. Imaginaros de todo excepto el sado masoquismo.