Mi hermnito Me Enseño

cufjo72

Virgen
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mi hermano de13 me enseña sus secretos


Hola me llamo Cristina, me encanta leer los relatos de estas páginas.
Lo que voy a contar parecerá pervertido, pero no lo es para mí.
Vivo en Sevilla, tengo 16 años. Tengo un tipo normal.
Pero la verdad esta historia comienza hace mucho tiempo.
Entonces yo tenía nueve años, mi hermano Juan tenía trece años.
El era moreno ojos verdes ancho de espalda y delgado, yo era morena ojos azules delgadita y de estatura normal.
Nunca nos habíamos llevado bien, es más nos llevábamos fatal.
Como es corriente el dormía en una habitación diferente a la mía.
Yo sabía que el veía películas de mayores, y que se encerraba durante mucho tiempo en el cuarto de baño y en su dormitorio, cuando no estaba con sus amigos o con su novia.
Un día que me había quedado sola en casa, decidí explorar el dormitorio de mi hermano, para saber que hacía tanto tiempo encerrado en el interior.
Para mi decepción no encontré nada especial, justo cuando ya me había dado por vencida, decidí mirar en una esquina donde el guardaba un palo de hokey y unas raquetas de tenis.
Encontré tres revistas de mujeres desnudas. Las ojee y vi con gran sorpresa que se trataba de mujeres que estaban con hombres que también estaban desnudos y metían sus pitos en sus bocas o en sus partes.
En principio me provocó repulsión a la vez que curiosidad.
Sin saber el motivo, seguí ojeando las revistas.
Mientras las ojeaba me empezó a embargar un calor que provenía de mi interior.
Sin darme cuenta de lo que estaba haciendo empecé a descubrir un placer que había permanecido oculto, al tocarme el chito.
No sabía porque me había empezado a tocar, pero lo que si sé es que me apetecía hacerlo.
Por miedo a ser descubierta me fui al salón a hacer los deberes.
Al día siguiente mi hermano vino a mi habitación y me preguntó si había entrado en la suya.
Le dije que no, pero que pasaba.
El me dijo que nada que no pasaba nada.
El se fue y antes de irse hizo mucho hincapié de que se iba a dar una vuelta.
Esta vez como sabía a donde tenía que ir, saqué sus revistas y volví a verlas, otra vez me invadió aquel calor y volví a tocarme, esta vez consciente de lo que estaba haciendo.
Me levante un poco la falda del colegio y me quite las braguitas para tocarme con más comodidad.
Me cantaba ver a los hombres desnudos, sobre todo verles sus pitos completamente grandes.
Por un lado me sentía mal, no estaba bien lo que estaba haciendo, pero me gustaba verlo y tocarme.
Notaba como con mis caricias mi sexo se iba humedeciendo por momentos.
Un gusto me empezó a llegar como si de una avalancha se tratara, una sensación de hacer pis sin que eso fuera.
Jamás había sentido algo así, me estremecí y no pude evitar dejar escapar un grito de placer absoluto.
Me volví a poner las braguitas y deje todo como estaba, cuando me iba, se me heló el corazón, había dejado una mancha en el edredón de Juan, no era sangre, era como agua, pero con un olor que no supe definir bien hasta haberme olido las manos, olía a mí.
Pasé la tarde haciendo los deberes, no había pasado más de tres cuartos de hora desde que entré en la habitación de mi hermano, cuando este llegó.
Dirigiéndome una furiosa mirada dijo, haber si he pillado la rata que entra en mi habitación y sobre todo para que toca lo que no es suyo.
Aquellas palabras me alarmaron, y le pregunté que quería decir.
El me dijo hermanita ven y lo verás.
Fui tras él intentando saber de que se trataba.
Yo deseaba que no se diese cuenta de que hacía, me daba igual que supiese que era yo, pero no que me tocaba viendo las revistas.
Que vergüenza si se enteraba.
Cuando llegamos a su habitación me dijo mira hermanita, ¿ves aquella cosa que está en el ordenador?
Yo le dije que sí.
Me respondió que servía para que te viesen por Internet y que también servía para hacer fotografías y videos, y que antes de marcharse lo había puesto a gravar.
En ese momento me desmoroné.
Le dije Juan por favor bórralo, he sido yo quien entraba en tu habitación pero no lo veas y bórralo.
Mi hermano se quedó mirándome y me preguntó que para que entraba en su habitación.
Yo seguía suplicándole cada vez más angustiada que lo borrase.
Al no obtener ninguna respuesta de mí me echó a un lado y se puso a mirar.
Se le cambió la cara cuando vio para que entraba.
Yo salí corriendo de su habitación, llorando y me encerré en mi habitación mientras escuchaba las risas de mi hermano gritando vaya pillada hermanita.
Aquel día no salí de mi habitación excepto para ir al baño, siempre intentaba no encontrarme con nadie.
Estaba decidida a recluirme en mi habitación para siempre.
Al día siguiente le dije a mi madre que no me encontraba bien, y tras hacer el truco del termómetro, me quedé sola en casa con tan solo treinta y siete con algunas décimas.
Entré en la habitación de mi hermana con el propósito de borrar mis tocamientos del ordenador de mi hermano.
Estuve mirando el ordenador sin ningún excito, solo encontré muchas fotografías de mujeres desnudas y algunas de chicas de su edad aproximadamente.
Me fui a mi dormitorio, me sentía mal por todo lo que había pasado por dejarme llevar por algo tan guarro.
Y si mi hermano le enseñaba la película a mis padres o a sus amigos o peor aun a mis compañeros de clases.
Me quería morir… que vergüenza.
Mientras meditaba todo esto escuché la puerta de mi casa como se abría, supuse que sería mi madre para comprobar que estaba en cama y me encontraba bien.
Pero no. Era mi hermano, que se había saltado las clases.
Entró en mi habitación mientras yo permanecía boca abajo, se sentó en el borde de la cama y acariciándome la espalda me dijo tranquila hermanita que eso será un secreto entre tú y yo.
Ven a mi habitación y borraremos juntos el video, te prometo que no he hecho copias. Y me dio un beso en la cabeza.
Lo acompañé a su habitación cabizbaja y me dijo mira este es el video compruébalo si quieres.
Lo empecé a ver y le dije que lo borrase.
Me enseñó a borrarlo y me dijo después y si lo quieres borrar para siempre haz esto e hizo algo que no logré ver bien y el video desapareció.
Una carga enorme desapareció, le pregunté si de verdad no había hecho copias del video.
El me dijo que no me preocupase que no había nada más.
De pura alegría me abracé a él, y lo empecé a besar por toda la cara.
El riéndose me dijo que cuando quisiese hacer eso, me encerrase con llave en el baño o en el cuarto.
Yo le dije que no volvería a pasar, que no haría más esas cochinadas.
El agarrándome por los hombros me dijo mira Cris lo que has hecho no es malo, es natural, todos los hombres y mujeres hacen eso, para darse gustito.
Yo tímidamente le pregunté si estaba seguro.
El me dijo que sí, que el mismo se tocaba todos los días, que por eso se encerraba en el cuarto de baño y en su cuarto.
Le miré a la cara y le dije pero si tu te encierras tres o cuatro veces todos los días.
Y el mirándome me dijo pues tres o cuatro veces me toco todos los días.
Se me quedó mirando un rato y me dijo mira.
Puso un video y para mi sorpresa era él tocándose el pito, era más pequeño que el de la revista.
El video se cortó, pero el calor comenzaba a invadir mi cuerpo.
Le pregunté si de verdad el tenía el pito como salía en el video.
El mirándome me dijo que sí, se bajó los pantalones y se sacó el pito.
Yo me quedé extasiada al ver su pito, no estaba como en el video, pero tenía cierta belleza desconocida, parecía ser calido y blandito.
Viendo mi cara de expectación me dijo que si quería lo podía tocar, yo muy nerviosa accedí a tocárselo, y en efecto estaba cálido y blandito, pero a la vez era suave.
El me cogió la mano y me enseñó como se tocaba él.
Me encantaba tocarle el pito, se le veían pocos pelitos.
El se levantó de la cama y me dijo ven acércate, me puse de pie y me dijo así estaremos mas cómodos, mientras él me desnudaba contra mi voluntad.
Me dijo que solo quería tocarme con más comodidad en lugar de estar tocándome con los pantalones del pijama.
Algo aterrada por la situación, terminé de despojarme de mis braguitas y la parte de arriba del pijama, quedándome completamente desnuda.
Mi hermano también se desnudó por completo, dejando a la vista su pito que había cogido un tamaño y un grosor más grande que el que se advertía en el video.
El me empezó a tocar en el chito, con mucha ternura, provocando en mí que abriera aun más las piernas para que profundizase en sus caricias.
Mi rajita se humedecía por momentos, se me escapaban débiles gemidos de puro placer.
Mientras tanto yo seguía con los movimientos que él me había enseñado, haciéndole gemir también.
El se colocó de tal forma que nuestros sexos quedaban a la altura de la cara del otro.
Noté como algo húmedo y algo áspero resbalaba por el interior de mi rajita provocándome un placer mayor.
Al instante comprendí que mi hermano estaba haciéndome lo que salía en las revistas.
Yo le seguí la corriente y me introduje su barra de carne en mi boca, saboreando cada centímetro de su pequeño mástil.
Tenía un sabor extraño, pero a la vez excitante, se lo chupaba con ganas como una chuchería que me fuese a desaparecer en cualquier momento.
Estaba gozando de gusto, entre la lengua del mi hermano que me estaba dando muchísimo gusto y el placer de estar chupándole su pito.
Mi hermano empezó a empujar su pito dentro de mi boca haciendo que casi me atragantase, pero al rato un líquido tibio y espeso inundó mi boca.
Intenté escupirlo, pero entre el pito de mi boca y a la velocidad que entraba no puede evitar tragarme gran parte de ese líquido.
Al mismo tiempo mi hermano daba un grito de placer, y me dijo que me tragase todo el líquido.
El siguió lamiéndome el chito mientras yo seguía chupando los restos de ese líquido al que empezaba a cogerle el gusto.
A mi tampoco tardó en llegarme la avalancha de placer que me invadió el día anterior.
Notaba como mi chito chorreaba algún tipo de líquido.
Seguimos lamiéndonos nuestros sexos, el pito de Juan ya no era tan grande ni duro, pero me encantaba tenerlo en la boca.
Juan me la sacó de la boca y se tumbó a mi lado me empezó a besar lentamente con mucha ternura, se colocó sobre mí dejando su pito a la altura de mi chito.
Me lo empezó a restregar contra mi chito mientras me besaba, yo empecé a responderle a sus besos.
Notaba como su pito volvía a ponerse completamente duro.
Yo tenía mi rajita empapada.
Mi hermano empezó a meterme su pito en mi interior, mientras me decía que me quería muchísimo.
Noté un pinchazo fuerte, y a continuación como su pito palpitante recorría mi chito hasta mi interior.
Me había dolido un poco, pero había valido la pena, el placer que ahora sentía era mayor al de ninguno.
Mi hermano sacaba y volvía meter su pito en mi interior mientras los gemidos de uno y otro se mezclaban.
Sus movimientos eran lentos y penetrantes, notaba como profundizaba en mi interior.
Sus caricias recorrían parte de mi cuerpo mientras el seguía con aquellos movimientos.
Me la sacó del todo y se tumbó boca arriba mientras me decía cabálgame hermanita.
Yo me fui sentando sobre su pito, que me entraba como si supiese el camino.
Me lo sacaba y volvía meter, mis movimientos se hacían más rápidos y bruscos.
No recuerdo cuanto tiempo estuvimos así pero lo que sí se es que mientras aquello duró la avalancha de placer me vino dos veces más, la última a la vez que mi hermano me llenaba con su dulce líquido las entrañas.
Terminamos tumbados en la cama extenuados, pero sin dejar de acariciarnos.
 

kullelito

Virgen
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guaaa...me gusta ese relato si quieres podemos charlar....dame tu correo en mp...
 

romulora

Virgen
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Que relato, que placer tan fino sale de tu pluma, felicitaciones.
 

linitateen

Virgen
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exquisito, verlo o imaginarse a dos hermanos disfrutandose es exquisito
 

cyrus666

Pajillero
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increible el incesto es lo mejor!!
 
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