Aquí estoy, solo en casa. Mi esposa ha salido hoy con su nuevo amante. Es su voluntad y yo la acato, como siempre he hecho. Volverá de madrugada, cansada, quizá extenuada, y la recibiré con un té caliente y unos churros, que sé que le encantan.
Desde el momento que la conocí supe que era la mujer que había soñado siempre. Es mi dómina, mi ama. La necesito, soy sumiso a ella.
Ella también comprendió desde el principio mi necesidad de ser dominado. Mi naturaleza sumisa, bisex, casi, casi masoca, la atrajo como a mí la suya de mujer dominante, hembra alfa, casi tiránica.
Intuyó mi bisexualidad y mis aficiones sissys en la intimidad. Siempre me suministró sus bragas y tangas usados y los llevo puestos en todo momento. Así me siento suyo, su esclavo, su sirviente.
Y ella sabe vestirse o desvestirse como a mí me gusta, sexy, provocativa, con transparencias, mallas o leggind superpegados, minifaldas, medias, tacones altísimos. Me hace peinar su pelo larguísimo siempre suelto, su abundante cabellera, exuberante, en libertad. Como sus pechos son enormes, sabe exponerlos o insinuarlos bajo la ropa para excitarme.
Debo decir que todo lo que iré escribiendo aquí es real, aunque aderezado literariamente para su más clara exposición.
Espero que guste. Si es así y, sobre todo, si mi ama me va dando el permiso correspondiente, iré confeccionando el relato de nuestra singular vida matrimonial para recreo de nuestros amigos del foro. Y espero que sirva para estimular a otras y otros, que sabemos que hay muchos por el mundo, a narrar sus vivencias.
Un beso a todas y todos.
Desde el momento que la conocí supe que era la mujer que había soñado siempre. Es mi dómina, mi ama. La necesito, soy sumiso a ella.
Ella también comprendió desde el principio mi necesidad de ser dominado. Mi naturaleza sumisa, bisex, casi, casi masoca, la atrajo como a mí la suya de mujer dominante, hembra alfa, casi tiránica.
Intuyó mi bisexualidad y mis aficiones sissys en la intimidad. Siempre me suministró sus bragas y tangas usados y los llevo puestos en todo momento. Así me siento suyo, su esclavo, su sirviente.
Y ella sabe vestirse o desvestirse como a mí me gusta, sexy, provocativa, con transparencias, mallas o leggind superpegados, minifaldas, medias, tacones altísimos. Me hace peinar su pelo larguísimo siempre suelto, su abundante cabellera, exuberante, en libertad. Como sus pechos son enormes, sabe exponerlos o insinuarlos bajo la ropa para excitarme.
Debo decir que todo lo que iré escribiendo aquí es real, aunque aderezado literariamente para su más clara exposición.
Espero que guste. Si es así y, sobre todo, si mi ama me va dando el permiso correspondiente, iré confeccionando el relato de nuestra singular vida matrimonial para recreo de nuestros amigos del foro. Y espero que sirva para estimular a otras y otros, que sabemos que hay muchos por el mundo, a narrar sus vivencias.
Un beso a todas y todos.