MI CUÑADA LALITA 3: A LA MAÑANA SIGUIENTE

karmatron21

Virgen
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Nov 17, 2022
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Este es el tercer relato de la saga, por lo que recomiendo leer los dos anteriores antes de continuar con el presente.



A la mañana siguiente como a las 9 fui despertando, al no ver a mi mujer a mi lado comencé a imaginar cosas, veía a Lalita llorando por su virginidad perdida sentada en el sillón siendo consolada por mi suegra mientras mi esposa organizaba con mis cuñadas y su tía mi linchamiento y mi suegro me perseguía escopeta en mano, sin embargo no escuche ningún ruido, un poco desconcertado me levante de la cama y me encontré una nota en un Buro, mi esposa entre frases cursis y mil agradecimientos me comentaba que llevaría a mi suegra y a su tía al mercado y que en agradecimiento por mi proeza super heroica de anoche me prepararían una gran comida, solo lamentaba que me tocaría desayunar solo porque mi cuñada Gabriela se había ido con el novio desde muy temprano, mi otra cuñada Silvia iría con ellas y Lalita no se había despertado, ya con más confianza y a sabiendas de que por lo menos ese día no moriría en una hoguera, baje a la cocina a desayunar, mientras desayunaba cierto remordimiento me rondaba en la cabeza, me había cogido a mi cuñada menor dos veces, la había desvirgado y había eyaculado dos veces dentro de ella, ya con la cabeza fría empezaron a rondar las posibles consecuencias, en eso me encontraba cuando escuche ruidos en la parte de arriba, naturalmente se trataba de Lalita que ya se habría despertado, así que pensé que lo mejor sería hablar con ella y conocer en qué plan estaba, así como proponerle el silencio y lo más importante la píldora del día siguiente, así que subí a las escaleras y me dirigí a su cuarto.



Me encontré la puerta de su recamara abierta, así que pedí permiso para entrar, ella apareció detrás de la puerta, y con solo verla tuve una enorme erección, y todos mis remordimientos se fueron directamente al carajo, me encontré con una imagen sublime de mi cuñadita vestida completamente de blanco con una blusa tipo polo blanca pegada al cuerpo que resaltaba su figura, el cabello recogido en una cola de caballo, una falda blanca corta al muslo y tenis con calcetas cortas, ella practico tenis durante algún tiempo, pero según tenía entendido ya lo había dejado por qué le aburrió, nunca la vi jugar y lógicamente nunca la vi vestida así (de hecho nunca usa falda corta), por lo que en mi cabeza me realice la pregunta ¿Por qué se vestía así? rápidamente mi cerebro saco la conclusión de que si se iría a jugar ¿Dónde estaba la raqueta? Porque lo más parecido que había a la vista era mi verga que ya se encontraba a tope.



Me acerqué a ella y le dije en tono de perrito regañado: A: quería hablar contigo, L: ¿de qué? (comento en tono altivo), A: ¿de qué otra cosa? de lo que paso anoche, L: ¡ah, eso! (dijo muy metida en su papel de difícil e indignada), A: si de eso (poniéndome yo también en plan altivo), L: ¿de cómo te aprovechaste de mí? A: ¿aprovecharme de ti?, si tu fuiste quien me beso, L: …si pero… (en ese momento la tenía, ella me había dado la razón y me aprovecharía de ello) A: tu fuiste la que se subió encima de mi (lo que no era cierto, pero ella no me desmintió y me dije a mi mismo de nuevo: lánzate con todo y acorrálala, así que comencé a avanzar hacia ella lentamente), A: fuiste tú la que comenzó con las carisias y tu fuiste quien comenzó a masturbarse arriba de mí, L: ¿masturbarme? Como se te ocurre (ella ya estaba en plan sumiso defensivo avanzando lentamente hacia atrás hasta que topo con su tocador donde la aprisione) A: ¿tú que crees que hacías mientras te restregabas encima de mí?, L: pero… Lalita contrariada fue lo único que pudo decir cuando le plante un delicioso y largo beso en su hermosa boquita que ella no rechazo, comencé a besarla tiernamente, me separe de su boquita y comencé a besarle el cuello durante unos minutos y le dije: A: tú te frotaste encima de mi hasta que terminaste por tener tu primer orgasmo como los muchos que tuviste y los que vas a tener ahora. Diciendo esto bajé mi mano y la metí entre sus piernas, la pequeña Lalita ya se encontraba húmeda y temblando de nervios como una gacelita, y yo felizmente me sentí el hombre más afortunado del mundo y me dispuse a repetir la faena de la noche anterior.



Levante un poco su corta falta y toque su vaginita por encima de su calzoncito, ella se sobresaltó y soltó un suspiro, al tenerla recargada en el tocador retome la sesión de besos, con la mano izquierda la tomaba de la nuca acercándola a mí, y con la derecha sobaba su clítoris por encima de su ropa, contra todo pronóstico la pequeña Lalita lejos de intentar huir u oponer resistencia abrió un poco las piernas permitiéndome el acceso mientras respondía mis besos (dijera lo que dijera, se notaba que había disfrutado los orgasmos que tuvo con las dos cogidas que le había puesto ayer), continue masturbándola alternando el ritmo al principio lentamente después aceleraba el ritmo y así alternando, Lalita soltaba leves gemidos y se movía como si le estuviera haciendo cosquillas, después de varios minutos, intente quitarle su braguita, pero de nueva cuenta Lalita lo impidió sujetándolo con sus manitas como si la vida se le fuera en ello (lo cual hasta la fecha me sigue causando gracia), al igual que las veces anteriores, únicamente hice a un lado la prenda y comencé a lentamente meter un dedo en esa deliciosa cuevita, Lalita dio un pequeño salto acompañado de un brinquito e intento quitar mi mano pero no se lo permití, aun de pie la acomode de espaldas y pegada a mí, y continue masturbándola alternando la velocidad decidido a que tuviera un gran orgasmo, después de varios minutos ya con Lalita a punto de turrón, comencé a acelerar decididamente el ritmo con mi mano, ella soltaba gemidos y se revolcaba pero yo no la soltaba, hasta que acelerando su corazoncito estallo en un enorme orgasmo soltando un pequeño grito y apretando los dientes, su delicioso torrente termino empapando mi mano.



Lalita respiraba agitadamente, el corazón le latía muy fuerte, ese era mi momento, me saque el pene del pantalón, traía un pants por lo que fue muy sencillo y dirigí su manita a mi pene, ella seguía de espaldas a mí y pegada a mi cuerpo con mi dedo índice aún metido en su conchita, mientras le besaba la nuca y la orejita, y le susurre al oído A: te voy a coger tan rico como anoche, ella no dijo ni una palabra, en la misma postura (es decir yo detrás de ella con su cuerpecito de espaldas pegado a mi) y sin sacar mis dedos de su rajita me la lleve caminando a dar la vuelta a su cama, la acomode en su cama en cuatro pero viendo de frente al espejo de su tocador, que excitante fue verla reflejada en el espejo, saque mi mano de su vaginita y metí mis manos por debajo de su blusa y recorrí su brasier tomando con mis dos manos sus pequeños pero hermosos senos y acariciándolos unos segundos mientras mi cuñadita soltaba gemidos, la verdad es que aunque quería tomarme mi tiempo, ya había pasado mucho tiempo y mi esposa y toda su familia regresaría en cualquier momento, lo que era al mismo tiempo excitante y preocupante, por lo que procedí al siguiente paso, me quite el pantalón y mi trusa, quedando medio desnudo, acaricie un poco sus torneadas piernas y levante la faldita para encontrarme con su braguita empapada por los jugos de su orgasmo, tome esa pequeña prenda y cuando la iba a retirar, otra vez ella la sujeto de nueva cuenta como si la vida se le fuera si se la quitaba, (tiempo después le pregunte por que la agarraba así, a lo que ella me contesto que no sabía, que creía que le daba seguridad), yo solo sonreí y por cuarta vez le hice a un lado la prenda y apunte mi super ansioso pene que ya quería penetrar esa pequeña vaginita.



Acerque mi pene a su hermosa cuevita y comencé la penetración, en eso Lalita por fin hablo, L: despacito, por favor despacito, eso me éxito a reventar, sin embargo a pesar de mis deseos de básicamente taladrarla como rotomartillo, le cumpliría la petición (por lo menos por un momento), especialmente por el tono tan dulce con que lo dijo, así que en pose de perrito, la fui penetrando poco a poco metiendo y sacando la punta de mi pene en su bien lubricada vagina, en el momento de comenzar a penetrarla ella daba un brinquito, pero yo la sujetaba de la cintura evitando que se escapara, así duramos unos 5 minutos, con Lalita gimiendo levemente, comencé a penetrarla un poco más profundamente, entonces tome a mi deliciosa cuñadita de su carita y de su hombro izquierdo de modo de que se pudiera ver en el espejo de su tocador y por supuesto poder ver su cara al momento de que toda mi verga irrumpiera con fuerza en su interior, y en ese momento la penetre de golpe metiendo toda mi verga en esa recién desvirgada cuevita del placer, allá emitió un fuerte gemido y abrió los ojos como plato, mientras yo sentía un enorme placer, no solo por el hecho de estar cogiéndomela, sino por todo el morbo que significaba follármela uno, en su cuarto el cual compartía con una de sus hermanas, dos, rodeado de peluches y posters de grupos poperos, tres, después de haberla desvirgado la noche anterior, cuatro, siendo la princesita consentida de la familia, cinco el hecho de que en cualquier momento llegaran mi esposa y su familia a la casa, y sexto la excitante forma en que estaba vestida, todo eso sumado daba como resultado el más grande morbo de mi vida y por lo tanto una ola enorme de placer.



Después de unos instantes de estar dentro de ella completamente, la tome firmemente de su cinturita y comencé a bombearla acelerando cada vez más mi ritmo, mi deliciosa cuñadita recibía cada embestida con leves gemidos, definitivamente es bastante recomendable coger frente a un espejo, yo podía admirar las hermosas formas de Lalita y ver en el espejo de su tocador su bello rostro mientras la penetraba y sus senos balancearse al ritmo de mis embestidas, tienes una gran perspectiva de toda la acción, al mismo tiempo veía mi pene entrar y salir en su deliciosa vaginita, veía su cara y los gestos que realizaba, yo la tenía sujetada firmemente de la cintura con mis dos manos, ella en cuatro con las piernas en la orilla de la cama aun poco separadas recibiéndome y con la falda levantada, yo de pie bombeándola alternando el ritmo, lento y rápido a intervalos, ella estaba con la cabeza agachada por lo que amablemente le ordene: A: Lalita, levantara la cabeza y vete en el espejo, ella obedeció y se vio fijamente en el espejo por unos instantes, que visión fue esa, pude ver en el espejo su hermoso rostro con una mezcla de vergüenza, sorpresa, dolor y placer mientras la penetraba, parecía preguntarse ¿de verdad soy yo? ¿de verdad esto me está pasando?, mientras yo disfrutaba enormemente el momento, le solté la cintura y le retire la playera por encima de su cabeza, el brasier cayo por sí solo, sin sacársela la jale hacia mí pero quedando ella agachada sostenida por mí ya que la tome de sus muñecas arqueándole la espalda, y entonces acelere el ritmo de mis embestidas lo más que pude, la pobre Lalita se sacudía como una muñeca y sus hermosos senos se bamboleaban al ritmo de mis embestidas Lalita gemía como actriz porno japonesa, sus excitantes gemidos se mezclaban con el clap, clap, clap de nuestros cuerpos chocando con cada movimiento, ella hincada sostenida de sus muñecas por mi mientras le daba un mete saca salvaje, sentí que me en cualquier momento me vendría, por lo que la solté cayendo ella sobre la cama y obviamente saliendo mi pene de su interior, la voltee, era como una muñequita en mis brazos, volví a intentar quitarle su braguita y de nueva cuenta con las dos manos la sujeto impidiéndomelo, no la entendía, esa barrera no había servido de nada ni antes ni ahora, ya me la estaba cogiendo por tercera vez y aun así no me permitía quitárselo.



No le di mucha importancia, lo hice a un lado nuevamente y acostándome encima de ella le abrí sus piernas y la penetre en pose de misionero, de nueva cuenta se escuchaba el clap, clap, clap que se mesclaba con el rechinido de su cama yo aproveche estrujarle sus deliciosos senos y para besarla en sus hermosos labios, lo que ella no solo me permitió, me correspondió, Lalita abría lo más que podía sus piernitas, mis huevos cocaban con la entrada de su vagina una y otra vez, tome sus piernas y las puse en mis hombros, Lalita es bastante flexible por el ejercicio que practica y yo lo iba a aprovechar para mi placer, el poner sus piernas en mis hombros hizo que cerrara un poco su vaginita, lo que provocó que apretara aún más mi pene y me elevara hasta el nirvana.



Apretaba riquísimo, ese coñito recientemente desvirgado tenía atrapado mi pene en una prisión de placer, cuando de repente en medio de la vorágine de placer Lalita comenzó a gemir más fuerte y a apretarme contra ella, me rodeo con sus piernas y me apretó muy fuerte, el bombeo continuaba con fuerza cuando su segundo orgasmo llegaba en una gran explosión, de nueva cuenta realice un esfuerzo sobrehumano para no correrme en ese momento en su interior, Lalita se tensó aprisionándome entre sus piernas poniendo rígido su cuerpecito mientras soltaba un leve gritito algo así como un ¡Hiiiiiiiiiiiiiiii!, como un torrente paso su orgasmo y aflojo sus piernas, su respiración era fuerte y profunda y hacía que sus senos se movieran agitadamente, me Sali de ella y nuevamente la acomode en cuatro, todavía no se reponía completamente cuando le metí la verga de un golpe, lo que provocó que ella emitiera un fuerte hhhmmm, la sujete firmemente de la cintura y la jalaba hacia mí, mi pene salía casi completamente y entraba hasta el fondo, como se fue haciendo costumbre con cada embestida ella soltaba un pequeño gemido que hacía que me excitara todavía más, la penetre más bruscamente lo que hizo que callera de frente, cayendo yo acostado encima de ella y llegando hasta el fondo de su ser, jale una almohada y la puse debajo de su vientre, sin dejar de bombearla, ella con el culito levantado recibía mis penetraciones cada vez más duras.



Lalita gemía cada vez más fuerte, seguí bombeándola deliciosamente un rato más, pero yo sabía que debía darme prisa y terminar ya, mi esposa y su familia llegarían en cualquier momento, además de que mis testículos pedían a gritos vaciar su carga de una buena vez, por lo que enderece a Lalita, en pose de perrito nuevamente, le masaje intensamente sus deliciosos senos y después la jale de su cabello con una mano mientras con la otra la sostenía de la cintura, mi intención era que de nueva cuenta se viera en el espejo mientras yo eyaculaba dentro de ella y así sucedió, ya no soporte más, la jale hacia mí y su carita quedo frente al espejo con la espalda encorvada hacia abajo, sus hombros y culito arriba, se la metí hasta el fondo la embestí fuertemente una y otra vez su cara en el espejo reflejaba una perfecta combinación de placer, incertidumbre, un poco de dolor y vergüenza, la jalaba del cabello para que no bajara la cara y siguiera viéndose, se acercaba y alejaba rítmicamente al espejo, la penetre lo más fuerte y rápido que pude hasta que ya no soporte más y solté toda mi carga en su interior, Laila soltó un “haaaaaa” mientras habría los ojos y ponía una cara de angustia como si supiera (que de hecho lo sabía) que podía quedar embarazada y más por la cantidad de semen que introduje en ella.



Chorro tras chorro de semen se introdujeron en ella en medio de un enorme placer, nunca me imagine y menos después de la noche anterior poder eyacular de esa forma, cuando salió hasta la última gota, la solté y deje que se recostara, quedo en lama tendida boca abajo era toda una visión, medio desnuda pero con su falda y sus tenis puestos, giro quedando boca arriba mientras se escapaba de su vagina un chorrito blanco de mi semen que mojaba aún más su ya de por super húmedo calzoncito. Antes de que mi verga perdiera su firmeza, y a grito de ¡tal vez nunca se vuelva a repetir! Me acosté encima de ella y haciendo nuevamente a un lado su calzoncito empapado, la volví a penetrar, realmente quería seguir adentro de ella así que de nuevo comencé un mete y saca que ella recibió sin chistar, esta vez no hubo tanta acción, en lo personal únicamente quería terminar con mis ansias de poseerla, ella por su parte había tenido dos orgasmos y aunque estaba satisfecha se dejaba hacer, después de un rato en la pose de misionero, la voltee y la penetre de espalda y la bobee unos cuantos minutos, pero debía terminar pronto así que pensé que el espejo sería nuevamente mi aliado, me Sali de ella y me acosté boca arriba y la hice sentarse encima de mi en la pose de vaquerita, ella sola se ensarto mi verga y comenzó a cabalgarla, ya no resistí mucho, la levante un poco y acelere mi ritmo mientras con ambas manos la tomaba de los senos y la hacia quedar nuevamente frente al espejo, la penetre lo más rápido que pude mientras ellas subía y bajaba hasta que de nueva cuenta obtuvo su preciado orgasmo, por mi parte como que eso de rellenar de semen a mi cuñadita como si se tratara de un twinki ya me había gustado, así que continue con mi ritmo hasta con un enorme placer aunque ya no de forma tan abundante volví acorrerme dentro de ella, la cuarta vez en menos de 24 horas.



Lalita se relajó y cayó encima de mí, así que deje que mi pene se relajara y se lo saque, era una sensación bastante agradable sentir ese cuerpecito pegado al mío especialmente sus hermosos y suaves senos que rosaban deliciosamente mi piel, hasta el momento había tenido mucha suerte y no debía abusar de ella, así que la tuve que bajar de mí, me enderece ella seguía acostada boca abajo, así que le bese su espalda desde la nuca hasta que la falda me lo impidió, bese sus lindos glúteos y se los mordí cariñosamente, y comencé a darle un masaje en la espalda, ella se encontraba como en el limbo, no se dormía pero tampoco cobraba conciencia completamente.



En eso me encontraba cuando de repente escucho el claxon de mi camioneta, era mi esposa con toda su escandalosa comitiva, como un resorte me enderece y recogí mi ropa, Lalita reacciono también levantándose con cara de susto yo no pude evitar plantarle un buen beso en la boca y le dije que se volviera a meter a bañar a lo que me respondió que si, a toda prisa me vestí y salí de la recamara, pero alcance a mirar como Lalita con su hermoso y delgado cuerpo corría semi desnuda por el pasillo hacia el baño que se encontraba fuera de la recamara como una hermosa gacela con restos de mi semen escurriéndole por las piernas, y con el resto de su ropa en las manos, mi esposa y compañía entraron ruidosamente cargando un montón de bolsas, yo aparecí bajando las escaleras, nadie se sorprendió de mi apariencia desaliñada ya que se suponía que me acababa de levantar después de una “tortuosa” noche, únicamente mi cuñada Silvia que es la cuarta de los cinco hermanos (contando a mi esposa que es la mayor) se me quedo viendo con una mirada extraña, galantemente les ayude con las bolsas mientras mi esposa, su tía y mi suegra seguían en modo fiesta al super héroe que salvo a Lalita, la damisela en desgracia la noche anterior y me prepararon una gran comida.



Lalita bajo un rato después recién bañada, el verla aun húmeda por el baño con la misma faldita blanca y sabiendo que en ese momento se encontraba otra vez rellena de mi semen, hizo que se me parara la verga una vez más, por lo que desaparecí de ahí con el pretexto de bañarme, un rato después me incorpore a la convivencia, nos sentamos a comer y todo parecía normal, con la excepción de que sentía la mirada inquisitiva de mi cuñada Silvia hacia mí y hacia Lalita, presiento que sospecho algo o que noto algo en Lalita la noche anterior, especialmente porque Lalita y ella compartían cuarto y ni a Lalita ni a mí se nos ocurrió cambiar la cobija que cubría la cama y que obviamente quedo embarrada de mi semen y de sus jugos, pero Silvia pero nunca dijo nada, un rato después despistadamente y con algún pretexto tonto Sali de la casa y corrí a una farmacia a comprar una píldora del día siguiente que le di a mi cuñadita para evitar sustos, esa fue la última vez que me cogí a Lalita en ese viaje, pero vendrían nuevos viajes y nuevas oportunidades.



Y por si alguien se lo preguntaba, todo concluyo como inicio con futbol, esa tarde mi equipo hizo la hombrada de visitante contra un super favorito local, lo que yo festeje burlándome de mi suegro y de su hermano en el estadio, ahora que lo pienso todo me salió bien ese fin de semana, desvirgue a una hermosa jovencita, me la refine tres veces más, comí como monarca francés, mi esposa me consintió todo el fin de semana y mi equipo gano en cuartos de final, por el contrario al pendejo de mi suegro por borracho le salió todo mal, le desvirgaron a la más joven de sus hijas, se la cogieron en su propia casa, todo el mundo le reprocho el no haber ido por Lalita, su mujer lo cago hasta el cansancio por borracho, y para cerrar su equipo eliminado, en fin por momentos hay quienes tienen la suerte a su favor y otros que tienen lo que se merecen.
 
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