Mi Cuerpo su Recompensa 003

heranlu

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Poco a poco nuestras sesiones de sexo fueron aumentando, me tomaba donde quería y yo me dejaba coger, fue entonces que sucedió. Recién terminaba de llenarme cuando me tomo de la cintura y me beso, su lengua jugaba con la mía, luego de un rato se separó y mirándome fijamente pregunto.

-mamá me gustaría hacerte un hijo

-¿Qué cosas dices, somos madre e hijo no podemos?

-¿por qué no? Digo estamos follando los dos

-pero no sé, esta mal por donde lo veas, además que tal si tiene algún problema genético o algo

-no pienses así, no va a pasar nada

-no quiero

-esta bien no te voy a obligar a nada

Diciendo eso me beso, y se fue a duchar, mientras yo quedaba en la cama pensando en lo que me había pedido. Por un lado quería en lo mas profundo tener un hijo de mi hijo, por otro lado estaba aterrada era mucho para procesar, mas estaba el hecho que fui madre soltera y supe como era sobrevivir con un hijo, y lo mas importante me daba miedo que pudiera tener alguna complicación. Cuando termino la ducha se fue a su habitación y se quedó ahí toda la tarde.

Los días fueron pasando y poco a poco las sesiones fueron disminuyendo, sabia la causa así que en una ocasión decidí armarme de valor y confrontarlo.

-hijo ¿te puedo preguntar algo?

-si claro

-¿ya no te gusto o estas enojado conmigo?

-no para nada ¿por?

-es que me he dado cuenta que nuestras sesiones han ido bajando, como si me evitaras

-la verdad es que no quiero embarazarte por accidente por lo cual trato de controlarme

Su respuesta me dio a entender todo, mi hijo quería tener sexo como un animal conmigo, pero al mismo tiempo no quería obligarme a tener su descendencia, por lo que a su manera trataba de cuidarme, era mucha información de la situación que estábamos viviendo, y a pesar de que siempre usábamos condón existía el riesgo que alguno fallara. La conversación termino ahí pero para mí seguía dándome vueltas.

Que debía hacer, seguir mis instintos como lo he hecho hasta ahora o tal vez seguir mi razonamiento y poner fin a todo. Esas dos opciones me llevarían a caminos muy diferentes, y estuve mucho tiempo barajando los pro y contras de cada una de ellas, inconscientemente me recluí en mi mente y estaba actuando como casi de forma automática sin prestar mucha atención a lo que estaba pasando a mi alrededor.

De pronto caí en la cuenta de que llevaba varios días sin sexo, de una u otra forma el tiempo paso rápido y dispuesta a recuperar lo que me hacia falta fui a buscar a mi hijo. Iba a full pero me lleve la sorpresa de un rechazo de su parte. Confundida pregunte

-¿Por qué ya no quieres?

-yo si quiero, pero no se puede

-¿Por qué no?

-no nos quedan condones y ya la farmacia debe estar cerrada

-pero podemos hacerlo así a pelo por hoy.

-claro que no, se cuando te llega tu ciclo y esta semana es mas probable que puedas quedar embarazada

-pero esta la pastilla del día después

-no mamá, hasta que usted me de la respuesta que quiero escuchar, hasta entonces siempre lo hare con condón y en los días en los que pueda asegurarme que no sea un día riesgoso.

Por un lado, Andrés tenia razón, por el otro me dolió en el alma el rechazo por lo que me fui a mi habitación y puse el pestillo al entrar, estaba cabreada, dolida, me sentía frustrada y hasta despechada, por lo que me tire a la cama y llore enterrando mi cabeza en la almohada. Todo el avance que había conseguido se había ido, en parte entendía a mi hijo que solo velaba por mí al no obligarme a hacer algo y que pudiera traer consecuencia, pero aun así no me gustaba este escenario.

No se en que momento me dormí, pero cuando desperté ya tenia la cabeza más fría, bajé a cenar con normalidad, contestando las preguntas de mi hijo que quería saber si me encontraba bien, luego me fui a la ducha a relajarme. Mientras el agua caía sobre mi cuerpo mi mente pensaba en que debía hacer.

Me decidí que antes de darle una respuesta iba a hacer las averiguaciones correspondientes, por lo prendí la computadora y me puse a buscar por internet, Andrés por su parte se mostro comprensivo y me daba mi espacio a lo que yo agradecía enormemente. Sabia que no iba a ser sencillo y estuve muchas horas leyendo reportes científicos, blog, viendo videos, y un largo etc. Casi todos tenían parámetros parecidos, siendo la posibilidad de una mutación genética cercano al 30%, era un riesgo en sí, pero también estaba el otro 70% de que el bebe naciera sin complicaciones.

Pero mas que saber del tema lo que realmente me daba miedo es que la historia se repitiera y que nuevamente tuviera que sobrevivir con un infante a mis espaldas, aquel temor nublaba toda respuesta de mi parte de elegir el camino que mi hijo quería. No sabia que hacer, no sabía con quién podía hablarlo o pedirle opinión, me estaba ahogando en un vaso de agua, pero como si fuese obra del destino, una de las cuentas que seguía en Instagram subió una historia que me ayudo a decidirme.

Armándome de valor completamente fui al cuarto contiguo, toque la puerta con miedo y estuve a punto de irme a mi habitación, pero la puerta ya se abría y la figura de mi hijo se estaba manifestando.

-¿hijo podemos hablar?

-si claro mamá pasa

-gracias, acto seguido me fui a sentar a la cama y le hice un gesto para que se sentara a mi lado

El se sentó junto a mí, me miro mis manos ya que estaba con los dedos entrecruzados jugando con los pulgares y que pensaba en algo, por lo que solo pregunto.

-¿Qué pasa mamá? ¿Estás bien?

-he estado pensando en algo y quiero tu opinión al respecto

-¿en qué cosa?

-si llegase a quedar embarazada ¿tu seguirías conmigo?

No hubo respuesta inmediata, solo un silencio que se hacía eterno, de pronto se acercó hacia mí y rodeando mi cintura con su brazo me atrajo hacia él. Me dio un beso que me dejo sin aliento, pude sentir su mano apoyándose en mi mejilla y cuando finalmente nos alejamos, me miro a los ojos y beso a mi frente.

-me imagino a que le tienes miedo, pero te prometo algo mamá, no me voy a alejar de ti y si algún día quedas embarazada te seguiré amando incluso más de lo que ya hago.

Las lágrimas empezaron a salir sin control y el al verlas simplemente me atrajo a su pecho mientras acariciaba mi cabeza.

Había pasado mucho tiempo que no lo hacíamos sin condón, la sensación a tenerlo directo con la piel era más agradable y por alguna extraña razón lo sentía más grande que antes. Lo hicimos esa noche unas cuatro veces y en cada una mi hijo inundaba mi útero con su leche. Cuando ya no pudimos más nos tiramos a la cama, abrazados desnudos, cansados y sudados, podía sentir como su semen salía de mi vagina, pero no me importaba ya que en esos momentos estaba en sus brazos.

No sé en qué minuto me dormí, pero si sé que fui la primera en despertar, al verlo a él durmiendo me trajo recuerdos de la primera vez que le da una mamada, me acerque un poco y le llame muy suavemente al oído, no hubo una respuesta y la verdad no la quería, me fui besando cada parte de su pecho y abdomen hasta llegar a su miembro, desprendía un fuerte olor a sexo que hizo que mi entrepierna empezara a lubricar. Con mi mano fui jugando poco a poco hasta alcanzar media erección, cuando lo metí en mi boca aun podía sentir el sabor de su corrida y de mis jugos mezclados, su miembro fue ganando firmeza en mi boca y cuando por fin estuvo completamente duro lo fui introduciendo más profundo en mi garganta, de pronto una mano hizo presión hacia abajo por lo que la cabeza de su pene golpeo en lo más profundo que podía.

Lamia y chupaba hasta que sus dos manos tomaron mi nuca y empezaron a marcar el ritmo, las embestida que pegaba levantando las caderas y atrayéndome hacia el estaban sincronizadas, y a pesar de que estaba disfrutando tanto como el la mamada, si me estaba doliendo un poco la fuerza como me estaba follando la boca. De pronto una gran cantidad de líquido invadía mi cuerpo, solo atine a tragar todo cuanto me estaba echando.

Cuando termine de limpiar el desastre que había dejado fui a su boca, el beso que nos dimos en ese entonces fue más morboso por alguna razón, esta vez fue su turno y con unos movimientos expertos ataco mis pechos centrándose en los pezones, mientras su mano estaba en mi entrepierna, luego de eso fue dirigiéndose a mi zona erógena besando cada centímetro hasta que llego, al principio no sentí sus besos solo caricias, pero cuando finalmente paso su lengua una descarga eléctrica subió por mi columna hasta mi cabeza.

Logre tener un orgasmo y sabía que venía lo mejor, sin embargo pensé que me iba a dar unos segundo a que pasara mi orgasmo, sin embargo me penetro de inmediato. Estuvimos teniendo sexo durante la mañana en diferentes poses y en cada vez que él lograba acabar lo hacia dentro mío. Si no quedaba embarazada ahora de seguro lo iba a hacer luego por la cantidad que vertía en mí.

Después de un tiempo de sexo sin control finalmente paso, había quedado en cinta por lo que se lo comunique ese mismo día, aun con miedo a que me dejara, sin embargo hizo el efecto contrario ya que sus ansias de tener sexo conmigo aumentaron. Mi vientre iba creciendo a medida que pasaba el tiempo, mis pechos estaban más grandes y sensibles.

Fue en una de esas sesiones donde estaba cabalgándolo cuando sentí una molestia en el vientre, pensé de inmediato lo peor sin embargo cuando fuimos al otro día al médico, este nos aliviano la carga diciendo que era normal, solo que debíamos reducir el nivel de sexo. Yo me lo tome con calma sin embargo Andres no estaba contento con la recomendación del médico, sin embargo no hizo comentarios.

Pensaba que la falta de sexo alejaría a mi hijo, sin embargo demostró lo contrario, cuidando de mi cada instante, preocupándose por su hija que venía en camino, haciendo las cosas de la casa y un largo etc. Yo por mi parte trataba de mimarlo más, ya sea preparando cosas ricas, consintiéndolo o alivianando su carga sexual mediante mamadas. Estaba acostada mamándole la verga cuando las primeras contracciones se presentaron, Andres entro en pánico y se hizo un nudo mental ya que no atinaba que hacer, verlo correr de un lado para otro me causaba mucha risa y entre las contracciones ocasionales que se sumaban me dolía un poco las el cuerpo.

Tuve que tomarlo de la cara y decirle que se calmara para poder darle indicaciones concretas, cuando finalmente organizamos todo salimos hacia la clínica. Mi hijo estaba tan nervioso que hablaba idioteces o descuidaba la conducción, por lo que tuve que ponerme firme con él y retarlo para que se centrara en su tarea.

Las horas que estuve dilatándome me pareció una eternidad, pero cuando por fin me llevaron a pabellón me despedí de mi hijo con un beso en la boca, y le dije que esperara afuera. No recordaba el trabajo que da un parto pero cuando todo termino tenia a mi niña entre mis brazos. Los médicos realizaron los exámenes correspondientes y pudieron quitarme mi temor, había nacido grande y sana, estaba con mi hijo que no me dejo sola en el embarazo y también contaba con su apoyo, esta vez la vida me está sonriendo y me estaba dando una segunda oportunidad.

Cuando Andres vio a su hija por primera vez le cayeron lágrimas, se le notaba feliz pero quedaba lo más importante el nombre de la pequeña, a pesar de que habíamos pensado en mucho no me decía por ninguno.

-¿Cómo le pondrás mamá?

-la verdad no tengo nada pensado, no me decido por cual

-¿puedo ponerle yo el nombre?

-y cual tienes en mente

-me gusta Esperanza, ¿y a ti?

-es lindo el nombre pero ¿Por qué ese?

-es fácil porque esta niña representa ese sentimiento en ambas partes, en mi caso siempre quise llegar a este punto contigo desde que todo empezó, ahora tengo a mi hija y a su bella madre a mi lado y tengo la esperanza de formar una familia feliz entre los tres.

No sé si era por lo sensible emocionalmente que me encontraba pero sus palabras se grabaron en mi corazón, me sentía feliz, viva y amada, y como mi hijo decía era una nueva etapa como familia que estaba iniciando.
 
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