Mi Asistente En La Obra

roman74

Pajillero
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La historia que les voy a contar es 100 % real, omito los nombres reales por razones obvias, pues me causarÃ*a que alguna persona se enterara y hasta me despedirÃ*an del trabajo. Soy de México, tengo 31 años, no soy la gran maravilla pero al menos las mujeres voltean a verme en la calle, y en donde trabajo la mayorÃ*a de las alumnas están locas por mÃ*. Trabajo en una escuela Secundaria en el D.F. como profesor de música, pero también imparto la materia de teatro. Es aquÃ* donde comienza la historia.
Dentro de la enseñanza secundaria existe un concurso de teatro para ese nivel, este se desarrolla para todo el D.F. que dicho sea de paso es la ciudad más grande del mundo. La directora de la escuela me encomendó el juntar a todos los alumnos interesados en participar y montar la obra para el concurso. Siempre que impartÃ*a clases iban a visitarme alumnas que en ese momento no tenÃ*an clase, y yo aunque querÃ*a mantenerme lo más profesional posible, eran inevitable voltear a verlas, pues algunas, tienen un cuerpo de campeonato, además que siempre han sido mi debilidad. Entre ellas estaba Paola, desde que la vi me sentÃ* atraÃ*do por su sensualidad, y parecÃ*a que ella se daba cuenta, pues siempre buscaba sentarse de la manera más sexy y provocativa. Paola tenÃ*a 17 años, pero vestida sin el uniforme aparenta una mujer de 20 años, es como de 1,65 mts, de estatura, el cabello es castaño oscuro, trigueña, y unos senos cono de 95 centÃ*metros, a pesar de que no se le notaban mucho por el uniforme, de cadera muy pronunciada, y una piernas que de solo verlas me daban ganas de masturbarme. Al enterarse de la obra de teatro, se acercó a mÃ* para decirme que ella querÃ*a participar, pero el requisito era ir bien en todas las materias, le indique que tendrÃ*a que revisar su expediente para ver el nivel de aprovechamiento, eso no le pareció pues de antemano ya sabia el resultado.
En efecto, sus calificaciones dejaban mucho que desear, asÃ* que ese dÃ*a que la vi en el patio con su uniforme de deportes empecé a maquinar lo que después serÃ*a mi disfrute más delicioso por un par de meses. Camine hacia ella y le dije – Paola, puedes venir un momento?- ella volteo a verme mientras sus amigas se le quedaban viendo con cara de envidia, – voy profe – contesto con la respiración agitada, y lentamente caminado despacio se acerco a mÃ*, yo no podÃ*a dejar de mirarla pues llevaba un short blanco muy entallado al cuerpo, lo que permitÃ*a verle su sexo con toda claridad, sus piernas redondeadas y firmes aprisionadas por el short, y como dejar de ver ese par de tetas a través de su blusa casi transparente y mojada de sudor. – Mande profe, – me dijo mientras tomaba un poco de aliento y jalaba su blusa hacia mÃ* como para que le entrara aire y no se adhiriera a su cuerpo, en ese momento dude en decirle mi plan que se me habÃ*a ocurrido mientras la veÃ*a, me estaba jugando mi carrera, pero mi deseo de tirarme a mi alumna era mas grande, asÃ* que después de admirarla le dije: – ya vi tu expediente y llevas dos materias reprobadas no puedes participar en el casting -, ella se me quedo viendo, y me dijo: – no sea malito profe, a mÃ* me gusta mucho la actuación, déjeme hacer el casting, no sea asÃ*, porfa, y mientras decÃ*a eso se contoneaba de forma que parecÃ*a que tenÃ*a mi pene entre sus piernas, yo aún dudaba si era buena idea decirle algo, pues aunque llevo varios trabajando de profesor, jamás se me habÃ*a ocurrido hacerlo con una alumna, pero Paola era superior a mis fuerzas. AsÃ* que armándome de valor, le dije, no, no puedo, tu sabes que le tengo que pasar la lista a la directora y ella va a revisar los expedientes, se va a dar cuenta, (yo sabia que no era cierto pero era parte del plan) y me vas a meter en un problema, con la seriedad que lo dije ella me lo creyó y dijo: – ay maestro, déjeme hacer la prueba, la directora no se va a dar cuenta, – aquÃ* fue donde me tire a matar, – y
que si me regañan? – le dije de forma que le diera lastima, – ay profe, yo le doy lo que quiera – me dijo, y mientras lo hacÃ*a, con los codos se apretaba los senos para que se le viera la raya entre ellos, lo cual me súper excita. Mirando hacia el interior de su blusa que traÃ*a desabotonada hasta el inicio de la unión de los senos, le respondÃ*, – segura que me darÃ*as lo que yo quisiera?,- le pregunte ya de forma bastante atrevida, ella, entendiendo mi pregunta y mi mirada, se sonrojó un poco, se quedó callada unos segundos y me dijo: – que quiere? – en ese momento dude en decirle mis verdaderas intenciones, asÃ* que se me ocurrió una forma que no la sintiera tan agresiva y sobre todo que no fuera a causarme problemas, pasando saliva le respondÃ*: – quiero que me regales un escote – Paola se sorprendió por la petición pero a la vez estaba interesada en agradarle a su profesor preferido, dijo: – pero como, ahorita no traigo blusa escotada, además me van a ver todos – mientras volteaba hacia sus amigas como queriendo que no escucharan la conversación, rápidamente le dije: – mira, quiero el escote con la blusa que traes, no es mas que te la subas y ya, además serÃ*a en mi salón – respiro más tranquila, en sus ojos se noto que estaba excitada tan solo de pensarlo, – quiere que vaya a su salón? – me pregunto incrédula, – si, en la última hora no tengo grupo, yo te escribo un recado para que te dejen salir del salón, – le trate de dar confianza con mis palabras, pero a la vez le pedÃ*: – no le vayas a contar a nadie porque si lo hacer puedes hacer que me corran de la escuela, rápidamente contesto: – no maestro como cree – en ese momento me di cuenta de que eso iba a salir bien y podrÃ*a disfrutar de una de las alumnas más sexys que he tenido.
El dÃ*a transcurrió normal pero yo no podÃ*a apartar de la mente la imagen de Paola y la unión de sus senos, al salir el último grupo del salón pensé: – no va a venir y a la mejor les cuenta a las amigas o me acusa con la directora, en eso estaba cuando sonó la puerta del salón, camine hacia ella, y era Paola, estaba mas hermosa que en la mañana, traÃ*a la falda verde del uniforme por arriba de la rodilla, el pelo recogido con dos colitas que a hacÃ*an verse sensual y los labios con un labial que da la apariencia de labios húmedos. TÃ*midamente entro al salón, al caminar frete de mi, yo no podÃ*a dejar de verle las nalgas paraditas y apretadas por la falda ajustada, le dije: – siéntate aquÃ*, – indicándole la parte mas lejana del salón, caminó y lentamente ocupo el lugar, yo sin creerlo aún camine hacia ella no sin antes revisar poner el seguro a la puerta, llegué hasta donde ella estaba y me senté a su lado, hasta yo estaba nervioso, pero ya era imposible echarme para atrás, – como me dijo que lo querÃ*a? – volteando a ver sus senos, – solo levanta la blusa – le dije mientras mi pene estaba a todo lo que daba, – pero es que me da pena – a lo que yo le conteste, – que no quieres estar en la obra? – se quedó callada y sin decir mas se levanto la blusa, casi me desmayo de la impresión, tenia un par de tetas, blancas, perfectamente redondas, sujetadas apenas por un brassier de media copa blanco, de los que se sujetan por delante, quede admirándolas un momento y le pregunte: – se vale tocar? – ansiaba que dijera que si, ella solo movió la cabeza en señal de consentimiento, yo lentamente acerque mi boca y comencé a darle besos pequeños entre los senos, hasta que con la mano derecha le recorrÃ* un poco el bra para dejar ver un pezón rosa y grande, entonces metÃ* en mi boca su pezón y Paola lanzo un gemido de placer, eso me éxito muchÃ*simo y me hizo se mas agresivo, con la otra mano comencé a acariciar el otro seno mientras seguÃ*a chupando su pezón, ella dejo de levantar su blusa para acariciarme la cabeza, y gemÃ*a cada vez mas rápido, yo cambiaba de un pezón a otro, hasta que escuche un ruido en la puerta, como de rayo me levante y camine hacia la puerta, pero fue falsa alarma, sin darme cuenta, la erección de mi pantalón ya era bastante notoria y de regreso a ella, su mirada se clavo en mi pantalón, pero no dijo nada, estaba cruzada de piernas, me senté frente a ella y nos quedamos mirando, poniendo mis manos sobre su cadera, lentamente fui subiendo su falda, mientras ell
a se acerco a mi y me beso, el sentir sus labios húmedos por poco y me hace terminar, la falda quedo tapando únicamente sus pantys, me agache a besarlas, pues siempre que llegan las alumnas y se sientan frente a mi, intencionalmente dejan que la falda se les suba para ponerme nervioso, eran las piernas mas deliciosas que habÃ*a probado, tenÃ*an un olor a talco, pero a medida que iba subiendo, el olor a mujer se hacia mas claro, metÃ* mis manos por entre la falda para tocarle las nalgas, ella solo cerraba los ojos para disfrutar mas, estaba a punto de terminar, era increÃ*ble estar con mi alumna como siempre habÃ*a soñado, querÃ*a cojermela ahÃ* mismo, pero el temor a ser descubierto me hacia excitarme mas, solo quedaban unos pocos minutos antes de que dieran el toque de salida.
 
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