Mi Amiga Carolina (Orgias) – Capítulos 01 al 05

heranlu

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Mi Amiga Carolina (Orgias) – Capítulo 01


Ese día estaba en el aeropuerto esperando la llegada de mi amiga Carolina Cruz, hacia bastante calor y me había puesto un pequeño vestido azul de tirantes que dejaban al descubierto mis muslos y demarcaban mis generosos senos, nos habíamos conocido por mail, a través de nuestros relatos nos contactamos y varias veces tuvimos cibersexo, muy rico y placentero para ambas. Solo nos conocíamos por foto, pero al verla llegar la identifique de inmediato y ella también a mí. Carolina es morena de pelo largo ensortijado, de mi altura y bellos ojos, venia con una de sus minifaldas y una pequeña camiseta ombliguera, nos besamos y abrazamos como si nos conociésemos de toda la vida, tanto ella como yo somos bisexuales, así que nuestro contacto fue bastante caliente.



Nos dirigimos al parqueadero donde nos esperaba mi coche, guardamos su equipaje y Carolina me arrincono contra la pared besándome de una manera brutal, su lengua se introdujo como un dardo caliente en mi boca, mientras su mano se apoderaba de mi seno, respondí a su beso rodeándola y metiendo mi mano bajo su mini, palpe su nalga suave y tersa, comprobando que no llevaba panty, deseaba poseerla allí mismo y hacer realidad nuestros ciberencuentros, pero la llegada de gente nos contuvo.



Llegamos a casa, ya que había preparado una habitación para que ella se quedara, Carolina estaba bastante cansada, después de volar toda la noche, así que le dije que durmiera y luego la despertaría para almorzar y por la tarde podríamos salir a pasear e ir de compras y conocer la ciudad. Ella se desnudó completamente delante de mí, vi sus pechos pequeños pero perfectos, con sus pezones marrones y puntiagudos, una fina cadera y un perfecto culo, grande y duro, su concha morena totalmente depilada. Se acostó y me despedí, pero ella devolvió mi beso con uno sobre mis labios, le sonreí y la deje dormir.



La desperté para almorzar, ella antes se dio una ducha y luego vino a almorzar solo con una pequeña camisetita puesta, sus pezones se notaban duros a través de ella y debajo solo llevaba una tanguita. Comimos y charlamos de todo un poco, conociéndonos un poco más. Luego salimos de compras por la ciudad y a un shopping, la deje a ella comprándose un vestido y yo fui a comprar algo para luego darle una sorpresa.



Al volver fuimos juntas a comprar lencería, ella quiso probarse un conjunto negro y yo uno rojo, los dos de encaje y muy pequeños. Entramos juntas al probador, nos desnudamos y nos probamos los conjuntos, ambas nos veíamos muy bien, las dos nos tocábamos los pechos y las piernas, ajustando la ropa, eso nos excito a ambas, luego de decidir comprarlos volvimos a desnudarnos para vestirnos, allí nos abrazamos y nos besamos en al boca con pasión, nuestras lenguas se unieron, fundiéndose una en la otra, ambas estábamos muy excitadas y deseosas de nuestros cuerpos.



Salimos y nos dirigimos a casa, llegamos y decidimos ducharnos juntas, nos desnudamos, besándonos y acariciándonos, entramos a la ducha y el agua recorría nuestros cuerpos desnudos, nuestras manos nos acariciaban, nuestros dedos invadieron el sexo de la otra, salimos de la ducha mojadas y excitadas, y fuimos a mi cama, nos tiramos sobre ella y comencé a besarla sobre su boca, por su cuello, recorrí sus pechos, sus puntiagudos pezones se perdieron en mi boca, se los chupaba fuerte, se los mordía suavemente, ella gemía de placer y se dejaba hacer.



Baje por su vientre liso, llegue a su pubis depilado, lamí su conchita húmeda, mi lengua recorrió sus labios hundiéndose en su interior, tomé su clítoris entre mis labios, chupandolo, succionándolo, su rosado botón respondió a mis caricias, se puso duro, su conchita se mojo completa, mi lengua la recorría toda de arriba abajo, llegando a su culito, lo recorrí con la punta de mi lengua, sus gemidos eran mas fuertes, la deseaba.



Mi lengua abría su culito y dos de mis dedos penetraban en su rajita mojada, ella se movía contra mí, gimiendo y gozando, mis dedos la penetraban fuerte y mi lengua lamía todo su culito, apoye mi boca sobre su concha y la empecé a chupar fuerte, mi lengua se enterraba dentro de ella y sus jugos caían por mi boca, la chupaba toda, rápido y duro, ella separo mas sus largas piernas y me tomó por la cabeza apretándome mas contra su concha, se movía mas sobre mi boca, gemía fuerte, sentí llegar su orgasmo y su concha estalló en un gran orgasmo, una ola de jugos cayeron en mi boca, los bebí todos, chorreaba por mis labios, su cuerpo convulsionado por el orgasmo se entregaba en mi boca, no paraba de tragar todos sus jugos, la chupe toda hasta que se quedó quieta, satisfecha.



Subí besando su cuerpo, hasta quedar sobre ella y besarle en la boca, nuestras lenguas se unieron y compartimos sus jugos en su boca, durante un rato estuvimos acariciándonos y chupandonos las lenguas con la mezcla de nuestra saliva y sus jugos, me levanté un poco mas dejando mis generosos pechos a la altura de su boca, rápidamente los tomó con sus manos y empezó a chuparlos, se comía mis pezones, que se pusieron muy duros y erectos, ella los comía con deleite, entonces me incorporé un poco mas y sentada sobre su cara, puse mi concha en su boca, ella abrió mis labios con sus dedos y hundió profundo su lengua, di un fuerte gemido de placer, sentía su lengua en mi interior, recorriéndome en círculos, lamiendo toda mi concha, la refregaba por su boca una y otra vez, su lengua serpenteaba en mi interior.



Carolina tomó mis nalgas y me movía mas sobre su boca, mi concha anegada mojaba su cara con mis jugos, ella me comía fuerte, profundo, yo gemía mas fuerte aún, disfrutaba como mi amiga comía mi conchita, lo hacía más rápido ahora, su lengua muy profundo dentro de mí, ella me mira a los ojos y dejando un momento de mamarme, me dijo que quería que acabara en su boca como ella lo había echo y volvió a hundir su cara en mi vagina, no pasó mucho tiempo, apreté mis pezones y dando un grito de placer, acabé fuerte en su boca, restregué mi concha en su cara mientras mis jugos llenaron su ansiosa boca, ella los bebió todos, lamió mi raja con deleite absorbiendo hasta la ultima gota de mi monumental corrida.



Me puse sobre ella y empecé a lamer toda su cara, lamiendo mis propios jugos, luego nos besamos, mi lengua invadió su boca buscando la suya en un beso apasionado y prolongado, quedamos así abrazadas, convulsionadas, extasiadas, pero ambas con ganas de más.



Después de descansar un momento y no dejar de abrazarnos y besarnos, volví a recorrer su cuerpo con mis manos, acaricié su sexo y lo noté húmedo de nuevo, empecé a besar sus pechos, lamí sus negros pezones duros, mi lengua recorría sus aureolas, mi boca succionaba sus deliciosos pechos, pasaba de uno a otro, al mismo tiempo que mis dedos recorrían los labios de su rajita, baje lamiendo y besando su vientre, mi lengua se hundió en su ombligo y seguí bajando hasta llegar a su clítoris, lo tome entre mis labios, apretándolo, jugando con el, Carolina gemía de placer.



Mis labios recorrían su conchita de arriba abajo, notaba como se humedecía cada vez mas, mi lengua le penetraba despacio primero y luego más rápido, haciéndola gozar, gemía y me pedía más. Mis manos apretaban sus pechos, mientras mi cabeza estaba hundida sobre su conchita, comiéndomela toda, ella acariciaba mi cabello y movía su cuerpo refregando su rajita sobre mi boca, entonces la miré y te dije que era tiempo de su sorpresa.



Me levanté y fui hasta la otra habitación, al volver traía puesto el regalito que compre para sorprenderla por la tarde en el shopping. Era una enorme verga de latex negra con correa que traía atada a mí. Me miro y sonrió, le dije que ahora iba a cogerla como se merecia, me puse de rodillas sobre su cara y le dije que lo chupara, que lo mojara bien que después se la iba a meter por su caliente raja. Carolina la chupaba fuerte, con gusto, tragándosela toda, mojándola con su saliva, me cogía por las nalgas atrayéndome hacia ella e introduciéndose aquella gorda polla, se veía que sabia mamar una verga.



Entonces le dije que se pusiera en perrito, se dio vuelta dejando su hermoso culito en pompa, y su conchita húmeda toda para mí, le di unos buenos lengüetazos, la lamí entera, mojándola bien con mi saliva y sus jugos, me puse detrás de ella, acomode la verga sobre su conchita y empecé a penetrarla lento, sentía la enorme verga dilatar su conchita y deslizarse suave pero sin detenerse hasta el fondo de su húmeda vulva.



La tomé por las caderas y empecé a penetrarla fuerte, rápido y duro, la cabalgaba, sentía como la colosal verga se deslizaba entera en su raja, abriéndola y haciéndola gozar, gemía fuerte de placer, Caro apoyo su cabeza en la cama y levanto mas sus negras nalgas, me pedía que la cogiera fuerte, yo lo hacía duro y fuerte, le daba nalgadas y la penetraba toda, la enorme verga llenaba su rajita mojada a punto de explotar, la tomé por las tetas y le di mas fuerte y rápido, sentí llegar su orgasmo, dio un fuerte grito y acabo intensamente, la seguí cogiendo fuerte, prolongando su orgasmo, hasta que cayo sobre la cama extasiada y convulsionada con el orgasmo.



Me acosté a su lado sin sacar el consolador, la besé fuerte y con pasión, estábamos empapadas en sudor, le saque la verga y me voltee, ella comenzó a lamer mis enormes tetas, las chupaba fuerte, se comías mis duros pezones, chupandolos, mordiéndolos, apretaba mis pechos juntándolos y su boca se deslizaba de uno a otro, comiéndomelos. Me hizo acostar boca abajo, comenzando a besar mi cuello, mi espalda, sus manos tomaron mis nalgas y las acariciaban, las masajeaba y separaba, sentí su lengua recorrer mi ano y llegar a mi concha ardiente, me lamía toda desde mi concha a mi culito, la punta de su lengua como un pequeño pene se hundió en mi culito y sentí como dos de sus dedos se deslizaban dentro de mi rajita, gemía fuerte, gozando.



Me daba duro por la conchita, ahora eran tres dedos y su lengua abría todo mi culito, me daba fuerte, le pedía mas, entonces tomo la verga plástica con su mano y la empezo a meter en mi concha, se deslizó fácil dentro de mí, porque estaba muy mojada, me cogía fuerte y su lengua no dejaba de entrar y salir de mi culo, con la verga de latex en mi concha Carolina deslizo un dedo en mi ano, el placer era inmenso, no tardé en acabar en un orgasmo fuerte e intenso, entonces se puso sobre mí e hicimos un 69 comiéndonos nuestros sexos, bebiendo nuestros jugos y chupandonos hasta que las dos acabamos, una en la boca de la otra. Las dos estábamos muy excitadas y cuando aun estábamos convulsionando por el orgasmo y una encima de la otra, lamiendo nuestros jugos y aspirando el aroma de nuestros sexos, miré hacia la puerta de la habitación y ahí estaba parado mi marido Miguel, contemplando la escena y pajeando su enorme verga que estaba muy dura, por lo que seguro hacía un buen rato que estaba allí.



Entonces con Carolina nos sentamos en la cama, le dije a Miguel que entrara para presentarle a mi amiga, él se acercó caminando pero con su verga muy grande y dura fuera de sus pantalones. Esta es mi amiga Carolina y él mi marido Miguel, se dieron un beso, él dijo encantado de conocerte y ella contestó, es un placer, no te esperábamos y estirando su mano tomo su gruesa verga y la sacudió. Me miró y me dijo, así que esta es la vergota que disfrutas, me sonreí y asentí, es que en verdad mi marido esta muy bien dotado, son 23 cm de carne rolliza y gruesa con una colosal cabeza, que en verdad disfruto mucho. Le dije que esa era mi vergota pero que ahora la íbamos a disfrutar juntas.



Sin mediar mas palabras de presentación Carolina se sentó en el borde de la cama sopesando la descomunal tranca de mi marido, acariciaba sus gordas bolas, la masajeaba suavemente, se embriagaba con su olor, descorría su pellejo para admirar su gorda y lisa cabeza, sus dos manos se aferraban a su grueso tallo mientras la punta de su lengua se posaba en su prepucio, su lengua empezó a recorrer toda su extensión, yo sabia muy bien la grata impresión que causa siempre la verga de Miguel, Carolina abrió su boca al máximo y empezó a introducirse aquel falo, momento que aproveche para desnudar completamente a mi marido, me arrodille detrás de él y separando sus nalgas mi lengua se poso en su ano mientras Caro seguía atragantada con aquel enorme mástil.​




-Continuará
 

heranlu

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Mi Amiga Carolina (Orgias) – Capítulo 02


Sin mediar mas palabras de presentación Carolina se sentó en el borde de la cama sopesando la descomunal tranca de mi marido, acariciaba sus gordas bolas, la masajeaba suavemente, se embriagaba con su olor, descorría su pellejo para admirar su gorda y lisa cabeza, sus dos manos se aferraban a su grueso tallo mientras la punta de su lengua se posaba en su prepucio, su lengua empezó a recorrer toda su extensión, yo sabia muy bien la grata impresión que causa siempre la verga de Miguel, Carolina abrió su boca al máximo y empezó a introducirse aquel falo, momento que aproveche para desnudar completamente a mi marido, me arrodille detrás de él y separando sus nalgas mi lengua se poso en su ano mientras Caro seguía atragantada con aquel enorme mástil.



Entonces Miguel se acostó en la cama con nosotras, entre las dos nos arrodillamos y agachándonos sobre su verga empezamos a chuparsela entre las dos, Carolina me confesó que nunca había visto y disfrutado de una verga tan grande y deliciosa, le dije que ahora lo iba a poder hacer y tenerla en todos sus agujeros, eso la excito demasiado y de un bocado se tragó todo lo que pudo de la verga de Miguel, él dio un gemido, yo me ocupaba de sus bolas mientras ella se tragaba su tronco duro y caliente.



La veía comerse esa verga con mucho gusto y placer, estaba acostumbrada a ver como una chica se comía la barra de mi marido, pero nunca lo había visto como Carolina lo hacia, ella se lo introducía cada vez más profundo, su boca se adaptaba a su tamaño y cada vez introducía mas en su garganta, la tragaba lo más profundo que podía, me la ofreció para compartirla, nuestras bocas recorrían esa verga en toda su extensión, chupandola alternadamente y besándonos entre nosotras, Miguel gemía de gusto al sentir las dos hembras que le mamaban la verga, me incorpore un poco y separando a mi amiga puse su verga entre mis grandes pechos, pajeandosela con ellas, su liquido preseminal embarraba mis pezones que Carolina chupaba y se repartía comiendo mis tetas y chupando su jugosa verga.



Miguel sintiendo que estaba por acabar, no quería hacerlo aún, así que se levanto y le pidió a Carolina que se acostara boca arriba, se dirigió a su concha y comenzó a mamarla fuerte, mordía su gordo clítoris yo me senté sobre ella y le di de saborear mi mojada concha, ella gemía fuerte, disfrutando la mamada de Miguel y eso hacía que hundiera mas su lengua en mi concha. Entonces Miguel se puso sobre ella, tomo su verga y la apuntó a su conchita mojada, yo me agache sobre ella en posición de 69, quedando en primer plano y viendo como mi marido iba a cogerse a mi amiga.



Antes tome su gruesa verga y se la chupe bien, mojándola toda en mi boca, recorriéndola con mi lengua, escupí un poco en la vulva rosada y ansiosa de Caro y con mi mano la dirigí a su concha, él la tomó por las piernas colocándolas sobre sus hombros y la fue penetrando despacio, lentamente pero sin detenerse, Caro gimió ahogada, sintiendo la gran verga que la clavaba y la iba llenando, se relajo para disfrutarla, eso permitió que Miguel la clavara por completo, solo se detuvo al sentir sus huevos chocar contra sus nalgas, yo empecé a chupar su clítoris para relajarla mas y que se mojara bien, él dejó su verga dentro de ella hasta que la notó lista, entonces comenzó a cogerla, a bombear su barra dentro de su raja, iniciando el movimiento de vaiven, entrando y saliendo de su vulva que ahora la recibía sin problema. La verga enorme y dura la penetraba fuerte, Miguel aceleraba sus movimientos, haciéndolos más fuertes y rápidos.



Carolina gritaba de placer, Miguel por momentos sacaba su verga y la metía en mi boca y luego la volvía a clavar por completo en su concha, el olor penetrante a sexo me volvía loca, mientras Carolina gozando empezó a comerse mi concha que estaba toda mojada por la excitante visión de mi marido cogiendose a mi amiga. Miguel inició unas embestidas intensas, conociéndolo sabía que su orgasmo estaba cerca, Carolina ya totalmente excitada y a punto de explotar, no podía ni mamar mi concha. Sentí sus gritos anunciando su orgasmo, sus uñas se enterraron en mis nalgas, su concha explotaba en jugos, eso hizo que Miguel no aguantara mas y la clavara hasta el fondo de su concha y también explotara, casi podía sentir como su abundante leche estaba inundando la conchita de Caro.



Miguel le dio varias estocadas mas hasta descargar toda su leche y Carolina prolongó su orgasmo mientras él lo hacía, bese a mi marido durante unos instantes, luego saqué su verga y se lamí toda, chupandosela y dejándola limpia de su leche y los jugos de Caro. Ambos se levantaron y se pusieron sobre mí, me dijeron que era mi turno de gozar, entonces me acostaron y Miguel lamía mi concha y mi culito, mientras Carolina se ocupaba de mis tetas. Ambos me daban mucho placer, entonces Miguel me puso en perrito y me penetró por la concha desde atrás, Carolina se colocó delante de mí, abriendo sus piernas y ofreciéndome su rasurada conchita, me puse a comérsela, mientras mi marido me cogia de una manera salvaje, duro y fuerte.



Miguel me cogió duro hasta hacerme acabar fuerte sobre su verga que moje toda con mis jugos, chupe con rabia la vagina de Caro y entonces le dije a Carolina que lo cabalgara. Mi marido se acostó boca arriba y ella se montó de espaldas a él, cabalgándolo. Yo me puse delante de ellos y lamía las bolas de mi marido y la concha de mi amiga, me comía su verga al salir de ella, Carolina lo cabalgaba como nunca, su concha devoraba esa enorme verga, Miguel la tomaba por las caderas y la clavaba mas contra su verga, metiendole hasta el ultimo milimetro de su descomunal aparato, Caro lo cabalgaba salvajemente y no tardo en acabar dando gritos de placer, entonces se bajó de esa verga y yo tomé su lugar, pero de frente a Miguel, ambos tomamos un ritmo fuerte e intenso, mi concha subía y bajaba por todo lo largo de su verga.



Carolina arrodillada y bañada en sudor lo besaba a él y chupaba mis tetas, yo seguí montada en su verga, hicimos más rápido y duro el ritmo hasta que juntos acabamos, mi concha explotó sobre su verga, que me llenó de su lechita caliente. Ahora fue Carolina la que se encargó de limpiar su verga y también mi concha, bebiendo mis jugos y también la leche de Miguel que llevaba adentro. Los tres deseábamos seguir pero nos tomamos un descanso, les propuse ducharnos y aceptaron. Llenamos la tina y los tres nos metimos dentro, uno contra otro, Miguel detrás de mí y Carolina delante.



Disfrutamos del agua caliente, que sirvió para relajarnos y las caricias y masajes entre todos nos excitó de nuevo. Miguel le decia a Caro que nunca se habia cogido una negra y menos tan caliente, salimos mojados y volvimos a la cama, Miguel como siempre ya tenía una buena erección, se sentó en la cama y Caro en posición de perrito empezó a mamar de nuevo su verga y yo me puse detrás de ella, comiéndome su culito y su rajita, metí mi lengua en su ano dilatándolo poco a poco, luego dos dedos en su culito y se lo fui abriendo mas, veía como ella se devoraba la verga de mi marido, estaba encantada chupando la verga de mi esposo. Ahora tres dedos se hundían en su culito y mi lengua en su concha. Caro gemía ahogada en la verga de Miguel, clavada en su boca hasta su garganta. Le dije a Miguel que se pusiera detrás de ella y siguiera trabajando su culito, entonces me acerque a Caro y le dije, te gustaría que te metiera esa vergota por el culo?, ella me miró y contestó, me encantaría, la quiero toda, la necesito!!!!!!!!.



Entonces volví con Miguel y le dije que le cogiera el culo, ella quiere sentir toda tu verga, él le dio un poco mas con sus dedos y al sacarlos estaba bien abierto. Separe sus nalgas y pude ver su agujero negro y profundo listo para recibir la tranca de Miguel, el se acomodó detrás de ella, tome su verga y la escupí para mojarla bien, le puse el glande sobre su ano y el presionó despacio, Carolina gimió un poco de dolor, con mis dedos froté su concha, ayudándola a relajarse, eso permitió que la verga entrara un poco mas, empujó un poco mas y el glande se hundió en su culo, ella grito un poco mas dolorida. Miguel esperó un poco y luego empujó de nuevo, ahora el culo se abrió dando paso a la enorme verga, la dejo allí dejando adaptar el culo a la verga y luego volvió a empujar, entrando hasta la mitad su mástil duro y grueso.



Carolina dio un grito un poco ahogado de dolor, pero le gustaba, le pidió que siguiera, mis dedos seguían en su concha, Miguel presionó mas y el culo de Caro cedió abriéndose y dando paso a la verga que no paró hasta clavarse hasta los huevos, veía fascinada como la gruesa barra de mi marido era devorada totalmente por aquel dilatado ano, las estocadas de Miquel eran mas intensas, Carolina apretaba sus dientes y sus manos se aferraban a las sabanas, yo escupía sobre la verga viendo como entraba y salía, cuando Miquel la sacaba yo volvía a chuparla, la mezcla de los jugos de su polla y del ano de Caro eran algo exquisitos, separaba las nalgas de Caro y veía el enorme agujero que mi marido taladraba con gran maestría, sus movimientos se aceleraron al máximo anunciando su derrame, saque la verga del ano apretándole las bolas para darle tiempo a Caro de voltearse y entre ambas recibimos los portentosos chorros de semen directamente en nuestras bocas, entre ambas limpiamos su polla tragándonos su semen y dándonos lengua con Caro, aquello era increíble, el sabor a semen de mi marido y la saliva de Caro eran traspasadas de una a otra, caímos rendidos sobre la cama, pero aun me faltaba algo.



No sé cuanto tiempo dormimos, pero cuando desperté vi que Caro ya habia iniciado labores y de nuevo chupaba la verga de mi marido sin descanso, su mano descorría su pellejo mientras su lengua recorría su glande, esta vez la deje a ella sola, arrime mi cabeza para ver como se devoraba la enhiesta verga de mi marido que respondía a sus caricias, Caro sabia muy bien lo que hacia y era claro que deseaba aprovechar al máximo su estadía en nuestra casa, la visión de aquella morena atragantándose de verga no tardo en calentarme, baje mi mano a mi concha acariciando mi clítoris, me masturbaba mientras veía la fenomenal mamada que mi amiga realizaba, subía y bajaba su cabeza, succionaba, mordía, acariciaba, palpaba, tocaba, la vida se le iba en aquella felacion, Caro me miraba como haciéndome fieros con la verga de mi esposo, su lengua recorria una y otra vez su grueso tallo, mi concha estaba totalmente mojada.



Se te antoja? me pregunto Caro, mi marido sudaba a mares y sin pensarlo dos veces me encarame y ensarte en aquella barra caliente dándole frente a mi marido, mi amiga ayudo a introducirme aquel colosal miembro en mi concha, empecé a menear mi cadera enterrándome totalmente su grueso falo, me sentía en el cielo, Carolina no perdió tiempo y empezó a chupar mi ano, sentía su lengua pujando en mi ojete mientras la verga de Miguel entraba y salía a gran velocidad de mi dilatada y húmeda vulva, aquello era lo máximo, Caro alternaba sus lenguetazos en mi ano y en las bolas de mi marido, el me mordía los pezones alternándoselos en su boca, me recosté sobre su pecho elevando un poco mis nalgas para darle mayor libertad a la deliciosa lengua de Carolina en mi ano, de repente deje de sentir la lengua de Caro y me concentre en la deliciosa follada de mi marido, su verga caliente era una delicia, mi vagina se aferraba a su tronco como un guante, cadenciosamente movia mis nalgas sobre su barra mientras mi lengua chupaba la de Miguel.



Volví a sentir esta vez los dedos de mi amiga hurgando en mi ano, voltee a mirarla y la vi con el consolador atado a su cintura, sabia lo que se proponía y la idea me encantaba, detuve mis movimientos sobre la verga de Miguel, eleve mis nalgas y me prepare para la estocada, Caro coloco la cabeza negra y gorda de aquel consolador y de un solo empujón me dejo ir casi 12 cms de aquella barra en mi ano, di un grito descomunal que debió oírse en el vecindario, Caro asustada me la saco de inmediato, le indique donde habia crema y roció una generosa porción en mi ano, de nuevo coloco la cabeza de aquel consolador y esta vez lentamente la fue introduciendo, el dolor empezaba a ceder dando paso a un placer enorme, estaba siendo penetrada por dos vergas, la real de mi marido en mi raja y el consolador de Caro en mi ano, lentamente fuimos acompasándonos en los movimientos, disfrutaba de aquellas vergas como nunca.



Caro se aferraba a mis senos y su boca buscaba la mia mientras no cesaba de bombear su juguete en mi ano, Miguel me tomaba fuertemente por la cintura mientras elevaba su pelvis clavando mas su miembro, Caro continuaba con un mete y saca delicioso en mi ano, Miguel anuncio que estaba próximo a correrse, entonces Caro retiro su consolador de mi ano, me desenterré de la verga de mi marido en mi concha y mi amiga guió su falo hacia mi ano, me deje caer encima ensartándome su verga en mi culito en el mismo instante en que chorros calientes salían como cañonazos de la verga de mi marido inundando mis intestinos, en segundos sentí mi orgasmo y la lengua de Carolina recogiendo el semen de mi marido y mis jugos.



Los tres quedamos acostados, convulsionados por el orgasmo, me abracé a Caro, besándonos, Miguel me tomó por detrás, dejando sentir su verga ahora blanda entre mis nalgas, nos volvimos a dormir, rendidos, el calor de nuestros cuerpos unidos, el olor a sexo invadía la habitación, desperté después de un par de horas y vi el cuerpo desnudo de Caro, comencé a besarla y recorrerla con mis manos, ella fue despertando, me miró y sonrió, acariciando mis cabellos mientras me comía sus pechos erguidos y duros, la deseaba y me deseaba​






Continuará
 

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Mi Amiga Carolina (Orgias) – Capítulo 03



Besaba sus pequeños pero turgentes pechos, lamía sus pezones duros como piedras, mientras mi mano se deslizaba por su vientre plano y alcanzaba su pubis depilado, Caro abrió sus piernas dejando que mis dedos alcancen su rajita que ya notaba húmeda, recorrí sus labios de arriba abajo, tomé su clítoris entre mis dedos, se lo pellizque suave, ella gimió. En mi boca sus pezones eran rozados por mis dientes mordiéndoselos, estirándolos apretados entre mis dientes, al tiempo que dos de mis dedos se hundían en su conchita, profundo entrando y saliendo rápido de dentro de ella, lo que le hacía aumentar sus gemidos.

Bajé besando su vientre, jugué con mi lengua en su ombligo, ella tomo mi cabeza, acariciando mis cabellos, seguí bajando besando su pubis negro y con mi boca llegué a su botoncito que se anunciaba rojo e hinchado de placer, lo tomé entre mis labios, Caro dio un gemido fuerte. Mis dedos de mojaron bien en su dilatada vulva y con ellos moje el agujerito de su ano, sin dejar de chupar su clítoris, mis dedos lo agrandaban y buscaban entrar, primero lo hice con uno y luego dos, los jugos de su conchita ayudaban la penetración. Seguía comiendo su vulva que se mojaba cada vez mas y los jugos que corrían hasta su culito, dejando entrar profundo a mis dedos, ahora eran tres adentro, los sacaba y volvía a meter, duro en su dilatado ano.

Caro gemía mas fuerte y respiraba mas agitadamente, mi lengua recorría toda su vagina húmeda y mis dedos perforaban su culito, baje con mi boca y se lo comí todo, al sacar mis dedos tenía el agujerito dilatado, mi lengua entró profundo dentro de el, lo lamí por dentro haciéndole dar a Caro intensos gemidos de placer. Entonces tome el consolador que había quedado sobre la cama y empecé a chuparlo, mientras mis dedos volvían a penetrar su culito, cuando lo tuve bien mojado, me lo puse y me acomodé de costado detrás de Caro, estábamos en cucharita y frente a nosotras Miguel dormía profundo, nuestro macho necesitaba recuperarse de la gran cogida que nos había dado, aunque su verga ya evidenciaba una erección, no completa, pero sí ya tomaba un buen tamaño.

Entonces tome una de las piernas de Caro y la levanté un poco, ella movió sus caderas y acomodo su culito de manera que la colosal verga plástica quedara en la entrada de su ano. Empujé un poco y la verga entró, le di mas fuerte y se deslizó casi hasta la mitad, Carolina dio un grito mezcla de dolor y placer, estiré una mano para estimular su concha y deje que su culo se adaptara a la gruesa verga, cuando sentí que se relajó volví a clavarla y en dos embestidas se la clave toda hasta el fondo de su culo. Ella ahogó un grito, pero me miró pidiendo mas, empecé a darle duro y fuerte, su culito se fue dilatando y la verga entraba más fácil, cada embestida era profunda y fuerte, bombeaba aquel pedazote plástico en su ano violentamente, Caro ahora gritaba pero de placer, la cogía duro, clavándole entera la descomunal verga por el culo.

Caro notó como ahora Miguel aún entre dormido, tenía una buena erección, así que se fue acomodando, sin salirse de la verga, hasta alcanzar la pija dura de Miguel y de un bocado tragársela toda, vi como la chupaba fuerte y esa visión me hacia cogerla mas duro, al sacarla de su boca ya pude notar que la tremenda verga de mi marido estaba en su máximo esplendor y ella ya la tragaba hasta su garganta, la intensa mamada despertó a Miguel, con una sonrisa en su cara debido a como gozaba con la caliente boca de mi amiga comiéndose su verga. Hice girar a Carolina, obligándola a montarse sobre la verga, de espaldas a mí, ella se acomodó y se comía toda la verga por su boca que la recibía entera. Comenzó a masajearla y succionarla fuerte y duro, Miguel se paró sobre la cama y poniéndose frente a ella cogió con sus manos su pija y dejó su enorme verga para que se la comiera, Caro lo hizo con gusto, tragándosela toda, Miguel la tomó por la cabeza y empujó haciéndola devorar completamente su verga, se la clavaba fuerte, se movía y la cogía por la boca.

Carolina cabalgaba la verga que llenaba su culo y la de mi marido llenaba su boca, hasta su garganta, ella gemía ahogada en su verga. Entonces Miguel sacó la verga de su boca, y la hizo recostarse bien sobre mí, con su espalda sobre mi pecho, se puso delante de ella y apuntó su descomunal verga a su conchita, la refregó sobre ella, Carolina gemía, le pedía que la cogiera, Miguel le daba vergazos en su raja mojada, le preguntó sí quería su verga - la quieres putita? Pídemela, le dijo, Caro lo miró y le dijo – deseo tu verga enorme, cogéme toda, méteme esa verga, necesito que me la metas toda-. Miguel la miró y de un golpe le clavó todo su infernal aparato hasta el fondo. Carolina dio un grito ahogado, sentí sus agujeros llenos con dos vergas inmensas, que la perforaban toda, mis manos se aferraron a sus senos, palpando la dureza de sus pezones.

Miguel viendo un gesto de dolor en la cara de Carolina, tomó su cabeza, la besó con fuerza en la boca ahogando cualquier grito, veía sus lenguas entrelazadas y empezó a cogerla con fuerza, le daba unas embestidas duras y largas, eso la llevo al máximo placer, yo también aproveche su relajación y tomando ritmo con las embestidas de mi marido, llenábamos los dos agujeros al mismo tiempo, Caro daba gritos y aullaba de placer y estalló en un tremendo orgasmo, sentí sus jugos recorrer la verga de mi marido y caer sobre mis piernas y mi pubis, los dos la seguimos cogiendo mientras acababa, haciéndole extender el orgasmo, durante mucho tiempo, hasta que su cuerpo convulsionado quedo casi sin moverse sobre mí en un estado de éxtasis total, Miguel aceleró sus movimientos, también llegaba su orgasmo.

Entonces a punto de acabar, la sacó de adentro de Carolina y parándose sobre nosotras, empezó a lanzar grandes chorros de leche que caían sobre nuestras caras, sobre todo de Carolina que estaba encima mío, pero yo también recibía bastante, él seguía acabando, su acabada era abundante, su leche caliente y espesa caía por nuestras tetas y boca, cuando terminó de acabar se agacho un poco y dio a chupar la verga a Caro que se la tragó completa y se la dejó bien limpia, bebiendo los restos de su leche y sus propios jugos, yo aún la tenía clavada por el culo, la hice levantarse y entre las dos lamimos y chupamos toda la leche de mi macho que teníamos sobre el cuerpo, hasta besarnos y beber las ultimas gotas compartidas en nuestras bocas.

Miguel debía irse a trabajar, así que fue a ducharse y nosotras nos quedamos en la cama abrazadas y desnudas besándonos y saboreando los restos de semen de mi marido, luego que terminó de vestirse y antes de irse, nos preguntó sí nos gustaría salir por la noche y dijo que tenía a la persona ideal para salir los cuatro juntos, era un nuevo compañero de trabajo que había venido de una sucursal de su empresa en el exterior, aceptamos gustosas. Al irse Carolina me preguntó sí conocía al compañero de Miguel, le dije que no pero que confiaba en que mi marido iba a traer a alguien con el que seguro la íbamos a pasar muy bien

Así, que con Carolina dedicamos el día a prepararnos para la noche, fuimos a la peluquería y nos maquillamos y elegimos la ropa. Yo me puse un vestido negro ajustado, corto hasta mis muslos, con un buen escote que dejaba ver el nacimiento de mis generosos pechos, Carolina se puso un conjunto de top y falda blancos, que contrastaba con su piel morena, dejando ver lo hermosa que era, en un principio ninguna de las dos nos habíamos puesto sostén, pero sí las tanguitas, pero luego de un rato y de ver como se marcaban en nuestros vestidos ajustados, decidimos tampoco llevar nada debajo, sabíamos lo que las dos pensábamos de esa noche y que íbamos a aprovecharla al máximo. Entonces cuando estábamos terminando de prepararnos, llegó Miguel, para bañarse y cambiarse y nos dijo que en media hora llegaría su amigo.

Le preguntamos como era él, pero no nos dijo nada, solo que nos gustaría mucho, las dos esperamos ansiosas, hasta que sonó el timbre, Miguel bajó a atender y nosotras le dijimos que enseguida lo alcanzábamos, como buenas mujeres, nos retocamos un poco el maquillaje y el pelo y finalmente fuimos al encuentro de nuestros machos, al ir bajando la escalera, las dos nos veíamos espléndidas, pero al ver al compañero de Miguel nos quedamos sorprendidas, era un negrazo espectacular, mas alto que mi marido, mediría como 1.90 mt., fornido, de piel muy oscura, pude ver la cara de Carolina que se quedo con la boca abierta y la verdad que a mi también me parecía muy atractivo y excitante.

Terminamos de bajar y Miguel nos presentó, su nombre era Edson y resultó ser que era brasilero y había llegado a trabajar de la sucursal de ese país por un tiempo acá en Buenos Aires, lo recibimos con un beso y no dejo pasar la oportunidad de elogiar nuestras bellezas, lo admiradas que estábamos con el negro no nos hizo dar cuenta que con él había llegado una chica, nos la presentó como una amiga y su nombre era Mariana, muy linda y al igual que nosotras llevaba un vestido rojo oscuro muy corto, sus muslos firmes y duros contrastaban con sus turgentes senos, su pelo castaño claro y ojos azules, nos dijo que lo disculpáramos por traerla sin avisar, pero ella había llegado a visitarlo y él le propuso venir, le dijimos que no había problema, al principio pensamos que se nos podía arruinar la noche pero luego los acontecimientos nos hicieron ver lo contrario.

Salimos los cinco, fuimos primero a cenar y luego a una discoteca a tomar algo y bailar, con Carolina charlamos mucho con Mariana y nos fuimos conociendo, en un momento fuimos al baño y con Caro le preguntamos sí había tenido algo con Edson, nos contesto que no, que ella era lesbiana, nos sorprendimos un poco porque no lo esperábamos, pero Mariana no nos dio mucho tiempo y nos dijo que le gustaría tener algo pero con nosotras y enseguida nos beso a cada una en la boca, y salió del baño riéndose, con Caro nos reímos y salimos, Mariana ya se había sentado junto a Miguel y Edson, pero entre las dos la agarramos y la llevamos hasta la pista.

Empezamos a bailar entre las tres, rozando nuestros cuerpos, acariciándonos, nos fuimos excitando, pero nuestro baile atrajo muchos hombres alrededor, así que Miguel y Edson se acercaron para bailar con nosotras y que no tuviéramos problemas que alguien se pusiera molesto con nosotras. Edson se abrazó a Caro y Mariana y Miguel junto conmigo, bailamos y reímos, movía mis nalgas contra el sexo de Miguel que se endureció contra mí, vi como Carolina hacia lo mismo contra Edson, mientras Mariana se abrazaba de frente a ella, besándola. Entonces Caro se acercó y me dijo al oído, tienes que sentirlo, es impresionante!!!!, no la entendí bien al principio, pero cuando vi que ella se llevaba a mi marido y dejaba que el negro me abrazara a mí, comprendí que quería que sintiera, y no tarde en hacerlo, el negro se pegó a mi por detrás y noté su sexo duro y realmente enorme, aun mas que mi marido, el negro por su altura, quedaba un poco mas alto que mis nalgas pero aún así podía sentir su gran bulto.

Mi conchita empezó a mojarse al imaginar como seria ese pedazo de carne enorme que llevaba contra mi espalda, Carolina se unió a nosotros y entre ambas bailamos contra el negro, excitándolo, cosa que notamos por el tremendo bulto bajo sus pantalones, él nos abrazó y sus manos recorrían nuestras nalgas, lo dejamos hacer y levantando un poco nuestras faldas, lo invitamos a que sus manos se deslizaran bajo las faldas, que teníamos una sorpresa para él, y vaya sorpresa que se llevó al notar en sus dedos nuestras conchitas húmedas, donde esperaba encontrar una tanguita y no la había, solo sonrío y luego se llevó sus dedos a su boca, chupando nuestros jugos y diciendo que eran tan deliciosos como nosotras. Entonces le dije a Miguel que era hora de irnos, la noche ya estaba lo suficientemente caliente y venia lo mejor.

El trayecto en auto no era largo, en quince minutos estaríamos en casa, yo viajaba con Miguel adelante y Caro y Mariana con Edson, en al asiento posterior. Carolina y el negro se besaban con pasión, sus manos acariciaban sus piernas y una estaba hundida debajo de la falda, el negro la dedeaba suavemente, Mariana había soltado uno de los pechos de Caro y se lo chupaba y besaba, Caro apretaba la verga del negro por sobre su pantalón sin dejar de chupar su lengua. Llegamos y el ambiente estaba muy caliente, Miguel me abrazó fuerte y me besó en la boca, sus manos apretaron mis nalgas, noté como Edson se acercó a nosotros y pidiendo la aprobación de Miguel, me tomó por detrás y besaba mi cuello, pude sentir las dos enormes vergas apretándome entre ellas, haciendo mojar aun mas mi sexo caliente.

Vi como Carolina se besaba fuerte con Mariana, le sacaba sus pechos fuera y se los comía, Miguel subió mi falda y Edson tuvo una perfecta vista de mi culo desnudo, mi marido me dijo que era una zorrita por no llevar tanguita, pero que le encantaba como me veía, bajo sus dedos por mi vientre y llego a mi conchita mojada y sentí como el negro recorría mis nalgas con sus manos primero y luego su lengua bajo por mi espalda hasta mi culito, entonces ambos agachados por delante y detrás de mí, empezaron a lamer mi conchita y mi culito. Vi como Carolina había desnudado a Mariana, que sentada en el sillón y abierta de piernas dejaba que Caro comiera su conchita y se deleitara con ella, no podía verlo bien por el inmenso placer que me estaban dando las dos lenguas. Mi conchita chorreaba jugos, mi marido se deleitaba con ellos y el negro lamía con gusto mi culito excitado, su lengua pujaba por introducirse.

Entonces Edson se levantó y fue sobre Carolina, le levantó su falda y abrió sus piernas y hundió su cara en su sexo depilado y húmedo, ella gimió de placer y se empeñó aun más en la rajita de Mariana que cerraba sus ojos gimiendo de gusto, Miguel enterraba su lengua en mi conchita, la habitación se lleno de olor a hembra y sexo, de gemidos de hembras gozando, enterré mis uñas en el pelo de mi marido y acabé fuerte en la boca de el, el succionaba y lamía mis jugos, luego vi acabar a Mariana en la boca de Caro en un violento orgasmo y en segundos Carolina hizo lo mismo en la boca de Edson, las tres nos juntamos y entre nosotras lamimos y chupamos nuestras conchas jugosas. Pero era tiempo de atender a nuestros machos, Mariana descansó sobre el sillón solo observando y masajeando su delicado clitoris, con Caro nos desnudamos por completo y primero desnudamos a Miguel, su verga grande, erecta y blanca pronto asomó frente a nosotras, se la chupamos un poco, pero ambas deseábamos conocer esa verga negra que imaginábamos exquisita, así que nos dirigimos hacia Edson, ambas nos sentamos en el sillón y él parado frente a nosotras, quitó su camisa, dejando al descubierto su fuerte y musculoso pecho brillante, mientras nosotras desabrochábamos a prisa su pantalón, al bajarlo el pequeño slip que llevaba apenas contenía un pedazo de carne monumental que pugnaba por ser liberado.

Caro paso su lengua sobre la tela, recorriendo toda su gruesa extensidad, se lo bajamos despacio, ambas ansiosas, calientes, golosas y así frente a nuestras caras saltó una verga descomunal, negra, gruesa y muy larga, mucho más que mi marido, su grosor era similar, pero el largo era como de 28 cm, coronada por un glande gordo, cabezón, rojizo y adornado por un par de bolas gordas y pesadas, aquella tranca era mas propia de un caballo que de un ser humano, la tomamos con nuestras manos y sobraba verga, apenas la rodeábamos con nuestras manos, las dos teníamos una cara de asombro, nunca habíamos visto algo así, pero estábamos dispuestas a gozarla, Caro se la llevó a la boca, y apenas pudo comer su cabeza, yo me dedique a lamerla y besarla a todo lo largo, acariciando sus gordos y peludos huevos, las dos queríamos comerla, saborearla, era grande y caliente, deliciosa, olía y sabía diferente, era un olor penetrante característico de la piel de los negros, pero estaba exquisita, era la mas rica verga que habíamos visto.

Carolina con mas esfuerzo pero adaptando su boca, la tragaba un poco más profundo, yo también quería comerla, así que cambiamos, yo la metí en mi boca y ella la chupaba por fuera, yo pude tragarla mejor, en un par de bocados, me la tragué hasta la mitad, sus líquidos pre seminales se mezclaron con mi saliva, Edson gozaba y le decía a Miguel lo bien que yo chupaba, seguí comiéndome esa enorme vergaza, cada vez mas profundo, la tenía casi hasta la garganta y aún algo sobraba, era impresionante, se la chupaba fuerte y profundo, volví a dejar que Carolina lo mamara y yo me ocupé un poco de Miguel que motivado por el espectáculo, traía una erección terrible, la metí en mi boca y de un bocado la deje ir hasta mi garganta, chupandolo fuerte y profundo, mis manos acariciaron sus bolas. Los dos machos gozaban con nuestras bocas y sus vergas enterradas dentro de ellas, pero no querían acabar aún ya que la noche recién empezaba, en la silla Mariana continuaba masturbándose con aquella vision.​




-Continuará
 

heranlu

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Mi Amiga Carolina (Orgias) – Capítulo 04

Seguíamos mamando las vergas de nuestros machos, yo la de mi marido y Caro atorada con la del negro que llenaba toda su boca, hinchándosela, su enorme verga negra entraba a duras penas en su boca, sobraba un buen pedazo fuera de ella. Mariana a un costado sentada en un sillón se masturbaba fuerte, sus dedos entraban en su conchita húmeda y brillante y acariciaba sus pechos pequeños pero duros y excitados. Entonces vi como Edson se sentaba, parecía tener tres piernas, Carolina se encaramo sobre él acomodándose frente a él, tomo el tallo grueso y reluciente de Edson y comenzó a refregar su rajita mojada sobre la descomunal verga, los líquidos preseminales de Edson mojaban su clítoris, el negro la tomo en su mano y daba vergazos sobre sus nalgas y sus labios vaginales, la tomo firme y apuntó contra su rajita, Caro se acomodó sobre ella y vi como lentamente y en medio de suspiros de Carolina la vergota negra empezaba a hundirse en su interior.

Entonces me puse en cuatro patas con mi cabeza sobre la espalda de Caro, teniendo una perfecta visión de cómo la penetraba Edson, al tiempo que Miguel me tomó por detrás dejándome ir su gran verga hasta el fondo de un solo golpe en mi conchita empapada. Me daba fuertes embestidas, me hacía gozar, me encantaba la verga de mi marido llenando mi lubricada vulva, seguí viendo como Carolina se clavaba en la vergota del negro, su concha se abría al máximo permitiendo que ese trozo descomunal de carne se deslizara dentro de ella, podía ver como la penetraba lento, cada vez más profundo, sus paredes vaginales se dilataban al máximo para recibir la gruesa barra de aquel descomunal negro, Caro gemía de placer, lleve mi boca y fui besando su espalda, baje por sus nalgas, mi lengua recorrió su culito, podía sentir esa enorme verga palpitando, abriéndola, llenándola por dentro, notaba su gruesa y reluciente vena a través de todo su grueso tronco perdiéndose en la caliente y húmeda concha de Caro, seguí lamiéndolos, llegué al pedazo de verga que quedaba fuera y pose mi lengua en ella, palpe las gordas y peludas bolas de Edson, mientras Miguel me cogía de una manera cadenciosa, fuerte y duro.

Carolina subía y bajaba con su concha apretada a todo lo largo de la inmensa verga, gritaba de placer, su lengua se enredo con la de Edson, mi lengua recorría sus nalgas y la sentí estallar en un orgasmo intenso, noté su concha chorrear jugos que al seguir cabalgando corrían por esa verga negra y gruesa, comencé a lamer sus jugos, sobre sus piernas, su conchita y la verga del negro. A pesar del orgasmo, Caro no aflojaba la cabalgata, al contrario, acelero sus movimientos contoneando sus nalgas sobre la enorme verga y su orgasmo se prolongaba, anunciando otro, al mismo tiempo Miguel me embestía fuerte, que junto a la visión de mi amiga cogiendo esa rica verga, me llevó a acabar yo también al mismo momento que mi marido inundaba mi conchita con su caliente y rica esperma, sus chorros me quemaban. Seguí comiendo el culito de Caro que a punto de otro orgasmo, montaba extasiada la verga de Edson que apretaba las nalgas de Caro mientras su descomunal tolete se deslizaba una y otra vez en la empapada vagina de Caro, Edson gemía fuerte anunciando también que acababa, y al hacerlo y llenar la concha de Caro de abundante leche, ella acabó de nuevo, clavándose hasta el fondo la tremenda verga y dejando que el negro descargara todo su semen en su interior.

Carolina se desmontó de la enorme verga y abundante leche chorreó del interior de su sexo, cayendo por sus piernas y sobre la verga, ella cayo extenuada sentada en el sillón, me puse de rodillas delante de ella y lamí y chupe su concha limpiándola de sus jugos y los restos de leche del negro. Luego hice lo mismo con Edson, recorrí toda su verga con mi lengua, la metí en mi boca, la mezcla de su semen y los jugos de Caro me fascinaban, lamía aquella poderosa barra una y otra vez, ahora estaba algo morcillona pero sentí como rápidamente se recuperaba con mi mamada y al terminar de limpiarla toda, ya la tenía totalmente dura de nuevo. Entonces fui yo la que ahora se montó sobre el negro, pero de espaldas a él, refregué mi concha mojada sobre la cabezota de su verga, mojándola con mis jugos, con sus grandes manos tomó mis pechos y me fui sentando sobre esa enorme y deliciosa verga, clavándomela despacio, sintiendo como abría mi concha caliente, estirándola al máximo, sintiendo cada milímetro de aquel tolete en mi interior.

Vi como Caro, se deslizaba hasta donde estaba Mariana y hundía su cara en su conchita que chorreaba jugos y Miguel sentada al lado mío contemplaba como su caliente esposa devoraba esa enorme verga negra, que se clavaba lento pero sin detenerse dentro de mí, estirando mi conchita mojada, llenándola por completo, la sentí golpear el fondo de mi sexo y empecé a cabalgarla, subía y bajaba por todo el largo de esa tremenda verga, sacándola casi por completo y luego volviéndomela a clavar toda, Edson acompañaba mis movimientos con sus manos sobre mis caderas. Ver a su esposa gozando con ese pedazo enorme de carne hizo que la verga de Miguel estuviera dura de nuevo, entonces se paró sobre el sillón y puso su rica verga a la altura de mi cara, no dudé en tragármela toda, mientras no dejaba de montar a Edson, sentía dos enormes vergas llenando mi conchita y mi boca.

Miguel tomaba mi cabeza y embestía mi boca, cogiendola hasta mi garganta, y la verga de Edson taladraba mi raja chorreante de jugos, él se aferraba a mis tetas y yo subía y bajaba fuerte y rápido devorando su tremenda verga con mi concha ardiente, totalmente invadida por esas vergas me llevaron a un orgasmo intenso, grité de placer y acabe sobre la verga de Edson bañándola en mis jugos, mientras duraba mi orgasmo, Edson se incorporo y me levanto con sus fuertes brazos, dándome vuelta y sin sacar su verga de mi sexo, Miguel se sentó y yo quede en cuatro patas, con mi cabeza sobre la verga de mi marido y cogida por detrás por Edson.

El negro empezó a embestirme fuerte, me daba nalgadas, me clavaba su herramienta enorme y dura hasta el fondo y yo me tragaba entera la verga de Miguel que llenaba mi boca, él me decía sí me gustaba la verga que me estaba cogiendo, sí gozaba con esa tremenda vergota en mí concha, solo saque un momento su verga de mi boca para contestar que estaba gozando mucho y volví a comemerla toda, el tomaba mi cabeza ahogándome en su verga que golpeaba mi garganta y Edson me daba embestidas salvajes y profundas, me tuvieron así por lo menos unos 20 minutos, ya había tenido otro orgasmo y a punto de alcanzar otro, sentí la verga de Edson hincharse en mi concha y con una clavada profunda explotó dentro de mi, lanzando abundantes chorros de leche caliente que me inundaron por dentro, lo que me hizo acabar nuevamente y grité de placer ahogada en la verga de Miguel que empezó a escupir gruesos chorros de semen directo en mi garganta, mi orgasmo seguía sintiéndome inundada de leche de mis machos, llenando mi boca y mi concha, Edson se levantó sentándose al lado de Miguel lo que aproveche para limpiarles bien la verga a los dos, lamiendo y bebiendo toda su leche mezclada con mis jugos.

Entonces me levanté y vi a Caro haciendo un 69 con Mariana, tomé un consolador de un cajón y acercándome por detrás a Carolina, se lo di a chupar a Mariana y luego se lo clavé a mi morena amiga, que gimió fuerte al sentir la verga plástica grande y dura que la penetraba, Mariana desde abajo lamía su clítoris excitado, el consolador la penetraba profundo y yo empecé a lamer su culito, Carolina gemía de placer, anunciando su orgasmo, con Mariana la seguimos comiendo toda hasta que estalló en una acabada intensa, su concha explotó en jugos, que corrieron por la cara de Mariana y sobre mi lengua. Las hice levantar y ahora fue Mariana la que se sentó en el sillón, abrimos sus piernas con Caro y ella le comía el culito mientras yo la penetraba con mis dedos por su conchita y me comía su clítoris, sus jugos corrían por su culito lo que aprovechó Caro para meter dos dedos dentro, mientras yo ya tenía cuatro en su conchita, Mariana chillaba de placer, me animé un poco mas y empuje en su rajita empapada, logrando que entrara mi puño y un poco mas y mi mano se perdió dentro de su conchita que se estiró toda, Mariana gritaba y Carolina siguiéndome empezó a hacer lo mismo en su culito que a pesar de resistirse terminó de igual manera, penetrado completo por la mano de Carolina, así la penetramos y Mariana gritaba mezcla de dolor y placer, pero terminó en un orgasmo bestial, dando gritos y pidiendo mas, hasta que su cuerpo se arqueó y cayó rendido y convulsionado sobre el sillón, despacio sacamos nuestras manos y la dejamos descansar.

Era hora de atender de nuevo a nuestros machos, que por ver la escena ya sus vergas habían reaccionado, aunque no estaban a pleno, con Caro nos arrodillamos frente a ellos y le dimos una buena mamada, yo a mi marido y ella a Edson hasta poner de nuevo sus enormes vergas bien duras de nuevo, entonces Miguel me puso a cuatro patas en el sillon y mojando su verga en mi conchita, mojo mi culito y poco a poco me fue penetrando, Carolina se puso en cuatro patas sobre la alfombra y Edson la cogía por detrás por su conchita, su cabeza quedaba a la altura de mis nalgas, así que sentí como me las lamía y por momentos Miguel sacaba su verga de mi culo y la metía en su boca, para después volver a clavarme toda su verga, estuvimos así un rato hasta que Edson le pidió a Miguel cambiar de parejas y así lo hicimos, cambiamos de posición y de macho con Carolina, que enseguida la vi ensartada por el culo con la gruesa verga de mi marido y Edson me cogía por la concha pero seguro notó mi culito dilatado por la cogida que me había dado Miguel y me dijo que tenía un culito precioso y quería cogermelo, lo mire y le dije que deseaba sentir su enorme verga en mi culo.

Al oirme decir eso Carolina quiso presenciarlo y Miguel también, entonces Caro sé puso detrás de mí y empezó a chupar la verga del negro, mojándola bien y Miguel me besaba y acariciaba mis tetas, excitándome y preparándome para la cogida, Caro escupió mi culito, tomo la verga de Edson y la mojo bien en mis jugos, colocó la verga en la entrada de mi culito y entonces Edson empujo suave, mi culito dilatado, la recibió bien al principio, al seguir entrando sentí algo de dolor, esa tremenda barra de carne estiraba mi culo al máximo, Caro abrió bien mis nalgas y estimula mi conchita, eso me relajo bien y la descomunal verga se deslizo mas en mi culo, gemí fuerte, Miguel ahogo mis gemidos con sus besos y Edson sin detener su penetración entró profundo en mi interior, sentí toda su verga en mi culo, llenándome completa, Carolina gritaba excitada que me la había comido entera, el dolor me ahogaba un poco, pero el negro se quedó quieto y mi culo se adapto de tal manera que al sentirlo empezó a embestirme despacio, entrando y saliendo de mi culito, que recibía toda aquella enorme pija negra, poco a poco sus embestidas se hicieron mas fuertes y Miguel colocándose detrás de Caro la clavó también por su culo y la cogía fuerte.

Edson me cogía salvajemente, fuerte y rápido, por momentos solo salía de mi boca para meter su verga en la boca de Carolina y volver a cogerme toda, cada vez mas duro y fuerte, yo gritaba pero de puro placer, mi culo era ahora el que devoraba esa tremenda verga, abriéndose y cerrándose, succionando la verga gruesa y dura que se enterraba completa en mi culo, en la habitación todo era olor a sexo, todos gemíamos fuerte, los dos machos nos tenía ensartadas por el culo con sus enormes vergas, sentí la de Edson hincharse en mi culo y me cogió mas fuerte haciéndome acabar en forma bestial, dando gritos y retorciéndome de placer, exprimiendo su verga que no pudo aguantar y lanzó dos fuertes chorros de semen caliente en mis intestinos y luego la sacó y acabó mas todavía sobre mis nalgas, mi culito y en la boca de Caro que se empeñaba en comer todo lo que salía de la gorda verga, llevando también a Caro y a Miguel a su orgasmo, que dejo a Carolina con el culito lleno de la leche de Miguel. Las dos nos ocupamos de limpiar bien las vergas y luego cada una limpio a la otra bebiendo la leche de nuestros culitos.

Todos estábamos algo cansados, así que nos tomamos un tiempo que dejara recuperar a nuestros hombres y aliviara nuestros agujeritos, con Caro decidimos darnos una ducha, a la que sumamos a Mariana, las tres nos metimos en la bañera y por un buen rato estuvimos dándonos besos, caricias y recorriéndonos enteras con nuestras manos y lenguas, al salir del baño, lo hicimos las tres desnudas, encontramos a Edson y Miguel que habían preparado unas copas y nos sentamos los cinco charlando por un buen rato, luego decidimos dormir un poco, Edson se acomodó en el sillon junto a Mariana y Caro se unió a mi marido y a mí en nuestra cama. Habremos dormido algunas horas y al despertar tenia deseo de mas, me abracé a mi amiga y la bese en la boca, ella despertó y al acariciar su rajita, la noté húmeda, ella también quería mas y todavía quedaba mucho por disfrutar.​




-Continuará
 

heranlu

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Mi Amiga Carolina (Orgias) – Capítulo 05

Las dos despertamos calientes, abrazándonos y besándonos, el sexo mañanero es muy delicioso, mis dedos se hundieron en su conchita que ya esta empapada y ella se comía mis tetas, mordía mis pezones duros, vimos a mi marido acostado a nuestro lado y su verga mostraba una pequeña erección, nos abalanzamos sobre ella, y entre las dos le dimos una buena mamada, lo que despertó a Miguel completamente y puso su enorme verga muy dura y caliente, Caro se había acostumbrado a ella ya que ahora se la tragaba entera hasta su garganta como yo lo hago, decidí dejarla disfrutar y fui a ver como estaban Edson y Mariana.

Al llegar a la sala, lo primero que vi fue la tremenda verga del negro colgando sobre un costado de su pierna algo morcillona pero ya enorme, Mariana dormía placidamente, me arrodille junto a Edson y tome su verga en mi mano, aspirando su aroma, la recorrí toda con mi lengua de arriba abajo, hasta sus huevos, que fui lamiendo y chupando también, volví sobre su verga y me la metí en la boca, entonces sentí una mano que empujaba mi cabeza haciendo tragar profundo esa vergota, era Edson que se había despertado y disfrutaba de mi mamada, me la comía profundo, llegaba a mi garganta, me ahogaba con esa rica verga gruesa y caliente, el negro gozaba como le comía la verga y me decía que nunca se la habían mamado así, yo lo hacía mas fuerte y rápido, profundo, rozaba mis dientes por su verga, haciendolo gozar, pero me detuve y lo hice levantar llevándolo a nuestra habitación.

Al entrar a la habitación, vi a Caro montada de frente sobre la verga de mi marido, cabalgándola fuerte, me acerque a ella y empecé a chupar sus pechos turgentes con los pezones duros como piedra, Edson se paró detrás de mí y me penetró por la conchita que la recibió con gusto y estaba bien mojada, así que se deslizó hasta el fondo de una estocada, yo besaba a Caro en sus tetas y bajaba por su cuerpo, lamiendo y chupando su conchita, su clítoris y parte de la verga de Miguel al penetrarla, Edson me cogía fuerte, me tenía tomada por las tetas y me daba embestidas fuertes y profundas, entonces vi como Carolina se sacaba la verga de Miguel de su concha y se acomodaba, clavándosela por el culo, le encanta el sexo anal, mi marido la tomaba de las caderas y dejaba que ella devoraba su enorme verga, le seguí chupando su conchita hasta que vi la verga de mi marido clavarse por completo en su culo, sus huevos golpearon sus nalgas. Le dije a Edson que se acostara en la cama, vi su erecta verga apuntando al techo, me senté sobre él, tomando la misma posición que Carolina y me enterré su verga por el culo, la metía lenta pero sin detenerse, se abría paso en mi culito, estirándolo, haciéndome gozar.

Ahí estábamos las dos cabalgando tremendas vergas que llenaban nuestros culos, gemíamos de placer, nuestras tetas saltaban en cada embestida, pude ver que Carolina le decía algo a Miguel, no escuche que era, pero ambos se levantaron y Caro se acomodo chupando mi conchita mientras la verga descomunal de Edson penetraba mi culito y Miguel se fue acomodando frente a mí, Caro chupó bien su verga y tomándola en su mano la acomodó en la entrada de mi rajita, por un momento me quede quieta, permitiendo la penetración de mi marido, mi concha se abrió excitada, dando paso a otra enorme verga en mi interior, que no se detuvo hasta estar completamente dentro de mí y entonces juntos empezaron con sus embestidas, las dos vergas juntas llenando mis agujeros, cogiendo fuerte y duro, me llevaron a un orgasmo bestial, dando gritos y pidiendo mas y mas que no pararan y a pesar de mi orgasmo no lo hacían, prolongándolo aun mas, mi concha chorreaba, mojando las vergas, Caro lamía lo que podía o besaba mis tetas y mi boca, de pronto noté como Miguel sacaba su verga de mi concha y empujaba sobre mi culo, que ya estaba ocupado por la tremenda verga de Edson, pero no se detuvo, empujó y empujó hasta vencer la resistencia de mi culo que empezó a abrirse, Edson se quedó quieto y yo sentí dolor pero lo estaba disfrutando, Caro entonces con sus manos excitaba mi concha y me decía goza putita, tu culito aguanta esas dos vergas y mas, así que disfrútalas.

Eso me llevo a relajarme por completo y entregarme al placer, de un nuevo empujón la verga de Miguel se clavó hasta la mitad, me deja caer con mi espalda sobre el pecho del negro, abrí bien mis piernas y así con una ultima estocada, la verga se clavó toda en mi culo, sentía punzadas de dolor, pero al empezar a moverse los dos macho, el dolor dejo paso a un placer inmenso, que poco a poco me fueron llevando a un nuevo orgasmo, las dos enormes vergas llenaban y estiraban mi culo que sin embargo se abría recibiéndolas y devorándolas y mi amiga hundía sus dedos en mi concha, lo que me llevó a tener una acabada descomunal, mis jugos salían como chorros, gritaba y gozaba, los machos me cogían intensamente prolongando mi orgasmo al máximo, quede rendida sobre el cuerpo de Edson, convulsionada por el tremendo orgasmo, Miguel se salió de mi y acostándose en la cama, Caro lo montó pero ahora de frente a él, montándose en su verga por la conchita, Edson siguió cogiendome un poco mas, pero luego me dejo sobre la cama y se dirigió sobre Carolina, chupo dos de sus dedos y los pasó por el culito de Caro, preparándolo para la entrada de su verga, Carolina estaba muy caliente y cabalgando fuerte la verga de Miguel, le gritó a Edson que se la cogiera por el culo, que le metiera toda su tremenda tranca y Edson no se hizo rogar, abrió bien sus nalgas y casi sin compasión la clavó de un golpe, su verga se metió hasta la mitad en el culito estrecho de mi amiga, que dio un grito ahogado de dolor, el negro se quedó quieto dejando que el negro culo se adaptara a la verga y esperando que mi amiga le dijera que hacer, enseguida Caro le pidió que siguiera.

Entonces Edson continuó penetrándola hasta clavarla toda, así mi amiga recibía ahora lo mismo que yo acababa de disfrutar, y la cogieron fuerte y duro, ella gemía, gritaba, pedía mas y más, que no pararan de cogerla, su cara daba muestras de algún dolor pero de mucho placer, eso la llevo también a acabar en la misma forma que yo, intensa y salvajemente y mientras lo hacía fue Edson el que ahora tomó su verga y apuntó a la conchita de Caro, juntándola a la de Miguel, se la fue clavando entera, el orgasmo que mi amiga tenía le permitió recibirla con esfuerzo pero soportándola y entonces los dos machos empezaron a embestirla muy fuerte y duro, Caro recién terminaba de tener un orgasmo y ya tenía otro, los dos machos empezaron a gemir, sus vergas seguro se hinchaban dentro de mi amiga, que entre gritos de placer recibió la descarga de semen caliente de parte de las dos enormes vergas, la de Edson se salió, chorreando sobre las nalgas de mi amiga, aproveche para mamar su verga y recibir las ultimas descargas en mi boca, luego de limpiar la verga de Edson, limpie las nalgas de mi amiga y por ultimo la verga de mi marido.

Quedamos los cuatro extenuados, abrazados, besándonos y acariciándonos, luego de un rato los hombres decidieron bañarse, con Caro fuimos a ver sí Mariana aun dormía, la encontramos en el sillón desnuda y muy dormida, entonces entre las dos empezamos a chuparla, se despertó y entre las tres no besábamos, nos chupábamos, mi boca estaba en la conchita de Mariana y la de ella en la Caro, luego las hice sentar y traje dos consoladores, uno blanco, grande y grueso y otro negro que parecía la de Edson que tenía un arnés para ponerse en la cintura, tome el de mano y empecé a coger con el a mis dos amigas, pasaba de una conchita a la otra y también por sus bocas y la mía, saboreando los jugos de ambas, en ese momento llegaron los dos machos, desnudos algo mojados y con sus vergas duras de nuevo, Caro fue con ellos y entre los dos empezaron a meterle mano por todos lados, mientras yo seguía cogiendo a Mariana con el juguete, ella gozaba y acariciaba sus pequeños pechos.

Giré y vi como Caro estaba montada por el culo sobre Miguel y que Edson apuntaba su descomunal verga a ese estrecho agujerito, que pronto ya no lo sería tanto, me detuve viendo la escena, las dos vergas empezaron a desaparecer en el culo de Caro, su cara denotaba un gesto de dolor intenso, daba gemidos ahogados, pero estaba dispuesta a gozarlo y luego de un rato que su culito se adapto a las dos enormes vergas, el dolor cambió por placer y ella gozaba como loca con las dos vergas enterradas en el culo, entonces me puse el arnés y empecé a cogerme fuerte a Mariana, su conchita era muy estrecha y me costaba penetrarla, se notaba que no había tenido muchas penetraciones, pero la fui estimulando y la verga entro una buena parte y su conchita se puso jugosa y lo disfrutaba, al mismo tiempo oía un grito de Caro que anunciaba que había acabado muy fuerte de nuevo, y luego se levantaron y se acercaron a mí Caro y los dos machos con sus tremendas vergas duras y erectas, viendo como me cogía a Mariana que gozaba y estaba a punto del orgasmo, pero Edson dijo que sería bueno que ella probara una de verdad, Mariana se negó diciendo que a ella no le gustaban los hombres.

Pero Edson pensó que eso no era así y le dijo que era porque nunca había tenido dos buenos machos como ellos, entonces me corrió a un lado y apunto su tremenda barra caliente a la conchita de Mariana, que intentó resistirse, pero caliente como estaba y apenas sentir la descomunal verga penetrarla se entregó por completo, lo que Miguel aprovechó para poner su verga en su cara y ella no dudó en comérsela, no le entraba toda en la boca pero la comía fuerte, Edson la cogía fuerte y duro y Miguel tomaba su cabeza haciéndole tragar su verga todo lo que le cabía en la boca, Mariana gemía de placer ahogada en la verga de mi marido, vi como Edson intentó metersela por el culo, pero Mariana dio un tremendo grito de dolor, él no insistió pero le dijo a Miguel, que ese iba a ser para el porque era muy pequeño para su verga, entonces se sentó y levanto en vilo el pequeño cuerpo de Mariana, clavándola sobre su verga, ella se afirmó a su cuello y lo cabalgaba gimiendo fuerte, Miguel se acomodó por detrás y mojando sus dedos fue abriendo su culito, hasta que lo notó listo para recibir su verga, la acomodó en su agujerito y empujó despacio, apenas entró, Edson la cogía mas fuerte para que se abriera bien, la cabeza de Miguel entró, venciendo la resistencia del culito que a partir de ahí se relajó dando paso a la verga de mi marido, que empezó a embestirla y tomando ritmo con Edson, los dos llenaban los agujeritos vírgenes de Mariana que chillaba, extasiada de placer.

Con Caro nos habíamos juntado y abrazado, nos besábamos, pero no perdíamos detalle de lo que pasaba con Mariana, hasta que la vimos acabar, su orgasmo, fue bestial, intenso, fuerte, su cuerpo se convulsionaba, cabalgaba sobre las dos vergas, hasta que de un ultimo grito cayó, casi desmayada sobre Edson que la dejo recostada en el sillón. Y los dos machos no dijeron que nos arrodilláramos y los mamaramos para hacerlos acabar, algo que no fue difícil ya que los dos venían casi al borde, yo mame a Miguel y Caro a Edson, bastaron unas pocas chupadas para que las vergas estuvieran a punto de explotar, entonces junte mi cara a la de Caro y los dos machos se pajearon un poco hasta empezar a lanzar casi juntos abundantes chorros de leche sobre nuestras caras, golepaban mis mejillas, las de mi amiga, entraron en nuestras bocas, caían sobre nuestras tetas, nos bañaron en su semen caliente, los lamimos y limpiamos bien sus vergas y luego entre las dos nos besábamos y limpiamos nuestras caras de su lechita compartiéndola en nuestras bocas y bebiéndola, mientras lo hacíamos, vi a Edson tomar su verga ahora flácida y apunto hacia nosotras, nos sorprendió un chorro de liquido amarillo y caliente que se estrelló contra nuestras caras, el negro nos estaba meando a todas, su verga lanzaba una abundante lluvia dorada que caia por nuestros cuerpos, a la que de inmediato se sumo Miguel que también nos rociaba con su meada, sobre nuestras bocas y cara, bañaron nuestras tetas y corría por nuestras conchitas, así nos dieron hasta la ultima gota y quedaron sentados exhaustos en el sillón.

Con Caro nos chupamos todas completas, lamiendo jugos de hembra leche de macho y meadas y haciendo un 69 volvimos a regalarnos un nuevo orgasmo, no tan intenso como los que habíamos tenido pero también placentero y luego las dos nos pusimos sobre los machos, parándonos en el sillón, pero cuando creían que les ofrecíamos nuestros jugos solo recibieron nuestras meadas calientes y abundantes, pero la recibieron con placer como habíamos hecho antes nosotras, nos descargamos completas sobre ellos y luego nos dieron una mamada a cada una, limpiando bien nuestras conchitas.​


-Continuará
 
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