Memorias de una Madre

heranlu

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Me llamo Erika, tengo casi 20 años, una beba de 5 meses, soltera, vivo con mis padres quienes se han hecho cargo de mis problemas. A los 18 hice pareja con un muchacho de 27, cuando supo que quedé embarazada desapareció de mi vida. Pero creo que no merece ni ser nombrado ese hijo de mala madre.

Así que regrese a la casa de mis padres, a partir de ese momento mi vida tuvo un giró de 180 grados, criar una beba, vivir con mis padres y deber acondicionarme a sus costumbres, ritmo de vida y además a un determinado control. No he vuelto a tener pareja, ni novio ni nada, así que mi vida sexual está pasando por un periodo de contención.

Como a dos cuadras de casa hay una plaza, voy bastante seguido, donde paso un par de horas para cortar con la rutina diaria. A mis amigas las veo, pero no puedo acoplarme a sus salidas por razones obvias.

En unas de mis idas a la plaza, donde a veces alimentaba a mi beba, pasaba una mujer paseando a su perro, un pastor alemán, de gran porte. De tanto vernos, intercambiamos saludos, y a veces cortas charlas, las que de una manera se fueron transformando en una eventual amistad.

Su nombre es Soledad, de unos 30 años delgados, muy elegantes y algo más altos que yo. Sol era una mujer muy agradable, dulce y servicial, es esa clase de personas con la que una se identifica, y se siente totalmente a gusto. De apoco se acrecentando nuestros encuentros, fuimos eligiendo los horarios para vernos casi todos los días, comenzándose a tejer una relación bastante intima.. Le contaba mis problemas, lo que me había sucedido, ella no se explayaba demasiado de su vida, había tenido algunas parejas, vivía sola con su perro, era arquitecta, tenía su vida muy organizada.

En una de esas tardes, en la plaza mis pechos comenzaron a producir leche y despedirla de mis urbes, bastante cargadas, en el momento que mi beba, comenzó a llorar, en reclamo de su alimento materno. Frente nuestro había tres o cuatros jovencitos que nos observaban de vez en cuando. Eso me frenó de dar de mamar a mi pequeña, porque no me cabían dudas de que intentarían observarme o decir algo, mientras le daba la teta.

Los reclamos de mi niña se hacían cada vez más pronunciados, llamando la atención de estos muchachotes, Sol se percato inmediatamente de la situación, así que me propuso que fuésemos a su casa, que estaba a unos metros de la plaza. Si bien no quería causarle problemas, dado que recién había salido a pasear al perro, pero fue tan insistente que decidí aceptar su ofrecimiento.

En pocos minutos llegamos a su casa, a pesar del frio de la calle, su hogar tenía una agradable temperatura, me saqué el tapado, desabroche la blusa, para descubrir mi pecho, mientras Sol llevaba al perro al patio, cuando me dice “ Ponte cómoda, sácate esa blusa que te la lavo” .

“No está bien, no te molestes” le contesto. Pero fue tan pertinaz que a pesar de mi negación, terminé acatándola, mientras me ayudaba a quitármela, tenia puesto el sostén, habiendo bajado una las copas para alimentar a la beba, Al regresar me comenta “Sácate el corpiño, que está manchado también.”

“No está bien, no te molestes:” le replico

“No seas tímida, estamos entre mujeres, además te sentirás más cómoda.” Con bastante recato, me lo quité, me sentía algo ruborizado, pero por otro lado mucho más liberada para alimentarlo, con mi torso totalmente descubierto, en donde el calor del ambiente hacia muy placentero ese espacio, me colocó una manta sobre mi espalda, dirigiéndose luego a la cocina, al regreso Sol, con una bandeja con café y galletas, me dijo que era muy bonita y viéndome amamantado al bebe, con esos abultados senos, le producía una sensación muy sensual.

Sus palabras, o la forma de mirarme, no sé qué, pero me produjo una sensación extraña, como que me encantaba mostrarle mis tetas, ofreciendo un intrigante espectáculo especial, no el de una madre alimentando a su hija, sino algo más, algo voluptuoso.

Cuando mi niña finalizó su alimentación, la coloque sobre la falda para palmar su espalda, esperando su flatulencia. Su mano se aproximó a una de mis tetas, acariciándola suavemente, sentí su cálida mano .pasarla por mi pezón, ocasionándome un escalofrío, mezcla pudor y a su vez excitación. Dejé la beba en el cochecito, me fui recostando sobre el respaldo del sofá, intentando disfrutar de su mano que lentamente iba abarcando con mayor apetencia mis pechos. Y sus labios se fueron posando sobre los míos, mi cuerpo temblaba ante lo que se avecinaba, al sentir el contacto de nuestras bocas me fui entregando, cuando el sonido del timbre nos sacó de esa provocación. Me miró sorprendida, se levantó dirigiéndose a la puerta, y oí que decía

“Ah, eres tu mamá!!!!!”, en un tono algo molesta, me levanté rápidamente para buscar mis prendas, y a pesar de que estaban húmedas me las puse igual. Cuando regresé a la sala, me la presentó, no parecía demasiado simpática, pero aproveché el momento para despedirme y retirarme. Me despedí de Sol, con un beso en la mejilla, vi en sus ojos como un dejo de molestia por la llegada de su madre, levanté mis cejas como diciéndole, “Que le vamos hacer”.

En el camino a casa, pensé en lo sucedido no sabía si estaba bien o mal, pero algo me había producido en mi interior, mis pensamientos me fueron llevando, pues cuando quise acordar estaba en mi casa. Mi mente me transportaba constantemente a ese momento, creando una serie de fantasías, que no sabía si seria capaz de llevarlas a cabo.

Dos días después no me pude resistir y decidí ir a ver a Sol, no sabía realmente para que o porqué, si era para aclarar algo o simplemente ver que sucedía, Me paré en su puerta vacilando en tocar el timbre, hasta que lo hice, sin que nadie respondiese, lo reiteré y hasta me quedé parada frente a su casa como 15 minutos, hasta que opté por irme, bastante fastidiada. Al día siguiente, y al subsiguiente regresé con la misma suerte de la primera vez. En camino a casa decidí desistir, esto que me sucedía era como un aviso sobre algo que no debía involucrarme.

Continúe yendo a la plaza, a pesar que había días feos, pero en mi interior tenia la ilusión de que apareciese, así pasaron como casi dos semanas sin saber nada, hasta que una tarde estando en casa sonó el timbre, me levanté para ver quién era, y oh, sorpresa era Sol.

Sentí una inmensa alegría al verla, a lo que fue reciproca por mi nueva amiga, justo apareció mi madre se la presenté, a la que invito a tomar unos mates. Sol sentada a mi derecha, hablaba con mi madre, que parecía muy entusiasmada con lo que mi amiga le contaba, en ese ínterin, su mano se apoyó en mi rodilla, fue como un escalofrío que circuló en mi cuerpo, ese contacto tan elocuente fue subiendo por mi entrepierna, mientras que Sol como si nada pasase, se giraba cada tanto para hablarme, mirándome de una manera capciosa.

Estaba pasando por un momento tenso, pero a su vez excitante, ese temor a ser descubierto por mi madre, pero deseaba sentir ese contacto que continuase acercándose más, a mi entrepierna. Cuando llegó a mi ingle, sentía latir los labios de mi sexo, abrí mis piernas en el preciso momento que mi beba comenzó a llorar, parecía una advertencia, que sucedía en los momentos críticos, por algo seria

Me levante y traje a mi hija, mi madre orgullosa de la pequeña se la mostraba a Sol, pero sin parar de hablar. Me senté más atrás de mi madre, abriendo mi camisa, bajé el sostén, mostrando mi teta, con su erguido pezón, durante varios segundos, antes de alimentar a la beba.

Ante una mirada muy sensual de Sol, que más que atender lo que hablaba mi madre me observaba. Cuando mi hija quedó llena, apreté mi teta de exprofeso hasta largar un fino chorro de mi leche. Si bien el rostro de Sol denotaba evidentes rasgos de excitación, mi cuerpo estaba igual, abrí mis piernas bastante para continuar alterándola.

En un momento dado dijo que se tenía que ir, así que después de cambiar a la beba, le dije a mamá que la acostase mientras acompañaba a Sol, apenas llegamos a la puerta lejos del alcance de mi madre, nos besamos apasionadamente. Su mano la metió bajo mi falda, desplazando mi calzón, para introducir sus dedos en mi órgano.

Oía con algo de retraimiento el chasquido de sus dedos en mi vagina, que revelaban el estado de excitación que Soledad me estaba provocando. Sus dedos como su lengua se introducían de una manera osada en mis cavidades, permitiéndole esa intromisión.

Eso me producía una serie de convulsiones, que si bien me enloquecían, intentaba impedirlas por si aparecía mi madre, intentando contener mis exclamaciones de exaltación. Cuando sus dedos finalizaron de friccionar mi clítoris, buscaron la abertura de mi sexo, para agitarlos de forma rápida y continua.

Mi estimulación se acrecentaba paulatinamente, mientras la besaba apasionadamente, en ese instante tan acalorada, me fui yendo de la realidad y solo me concentré en esa alocado arrebato, hasta que me llevó a un clima, desencadenándose en un intenso y corto orgasmo. Simultáneamente con las convulsiones a las que me había llevado, trataba de contener mis gemidos, besándola con gran devoción.

Al volver a la realidad, estaba algo abochornada por mi reacción, cuando Sol, me introduzco sus dedos en mi boca impregnados por mis propios jugos. Era la primera vez que pasaba por una experiencia de esta índole, si bien alguna vez lo había pensado, nunca creí que podría disfrutarlo de esta manera. Me acomodé la ropa, sin decir palabra, estaba algo aturdida por lo ocurrido. Sol me observaba de una manera capciosa, mientras sacaba su lengua de un modo muy sensual.

Después de besarme, me dice “Te espero en casa”,

Sus palabras me quedaron dando vuelta en mi cabeza, de haber podido me abriese ido inmediatamente, pero era imposible. Días después busqué alguna excusa para ir a su casa sin la beba, así que un día combiné para ir a visitarla. Mientas caminaba al encuentro de mi amiga, los nervios me carcomían.

Casi a la 1:30 pm llegué a su casa, mientras me daba un beso, me decía “Has llegado muy temprano, no he tenido tiempo de arreglarme”

“Estas hermosa para mi” le contesté, mientras la observaba con esa túnica larga, con sus dos tajos a los costados que prácticamente le llegaban a la cintura, además su escasa transparencia permitía saber que era lo único que tenia puesto. Estaba muy nerviosa, propio de algo que nunca había practicado, pero creo que más se debía a que hacía bastante tiempo que no tenia sexo, excepto a esos leves contacto con ella.

Sol, se había percatado de mi estado anímico, a lo que me tomó del hombro y mientras me hablaba me fue llevando hacia su dormitorio, se sentó en la cama, y me hizo poner a su lado, lentamente fue quitándome mi tapado, desabrochó mi blusa besando mi abdomen con total delicadeza, actuaba de una manera muy sutil, que lentamente me fue entrando en confianza sino a su vez estimulando. Metió su mano bajo mi pollera, rozando suavemente mi sexo, así me mantuvo bastante tiempo, acelerando mis pulsaciones.

Poco a poco fue quitando mis prendas, incluyendo las zapatillas, quedando con mi ropa interior y mis medias que llegaban casi a mi entrepierna. Me desabrocho mi sostén para surgir mis rollizas tetas, para continuar desplazando mis bragas, eso me hizo sentir algo cohibida al quedar solo con mis medias ante ella. Y además por la manera en que miraba mi cuerpo, de una manera tan sensual.

Me tendió sobre la cama, para iniciar una expedición de su mano sobre mi cuerpo, era tan suave, que se erizaba mi epidermis, esas caricias fue algo prolongado hasta que sus dedos buscaban mis íntimas cavidades. Nos besamos desenfrenadamente mientras mi clítoris era frotado con gran avidez.

Cuando ya estaba por venirme, se quitó su túnica para contactar su piel con la mía, mamó de mis tetas hasta lograr probar mi leche materna, me encantaba como lo hacía, sus labios húmedos por ese contacto los llevó a mi boca, para hacerme probar mi propio liquido. Todo ese alocado momento hizo que me llevase a un corto pero exquisito orgasmo.

Tomamos un respiro, y me hizo probar un porro, que me llevó a un estado de adormecimiento pero a su vez de estimulación, en donde fue como una aceleración en esa relación, donde probé por primera vez los jugos de otra mujer. Estaba como desquiciada, frenética, donde hice cosas con gran intensidad que realmente me es difícil describir, recuerdos momentos en que mamaba desesperadamente de mis tetas, hasta extraerme parte de mi alimento maternal, hasta bajarme hasta su húmedo sexo, para lamerlo, e introducir mi lengua en su cavidad vaginal. Nuestros cuerpos se entrelazaban de una manera casi demoniaca, hasta que en determinado nos dormimos.

Después de haber tenido ese sexo bastante movido, me desperté con ganas de orinar, Sol dormía plácidamente, me deleité observando su desnudo cuerpo, mientras me ponía una camisola. Estaba algo aturdida, producto del porro que nos habíamos fumado supongo. Caminé hacia el baño, mientras estaba sentada orinando, surgió Benny con sus orejas paradas me miraba muy fijamente, me limpie, mientras le hablaba, y me dirigía para vestirme ya que eran cerca de las 7 pm. Me senté sobre la cama en el momento que Sol se despertaba. “Ven acá” me dice, tomándome de la cintura para volcarme sobre ella, nos tocamos, besamos, cuando Benny atento a nuestras caricias salta sobre la cama, para dirigirse a su dueña, oliendo entre sus piernas

“Quieto, Benny, tenemos una visita”, a pesar del aviso mantuvo sus piernas abiertas observando varios lengüetazos en su sexo. No sé exactamente que me sucedió en ese momento, no puedo decir que sentí aversión, fue sorpresa y a su vez una cierta excitación. Sol me besaba, mientras el perro parecía querer montarla, no me sumé demasiado en ese juego, ni ella me incitó demasiado a que participara. A pesar que me mantuve pasiva, mi amiga quitó mi camisola para hacer uso de mis tetas, parte de mi cuerpo que le atraía enormemente, nuestro contacto fue bastante impulsivo y penetrante hasta llevarme a un estado de total éxtasis. Regresé a casa bastante más tarde de lo previsto, después de los reproches fundamentalmente de mi padre, le di de mamar a mi preciosa beba, comí, fugazmente y me fui a acostar. Memoricé todo lo compartido con Sol, pero mi mente me llevaba a la leve participación de Benny, que no dejaba de producirme una morbosa seducción.



Pasaron varios días, a pesar de que nos hablábamos, se hacía casi imposible concretar un encuentro, si la dejaba con mi madre seria por un par de horas, no mas, llevarla no me parecía correcto, hasta que me enteré de una guardería de muy buenas referencia que la cuidaban por hora, no lo pensé demasiado y a pesar de ser bastante oneroso, la llevé.

Me fui corriendo a la casa de Sol, con la intensión de no perder un minuto, toqué timbre pero nadie respondía, me quedé a esperarla bastante impaciente, hasta que después de más de media hora apareció con su perro que había sacado a pasear. Al verme se alegró, al igual que su perro, abrió la puerta de su casa y apenas la cerró, nos besamos desenfrenadamente. Sin darme demasiado respiro me giró abruptamente, besándome el cuello y abriendo mi camisa, me mantenía en esa posición, bajando mi sostén para dejar al descubierto mis abultadas tetas, levantó mi falda para desplazar mis bragas, en escasos segundos, todas mis partes pudorosas estaban a su total disposición.

No dejaba de besarme, mientras desabrochaba mi falda que fue cayendo sobre mis pies, me excitaba esa manera ruda e imponente en que acosaba a mi cuerpo. Si bien la primera vez fue excitante, esta lo superaba. Terminó quitándome el corpiño, apretujando mis senos hasta sacar leche, que iba corriendo por mi abdomen y parte de mis piernas, en donde el animal se fue aproximándose a nosotras, terminé quitándome las bragas y los zapatos. Sol continuaba oprimiendo mis tetas expulsando mas leche, y a la vez que mi vagina segregaba bastante flujo.

La presencia del perro me estremecía, no sabía si deseaba que interviniese, parecía ridículo pero me sentía algo avergonzada que el animal me viese desnuda, pero a su vez lo anhelaba, mientras las manos de Sol, continuaban comprimiendo mis indefensas tetas, para obtener más del blanco néctar.

Fue en ese instante en que el perro lamio mi sexo, por primera vez, era algo más que excitante, sentir esa lengua tratar de introducirse en mi intimidad, mientras Sol, continuaba con mis pechos. En un momento dado, el perro se apoyó sobre mis hombros para lamer mis tetas, mientras me recostaba sobre Sol disfrutando de ese loco y libertino acoso. Su lengua hacia flexionar mis pezones de una manera inusual, temía que me mordiese, pero a pesar de eso no hice nada para impedirle.

Cuando me dice al oído “Si fuese hombre te partiría todas tu cavidades”

“Haz lo que te plazca, soy tuya” Terminó sacando mi blusa quedando desnuda ante ambos. Me hechizaba ese sometimiento en que me estaba involucrando, lleno de sensualidad, morbosidad y hasta algo de hostigamiento.

En un momento dado me hizo acostarme sobre la alfombra para mamar mis tetas, mientras el animal disfrutaba lamiendo cada vez más intensamente mi expugnable sexo. Era todo muy acelerado e incesante, que parecía hacer estallar mi cuerpo, y no tardó en producirse, cuando me llevaron a un prolongado y agudo orgasmo. No pude llegar a contener un pronunciado gemido, a la vez que mi cuerpo se arqueaba, entrecortándose mi agitada respiración, Intenté darle fin aunque me encantaba en el estado que había sido transportada. Pero ambos continuaron con su labor hasta producirme un segundo y agotador espasmo. Creo que fue algo muy abusivo, al punto de perder mis energías, quedando en un estado de desidia, donde no pareció importarles, pues continuaron, sin lograr sacarme una nueva reacción...

No llegué a desfallecer, pero quedé bastante extenuada, mi cuerpo desnudo yacía en el piso, donde mi agitada respiración me impedía tomar aliento. Sol me tenía entre sus brazos, hurgando mi acuosa cavidad vaginal para humedecer sus dedos y llevarlos a mi boca. Acaricie al perro que parecía buscar algo mas, mientras mi amiga le ofrecía sus dedos impregnados con mis flujos.

Un sopor me pudo, entrecerré mis ojos, y me adormecí, cuando me desperté eran más de las 7 PM, me levanté como una tromba, me vestí, besé a Sol y corrí a buscar a mi beba, donde tuve que pagar una diferencia.

Sol, me insistía en quedarme esa noche, me atraía la idea, aunque era bastante complejo poder hacerlo. Mi madre me cuidaba a la beba, pero no encontraba una excusa como para irme a dormir a otra casa y menos llevar a la beba, aunque era lo más factible, dado que a Sol, le encantaba la niña.
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Después de esa ocasión en que experimenté esa locura, fui sintiendo la necesidad de repetirla, no era fácil, hasta que una tarde Sol vino a casa, hablaba mucho con mi madre, al que había de alguna manera, la tenia comprada, le traía algún obsequio, sus halagos y otras cosas hicieron que ganase ampliamente su confianza.

En un momento dado, le dijo a mi madre, “Me voy a tomar unos días y le he propuesto a Erika si quería venir, pero me dijo que no podía por la beba. Es una pena pero de cualquier manera me iré con mi única compañía, mi perro”

Yo que no tenía ni idea de eso, puse cara como que me era imposible. Mi madre me miró y pregunta

“Pero cuantos días, te irías?”

“Solo un fin de semana 3 o 4 días a lo sumo”

“Pero yo me quedo cuidando a la beba, así podes ir con Erika” dice mi madre. Realmente no creía lo que escuchaba, pero no puse mucho entusiasmo, y hasta dije que no, pero mi madre insistió, aceptando de manera muy entusiasta, aunque interiormente estaba súper contenta, miré a Sol quinándole un ojo. Cuando salí para acompañarla, la besé con todo y le dije “Gracias, no sé como podré agradecerte”



1er. Día

Diez días después Sol, Benny y yo íbamos camino a un lugar de sierra, a unas 3 horas de nuestra ciudad, nunca me había sentido tan feliz.

En un momento del viaje que no dejábamos de hablar le digo a Sol “Amor, nunca dejaré de retribuirte lo que has hecho por mí, daré lo mejor para hacerte feliz”

“Ya lo sé” me dice, dándonos un corto beso.

Estábamos llegando a nuestro destino, era un pueblo muy chico y Sol había alquilado una cabaña muy cerca de un pequeño lago, era un lugar muy pintoresco, llegamos casi cuando estaba poniéndose el sol, percibiendo que la temperatura había descendido. Bajamos las cosas y nos fuimos acomodando. Sol prendió una estufa a leña, para ir caldeando el lugar.

Me sentía como si estuviésemos en un viaje de bodas, en que estaríamos 4 días, Sol estaba muy eufórica, cada tanto me besaba y yo a ella. La cabaña era bastante amplia, un gran ambiente, un sector de cocina y su lindo baño, en un extremo había dos camas que unimos y en el otro la mesa y sillas. Cenamos y nos fuimos a la cama temprano, si bien la 1ra noche no tuvimos demasiado sexo, porque estaba menstruando, a pesar que Sol no se oponía a tenerlo, me comprometí a hacerla gozar, que no se preocupase que de alguna manera lo disfrutaba y que le daría todo de mí, a pesar de que mi experiencia con las mujeres recién comenzaba.

Nos fuimos acostar, me quedé solo con mis bragas y comencé a desnudar a Sol. La recosté sobre la cama, y después de besarla fui descendiendo, besando y lamiendo sus tetas, sus pezones bastante rígidos y apetecibles, su abdomen, hasta llegar a su monte de Venus, notaba como su cuerpo se alteraba, jugué con mi dedo en los bordes de su sexo, hasta apoyar mis labios en él.

Me encantaba oler el aroma de su sexo, cautivante, mi lengua lo fue recorriendo, mientras mis manos separaban sus carnosos labios, los mordí suavemente hasta originarle un leve grito, su clítoris alterado se erguía como el tamaño de un garbanzo, notaba su entrecortada respiración ante mi continuo y incisivas caricias. Mi lengua se introducía en la profundidad de su raja, hasta hacerla gemir de placer. Elevaba su cuerpo ante cada uno de mis contactos, abriendo sus piernas hasta descubrir su ano, donde le introduje mi dedo para ponerlo en contacto con sus paredes rectales. Lo introducía lentamente para quitarlo y volver a introducir.

Aunque jamás lo había efectuado, comencé a lamer su ano, me atraía hacerlo, pero sentir como Sol se estremecía ante mi contacto, era estimulante, noté como de su sexo evacuaba un liquido algo espeso producto de su estado de enajenación .

Creo que mi estado de excitación hacia que volcase toda mi intensidad en Sol, la que no me cabían dudas de que estaba disfrutando ampliamente. Continúe indagando en sus cavidades hasta hacerla llegar a un estado de total éxtasis, le di, a mamar de mis tetas para que disfrutase de mi leche. Un poco por el viaje y este momento de voluptuosidad, después de besarnos, terminamos durmiéndonos totalmente abrazadas.
Nos habíamos despierto algo temprano, jugueteamos un rato, unos besos, mis tetas no tardaron en sentir sus labios, me encantaba ese tipo de despertar, sentir el cuerpo caliente de la otra persona, sus caricias algo estimulantes. De repente me dice “Aun estas menstruando?”

“No sé, aun no fui al baño para saber.” Le contesto.

“Déjame que me fijo” me dice. Con bastante pudor abro mis piernas, Sol me baja la prenda interior, descubriendo mi raja de la que salía el hilo del tampón, lo fue desplazando con lentitud, y hasta sentí una especie de excitación, mientras lo hacia. Hasta que lo observa y me dice “Esta casi limpito”, tirándolo al piso. “Voy a comprobar” metiendo su dedo en mi vagina, justo en el momento que oímos golpes en la puerta, nos miramos y recordamos que era el chico con el desayuno. Sol se levanto algo molesta, se puso un batón, que cerró con sus manos, mientras yo permanecía en la cama sentada tapada con la sabana, sin darme cuenta que al tener las piernas recogidas, se veía parte de mis intimidades.

Al abrir la puerta Sol, tendió sus manos para tomar la bandeja, abriéndose su bata, mostrando al chico parte de su desnudo cuerpo. El muchacho quedo plasmado, tanto al ver a Sol como a mi, durante varios segundos se quedó como alucinado ante esa imagen tan provocadora.

Si llegar a taparme, le digo “Quieres entrar?”, a lo que a un “No, gracias” pero, Sol rápidamente, le dice “Pasa que tengo un problema en la cocina”.

El chico entró, mirándonos con bastante timidez, mientras miraba la cocina, que en realidad no tenía nada. Observaba sin saber bien que hacer, Sol le ofreció si quería desayunar, pero el chico dijo que debía seguir trabajando y se fue rápidamente. Mientras Sol me miraba riéndose de la ocurrencia, me dice “Ya lo voy hacer quedar”

Así que nos pusimos a desayunar. Después de eso Sol, tuvo que salir y aproveche para darme una ducha, al finalizar, apareció Benny, siempre curioso me observaba con sus orejas levantadas, en espera de algo, me envolví con el toallón, y me hinque para hablarle y acariciarlo. Hizo un movimiento el perro, que dada mi postura me desequilibré y me caí, abriéndose el toallón, quedando con mis piernas separadas exponiendo mis genitales.

El perro me observaba, no sé si por curiosidad o ver qué sucedería, lo llamé, acercándose con algo de recato, cuando estuvo a mi alcance le acaricie la cabeza, manteniendo mis piernas aun separadas. Por supuesto que no tardó demasiado en meter su hocico entre mis extremidades, para lamerme fugazmente, le volví a rascar la cabeza, para que continuase, esta vez fue más intenso y prolongado. Sentí un escalofrío que hasta repercutió en mis pezones. Me quité la toalla para entregarme a esa atractiva lamida, mientras disfrutaba ávidamente ese loco contacto, noté como iba desenfundando una punta roja de su bulto, no podía creer que se estaba calentando conmigo. Toqué su bulto y surgía algo más de su miembro, me puse en cuatro para descubrir que haría, pues nada menos que intento montarme y hasta comenzar a agitarse contra mis nalga. Estaba fascinada por todo eso, cuando oí la puerta, no me pareció correcto que me encontrase Sol, haciendo así que rápidamente me até el toallón.

“Todo bien?” me pregunta, “Si todo bien”

Almorzamos y salimos a caminar, en nuestro recorrido muy cerca de la cabaña había una perra con su cría, me acerqué a contemplar los cachorritos que tendrían 2 semanas, eran como 7 u 8, realmente me encantaba.

Cuando Sol me dice “Cuando tengas las tetas muy cargadas, podrías alimentar a los cachorritos” riéndose, “No seas loca” le contesto. Después de una larga caminata, decidimos regresar, ya estaba bastante fresco y estábamos algo cansadas.

Llegamos a la cabaña, tomamos un café y nos recostamos, a pesar de tener un juego previo, terminé durmiéndome. Cuando me desperté estaba oscuro, cuando apareció Sol y su perro con algo para tomar. Se lo agradecí con un gran beso en su boca, charlamos algo y me levanté para ir a orinar. A mi regreso Sol estaba acostada con su dorso descubierto, me encantó verla así, en mi espera. Me estaba por sacar la ropa, cuando me dice “Ven acá, yo lo haré”.

Fue despojándome de mis vestiduras, me atraía esa manera en que iba descubriendo mi piel, ir sintiendo sus caricias y besos en mis sectores más vulnerables y perceptivos, donde paso a paso me iba llevando a un estado de estimulación. Entre tanto Ben observaba servicialmente el accionar de su ama. Al quedar totalmente desnuda, llamó a su perro, haciéndome abrir mis piernas para descubrir mi sexo, ya bastante lubricado, pero al intervenir la lengua del animal, mi secreción vaginal fue en aumento. Esta vez no fue tan violento como la primera vez, pero segundo a segundo me estaban llevando a una enajenación total.

Mis sensibles pezones me delataban mi estado de excitación, perdía la noción ante las caricias y succiones a la que Sol me proporcionaba. Mis pezones al igual que mi vagina evacuaban leche, producto de tenerlas bastantes cargadas al no darle de mamar a mi beba, Sol las apretujaba largando chorritos que en momentos eran tomados por el perro, no solo me aliviaba sino me avivaba. La lengua del perro termino por llevarme a un repentino orgasmo. Si bien era un trastorno emanar leche de mis tetas, me encantaba saber que tanto a Sol como a Benny les fascinaba, sumado a lo que me motivaban.

En determinado momento me sentí, como que era el objeto sexual de ambos, y en parte me sentí exaltada saber que mi cuerpo fuera esa atracción sexual.

Me arqueaba como una rama ante esa loca convulsión, sin dejar de gemir, me acurruque sobre Sol, para sentir su cobijamiento. Cuando me dice “Te encantaría retribuírselo a Benny?”

La miré sin llegar a entender o más bien a hacerme la que no comprendía.

“No sé, de qué forma?” pregunté inocentemente.

“Hay muchas, además hoy por la mañana lo estuviste practicando” me contesta.

Me puse de todos colores, me había visto y no lo comentó, mientras tanto el perro empezó a pasar de una a otra, por los olores que emanábamos. Sol comenzó a rozarme mientras me decía que me fuese relajando. Todo parecía algo ceremonial y hasta diabólico, evidentemente planificado previamente por Sol.

Mi respiración parecía agitarse cada vez más a la espera de esa nueva sensación, mientras Benny iniciaba una serie de movimientos como preparándose para aparearse. Permanecía en cuatro, totalmente desnuda algo nerviosa, de acuerdo a las indicaciones de mi amiga, expectante de lo que se avecinaba, Sol me acariciaba suavemente, como apaciguándome y a su vez preparándome para esa nueva práctica.

En determinado momento Sol golpeo mi nalga, como indicando al animal que estaba lista, súbitamente me monto, para emprender un loco bombeo, intentando sin pérdida de tiempo, insertar su verga en mi sexo, sentía como se refregaba sobre mis nalgas buscando afanosamente mi abertura. Eso me estimulaba, al saber que quería poseerme con toda su energía, Sol tomó su miembro y lo condujo a la puerta de mi húmeda vagina, fue suficiente para sentir enterrarlo de manera salvaje y sin ningún recato, mientras sus patas delanteras, se aferraban a mis caderas de manera impulsiva. Creo que fue algo sorpresivo, tanto en la forma que me poseía, como el deseo de poder aparearse y esa vigorosidad con el que me estaba copulando.

Inicié una serie de gemidos, al sentir el modo en que me estaba penetrando, su instinto animal no tenia parámetros, era realmente su hembra. Su verga parecía crecer en mi interior, como tomando propiedad de mi intima cavidad, esa dilatación me excitaba, mientras los jadeos del animal eran cada vez más acentuados, a la vez que mi espalda iba recibiendo parte de su baba. No podía creer lo que me estaba sucediendo, mis tetas agitándose, y Benny, penetrándome como si fuese su par. Era una escena totalmente obscena, salvaje e inmoral, pero a pesar de eso, llena de lujuria y avidez, tanto del perro, como mía al entregarme sumisamente a esa desenfrenada copulación. La cavidad de mi útero percibía esa masa de carne, friccionar de manera impetuosa las paredes membranosas..

Me sentía totalmente poseída por esa furia sexual e incontrolable, su verga parecía seguir creciendo en mi útero, apropiándose cada vez más, su bola que había llegado a la totalidad de su volumen, impedía su salida, quedando apresada en el interior de mi vagina, los movimientos se hicieron más lentos, fue en ese momento que su esperma cálida y cuantiosa comenzó a regar mi seno, en donde una ola de orgasmos comenzó a estremecerse en mi interior. Gemía como nunca lo había hecho, y mi respiración se agitaba, y mi corazón latía apresuradamente, mientras Benny me apresaba continuando eyaculando su flujo. Traté de contenerlo, pero apenas acabó en mi interior, intentó salirse, no fue fácil, pero después de un esfuerzo su bola zafó de mis labios vaginales, acompañado de una cascada de su semen, cayendo por mi entrepierna.

Mientras estaba esparcida en la cama, tratando de reponerme, Sol me dice, “Que te parece si vamos al baile esta noche en el pueblo”?

“Vamos le contesté”

Nos preparamos y a esos de las 21 hs partimos hacia el lugar, era un club, y habría casi 100 personas. Todos nos saludaban muy amablemente, y hasta nos invitaron a bailar.

En determinado momento vimos a Lucho el chico que nos traía el desayuno, nos saludo pero continuo con unos amigos. Cerca de la medianoche, ya estábamos algo aburridas, ya no daba para más quedarnos en ese lugar, decidimos irnos, dio la casualidad que Lucho también se iba, así que Sol le propuso llevarlo, dado que vivía en ese complejo.

Lo invitamos a ir a nuestra cabaña, que a pesar de sus negativas, lo persuadimos tanto que terminó aceptando la invitación. No habíamos planeado nada de antemano con Sol, pero en el fondo ambas teníamos la misma idea.

Nos contó que tenía 16 años, recién cumplidos, que trabajaba en el Complejo y vivía en él hacía más de un año, cuyo dueño era un tío. Poco a poco fue como entrando en confianza, Sol había puesto más leña a la estufa, así que el ambiente estaba bastante cálido. Lo sentamos entre el medio de ambas en el sofá, dándole de tomar, hasta que en determinado momento Sol prendió un porro, le dio a para pegar unas pitadas, que lo hizo toser, aprovechamos ese momento para tocarlo y hasta besarlo un poco, como para ir entrarlo en clima. Todo venia muy bien hasta que de golpe cayó sobre mi hombro, nos asustamos pensando que le había ocurrido algo, pero no, parece ser que esa mezcla lo durmió.

Nos quedamos un rato, tratando de despertarlo, pero fue imposible, hasta que Sol me propone desnudarlo y acostarlo. La miré algo sorprendida pero aceptando su idea, así que le fuimos sacando la ropa. Solo le quedaba el calzoncillo, si bien mi idea era dejarlo así, me daba algo de pena quitárselo, la intensión de Sol era otra, así que lo desnudamos, a lo que nos dio una grata sorpresa al ver su miembro bastante apreciable.

Lo llevamos hasta la cama, y a pesar de tocárselo, besarlo y hasta mamárselo un poco no paso nada, conclusión tuvimos sexo entre ambas, dado que estábamos bastante calientes.
 

heranlu

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Nos acostamos cada una a su lado, solo con nuestras pantaloncitos, y así nos dormimos. Como cerca de las 8 se despertó Lucho, con su cara entre mis tetas, todo sorprendido, tratamos de agarrarlo, pero saltó de la cama como una tromba diciendo que tenía que trabajar.

“Hoy es domingo” le digo

“Si lo sé, el lunes es mi día libre” me contesta, vistiéndose rápidamente para irse..

Nos miramos con Sol, algo desilusionadas, pero a su vez nos causaba mucha gracia. Cerca de la hora, golpean la puerta, era Lucho con el desayuno, algo avergonzado pero con una cierta sonrisa de picardía.

“Esta noche te esperamos a cenar” le digo.

“No sé si podré “nos contesta, y me besa tímidamente.

“Es mejor que puedas “ le dice Sol,

“Está bien” nos responde Lucho

Sol, me dice “Esta noche salgo y te dejo con él”

“No, quiero que te quedes, vinimos juntas, y deseo que estés a mi lado, me he dado cuenta que te excitas muchísimo cuando el perro me coge, y me agrada eso. Y estoy segura que lo mismo ocurrirá con Lucho, o estoy equivocada?”

“No lo estas, mi amor, es así, me encanta verte penetrada por Benny”

Noté que le brillaban los ojos, la besé, me quité la camisola y mis pantaletas, me quedé totalmente desnuda mirándola, y llamé al perro, quien no tardó demasiado en hacerse presente. Noté la excitación que le iba produciendo a Sol, eso me exaltaba, sin dejar de mirarla me coloqué directamente en cuatro a la espera de mi amante canino.

No tardó el animal en montarme, sintiendo como sus uñas parecían espoleaban mi piel, a la vez que su pelvis se agitaba para introducirme su aparato genital. Mientras Sol se iba desnudando sin quitar su mirada del espectáculo que le ofrecíamos. Su penetración fue casi inmediata, seguida de un acompasado vaivén sumado a los gemidos de excitación del perro.

Mis tetas se bamboleaban al unisonó de sus embestidas cada vez más imponentes, Sol se masturbaba ante, cada vez mas incitada por ese coito zoofilico. Su esperma cálida y abundante llenó mi matriz, seguida de mi orgasmo.

Después de haberme cogido con toda su fuerza, se quitó, lamio mi vagina que largaba la leche depositada en mi vulva, para finalmente lamer su verga aun erecta. Ese relación era algo que cada vez me iba atrapando, ese contacto tan aberrante, pero a su vez muy apasionante. Si bien apenas la había tocado, no sé que me sucedió, pero al observarla aun erguida, sentí un deseo imperioso, de mamársela, fue algo instintivo, así que me agache y mi boca busco ese tronco aun duro.

La toqué primero con mi lengua hasta que la engullí en su totalidad, sentía el sabor de su semen, invadir mis sentidos. Mi boca la hurgaba de un extremo a otro, mientras mis labios rosaban la totalidad de su grosor. Era lo más promiscuo que había hecho en mi vida, pero me encantaba, esa mezcla de morbosidad me llenaba de excitación, realmente era un placer hacerle sexo oral a ese perro, que se quedaba inmóvil disfrutando de esa mamada, que le estaba propinando.

Sol, evidentemente muy excitada aprovecho para mamar mi vagina, impregnada por esa combinación de flujos, parecía devorarla, aumentando mi actividad en la rígida verga del perro.

Al introducirme un dedo por mi culo, parecía provocarme más, que después de varios minutos de deglutir su aparato con mi boca, Benny demostraba estar activo nuevamente, para tener un nuevo apareamiento.

Era algo difícil de entender, como llegaba a mamar su verga, esa atracción que me producía, en donde mi excitación se propagaba al sentir su contacto, es posible que el perro no lo comprendiese, pero al quedarse estático no me cabía dudas de que estaba gozando ampliamente, al sentir el borde de mis labios recorriéndola en toda su extensión y mi lengua friccionar la extremidad de su verga.

Los sorbos que aplicaba en su pene, eran continuos, nunca había pensado hacer esta tergiversación, aunque no sé cual era realmente el motivo que me llevaba a concretarlo, ni a mí ex se la había succionado de esta manera, .pero esa morbosa situación me producía una motivación, deseaba que su considerable semen llenase mi boca, el saber que lo haría acabar, no dejaba de producirme un hermoso estremecimiento, lamentablemente no fue en esa ocasión.

Después de tener un hermoso orgasmo, en ese momento me agarró una especie de congoja, si bien extrañaba a mi beba, sabía que al otro día, debíamos regresar, realmente no tenía ganas, era posible que llegaría a repetir cosas con Sol, pero sería distinto, no estaríamos las 24 hs juntas, dando excusas para encontrarnos con complicaciones de horarios. Me abrace a ella fuertemente, que no tardó mi amiga en darse cuenta de que algo me sucedía

“Que te pasa?” me pregunta,

“No nada” y me abrazo mas fuerte a ella.

“Quieres quedarte más tiempo?” me dice. La miró sorprendida y le contesto

“Me encantaría, pero sé que eso te originará más gastos”

“No te inquietes, los puedo afrontar, solo me preocupa que dirán tus padres?”

“No sé, más bien si sé, le diré que se descompuso el auto y tendremos que quedarnos unos días más”

“Dos noches más, mi querida Erika, están bien? “

“Perfecto mi amor, te adoro”

Minutos después Sol llamaba a mi madre y prolongamos la estadia.

Salimos a pasear con el perro, disfrutando del lugar, y cerca de las 6pm regresamos a la cabaña.

Después de esa sección de sexo por la tarde, le digo a Sol, “Amor haré una deliciosa comida y haré todo lo que me pidas”

Esa noche llegó Lucho para cenar, se le notaba nervioso, así que tratamos de no ser demasiadas abusivas, y tratar de llevarlo gradualmente al campo que pretendíamos. Había dejado en mano de Sol esos preparativos previos, colaborando y consintiendo con sus planes.

Después de cenar nos acomodamos en el sofá, de la misma postura que la noche anterior, previa a poner bastante leña en la estufa, hasta que en determinado momento Sol le dice.

“Anoche estuviste bárbaro, lástima que te fuiste tan rápido” dice Sol.

El chico la miró sorprendido, sin llegar a entender que había pasado. “Pero no te acuerdas como nos besaste, y todo lo que nos hiciste?

“No “dice el chico bastante estupefacto.

“En serio, no te acuerdas?” mientras se le va arrimando, tocando con su mano la entrepierna. Sol lo seguía indagando, sobre algo que no había sucedido, mientras que Lucho parecía cada mas intrigado para saber que había pasado la noche interior.

Fue más que obvio ver como su bulto se veía acrecentarse a través de su pantalón, pero a pesar de esa excitación que estaba ejerciendo en el chico, no intentaba tocarnos o más bien a Sol, que estaba mucho más en contacto. En parte me daba pena lo que le sucedía, pero no era para menos, dos mujeres que lo estén acosando, y que no nos cabían dudas que era aun virgen, es para ponerse nervioso e incomodo.

Así que traté de calmarlo, acariciando su rostro y besar su boca, me atraía el chico, así que intenté darle intimidad, fui desabrochando su camisa, y acaricie su pecho jugueteando con sus pezones, noté que me besaba más intensamente, eso me motivaba. Sol seguía con lo suyo, desabrochando su pantalón y tratando de descubrir su miembro, en determinado momento levantó su culo, y mi amiga aprovechó para bajarlos y sacárselos. Yo terminé de desabrochar su camisa y quitársela.

Me abrí bastante mi blusa bajando mi sostén, el chico fue acercando su cara a mis pechos para chupármelos, mientras Sol quitaba su última prenda, viendo como su aparato genital estaba totalmente empinado.

La miré a Sol, como diciéndole que tratase de ser dulce, no sé que me pasaba con el chico que no pretendía que solo fuese un rápido acto sexual, sino brindarle una cierta ternura.

Mi amiga se quitó sus bragas, y sin sacarse la pollera lo montó, me pareció algo correcto, para que el chico fuese descubriendo nuestros cuerpos gradualmente.

Mientras Sol se subía y bajaba lentamente, disfrutando de ese hermoso aparato, yo seguía besándolo y dándole mis tetas, tanto para su regocijo como para el mío. En pocos minutos comenzó a convulsionarse, así que lo besé intensamente, metiendo mi lengua en su boca y apretando sus tetillas, notando que parecía contenerse.

“Tranquilo, amor, relájate, déjate llevar”, le digo, en el momento que acaba dentro de Sol, que si bien no llegó a venirse, le encantó lo sucedido. Se levantó mi amiga para ir a lavarse, a lo que aproveche, para higienizar su miembro con mi boca, noté su reacción ante mi proceder, aprovechando en pasar su mano entre mis piernas, continúe con mi boca en su aparato, hasta que sentí rozar su mano por mi sexo. No solo me excitaba, sino me encantaba ese juego en el que el chico iba actuando y a su vez descubriendo cosas.

Me giré y le digo “Hummmm, que atrevido”

“Perdón, no quise……” me contesta inocentemente

“No, está bien corazón, me encantó” dándole un beso con mis labios húmedos por su esperma, y a pesar de eso, nuestro contacto fue más intenso. Me quité el sostén, liberando mis tetas para que las disfrutase, sin quitarme la camisa. Ya parecía más entusiasmado, así que me las mamó mas desenfrenadamente, en la que me estaba excitando bastante.

En ese instante llega Sol, solo con sus bragas, y nos invita a ir a la cama, tomé la mano de Lucho y nos tiramos en el lecho, junto a ella, no me molestó que apareciese, pero estaba disfrutando con el chico.

Habíamos entrado en ese juego, donde Lucho, iba perdiendo esa inhibición, todo era más espontaneo, Sol mantenía la supremacía, dirigiendo o más bien desarrollando las distintas relaciones. Me acostaron sobre la cama, previo quitarme la camisa y las bragas, que al ver mi cuerpo desnudo Lucho no quitaba la vista. Me encantaba ese ofrecimiento de mi cuerpo, que Sol le estaba dando al chico

Mis pechos fueron abordados al unísono, para ser apresados por esas sedientas bocas, la mano de Sol tomó la de Lucho para llevarla a mi sexo, ya bastante segregado, así me tuvieron un buen rato recibiendo una serie de estímulos tanto manual como bucal.

Sol me giró quedando al alcance de mi respingado culito, para abrir mis cachetes, y como consecuencia dejar al descubierto mis aberturas, noté que Lucho me montaba, mientras el manoseo de mis glúteos se iba acrecentando. Cuando noté que su verga estaba apoyada entre mis nalgas, desplazándola por el cauce que la conforman.

Era algo muy voluptuoso y estimulante, Sol cada tanto me besaba, aumentando ese fuego en que se me iba avivando. En un momento, no sé si por indicación de Sol, o solo intención de Lucho, el glande del jovencito busco mi orificio anal.

Al sentir ese contacto instintivamente la dije que no, “Perdón” me dice Lucho, de una manera algo avergonzada, por ese proceder, mientras me acariciaba mi espalda Si bien no era de mi agrado tener sexo anal, me dio pena, además abrigaba una dulce ternura, que me llevó a decirle, ”Hazlo por mí vagina por favor”. Acatando mi pedido sentí su contacto mientras me penetraba suavemente, hacia bastante tiempo que no efectuaba un coito vaginal, por supuesto sin mencionar a Benny.

Así que notaba como ese troza de carne se iba adueñando de mi cavidad, para iniciar un rítmico bombeo, friccionando las paredes de mi vagina. Se abrazaba con todo a mi cuerpo sin dejar de moverse, me encantaba su proceder, si bien carente de experiencia, estaba lleno de energía, algo brusca, pero a su vez con algo de inocencia.

Si bien no llegue a tener un orgasmo, me encantó sentir los gemidos de Lucho hasta percibir su esperma tocar la paredes de mi vulva, hasta caer sobre mi espalda. Después de esos intensos encuentros nos dormimos, cerca de la madrugada Lucho me busco para tener sexo, pero lo rechace porque estaba cansada y con sueño, realmente no era una cama para tres personas, así que se dirigió a Sol, quien le respondió de manera favorable.


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Nos despertamos cuando apareció la reemplazante de Lucho a traernos el desayuno, a lo que nuestro amiguito trató de taparse para no ser descubierto. Me levanté y a pesar del interés de tener sexo nuevamente conmigo, le dije que estaba indispuesta, así que Sol volvió a hacerlo con nuestro querido Lucho

Cerca del mediodía le dijimos que se fuese, que teníamos que hacer cosas, medio de mala gana, se vistió y se fue.

Almorzamos, dimos una vuelta y regresamos como a las 4 pm, me acosté y Sol volvió a salir a pasear al perro.

Como a las 5 pm, golpean la puerta, me levanté solo con la camisola, a ver quién era, por supuesto nuestro amiguito. Apenas entró le di un beso en la mejilla, traté de tomar distancia, aunque sabia para que había venido. No tenía dudas que estaba enamorado de mí, aunque esa no era mi intención. En determinado momento de una charla algo forzada, me dice, “Puedo tocarte”, lo miré algo sorprendida y le pregunto “Que deseas tocarme?”, enseguida se ruborizo, me dio pena así que le digo “Esta bien tócame donde desees”. Me acaricio el brazo, me beso por el cuello, me gustaba esa manera dulce de tratarme, mientras iba descubriendo lentamente mi cuerpo, a pesar de ya conocerlo. Le fui permitiendo sin llegar a actuar, fue levantando mi camisola para acariciar mis tetas, besarlas y mamar de ellas.

Mis pezones se exaltaron ante su inquisidora actitud, terminando quitándomela hasta quedar solo con mis bragas. Si bien no había pensado en tener sexo nuevamente con Lucho, el hecho de estar solos y su manera de acariciarme me fueron llevando a un estado más emocional.

Después de ese previo juego, en donde termino de quitarme mi última prenda, me tiré boca abajo en la cama, Lucho se había desnudado, apoyó su cuerpo sobre mi espalda, sintiendo su verga entre mis piernas, me quedé quieta abriéndolas más, sus manos acariciaban mi espalda, me encantaba esos suaves mimos, hasta que las apoyó en mis glúteos separándolos en buen grado y bastante tiempo, sin duda extasiándose viendo abiertas mis intimas aberturas.

Con su dedo rozó el borde de mi esfínter, levanté algo mi culo como aprobando lo que me estaba haciendo, continuando con esa fricción. El hecho de que fuese descubriendo mis partes más intimas, no dejaba de motivarme. Le tomé su mano y le chupé bastante su dedo índice, diciéndole “Prueba, ahora”, me miró sorprendido, aunque comprendió que tenía que hacer, siguiendo hurgueteando mi orificio, hasta que comenzó a introducir su dedo. Elevé mi culo, en un acto de consentimiento, mientras su largo dedo iba penetrándose por mi conducto. No sé que me pasaba con este chico pero apenas había tenido cierto contacto, me empecé a humedecer.

Supuse que no se animaba a pedirme sexo anal, así que directamente le dije” Amor, humedece mi ano con tu lengua y estaré pronta a algo más”

Bastante sorprendido y con algo de resquemor fue obedeciendo a mi mandato. Me sacaba sentir su lengua friccionar mi ano, después de escasos minutos, separó mis glúteos y su saliva fue introduciéndose por mi recto. Posteriormente sentí su verga rozar la raja que producían mis nalgas hasta sentir su glande buscar mi orificio fecal.

Apenas la cabeza de su miembro se introduzco brevemente en mi aro, me avivó una extraña sensación, gemí un poco, exponiendo mi satisfacción, y noté que un suave impulso hizo introducirlo algo más. Aprecie sus manos tomando mis hombros como punto de apoyo para enterrarlo algo mas, levanté mi culo como para formular mi satisfacción, hasta que otro nuevo impulso socavó mas mi recto, para distinguir como su erecto miembro iba fusionándose, sentí dolor pero a su vez placer. Lucho entusiasmado por esa nueva experiencia anal, con un impetuoso empujón completó de meterme la totalidad de su órgano.

Grité por el dolor, pero me encantaba sentir a ese adolecente cogerme analmente, la dejó depositada un rato mientras mi membrana intestinal se iba amoldando a ese “intruso” carnal, que me hacia percibir sus latidos. Después de un rato lo sacó abruptamente para meterlo sin demasiado reparo, grité nuevamente, mientras un alocado bombeo friccionaba despiadadamente mi interior. Gemía como una perra en celo, durante ese arrebatado sexo anal.

Cada vez que salía me succionaba las entrañas y cuando entraba me empujaba todos mis órganos internos, tomó mis tetas en sus manos, acariciando mis pezones, sopesando mis pechos como queriendo juguetear con ellos.

Sus embestidas pronto se volvieron más fuertes, más violentas y supe entonces que estaba cerca de eyacular, y así fue... su verga tocó fondo en mí y sentí claramente cómo sus tibios jugos me invadían por dentro. Él temblaba, se retorcía apretando mis pechos y pellizcando mis pezones, se convulsionaba y temblaba como un poseído, gruñendo con cada disparo que salía de su verga, y de pronto se desplomó sobre mi espalda, abrazándome exhausto y sudoroso, pero sin sacar su verga de mi adolorida funda. Quedamos exhaustos, sin movernos y con su miembro clavado todavía en mi culo. Después, sin decir una sola palabra, se levantó y salió rumbo al baño.

Justo en ese ínterin apareció Sol con el perro, muy sonriente, con una mirada de complicidad, mientras me dice”Wow, mi amor como te la hizo tragar por tu adorable culito”, asentí algo abochornada, “No me digas que nos estabas espiando” le digo bastante sorprendida.

“Quería que los tortolos estuviesen solitos, no quería interrumpir. Pero disfrute del espectáculo. Eso sí, me has excitado de sobremanera, me encanta verte penetrada”. Se acerca a la cama, metiendo su mano entre mis piernas y su dedo en mi culo, de donde brotaba parte del semen de Lucho.

“Esto está a punto”, me reí de su ocurrencia, mientras quitaba la sabana para lamer mi concha, justo en el momento en que sale Lucho del baño. Me dio la sensación que no le agrado demasiado la presencia de Sol, o más bien esa intervención sexual. Se vistió y me dio un beso, apenas saludo a Sol, saliendo de la cabaña.

Nos miramos, Sol levanto las cejas, como diciendo: que se le va hacer, sin dejar de excitarme con su boca.

Si bien nos quedaban dos noches, quería disfrutarlas, no era que Lucho no me atrajera, además había tenido buen sexo con él, pero me encantaba entregarme a los deseos o más bien a esas opciones a las que me hacia Sol.

Nunca se previa que haríamos, pero al iniciar un acto sexual, se iban incorporando variables que aumentaban nuestros deseos amatorios.

Esa noche Sol, buscó apasionadamente mis puntos más vulnerables, llevándome a un estado de total enajenamiento, debo reconocer que era una experta en ese sentido. Con su vibrador, el que aun no me había aplicado me llevo a un estado de descontrol total.

Mientras efectuábamos nuestro acto, súbitamente apareció el perro, posiblemente atraído por esa mezcla de olores muy propios del sexo, para intentar lamerme, lo acaricie mientras la boca de Sol parecía devorar mis genitales, Me arqueaba ante esos impetuosos ataques, y al sentir sus dedos penetrar mi recto. El perro activo su lengua en mi vagina, convidado por su dueña, viendo como su punta roja comenzaba a aparecer. Eso me produjo una sensación de estimulación, así que traté de atraerlo, Sol se percato de mi intención, colocándome una almohada en mi cabeza, acomodando al perro muy cerca, la miré como agradeciendo su proceder, para manotear el bulto del animal, hasta lograr excitárselo.

Pero poco a poco y cada vez con mayor frecuencia, mis manos empezaron a toquetear como en otras ocasiones, su enorme miembro que aún se conservaba oculto en su funda. Mi excitación crecía segundo a segundo viendo cómo ese pedazo de carne que al principio se mostraba tímidamente, poco a poco iba creciendo exponiéndose en su total magnitud. Su pene es hermoso, palpitante y terriblemente excitante, parece tener vida propia. En su punta mostraba pequeñas gotitas de un líquido transparente que parecía ser de preseminal.

Toqué esas gotitas con mis dedos y empecé a extenderlas delicada y lentamente sobre la superficie de aquél hermoso cilindro que de pronto empezó a crecer aún más hasta lograr un tamaño y un grosor francamente intimidantes. Benny temblaba un poco pero permanecía inmóvil, como gozando con lo que le estaba haciendo. Mis manipulaciones siguieron y cada vez aumentaba en mí la necesidad de hacer algo más con ese miembro que me tenía hipnotizada, pero no alcanzaba a definir con certeza qué era lo que quería, así es que solo me dejé llevar por lo que ocurriera en el momento.

Sol no dejaba de lamerme, mirándome cada tanto, al llegar la verga a su total corpulencia, mi lengua empezó a recorrer ese rojo oscuro completamente marcado por un sinnúmero de venas que surcaban su superficie, aumentando mi accionar estimulada por mi amante amiga, empecé a deglutirla de una manera bastante apasionada, sabiendo que mi boca estaba expuesta a la eyaculación del animal.

Esa conexión que se generaba entre los tres, era increíble, Sol sabiendo que en cualquier momento tendría un orgasmo y que el perro acabaría en mi boca, la alteraba totalmente. Mi boca no paraba de mamar ese trozo de carne, que empezó a largar unos chorritos previos, con sabor algo amargo que se sentía algo viscoso que chorreaba constantemente de su punta. Sin embargo, su textura y su tamaño me extasiaban, me atraían irremediablemente y para esos momentos ya me sentía terriblemente empapada y excitada. Mis pulsaciones se habían acelerado al máximo y en ese momento sentía que sensaciones prohibidas y desconocidas salían a la superficie y recorrían mi cuerpo tembloroso. Acerqué mi nariz lo más que pude a ese miembro pulsante y caliente sin tocarlo, su olor era penetrante pero agradable, era como un imán.

Un mundo de desenfrenadas y fantásticas sensaciones recorrían mi cuerpo mientras lo hacía, el sabor de su miembro me gustaba, me enloquecía y perdiendo todo control mi lengua continúo una erótica danza de roces y sensaciones que me transportaron a terrenos fantásticos y desconocidos.

Benny se mostraba quieto, impasible, como si estuviera consciente del placer infinito que me estaba proporcionando. Lo empecé a chupar, arriba y abajo, arriba y abajo, una y otra vez, iniciándose con mi boca una danza erótica de roces y sensaciones fantásticas, de sacudidas y empujones.

Chupé y chupé mil veces sintiendo cómo me atragantaba cuando lo introducía hasta lo más profundo de mi garganta. Sentía mis pechos hinchados y los pezones, mientras Sol no dejaba de comer mi sexo, que sentía el palpitar de mis labios vaginales, hasta producirme un enloquecedor orgasmo.

Cuando de pronto, sus jugos inundaron mi boca ahogándome, lo saqué de ella y observé asombrada cómo potentes chorros de semen seguían saliendo de su miembro una y otra vez, mojando mi cabeza, mis cabellos, mis pechos y mi vientre. Después de varios segundos y de chorros de semen interminables Benny se desprendió de mí, se dio la vuelta y empezó a lamer el semen que se había depositado en mi cuerpo. Creí que todo había terminado, pero no fue así. Cuando su lengua lamió mis pezones, haciéndolos mecer, sentí que una descarga recorría mi cuerpo, cerré los ojos disfrutando esas deliciosas caricias que no había recibido de esa forma, y luego siguió con mi vientre, y posteriormente con mi vagina, introduciendo su lengua. Sol se percato de mi estado de éxtasis, al que había llegado Me di la vuelta y me hinqué sobre el tapete con la cara contra el piso con el trasero levantado, separé las piernas lo más que pude y con mis manos abrí mis nalgas ofreciéndole a Benny el libre acceso a mis partes más íntimas . De inmediato atacó. Su lengua se apoderó de mi vagina y de mi ano lamiéndolas deliciosamente hasta que mi cuerpo literalmente explotaba en mil pedazos en otro descomunal orgasmo que me provocó. Yo jadeaba, me convulsionaba, temblaba y me retorcía, mientras el perro no cesaba de lamer y de transportarme al mismísimo cielo.

Nunca, ni por un instante imaginé los placeres tan intensos que deparaba una relación sexual con un perro, placeres inimaginables que ninguna mujer, en su sano juicio, debería desconocer.


---

Nos despertó Lucho con el desayuno, solo hubo un tibio saludo y nada más, esa fue una manera sutil de cortar esa relación, aunque me daba pena por el chico, pero creo que ya era suficiente. A pesar que Sol me volvió a decir si deseaba estar con él, respondiéndole

“Prefiero estar contigo y Benny, además es la última noche y algo me dice que los prefiero”

Disfrutamos del día, regresando cerca de las 6 pm, me bañe, y me puse mi camisola, para ver algo de TV, ella se tira sobre la cama, y mete su mano bajo mi ropa, frotándome a través de mis bragas mi vagina, así continuo mientras nos besábamos alocadamente. Me encantaba lo que me hacía, y por supuesto que me alteraba totalmente.

Me levantó la camisola para descubrir mis tetas carentes de sostén, sus manoseos y sus chupadas, no solo me estimulaban sino también expulsaba mi leche. En parte sentía un desahogo, dado que las tenía bastante abarrotas.

De repente me dice “Espera un momento y ni te muevas” salió corriendo, y en escasos minutos, venia con tres cachorritos.

La miré sorprendida, y antes de decir palabra me dice “Tranquila mi amor, estaban hambrientos y los traje para que los alimentases” mientras me quitaba mi camisola.

Me tomó tan de sorpresa que no supe que responder, cuando apoya a los perritos sobre mis tetas, e instintivamente se prenden de mis tetillas mamando ávidamente, sentía como sus boquitas succionaban instintivamente de mis pezones, produciéndome un alivio y a su vez una excitación algo morbosa. Sus patitas en momentos arañaban mis tetas, para poder agarrarse y sorber mejor, produciéndome un cosquilleo algo excitante. Los fui tomando para que no se cayesen y continuasen succionando de mis tetillas, mientras los sostenía, comencé a gesticular algunos gemidos tanto de placer como de alivio, eso alertó a Sol que me fue bajando mis calzonetas, hasta terminar desnudándome. Si bien me sentía algo ridículo, por lo que estaba haciendo, sabía que a Sol le encantaba.

Después de rato me hizo colocar en cuatro, agachándome, quedando mis tetas colgando al alcance de los cachorritos que no dejaban de intentar chupar de mis pezones, esa posición trajo aparejado que al verme Benny, comenzó a lamer mi concha, metiendo su lengua lo más profundo que podía. Mis gemidos se hicieron más evidentes, ante ese acoso animal, tanto de los cachorritos que me trataban de agarrar las tetas y meter su boca en mis erectos pezones, como de Benny que no solo me lamia, sino que ya intentaba montarme. Mi amiga me acariciaba, mientras estos animalitos continuaban turbando mi estado, hasta hacerme estallar en un apremiante orgasmo.. Quedé tendida reponiéndome, mientras Sol quitaba los cachorros que aparentaban estar satisfecho, mientras Benny los olía.

Me apoyé sobre el borde de la cama, para estar más cómoda, e inmediatamente Benny subió sobre mis caderas, con su conocido bombeo intentando encontrar mi orificio.

Por supuesto que Sol contribuyo a encontrarlo, pero esta vez fue la otra cavidad, que a pesar de tratar de frenarla, no me dio muchas alternativas. No era que me disgustaba, pero todavía lo tenía algo quebrantado por la intervención de Lucho.

Si bien la verga del perro entra con un tamaño adecuado, rápidamente crece, hasta quedar aprisionada contra las paredes de mi recto.

Me tomaba fuertemente del borde de la cama, mientras el bombeo se hacía más dinámico e impulsivo, hasta sentir que mi cuerpo parecía reventar, aquel cilindro de carne había abierto muy bien las paredes de mi esfínter, llegando hasta lo más profundo de mis entrañas. Ya no me dolía, a cada embestida yo sentía que me elevaba al cielo, los dedos de Sol encontraron mi clítoris y al mismo tiempo era bombeada, sus dedos se encargaban de darme las más maravillosas sensaciones.

Cuando el perro se detuvo, producto de nuestro abotonado encuentro, sentía el palpitar de su verga en mi interior, que entre temblores y convulsiones me vine y mi orgasmo fue lo más grande y maravilloso que haya sentido. Y momentos después se vino él llenando mis intestinos con un torrente de jugos. Pero su bola estaba atascada impidiendo el retiro de su verga, un poco me asusté aunque Sol trató de apaciguarme.

Ayudado por Sol el perro se giró, quedando nuestros culos en contacto, si bien mi figura estaba bastante asediada, por un lado ensartada por el perro y por otro los cachorros tratando de mamar de mis tetas que colgaban por efecto de mi posición.

Mi amiga estaba enardecida, al punto de ponerme su concha bastante rociada por sus jugos vaginales, que no tardo en acercarla a mi boca, sentí una sensación de ignominia, pero a su vez me gustaba, así que como pude mamé de su sexo, por un buen rato.

Después de 15 o 20 minutos el perro se salió, evacuando por mi ano la leche que me había propinado, entregándome ávidamente a satisfacer a mi amiga.

Esa noche fue caótica, donde después de fumarnos un porro, nuestras relaciones fueron intensas para los tres, hasta dormirnos profundamente.

Me desperté algo aturdida con los golpes en la puerta, fui abrirla casi desnuda, cuando vi a Lucho con la bandeja, me miró algo perplejo. Sin decir nada lo tomé del brazo y lo hice entrar, lo besé, noté que estaba algo inquieto, dado que estaba trabajando. Me quité la bata y las bragas viendo mi cuerpo desnudo. Me alzó para colocarme sobre la mesa, abriendo mis piernas, mientras desabrochaba su pantalón blandiendo su erecta verga, lo rodee con mis piernas, apenas guardo su aparato en mi sexo, bombeando con total desesperación, me pequé a su cuerpo hasta sentir su semen depositarlo en mi claustro. Lo bese y sin decir palabra me besó mientras me abrazaba y me pedía que me quedase, nos quedamos así un rato. No tuve un orgasmo, pero solo fue como una especie de regalo que le ofrecí.

“No puedo Lucho, pero te prometo que regresare”

Se fue con lágrimas en los ojos, me dio mucha pena, pero una relación era prácticamente imposible. Cuando cerré la puerta, Sol pareció despertarse,

“Que paso? Pregunto

“Solo trajeron el desayuno” conteste

“OK” me dice y siguió durmiendo.

Cerca del mediodía cargamos todo, regresando a nuestros hogares, prácticamente no hablamos en el viaje, se nos habían terminado las vacaciones, lamentablemente todo tiene su fin. Recordaba todos los momentos vividos y hasta las nuevas experiencias a las que Sol me llevo.

Dos meses después tuve un atraso en periodo.

 
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