Me violaron y fue rico

panzer626

Virgen
Registrado
Dic 29, 2008
Mensajes
55
Likes Recibidos
38
Puntos
18
ME VIOLARON Y FUE RICO

Siempre tuve la fantasía de ser violada, era una de las más extremas e inconfesables que llegué a tener, aunque nunca supe cómo llevarla a cabo de una manera segura, por lo cual decidí olvidarme de eso en favor de otras menos fuertes o arriesgadas. De tiempo en tiempo me acordaba y me acariciaba entre mis piernas moviendo mis dedos de arriba abajo mientras que mi mano libre jugaba en la entrada de mi ano. Tocar mi vagina mientras fantaseaba era tocar el cielo; en mi mente yo era violada casi siempre en grupo por chicos guapos en alguna fiesta, a veces frente a más personas sin que pusiese nada de resistencia.

Mi cuerpo es normal, no tengo las tetas más grandes o más pequeñas que he visto, peso lo normal para una chica de 26 años y 1,60 de altura, sin sobrepeso pero tampoco delgada fitness como las chicas que veo en los videos porno, aunque eso quedaba en segundo plano con mi pelo claro, largo y liso, además de mis ojos color miel, eso le encantaba a los hombres y me gustaba que les gustase.
Ese día me tuve que quedar hasta tarde, casi noche, en la oficina donde trabajo junto a Ana, una jovencita de 18 recién cumplidos (era su primer trabajo) para ordenar unas facturas antes del feriado largo que venía. Ana era hermosa, casi como una gimnasta rusa, virgen según me había confesado días atrás, aunque con algunos pretendientes.

Eran alrededor de las 21:00 y estábamos por irnos cuando Ana se ofreció a ir a preparar café cuando sentimos que alguien abría la puerta. Me pareció raro, como que algo pude intuir, así que le dije a Ana que le pusiera seguro a la puerta mientras yo iría a ver.
Apenas salí de la oficina sentí sonar el seguro de la puerta mientras veo a la distancia la silueta de un hombre en la oscuridad. Una mano me toma del cuello por la espalda y me arroja dentro de otra de las oficinas. Nos habían entrado a robar y no había nadie cerca. Estábamos solas a merced de lo que quisieran hacernos esos tipos, ya que no había nada de valor en el lugar.

Me dio una cachetada y me amenaza para que me quede quieta y en silencio. No me quedó otra más que cooperar y abrir las piernas para que pudiera tocarme bajo la falda. Su mano arrancó mi calzón de un solo movimiento y yo no pude evitar mojarme. Sus dedos empezaron a recorrer mis labios mientras los separaban con la intención de entrar y recorrer mi vagina por dentro. Estaba resignada a que un desconocido me metiera el pene sobre el escritorio del colega que me gustaba, cuando en eso entró el otro tipo para decir que no había nada que valiera la pena pero había una puerta con llave.
Entre ambos me desnudaron de la cintura hacia abajo y apenas lo lograron, me obligaron a terminar de quitarme la blusa y el sostén mientras ellos se quitaban la ropa. Yo sólo les suplicaba que no me hicieran daño y prometía cooperar y aceptar cualquier orden que me dieran. El tipo que me encontró fue el primero en meterme su pedazo de carne. Lo tenía grande, uno de los más grandes que me han metido. Yo ya estaba mojada, es una respuesta natural del cuerpo ante la situación y la adrenalina según me dijo la psicóloga después, aunque en mi percepción, el sentir su miembro apuñalando mi concha, me hizo razonar todo de otra manera; decidí portarme bien para que no me hicieran daño y moverme como puta en celo para hacerlos acabar rápido y terminar con el suplicio lo antes posible.

Me tenía boca arriba, acostada sobre el escritorio a piernas abiertas. Yo movía mis caderas como una hambrienta de sexo para que fuera luego el turno de su compañero y se largaran. Perdí de vista al segundo tipo unos instantes, los necesarios para que volviera con Ana, a la que traía del pelo mientras lloraba. Se felicitaban entre ellos por tener otra chica para penetrar cuando les supliqué que la dejasen en paz. Ellos accedieron de mala gana, más que nada para que dejásemos de gritar. Siguieron conmigo mientras hacía que Ana viera todo; me violaron frente a mi amiga y aunque la situación fuese chocante, los 4 estábamos calientes a más no poder. El turno del segundo tipo llegó inmediatamente después de que el primero llenase mi vagina con su leche; él tenía el pene más pequeño, más que el de mi ex novio, por lo que moví mis caderas lo mejor que pude para hacerlo acabar rápido.
No me funcionó, el plan de ese tipo era otro. Me la metió tanto y tan fuerte como quiso, durando más que el anterior. Poco antes de acabar, sacó su miembro de mi concha y me lo clavó en el ano. Yo gemía como una verdadera puta, tanto que parecía el acto más consensuado del mundo cuando la realidad era que estaba asustada y caliente.

Estaban empezando a desnudar a Ana cuando la policía llegó; mi amiguita había alcanzado a pedir ayuda y esta llegó justo a tiempo. Yo por mi parte, fui violada vaginal y analmente frente a otra chica y realmente lo disfruté.
 
Arriba Pie