Me Hace su Puta 01

heranlu

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Fabián, mi esposo, me plantea un día que un sobrino suyo quiere pasar unos días de vacaciones en nuestro hogar. Le digo que no hay problema con eso, que estaba de acuerdo siempre y cuando no se extralimitara de tiempo ya que estoy súper acostumbrada a estar sola en casa y andar a mi gusto en ella.

Pues bien, llegó el chico llamado David, hijo de un medio hermano de Fabián y que sabía yo que era algo pendenciero, medio patán. Pero bueno, no podía negarle a mi marido una petición como la que hizo. Así, instalé al chico en el cuarto de huéspedes. David era un joven de 18 años que se encontraba de vacaciones de la Universidad, delgado y de agradable aspecto físico, salvo su conducta que me producía cierta desconfianza, aparte que me miraba cuando podía de manera licenciosa.

Llevaba ya dos días David en casa, yo tenía que controlar a mi perro Papi para que no se lanzara a mi sobrino. En una oportunidad, sirvo el almuerzo y llamo al muchacho varias veces y este no me responde. Decido ir hasta su habitación y abro la puerta sin tocar, encontrando a David desnudo acostado masturbándose en la cama:

-¡Ay Diosss! Perdón David... Debí tocar, ¡qué pena! -Y me volteé rápidamente, saliendo y cerrando la puerta de golpe.

Me puse roja como tomate, sentí vergüenza por haberlo visto así y haber sido tan indiscreta de irrumpir de esa forma en su cuarto. Estoy acostumbrada a ver hombres desnudos, pero este era el sobrino de mi esposo, no sé. Al rato se apareció en la cocina como si nada, y en toallas, yo estaba aún ruborizada y no le veía la cara mucho, pero el muy descarado se sentó y le reclamé:

-David, en la mesa uno no se sienta en toallas, okey? Anda y vístete para comer.

-¡Bah tía! ¿Eso qué importa? Total, ya me viste encuerado, ha ha ha. Estamos en total confianza...

-Ya te pedí disculpas por eso, ¡mas no me gusta que abuses de mi confianza, muchachito!

-¿Abuso? Abusadora tú que entraste a mi cuarto así no más, sin avisarte primero.

-Mira David, estoy en mi casa y acostumbrada a estar sola mucho tiempo... La verdad cometí ese error, pero acá las normas las pongo yo, ¡y no me faltes el respeto! Además, ¿qué hacías masturbándote ahí? ¡Vete al baño chico!

-Pues me hacía la paja pensándote, esos chores y blusita que cargas me traen a mil...

-¿Qué dices? Pero buenooo ¿qué groserías son esas, ah? Respeta es la cosa que te doy una trompada...

-No te pongas brava Verónica, pero es que me gustas mucho, estás buenísima y tienes una carita de puta, de zorra que tan sólo verte se me para, mira, mira...

El tipín se quitó la toalla y quedó con su falo erectote ahí al lado del mesón de la cocina, yo me quedé muda, no sabía cómo actuar. Entonces se acercó a mí, me tomó por los cabellos y me empujó hacia abajo, no ofrecí resistencia, creo que estaba impactada por muchas cosas al mismo tiempo... Era el sobrino de mi marido y mi sobrino político por tanto, era un abusador que sin más me agarraba a la fuerza para forzarme a chuparle el pene, su desnudez y descaro, su verga ahí deseosa por mí... Todo era confuso en mi mente, pero me dejé llevar por mis bajas pasiones y sus órdenes:

-Vamos perra, bésame el güevo... Veo en tu cara las ganas que tienes de lamerlo y chuparlo, vamos ¡obedece puta de mierda!

Sin decir media palabra le comencé a besar su virilidad para luego acariciarla con mis manos y lengua, estaba poseída, atontada... Después de ello inicié la mamada, chupaba su glande para ir introduciéndome el resto de su carne palpitante en mi boca, el chico se lo gozaba y echaba su cuello para atrás. Allí estaba yo, sometida por el sobrino de mi marido y disfrutando de su rica herramienta joven que, al ratito, se vino en mi garganta:

-Aaaahhh, aggghhh, coño qué vaina tan buena, agh ¡puta, sabía que eras una puta! Todo el tiempo lo supe, ha ha...

Se reía mientras yo me puse de pie y busqué una servilleta para limpiar mis labios. Medio molesta, pero saboreando esa leche masculina que me encanta, lo encaré:

-Mira David, esto no debió haber pasado ¡fue un momento de locura, pero hasta aquí! No podemos andar haciendo este tipo de cosas por razones de sobra, además somos familia y...

-¿Familia? -Me interrumpió el flaco de marras- Que yo sepa soy familia de mi tío, pero tuya no, ha ha. Además, me mamaste la polla como toda una experta y no opusiste resistencia... Así que calladita y no digas bobadas, desde hoy y mientras esté aquí te voy a poner a mamar cuando se me plazca, además, te voy a coger y hacer mi mujer cuantas veces quiera, entendido?

-¿Pero qué te has creído zagaletón? ¿Qué, vas a venir a darme órdenes en mi propia casa y someterme como si fuera una noviecita tuya? Estás muy equivocado...

-Equivocada estás tú, pedazo de perra... Yo ahora soy tu marido sustituto y me vas a obedecer, y verás que te gustará cómo te follo toda, hahaha.

Sentí ganas de traer a Papi para que le diera una paliza, pero reflexionando bien, podría causarle mucho daño y tampoco era para tanto. Me acerqué para abofetearlo, pero David fue más rápido y me agarró fuerte, tratando de besarme, quitaba mi cara hasta que sentía que me faltaba el aire y me hizo bajar la guardia... Metió su lengua en mi boca y yo empecé a corresponderle, eran besos lujuriosos, desenfrenados, me hacían sentir tan bien... Luego se apartó un poco y me desvistió, me tocaba y magreaba por todos lados, sus ojos brillaban ante mi cuerpo que se sometía a sus deseos carnales:

-Aaahhh tía Verónica qué buena estás... Eres una maravilla, una delicia, una verdadera ricura... ‘Cómo debe gozar el tío contigo! Pero ahora me toca a mí, si supieras las veces que me he pajeado imaginándote así, desnudita, mamarme la pija, metiéndotelo, ushhh, ussshhh...

-Ummm, esto no está bien David, no, no... Mmmmm…

-Gózalo nena, dedícate a disfrutar ahora nada más porque te voy a dar duro ¡cómo te debe gustar!

Me acariciaba toda sin dejar una parte de mí que no hurgase, apretaba mis nalgas, me besaba el cuello, metía su lengua en mis oídos erizándome la piel, mis tetas las mamaba, succionaba mis pezones y me los ponía paraditos, bajaba besando mi ombligo, mis muslos, pantorrillas... Me dio vuelta y subió moldeando con su boca y manos mi parte de atrás. Después se sentó en el piso para chupar y lamer mis pies, mis deditos, mmmm, eso me causó un mini-orgasmo fenomenal... Me cargó y sentó sobre la mesa para meterse de lleno en mi vagina y darme chupadas y roces de lengua que causaban mi delirio:

-Aaaahhh, mmm... divino amor, chúpame así, tan rico... Mmmm ¡te deseo!

Y exploté en orgasmos supremos, ¡Diosss! Con algo de furia por la excitación de ambos, pegamos nuestros cuerpos viéndonos ávidos de coger, así que tomé su palo y lo introduje en mí, para que empezase a darme duro tal cual lo prometió:

-Aaagggh, ayyy, duro así... Dame fuerte amor, cógeme como querías hacerlo siempre, ahora estoy a tu servicio, a tu disposición, agghhh... soy tu hembra, tu posesión, tu perra...

-Sí, eehhh, sí... Divina, ahhh, mi perra, mi puta tía que goza como me la cojo... Ahora eres mía, mía... Ahhhh... Te cojo mejor que el tío, verdad?

-Ayyy si mi amor, tu verga es más divina y me penetra mejor que la de tu tío, ocupa toda mi cuca, aagghhh, ahora sólo quiero tu pene para que me haga su esclava, amo tu vergota, dame durísimooo, aaagghhh...

Me vapuleó en esa posición un ratote, luego me cargó hasta llegar a la pared donde apoyé mi espalda y seguía siendo clavada por la verga tiesa y joven que me arrancaba gritos, aullidos, hasta que se produjo su eyaculación en conjunto con otra acabada mía majestuosa. Entonces me tomó fuerte por la cara, me besó y me tiró a un lado:

-Ufff, eres toda una puta de lujo... Ahora me voy a bañar y tú te vienes conmigo que estás full de leche, haha ¡Perra sucia!

Como esclava sumisa me fui con él hasta su baño, allí lo enjaboné y limpié, me puso a mamársela de nuevo hasta chorrearse en mis senos, salió y me dejó para que me duchase y lavase. Salí yo, me fui a la cocina a recoger mi ropita mientras David comía y leía una revista sin casi dirigirme la palabra. Me fui al cuarto y me acosté a dormir, algo aturdida por todo pero satisfecha.
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Amanecí algo confundida por haber tenido sexo con el sobrino de mi esposo... Daba la sensación de algo malo que ese chiquillo me hubiese hecho suya así, y de paso tratado de forma tan dominante y como un trapo, pero al mismo tiempo resultaba excitante, emocionante, ser tomada así. Me recordaba de mis experiencias en mi casa de playa, sólo que había el ingrediente de que me daba pena o cargo de conciencia que ese carajito, familia política mía, me hubiese hecho su mujer. De paso, cuando me veía me hablaba lo necesario o me ignoraba, pasó ese día completo sin tocarme o al menos intentar cogerme nuevamente, eso me molestaba mucho hasta que lo encaré en la biblioteca al tercer día:

-¿Y se puede saber a ti qué te pasa? ¿Acaso estás bravo? ¿No te parece que la molesta debería ser yo por lo que pasó?

-¿Molesta? Te lo gozaste como yo... ¡Así que no hables tonterías! Y te trato como me plazca, okey? Eres mi esclava sexual y punto, una perra que tomo cuando quiero...

-¿Ah sí? Con que esas tenemos... Soy una esclava y tú mi dueño y señor, hahaha... ¡Qué estupideces dices! ¡Vaya engreído que eres!

-Pues sí, me perteneces desde que te cogí y para siempre... ¡Eres mi mujer, mi objeto sexual!

-Ay ya David, deja de hablar zoquetadas... Lo que pasó no te da derecho sobre mí, nadie es mi dueño, ¡ni tu tío que es mi esposo me habla así o me puede controlar!

-Hahaha, me imagino la de veces que debes haber cogido con otros siéndole infiel al cabrón de mi tío... ¡Eres más puta que una gallina, Veroniquita! Si dejaste que te cogiera y lo disfrutaste, ¡qué será con un extraño que te muestre la verga! Hahaha.

-¡Definitivamente no tienes modales! Eres un grosero y un imbécil, hace falta te den una buena paliza para que aprendas...

-Hahaha, lo que me hace falta es una buena mamada... ¡Ven aquí y chúpame el pene!

Bajó su short y bóxer, se sentó en la silla ejecutiva frente al escritorio, dio una pequeño giro y me hizo señas con su dedo índice. Yo como boba, actuando como si su pene fuera una flauta mágica que me hechizaba, aunque con cara de bravucona y ceño fruncido, me acerqué, me arrodillé tomando su tranca con mis manos viendo cómo me observaba triunfante con cinismo al saberme puta y adicta a mamar miembros viriles. Se la meneé un rato mientras mi boca se hacía agua, y procedí obediente como verdadera esclava, metiéndomela en la boca de forma golosa, a iniciar unas chupadas con verdadera vehemencia. Me sentía usada, humillada pero al mismo tiempo excitadísima, caliente...

-Aaahhh tía Veronica, qué boca más sabrosa tienes... Mamas como ninguna otra puta me la ha chupado...

-Mmmgg, mmmm... -Era el sonido que yo emitía mientras me daba el gustazo con aquel tronco mojado con mi saliva y su babita.

David me la metió hasta la garganta quedándose así unos segundos, yo soportaba como lo sé hacer muy bien por mi práctica de años, amén que me enardecía su rico pene. Luego me la sacó de la boca y se vino, arrojando cualquier cantidad de su simiente en mi cara, para después, sobre la corta blusita que cargaba, meter su falo y regarme leche en medio de mis senos:

-Aaaahh qué delicia putita... Te aseguro que te voy a coger las tetas en estos día, me haré una paja con ellas, hahaha.

Me paré acomodando mi blusa, me senté sobre el escritorio y le pregunté al sobrino:

-David, ¿cómo es que teniendo tan sólo 18 años sabes tantas cosas sobre el sexo, sobre mujeres?

-Te cuento que tengo una vecina poco mayor que tú que desde que tuve 15 años me dio culo... Desde allí me la cojo hasta la fecha y me enseñó muchos trucos y cosas del sexo, hasta unos videos educativos de cómo hacer el amor a una mujer vimos juntos, poniendo en práctica lo aprendido... ¡Ese es mi secreto! Pero siempre imaginaba que era a ti a quien cogía, que algún día probaría todo lo que sé con tu hermoso cuerpo, y con esa cara tan linda pero de zorra que te gastas! Hahaha. Y ya ves, por fin lo logré... Y había dejado pasar tiempo sin tocarte para llenar más de semen mis bolas, y que tú sintieras que extrañabas mi verga... Pero quiero que sepas que me provoca cogerte a cada instante que pasa, ¡eres una diosa! Y la vida me premia con tu putería...

-¡Caramba, me sorprendes chico! ¡Qué cosas! Y no sé exactamente qué me pasó pero me provocaste y bueno, cedí... ¡Pero esto es algo que debe quedar siempre entre nosotros, David! No me perdonaría que tu tío Fabián, que tanto te quiere y quiere a su hermano, se enterase de lo que ha pasado... Yo amo a mi esposo y no quiero que sufra por mis andanzas alocadas!

-Ah ves? Sabía que eras putaza tía Veronica, hahaha. O sea, te has acostado con otros hombres aparte de mí y de tu esposo, eh?

-¡Eso no es problema tuyo! Así que ya, hasta aquí la conversación...

-Mmmm, te recuerdo que quien dice "hasta aquí" o da las órdenes soy yo, okey? Ssss, mamacita, te quiero coger por ese culote que tienes, mmmm, anda... ¡Desnúdate y dame el culo!

Cuando el carricito de marras me da órdenes, parezco una soldado y él un General... Mi suiche de puta se pasa ipso facto convirtiéndome en una sumisa que hace lo que diga David, quedo a su merced y me pongo de forma autómata como prostituta barata. Me quito la ropa, las cholas y encueradita coloco los brazos y manos sobre el escritorio, separo algo las piernas y espero ansiosa que el taladro del sobrino ensanche mis esfínteres para darme placer extremo.

-¡Para un poco más ese culo, perra! -Me gritó...

Junté mis piernas lo cual me permitía elevarme tantito, allí mi macho dominante con su manguera bien erguida metió su glande y luego el resto para sacarme un alarido:

-¡Ay! Coño bruto me duele así, rústicooo... Aaahhh.

-¡Chilla perra! Hahaha, nada de contemplaciones contigo... Ese culo está estrechito, mmmm, divino nena... ¿Te duele? Sufre pues, toma, toma...

-Aaaay David, nooo, ay, ahhhh... Me rompes, ¡me duele mucho! -Ya estaba yo aullando cual loba...

-¡Ajá, me excita que te duela! ¿Te doy más duro entonces, puta?, ¿eso quieres? Más duro, ah?

-Aaayyy siiii, coño, siii... ¡Dame duro, cógeme, métemelo rudo y demuéstrame que eres quien manda, que mi culo te pertenece!, gózame y hazme gozaaar... Soy tu mujer, tuya mi loco, cógeme, poséeme a tu manera...

-¿Te gusta más mi verga que la de mi tío, ah? ¡Dime mujerzuela!

-Sí, sí... Tu verga es la mejor que me han metido en mi vida, ah... La de tu tío no se compara con la tuya que me ocupa todita, ay... ¡Fustígame por favor!

Ya estaba en shock de éxtasis, sólo quería que ese carajito me diera durísimo y me hiciera llorar y acabar... La lujuria y la depravación las tenía en el tope, cómo disfrutaba ser sodomizada, mmm. Así me culeó David, insultándome, burlándose de su tío Fabián porque ahí estaba su bella esposa llevando palo parejo y temblando de satisfacción, de deleite, siendo follada por otro hombre... Me golpeaba de vez en cuando en las nalgas y muslos, sentía desmayar del placer intenso, ¡era demasiado mi enardecimiento! Entonces me echó los polvazos dentro de mi colita que me hicieron acabar y ver nublado, me dejó su herramienta portentosa un rato allí ensartada mientras yo desfallecía y me quejaba regocijándome a la vez del gustazo que había sentido:

-Ay David, ay papito ayyy... Me dejaste el culo full de tu leche... ¡Qué mega-cogida más deliciosa me diste, guaooo, eres bárbaro!

-Hahah, ¿ves que al principio llorabas como gafa y ya luego te la gozaste? Eres toda un hembra ardiente que sabe disfrutar del sexo como sea y por donde sea... ¡Y con quien sea!, hahaha.

Se separó, me di vuelta y me tomó para besarnos hasta el hastío... Allí me dijo prepotente:

Ya está bueno, déjame en paz, ve a lavarte... Si sigues aquí te voy a querer penetrar de nuevo, y necesito recargar mis testículos de bastante leche para echártela donde yo quiera... ¡Vete pedazo de puta!!

Me fui indignada por el trato que otra vez me proporcionaba despectivamente David, me daba rabia pero me encendía también, mas lo entendía y asumía mi rol... Era su puta esclava y disfrutaba demasiado siéndolo, él se sentía el macho que me tenía a su antojo y yo su hembra que lo complacía con tal de que me cogiese como excelente patán delicioso que es con su apetitoso pene.

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Ya eran las últimas horas de David, mi sobrino político, en mi casa. Al siguiente día mi esposo lo llevaría de nuevo con su familia, terminando sus vacaciones acá. Sentía entre nostalgia y alivio pues me daba siempre miedo que en algún momento Fabián, mi maridito, pudiese percatarse de que algo ocurría entre el chico y yo. Pero por otro lado, esa forma de tratarme tan berraca y sus cogidas habían sido maravillosas, haha. Me gustaba y excitaba ser usada como perra esclava en mi propio lar... Lo cierto es que esa mañana, previa a su partida, David se acercó a mi habitación donde yo leía revistas:

-¡Buenos días putita! ¿Cómo está la más rica de todas las mujeres?

-Hola David, aquí, leyendo.

-Ya te veo. Mira, ¿qué tal si vamos al parque a trotar un rato?

-Mmmm, bueno, es excelente idea. ¡Me cambio y vamos!

-Ok, vístete aquí frente a mí, quiero verte desnuda para que se me empiece a alborotar todo, haha.

-¡Gafo! haha, veme entonces pues…

Me desnudé mientras me veía David, se sacó el pene y se lo tocaba suavemente como para no acabar. Yo me hacía la loca para no brincar a mamárselo, supongo tendría otras ideas en mente pues me hubiese exigido que se lo chupara, así que me vestí con mis atuendos deportivos y nos fuimos al parque. Ya teníamos rato trotando y observamos a dos negros, pero bien negros, sin franelas y haciendo ejercicios a un costado de la pista de trote, no pude evitar quedarme viendo los cuerpazos de los tipos, ¡y sus abdominales que eran regios! David se percató y me dijo con sonrisa maliciosa:

-Qué, ¿Te gustaría que te follaran esos dos? Casi se te sale la baba al verlos, haha.

-Ay chico, te pareces a mí con el sexo todo el tiempo en la cabeza, hahaha ¡Pues están para chuparse los dedos te diré!

-¿Ah sí? Vaya que eres puta tía Veronica, seguro te imaginaste pegada en sus vergas como una becerrita. Uff, acabo de imaginar que te veo penetrada por esos dos, ¡me da calentura eso!

Volteo y lo veo asombrada.

-¡Caramba! ¿Te excitaría verme cogida por otros? Mmmm, qué bien, hehehe.

-Uff sí -Y se tocaba el miembro por encima del pantalón -Te debes ver esplendorosa gozando con esos negros dándote duro. Luego yo te cogería también y ah, ahhh, ¡estoy por acabar!

Y el muy cínico acabó, noté como embadurnó el short que traía puesto, ¡estaba de a toque el carajito!

-¡Qué desperdicio! Botar esa leche frente a mí. -Y lo miré despectivamente.

-Bueno, ¿y qué hacía? Había guardado mucho semen para dártelo y ves lo que pasó, en gran parte por tus puterías.

-Hahaha, eso te pasa por ahorrador, habiendo tanto donde obsequiármelo.

De repente, David enfiló hacia los negros. Se puso a hablar con ellos, noté que me miraron los tres al mismo tiempo y seguían charlando. Yo continué la marcha lentamente, a la expectativa. Luego, el chico y los dos tipazos se aproximaron hasta mí, David me los presentó y me dijeron ser unos dominicanos que estaban acá en mi país en unas competencias de atletismo, las cuales habían concluido pero decidieron quedarse unos días adicionales para disfrutar de un buen descanso y conocer. Mi sobrinillo les dice entonces:

-Miren, ¿qué tal si vamos para la casa? Allá mi tía les puede brindar un jugo natural de fruta que lo hace muy rico, ¿qué les parece?

-Si si, cómo no, vamos gustosamente -Dijeron muy entusiasmados los hombres.

Quedé un rato impávida, sin hallar qué decir. Por ello, uno de los negros comentó:

-Parece que a tu tía no le gusta mucho la idea, eh?

-No, no eso. Realmente pensaba si tenía frutas allá en casa o tendría que comprar algunas, pero nada que ver, ¡soy anfitriona aquí en mi país y no les voy a hacer un desplante! -Solté esa para no quedar mal, y ya de todas formas imaginaba hacia dónde soplaba el viento.

Nos dirigimos a mi casita, allí busqué entre las frutas e hice un batido de lechosa. Les llevé los vasos a los tres varones, yo tomé otro y nos pusimos a conversar en la sala. No dejaba de admirar esos cuerpazos fibrosos de los negros, mmmm, me encantan músculos no tan grandes pero sí bien definidos. Y ellos me veían sin recato, ¡cosa que me agradaba de más! Entonces les ofrecí que se dieran un baño, les traje toallas limpias y fueron a ducharse. Mientras, David y yo quedamos a solas.

-Vaya tiíta, creo que te gustan mucho los negros esos, ah? ¡Veo que te los comes con la mirada!

-Eeehh, esteee. Están como te dije muy buenos, ¡tienen unos cuerpos de infarto!

-Haha, entonces si tanto te gustan, deberías insinuárteles para que te cojan. ¡Anda!, ponte bien putaza con ellos que quiero ver que te les entregas.

-¡David! Quédate quieto.

-¡Sssh! Lo tengo como una roca. ¡Te vas a dejar coger por los dominicanos y me voy a gozar una porno real, en vivo y directo! Haha.

-Ahí vienen, calla, calla.

Los condenados llegaron cubiertos sólo por las toallas, explicaron que lavaron sus ropas sudadas y esperaban que se les secase tendidas en el baño, que si no habría problema con ello. Yo, impactada por esos dos y la situación que empezaba a subirse de tono, les dije que no se preocuparan, que estaba bien. Así se sentaron en el sofá de tres puestos y el loco de David lanzó una de las suyas:

-Tía Veronica, tomándote la palabra de que eres excelente anfitriona, los muchachos me dijeron en el parque que no habían tenido el placer de acostarse con una Argentina, y que las mujeres de acá les parecían hermosísimas y sensuales. Así que mi idea fue presentártelos y convidarlos para que tú te encargues de darles atención VIP, ¡de esa que conoces y manejas a la perfección! Me preguntaron si estrías realmente dispuesta y les aclaré que sí, que mueres porque te cojan y bien cogida, haha ¿Verdad putaza que te portarás bien con los extranjeros?

Miré fijamente a David unos segundos, luego fui y me senté entre los dos tipos, ellos empezaron a alabarme, decirme primero palabras hermosas en cuanto a mi belleza, para luego tornarse más primitivos e iniciar, entre palabrotas y groserías, a tocarme, besarme. Me desvistieron quedando como Dios me trajo al mundo a disposición de aquellos leones hambrientos que no dudaron en lamerme, acariciarme, mordisquearme. Se quitaron las toallas que cubrían apenas sus sólidos y tallados organismos atléticos para restregarme sus falos que sentía durísimos y de buen grosor, circuncidados dejando ver sus cabezotas moradas que me hacía la boca agua. Yo me gozaba aquello, les rozaba los abdominales a cada uno suspirando al percibir esas escaleras, ummmm. No dejaba de disfrutar cada toqueteo que con cualquier parte de sus figuras de campeones me proporcionaban. Uno de ellos se introdujo de lleno a chuparme la vulva mientras el otro succionaba de forma candente mis preciados pechos. A tres metros, David nos observaba extasiado, ¡como en trance! Al poco tiempo tuve mis orgasmos simultáneos usuales de cuando mi excitación está en punto máximo, separé al negro que me dio ese gustazo de comerse mi vagina y clítoris para besarlo absorbiendo mis jugos. El otro negrazo se entretuvo con mi espalda, hasta tomarme por las piernas y colocarme de rodillas sobre el mueble, para lamer mi culo con euforia, pasando luego e meterme un dedo en la cuca y otro por el culo. El tipo que le acompañaba me puso el miembro divino en la puerta de mi boca, que se abrió golosa para recibirlo y engullirlo, dándole mis mejores mamadas mientras los dedos del otro dominicano me provocaban otro orgasmo:

-Aaaahhh, negro divino, méteme tu polla por favor, cógeme sin piedad te lo ruego.

El bicho enfiló su machete afilado hacia mi cueva que lo esperaba anhelante, lo metió y me empezó a dar durísimo mientras yo seguía mamando y manando el palote de su compañero. En eso estuvimos gozando hasta que el negrote que me cogía acabó inundándome con su leche tibia; al otro le provoqué su acabada con pasaditas rápidas de lengua sobre su glande, tragándome su simiente con todo placer para luego limpiárselo y restregarlo sobre mis tetas.

-Guau, esta chica es dinamita pura. ¡Mira que puta es mi hermano! Como mama y se traga la esperma, eh? Hahaha.

-Es que me encanta la leche de macho, haha –Dije toda zorra.

David, que estaba como loquito, se aproximó pidiendo que se la chupara a él. Me la metí en la boquita pero quizás dos o tres chupaditas le di para que el carajito me regalara sus fluidos ricos. Los negros se reían, decían que era una tragona de lefa bestial, la reina de la lefa. Cuando traté de sentarme, a quien se la había mamado me tomó, nos pusimos de pie y me ensartó así, luego me encaramé en sus caderas rodeándolo con mis piernas para recibir sus fustigadas hasta que el otro gladiador de color se aproximó, buscó mi ano y me la logró meter. Ambos me vapuleaban de lo más sensacional, aquello era el clímax, dos vergotas hinchadas dándome simultáneamente sus rigideces tan ricas. ¡Diosss, que ultra cogidas más calientes recibía! Llenaban mis dos agujeros y me daban y daban, yo tenía orgasmo tras orgasmo delirantes. De allí decidieron intercambiar, pero esta vez uno se sentó clavándomela en el ano, yo de espaldas a él. El otro, me la metió por la vagina mientras magreaba mis senos, no había experimentado la doble penetración en esa posición lo cual me hizo explotar en llegadas sublimes. Me dieron con todo, yo gritaba como poseída, David como pudo, se paró en el sofá de un lado y me hizo chupársela, tenía tres vergas en mí ser, ahora eran mis tres cuevitas las rellenas de carne de macho. Así me tuvieron hasta que los negros acabaron, se separaron y mi sobrino político quiso darme por el culo el cual tenía ensanchado de tanta vergota recibida, pero igual mi sensibilidad estaba casi intacta. Por tanto, el guevo de David lo pude percibir taladrándome hasta llenarme también los intestinos con su simiente. Caí derrotada, casi sin aliento, los tres machos también sudaban y tan sólo les oía bufear. Pues de allí, nos duchamos para iniciar otro festín de sexo en el cual los tres se turnaban para cogerme por todas mis entradas húmedas, yo daba alaridos, me ardía deliciosamente todo. Ellos me insultaban, me mordían, me chupaban, Volvió a poseerme el trío por todas mis cavidades ¡uff vaya bestialidad sexual aquella! Yo pedía verga y ellos me complacían encantados. Cuando por fin todo concluyó, los negros se vistieron y se fueron, David me habló sobre la experiencia alucinante que había vivido por primera vez en su vida y que esperaba que a partir de esas vacaciones, yo siguiera siendo su mujer mientras pudiéramos, que él me quería seguir dominando como mi dueño y señor, lo cual acepté dándole un besito sobre su pene.
 
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