Me Gusta Calentar

heranlu

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Ago 31, 2007
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Hola, mi nombre es Alisa. Tengo 18 años recién cumplidos y soy fanática de hacer ejercicio. Me gusta mantenerme en forma, así que mi padre convirtió el sótano de la casa en un gimnasio, ya que tanto él como mi madre, también les gustaba, aunque debido al trabajo de mi madre, no le daba mucho tiempo de pasarse por ahí.

Ella es asistente empresarial y siempre anda viajando con su jefe. Mi padre muchas veces le ha dicho que no necesitaba de ese trabajo, que él fácilmente nos mantenía.. y era verdad, él es socio de una empresa de construcción bastante grande aquí en la ciudad y su trabajo le dejaba mucho dinero.

Yo estaba en el primer semestre de la universidad, pero como estábamos en lo que se llama semana santa, estaba de vacaciones, así que estaba relajada en la piscina cuando escucho que mi padre llega bastante molesto, gritando por teléfono sobre un empleado incompetente que no sabía redactar unos informes bien.

A mí no me gusta escucharlo gritar, así que me levanto y me acomodo mi pequeño bikini antes de colocarme una bata encima un poco transparente. La verdad yo no tenía ni intención ni idea de que lo que iba a pasar los siguientes días.

Entro a la casa y saludo a mi papá con la mano, pero él me ignora y sigue gritando por teléfono. Está rojo y sus venas se le ven en el cuello, así que voy a buscarle un vaso de limonada que hice y unas galletas que sé que le gustan.

Él va hacia su estudio y se sienta, viendo hacia la ventana sin dejar de hablar. Cómo una buena hija le coloco la bandeja de galletas pequeña y la limonada.

-Gracias hija.- susurra antes de seguir con lo suyo y yo me giro, golpeando con mi cadera una pelota de tenis que se mete debajo del multimueble. Que estúpida soy a veces.

Me pongo de rodillas y la busco con la mirada, maldiciendo entre dientes cuando la veo algo lejos. Cómo puedo meto mi delgado brazo, lanzando mi cuerpo hacia el frente hasta que estoy prácticamente pegada a la madera. Mis dedos tocan la pelota y siento un frío tirar mis nalgas antes se sentir la vergüenza sonrojar mi piel. Mierda.

La tomo y la saco, levantándome de inmediato, con un silencio en la habitación. Me giro buscando a mi padre y lo encuentro con su teléfono pegado a la oreja y con la mirada en la ventana. Uff, no me vió.

Coloco la pelota en su lugar y mis ojos se van hacia su entrepierna, sintiendo de la nada como mi vientre vibra de exitación y mis jugos mojan a la tela.

-Voy a... Ya me voy.- me despido y el no me dice nada. La imagen de su bulto me detiene fuera de la habitación y me siento no solo enferma, sino también sucia por lo que mi cerebro envía a continuación..

La imagen de mi padre de pie frente a mí, con su verga afuera y exigiendome que me la coma, lo cual hago con ganas, chupando con ansias y tragandome su leche cuando se viene en mi boca.

Con calor corro hacia mi habitación y me niego a tocarme.

Solo fue el calor del momento. Mis hormonas están alborotadas.

****

Al día siguiente bajo con mi outfit de ejercicio. Un pequeño short de licra y un sostén deportivo. Entro a la habitación y me sorprendo al ver a mi padre levantando pesas. Mis ojos se van hacia su entrepierna y me siento sucia de nuevo.

- Bendición, papá.- apenas la pido me imagino el porno que busque anoche sin querer queriendo.

-Dios te bendiga hija.- me responde con una sonrisa.- No me vas a dar mi beso de buenos días.- sonrojada camino hacia él, sin dejar de recordar cómo me masturbe en su nombre en la noche.

-Buenos días.- susurro y lo veo colocar la pesa en su lugar cuando me acerco, colocándome entre sus piernas para darle un beso, que queda cerca de sus labios. Ideas estúpidas se que cruzan por la cabeza, como sentamre sobre él y pegar mi trasero a su verga que tanto quiero en mi boca y en mi coño. Tengo tantas ganas de tenerlo dentro de mí que tengo miedo que mi exitación se note en la tela de la licra, ya que es lo único que cubre mis partes.

- ¿No vas a calentar? - pregunta mi padre cuando ve que voy usar la caminadora.

-No es necesario. No voy a empezar a correr de una.- mi padre se levanta y mis ojos se efocan en el sudor que baja por sus brazos. Tiene una camiseta, la cual se quita, dejando que me pierda en el cuerpo que nunca antes había visto con tantas ganas.

El ejercicio y comida sano lo mantenía en forma. A su edad de 50 años era la envidea de muchos mocosos de mi edad, porque nadie era capaz de lucir una camiseta como él.

-Es lo mejor. Te puede dar un calambre.- frunzo el ceño, porque nunca me ha dado un calambre, pero estoy en un punto dónde no le quiero decir que no, así que comienzo a mover mis articulaciones.

-¿Cuando vuelve mamá? - pregunto y paso mi brazo por encima de mi cabeza, doblandome hacia un lado mientras lo veo.

-En unos días, me dijo que estaba cerrando un importante trato.- asiento y me sigo estirando mientras él alza las pesas más pequeñas.

- ¿Cuando empiezas las clases de nuevo? - toco la punta de mi pie con los dedos.

-Lunes.- respondo. Hoy es miércoles.

Muevo mi torso hacia adelante y mis zapatos se resbalan, haciendo que caiga como una idiota. Mi padre corre a mi ayuda y hago una queja por el golpe que me di en la frente.

- ¿Estás bien? - asiento y me levanto. Mis manos se llevaron el mayor golpe.- Mejor te sostengo cuando hagas eso.

- ¿Qué? - el me voltea.- No, yo puedo. - me ignora.

-No quiero que te hagas daño.- lo miro sobre mi hombro.- Papi cuida a su bebé.- me sonrojo y asiento. Él coloca sus manos en mis caderas y yo me inclino, mordiendome fuerte el labio cuando me pega su entrepierna al trasero.

Eso... Eso fue a propósito.

Gimo en mi mente y me inclino de nuevo, tocando el suelo y echando mi trasero hacia atrás, aunque el agarre de sus manos ayuda. Exitada me quedo un rato así y siento los pequeños golpes que me da su bulto en la entrepierna. Esto no puede ser casualidad.

Me levanto de nuevo y estiró mis brazos hacia arriba antes de volver al suelo y tocar. Me pega con más fuerza y el contacto provoca que un gemido se me escape. No sé si me escucha, pero me pega con más fuerza, prácticamente restregandose.

Me levanto de nuevo y no espero mucho, lanzandome de nuevo al suelo para que se pegue a mí. No sé si lo hice muy brusco, pero escucho la tela de mi licra romperse. Trato de levantarme, pero un jadeo de placer se me escapa cuando siento el aire frío chocar contra mi piel antes de que sienta el bulto de mi papá entrar en contacto con el.

Ni siquiera me muevo, solo dejo que se mueva de adelante hacia atrás rápidamente sin dejar mucho espacio. Es como si me estuviera follando, pero todavía tiene su jogger puesto.

-Ponte de rodillas y estirate.- le hago caso. Estoy pensando con la vagina, eso es obvio.

Me coloco de rodillas y coloco mis manos contra el suelo. Este es uno de mis estiramiento y es la misma posición en la que estuve ayer cuando recibí la pelota.

Quedó acostada en el suelo y después me lanzo hacia atras, como quedando en cuatro y pegándome a él. Ya no lo necesito porque no me puedo caer si ya estoy en el suelo, pero ninguno dice nada. Solo sigo haciendo los calentamiento por varios minutos.

- Está haciendo demasiado calor.- me dice y siento cuando rompe la licra, dejándome completamente desnuda abajo.- Así está mejor, ¿No crees?

-Si.- Jadeo.- Mejor. - me lanza al suelo de nuevo y mis caderas pierden su agarre, así que no espero mucho antes de volver a subir, gritando cuando su verga me llena por completo, penetrandome con tanta fuerza que siento sus bolas chocar contra mi clítoris.

- ¡Papá! - grito y el sale y entra con fuerza ,provocamdome otro grito de placer.- Si.- suspiro.

-Estas es un mejor ejercicio, bebé. - asiento y me comienza a penetrar con tanta fuerza que me lanza hacia el frente varias veces mientras su bolas no paran de chocar contra mi.

Las embestidas son certeras y su enorme verga que me destroza con cada movimiento, se adentra en mi canal con tanta facilidad por lo mojada que estoy. Mis jugos bajan por mis piernas mientras el me toma de las caderas con fuerza y me suelta nalgadas.

-Mirate. Tragándote todo- no para de follarme y yo gimo, sintiéndome deliciosa.- Mira cómo te tragas la polla de tu papá. ¿Te gusta? - asiento y me suelta una nalgada.- Responde.

-Si, me gusta. Ah, papi, follame más.- no para de penetrarme y de la nada me suelta, agarrando mi cabello con fuerza, alzandome.

- Eres una niña mala.- me voltea y me penetra con sus dedos cuando me hace alzar la pierna.- Follando a tu padre en semana santa.- me lanza contra el mueble sin suavidad. Este hombre no parece mi padre.

El dulce hombre que me ha criado durante 18 años, tratandome como una zorra y me encanta.

-Te estás follando a tu hija. A tu bebé.- le digo y el me sonríe antes de arrodillarme y penetrarme con su lengua, mordiendo y chupando, sin dejar de penetrarme con sus dedos. Lanzo mi cabeza hacia atrás y le gritó que no pare mientras me hace un oral tan delicioso que me tiene vibrando de placer.

-Mas, papi. Más. - agarro su cabello y lo pego más a mí mientras él sigue follandome con sus dedos y su lengua.- Cómeme el coño, papi. Comete el coño de tu hija, así.- lo miro a los ojos y lo veo levantarse justo cuando mi orgasmo toca la puerta.

-Te voy a dar duro.-asiento como niña buena y grito cuando me penetra. Rodea su cintura con mis piernas y dejo que me penetre como a él le gusta, como el quiera. Soy suya. Soy su niña, soy su bebé y está en su derecho.

Nuestros gemidos y nuestro contacto carnal es lo único que se escucha en la habitación.

-Ah, si. Papi, dame más. Follate a tu niña.- cada que digo es como si se exitara más, porque aumenta la potencia y veo como su pene entra dentro de mí con ansias. Se mueve con tanta brutalidad que siento el mueble moverse y chocar contra la pared, haciéndola temblar.

Grito su identificativo cuántas veces puedo y el me ve con tanto deseo que mi orgasmo explota, llenandolo de mis jugos, aunque no para de penetrarme con fuerza, solo se inclina hacia el frente y se come mis pequeñas tetas. Son las tetas de su bebé.

Me siento en el cielo, o en el infierno. No lo sé, solo el siento plena, libre, dichosa.

- ¿Lo quieres dentro? - asiento y me toma fuerte de las caderas.- ¿Quieres a tus hermanitos dentro?

-Si, papi. Damelos. Los quiero dentro.- mira al techo como dando gracias a Dios y se sale, agarrándome con fuerza de los brazos y girandome hacia dejar mi trasero a su disposición.

- ¿Quieres darle nietos a tu mamá? - eso debería hacerme sentir mal, pero solo provoca mi segundo orgamo cuando me penetra con fuerza y me nalgea. me agarro de el mueble como puedo y lo recibo.- Responde.

-Si, papi. Quiero darle nietos.- eso como que lo vuelve loco, porque me lanza al suelo y me gira, alzando mi pierna para colocarla sobre su hombro antes de penetrarme, chocando mis bolas contra mis nalgas.

-Vamos a darle nietos.- asiento llena de placer y grito cuando su dedo golpe mi clítoris. Nos movemos sobre el suelo y lo siento crecer dentro de mí antes de que su leche me llene por completo. No para de follarme y yo no paro de gritar de placer.

-Toma a tus hermanitos, tomalos todos.- asiento obediente y dejo que se hunda por completo en mí.

Cuando se separa tengo tanta leche dentro que siento como sale, y él se queda viendo su trabajo, metiendola de nuevo en mi coño con sus dedos. Cómo una niña buena mantengo mis piernas abiertas para él, con sus vista fija en mis pliegues.

-Ya estás lista. Estás bien caliente.- sonrió y pego mi cabeza al suelo, viendo el techo.
---
Mi madre me abraza apenas llega y yo me pego a ella, sientiendo la culpa crecer dentro de mí y mis mejillas sonrojarse por lo que ha estado ocurriendo esas dos semanas.

Aprieto mis piernas, por la cuales todavía baja la leche de mi padre, que espera para abrazar a mi madre.

-Ay, como los extrañe.- mi madre toma mi rostro entre sus manos.- Estás como más radiante, no sé qué te estás haciendo, pero no lo dejes.- me sonrojo todavía más y veo como mi padre se acerca y le da un leve beso en los labios.

Espero los celos y el sentido territorial, pero no me da nada, solo culpa por lo que llevo haciendo.

Recuerdo como hace unas horas me tenía de piernas abiertas frente a él mientras estaba en una llamada con uno de sus socios, hablando sobre una fiesta muy entretenida, con sus dedos en lo más profundo de mi canal y con mis dientes mordiendo fuertemente mis labios para no soltar ningún gemido, proque todos sus amigos sabían que mi madre estaba de viaje.

Después de eso mi padre me follo sobre su escritorio tan deliciosamente que ni siquiera recuerdo cuántas veces me vine con él dentro de mí. Incluso en ese momento recibió una llamada de mí madre y aunque me pidió que me fuera, me puse de rodillas y se la chupe con ganas mientras él me tomaba del cabello con fuerza para que lo llevara más profundo en mi boca y así lo hice, comi de él y cuando mi madre le pregunto por mí, me levanté y él hizo como que me llamada, pero lo cierto es que me abrí de piernas sobre él y me lo tragué completo con mi canal, mirándolo a los ojos con mi boca abierta por la exitación y tomando el teléfono de su mano, con él moviéndose en círculo debajo de mí.

-Hola, mami ¿Cómo te va en el viaje? - la escucho mover algunas cosas y mi padre comienza a alzarme con sus caderas, haciendo que salte sobre él sin dejar de verlo y sin dejar de hablar con mi madre.

-Maravilloso, extrañandolos horrible. Ya estoy ansiosa por estar con ustedes.- sonrío y la excitación envía mi rostro hacia atrás cuando mi padre, su esposo, me empieza a chupar los senos sin dejar de follarme.

-Ya falta poco para vernos, mami. No te olvides de mí y tráeme algo.- suelto un suspiro por lo delicioso que se siente que mi padre me penetre, suave pero profundo, chocando sus piernas contra mi trasero con cada embestida.

-Siempre me acuerdo de ti. Espero que estés cuidando de tu padre - mis ojos se van hacia nuestra unión y quiero gritar por lo rico que se siente. Necesito que me dé más duro, que lo sienta presionarse salvaje contra mí.

-Claro que sí, soy una buena niña.- mi padre suspira y sonríe, pasando su lengua por mi pezón erecto que exige su atención.

-Claro que sí, mi amor. Pásame a tu padre.- me despido y le tiendo el teléfono a mi progenitor, sin dejar de tenerlo a adentro, solo que ahora yo soy la que salto con más fuerza sobre él y aprieto mi canal alrededor de su miembro duro y grueso que tanto me llena.

Él me toma de la cadera y habla un rato con mi madre hasta que termina la llamada, para seguir follandome, solo que está ves me coloca sobre su escritorio, con una pierna sobre su hombro y la otra de apoyo, y me da así, tan duro que muchas cosas caen al suelo, incluyendo varios papeles, que más tarde me hace recoger en cuatro con uno de mis vibradores dentro de mí.

En resumen, la mejor puta semana de la vida.

- Oye hija, estás callada hoy.- arqueo mis cejas y alejo el dulce que me dió hace unos minutos. Ellos estaban comiendo lo que les preparé, pero yo no tenía hambre.

-Estaba pensando - veo a mi padre de reojo.- ¿Quedó buena la comida? - observo que han comido casi todo.

-Deliciosa, bebé. No sabía que cocinas tan bueno.- le sonrío a mi padre y mi madre asiente apoyándolo, con la boca llena.

-Tiene razón.- termina de tragar.- Está es en definitiva la mejor comida que has hecho.- sonrío feliz, aunque crece la duda dentro de mí. Ya he cocinado antes, muchas veces, ¿Acaso no les gustaba? Nueva crisis existencial.

-Estoy cansada.- se levanta mi madre.- Quiero ayudarte a lavar todo, pero estoy que me caigo del sueño. Estas semanas fueron rudas y solo quiero dormir.- me da un beso en la frente y se va a dar un beso a mi padre, antes de irse.

Yo la veo de reojo y me levanto recogiendo los corotos que llevo a la cocina, sintiendo la mirada de mi padre sobre mí mientras camino. me muerdo el labio cuando coloco todos los platos en su lugar, alegrandome por estar vestida con un diminuto short de pijama y una pequeña camiseta de tiras que llega un poco más arriba de mi ombligo. Cómo estoy en la comodidad de mi casa, no uso sostén, así que siento como mis pezones ahora erectos chocan contra la tela de algodón, lo que me excita por el suave contacto.

Dejo que el agua choque contra mi piel mientras lavo los platos, aunque estoy alerta por alguna razón. No me giro, en ningún momento, ni siquiera cuando siento su presencia detrás de mí.

Él se acerca lentamente y su mano se coloca sobre mi trasero, acariciándome suavemente. Yo no dejo de lavar los platos, aunque me lanzo un poco hacia atrás, tratando de buscar más contacto, el cuál me da cuando su frente se pega contra mi espalda, por completo. Siento su miembro acariciar la línea de mi trasero, aunque los dos estemos cubiertos.

Una línea de reconocimiento llega a mi cerebro y lo miro sobre mi hombro.

-Mamá puede bajar en cualquier momento.- susurro, aunque es imposible que ella me escuche.

-Esta cansada, no se despertara con nada.- dice un tono un poco más alto y gimo cuando se pega más a mí, restregandose por completo en mi trasero.

Para este momento, estoy desperdiciando el agua en vez de lavar algo.

-No es buena idea, papá... No está bien lo que hacemos.- la culpa llega a mí pensando en lo mucho que mi madre se enojaría si llegara a descubrirnos.

-Eres una mujer.- pasa sus dedos por el elástico de mi short y su mano comienza a bajar por mi vientre hasta tocar levemente mis pliegues.- Y soy un Hombre. Tenemos deseos carnales, lo más normal del mundo. La lujuria existe desde la creación de la humanidad, hija. No estamos haciendo nada malo.- su dedo toca levemente mi botón feliz y muerdo mi labio para evitar que el gemido salga cuando la ola de exitación sube por todo mi cuerpo.

-Estoy segura, que esa es la peor escusa que he escuchado para cubrir una infidelidad.- mi padre me besa el lóbulo de la oreja y su dedo se presiona más, comenzando a moverse en círculos, jugando con el botón que aumenta mi respiración por lo delicioso que se siente ser tocada ahí.

-Hija, no es infidelidad. Solo nos estamos demostrando el amor más puro y real. No hay como el amor entre un padre y una hija.- aumenta el ritmo y es como si dejara de sentir el agua tocar mi piel cuando su toque aumenta y mi cuerpo se lanza hacia atrás. Mi cabeza cae contra su hombro y gimo bajito cuando su dedo no deja de jugar, solo aumenta la diversión llena de placer cuando entierra un dedo en mí, y mis paredes lo aprietan antes de que entierre otros dos.

Ya estoy acostumbrada a tenerlo dentro de mí, pero el placer es tanto que no paro de desear que me coloque en la posición que quiera y me folle como sólo él lo ha hecho. Lo necesito sobre mí, debajo de mí, pero dentro de mí.

-Papi, demuéstrame tu amor ahora.- gimo y no espera un segundo solo baja mi short rápidamente y me gira, dejando que vea sus ojos tan parecidos a los míos.

Sus labios chocan contra los míos y demostramos lo hambrientos que estamos por el otro cuando me folla la boca con su lengua, mordiendome y chupándome, moviendo sus labios con violencia contra los míos mientras sus manos alzan mi pierna derecha y la coloca sobre su hombro. Mi flexibilidad lo excita, porque se separa para ver lo abierta que estoy para él y estoy segura que ve mis jugos hacer brillar mi piel antes de que me penetre con sus dedos unos cuantos minutos, volviendo a besarme, hasta que se separa y se arrodilla ante mí.

Con la boca abierta y los suspiros que provoca mi exitación, veo hacia las escaleras, con una pizca de miedo, imaginándome a mi madre bajar las escaleras y encontrándose a su hija abierta de piernas con su esposo, mi padre, con su rostro enterrado en mi entrepierna.

Esa pizca de miedo desaparece cuando siento que su lengua entra en acción y comienza a moverse dentro y fuera de mi coño. Mi pierna todavía se encuentra sobre su hombro, así que busco la estabilidad que necesito cuando mi placer es tan grande que mi mano busca enterrar su lengua más dentro de mí. Mis dedos se entierran en su cabello y cierro mis ojos cuando las vibraciones que suben por todo mi cuerpo son tantas. Me siento tan placenteramente divina que no me importaria que mi madre nos viera mientras él siguiera haciendo eso de la lengua.

La siento dentro de mí, sus labios nos paran de chuparme y sus dedos solo se mueven entre mis pliegues, tocando todos los puntos exactos que hacen que mi cuerpo explote en un placer tan divino que me siento en el cielo, como si le estuviera dando la mano a un ángel, joder, como si estuviera siendo comida por un ángel.

-Papi, Papi.- susurro su nombre repetidas veces - Ay, papi, te quiero dentro.- el se bebe todo mi néctar y nuestras miradas se encuentran, y no hay nada más jodidamente placentero que ver esos ojos que heredé mientras su lengua juega con mi botón y sus dedo se mueven adentro y afuera en mi canal.

-¿Qué quieres, bebé? - mueve sus dedos y yo cierro los ojos echando la cabeza hacia atrás cuando la onda eléctrica se posa en mi vientre, construyendo una enorme bola de placer dentro de mí, esperando a ser liberada.

-Te quiero dentro, papi. Quiero que me folles.- lo veo de nuevo y él se separa de mí, acariciando su miembro erecto que no sé en qué momento saco, pero no me quejo.

Lo veo ahí, en su mano, siendo acariciando mientras no para de mirarme, y de la nada me vuelve a dar hambre, así que dando una última mirada a la escalera, me arrodillo ante él y acomodo mi cabello.

-¿No me quieras dentro, bebé? - lo miro sobre mí y humedezco mis labios, viendo cómo su mano no para de masturbar ese delicioso miembro, con ese exquisito líquido salir de la punta, el cual saboreo con mi lengua un poco.

-Me dió hambre, papi ¿Le das de comer a tu hija? - paso de nuevo mi lengua por la punto y me acerco más, acariciando esos fuertes muslos torneados por el ejercicio, y voy subiendo.

-Claro, bebé. Déjame alimentarme.- abro mi boca y el se entierra dentro. Gime y lanza su cabeza hacia atrás, y yo no paro de mirarlo, sintiendo mi placer cuando su propio placer lo hace temblar, así que aparto su mano y aprieto su base con la mía, comenzando una mamada violenta que hace que su mano se enrede en mi cabello y guíe mi cabeza más hacia él.

Lo entierro más profundo en mi boca y una arcada lo excita, porque me aprieta tanto contra él, que solo uso mi lengua para acariciarlo mientras mis manos se agarran de sus nalgas. Mis uñas se entierran con fuerza y él se sale, dejando consigo el rastro de baba llena de su pre-semen, el cual me como completo cuando comienzo el vaivén de meterlo y sacarlo mi boca, acariciando sus bolas llenas de mis hermanos con una mano, y masturbando lo que no me meto en la boca con la otra.

Sus gruñidos me tienen toda llena de jugos, las cuales siento mojar la parte de interna de mi muslo, pero no me doy placer, porque sé lo quiero dar a él.

-Asi, comete la polla de tu papi. Aaaahhh que rico que me la mamas, bebé. Cómetela toda. Lo haces mejor que tu madre, joder.- eso en vez de secarme, me moja todavía más, porque se la chupo con ansias y lo hará recordarme cuando la boca de mí madre se le coma también.- Ay, bebé... Que rico me la chupas, ya estoy cerca.- mamo con más fuerza y de la nada me alza, colocandome de espaldas a él. El movimiento fue tan brusco que lo que tenía en mi boca salió y mojo ciertos lugares de la cocina mientras mis manos se apoyaban en la encimera.

Mi cuerpo yapreparado se inclina para que el lo disfrute cómo quiera, pero no me penetra de una, solo se acerca y chupa mi lóbulo.

-Anda, lava los platos. No quiero molestar a tu madre.- un gemido sale de mis labios y volví a encender para que el agua saliera, tomando la esponja en mis manos y pasándola por encima de los platos sin realmente hacerlo.-Asi, no dejes de hacerlo.- el comenzó a pasar la cabeza de su miembro por los pliegues y casi dentengo lo que hago, pero una nalgada me hace soltar un grito ahogada y tengo que morderme el labio para no soltar otro gemido.

-Papi... Por favor.- le suplico cuando comienza a pasar la cabeza de su pene por mis pliegues sin infrigir penetración, que es lo que quiero, lo que mi cuerpo desea con ansias.

-No dejes de lavar, si lo haces me detengo.- asiento y apago el agua, solo enjabonando los platos mientras siento como mi padre me penetra solo un poco mi coño ardiente de expectativa por lo que sucederá después.

-Papi, por favor. Follame.- le pido y una fuerte embestida me saca un grito que oculto cuando me muerdo el labio con fuerza. La presión que ejerzo sobre el plato casi hace que se rompa, pero no paro de fregar mientras mi padre me embiste con fuerza.

Sus caderas chocan contra mi trasero y mi boca se abre por los suspiros, jadeos y gemidos que salen de mi, con mis ojos fijos en la pequeña decoración que tienen las baldosas de la pared, sintiendo lo delicioso que es tener a mi padre dentro de mí, con sus manos enterradas en mi cintura mientras su cuerpo se mueve con fuerza detrás de mí. Escucho sus bufidos y el sonido de los fuertes embates que me tienen loca de placer dónde estoy, apretando la esponja con fuerza, dejando que mi padre haga conmigo lo que quiera.

-Aaasahh, si. Dame más, dame más. Parteme, papi. Soy tuya.- susurro los jadeos y gemidos mientras su caderas chocan contra mi trasero con tanta fuerza que no puedo seguir lavando, no cuando tengo que agarrarme del borde para conectar con sus caderas y profundizar las embestidas.

-Ahh, bebé. Que rica te sientes... Ummm, me aprietas tanto. Este coño joven es mío, y me lo voy a follar tanto que mis hijos saldrán de aquí. Eres mía, solo mía. - me agarra de la pierna y la coloca sobre la encimera. Mis manos buscan agarre cuando quedo completamente abierta a él y grito cuando me penetra con fuerza, con tanta que mi cuerpo grita de dolor y placer cuando me da con esa potencia.

Sus manos se enredan en mi cabello y su mano libre rodea mi cuelloo. Sus caderas no paran de chocar contra las mías con fuerza, y es tanta la exitación que giro mi rostro para ver la boca de mi padre soltando jadeos de placer hasta que se viene dentro de mí.

-Aaaashahhhh.- jadeamos los dos y nos miramos mientras los orgasmos de ambos se extienden por todo nuestro cuerpo. Suspiro y lo veo a los ojos.

Él no se sale, solo me mira con lujuria, con su mano todavía apretando mi cuello y la otra enrededa en mi cabello.

-Papi, que rico me follas.- admito y el sonríe. Mis ojos se enfocan en el brillo de sudor posado en su frente y es tanto el placer que corre por nuestro cuerpo que casi no escuchamos una puerta cerrarse.

Él se aleja rápidamente de mí y yo me acomodo el short y el cabello, mientras él se sube los pantalones. Yo me apuro y limpio todo lo que parezca leche bizcosa y dejo que el agua lave los platos, con mi corazón latiendo a millón cuando escucho los pasos bajar las escaleras.

- ¿Amor? - cierro los ojos sintiendo las réplicas del orgasmo todavía navegar por mi cuerpo y después escucho a mí padre.

-Te hacia en el quinto sueño.- le responde mi padre y yo me niego a voltear, solo los escucho, hasta el bostezo de mi madre detecto.

-Escuche ruido extraños en mi sueño y me desperté, ¿Que estabas haciendo? - el miedo se instala en mi vientre y siento ganas de vomitar. Tan cerca.

¿Y si hubiera bajado mientras me follaba? Dios mío, ¿y si no hubieramos escuchado la puerta cerrarse? Nos habría encontrado en el acto.

Su esposo y su hija, follando en la cocina dónde tantas veces nos ha preparado comida.

-Estaba jugando mientras acompañaba ha Alisa. Y sabes que me gusta escuchar el sonido de los disparos mientras juego, así que tal vez fue eso.- pido que le crea.

Me giro y le lanzo una sonrisa a mí madre, la cual ella imita.

-Ya me tenía verde, mami. - ella se ríe y niega, viéndolo mal pero con diversión.

-Bajale volumen, de verdad quiero dormir.- mi padre asiente como un niño bueno y ella se marcha.

Un suspiro de alivio me llena y dejo el plato que llevo como una hora lavando a un lado, cerrando la llave y apretando los bordes de la encimera con mis manos después.

No podemos hacer esto con ella aquí. Es demasiado peligroso. No quiero perder a mi madre, pero tampoco quiero que mi padre me deje de follar.

-Hay que parar esto.- le digo cuando siento su presencia detrás de mí y salto cuando el ardor se extiende por mi trasero cuando me da una nalgada.

-Esta bien... Pararemos mientras tu madre esté aquí.- asiento y no lo veo, solo termino de lavar los platos.

No es correcto lo que hacemos, pero como siempre, lo prohibido es tan exitante que mi mente me traiciona, porque me imagino a mi padre follandome con mi madre al otro lado, sin saber nada, sin escuchar sin saber lo que su esposo hace con su hija.

De solo pensarlo me mojo por completo.

Quién diría que hacer ejercicio me produjera esto... Aunque admito que estos día he hecho mucho, solo que no de la forma tradicional.
 

heranlu

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El día siguiente me despierto renovada. Desayuno tranquila con mis padres, bromeando sobre cualquier cosa que salga en la conversación, aunque en algún punto el calor es tanto que mi madre lanza la idea de bañarnos en la piscina.

Yo observo mi ropa holgada bloquea oportunidades de excitar a mi padre para ser follada deliciosamente después. No me gusta, pero es mi salvavidas.

- ¿Que dices cariño ?- me pregunta mi madre y observa la luz de sol entrar por la ventana.- Y está para broncearnos. Yo quiero tostar un poco mi piel.- mira a mi padre con una sonrisa y él se la devuelve.- Como te gusta.

Le doy un leve vistazo a mi piel, la cual es de un tono trigueño que siempre me ha gustado, y eso porque efectivamente me bronceo mucho. Cuando no he estado con la polla de mi papá dentro de mí, me la he pasado desnuda tomando sol en la piscina. .

-Si quiero. Mucho sol, mucho calor.- mi madre se ríe, y yo miro a mi padre. Para ambos, calor ya no tiene un solo significado.

-Vamos, come rápido. Que quiero pasar un delicioso día con ustedes.- de nuevo me encuentro con la mirada de mi padre.- Los extrañé demasiado.- le sonrío y pienso en lo idiota que puedo ser a veces, y lo zorra, porque en serio. Tengo una maravillosa madre que amo con todo mi corazón y ¿Cómo le pago? Follando con mi padre, su esposo.

De verdad debo tener un problema.

Un rato después me miro en el espejo, reparando todo mi cuerpo de piel trigueña cubierto por un bikini de color blanco, que realza en definitiva todos mis atributos.

Mis senos se ven llenos y parecen querer salirse de mi bikini. Me doy la vuelta y aprecio mi trasero levantado que se ve más grande por el hilo que tengo, un trasero que a mi padre le gusta bastante. Suspiro y busco un pareo, colocándolo alrededor de mi cintura para que cubra un poco más de piel.

Mi cabello negro lo recojo en una coleta alta y miró un segundo mis ojos ámbar antes de salir, dejando mi teléfono atrás.

Cuando llego al piso de abajo mis traviesos ojos que no sé que les pasa últimamente, se enfocan en mí madre antes de que mi padre, porque joder, mi madre está buenísima. Eso lo he sabido siempre, pero ahora que mis hormonas andan en rebelión, noto cada curva y cada atributo.

Mi madre tiene un gran cuerpo, para ser sincera. No hace mucho ejercicio por el trabajo, pero todo está correctamente en su lugar. Mis senos de buen tamaño los heredé de ellas, y mis piernas igual, solo que a ella la acompaña un trasero más que generoso. Su vientre no es completamente delgado, pero sigue siendo liso y firme.

Su cabello castaño y sus ojos verdes son algo que no heredé, pero en definitiva, le conceden más atractivo.

-Guao, hija. Cada día estás más hermosa.- la veo caminar hacia mí en su pequeño bikini verde que resalta su piel blanca.

-Gracias , ma. Tu también estás increíble. No puedo creer que escondas esas curvas en tu ropa de ejecutiva.- mi madre se sonroja y le quita importancia a mis palabra con la mano.

-Mis dos mujeres son hermosas, en definitiva.- mi padre llega y siento una corriente correr por mi cuerpo cuando rodea mi cintura con el brazo izquierdo y veo como hace lo mismo con mi madre con su derecho. Le da un beso en los labios y después me da un beso en la sien.

Los recuerdos llegan, y tengo que apretar las piernas cuando siento esa vibra de excitación posarse en mi vientre.

-Tu también estás guapo, amor.- sonrío tensa y me suelto.

-Me voy a dar un baño - les doy la espalda y salto al agua un poco fría, para ver si así se me controla la calentura que me cargo encima.

Parezco un volcán a punto de explotar.

Mis padres entran y jugamos un rato en el agua. Mi padre empieza a buscarme y hacerme cosquillas en algún punto mientras mi madre nos lanza agua. Yo me río y grito que me deje, porque de verdad tengo demasiadas cosquillas. Obviamente me ignoran ambos y tengo que luchar para no ahogarme con el agua que mi madre me lanza, y más cuando las manos de mi padre aprietan mis senos y pega su miembro a mi trasero.

Mi risa muere y me alejo de él, incómoda pero caliente. Quiero seguir sintiéndolo, pero no con mi madre en frente de mí. Le lanzo agua y me alejo de ambos, descansando el la orilla. Ellos se burlan de mí y de la nada se comienzan a besar.

La zorra dentro de mí tiene tantas ganas de ir hacia ellos y tocarlos, que para calmarme, me salgo goteando el agua.

-¿A dónde vas, cariño? - me giro hacia mi madre y veo como mi padre tiene la espalda de mi madre contra su pecho, y sus manos se posan sobre sus senos. Él me ve con una sonrisa y los aprieta, mientras mi madre se ríe jueguetona.

-Voy... Voy a buscar algo de tomar.- y posiblemente un rosario.- ¿Quieren?

-Si, traeme algo fuerte.- mi madre cierra los ojos por un segundo y no tengo que ver bajo el agua para saber que mi papá se está restregando detrás de ella.

Voy rápido a la cocina y es tanta la necesidad de tocarme, que me tomo un trago largo de un vodka que encontré por ahí. El ardor corre por mi garganta y se me escapa un poco de tos que cubro con mi mano mientras sirvo un cuba libre a mis padres, con más ron que cola. Me meto una galleta salada que encuentro en un cajón y doy otro trago de vodka que comienza hacer efecto en mí, antes de ir de nuevo a la piscina.

Mis padres se están toqueteando en una de las esquinas de la piscina, y tengo que ver dos veces para asegurarme de que sí, mi madre está masturbando a mi padre a unos metros de mí. Sus bocas se están comiendo y antes, cuando era pequeña, ver eso me daba asco, ahora, se me sube el líbido de una manera tan delicioso que solo tengo ganas de meterme con ellos a la piscina para chuparle las tetas a mi madre mientras mi padre me folla por detrás.

Ya no sé que está más mojado, si mi cuerpo o mi coño.

Otra daría la vuelta y se iría, pero el alcohol y la excitación, me hacen caminar hacia ellos.

-Mami, papi. Aquí tienen.- mi madre alza la mirada y joder, me tenso de una manera tal deliciosa cuando veo que no se reprime ni nada, más bien como que aprieta más la polla de mi padre por el suspiro que él suelta.

-Oh, bebé. Grácias.- me lanza un beso y se sueltan. Todavía puedo ver la polla de mi padre erecta baja el agua, agitándose cuando se acerca. Me inclino y veo como los ojos de ambos se van hacia mis senos que caen por la gravedad. Mi bikini es pequeño, así que no me sorprenderia que mis pezones se estén asomando sobre la tela blanca. La verdad, no me importa.

-Eres un sol, cariño.- se acerca mi padre y toma su vaso en la mano, al igual que mi madre.

-Todo para mis increíbles padres.- mi progenitor me guiña un ojo y mis ojos se van hacia su polla. Sé que mi madre me está viendo, pero es imposible ver a otro lado cuando tengo al hombre que me dió la vida y el más delicioso placer, masturbándose.

-¿Cómo va la escuela? - la pregunta de mi madre me hace sonrojar y me giro para verla a ella, tomarse un trago pequeño de la bebida.

-Muy bien... Sigo siendo uno de los mejores promedios.- ambos sonríen orgullosos.

-Esa es mi bebé. - les sonrío y me siento en la orilla, dejando que el agua llegue casi hasta mis rodillas.

-Seras una increíble arquitecta, cariño.- me dice mi padre antes de alejarse.- Voy al baño un momento.- lo veo salir del agua y mis ojos se quedan en las gotas de agua bajar por su espalda. Me gustaría trazar cada uno con mi lengua mientras mi mano lo masturba.

-¿Cómo pasaste la semana santa? - me bajo lentamente hasta tener la mayor parte de mi cuerpo en el agua y veo a mi madre, a menos de un metro de mí, con sus ojos verdes fijos en los míos.

-Muy bien... No hice mucho.- aparte de ser penetrada por mi padre, claro. Lo normal.

- ¿Me extrañaste? - se acerca un paso y veo sus senos moverse con el agua.

-Obvio que te extrañé mamá.- cuando no estaba follando con mi padre, sí. La extrañé bastante

-¿Mucho? - otro paso y sus tetas chocan contra las mías, y madre mía, que bien se siente. El agua o... La situación, no lo sé, nos tiene las puntas de los pezones erectas.

-Umju.- mis ojos se van hacia su boca un segundo y tengo que mojar mis labios cuando los siento muy seco.- ¿Tu me extrañaste, mami? - pregunto en un suspiro y como mis ojos todavía están fijos en mis labios, la veo sonreír.

-Demasiado, bebé.- me da un suave beso en la mejilla antes de rodearme la cintura con sus brazos y abrazarme. No era lo que me esperaba, pero de igual forma rodeo su cuello con mis brazos y la aprieto contra mí, chocando sus senos contra los míos y moviéndome un poco para que mis pezones busquen más contacto.

Siento las manos de mi madre acariciar mi espalda y nos aleja un poco del borde. El abrazo, se siente diferente a todos los que nos hemos dado, porque el agua puede estar un poco fría, pero hay bastante calor aquí.

-Te extrañé mucho, mucho - susurra en mi oído y me tenso un poco cuando siento sus manos sobre mi trasero. Las deja quietas, no sé si esperando alguna reacción negativa de mi parte, pero ya estoy toda zorra, así que solo me aprieto contra ella y lo toma como una señal, porque toma mis nalgas en sus manos y las acaricia, abriendo mis dos cachetes y tocando más arriba de mi ano con su dedo índice.

Toca cierto punto de placer, porque suspiro y siento el beso que me da en el lóbulo de la oreja, antes de que me bese la mejillas y yo soy la que busca el siguiente beso.

Nuestros labios chocan un segundo y la sorpresa de tal acción me deja con los ojos abiertos, enfocados en los suyos verdes. El amor que hay en ellos me hace mover mis labios sobre los suyos, separándome un poco y bajando mis manos hasta sus senos, los cuales tomo en mi mano y aprieto mientras su lengua se introduce en mi boca y comienza a bailar con la mía de una forma suave pero excitante.

Cerramos nuestros ojos y es como una señal, porque el beso se comienza a volver hambriento y joder, no sabía que besar a una mujer fuera tan delicioso. Nunca pensé que fuera a vivir esto en mi vida. Nada. Nunca había besado a una mujer, y aquí estaba, con unas ganas tremendas de hacerlo con mi madre.

No sé si es la calentura que tengo desde que me follo a mi padre, el calor o el trago de vodka, no me importa, solo consumo a mi madre, sintiendo su tacto sobre mi trasero, después en mis senos y toca mi punto débil, lo que hace que me separe de ella abriendo los labios cuando un suspiro de placer sale de mí boca.

Nos miramos a los ojos unos segundos y ella me da su famosa sonrisa antes de su baje sus labios hacia mis senos, separando la tela hacia los lados para dejarlos libres, y ellos solo salen felices, levantados y con las puntas erectas, las cuales ella toma en sus dientes antes de chupar, mientas que sus dedos le da atención a mi otro seno.

Lanzo mi cabeza hacia atrás y veo un árbol cercano, dando gracias a Dios por esto. Tomo el cabello de mi madre y ella me sigue chupando los senos con ansias, mordiendo y apretando, mientras que su mano libre entra en el agua y se introduce dentro la tela que cubre mi zona sur, bajando los dedos hasta que toca mi botón feliz, el cual envía una vibración por mi cuerpo que me hace jadear y cerrar los ojos.

- ¿Te gusta, bebé? - mi mamá separa su boca de mis senos y mis ojos se abren, sintiendo como su dedo medio me penetra el coño y mis paredes lo aprietan.- ¿Te gusta que mami te de placer? - jadeo y asiento, sintiendo como me comienza a follar con su dedo.

-Si, mami. Que rico.- ella ve un segundo sobre mi hombro antes de aumentar las penetraciones, agregando otro dedo, aumentando mi placer, el cual prácticamente grito, porque joder, se siente tan delicioso.

-¿Sabes que también sería rico? - me muerde el labio y yo busco la forma de besarla, de consumirla con mis labios, pero ella solo me da un suave beso antes de pasar la lengua por mi mejilla y chupar mi lóbulo, lo que envía una vibración y construye la burbuja en mi vientre, a punto de explotar para extender el placer por todo mi cuerpo.- Que te comas el coño de tu mami.- jadeo y la veo a los ojos.

-Si mami.- mi voz sale en suspiro por el placer que casi me hace cerrar los ojos.- Quiero comerte el coño.- los ojos de mi madre brillan y me da un golpecito en el clítoris antes de alejarse y sentarse en la orilla de la piscina.

Veo uno de sus senos caer afuera, y eso me hace la boca agua. Ella me sonríe y se abre de piernas, así que me acerco y desamarro las tiras que tiene acada lado de las caderas, dejando que la tela caiga en el agua y ahí es cuando veo el coño depilado de mi madre, y ese hoyito oscuro que hace que me moje los labios de nuevo.

-¿Has hecho esto con tus amigas? - me pregunta y se toca, así que me acerco a ella, negando con la cabeza.

-No, mami.- alzó la mirada y me enfoco en ella.- Es mi primera vez.- ella sonríe orgullosa, como si le hubiera dicho que el profe me puso la mayor nota en mi maqueta.

-Comeme, bebé. Cómete a tu mami - asiento y me entierro entre sus pliegues. Tal vez no he metido mi lengua dentro de otro coño, pero si he visto porno lésbico, aunque no había conocido una chica que me excitara.

Chupo el clítoris de mi madre con ansias y subo mis dedos, entrando en ella mientras mis ojos buscan los suyos. Ella tiene la boca abierta soltando suspiros y su mano se enreda en mi cabello, haciendo que meta mi lengua en su coño y la penetre con ella, saliendo y enterando, dejando mi mano libre sobre su vagina y usando mi dedo pulgar para jugar con su clítoris, de esa forma tengo todo su placer cubierto.

Mi lengua la penetra, dos de mis dedos llegan dónde mi lengua no llega y mi pulgar le da placer al botón que tanto nos hace felices.

Ella gime cada vez más fuerte y yo me la quiero comer entera, hacerla gritar como una perra desesperada por qué su hija le folle este coñito delicioso con la lengua. La quiero hacer gritar hasta que mi padre nos escuche y salga, para que se encuentre a su dulce y perra hija enterrar su lengua en el coño de su esposa.

Quiero que nos vea.

Mi madre me presiona más contra ella, comenzando a moverse contra mi boca y yo la veo a los ojos sin dejar de buscar su placer.

Estoy tan concentrada en mi madre, que no siento como el agua se mueve más, hasta que siento un cuerpo detrás de mí, y lo siguiente, es que unas manos cubren mis senos y dejan besos húmedos en mi espalda desnuda.

-Mis dos mujeres... Que rico la están pasando.- me encuentro con la mirada de mi madre, buscando alguna clase de arrepentimiento, pero ella solo le sonríe a mi padre.

-Tenemos la mejor hija del mundo, bebé.- sonrío y sigo chupando, haciendo que ella grite como perra en celo mientras mi padre me quita la parte de abajo del bikini, dejándome desnuda en pocos segundos.- ¿Quieres que tú padre te follle mientras me la chupas? - asiento deseosa sintiendo las manos de mi padre sobre mi trasero.- Que zorrita nos saliste, mi amor.- le sonríe y agarro su clítoris entre mis dientes, sin mordelo, solo para desesperarla.

Y si que se desespera, porque su orgasmo llena mi boca de sus jugos y yo me los trago, sintiendo como la cabeza d ella polla de mi padre pasa entre mis pliegues.

-Aaasahhhh, bebé. Aaaaaaaahhhh, amor. Que rico, oh, Si. Esa lengüita, Dios. Que delicia. Aaaahhh, chupa así, mi amor. Chupa el coño de tu madre, sí. Mi amor, que rico. Aayyy, bebé.- me separo de ella y la veo vibrar en cuerpo completo, sintiendo las réplicas del orgasmo que le di con mi lengua, sonriendo drogada del placer.

Su cabeza está inclinada hacia atrás y sus pechos desnudos se mueven, así que miro a mi padre sobre mi hombro y lo atraigo a un beso, mientras sus dedos se follan mi coño depilado. Mis paredes lo aprietan y el gime en mi boca cuando mis dedos envuelven su grosor.

-Quiero verte besar a mami. Quiero que pruebe sus jugos en tu boca.- asiento como niña obediente y me levanto sobre la orilla, con la mitad de mi cuerpo entre sus piernas abiertas y dejándole el trasero a la vista a mi padre.

Mi madre alza la mirada sonriéndome y la beso en las labios corto, antes de meter mi lengua dentro de su boca y comenzar a besarla con pasión, sintiendome en el cielo cuando siento la lengua de mi padre meterse entre mis pliegues y comenzar a chupar, y follarme con su lengua. Aunque quiero gritar de placer porque joder, se siente tan delicioso, no quiero dejar de besar a mi madre, porque eso también se siente rico, sentir su lengua jugar con la mía, nuestros labios chocar entre ellos desesperados, nuestros dientes rozarse suavemente.

Mis padres me están cuidando, de la forma más lujuriosa y pecaminosa posible, pero no me importa.

-Quiero ver cómo tu papi te folla.- mi madre se separa de mí.- Quiero ver cómo te entierra la polla que ayudó en tu creación.- las palabras de mi madre casi hacen que me venga.- Quiero ver cómo te folla, así como te follo ayer.- la miro jadeante, sin poderme creer sus palabras. ¿Acaso nos vió? ¿Pero como?

-Sube, bebé.- mi papá me da una nalgada y yo subo por el cuerpo de mi madre, colocando las rodillas a cada lado de cuerpo. Ella me mira y se acuesta sobre el suelo mojado, y la zorra en mi acerca mi coño a su boca, soltando un grito cuando su lengua se entierra en mí.

Es tanto el placer que mi cuerpo se va hacia el frente, apoyando mis manos en el suelo mientras muevo mi pelvis contra el rostro de mi madre, sintiendo su lengua dentro de mí coño y gritando de nuevo de placer cuando siento la cabeza de la polla de mi padre tocar el hueco de mi ano.

En este momento agradezco que no tengamos vecinos cercanos, porque el grito que suelto cuando mi orgasmo llega, hubiera alertados a todos. El delicioso placer me lanza hacia el frente y caigo en cuatro. Mi madre se levanta en algún punto, y lo cierto es que no noto muy bien, porque estoy drogada en líbido. Dejando que mi padre meta su polla en mí desde atrás.

La invasión me hace jadear y lo miro sobre mi hombro, viendo cómo ambos se dan un beso ardiente que no dejo de ver mientras siento las caderas de mi padre chocar contra mi trasero y su polla taladrar mi coño, mis paredes apretándolo para sentir más placer del que ya estoy sintiendo, viendo cómo la mano de mi padre se encuentra con el paraíso sureño de mi madre, sin dejar de besarla y sin dejar de follarme.

En algún punto mi padre me levanta y los tres nos vamos besando hasta la pequeña casita de servicio que hay cerca de la piscina. Entramos a trompicones y lo próximo que sé es que estoy en la cama, con las piernas abiertas, con el coño de mi madre sobre mi rostro y su lengua metida en el mío. Veo las bolas depiladas de mi padre sobre mí y mi lengua juega con el clítoris de mi madre mientras veo como mi padre se entierra en ella, profundo.

Mi madre me suelta y grita. Yo gimo ante semejante imagen y jadeo cuando ella vuelve a su trabajo oral, follandome con su lengua mientras mi padre se la folla con fuerza.

En algún punto mi madre grita su segundo orgasmo y mi padre sale de ella, metiendo sus bolas en mi boca, las cuales chupo con ansias, viendo su mano masturbar su polla. La imagen y la lengua de mi madre hacen que el segundo orgasmo me golpee, y lo próximo que sé es que estoy en cuatro, sobre la cama, con mi madre abierta de piernas frente a mí, con mi boca en su coño de nuevo, degustando su sabor mientras mi padre me folla el coño como un salvaje.

Algo que me encanta de mi padre es el aguante que tiene, porque me embiste con fuerza, la suficiente para que haga que mi lengua golpee duro el coño de mi madre. Ella me dice cuántas guarradas se le pasan por la mente.

Me subo por su cuerpo cuando el pene de mi padre aumenta su tamaño dentro de mí, bajando la intensidad de sus embestidas, dándole un beso largo.

-Abajo, las dos. Quiero que se traguen la leche que calenté para ustedes - mi madre y yo le hacemos caso y nos bajamos de la cama, poniendonos de rodillas en el suelo.- Que ricas se ven ahí, desnudas y deliciosas. Ahora me las voy a follar siempre a las dos, joder... Dios me ama.- se masturba frente a nosotros y no puedo no comerme esa verga.

La meto en mi boca mientras mi madre chupa sus bolas y en algún punto nuestros labios se encuentran, porque nos besamos, con mi madre y su esposo masturbando su polla arriba de nosotras.

-Me vengo, me vengo. - nos separamos jadeantes escuchando los bufidos de mi padre y abro mi boca, recibiendo los chorros que conectan con mi mejillas y bajan por ella hasta mis labios. Lo que entra en mi boca, lo saboreo y me lo trago, hasta que ya los chorros dejan de salir y busco más leche, pasando mi lengua por los labios de mi madre, besándola para que ningún líquido se pierda.

Mi padre se arrodilla y yo me separo de mi madre, sonriendo dulce hacia él antes de besarlo. Él nos acaricia a ambas y nos besa a las dos, demostrando el amor que siente por sus dos mujeres.

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