Me converti en la putita de mi tÃ*o

djpeter817

Virgen
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Mi tio me desfloro mis dos agujeritos, me converti en su putita y luego ya casada en su amante.

Quiero inicialmente decirles que escribir este relato y me ha servido de desahogo, ya que este suceso marcó completamente mi vida y lo sigue haciendo.

Mi nombre para el relato es Susy, inicia cuando estaba por cumplir los quince años. Un primo hermano de mi madre que llamaremos Tony siempre nos visitaba en la casa, sin embargo, cuando el no estaba presente, mi padre hablaba mal de él, que era un tipo que no sentaba cabeza, es decir, que nunca formalizaba nada, era irresponsable y muy mujeriego.

El tÃ*o Tony, era un músico aficionado, tocaba muy bien varios instrumentos, pasaba algunos dÃ*as en la casa y luego regresaba a su apartamento en la misma ciudad, que su padre le pagaba, ya que la familia de ellos tenÃ*a mucha solvencia económica y tenÃ*a varios negocios.
Yo me encontraba en plena pubertad, mis senos estaban creciendo y mi cuerpo tomaba la forma de mujer. Soy de cara bonita, mi cabello es dorado, tengo ojos verdes y mi cuerpo en ese entonces era delgado sin abusar, mis pantorrillas y muslos eran bien hechos para mi figura delgada; mi coñito ya se mojaba por las noches debido a sueños húmedos que yo tenÃ*a. En ese momento yo no sabÃ*a que iba a resultar una mujer muy ardiente y fogosa en la cama, siempre exigente de gozar buen sexo, en todos sus lÃ*mites. A veces pienso que puedo tener algún grado de ninfomanÃ*a.

Todo comenzó una noche en que veÃ*amos la televisión en la sala familiar, estaban mis padres, mi hermana menor, mi tÃ*o Tony y yo. Poco a poco yo me quedé completamente dormida, yo ya tenÃ*a puesta mi ropita de dormir, que era un bluson flojo un pequeño top y mis braguitas de niña.

No se cuanto tiempo transcurrió, al principio perdÃ* la noción del tiempo y espacio, creÃ* que tenÃ*a un sueño húmedo, sentÃ* un estremecimiento en el cuerpo y mi cuquita se me estaba mojando. Poco a poco fui abriendo los ojos ¡y que horror lo que vÃ*!, mi tÃ*o Tony me tenÃ*a metida su mano en mis braguitas y me masajeaba lentamente mi cuquita con sus dedos, su boca me lamÃ*a mis pequeños pezones, a pesar que la sensación que estaba recibiendo era exquisita, relajante y que estaba excitada, porque nadie me habÃ*a tocado aún mi sexo y mis senos, reaccioné retirándolo de mi cuerpo con fuerza, vÃ* que solo los dos habÃ*amos quedado en la sala, luego le reproché airadamente lo que me estaba haciendo y empecé a llorar, me levanté y me fui a mi habitación.

Al otro dÃ*a, mi tÃ*o Tony se habÃ*a marchado antes del desayuno. Para mi fue un gran alivio no verlo. Sin embargo, la sensación de sus dedos en mi bollito, los lÃ*quidos que eyaculé por primera vez dentro de mi vaginita y sus labios apretando mis pezones, no los podÃ*a olvidar fácilmente. Creo que esa noche se despertó lo ardiente y libidinosa que serÃ*a el resto de mi vida. Por esos dÃ*as habÃ*a noches en que soñaba como mi tÃ*o terminaba por hacerme el amor allÃ* en el sillón de la sala. Sin embargo, cuando nos visitó las siguientes veces, yo no le dirigÃ*a la palabra y me portaba indiferente con él. Por un lado querÃ*a que volviera a tocarme y por el otro no querÃ*a saber nada de él.

Cuando fue la fiesta de mis quince años, mi tÃ*o Tony estaba invitado. Yo he pensado mucho al respecto y creo que algunos traguitos que mis amigas me dieron afloraron mis sentimientos sexuales reprimidos con respecto al tÃ*o. El también no dejaba de verme con mi vestido largo y un buen escote que dejaba ver una parte de mis senos juveniles. Llegó a mi mesa y me invitó a bailar, de no ser por el licor ingerido, me hubiera negado, pero le dije que si y salimos a bailar a la pista.

Me empezó a decir que estaba muy linda y que ya era todo una mujer. Yo me sonreÃ*a con él. Noté que durante el baile me apretaba fuerte para pegarse a mi cuerpo, yo trataba sin pelear de retirarme de su cuerpo. Al poco rato, me dijo que lo acompañara a afuera que en su vehÃ*culo tenÃ*a mi regalo, que no me lo habÃ*a podido entregar. Ya en el parqueo de los vehÃ*culos que tenÃ*a el salón del hotel, que se utilizó para la fiesta, me abrazó contra él y sus labios buscaron mi boca, su lengua se introdujo entre mis labios, yo traté desesperadamente de empujarlo y retirarlo, pero su mayor fuerza hizo que eso no fuera posible. Aunque una parte de mi querÃ*a que continuara.

Mientras me besaba a la fuerza, su mano se metió debajo de mi vestido de quinceañera, llegando hasta mis braguitas, metió su mano como aquella vez en la sala de mi casa y comenzó a masajear nuevamente mi cuquita, poco a poco me fue venciendo el placer a la razón, ya no lo intentaba retirarlo de mi, mi lengua comenzó a restregarse contra la suya. Luego un dedo de su mano comenzó a hurgar mi rajita que ya estaba totalmente mojada de lÃ*quidos vaginales, en unos segundos introdujo la mitad de su dedo entre mi vagina virgen y lo sacaba mojado para frotar mi clÃ*toris. En esos momentos me encontré gimiendo de pasión, dejando que hiciera lo que él quisiera conmigo; él bajó su cabeza y comenzó a chuparme los senos, buscando mis pezones que rápidamente encuentra apetitosos y los succiona con ardor. Cuando yo estaba gozando irremediablemente, sentÃ* una corriente eléctrica pasar por mi cuerpo y llegar a mi rajita, la sensación era como quererme orinar en sus dedos, más tarde supe que habÃ*a sentido mi primer orgasmo de mujer en mi vida.

De repente, oÃ*mos voces acercarse a nosotros, el tÃ*o sacó la mano de mis bragas y me compuso mi vestido y el escote mi vestido. Me tomó de la mano y salimos de allÃ* con rumbo a la fiesta de nuevo. Me dejó en la mesa de donde me habÃ*a invitado para bailar, pero antes de retirarse frente a mi, se llevó el dedo, que habÃ*a tenido metido en mi rajita, a sus labios y los lamió con erotismo, degustando el olor y sabor a mi cuquita. Yo al ver eso me mojé nuevamente, era lo más caliente y erótico que me habÃ*an hecho en mi vida.

Esa noche no pude dormir por lo ocurrido con el tÃ*o Tony. Me tuve que tocar mi cuquita, cerrar los ojos y darme una masturbación pensando en el tÃ*o.

Al otro dÃ*a, mis padres amanecieron con una resaca por la fiesta. En eso suena el teléfono y corro a contestar como sabiendo de quien se trataba, era el tÃ*o Tony. Me dice que me espera en su apartamento para darme mi regalo, ya que no pudo dármelo durante la fiesta. Yo le digo emocionada que allÃ* estaré en unos minutos, se los digo a mis padres que no tiene objeción en que vaya a su apartamento. Antes de salir, entro a mi habitación y me pongo una mini y una blusita con la espalda destapada y agarrada solo por una lasitas en mi cuello, asi también me pongo unos zapatos de tacones altos y descubiertos, me veo al espejo y casi tengo la pinta de una putita de casa de citas. Salgo por la puerta de atrás para que mis padres no me vean asÃ*, no vaya a ser que no quieran que vaya asi vestida.

Cuando llegó a la puerta de su apartamento, casi me falta la respiración, estoy muy caliente y emocionada. El abre la puerta, cuando me ve asÃ* vestida, me quiere comer con la vista. Me toma de la mano y me lleva directamente a su dormitorio, parados frente a su cama me empieza a besar apasionadamente, sus manos rápidamente levantan mi mini por atrás recorriendo mis nalguitas llenitas de carne; sigue la raya entre mis nalgas y acaricia por un ratito el botoncito de mi culito, sigue bajando y mete sus dedos entre mi rajita que ya esta empapada de mis jugos y empieza a jugar con ella.

Mientras me toca mi vagina, con mucha práctica me deshace el nudo de mi blusita y mis senos quedan frente a él a su merced, los comienza a lamer por toda su circunferencia, luego mete mis pezones entre sus labios y los lame también. Todo eso me hace temblar de placer, mi respiración es incontrolable al igual que los gemidos que lanzo. Sus hábiles manos bajan el cierre de mi faldita y esta cae hasta mis pies dejándome en ropa interior, luego su boca sigue bajando de mis senos a mi vientre y luego su lengua recorre mi vulva sobre mis calzoncitos, sus manos con mucha experiencia ahora sacan mis braguitas y caen hasta mis tobillos; estoy completamente desnuda con solo los zapatos puestos!.

El tÃ*o Tony esta hincado frente a mi lamiéndome la vulvita, apenas tengo vello pubico en mi cuquita, su lengua recorre todos los espacios posibles, luego, suavemente con su mano hace que yo abra mis piernas allÃ* parada, el mete su lengua buscando la hendidura que separa mis labios vaginales, cabalmente es allÃ* donde más eyaculación vaginal encuentra, pero lo lamé como si fuera un rico plato. Yo me tengo que agarrar de su cabeza para no caerme, una serie de estremecimientos recorren mi cuerpo, en ocasiones siento que me mareo de tanto placer que estoy recibiendo. Luego el tÃ*o me da la vuelta completamente, siempre allÃ* parada, ahora con sus manos abre mis glúteos y comienza a lamer mi botoncito del ano, como si fuera una fruta deliciosa, por primera vez siento que esa zona me da mucho placer, al igual que mi cuquita, sus chupadas me hacen elevarme al cielo, mi cuerpo sigue temblando y sigo eyaculando jugos en mi vaginita virgen.

Cuando el tÃ*o Tony termina de saciarse con mis nalgas y mi culito, me acuesta en la cama, me quita los zapatos y luego frente a mi se quita toda la ropa, es la primera vez que veo a un hombre desnudo, su pija esta totalmente erecta y colorada, es larga y grande, alguna vez se la llegue a tocar a un mi novio, pero no hay comparación con esta que tengo a la vista. Pensé que me penetrarÃ*a en ese momento, pero el tÃ*o aún querÃ*a comerse mi cuquita virgen, me abrió las piernas al máximo y me la chupó y la lamió tanto que su saliva se derramaba de mi rajita a mi culito. Me hizo llegar a dos orgasmos antes de dejar de devorarla. Me retorcÃ*a de éxtasis en la cama. Recuerdo que mientras me la mamaba, uno de sus dedos fue introducido en mi ano, utilizando la saliva como único lubricante, sentir su lengua comiéndose mi clÃ*toris y su dedo meterse en mi colita, fue delicioso!, esto me provocó el orgasmo más placentero.

Luego, me flexionó las rodillas, de modo que mi bollito se abriera al lÃ*mite, puso la cabezota de su verga entre mis labios vaginales y con el peso de su cuerpo, poco a poco me la fue metiendo, yo le grite que fuera despacio porque era virgen, él siguió introduciendo su glande en vagina, sentÃ* un dolor, como cuando uno se corta profundamente un dedo, era el himen que se habÃ*a rasgado para siempre, su pene siguió su camino dentro de mi vagina, abriendo y dilatando sus paredes viscosas, nuevamente le pedÃ* que parara que se detuviera un rato, porque me dolÃ*a horrores, sin embargo, el ya no tenÃ*a oÃ*dos para nada más, lo que el querÃ*a era metérmela y cogerme a placer. Después de unos segundos su pija estaba completamente dentro de mi vagina.

-¡Que rica estas sobrinita!, -Cuanto tiempo esperé este momento!- me dijo el tÃ*o Tony mientras me empezaba a pistonear su miembro en mi coñito.

Al principio, me seguÃ*a doliendo mi cuquita cuando él la metÃ*a y la sacaba, pero conforme pasaba el tiempo, el umbral del placer fue mayor que el del dolor, por lo que empecé a gozar por fin la cogida que me estaba dando. Ya bien excitada por la follada que estaba recibiendo, le enganché con las piernas su cintura, de modo que cuando se movÃ*a dentro de mi, me ensartaba hasta el último centÃ*metro de su verga. No querÃ*a que parara de metérmela y sacármela. Pronto llegué a un nuevo orgasmo.

También después me puso en la posición que le llaman de perrito, yo colocada en cuatro, levantando el trasero, mientras que él se colocaba atrás de mi, él frotó su pija por toda mi rajita mojada y la metió con fuerza penetrándome hasta el fondo de mi gruta. Mientras me pistoneaba en esta posición me decÃ*a que mi cuquita era deliciosa y que mi culo era muy bonito y rico. Yo aullaba de placer para ese instante. Sus movimientos de cintura llevaban toda la lujuria y experiencia sexual de muchos años, me llevaron al clÃ*max, me estaba corriendo como toda una putita y querÃ*a que no dejara de fornicarme. QuerÃ*a ser su esclava en ese momento!.

Me siguió ensartándome en esa posición, cada vez con más fuerza, agarrándose de mis nalgas o de mi cintura para incrustármela con pasión, con ardor, sacándome fuertes gemidos de placer. Finalmente lo oÃ* jadear y segundos más tarde descargo dentro de mi, un buen chorro de esperma caliente, que inundó toda mi vagina de un liquido blanco lechoso, era la primera vez que veÃ*a el semen masculino.

Nos quedamos acostados un buen rato, cansados de follar. Cuando me recuperé me vestÃ* y me fui corriendo a la casa, ni siquiera me percaté de que no me habÃ*a dado el regalo prometido, cuando en casa me preguntaron que me habÃ*a dado, solo atiné a decir que me habÃ*a dado dinero. Vaya que nadie pidió verlo en ese momento, sino hubiera quedado en evidencia mi mentira.

De allÃ* en adelante, estar con mi tÃ*o Tony se volvió mi obsesión, mi poca madurez y mi calentura, era la mayor razón en haberme convertido en su juguetito sexual. Pero yo solo querÃ*a estar entre sus brazos y con su pene dentro de mi rajita. El también me deseaba, sobre todo que era una adolescente sumisa y podÃ*a hacer conmigo en la cama lo que quisiera. Me volvÃ* la putita de mi tÃ*o en esos dÃ*as, me cogÃ*a donde le diera la gana, una vez me la metió en el pasillo donde está su apartamento, cualquiera pudo habernos encontrado follando, pero que bueno que no sucedió.
Habló con mis padres, para decirles que me darÃ*a clases de piano para vacaciones (en su apartamento tenÃ*a un piano de cola), ellos aceptaron, sobre todo para apartarme, según ellos, de malas juntas con mis amigas o de salidas con mis amigos. No se imaginaban que al llegar a la casa del tÃ*o Tony, yo servÃ*a para satisfacerlo de sus instintos sexuales más bajos.

Yo iba a las “clases de músicaâ€� con el tÃ*o tres dÃ*as de la semana. Eran tres encuentros sexuales seguros. Yo anhelaba ir a su apartamento, que me desvistiera y que me hiciera el amor con todas sus fuerzas. El estuvo hasta experimentando posiciones sexuales conmigo, el tÃ*o me desfloró mi culito y lo peor de todo, es que me vine como una perra cuando me hacÃ*a el sexo anal. Los orgasmos que me hizo sentir no lo lograron otros hombres en mi vida.

En cierta ocasión que llegué con él, estaba casi borracho y con él estaba otro hombre amigo suyo que yo no conocÃ*a, bien hubiera podido marcharme de allÃ*, pero, cuando me empezaron a tocar me mojé toda y entre los dos me cogieron por todos lados (vagina, ano y boca), esa vez, fue la primera en la que me penetraron dos vergas al mismo tiempo en diferentes agujeritos. En poco tiempo me habÃ*a vuelto una perra y no habÃ*a cumplido aún los 17. Confieso que el tÃ*o tenÃ*a otras amantes, mientras tuvo la relación conmigo, yo encontraba prendas intimas en su habitación, condones en el baño, toallas femeninas y otras cosas personales. Pero no me importaba, solo querÃ*a que satisfacerla mis necesidades.

No tuve novios mientras fui el juguete sexual del tÃ*o Tony. Debido a que mis padres me enviaron a estudiar a la universidad fue que dejé de verlo. Me casé cuatro años más tarde, es decir a los 22 años, con un buen hombre, pero su debilidad era que no me hacÃ*a sentir en la cama como me hizo sentir el tÃ*o. Mi esposo era muy conservador en la cama, no tenÃ*a los excesos y lo ardiente que era Tony.

Después de 10 meses de matrimonio, cierta vez me encontré en la casa mis padres al tÃ*o Tony, a pesar de los años seguÃ*a conservándose muy bien. Cenamos y cuando dispuse regresar a mi casa, él se ofreció a llevarme. Durante el viaje, no pude contenerme y le dije mientras charlábamos, que deseaba que me hiciera de nuevo el amor, que me llevara a donde él quisiera, ni lerdo el tÃ*o me metió en un motel y me dio la gran cogida que habÃ*a estado esperando, me penetró por la vagina y por mi ano con furia, me folló con gran pasión, llegué varias veces al orgasmo, en forma brutal me fornicó en varias posiciones y me hizo tragar su esperma en dos ocasiones. Me corrÃ* como una perra.

Desde ese dÃ*a volvÃ* a ser amante del tÃ*o Tony siendo ya casada. A pesar de que amaba a mi marido, él no pudo darme en la cama lo que el tÃ*o me daba. Y confieso que hubo ocasiones que me hizo coger conjuntamente con sus amigos, me penetraron entre dos y tres hombres, por supuesto que no me presentaba como su sobrina, sino como una puta contratada o como su amante.

Abandoné ya a mi marido, no pude seguir engañándolo. Quiero dejar a Tony, pero necesito encontrar a alguien que me satisfaga en la cama y fuera de ella.
 

gustavo alberto

Pajillero
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Re: Me converti en la putita de mi t�*o

:icon_razz:eres una chiquita preciosa no crees que yo pueda satisfercerte soy de scorpion me encanta el sexo si por mi fuera lo hjaria todo el dia un besito alla donde sabem,o:icon_rolleyes:s
 

sombra_blanca

Virgen
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Re: Me converti en la putita de mi t�*o

Muy buena .. :clap: asi empiezan...jejeje te dejo 10 puntos
 

kiko123kiko

Virgen
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Re: Me converti en la putita de mi t�*o

buen relato muy cachondo
 

Kaiser

Virgen
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Re: Me converti en la putita de mi t�*o

sin palabras..
 

Huasamandro

Virgen
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Re: Me converti en la putita de mi têo

Mi tio me desfloro mis dos agujeritos, me converti en su putita y luego ya casada en su amante.

Quiero inicialmente decirles que escribir este relato y me ha servido de desahogo, ya que este suceso marcó completamente mi vida y lo sigue haciendo.

Mi nombre para el relato es Susy, inicia cuando estaba por cumplir los quince años. Un primo hermano de mi madre que llamaremos Tony siempre nos visitaba en la casa, sin embargo, cuando el no estaba presente, mi padre hablaba mal de él, que era un tipo que no sentaba cabeza, es decir, que nunca formalizaba nada, era irresponsable y muy mujeriego.

El têo Tony, era un músico aficionado, tocaba muy bien varios instrumentos, pasaba algunos dêas en la casa y luego regresaba a su apartamento en la misma ciudad, que su padre le pagaba, ya que la familia de ellos tenêa mucha solvencia económica y tenêa varios negocios.
Yo me encontraba en plena pubertad, mis senos estaban creciendo y mi cuerpo tomaba la forma de mujer. Soy de cara bonita, mi cabello es dorado, tengo ojos verdes y mi cuerpo en ese entonces era delgado sin abusar, mis pantorrillas y muslos eran bien hechos para mi figura delgada; mi coñito ya se mojaba por las noches debido a sueños húmedos que yo tenêa. En ese momento yo no sabêa que iba a resultar una mujer muy ardiente y fogosa en la cama, siempre exigente de gozar buen sexo, en todos sus lêmites. A veces pienso que puedo tener algún grado de ninfomanêa.

Todo comenzó una noche en que veêamos la televisión en la sala familiar, estaban mis padres, mi hermana menor, mi têo Tony y yo. Poco a poco yo me quedé completamente dormida, yo ya tenêa puesta mi ropita de dormir, que era un bluson flojo un pequeño top y mis braguitas de niña.

No se cuanto tiempo transcurrió, al principio perdê la noción del tiempo y espacio, creê que tenêa un sueño húmedo, sentê un estremecimiento en el cuerpo y mi cuquita se me estaba mojando. Poco a poco fui abriendo los ojos ¡y que horror lo que vê!, mi têo Tony me tenêa metida su mano en mis braguitas y me masajeaba lentamente mi cuquita con sus dedos, su boca me lamêa mis pequeños pezones, a pesar que la sensación que estaba recibiendo era exquisita, relajante y que estaba excitada, porque nadie me habêa tocado aún mi sexo y mis senos, reaccioné retirándolo de mi cuerpo con fuerza, vê que solo los dos habêamos quedado en la sala, luego le reproché airadamente lo que me estaba haciendo y empecé a llorar, me levanté y me fui a mi habitación.

Al otro dêa, mi têo Tony se habêa marchado antes del desayuno. Para mi fue un gran alivio no verlo. Sin embargo, la sensación de sus dedos en mi bollito, los lêquidos que eyaculé por primera vez dentro de mi vaginita y sus labios apretando mis pezones, no los podêa olvidar fácilmente. Creo que esa noche se despertó lo ardiente y libidinosa que serêa el resto de mi vida. Por esos dêas habêa noches en que soñaba como mi têo terminaba por hacerme el amor allê en el sillón de la sala. Sin embargo, cuando nos visitó las siguientes veces, yo no le dirigêa la palabra y me portaba indiferente con él. Por un lado querêa que volviera a tocarme y por el otro no querêa saber nada de él.

Cuando fue la fiesta de mis quince años, mi têo Tony estaba invitado. Yo he pensado mucho al respecto y creo que algunos traguitos que mis amigas me dieron afloraron mis sentimientos sexuales reprimidos con respecto al têo. El también no dejaba de verme con mi vestido largo y un buen escote que dejaba ver una parte de mis senos juveniles. Llegó a mi mesa y me invitó a bailar, de no ser por el licor ingerido, me hubiera negado, pero le dije que si y salimos a bailar a la pista.

Me empezó a decir que estaba muy linda y que ya era todo una mujer. Yo me sonreêa con él. Noté que durante el baile me apretaba fuerte para pegarse a mi cuerpo, yo trataba sin pelear de retirarme de su cuerpo. Al poco rato, me dijo que lo acompañara a afuera que en su vehêculo tenêa mi regalo, que no me lo habêa podido entregar. Ya en el parqueo de los vehêculos que tenêa el salón del hotel, que se utilizó para la fiesta, me abrazó contra él y sus labios buscaron mi boca, su lengua se introdujo entre mis labios, yo traté desesperadamente de empujarlo y retirarlo, pero su mayor fuerza hizo que eso no fuera posible. Aunque una parte de mi querêa que continuara.

Mientras me besaba a la fuerza, su mano se metió debajo de mi vestido de quinceañera, llegando hasta mis braguitas, metió su mano como aquella vez en la sala de mi casa y comenzó a masajear nuevamente mi cuquita, poco a poco me fue venciendo el placer a la razón, ya no lo intentaba retirarlo de mi, mi lengua comenzó a restregarse contra la suya. Luego un dedo de su mano comenzó a hurgar mi rajita que ya estaba totalmente mojada de lêquidos vaginales, en unos segundos introdujo la mitad de su dedo entre mi vagina virgen y lo sacaba mojado para frotar mi clêtoris. En esos momentos me encontré gimiendo de pasión, dejando que hiciera lo que él quisiera conmigo; él bajó su cabeza y comenzó a chuparme los senos, buscando mis pezones que rápidamente encuentra apetitosos y los succiona con ardor. Cuando yo estaba gozando irremediablemente, sentê una corriente eléctrica pasar por mi cuerpo y llegar a mi rajita, la sensación era como quererme orinar en sus dedos, más tarde supe que habêa sentido mi primer orgasmo de mujer en mi vida.

De repente, oêmos voces acercarse a nosotros, el têo sacó la mano de mis bragas y me compuso mi vestido y el escote mi vestido. Me tomó de la mano y salimos de allê con rumbo a la fiesta de nuevo. Me dejó en la mesa de donde me habêa invitado para bailar, pero antes de retirarse frente a mi, se llevó el dedo, que habêa tenido metido en mi rajita, a sus labios y los lamió con erotismo, degustando el olor y sabor a mi cuquita. Yo al ver eso me mojé nuevamente, era lo más caliente y erótico que me habêan hecho en mi vida.

Esa noche no pude dormir por lo ocurrido con el têo Tony. Me tuve que tocar mi cuquita, cerrar los ojos y darme una masturbación pensando en el têo.

Al otro dêa, mis padres amanecieron con una resaca por la fiesta. En eso suena el teléfono y corro a contestar como sabiendo de quien se trataba, era el têo Tony. Me dice que me espera en su apartamento para darme mi regalo, ya que no pudo dármelo durante la fiesta. Yo le digo emocionada que allê estaré en unos minutos, se los digo a mis padres que no tiene objeción en que vaya a su apartamento. Antes de salir, entro a mi habitación y me pongo una mini y una blusita con la espalda destapada y agarrada solo por una lasitas en mi cuello, asi también me pongo unos zapatos de tacones altos y descubiertos, me veo al espejo y casi tengo la pinta de una putita de casa de citas. Salgo por la puerta de atrás para que mis padres no me vean asê, no vaya a ser que no quieran que vaya asi vestida.

Cuando llegó a la puerta de su apartamento, casi me falta la respiración, estoy muy caliente y emocionada. El abre la puerta, cuando me ve asê vestida, me quiere comer con la vista. Me toma de la mano y me lleva directamente a su dormitorio, parados frente a su cama me empieza a besar apasionadamente, sus manos rápidamente levantan mi mini por atrás recorriendo mis nalguitas llenitas de carne; sigue la raya entre mis nalgas y acaricia por un ratito el botoncito de mi culito, sigue bajando y mete sus dedos entre mi rajita que ya esta empapada de mis jugos y empieza a jugar con ella.

Mientras me toca mi vagina, con mucha práctica me deshace el nudo de mi blusita y mis senos quedan frente a él a su merced, los comienza a lamer por toda su circunferencia, luego mete mis pezones entre sus labios y los lame también. Todo eso me hace temblar de placer, mi respiración es incontrolable al igual que los gemidos que lanzo. Sus hábiles manos bajan el cierre de mi faldita y esta cae hasta mis pies dejándome en ropa interior, luego su boca sigue bajando de mis senos a mi vientre y luego su lengua recorre mi vulva sobre mis calzoncitos, sus manos con mucha experiencia ahora sacan mis braguitas y caen hasta mis tobillos; estoy completamente desnuda con solo los zapatos puestos!.

El têo Tony esta hincado frente a mi lamiéndome la vulvita, apenas tengo vello pubico en mi cuquita, su lengua recorre todos los espacios posibles, luego, suavemente con su mano hace que yo abra mis piernas allê parada, el mete su lengua buscando la hendidura que separa mis labios vaginales, cabalmente es allê donde más eyaculación vaginal encuentra, pero lo lamé como si fuera un rico plato. Yo me tengo que agarrar de su cabeza para no caerme, una serie de estremecimientos recorren mi cuerpo, en ocasiones siento que me mareo de tanto placer que estoy recibiendo. Luego el têo me da la vuelta completamente, siempre allê parada, ahora con sus manos abre mis glúteos y comienza a lamer mi botoncito del ano, como si fuera una fruta deliciosa, por primera vez siento que esa zona me da mucho placer, al igual que mi cuquita, sus chupadas me hacen elevarme al cielo, mi cuerpo sigue temblando y sigo eyaculando jugos en mi vaginita virgen.

Cuando el têo Tony termina de saciarse con mis nalgas y mi culito, me acuesta en la cama, me quita los zapatos y luego frente a mi se quita toda la ropa, es la primera vez que veo a un hombre desnudo, su pija esta totalmente erecta y colorada, es larga y grande, alguna vez se la llegue a tocar a un mi novio, pero no hay comparación con esta que tengo a la vista. Pensé que me penetrarêa en ese momento, pero el têo aún querêa comerse mi cuquita virgen, me abrió las piernas al máximo y me la chupó y la lamió tanto que su saliva se derramaba de mi rajita a mi culito. Me hizo llegar a dos orgasmos antes de dejar de devorarla. Me retorcêa de éxtasis en la cama. Recuerdo que mientras me la mamaba, uno de sus dedos fue introducido en mi ano, utilizando la saliva como único lubricante, sentir su lengua comiéndose mi clêtoris y su dedo meterse en mi colita, fue delicioso!, esto me provocó el orgasmo más placentero.

Luego, me flexionó las rodillas, de modo que mi bollito se abriera al lêmite, puso la cabezota de su verga entre mis labios vaginales y con el peso de su cuerpo, poco a poco me la fue metiendo, yo le grite que fuera despacio porque era virgen, él siguió introduciendo su glande en vagina, sentê un dolor, como cuando uno se corta profundamente un dedo, era el himen que se habêa rasgado para siempre, su pene siguió su camino dentro de mi vagina, abriendo y dilatando sus paredes viscosas, nuevamente le pedê que parara que se detuviera un rato, porque me dolêa horrores, sin embargo, el ya no tenêa oêdos para nada más, lo que el querêa era metérmela y cogerme a placer. Después de unos segundos su pija estaba completamente dentro de mi vagina.

-¡Que rica estas sobrinita!, -Cuanto tiempo esperé este momento!- me dijo el têo Tony mientras me empezaba a pistonear su miembro en mi coñito.

Al principio, me seguêa doliendo mi cuquita cuando él la metêa y la sacaba, pero conforme pasaba el tiempo, el umbral del placer fue mayor que el del dolor, por lo que empecé a gozar por fin la cogida que me estaba dando. Ya bien excitada por la follada que estaba recibiendo, le enganché con las piernas su cintura, de modo que cuando se movêa dentro de mi, me ensartaba hasta el último centêmetro de su verga. No querêa que parara de metérmela y sacármela. Pronto llegué a un nuevo orgasmo.

También después me puso en la posición que le llaman de perrito, yo colocada en cuatro, levantando el trasero, mientras que él se colocaba atrás de mi, él frotó su pija por toda mi rajita mojada y la metió con fuerza penetrándome hasta el fondo de mi gruta. Mientras me pistoneaba en esta posición me decêa que mi cuquita era deliciosa y que mi culo era muy bonito y rico. Yo aullaba de placer para ese instante. Sus movimientos de cintura llevaban toda la lujuria y experiencia sexual de muchos años, me llevaron al clêmax, me estaba corriendo como toda una putita y querêa que no dejara de fornicarme. Querêa ser su esclava en ese momento!.

Me siguió ensartándome en esa posición, cada vez con más fuerza, agarrándose de mis nalgas o de mi cintura para incrustármela con pasión, con ardor, sacándome fuertes gemidos de placer. Finalmente lo oê jadear y segundos más tarde descargo dentro de mi, un buen chorro de esperma caliente, que inundó toda mi vagina de un liquido blanco lechoso, era la primera vez que veêa el semen masculino.

Nos quedamos acostados un buen rato, cansados de follar. Cuando me recuperé me vestê y me fui corriendo a la casa, ni siquiera me percaté de que no me habêa dado el regalo prometido, cuando en casa me preguntaron que me habêa dado, solo atiné a decir que me habêa dado dinero. Vaya que nadie pidió verlo en ese momento, sino hubiera quedado en evidencia mi mentira.

De allê en adelante, estar con mi têo Tony se volvió mi obsesión, mi poca madurez y mi calentura, era la mayor razón en haberme convertido en su juguetito sexual. Pero yo solo querêa estar entre sus brazos y con su pene dentro de mi rajita. El también me deseaba, sobre todo que era una adolescente sumisa y podêa hacer conmigo en la cama lo que quisiera. Me volvê la putita de mi têo en esos dêas, me cogêa donde le diera la gana, una vez me la metió en el pasillo donde está su apartamento, cualquiera pudo habernos encontrado follando, pero que bueno que no sucedió.
Habló con mis padres, para decirles que me darêa clases de piano para vacaciones (en su apartamento tenêa un piano de cola), ellos aceptaron, sobre todo para apartarme, según ellos, de malas juntas con mis amigas o de salidas con mis amigos. No se imaginaban que al llegar a la casa del têo Tony, yo servêa para satisfacerlo de sus instintos sexuales más bajos.

Yo iba a las “clases de música” con el têo tres dêas de la semana. Eran tres encuentros sexuales seguros. Yo anhelaba ir a su apartamento, que me desvistiera y que me hiciera el amor con todas sus fuerzas. El estuvo hasta experimentando posiciones sexuales conmigo, el têo me desfloró mi culito y lo peor de todo, es que me vine como una perra cuando me hacêa el sexo anal. Los orgasmos que me hizo sentir no lo lograron otros hombres en mi vida.

En cierta ocasión que llegué con él, estaba casi borracho y con él estaba otro hombre amigo suyo que yo no conocêa, bien hubiera podido marcharme de allê, pero, cuando me empezaron a tocar me mojé toda y entre los dos me cogieron por todos lados (vagina, ano y boca), esa vez, fue la primera en la que me penetraron dos vergas al mismo tiempo en diferentes agujeritos. En poco tiempo me habêa vuelto una perra y no habêa cumplido aún los 17. Confieso que el têo tenêa otras amantes, mientras tuvo la relación conmigo, yo encontraba prendas intimas en su habitación, condones en el baño, toallas femeninas y otras cosas personales. Pero no me importaba, solo querêa que satisfacerla mis necesidades.

No tuve novios mientras fui el juguete sexual del têo Tony. Debido a que mis padres me enviaron a estudiar a la universidad fue que dejé de verlo. Me casé cuatro años más tarde, es decir a los 22 años, con un buen hombre, pero su debilidad era que no me hacêa sentir en la cama como me hizo sentir el têo. Mi esposo era muy conservador en la cama, no tenêa los excesos y lo ardiente que era Tony.

Después de 10 meses de matrimonio, cierta vez me encontré en la casa mis padres al têo Tony, a pesar de los años seguêa conservándose muy bien. Cenamos y cuando dispuse regresar a mi casa, él se ofreció a llevarme. Durante el viaje, no pude contenerme y le dije mientras charlábamos, que deseaba que me hiciera de nuevo el amor, que me llevara a donde él quisiera, ni lerdo el têo me metió en un motel y me dio la gran cogida que habêa estado esperando, me penetró por la vagina y por mi ano con furia, me folló con gran pasión, llegué varias veces al orgasmo, en forma brutal me fornicó en varias posiciones y me hizo tragar su esperma en dos ocasiones. Me corrê como una perra.

Desde ese dêa volvê a ser amante del têo Tony siendo ya casada. A pesar de que amaba a mi marido, él no pudo darme en la cama lo que el têo me daba. Y confieso que hubo ocasiones que me hizo coger conjuntamente con sus amigos, me penetraron entre dos y tres hombres, por supuesto que no me presentaba como su sobrina, sino como una puta contratada o como su amante.

Abandoné ya a mi marido, no pude seguir engañándolo. Quiero dejar a Tony, pero necesito encontrar a alguien que me satisfaga en la cama y fuera de ella.


que putita la sobrinita
 

broolyns

Virgen
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Re: Me converti en la putita de mi têo

unio de los mejores relatos que he encontrado m,uy bueno
 

abecu92

Virgen
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bn px.... y sigues aciendolo? ok px un 100 buenisimo el relato
 

abecu92

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bien px.... y sigues aciendolo? ok px un 100 buenisimo el relato
 

abecu92

Virgen
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Re: Me converti en la putita de mi t�*o

un 100 buenisimo el relato
 

echv

Virgen
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Re: Me converti en la putita de mi t�*o

Excelente relato, sigue asi:thumbsup:
 

elinventor

Virgen
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Re: Me converti en la putita de mi t�*o

Me encantarÃ*a haber participado
 

zombie17

Virgen
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Re: Me converti en la putita de mi t�*o

muy caliente, me gusto, muy bueno.
 

conganas

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Re: Me converti en la putita de mi t�*o

que relato, me pusiste a mil.
 

Dkajpito

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Re: Me converti en la putita de mi têo

------------------ yo podria ser ---------------------------
solo en la cama
 

rasec023

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Re: Me converti en la putita de mi t�*o

que perra esa caraja!, ojala tuviera una pariente asi de caliente...
y por otro lado,los mejores relatos sonj de incesto
 
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